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Capítulo 46
***
- No es lo que tú piensas – me
dijo Sun – No creo que él besara a la odiosa de Jin
- No es eso… - lloriqueé – Es que
siempre pasa algo malo cuando me siento más feliz
- Pero solo fue un beso de una
loca, no pensarás que te fue infiel
Me dijo Yang y yo negué con la cabeza.
- ¡Entonces arriba el ánimo! – me
pidió Sun – Si conozco bien a mi primo, él debe de estar gritándole su vida
entera a Jin
- ¿A sí?
Preguntó Yang.
- Sí, si cree que por su culpa lo
vas a dejar
- ¿En serio?
Pregunté.
- Sí, él está loco por ti – me
dijo mi amiga – Le desesperaría perderte
Él me miró y yo me separé de mis amigas, ellas se levantaron
del sofá y se encerraron en una de las habitaciones.
- ¿Podemos hablar?
Me preguntó y yo negué.
- Pero es que me siento tan
desesperada – él me abrazó más fuerte – Siempre tiene que pasar algo
- Yo tenía tanto miedo de que me
dejaras por culpa de Jin
- Eso no sucederá – le miré – Sé
que me amas – él sonrió – Si te hubiera encontrado con prostitutas, ahí si te
hubiera dejado – él rió – No voy a dejar que nadie nos separe
- Yo tampoco – dijo, dándome un
beso – ¿Por qué no me dijiste que Jin estaba también metida en todo esto? – me
preguntó y yo me encogí de hombros – Yo… me preocupaba por ella – miré a
Donghae, se veía realmente triste – Y casi me separa del amor de mi vida
- Hae… - él me dio un beso –
Lamento lo de Jin… no fue su culpa técnicamente
- No sé qué decirte… - me dijo,
tomándose la cabeza con ambas manos – Ella… ella siempre fue mi mejor amiga –
negó con la cabeza – No puedo creer que…
- Ya… - le pedí, acariciando su
rostro – En el amor y la guerra, todo se puede
- Para ella era una verdadera
guerra
- Bueno… no sé qué pudo volverla
así
- Sí… - él sacó su teléfono,
empezó a ver fotografías de ellos dos – Ella era… la persona que más me
conocía, era mi mejor amiga y… ahora ya no lo es
Él se abrazó más a mí y soltó un sollozo. Debía de ser
difícil para él, Jin había sido su amiga desde siempre, y perderla debía de ser
algo doloroso para él. Me sentía culpable, de no ser por mí, nada de esto
hubiera sucedido.
- Lo siento…
Dije y él se separó.
- Tú no tienes la culpa de nada –
me dijo, pellizcándome una mejilla – Son cosas que pasan
- Pero yo sabía que ella estaba
enamorada de ti – miré a mi novio, me sentía muy mal – Y no me importó estar
traicionándola
- Pero yo te amaba a ti, no a
ella, jamás la amé – me dio un beso – No te sientas mal, no la traicionaste –
me abrazó fuertemente, sonreí – Más bien ella te traicionó al permitir que te
traten así
- No quiero recordar eso
- Descuida, a partir de ahora,
nunca te dejaré sola
Nos dimos un beso. Esperaba que eso fuera verdad, que ya no
ocurrieran más cosas malas que hagan que nos separemos. Mi teléfono comenzó a
sonar, era Siwon.
- Siwon – contesté sonriente; a mi
lado Hae soltó un bufido - ¿Cómo estás?
- Eso quería preguntarte a ti – me
dijo y yo reí - ¿Cómo estás Min?
- Bien… - contesté sonriente –
Feliz
- Sí, conmigo
Agregó Hae, quitándome mi teléfono.
- ¡Hae! – le arrebaté mi teléfono
– Lo siento Siwon…
- Descuida – oí a Siwon reír - ¿Es
cierto que seré tu padrino en la boda?
- Sí – contesté – Tú y mis dos
mejores amigos
- Entonces tendré que comprar un
traje
Reí al oír eso.
- Me encantaría verte ahí, si no
vas, te meto a la cárcel
- Sobre todo porque ahora serás la
reina y sí podrás hacerlo
Ambos reímos.
- Ya deja de hablar con él
Me ordenó Hae, intentando quitarme el teléfono.
