domingo, 30 de agosto de 2015

Hotel SHINee (Jongkey) - 7

Capítulo 7






Desperté con una sonrisa en el rostro ¿Por qué? Porque el día era brillante, tenía un buen trabajo, cheques con sumas exuberantes en el bolsillo, y porque había hecho sonreír a Key con sinceridad.




Me levanté de mi cama, la tendí tarareando una canción. Joon se removió incómodo en su cama, debía de estar haciendo mucha bulla para él. Decidí que no lo despertaría, él había tenido que cubrirme toda la noche mientras yo paseaba por los bosques del hotel con Jinki y Key. Sonreí al recordar la conversación sobre las múltiples caídas de Jinki y lo mucho que Key amaba a sus perros y a Jinki.
Definitivamente la había juzgado mal. En una noche Key me demostró que era totalmente distinta a lo que todos pensaban, incluso distinta a lo que sus padres creían ¿Cómo unos padres podían saber tan poco sobre su hija? Había conocido una parte de esa Key desconocida y oculta, de esa verdadera Key.
Salí de la habitación y caminé lentamente hacia dentro del hotel, subí por el ascensor hacia el piso seis, tenía que dejar en su lugar unas cosas que había tomado de una de las habitaciones. Comencé a caminar tranquilamente por ahí, me sentía tan pacifico, me sentía tan… diferente. Definitivamente, hacer el bien a alguien te hacía sentir bien.
  - ¿Has visto a Joon y Jong?
Preguntó una voz antes de que doblara la esquina.
  - No – contestó otra voz – Creo que vi a Joon en las cocinas, lavando los platos
  - Es que no he visto a Jonghyun, no ha firmado el cuaderno de empleados y tampoco está en su habitación
  - Creo que debe de estar en los establos
  - Vamos para allá
Mi pulso se aceleró y corrí lejos, evitando ser visto por esos dos empleados. Respiré hondo, escondido detrás de una columna, viendo como dos de mis supervisores caminaban hacia mí ¿Qué haría? La habitación 615 estaba a mi lado, pero no podía entrar sin ser visto ¿Qué haría? Me verían con ese traje y se darían cuenta que lo robe porque yo jamás podría comprar uno ¿Qué podía hacer…?
  - ¿Juegas a las escondidas? – preguntó una voz, sobresaltándome – Quiero jugar
  - ¡Jinki!

Exclamé al verla.



  - ¿Desea usted desayunar con nosotras? – preguntó de pronto – Vamos a pedir “Servicio a la Habitación” y estaba dirigiéndome a su habitación… ¿Es la 615, verdad?
  - Eh… - miré de reojo a mis supervisores – Sí, acepto, vamos
  - Genial, Key-shi estará encantada con su presencia
Fue lo único que dijo Jinki, dirigiéndose a la 620 y abriendo la puerta. Entré a la carrera y cerré la puerta tras de mí, cerrando los ojos. Intenté calmar mi respiración, tomándome el pecho con una mano, y entonces abrí los ojos…
Ahí, sentada en el alfeizar de la ventada, alumbrada por la luz del sol, y luciendo un camisón lila, estaba Key con la vista fija en un libro, ajena a todo.



Me quedé viéndola, parecía un ángel con una aureola dorada. Parpadeé varias veces, me había quedad impactado con semejante belleza, pues no podía negar que la belleza de Key era superior a la de cualquier chica, y creo que ella lo sabía.
  - Buenos días, señorita…
Saludé, haciendo una venia. Key alzó la mirada de su libro y me miró fijamente. Un rubor empezó a subir a sus mejillas y luego miró a su amiga con severidad.
  - ¡Jinki! – la chica cerró su libro y lo dejó a un lado, luego corrió hacia su cama y tomó su bata, parecía de seda – Cuando te dije que me gustaría volver a conversar con este muchacho, no me refería a que lo trajeras para desayunar – miré Jinki, ella solo bajaba la mirada - ¡Y menos viéndome en esta fachas!
  - Lo siento… fue mi error, no te enojes
Le pidió Jinki y Key la fulminó con la mirada.
  - Eh… yo también lo lamento – dije, sintiéndome nervioso – No te enojes con Jinki noona, ella es muy linda
  - Gracias…
Jinki se sonrojó y ahora era yo quien era fulminado con la mirada por Key.
  - Bueno… ya que está usted aquí – empezó a decir Key, sentándose en la pequeña sala de la habitación - ¿Desea usted desayunar con nostras?
  - Pues… - miré a Jinki, ella asintió sonriente – Sería un honor acompañar a tan bellas damas
  - Es un usted un atrevido – rió Key – Tome asiento Jonghyun oppa – indicó y yo obedecí  - ¿Cómo ha amanecido hoy, Jonghyun oppa?
  - Muy bien, gracias
Sonreí y ella hizo lo mimo
  - Me alegra – Key sonrió, definitivamente esta era la Key verdadera – Disculpe mi atrevimiento al querer invitarlo
  - No se preocupe – la miré, ella miraba sus manos, se veía tan… tierna y tímida – Yo pensaba hacer lo mismo con ustedes
  - ¿En serio?
  - Sí – mentí sonriendo – Le dije que iba a ser un buen amigo y me pareció que era la mejor forma para comenzar
  - Por supuesto – asintió – Que mejor que un momento para charlar
  - Era eso o llevarlas a la feria que los isleños montaron
  - ¿Feria?
  - ¿Nunca ha ido a una?
Pregunté y ella negó.
  - Yo sí he ido a una – intervino Jinki sonriendo – Son divertidas
  - Lo son – asentí sonriente - ¿Qué es lo que más le gusta de las ferias, Jinki noona?
  - Los juegos y el pollo frito
  - Me lo imaginaba
Ambos sonreímos.
  - Me siento apartada de la conversación – se quejó Key, mirándonos ceñuda - ¡Dejen de hablar entre ustedes dos!
  - Lo lamento – se disculpó Jinki noona, aún sonriendo – Jonghyun-shi, es usted una persona muy agradable
  - Lo mismo digo de usted Jinki noona
  - ¡Ya! – exclamó Key, cruzándose de brazos - ¡Les dije que no me excluyan de la conversación! – se volvió a quejar – Onew, pide el desayuno por favor
  - Enseguida…
Dijo ella, levantándose del sofá y yendo hacia el teléfono.
   - Entonces… - dijo Key, mirándome - ¿Nos iba a llevar a la feria de los isleños?
  - Era una opción, pero usted…
  - Jamás he ido a una
Completó y yo la miré, luego sonreí.
  - Sabe qué, Key-shi – ella me miró con curiosidad – La llevaré esta noche
  - ¿Qué?
  - Las llevaré a ambas a que conozcan una parte de la isla
  - Pero no creo que… no creo que debamos
  - ¿Por qué no? – pregunté, mirándola confundido – Será divertido, una nueva experiencia para usted
  - No creo que este en lo que mis padres llaman “Experiencias que debería tener”
  - ¿Qué?
La miré aún más confundido.
  - No creo que a mis padres les agrade la idea de salir fuera del hotel a conocer una feria de isleños, mucho menos sin ellos – la miré sin poder creer lo que oía – Jamás me dejan salir a ningún lugar extraño si no es con ellos
  - ¿Qué? – volví a preguntar sorprendido – Kibum… tienes quince años – le recordé – Las chicas de tu edad salen con amigas, de compras, a fiestas, pijamadas…
  - No creo que eso me lo permitan mis padres – volvió a decir, mirando sus manos – Y las únicas pijamadas que he tenido han sido con Jinki en mi casa
  - ¿Obedeces todo lo que te dicen tus padres?
Pregunté, pues hace unos días podía negarlo totalmente.
  - Tengo que – contestó, mordiéndose el labio inferior – No quiero que…
  - ¿No quieres que te vuelvan a tratar de esa forma?
  - Solo si soy obediente mis padres me querrán
Abrí mis ojos a todo lo que daban ¿Qué acababa de decir? ¿Era cierto lo que acababa de oír? ¿Cómo podía una persona creer que si obedecía al cien por ciento a sus padres, estos la querrían más? ¿Cuán herida puede estar una persona como para creer eso? De nuevo sentí una presión en mi pecho. Miré a Key, ella se mordía el labio inferior y miraba sus manos. El deseo de abrazarla fuertemente volvió a apoderarse de mí ¿Estaba bien vivir así? Recordé la charla de accionistas de la que fui presente; la forma en la que esos hombres hablaban de sus hijos, como si fueran pedazos de arcilla que ellos podían modelar a su gusto… eso no estaba bien. Mis padres siempre me decían que cada persona era independiente, de que cada persona era singular, única en todo sentido; mis padres siempre me habían dicho que siguiera mi propio camino, que ellos solo me aconsejarían para que supiera lo que era bueno o no, y así yo caminar y decidir qué camino tomar. Pero que me impongan hacer y ser de una forma, eso era imposible, y rayaba en lo cruel si escuchabas las palabras de Key.
  - Key… - ella me miró, se veía triste – Te juro que no habrá problema alguno si haces, por una vez en tu vida, algo que realmente quieres
  - No creo que…
  - No quiero volver a escuchar un “No creo que” de tus labios – ella me miró con los ojos bien abiertos – Te llevaré esta noche lejos de todo este mundo – me acerqué a ella – Y te prometo que la pasarán bien y no tendrás ningún problema
  - ¿Cómo puedes estar tan seguro?
  - Porque saldrás conmigo
  - ¿Y usted es…?
Key me miró con una ceja alzada y yo sonreí.
  - Déjemelo a mí, le aseguro que no pasará nada malo
  - De acuerdo… - aceptó ella al final – Confiaré en usted
  - Le juro que no se arrepentirá
  - Eso espero…
Fue lo único que dijo ella y entonces la puerta fue golpeada.
  - Debe de ser el desayuno, yo iré por él
Dije, levantándome del sofá y caminando hacia la puerta.
  - Pide que lo carguen a la cuenta de la habitación
Me indicó Key y yo asentí, abriendo la puerta…
  - ¿Jonghyun?
  - ¿Joon?



