¡¡¡¡Nos
acercamos al final!!!!
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Capítulo 51
Abrí mis ojos ¿Dónde estaba? Tenía un respirador en el
rostro y una venda en el brazo ¿Qué había pasado? Me removí en mi cama, estaba
en el hospital, eso era obvio ¿Pero qué había pasado?
- Bienvenida…
Miré
hacia la puerta, ahí estaba Donghae.
Él me sonreía con los ojos llorosos, mi corazón comenzó a
latirme con fuerza, este debía de ser el Cielo. Él corrió hacia mí y me abrazó.
- Si este es el Cielo, o un sueño,
no quiero volver
Dije, sintiendo áspera la garganta.
- No… - Donghae me abrazó aún más
fuerte – No es un sueño ni estás muerta, estás viva
Me miró y derramó las lágrimas. Me dio un beso en la frente
y me volvió a sonreír. Mi corazón latía de nuevo con fuerza, era el Paraíso.
Seguía viva por milagro, como la anterior vez, y Donghae estaba aquí.
- ¿Qué pasó?
Pregunté, intentando moverme.
- Me diste un gran susto –
contestó él – Pudimos rescatarte a tiempo, fue un milagro – volvió a besar mi
frente – Te amo mi amor, no me vuelvas a hacer esto
- Lo siento
- No… - él me sonrió – Lamento no
haberte protegido como prometí
- ¿Y mi tía?
Pregunté.
- Está detenida con cargos de
intento de homicidio, homicidio por dolo, cómplice de dos secuestros – enumeró
mi novio – No te podrá tocar hasta que se muera
- Me alegro… - sonreí, pero
entonces un nombre vino a mi mente – La chica que estaba conmigo…
- ¿Jang Young Soo? – me preguntó y
yo asentí, sorprendida de que él supiera su nombre – Está bien, despertó ayer
- ¿Está bien?
- Sí – contestó – Está hablando
con Siwon en estos momentos
- Me alegro
- Dice que te debe la vida
- No fue nada
Derramé lágrimas.
- Eres mi pequeña Súper Ratona
- ¿Qué día es hoy?
Pregunté.
- Estamos Miércoles 23 de
Diciembre
Contestó él, cabizbajo.
- La boda debió ser ayer…
- No te preocupes por eso preciosa
– me volvió a dar un beso en la frente – Cuando salgas de aquí, y tengas
fuerzas, nos casaremos, todo está arreglado
- Para una persona normal sería
imposible hacer eso
- Por suerte tú te casarás con un
príncipe azul
- Te amo…
- Y yo a ti
Donghae quitó mi respirador y me dio un beso en los labios.
Lo había extrañado demasiado, y ahora sí podríamos ser felices, ya no había
nada que nos pudiera separar. El doctor entró y Donghae se tuvo que ir, todo
estaba bien, porque sabía que solo serían por unos minutos y no para siempre.
Salí del
hospital, junto con Young Soo, la mañana de navidad.
Los paparazis nos sorprendieron a la salida, pero todo
estaba bien, yo estaba bien, Young Soo estaba bien, y todo iba a estar bien de
aquí en adelante. Nos subieron en las camionetas blindadas y partimos.
- ¿A dónde iremos?
Me preguntó Young Soo.
- Nos vamos al Gyeongbokgung
contesté
- ¿Nos?
- Claro – contesté sonriente –
Después de todo, necesito tus medidas
- ¿Para?
- Para el vestido de dama de honor
Ella sonrió y me abrazó. El al palacio fue corto en
comparación a otras veces donde tenía que huir. Young Soo me iba contando cómo
fue su primera impresión de mis amigos y cómo se llevó bien al instante con
todos. Llegamos al Gyeongbokgung, Young se veía asombrada, de seguro así me vi
cuando vi el palacio por primera vez.
- Espera… - me dijo Young Soo – No
tengo equipaje
- Yo tampoco
- ¿Entonces?
Me miró con confusión.
Young Soo parpadeó varias veces y luego cerró la boca.
Llegamos a palacio y mis amigos me recibieron sonriente. Donghae me abrazó
fuertemente y me dio un beso.