- Creo que al príncipe no le
agrada mucho que estemos hablando
- ¿Hae? – pregunté riendo – No,
descuida, puedo hablar todo lo que quiera contigo
- No es cierto, ya cuélgale
Me volvió a pedir mi novio y yo le saqué la lengua.
- Creo que mejor te cuelgo, no
quiero seguir molestando a tu novio
Dijo Siwon riendo, yo lo imité.
- No importa, el tonto de mi novio
es un celoso, pero yo no le hago caso – ambos reímos – Gracias por todo Siwon
- De nada Min – dijo – Adiós
Hae tomó mi teléfono y colgó. Yo le fulminé con la mirada e
intenté recuperar mi teléfono, él se estiró para que yo no lo alcanzara,
riendo. Me estiré, quedando sobre él, y por fin recuperé mi teléfono, él me dio
un beso.
- Eres un tonto
Le dije, dándole otro beso, él sonrió.
- Pero soy Tu tonto
Dijo él y nos volvimos a besar.
- Se amable con Siwon, estuvo ahí
cuando nadie más lo estuvo
Le pedí y él soltó un quejido.
- Lo intentaré
Sonreí al oír eso. Hacer que haga lo que yo quería era muy
fácil. La idea de seguir haciéndolo una vez casados atravesó mi cabeza, pero
luego recordé que él probablemente estaría muy ocupado siendo el rey. Me quedé
pensando en eso, él sería rey, pues era un príncipe ¡Siempre olvido que mi
novio es un príncipe! Pero entonces… después de que nos casemos… ¡WTF, seré una
princesa!
- ¡WTF! – exclamé y él me miró –
Nos vamos a casar…
- Sí… falta poco
- Nos vamos a casar…
- Y serás reina
- Y seré reina…
Me abracé a mí misma. Me sentía nerviosa, en cuatro meses
pasaría de ser una adolescente soltera a una adolescente casada ¡Que locura! ¡Y
sería reina! Donghae me miraba, se veía preocupado.
- ¿Estás bien? – me preguntó –
Estás pálida
- Sí…
Contesté, luego me fui corriendo al baño. Me encerré y
vomité estrepitosamente en el inodoro ¡Santos Cielos! Los nervios estaban
haciendo estragos en mí. Jalé la palanca y me lavé los dientes.
- ¿En serio estás bien?
Me preguntó Donghae, entrando en el baño.
- Sí, solo que…
No pude decir nada, Donghae tomó mi rostro y me dio un apasionado
y cargado de amor beso. Sentí que las nauseas desaparecían, el miedo se
dispersaba y la lucidez volvía. Yo había escogido esto, y era lo que quería.
- No tengas miedo
Me pidió.
- Es fácil para ti decirle, sabías
que ese sería tu destino desde que naciste – le recordé, abrazándolo – Yo…
siempre soñé otra cosa
- Es el sueño de toda chica ser
una princesa
Él sonrió y yo asentí.
- Pues esta chica está a punto de
cumplir ese sueño y… - me acerqué a su oído – Es aterrador
Él comenzó a reír y me volvió a besar. No era ridículo tener
novio, pero era ridículo pensar en todo lo que tuve que pasar para poder estar
con él y que al final me dé miedo solo ese asunto. Intenté relajarme; amaba a
Donghae e intentaría ser la mejor de las esposas.
- No tengas miedo
- ¿Crees que pueda llegar a ser
una buena esposa?
Le pregunté y él me sonrió.
- Bueno… - me miró con su sonrisa
de suficiencia – Eres organizada, eres responsable, eres empeñosa – sonreí – Un
poco terca, amargada, enojona, muy miedosa… - le di un golpe y él rió – Pero
eres la única que me hace sentir feliz – me dio otro beso – No solo porque me
tratas bonito, sino porque puedo pelear contigo, porque lo único que no te da
miedo es insultarme – reí – Así que sí creo que serás una excelente esposa, y
madre
- ¡Tengo diecinueve años, no me
pondrán a tener hijos ahora!
Él comenzó a reír.
- Tendrás que darle herederos a la
corona en algún momento
- ¡A los treinta! – grité
divertida y él rió aún más - ¿Crees que seré buena reina?
- Solo necesitas mejorar lo de tus
miedos irracionales a las consecuencias – me contestó y yo hice un puchero,
pues tenía razón – Pero estoy seguro que serás una excelente reina, la reina
Ratona I
- Tonto… - reí – Ay, se me puso la
carne de gallina
Volvimos a la sala y me puse a jugar con Bolita, mi perrito
me había extrañado mucho. Estuvimos viendo televisión hasta que llegaron los
demás chicos, luego pedimos pizzas y seguimos viendo películas. Era un día
perfecto, no podía haber algo más perfecto.