 - ¿Qué demonios haces acá? – preguntó, jalándome fuera de la habitación - ¿De quién es esta habitación? ¿Por eso no has ido a trabajar? ¿Sabes los malabares que he tenido que hacer para que no nos pongan una falta?



- Joon… yo…
  - Jonghyun oppa… - llamó, desde adentro, la voz de Key - ¿Necesita ayuda?
  - No… está todo bien
Dije, mirando a Joon, quien tenía una mano en su rostro.
  - Dime por favor que no es esa chica…
  - Joon…
  - ¿Qué demonios haces, Jonghyun?
  - Nada – contesté – No es nada
  - ¡¿Nada?! – preguntó Joon, enojado, pero sin alzar la voz – Estás… con una huésped ¡En su habitación!
  - No es lo que parece, solo desayunamos
  - ¡Ni si quiera deberías estar haciendo eso! – Joon se llevó ambas manos al rostro - ¡Jonghyun, estás rompiendo las reglas!
  - ¡No me estoy involucrando con una huésped!
  - Pensé que lo que intentabas era hacerte pasar por un rico ¡No liarte con un huésped!
  - ¡No hago eso! – apreté los puños – Intento ser un buen oppa
  - ¿Qué…?
  - Y si me disculpas, este es nuestro desayuno…
Intenté llevarme el carrito con comida, pero Joon me lo impedía.
  - Detén esta locura – me pidió y yo miré la comida fijamente – Por favor, esto es pasarse, Jonghyun, sé razonable
  - Solo será esta vez, lo prometo…
  - ¿Es en serio? – preguntó – Me has estado diciendo esa misma frase desde hace mucho y sé que es mentira
  - Hyung…
  - Sea lo que sea que estés pretendiendo… - me miró fijamente - ¿En serio vale la pena? ¿No era acaso tu sueño hacer algo por el “Hotel SHINee”?
  - Hyung…
  - Y no podrás hacerlo si te meten en prisión por robo, estafa y demás
  - Hyung… ¿Cómo sabes…?
  - Soy tu mejor amigo, babo – me dijo y yo miré a otro lado - ¿Cuánto más creías que podías ocultármelo?
  - Yo…
  - Jonghyun oppa… ¿Por qué demoras?
Miré a Joon y este se cubrió el rostro con la fuente.
  - Es que… le estaba diciendo al mesero que… - miré a Joon – Hubo un error con el pedido y enseguida trajeron el correcto, lo tenía otro mesero
  - Oh… - Key me miró con el entrecejo ligeramente fruncido, le acaba de dar la respuesta más absurda del mundo – Entonces ya entra, tenemos hambre – sacó un poco de dinero de su monedero – Tenga… muchas gracias
  - Gracias…
Dijo Joon, tomando el dinero y guardándolo en su bolsillo. Entré con el carrito en la habitación y comenzamos a desayunar, conversando y riendo. Me sentía un poco incómodo, Joon sabía lo que estaba haciendo, lo que estuve haciendo. Miré a Jinki y Key, ahora menos que nunca podía detenerme, tenía que seguir haciéndolo, para cubrir mis mentiras.
¿Por qué simplemente no paraba? Debía de dejar de hacerlo, decir que tenía que irme antes y volver a mi vida normal lejos de los de la “Alta Sociedad” ¿Por qué no lo hacía? ¡¿Por qué demonios seguía con esta locura?!
  - Esto está delicioso – dijo Key, sonriendo - ¿No lo cree usted, Jonghyun oppa?
  - Por supuesto que sí
Key sonrió de nuevo y yo hice lo mismo, definitivamente no podía para de mentir.
  - Ahora que ya terminamos de desayunar… - habló Jinki, dejando su plato de pollo frito a un lado - ¿Qué podemos hacer para no aburrirnos?
  - ¿Darle la trigésima vuelta al hotel? – sugirió Key, arrancando una risita a su amiga – Tenemos todo el día hasta la noche – me miró - ¿Qué podemos hacer?
  - ¿Qué les parece un paseo en caballo?
  - ¡Oh, eso sería increíble! – aplaudió Jinki – Cabalgar no está en la lista de actividades de la señora Kim – se quejó, cruzándose de brazos - ¡Vamos, Key, acepta!
  - ¿Pero y si nos ensuciamos? – preguntó Key y yo solté una risita – Es que mi omma dice que no debemos de hacer algo que nos ensucie
  - Key-shi… - intenté dejar de reír – Deje de preocuparse y vuelva a ser esa chica que me llamaba “Perro” – pedí y ella me miró con una ceja alzada – Al menos ella era valiente
  - ¿Estás diciendo que soy una miedosa? – preguntó con indignación – Primero que nada, “Perro”, no te permito que te burles de mí; y segundo: No me gusta ensuciar mis vestidos
  - Bueno… es eso o ir a la piscina
  - No… prefiero los caballos – Jinki hizo un puchero y miró a Key – Por favor…
  - ¡Aish! – exclamó Key con enojo - ¡Está bien!
  - ¡Sí!
Jinki aplaudió y le dio un abrazo a su amiga.
  - ¡Ya! – gritó Key - ¡Me arrugas la ropa y me estás despeinando!
Me reí por la escena. Tal vez Kibum era una combinación de esa chica mimada y de esa chica dulce. Key me fulminó con la mirada y yo dejé de reír al instante, mirando mis pies; ella también tenía un lado tenebroso y lo dejaba salir a través de sus ojos felinos.
Las chicas entraron en la habitación y yo me quedé esperando en la sala. Miré todo lo que me rodeaba, todo se veía tan caro. Miré la puerta de la habitación de Key y Jinki; si no las hubiera conocido, si no me hubiera tropezado con Key aquel día, no estaría ahí sentado en ese momento, con miles de wons en el bolsillo esperando por ser gastados en el “Hotel SHINee”. Al final, al parecer, le debía algo a esta mimada niña.
  - Lista
Dijo Jinki, acomodándose el cabello. Ella había dejado su vestido por un simple conjunto de pantalón y blusa, se veía muy bonita. La puerta de la habitación se abrió de nuevo y apareció Key. Me quedé anonadado, se veía… la palabra “Hermosa” se quedaba corta. Key definitivamente era una chica muy bella, creo que la más bella que he conocido.