- No te volveré a perder de vista
– me dijo – No lo haré
Entramos en palacio y encontramos ahí a la familia de mi
novio y a mi tío. Él se levantó de su asiento y se me acercó. Me miró con
miedo, debía de sentirse avergonzado por todo lo que había pasado. Lo miré y lo
abracé fuertemente, él comenzó a llorar.
- No es tu culpa – le dije – Nada
fue tu culpa
El almuerzo fue ameno, lleno de risas y una que otra mirada
de parte de Young Soo hacía Siwon, este solo respondía con el sonrojo de sus
mejillas. Terminó el almuerzo y me dirigí a mi tío, había algo que no me dejaba
tranquila y esperaba que él pudiera disiparlo.
- Ven conmigo…
Lo llevé a mi habitación, me parecía un lugar cómodo para
hablar.
- Siento mucho lo que pasó con tu
tía…
Empezó a decir él y yo negué con la cabeza.
- No hay problema, no fue tu
culpa – le dije y él asintió – Quiero que me digas algo… - él asintió - ¿Qué
pasó entre mis padres y mi tía Mi Hi?
Mi tío me miró con sorpresa
, él sabía y nadie nunca me había
dicho nada.
- Mi hermano y ella… - me miró,
parecía temeroso de decir algunas cosas – Habían sido novios por unos cinco
años. Tú tía Mi Hi era la presumida del pueblo, siempre hay una en todo pueblo
y ella con mi suegra, eran las del nuestro. Pero para Jung Su era una cara
bonita, y al igual que el príncipe, siempre se quejaba de lo pegajosa,
presumida y antipática que era. No había día en el que él no se quejara de la
actitud de su novia – me miró – Debes de entender Min, que tu padre nunca amó a
Mi Hi, el único que la amaba era… - miró al suelo – Yo… - soltó un suspiro – Mi
Cha llegó para vivir con su madre, e impresionó a todo el pueblo con su dulzura
– me miró – Eres igual a ella en muchos sentidos. Ella era mayor y todo lo
contrario a su hermana, Mi Hi era odiada y Mi Cha amada, con una sola sonrisa
encantaba a quien sea, y eso incluía a mi hermano – respiró hondo – Por ser
hermana de Mi Hi, ellos se solían ver cuando Jung Su iba a su casa – intenté
imaginarlo todo – La dulzura encanta más que la figura – me miró y yo asentí –
Me contó que se había enamorado de Mi Cha una noche, a la noche siguiente
terminó con Mi Hi. Ella quedó destrozada e intentó volver con él con cualquier
medio, pero él poco caso le hacía y yo intentaba acercarme a ella, aunque
siempre me rechazaba – él soltó una risita – Siempre me contaba que Mi Cha lo
rechazaba, mi hermano solía contarme eso – los ojos se le llenaron de lágrimas
– Un año y medio después, Mi Cha aceptó una cita, pero la canceló antes, pues
tenía miedo de hacerle daño a Mi Hi – me volvió a mirar – Ella misma me lo dijo.
Mi Hi comenzó a esparcir el rumor de que su hermana era una zorra y que era la
hija ilegítima de su padre, que por eso no vivía con ellos; Jung Su estaba
furioso con ella – respiró hondo de nuevo – Mi Hi entonces… se aprovechó de mí,
en un intento desesperado para que mi hermano le preste atención, salir con el
hermano menor de tu ex, gran plan – soltó una risita – Pero no obtuvo
resultados, más bien hizo que su hermana y el mío empezaran su relación, así
hasta el día que murieron
- Ella me dijo… que mi madre le
había arruinado la vida
- No me di cuenta a tiempo de que Mi
Hi estaba… - me miró y respiró hondo – O tal vez sí lo sabía y solo quería
cegarme, quería pensar que me amaba
- ¿Y Jin Kyong?
- ¿Por qué crees que ella nunca
fue cariñosa con nuestra hija?
Miré a mi tío, él sí que había sufrido, y Jin Kyong también.