Mi teléfono comenzó a sonar, eran las seis de la mañana y mi
teléfono sonaba ¿Quién demonios me llamaba? Quité el brazo de Donghae de mi
cintura, y me levanté de la cama. Miré la pantalla, había sido Jin. Sentí un
estremecimiento ¿Qué quería la loca de mi prima? Mi teléfono volvió a sonar y
me salí al pasillo, contesté.
- ¿Hola?
Saludé.
- Min… - la voz de Jin se
escuchaba rara - ¿Puedes venir?
- ¿Está mi tía?
Pregunté con miedo.
- No – contestó, su voz sonaba
extraña – No ha vuelto a casa desde que te fuiste
- ¿Qué?
Pregunté. No sabía eso. Mi tía no había sido enviada a la
cárcel, solo pasó un día detenida ¿Dónde estaba ahora? ¿Con Lady Shin?
¿Planeando algo? ¿Debía de decirle algo a alguien?
- ¿Puedes venir?
Me volvió a preguntar.
- ¿Para qué?
- Quiero que hablemos – me
contestó – En paz, sin golpes, solo dos hermanas hablando
¿Debía de confiar en ella? ¿Debía de decirle a alguien que
iría? Me lo tenía que pensar bien ¿Y si era una trampa? ¿Y si estaba mi tía y
me hacían algo?
- ¿Min?
Miré atrás, era Donghae.
- ¿Puedes venir?
Me volvió a preguntar Jin.
- Sí, voy para allá
Contesté y colgué. Me giré completamente, encarando a Hae,
quien se recostaba en el marco de la puerta, mirándome con intriga. Entré en la
habitación y me quité el piyama, tomando algunas ropas y caminé al baño.
- ¿A dónde irás? – preguntó Hae,
siguiéndome dentro del baño - ¿Min?
- Donde Jin
Contesté.
- ¿Por qué?
- Me ha pedido que vaya a verla
- ¡¿Estás loca?! – Donghae me tomó
de los hombros y me miró con furia – Es peligrosa, igual que su madre
- Sigue siendo mi prima –
contesté, quitando sus manos – Y sonaba extraña, algo debe de haber pasado –
empecé a vestirme – Dice que mi tía no ha vuelto a casa desde que me fui
- ¡Pues se lo tiene merecido!
Gritó él, pateando el basurero.
- ¡Hae! – lo fulminé con la
mirada, él era tan impulsivo y explosivo - ¡Voy a ir!
- Tú eres suicida o muy tonta –
volví a fulminarlo con la mirada – Iré contigo
Miré a Hae, sabía que no podría discutir eso.
- De acuerdo – acepté – Pero me
esperarás afuera en el auto
- Bien – aceptó él, mirándome con
el entrecejo fruncido – Pero entraras con al menos tres guardaespaldas
- Trato
Extendí mi mano y él la miró, luego me miró a mí y me jaló
hacia su cuerpo, abrazándome con fuerza.
- No quiero perderte
Me susurró y yo asentí. Terminé de vestirme y les dejamos
una nota a mis amigos. Salimos del edificio y partimos hacia la casa de Jin.
Me sentía nerviosa ¿Qué quería Jin? No debía de ser nada
bueno, de eso podía estar segura. Solo agradecía que mi novio pudiera brindarme
protección.
Por fin llegamos. El edificio tenía un aura tétrica, tenía
el presentimiento de que algo malo iba a pasar. Temblé por dentro, respiré
hondo y salí del auto. Los paparazis me atacaron con los flashes, y los
guardaespaldas los intentaban alejar. Juntos entramos en el edificio y subimos
al ascensor.
Ella era tan deslumbrante, era como si un reflector siempre
la estuviera siguiendo. Siempre andaba sonriente, con la cabeza en alto,
mirando siempre a los demás hacia abajo, pero ahora no había rastro de ello.
Lucía totalmente deshecha y el corazón se me removió, yo tenía la culpa.
- Hola
Me saludó, cerrando la puerta, mis guardaespaldas estaban en
mis flancos.
- Hola
Contesté algo nerviosa.