  - ¿Cómo me veo?
Preguntó tímidamente.
  - Eh…
Balbuceé y Jinki rió.
  - Dejaste a Jonghyun sin palabras
Rió ella y Key miró al suelo, sonrojada.
  - Vámonos
Indiqué y las dos amigas asintieron, engarfiando sus brazos. Caminamos entre risas y conversaciones hacia los establos, en verdad que la presencia de ambas era muy agradable ¿Cómo pudo haber un momento en que detesté a Key? Era increíble como tan rápido había dejado de pensar en ella de esa forma, ahora la veía como una buena persona, alguien agradable.
Llegamos a los establos, Key miraba a todos lados con una mueca, yo intenté reprimir una risita. Jinki también miraba a todos lados, pero ella lo miraba todo con maravilla. Sonreí, me alegra estar haciendo felices a ese par de extrañas.
  - Jonghyun-shi…
Miré al hyung de los caballos, empecé a sentirme nervioso de nuevo.
  - Tres caballos
Pedí.
  - Cárguelos a la habitación 620
Se apresuró a decir Key.
  - Eh… - el hyung me miró y miró a las chicas, yo tragué saliva – En seguida…
  - Key… usted no sabe cabalgar
Comentó Jinki y Key hizo un puchero, parecía que estaba a punto de hacer un berrinche.
  - Puede ir conmigo
Sugerí y Key asintió.
  - Entonces solo dos caballos… - dijo el hyung de los caballos, yéndose a ensillar – En seguida, Jonghyun-shi
  - Veo que… - Key me miró confundida – El empleado te conoce
  - Es que soy muy amistoso – contesté con calma – Por eso me llevo bien con todos, incluso con los empleados de este hotel – sonreí – Además, heredaré el hotel de mi padre, tengo que saber cómo tener una buena relación con mis empleados
  - Sí… - fue lo único que dijo ella, solo esperaba haberla convencido – Usted tiene una personalidad brillante – aceptó y yo solté un suspiro – Como si fuera un pedazo de joyería… - me reí por la comparación – Es como si su personalidad gritara “Mírenme, bling, bling, soy Kim Jonghyun, bling, bling, mírenme”
  - Soy un “Bling, bling” entonces
Acepté riendo, ella me imitó.
  - Me perdí el chiste
Se quejó Jinki, cruzándose de brazos.
  - Que “Bling, bling,” te lo cuente
  - ¿Quién es “Bling, bling”?
  - Soy yo – sonreí, alzando la mano – Es mi nuevo apodo – miré a Key y ella sonrió – Me gusta mucho
  - Aquí están…
Dijo el hyung de los caballos.
  - Gracias
Dijimos, haciendo una venia.
  - Yo quiero este
Pidió Jinki, subiendo con facilidad en el animal.
  - Ayúdame a subir – pidió Key, llevándome hacia el otro caballo – Por favor…
  - Sí…
Me paré delante de ella ¿Cómo la ayudaba ahora? No había un banquito ni nada como para ayudarla ¿Le hacía un escaloncito con las manos? No, lo más seguro es que se terminaría cayendo. La miré, ella también me miró, entonces llevé mis manos a su cintura.
  - Oppa…
Dijo ella, frunciendo el ceño. No le hice caso y la alcé, ayudándola a sentarse en la silla. Ella me quedó mirando, boquiabierta. Sonreí, sí, también soy muy fuerte.
  - Jonghyun-shi, eres muy fuerte
Me halagó Jinki y yo sonreí, estaba bien que me lo recordaran.
  - Gracias Jinki noona
  - Está bien que oppa sea fuerte, porque me debe de cuidar de no caer de este animal – habló Key, mirándome fijamente - ¿Verdad?
  - Por supuesto, hoy la protegeré de todo, incluso de los bichos
  - Que buen “Perro” eres
Dijo, palmeándome la cabeza, eso provocó que me riera.
  - Seré un perro fiel para usted entonces – solté y ella sonrió – Descuide, no la dejaré nunca
  - ¿En serio? – preguntó ella de pronto - ¿Lo promete?
  - Como un “Perro fiel” es lo que acabo de decir, no la dejaré nunca
Volví a decir, viéndola a los ojos, había algo distintito en ellos.
  - Gracias… - dijo ella, sonriendo – Es lo más lindo que alguien ha podido decirme
  - ¿No suelen decirle este tipo de cosas?
  - No… - Key bajó la mirada – Solo Jinki es la única que me hace sentir como si realmente le importase alguien
  - Pues entonces le recordaré todos los días lo importante que es usted
Solté y ella sonrió ampliamente ¿Por qué estaba diciendo todo eso? ¿Qué pasaba conmigo?
  - Gracias – Key sonrió y yo hice lo mismo – Usted es un coqueto atrevido – la miré confundido – Pero eres bueno…
  - Como un “Perro fiel”
  - Bueno “Puppy bling, bling” comencemos este paseo a caballo
Ordenó y yo obedecí

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DISCULPEN LA DEMORA!!!! LA UNIVERSIDAD COMENZÓ CON FUERZA Y ESTOY A LA MITAD DE MI CARRERA. ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO MI NOVELA, QUE LA SIGAN LEYENDO Y LA DISFRUTEN!





lunes, 24 de agosto de 2015

Hotel SHINee (Jongkey) - 6

Capítulo 6






  - ¡Esa niña me va a sacar canas verdes! – reía Joon, imitando a la señora Kim – Siento tanta pena por esa pobre chica, ahora puedo entender su actitud
  - Es tan extraño que estemos hablando de un huésped, antes no nos importaban, solo las propinas…