- Lo siento
- No hija – me dijo – Yo lo
siento, por haberte hecho pasar por todo esto, por dejarte sola, por no haberla
detenido – sus ojos comenzaron a derramar lágrimas - ¿Podrías perdonarme algún
día?
- Tío Jung Hee… - él me miró –
Quiero que me entregues en la iglesia
Mi tío sonrió y derramó más lágrimas mientras asentía. Nos
abrazamos nuevamente y ambos lloramos. Lo necesitábamos, llorar y pedir perdón.
Había cosas del pasado que dañaron mucho a otros, no quería cometer esos mismos
errores, hacer heridas tan profundas que el tiempo no podía cicatrizar.
- Y aquí estamos en las calles de Seúl esperando el desfile de la Boda
Real. Por aquí será que la nueva princesa pasará con su corte en su bellísimo
carruaje. El diseño del vestido de la novia ha sido un secreto al igual que su
diseñadora, pero podemos hacernos una idea de él
- Sí, ella viste de una forma un poco
anticuada y…
- No mires esa basura
Me ordenó Sun, apagando la televisión. Los días habían
pasado y el año nuevo se nos vino encima. Decidimos hacer la boda el primer día
del año, aún era invierno. Mis damas y yo estábamos en un hotel cinco estrellas
arreglándonos para la boda y los chicos estaban en el palacio. Me sentía nerviosa,
esperaba no olvidarme de absolutamente nada.
- ¡Ay mi madre! – exclamó Young
Soo – Jamás creí que me pondría algo tan…
- ¿Bello?
Preguntó Yang.
- Caro…
Contestó la castaña sonriente y Yang rió.
- Acostúmbrate – dijo Sun, siendo
peinada por una de las estilistas, a mí me estaban haciendo las uñas – Siwon
tiene más dinero que yo creo
- No exageres
Reí.
- Bien… - Sun me miró - ¡¿Qué
carajos haces aún arreglándote las uñas?!
- Quería un diseño bonito –
contesté – Nunca me he hecho manicura
- ¡Santa granjerita!
Exclamó
ella, llevándose las manos a la cabeza. Mis amigas fueron peinadas y vestidas,
se veían esplendidas. Luego me ayudaron a vestirme, estaba detrás de un biombo,
y no las podía ver.
Mis estilistas terminaron de arreglarme y entonces quitaron
el biombo, mis amigas se quedaron de piedra.
- Te…
- Ves…
- Hermosa…
- Gracias
Les dije, sintiéndome acalorada.
- ¿Puedo entrar?
Preguntó mi tío, entrando con los ojos tapados.
- Ya entraste…
Le dije a mi tío, riendo.
- Cierto… - dijo él – Yo venía a…
- mi tío me miró – Te ves hermosa Min
- Gracia tío Jung Hee
- Venía a darte esto…
Me
entregó una caja pequeña de terciopelo. La abrí y encontré un par de aretes en
forma de copos de nieve con zafiros.
Miré a mi tío y él sonrió.
- Son algo antiguo y azul – dijo
y yo sonreí – Le pertenecieron a mi madre y esperaba dárselos a Jin Kyong el
día de su boda
- ¡No la haga llorar señor Kim! –
protestó Sun – Ha sido un logro dejar que la maquillen
- Lo siento – se disculpó mi tío
– Te pertenecen ahora y se lo podrás dar a tu hija
- Jamás creí que me casaría a lo
diecinueve y que hablaría sobre tener hijos
Me reí.
- Bueno, ya tenemos algo viejo y
azul – empezó a decir Sun – La tiara y el vestido son nuevos… - me miró y
arregló mi velo – Ten…
- ¿Qué es?
Pregunté, abriendo la caja.
- Algo prestado
Contestó
ella. Dentro había un collar de copos de nieve
Sonreí, todos habían traído algo que combinaba con mi tema
de copos de nieve.
- Es hermoso, gracias Sun
- Sí… que son unos diamantes
Las dos reímos, aunque desconocía el significado del chiste.
- Y tu ramo tiene oro, y el oro da
buena suerte
Me
recordó Yang y yo abrí mi boca. Mi ramo estaba compuesto por rosas blancas y un
sinfín de joyas que pensé que eran de fantasía.