- Lo siento… - contestó ella,
llorando – En verdad lo siento
La miré llorar y no pude evitar hacer lo mismo. Yo debía de
decirle eso, pues yo le había quitado al amor de su vida, yo había arruinado
sus sueños y deseos. Antes de Donghae éramos hermanas, si no me hubiera
enamorado de él, ignorando lo que ella sentía, nada hubiera pasado, pero pasó.
- Jin…
- ¡No! – ella estiró sus brazos
para que no me le acercara – No digas nada Min Jee – me pidió – ¿Cómo está él?
- Ha venido conmigo
Contesté y ella asintió.
- El te ama – intentó sonreír,
pero solo le salió una mueca – Ahora lo entiendo, creo que siempre lo supe y no
quise ver – soltó una risita – Quería seguir pensando que él me amaba en el
fondo
- ¿Por eso lo besaste? – pregunté
sin poder contenerme - ¿Intentabas quitármelo?
- ¿Quitártelo? – ella me miró –
Sí, eso quería
- ¿Por qué? – pregunté; no estaba
molesta, pero me sorprendía la forma en la que me lo decía, como si no le
hubiera importado – Tienes todo y yo nada – la miré, mi prima solo tenía una
mueca en el rostro - ¿Por qué me querías quitar lo único que tenía?
- Tú… - me miró y nuevas lágrimas
cayeron por sus mejillas – Siempre has tenido una familia amorosa, incluyéndome
en esa “Familia amorosa” – la miré
sin entender – En cambio yo… - miró el suelo - ¡Por doce años de mi vida tuve
que vivir en un internado, viendo a mis padres dos meses al año! – gritó - ¡Tú
siempre tuviste amigos! ¡Todos te amaban! ¡Tenías un novio! – siguió gritando
ella - ¡¿Sabes lo que es que te prohíban tener amigos?! – me preguntó con
lágrimas en los ojos – Que te tengan vigilada día y noche para que no te juntes
con lo que ella llamaba “chusma” – se
restregó las lágrimas - ¡Tú no sabes lo que es correr hacia tu madre en busca
de un abrazo y que ella se de media vuelta diciendo que está ocupada! – lloró,
no sabía nada de eso - ¡Tu padre siempre estaba en casa, el mío parecía que
amaba más al trabajo que a mí, incluso siento que te ama más a ti que a mí!
- Jin… tu padre te amaba
- ¡Eso ya no importa! – gritó -
¡Mi mamá lo mandó a una falsa expedición por el Rio Amazonas, para que se
relajara del trabajo, y ahora se perdió de verdad! – quedé sorprendida al oír
eso, Jin también lo sabía - ¡Y solo era porque la vieja bruja sabía que él te
defendería de todo!
- Jin… ¿Dónde está mi tío?
- No lo sé – lloró ella - ¿Y mis
tíos? – siguió llorando ella – Ella le pagó a una señora para que mandara a su
esposo a matarlos – me quedé helada, ella lo sabía también - ¡Y solo porque
está llena de maldad!
- Jin… Tienes que decirle esto a
la policía, podrán detenerla
Le pedí, acercándomele; ella retrocedió.
- ¡Por su culpa yo también soy
así! – lloró, cayendo de rodillas - ¡Lo único que yo tenía era a Donghae!
Me quedé viéndola. Nada de eso lo sabía. Sabía que era
solitaria y que su único amigo había sido Donghae, pero jamás podría haber
imaginado nada de esto. Jin seguía llorando desconsoladamente.
- Jin…
- ¿Quién le quitó qué a quién,
Min? – me preguntó - ¡¿Quién?!
- Lo lamento…
Lloré, arrodillándome enfrente de ella.
- Yo lamento no haberla detenido –
lloró ella – Debes de haber sufrido mucho
- Tú también has sufrido Jin –
lloriqueé, acercándome más a ella; esta vez no se alejó – Más de lo que yo
- Perdóname…
Me pidió y yo asentí.
- Te perdono Jin – la abracé y
ella me correspondió – Siempre serás mi hermana
- Y tú la mía
- Perdóname también
Le pedí, derramando más lágrimas.
- Te perdono
Nos dimos un último abrazo y nos levantamos del suelo. Ella
sonreía, se veía muy feliz y eso me conmovía. La abracé de nuevo y hasta reímos.
Me alegraba poder estar en paz con mi prima, con mi hermana, pues solo nos
teníamos la una a la otra.