  - No me malinterpretes – pidió Joon – Esa mocosa me importa un bledo, pero tú eres el que hizo que fueran nuestro tema de conversación, y si puedo reírme de sus vidas, pues así será
  - Sí…
Acepté, aunque no me gustara oírlo reírse de Key. Las palabras de los padres de Key retumbaban en mi cabeza ¿Cómo dos padres podían ser así con su hija? No podía ser, era cruel, un hijo siempre iba a necesitar amor.
  - Salgamos ya de aquí – pidió Joon – Es tan extraño que nadie tome esta habitación hasta ahora…
Dijo Joon, señalando toda la habitación 615.
  - Si… es muy raro, pero mira el lado amable, hemos descansado en una habitación de lujo
  - En nuestro fabuloso trabajo de vacacionar sin vacacionar
Agregó y ambos reímos, saliendo de la habitación.
  - ¡¿Quién te has creído que eres?! – preguntó una voz que ya conocía muy bien, era Key - ¡¿Te haces una idea de lo miserable que puedo hacer tu vida si te vuelves a meter conmigo?! – le estaba gritando a una huésped – ¡Recuerda que tu vida depende de mi familia, así que más cuidado con lo que haces!
  - Lo lamento Key-shi… fue un accidente
  - ¿Accidente? – preguntó la chica, soltando una risa sarcástica – Aigo esta pobretona… - la miró de forma despectiva – Escúchame bien mocosa inmunda… - Key se le acercó lentamente, la chica solo se encogió con temor – Fíjate bien lo que haces, porque tu estatus depende de que tu padre siga siendo del agrado de mi padre, y si tú dejas de ser del mío… vete despidiéndote de tu linda vida de niña casi rica…
  - ¡Key-shi! – salió Jinki - ¡Ya basta, fue suficiente!
  - Jinki noona – la huésped miraba asustada a las dos – En verdad lo lamento
  - Aish… solo vete niña con suerte – le ordenó Key – Tienes suerte de estar aquí
  - Key… he dicho que te detengas…
Jinki miró con severidad a Key, esta solo se cruzó de brazos.
  - Eso le pasa por ser una envidiosa entrometida
Dijo Key, abriendo la puerta de su habitación y entrando.
  - Key…
  - ¿Qué pasó?
Pregunté, saliendo de mi habitación, Jinki me miró sorprendida.
  - Es que… - miró hacia la puerta – Key quería hacer otra cosa, distinta de las actividades programadas y… esa chica se lo dijo a su madre y pues…
  - Ya veo…
No hacía falta que ella dijera algo más, lo podía entender todo. Miré a Jinki y luego a la puerta. Me giré, Joon aún me miraba desde la habitación y yo miré de nuevo la puerta. Joon salió de la habitación y se nos acercó, yo lo miré.
  - Hola… - saludó a Jinki, que respondió con una venia – Jong… tenemos que irnos
  - Yo… hyung…
  - Vámonos… no es nuestro asunto – miró a Jinki – Señorita
  - Adiós…
Dijo Jinki, golpeando la puerta mientras yo era arrastrado por Joon.
  - No debes de involucrarte con un huésped
Soltó él, presionando el botón del ascensor.
  - No lo estoy haciendo – lo miré con seriedad – Es solo que…
  - ¿Es solo que qué? – Joon me miró con severidad - ¿Qué demonios estás haciendo Jonghyun?
  - No he hecho nada…
  - Más te vale…




Toda la tarde estuve con Joon, limpiando habitaciones y lavando platos. Aún no lograba quitarme de la mente a Key, su actitud ante esa chica, la forma como la despreció con las palabras, el miedo en el rostro de la apabullada chica ¡Pobre de ella! Y sin embargo… ya no podía juzgar mal a Key, pues estaba seguro que ese arranque de ira era solo producto de su frustración hacia su madre, hacia su vida.
Jinki tenía razón, había prejuzgado a Kibum muy superficialmente, y ahora lo lamentaba, pues no podía dejar de pensar en ella y en lo mal que la pasaba. Esta sensación de lástima era demasiado fuerte, no podía con ello y lo único que deseaba era salir corriendo y buscarla para abrazarla y decirle que no estaba sola… pero jamás lo iba a hacer.
Tanto ella como Jinki no eran mi asunto ¿Por qué tendría entonces que consolarla? Era simplemente la empatía que tenía con las personas; lo que a ella le pasaba me afectaba porque así soy yo, preocupándome por todos ¡Pero no! Ella no me era mi asunto, yo no debía de intervenir. Si ella la pasaba mal, que lo resuelva ella, yo no debía de hacer nada por ella, al fin y al cabo, ella me despreciaba…
  - Jonghyun, mejor vete
Habló Joon y yo lo miré confundido.
  - ¿Qué?
  - Estás hace como diez minutos con el mismo plato, será mejor que me lo dejes a mí
  - Sí… - me quité la camisa del uniforme – Creo que tomaré un poco de aire
  - Jong… - Joon me tomó de la muñeca y yo lo miré – No vayas a buscarla…
  - Hyung… - lo miré fijamente, sintiendo una presión en el pecho – No tenía pensado hacerlo
  - Mejor así
Joon no dijo nada más y yo salí de las cocinas. Empecé a caminar por el borde de la piscina, todos parecían divertirse bajo el sol de verano. De aquí a unos años, con mucho esfuerzo, volvería al “Hotel SHINee” un hotel como este. Tendría que trabajar mucho si quería lograr mi sueño de ser un magnate, pero lo iba a lograr. Tal vez de aquí a unos años, yo estaría paseando por ese mismo borde con mi familia y con el hijo imaginario de Joon, Minho.
  - ¡Jonghyun oppa!
Gritó una voz, era una de las noonas, sentada en una mesa al lado de la piscina, junto a otras noonas. Me les acerqué, todas me sonreía y no podían evitar hacer lo mismo, es decir… eran un grupo de chicas en traje de baño. Al instante comenzaron a llenarme de halagos y demás, eso me agradaba. Sus comentarios hacia mi persona iban desde lo inteligente que era a lo guapo que era; sus comentarios me hacían sentir bien, subían mi ego.
  - ¿Vieron el papelón de Kibum esta mañana?
Comentó de pronto una.
  - Que ordinaria se está volviendo – rió otra – Mira que tratar así a su omma solo porque no quería almorzar con nosotras
  - Yo no me quejaría si ella dejara de frecuentarme – intervino otra de las chicas – El único motivo por el que le hablo es porque mi padre trabaja para el suyo
  - Lo mismo digo – habló la noona que me había llamado – Kibum es un espécimen raro y no me apetece saber nada de ella
  - Lo mismo opino
  - Ella es solo una engreída que se cree la gran cosa por ser hija de Kim Seunghyun, cuando la verdad es que ni sus padres la toleran ¡Nadie la tolera! No pertenece a nuestro círculo, no es como nosotras, ella es… diferente en el mal sentido, porque ni original puedo decir que es – soltó una risita – Pobres Jinki y Woohyun que la tienen que soportar, incluso dudo que ellos sean sus amigos realmente – volvió a reír – Por lo menos yo no lo soy, solo me acerco a ella por el dinero…
  - Que mala eres – comenté y todas me miraron – Kibum no es rara, ni engreída, ni siquiera podría decir que es odiosa
  - ¿Perdón…? – la noona me miró - ¿Está usted diciendo que le agrada Kim Kibum?
  - Pues sí – la miré a todas – Me agrada Kim Kibum y ustedes son un rebaño de hipócritas
  - ¿Rebaño…?
La noona me miró con confusión.
  - ¿Acaso usted no decía en las reuniones, lo poco que le agradaba ella?
Me preguntó de pronto otra de las noonas, mirándome con una ceja alzada, un gesto que me hizo recordar el rostro de Key.
  - Sí – admití – Lo dije, y estuve equivocado – todas me miraron con los ojos bien abiertos – Me di cuenta de que había una persona distinta a la que mis ojos veían
  - ¿Estamos hablando de la misma Kibum? – preguntó otra noona – Porque yo no puedo creer que alguien como usted, tan guapo e inteligente, esté defendiéndola
  - Estamos hablando de la misma Kim Kibum, una persona que no necesita amigas falsas como ustedes – solté y ella me miraron con los ojos bien abiertos, haciendo muecas extrañas – Ella no merece que la prejuzguen tan duramente
  - Oppa… me está empezando a asustar – habló la primera noona - ¿Es que acaso usted tiene algún interés o algo parecido en Kibum?
  - Nada de eso – contesté con firmeza – Pero si tuviera que elegir entre alguna de ustedes y Key, preferiría mil veces salir con Key
 - Eso lo dudo – la chica me miró con la nariz ligeramente alzada – Si usted saliera con ella, incluso si la llegara a invitar, lo rechazaría por creerlo poca cosa, porque ella es así, Key trata a todos como basura para sentirse mejor con su patética vida de niñita rica menospreciada…
  - ¡Basta! – grité, apretando los puños - ¡No vuelvas a referirte así de Key! – advertí, apuntándola con mi dedo - ¡Uno no debe de hablar cosas malas a espaldas de otro, eso es cobardía!
  - No lo hago…
Señaló algo detrás de mí y yo me giré. Ahí, con la boca ligeramente abierta, sosteniendo la mano de Jinki, estaba Key. Me levanté al instante de mi asiento y me quedé viéndola, ella me miró a los ojos, yo sentí que el corazón se me aceleraba.
  - Oppa…
Fue lo único que dijo.
  - Key-shi… - me acerqué a ella, pero ella retrocedió un paso – Yo…
  - Gracias por defenderme – hizo una reverencia – Unnies…
  - Bye, bye querida
 Se despidió la noona, agitando su mano y sonriendo con superioridad.
  - ¡Key, espera!
La llamé, pero ella solo seguía caminando junto a Jinki.
  - Te lo dije – rió la noona – La defiendes y se va simplemente
  - Ella me agradeció…
  - ¿Y eso qué? – me miró con una ceja alzada – Te trató con la misa frialdad con la que te hubiera tratado si en vez de defenderla, le hubieras dicho un simple “Hola” – miré hacia donde estaban Key y Jinki – Y es que ella se sintió tan agradecida así como yo me siento contenta con su presencia…
  - Cállate…
  - ¿Eh…?
  - He dicho que te calles – repetí – Tus palabras solo dejan ver lo envenenada que estás por dentro, lo podrido de tu ser – la chica frunció el entrecejo – ¿Te crees mejor que ella por qué? – pregunté – Tú eres dos veces más de lo que criticas en Key
  - ¡Ey, no te permito que me hables así!
Gritó, pero yo me levanté de mi asiento.
  - ¡Ey!
No dije nada, solo continué con mi camino ¿Qué había sido eso? ¿Por qué la había defendido? Me había dicho a mí mismo que no iba a meterme en esos asuntos, que no eran de mi incumbencia, pero lo había hecho ¿Por qué? ¿Por qué quería defender tanto a esta chica que solo me trataba mal?
  - Jonghyun-shi…
Habló Jinki, mirándome ¿En qué momento llegué a su mesa? Las miré a ambas y tragué saliva.
  - ¿Puedo sentarme?
Pregunté y Jinki miró a Key, ella seguía inexpresiva.
  - Sí… - Jinki me sonrió y yo asentí, sentándome – Yo… iré por algo de pollo frito, ahora vuelvo…
  - Sí…
Dije, viendo como se iba. Me giré a ver a Key, ella seguía inexpresiva, viendo la mesa y cruzada de brazos. El viento movía sus coletas, golpeando su rostro, pero ella no parecía inmutarse ¿Qué le ocurría ahora? Verla así me desesperaba, quería que dijera algo, incluso me gustaría que me gritoneara y llamara “Perro”, pero ella simplemente estaba ahí, sentada, sin mirar a ningún lado excepto la mesa, y dudaba que estuviera viéndola realmente.
  - ¡Volví! – anunció Jinki, sosteniendo una bandejita con lo que parecía ser pequeñas alas de pollo fritas - ¿La están pasando…?
  - ¿Por qué lo hiciste?
Preguntó Key, dejándome sorprendido al oír su voz.
  - Yo…
  - Usted no me conoce – dijo ella – Usted no es nada para mí así como yo no soy nadie para usted – la miré, ella hizo lo mismo - ¿Por qué lo hizo?
  - Yo…
  - Esas unnies pueden arruinar el estatus que ha logrado construir
  - No me importa
Contesté con sinceridad y ella me miró con el entrecejo fruncido.
  - Le agradezco que me haya defendido de esas arpías – empezó a decir – Y le agradezco el abrazo de consuelo de la otra vez… - la miré boquiabierto, sintiendo una presión en el pecho – Pero en lo sucesivo, no se meta en donde no lo llaman
  - Key…
Habló Jinki pero Key volvió a cruzarse de brazos.
  - Solo intentaba ayudar… - hablé – Como dije… todos merecemos respeto, incluso de parte de nuestros mayores
  - Ese no es asunto suyo
  - Tal vez no – la miré fijamente – Pero donde yo vea que haya injusticia o algo que dañe a un inocente, ahí estoy para ayudar
  - ¿Es usted un súper héroe? – preguntó – Yo no quiero un súper héroe – miré la mesa, sintiendo un nudo en la garganta – Gracias por haberme defendido… - volvió a decir, esta vez de forma menos dura – En verdad le agradezco, pero… - la miré fijamente – Oppa… - me sorprendió de nuevo el ser llamado así – Usted no puede ayudarme
  - Lo intentaré de todas formas
Solté y ella me miró con los ojos abiertos.
  - ¿Por qué?
  - Porque todos merecemos una segunda oportunidad, y yo te estoy dando una para demostrarme que no eres nada de lo que esas arpías dicen
  - ¿Y por qué yo tendría que mostrarle a usted el error de esas arpías?
  - Porque usted no soporta que no la conozca como realmente es – Key me miró con los ojos bien abiertos, había acertado – Se está ahogando en su propio ser
  - Oppa…
  - Yo solo quiero ser un salvavidas para usted – admití – Demuéstrele a todos lo equivocados que están con respecto a usted, demuéstrele a su familia lo que vale, silencie a todos lo que en algún momento la hirieron con ofensas y malos tratos
  - Jonghyun oppa…
  - Y yo estaré ahí para ayudarla, porque soy un “Perro” – sonreí – Y eso significa que soy un buen amigo
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HASTA AQUÍ ESTE CAPÍTULO, ESPERO QUE LES ESTÉ GUSTANDO LA HISTORIA