Sun me lo entregó y noté que pesaban…
- ¿Esta cosa tiene joyas de
verdad?
Pregunté.
- No escatimamos en gastos
Dijo ella con un encogimiento de hombros.
- ¡Ay Jesús!
Exclamé y todos rieron. Después de eso salimos del hotel y
entramos en los carruajes.
En uno iban mis damas, en otro iban los niños de la
corte y en otro iba yo con mi tío. Conforme nos aproximábamos a la catedral, mi
corazón iba latiendo más rápido.
- Casi puedo oír tus latidos
Rió mi tío.
- Es que estoy nerviosa
Confesé, apretando con fuerza mi ramo.
- Es normal – dijo, mientras
ingresábamos a la calle donde todos los coreanos nos observaban – Hoy eres el
centro de atención
- ¿Y si no lo hago bien? –
pregunté temerosa - ¿Y si no nací para ser reina?
- Solo sé tú que así has estado
haciendo bien las cosas
Me contestó mi tío, dándome un beso en la frente. La
catedral se erguía imponente y nosotros estábamos en una gran fila de
carruajes. Primero estaba el del príncipe, con sus padrinos; en otro carruaje
estaba el rey con la princesa Jae Hwa y Sir Jay Ha; luego seguía mi carruaje,
mi corte, y los autos de todos los invitados.
Había invitado a mis amigas de Mokpo, ellas protestaron por
no haber sido escogidas como damas. También invitaron a todos los nobles,
parlamentarios, ministros y demás personas que no conocía y debía conocer. Me
sentía un poco extraña de que mis invitados fueran gente común y los de Hae
fueran gente importante, pero prefería no pensar mucho en ello. También le
había pedido a la entrenadora Yoona Kim que viniera, al profesor Shindong
porque lo tenía en muchos cursos y me agradaba. Todas las personas que
significaron algo para mí en mi antigua vida, como por ejemplo el hombre de la
biblioteca del pueblo en el que crecí, estaban ese día, pues era mi día y
quería que fuera especial para mí.
Por fin
llegó el momento de bajar del carruaje y mi corazón comenzó a latir.
El grito de la muchedumbre me aturdió y cerré mis ojos, hoy
era el gran día. Mis amigas, en sus vestidos de Frozen, bajaron del carruaje y
se encontraron con mis amigos, todos luciendo elegantes con sus trajes negros.
- Creo haber dicho que usaran
corbata, no moño
Dijo Sun, mirando con severidad a Siwon.
- En la despedida de soltero de
Donghae, mi corbata termino hecha girones
- Bueno…
Sun se cruzó de brazos e hizo un puchero.
- Ya Sun… - le palmeé la espalda –
Es mi boda, estrésate en la tuya
- Si es que algún día me caso
Sun miró a Hyuk con enojo.
- No dije que no me voy a casar
contigo – dijo Hyuk, poniendo cara de súplica y siguiendo a Sun – Dije que aún
soy joven para pensar en eso, tengo veintiuno y tú diecinueve
- ¡Cállate!
Gritó Sun
y todos reímos. Nos pusimos en posición: Adelante iban Sun con Hyuk, seguían
Kyu
con Yang, y por último Siwon con Young Soo. Sonreí al
verlos, en verdad se veían todos lindos, y todos siendo parejas. Detrás de
ellos iba Yoora con su canasta de pétalos de rosas rojas, y por último yo con
mi tío y varios niños que me ayudaban con la cola.
Entramos en la iglesia y la tradicional Marcha Nupcial se escuchó junto con un coro.
Miré a todos lados,
todos de pie mientras yo entraba. Apreté el brazo de mi tío y este me apretó la
mano con gentileza.
- Tranquila hija… - me pidió –
Solo te estás casando
- Dicho de esa forma… - reí –
Igual me pone nerviosa
Mi tío rió.
- Quiero decirte algo
- ¿Qué cosa?