- Te quiero Jin
Le dije y ella asintió.
- Mi oso de felpa… Barry… - me
dijo, luciendo de nuevo desequilibrada – Tiene una memoria de videocámara
- ¿Jin?
No entendía a qué se refería.
- Necesitarán pruebas
Me dijo.
- ¡Jin!
La abracé de nuevo. Debía de ser difícil para ella, estar a
punto de entregar a su madre, pero debía de sentir que era lo correcto. Me
llevó a su habitación y abrió la espalda de su oso de felpa, ahí habían tres
memorias.
- Promete… - me miró con sus ojos
hinchados – Que la harás pagar – derramó las lágrimas – Y que harás feliz a
Donghae
- Te lo prometo
Me entregó las memorias y yo las guardé. Nos abrazamos de
nuevo y luego me guió a la puerta. Nos dimos otro abrazo, ella sonrió de nuevo.
- Adiós Min
La miré, no se veía bien a pesar de que sonreía.
- Hasta pronto Jin
Él me besó, sabía que ahora todo iba a ir bien. Se escuchó
un grito y alcé la mirada. Desde una ventana, un cuerpo caía…
- ¡Jin!
Grité, corriendo hacia el cuerpo inerte de mi prima.
- ¡No! – gritó, sacudiendo a Jin
- ¡Jin! – gritó, abrazándola, yo miré a otro lado, llorando – ¡No! – volvió a
gritar mi novio - ¡Llama a emergencias!
- Hae…
- ¡No! – él se abrazó a mi prima -
¡Por favor Jin! – siguió sacudiendo el cuerpo - ¡No me dejes! – lloró -
¡Perdóname! – gritó - ¡No quería decirte aquello! ¡Perdóname por favor!
- Hae…
Me agaché lo abracé. Él intentó zafarse, pero luego me
correspondió el abrazo. Lloraba desconsoladamente.
- Le dije
que la odiaba – lloró
– Mis últimas palabras fueron que
la odiaba – miré su rostro, estaba deshecho - ¡Y ahora se fue! – miró el cuerpo
- ¡¿Por qué lo hiciste tonta?! – le gritó - ¡Te amaba! – miré a mi novio - ¡Yo
te amaba mucho! – lloró, abalanzándose sobre el cuerpo – Yo te amaba Jin…
El fiscal llegó junto con la ambulancia y varias patrullas
de policías que empezaron a tomar fotografías de la escena. Dieron el permiso
de llevarse el cuerpo y la metieron en la ambulancia, Donghae no quería
separarse de ella. Conduje su auto, siguiendo a la ambulancia hacia la morgue.
Donghae estaba parado en el centro de la sala, viendo el
lugar por donde el cuerpo de mi prima había sido trasladado. Me coloqué al lado
de mi novio e intenté tomar su mano, él la apartó. Me senté en una banca,
tomándome la cabeza con ambas manos, e intentando que las náuseas no se
volvieran a apoderar de mí, pero era difícil.
Tenía que asimilar muchas cosas. Mi prima acababa de
confesar muchas cosas, ella me había pedido perdón, mi prima me había
perdonado, me había pedido que hiciera justicia, nos habíamos dado un abrazo y
nos habíamos dicho que nos queríamos, y ahora ella estaba muerta. Las lágrimas
cayeron por mis ojos, todo esto era mi culpa. Por mi culpa mi prima estaba
muerta.
- Lo lamento…
Me susurró una voz. Volteé, era Donghae, mirándome con sus
ojos rojos.
- Yo lo lamento…
- Lamento… - miró el suelo – Haber
dicho lo que dije
Lo miré ¿Se refería a gritar que la amaba? Miré el suelo
también.
- Yo lo sabía – lo miré – Que tu
corazón era de ella
- No… - dijo él – Yo te amo a ti
Min Jee – me tomó de ambas manos – No te permito dudar de eso – me ordenó –
Pero Jin es… - no dijo nada más, yo lo abracé y él volvió a llorar - Tú no me
vayas a dejar nunca
- Nunca
Le prometí.
- Te amo
Me dijo, dándome un beso. Ambos estábamos deshechos,
acabamos de perder a una persona muy importante. Yo a mi única prima, mi
hermana y una de mis mejores amigas; él a su única amiga, la persona que más lo
conocía, y probablemente su verdadero amor.
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