domingo, 16 de agosto de 2015

Hotel SHINee (Jongkey) - 5

Capítulo 5






- ¡Suéltame!
Gritó ella de pronto.
  - Espera… solo intento
  - ¿Ayudar?
  - ¿Cómo puedes soportar que te traten así?
  - Son mis padres – contestó, limpiándose las lágrimas con sus coletas – No los puedo  contradecir
  - Pero tampoco puedes dejar que te traten como si fueras un…
  - ¿Un…?
  - Un objeto que ellos puedan controlar – terminé por decir – Eres una persona y mereces…
  - ¿Respeto? – me miró, alzando una ceja – Esa conversación ya la tuvimos…
  - Iba a decir: Amor – Key me miró con los ojos bien abiertos – No eres de piedra, hasta una niña malcriada como tú merece amor
  - No… no entiendo…
  - Key…
Me acerqué de nuevo a ella y ella hizo lo mismo. Miré sus ojos, rojos por el llanto y mi corazón de nuevo se estrujo ¿Cómo una chica tan bonita podía tener ojos de sufrimiento? ¿Cómo alguien que lo tenía todo, aparentemente, podía tener una mirada tan triste? Tomé a Key de nuevo de los hombros y la abracé, fuertemente.
Ella estaba estática, yo sin embargo la apretaba cada vez más contra mí ¿Por qué estaba haciendo esto? No podía soportar, aunque ella no fuera de mi agrado, verla llorar, verla siendo apabullada por sus padres, eso no estaba bien. Key me abrazó, me correspondió el abrazo y de nuevo se puso a llorar, pero en silencio, derramando sus lágrimas en mi cuello.
  - ¡Key-shi!
Gritó Jinki de pronto y entonces nos separamos.
  - Onew… - dijo Key, mirando a su amiga – Vamos a dar una vuelta por ahí
  - Sí… - la miró fijamente - ¿Estás bien?
  - Te lo contaré en el camino… - Jinki asintió – Jonghyun oppa… - Key me miró, yo me sentía sorprendió por la forma en la que me había llamado – Gracias…
Y entonces ambas chicas se fueron. Me quedé viéndolas, Jinki abrazaba a Key y esta iba cabizbaja ¿La vida de una niña rica no era glamurosa? ¿No debería de vivir rodeada de lujos y mimos? Por lo que había oído, sus padres no eran los seres más amorosos del mundo ¿Cómo podían ellos tratar así a su hija? Yo jamás trataría así a la mía. Miré a Key, ella seguía cabizbaja y cada tanto se limpiaba el rostro con sus coletas, luego se fue de mi vista.
Me quedé viendo el lugar por donde ellas se habían perdido y de nuevo sentí presión en pecho. El deseo de correr y alcanzarlas me invadió, pero me contuve, yo no tenía por qué meterme en sus vidas, en sus dramas familiares, ellas dos no eran nada para mí, Key no era nadie para mí. Me acomodé la mochila al hombro y caminé hacia mi habitación, dejándome caer en la cama.
Había sido una mañana cansada. Miré mi mochila, con la ropa robada, debía de devolverla o me metería en problemas. Miré el techo, unos ojos felinos me miraban, tapé mi rostro con la almohada.
No me podía quitar la imagen de Key llorando, siendo maltratada por sus padres. El recuerdo de su appa arrebatándole su cuaderno, la mirada de impotencia de Key, el saber que no se podía defender y luego la resignación. Sus ojos volvieron a mí y empecé a derramar lágrimas. Nadie debía de ser tratado así, nadie…