- Te quiero mucho Min Jee –
contestó – Y espero que seas muy feliz
- Gracias tío Jung Hee – lo miré y
él me sonrió – Espero que usted también lo sea
- Claro que sí – me dijo, faltaban
pocos pasos para llegar al altar donde Donghae esperaba – Mientras mi princesa
lo sea – nos paramos delante de mi novio – Cuídela mucho su alteza
- Como a una reina
Donghae tomó mi mano y me hizo subir las tres gradas que
faltaban para poder estar a su altura. Mi corazón latía con mucha fuerza y él
solo sonreía, yo era la nerviosa y él el feliz. A mi lado Sun tenía una sonrisa
de oreja a oreja y Hyuk también, todos sonreían. Los miré de nuevo y el miedo
se fue, no debía de tener miedo, teniendo a tantas personas que me apoyaban y
protegían, no debía de tener más miedo.
- Habéis venido aquí, hermanos –
comenzó a decir el obispo – Para que Dios garantice con su sello vuestro amor,
ante el pueblo de Dios aquí congregado – miré a Siwon, se veía en su salsa – Y
presidido por su ministro. Un día fuisteis consagrados en el bautismo; hoy, un
nuevo sacramento – miré a Donghae, él me miraba sonriente y emocionado – Cristo
va a bendecir vuestro amor, y os enriquecerá y dará fuerza, para que os
guardéis siempre mutua fidelidad y podáis cumplir con vuestra misión de
casados. Por tanto, ante esta asamblea, os pregunto sobre vuestra intención – nos
miró y sentí un nudo en el estómago - ¿Venís a contraer matrimonio sin ser
coaccionados, libre y voluntariamente?
- Sí, venimos libre
Contestamos Hae y yo, ni siquiera sabía que aún podía
hablar.
- ¿Estáis decididos a amaros y
respetaros mutuamente durante toda la vida?
- ¡Por supuesto!
Contestó Hae y algunos presentes rieron.
- Sí
Contesté yo, sintiendo las mejillas enrojecer. Después de
unas cuantas preguntas más sobre si estábamos realmente seguros de que
estaríamos juntos para toda la vida y que recibiríamos a Dios y de que
prometamos educar bien a nuestros hijos, llegó la hora de los votos. Mi corazón
volvió a latir con mucha fuerza, no me creía capaz de contestar algo que no
fuera “Sí”
- Yo, Lee Donghae, te quiero a ti,
Kim Min Jee, como esposa, y prometo serte fiel en la tristeza y en la
felicidad, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, hasta
que la muerte nos separe
- Yo… - miré a Donghae, mis ojos
se me estaban nublando y él se veía radiante – Kim Min Jee, te quiero a ti – lo
miré sonriente – Lee Donghae – él sonrió ampKyuhyunente – Como esposo y prometo
serte fiel en la tristeza y en la felicidad, en la riqueza y en la pobreza, en
la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe
- El Señor, que hizo nacer en
vosotros el amor, confirme
este consentimiento mutuo, que habéis manifestado en esta Iglesia – nos sonrió
– Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre
Miré a mis amigos y la ceremonia continuó. Llegó la hora de
los anillos y Hyuk comenzó a buscarlos en su saco, nos tuvo como tres minutos
agónicos en la espera de los anillo. Por fin los encontró y algunos presentes
rieron, no podían culparnos, todos éramos jóvenes e inmaduros, teníamos que
cometer torpezas en este momento.
- Ay Hyuk…
Escuché que decía Sun y yo intenté reprimir una risa.
- El Señor bendiga estos anillos
que vais a entregar el uno al otro en señal de amor y de fidelidad
- Amén
Dijeron todos los presentes.
- Recibe este anillo, en señal de
mi amor y fidelidad hacia ti
Dijo Donghae, colocando con delicadeza el anillo color
plateado con un zafiro en mi dedo anular.
- Recibe este anillo, en señal de
mi amor y fidelidad hacia ti
Con torpeza coloqué el anillo en el dedo de Donghae. No me
gustaba mucho el oro, el color dorado nunca me gustó, así que pedí que fueran
plateados. Tenían copos de nieve grabados en la alianza y un pequeño zafiro,
eran hermosos.