  - Cualquier cosa que les parezca raro, por favor, repórtenla – empezó a decir el gerente – Han estado desapareciendo pertenencias de los huéspedes y no podemos permitir eso – seguía diciendo – Robarle a un huésped no solo es motivo de despido, también los mandaremos con las autoridades pertinentes si los encontramos infraganti – miré el suelo, mis zapatos tenían manchas – Ahora sigan con sus actividades
Todos los empleados se dispersaron, yo seguí a Joon hacia las cocinas para lavar los platos del desayuno ¿Qué es lo que había ocurrido? Pues que después de ese almuerzo, ya no me pude detener. Todos los días me topaba con los hyungs y noonas de la “Alta Sociedad”,  ellos no me podían ver con la misma ropa, aunque eso significase tener que robar constantemente.
Yo todas las mañanas, mientras los huéspedes desayunaban, entraba a distintas habitaciones y robaba algunas cosas. Pero yo no me las quedaba; mientras los huéspedes cenaban y las denuncias ya estaban hechas, yo devolvía todo a su sitio. Hasta ahora había tenido suerte, nadie me había descubierto, ni siquiera Joon que vivía conmigo.
Pero es que no me podía contener, tenía que estar constantemente metido en este mundo, la sensación de sentirse importante era sublime. Esa sensación de que todos te admiran por tu intelecto y por tus pertenencias, era algo incomparable, ni un millón de wons se compararía a eso ¿Qué podía hacer? ¿Me estaba volviendo loco? Ahora era un criminal, este hotel definitivamente me estaba dañando.
Los Kim por otra parte, seguían siendo muy buenos anfitriones conmigo. El señor Kim constantemente me invitaba a actividades con los socios y sus hijos. Ellos al caminar daban la sensación de estar flotando por encima del resto de personas; en definitiva, yo quería sus vidas.
A veces pasaba las tardes, las que le dejaba todo el trabajo a Joon, con Jinki. Me gustaba realmente su presencia, era una noona muy agradable. Ella por algún motivo siempre tenía pollo frito con ella, eso me causaba gracia. A quien había dejado de ver era a Key y eso me extrañaba. No la veía caminar por el hotel ni la veía en las reuniones que sus padres organizaban ¿Dónde podía estar?
Su ausencia se hacía notar, pues no había una persona llamándome “Perro” ni intentando hacerme quedar en ridículo. Jinki también parecía afectarle su ausencia, pues ya no conversaba con la misma confianza con los otros invitados, era como si le faltara Key para dejarse conocer. Cada vez que le preguntaba a Jinki por Key, ella solo se encogía de hombros y decía que era algo privado, entonces yo no insistía. Pero entonces el rostro de Key volvía a atormentarme, su dolor se había quedado en mi memoria y no podía quitarlo.
Su expresión de aquel día había hecho que algo en mí se removiera. Siempre había creído que las personas adineradas eran felices, pues vivían sin restricciones, pero Key claramente no lo era. Intentaba mentalizarme a mí mismo que ella no debía de importarme, y no me importaba, simplemente era que… no me había gustado verla triste por culpa de sus padres.
  - ¿Quién estará robándole a los huéspedes?
Preguntó Joon de pronto, yo me tensé.
  - No lo sé, hyung
  - Debe ser alguien bien osado como para arriesgarse a ir a la cárcel – me miró - ¿No lo crees?
  - Supongo…
Miré a otro lado. Sí, lo sabía, estaba arriesgando todo por nada, porque tan pronto como terminara el verano, tan pronto como los Kim se fueran del “Jeju Sun-Resort” mi fantasía acabaría ¿Por qué entonces todos estos riesgos?
  - Tenemos que ir a acomodar habitaciones
Me dijo Joon, golpeándome con un trapo de cocina. Asentí a sus palabras y juntos salimos de las cocinas, con las caminas del uniforme colgadas al hombro. Caminamos al cuarto de mantenimiento y sacamos uno de los carritos, luego fuimos a las habitaciones, nuevamente nos tocaba limpiar el piso seis.
  - Es curioso que esta habitación esté vacía por una semana
Comenté, entrando en la 615.
  - Es porque es de las habitaciones más simples, los huéspedes prefieren las grandes o las suites
Explicó Joon y yo asentí.
  - Algún día me hospedaré en esta misma habitación – me dejé caer en la cama – Como un hombre millonario, tal vez hasta casado con una belleza de mujer
  - Sí… y como padrino de Minho tendrás que traerlo también – bromeó Joon, haciendo referencia a su hijo imaginario - ¿Ya no ves a los ricachones?
  - No… - mentí – Te dije que solo iba a ser ese día
  - Me alegro… - dijo él y yo lo miré – Porque en algún momento te terminarías enredando con tus mentiras y todo te iría mal
  - Probablemente…
  - ¡He dicho que no quiero! – gritó de pronto alguien, afuera de la habitación - ¡Lárgate! ¡Déjame sola! ¡No voy a ir!
  - ¡Kibum, obedecerás y punto!
Tan pronto como escuche es nombre me asomé por la puerta. Ahí estaba una llorosa Key, siendo tomaba con firmeza de la muñeca por su madre. Key forcejeaba y su omma tiraba más de su brazo. La chica se veía desesperada y Jinki las miraba a ambas sin saber qué hacer.
  - ¡No quiero! – gritó aún más alto - ¡No quiero ir! – siguió gritando - ¡¿Para qué quieres que vaya?! – se legró soltar de su madre y la miró con enojo - ¡¿Para qué te sigas burlando de mí?! ¡¿Para que sigas permitiendo que se burlen de mí?!
  - ¡Cállate! – gritó su omma, levantando la mano y deteniéndose al instante; los ojos de Key ya no eran de tristeza, eran de odio – Soy tu omma y obedecerás
  - Pues no lo haré… - Key se cruzó de brazos – Ve con Jinki si quieres, yo me quedo
  - ¡Kibum, ven aquí! – gritó la señora Kim, pero Key ya se había metido en su habitación con Jinki - ¡Esta niña es el demonio! – gritó, golpeando la puerta – ¡Kibum, abre! ¡Tenemos que ir con ahjumma! – dejó de golpear la puerta – Si sales te compraré lo que quieras… - dijo en voz suave y dulce – Ven hijita, omma te quiere, discúlpame por gritarte
  - ¿Qué demonios?
Susurró Joon, parado detrás de mí.
  - Hijita ven – volvió a pedir – Te compraré un nuevo perrito cuando estemos de vuelta en Seúl…
  - No quiero un perrito… - Kibum salió de su habitación – Solo déjame en paz
  - Hijita… - la señora Kim acarició el rostro de su hija, Key otra vez esta se quedó inexpresiva – Lo lamento…
  - Ya déjame… - volvió a pedir Key, quitando la mano de su madre – Espérame diez minutos, estaré lista
  - ¡Me alegras el día, hijita! – exclamó la señora Kim, acomodándole el cabello a Key – Ve, hijita, Jinki usted también
  - Sí…
Jinki hizo una venia y cerró de nuevo la puerta. La señora Kim se quedó ahí para y luego se dio la vuelta, mostrando su rostro de enfado, disgusto y amargura. Sentí miedo; la mujer que se había mostrado dulce con su hija ahora parecía una asesina en serie, la persona más cruel del mundo ¿Cómo podía ser ella una madre?
  - ¡Oh, Jonghyun-shi! – exclamó al verme, de nuevo sonriente - ¿Esta es su habitación? – señaló - ¡Oh este debe ser el hyung del que nos habló! – Joon me miró confundido – Mi esposo lo invita a un almuerzo en el “Salón Presidencial”
  - Sí…
Contesté con temor.
  - No falte…
Pidió, yéndose. Miré a Joon y este me jaló dentro de la habitación. Ambos nos miramos y él soltó un suspiro.
  - Dime, por favor, que no me metiste en una de tus mentiras
  - Dije que estaba con un hyung – admití y Joon se llevó las manos al rostro – Ahora han visto tu rostro
  - Yo no voy a mentir – me dijo con seriedad – No esperes que yo también vaya y finja como tú
  - No lo espero – lo miré fijamente, él asintió – Ni siquiera te lo he pedido
  - Esa mujer… - señaló la puerta – Ahora siento pena por la chica odiosa
  - Sí… - miré a Joon – Hyung, en seguida vuelvo
  - De acuerdo