- Por el poder que es conferido
en mí por Dios – dijo el obispo – Yo os declaro marido y mujer – Hae y yo nos
sonreímos – Puede besar a la novia
- ¡Al fin!
Gritó él y me besó. Todo era fabuloso, ahora podía ser feliz
con él, por siempre y para siempre. La misa terminó y salimos de la iglesia.
Los padrinos y damas se subieron en su carroza y yo me subí con mi nuevo esposo
en una. Las personas tomaban fotos y los reporteros iban haciendo comentarios,
nada me importaba, estaba demasiado feliz para prestar atención.
- ¿Estás feliz o sigues nerviosa?
Me preguntó mi esposo.
- El nerviosismo me durará hasta
la coronación
Contesté y él me besó, la multitud rugió de emoción.
- Te amo señora Lee
- Y yo a ti señor Lee
Nos paseamos por las calles de Seúl y luego fuimos a un
parque donde sería mi sesión de fotos con mi corte y mi nuevo esposo. Todo
estaba cubierto de nieve, me alegraba. Todos tenían cara de estar congelándose,
pero de igual forma posaban para las fotos. Me sentía feliz con Donghae a mi
lado, ahora en adelante sería feliz con el hombre que amaba.
- Te amo
Me dijo, dándome un beso en los labios mientras nos fotografiaban.
Después de una media hora, volvimos a los carruajes y partimos hacia el palacio
donde sería la recepción, los invitados debían de estar disfrutando de la hora
de cocteles. Sun me detuvo antes de ingresar.
- Necesito que veas las bolsas de
regalos
Me pidió ella. Sun como organizadora de bodas era más
estresante que la boda. Me imaginaba a Hyuk pasando por esto, él también
tendría que hacer toda esta parafernalia pues Sun era princesa. Solo me quedaba
decir “Pobre Hyuk”
- ¿Qué sucede?
- ¿Ya es mucho que pongamos una
botella de vino personalizada?
Me
preguntó, mostrándome una mesa donde estaban las cosas que irían en cada bolsa
de regalos. Había una tierna esfera de nieve con dos muñecos de nieve
casándose, yo las había escogido
había
llaveros de copos de nieve con cristales Swarovski que Sun eligió
aretes de plata y perlas que Yang eligió
y cajas de galletas que Hyuk eligió.
- Me parece bien, todo lo demás
parece de fiesta infantil
- Que bien que lo dices porque
aumentamos los regalos a cosas más costosas y lujosas
- ¡¿Qué?!
Sun no me dejó decir nada más e hizo que se llevaran todo.
Nos pusimos todos en posición e ingresamos al gran salón. Iba a ser la primera
vez que viera el salón. Me lo había imaginado muchas veces, pero al verlo me
quedé boquiabierta, era más hermoso a como me lo había soñado, parecía un
paraíso invernal.
Todos
aplaudieron y Donghae y yo nos quedamos en el centro.
Él tomó un micrófono y se aclaró la garganta. Me miró y tomó
mi mano.
- Gracias a todos por venir en el
día más feliz de mi vida, espero que disfruten de la velada
Luego me dio el micrófono a mí.
- Hemos pasado por muchas cosas
para poder llegar aquí, y me alegra mucho tenerlos presentes en este día – mi
voz se quebró – Desearía que algunas personas estuvieran aquí, pero es
imposible – Donghae me apretó la mano con suavidad – Espero que disfruten de la
velada
La música comenzó a sonar, era una linda canción y se me
hacía conocida, era “Just like now” la
canción que Donghae solía cantarme. Comenzamos a bailar al son de la música; yo
me colgué a su cuello y sonreí, me sentía feliz, me sentía muy feliz.
- Te amo Donghae, con todo mi
corazón
- Yo también te amo Min Jee, con
toda mi existencia
00000000000000000000
ESPERO
QUE LES HAYA GUSTADO
NO
SE OLVIDEN DE PASAR POR MI NOVELA “NO QUIERO QUE ME OLVIDES (KYUMIN)”
[1]
Giorgio Armani
[2]
Christian Dior
[3]
Coco Chanel
[4]
Oscar de la Renta
[5]
Victoria Secret
[6]
Carolina Herrera
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