Aceptó él. Yo no le había dicho nada a Joon acerca de las reuniones con los ricos, y no lo haría jamás, aunque ahora supieran de su existencia. Salí de la habitación con mi mochila en hombro y corrí escaleras arribas, entrando en el primer baño que vi. Saqué la ropa que aún no devolvía y me la puse. Me miré en el espejo y arreglé mi cabello, me veía demasiado guapo. Sonreí al espejo y salí mundanamente de ahí.
Llegué al “Salón Presidencial” un salón en el primer piso donde la gente importante, como el señor Kim, hacían reuniones. Entré y vi solo hombres y una mujer, debían de ser los accionistas de “Big Bang” y sus hijos varones. Los presentes me saludaron, la sensación de ser alguien importante volvió, me sentía a gusto.
  - Usted se sentará a mi lado, Kim Jonghyun
Me indicó el señor Kim y yo obedecí. Los platos fueron servidos y yo comencé a degustar las delicias. La reunión transcurrió con conversaciones amenas sobre negocios, inversiones y demás. Todos esos temas me interesaban, los negocios siempre me interesaron, y estudiaba mucho para poder convertir al “Hotel SHINee” en algo grande.
  - ¿Usted qué opina Kim Jonghyun?
Me preguntó el señor Kim.
  - Yo pienso que no debería escindir el área de consultoría de “Big Bang” – dije, mirando a todos los hombres que me rodeaban – Pues es un fuerte ingreso, hoy en día la consultoría de empresas está creciendo debido al boom en los negocios y la industria – todos me miraban atentos – Pienso que debería de absorber a su competencia “Consultores Asociados” Ofrézcale una buena suma de dinero
  - ¿Y si no la aceptan?
Preguntó uno de los accionistas y yo sonreí.
  - Señores accionistas… - los miré a todos – Saquen sus billeteras y abran sus cajas fuertes – me miraron confundido – Necesitan ser accionistas mayoritarios, así dejarían sin salida a “Consultores”, el capital de “Big Bang” es mayor al de esa pequeña empresa, será fácil…
  - Amo a este niño
Dijo otro de los accionistas y yo sonreí, los demás rieron.
  - Viniste del cielo, Kim Jonghyun
Miré al señor Kim, este me estrechó la mano, dejando ahí otro cheque, que disimuladamente metí en mi bolsillo.
  - Esto de tener mentes frescas en el negocio de verdad sirve – comentó otro de los  accionistas – Desearía que mi hijo fuese como usted, Kim Jonghyun
  - Me alega ahjussi…
  - Mi hijo solo piensa en autos y más autos, le compré uno y ahora quiere un “Cadillac”
Comentó otro hombre.
  - Con mi hijo yo no tengo esperanzas, el pobre es tan despistado, un error de su parte me dejará en la quiebra, de eso estoy seguro
Decía otro y todos asintieron dándole consuelo. De esta forma empezó una tormenta de padres hablando de lo decepcionantes que eran sus hijos. Todos sus hijos coincidían en las virtudes de educados, hábiles con los idiomas y deportes, inteligentes en distintas materias, creativos y demás, pero también coincidían en que ninguno lograba llenar la expectativa de sus padres, o más bien dicho, ninguno de ellos quería hacer lo que el padre quería que hiciera.
  - ¿Y cómo está su hija, Seunghyun-shi?
Miré al señor Kim, él al instante se puso serio.
  - Sus hijos quieren algunos ser abogados, doctores ¡Profesores! – el hombre puso cara de horror – Y ninguno tiene interés en los negocios… - soltó un suspiro – Pero mi hija… ella sueña con diseñar ropa
  - Oh… pobre de usted
  - He invertido en educación de primera en esa niña y lo único que quiere es dibujar – la mirada del señor Kim era severa – Sabia que darle tantas libertades iban a causar esto, y ahora lo estamos lamentando
  - Su actitud también ha cambiado mucho
Intervino otro hombre.
  - Es vergonzoso, pareciera que lo único que quiere en esta vida es avergonzarme y dibujar. Antes de venir estuvimos en Japón, nos reunimos con el emperador ¡Fue la vergüenza más grande de mi vida debido a esa niña!
  - Pero será la edad… - intervino la única mujer – Está en plena adolescencia
  - Sí, puede ser… - el señor Kim soltó un suspiro – Por eso ya no la aparto de mi vista, quiero que se vuelva a encarrilar, porque señores… - miró a todos – Yo no voy a dejar “Big Bang” en manos de alguien que no sea una Kim, y esa es mi hija
  - Pero… - todos me miraron - ¿Y si ella no quiere?
  - Soy su padre, soy mayor, me debe de obedecer – fue lo que obtuve como respuesta – Tal vez ustedes, mis amigos, no logran de sus hijos lo querido, mi hija no será así, haré que se haga cargo de “Big Bang” así tenga que quemar todos sus cuadernos de dibujo…
Empecé a sentir miedo ¿Cómo un padre podía ser así? Era un pensamiento muy cruel el querer obligar a un hijo a hacer algo que no quiere, y ya estaba claro que Key quería hacer algo totalmente distinto a lo que su padre ordenaba.
¿Por qué nadie decía nada? ¿Es que a todos les parecía bien? ¿Por qué ninguno de los hijos decía nada? ¿Todos era unos oprimidos? No podía creer que así fuera la vida del hijo de un hombre de negocios. Sentí lástima, no solo por Key, sino por todos los hyungs y noonas que había conocido, pues ninguno tenía “Libertad” realmente, aunque sus padres dijeran lo contrario.
  - Eso está bien – habló de nuevo la mujer – Siendo una señorita correcta podrá encontrar al hombre perfecto y continuar con esa línea
  - Sí… y ya encontré al hombre perfecto para ella…
  - ¡Oh, eso es perfecto!
  - Sí… Nam Woohyun es el partido perfecto para Key – el señor Kim sonrió – De buena familia, educado, y conoce a Kibum desde que eran pequeños, es perfecto
  - ¿Pero está seguro, Kim hyung? – preguntó uno de los accionistas, ganándose una mirada severa del señor Kim - ¿Y si su hija está enamorada de otra persona?
  - Con lo huraña que es esa niña… - dijo una voz, era la omma de Key – Dudo mucho que ella pueda enamorarse, o enamorar a alguien – soltó una risita – Así que para ahorrarnos los bochornosos intentos de flirteo de nuestra hija o las vergonzosas escenas de rechazo que ella suele hacer… la comprometimos con Woohyun
Me quede pasmado ¿Cómo una madre podía hablar de esa forma de su hija? ¿Es que no la querían? ¡Era su hija! ¡Con un demonio! Se supone que a los hijos les das amor, o eso me enseñaron mis padres. Si la iban a tratar como si fuera una mala adquisición ¿Entonces para qué carajos la tuvieron?
La conversación me estaba enfermando, no podía seguir ahí. Las palabras de Jinki volvieron a mi mente. Ella tenía razón, había toda una Key que yo no conocía. Estaba la Key malcriada, que podía ser la exteriorización de su frustración hacia sus padres; y también estaba la Key resignada, la inexpresiva que aceptaba lo que sus padres decían. Mi corazón de nuevo dio un tumbo, no podía ser así la vida de una persona.
  - Si me disculpan… - me levanté de la mesa – Iré a caminar…
  - Creo que aburrimos al muchacho con nuestras conversaciones de padres
Rió el señor Kim y yo hice una venia. Comencé a caminar por el hotel, pensando en esos ojos tristes que me atormentaban. Sacudía la cabeza, ella no debía de importarme ¡Ella no era nadie para mí! Pero de nuevo pensé en sus ojos y los deseos de abrazarla volvieron a mí. Continué mi camino, todo esto era una locura ¿Cómo podía ella vivir así? No estaba bien.
  - Jonghyun-shi – me giré, ahí venía la señora Kim - Compré algo para usted, mandaré a entregárselo a la 615
  - Eh… gracias
La señora Kim sonrió y regresó hacia el salón. Me quedé ahí parado ¿Me había comprado algo? Y me lo iba a entregar al 615. Sentí que las entrañas se me revolvían. Miré hacia el camino que llevaba a la recepción y luego miré la puerta del salón.
Me acomodé la mochila al hombro y corrí hacia el cuarto de mantenimiento. Me volví a colocar el uniforme y caminé a paso veloz hacia la recepción. Había muchas personas ahí y los recepcionistas hacían malabares para atender a todos. Caminé hacia la pared con las llaves y entonces, con un rápido movimiento, tomé la llave de la 615, ahora nadie podría tomarla, y sería solo mía…
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ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO




sábado, 8 de agosto de 2015

Hotel SHINee (Jongkey) - 4

Capítulo 4





  - ¡¿Es que tú estás loco?!
Me preguntó Joon cuando terminé de contarle lo que acaba de pasar.
  - Simplemente fue… no sé… tengo miedo
  - ¿Y te pagó todo esto por decir tonterías?
Preguntó Joon, señalando el cheque.
  - No fueron tonterías – contesté – Sabía todo eso porque leí acerca de ello
  - Pero se los planteaste de tal forma que los hiciste pensar que eras una clase de erudito
  - ¿Y eso qué?
  - ¡Jong! – gritó mi hyung, llevándose las manos a la cabeza – Estamos hablando de “Big-Bang Asociados” una de las empresas líderes del país

  - Lo sé…



  - No puedo creerlo… - Joon miró de nuevo el cheque – Lo que has hecho es… prácticamente estás estafando a esos hombres
  - Lo sé…
  - Piensa en tu familia, tus padres no podrán pagar la demanda que te caerá si se enteran
  - ¿Pero qué puede salir mal? – pregunté – Los datos que di, todo lo que dije, les dará un beneficio – miré a Joon con fastidio - ¿Qué diferencia hay si soy un mesero?
  - En que creen que no lo eres – contestó él – Y si todo sale mal, serás solo un mesero que estafó por dinero…
  - Hyung…
  - Y ahora mañana tendrás un almuerzo con esas mismas personas
  - Acompáñame
Pedí y Joon me miró como si yo fuera un ente extraño.
  - ¿Estás loco? – preguntó – Te recuerdo que nosotros somos empleados, no comensales – miré el techo de nuestra habitación – Mientras tú almuerzas con los ricos te cubriré, pero tú harás todo el trabajo de la mañana
  - Hecho
Acepté.
  - Ahora durmamos, te espera mucho trabajo mañana
  - Sí…
Apagué la luz de la mesa de noche y me quedé viendo el techo ¿Estaba loco por querer seguir con esta locura? No podía dejar de pensar en qué podía salir mal si iba, si continuaba con este juego. Las reglas de los empleados decía que no podíamos involucrarnos con ningún huésped, esto quería decir liarnos con alguno; pero yo no estaba haciendo eso, y tampoco pensaba hacerlo. Como yo lo veía, era solo ganar experiencia que podría usar en el “Hotel SHINee” cuando volviese, y ahora con el dinero ganado, podría remodelar una gran parte de este ¿Qué mal podía causar este juego?


  - Eh… Jonghyun… eh… - parpadeé varias veces, era Joon el que me zarandeaba – Levántate ya – me ordenó – Son las siete, ve a desayunar, debes de tender camas
  - Sí…
Dije, tallándome los ojos y quitándome las sábanas. Me miré en el espejo, me veía muy guapo, sonreí, no había chico más guapo que yo. Tomé la camisa de mi uniformé y me la colgué al hombro, luego me la pondría, no quería ensuciarla con mi desayuno. Me calcé los zapatos y salí de la habitación.
Respiré hondo, por algún motivo me sentía animado. Comencé a caminar y noté que muchas personas me saludaban ¿Qué pasaba? Continué caminando y un hombre me saludó, yo lo reconocí como uno de los accionistas de “Big-Bang” Mi buen ánimo se fue al suelo ¿Cómo podría hacer mi trabajo con todas estas personas reconociéndome? ¿Cómo podría continuar con mis mentiras con todos los empleados conociéndome?
Miré a todos lados, de pronto me sentí observado, como si estuviera teniendo un ataque de agorafobia. Comencé a correr, sin mirar a nadie, corrí a refugiarme en las cocinas. Entré y respiré hondo, aliviado de que ahora nadie podía verme, por lo menos no los dos mundos a lo que pertenecía ahora. Miré a mis hyungs y me dispuse a servirme un desayuno ligero. Comí con rapidez, sintiéndome nervioso ¿Cómo podría continuar con mi trabajo ahora que no debía de ser visto? No podía dejar de trabajar así de fácil, pues mis faltas también serías las de Joon, y él también necesitaba el dinero, quizá más que yo ¿Qué podía hacer?
  - L… L hyung
El susodicho me miró.
  - ¿Me prestas tu gorra?
  - ¿Qué? – el chico miró su gorra – Toma…
  - Gracias hyung… - la tomé y me la coloqué – Que más…
Caminé hacia el baño, ahí alguien había dejado unas gafas de sol, un huésped que estaba en el baño conmigo había dejado sus gafas de sol en el lavabo. Miré los lentes y miré la puerta cerrada de uno de las toilettes. Miré de nuevo las gafas, sintiendo mi cuerpo temblar. Estiré mi mano, temblando, sudando, los tomé y salí corriendo del baño.
¿Acababa de robar? ¿A un huésped? ¿Le acababa de robar a un huésped? ¿Cómo pude? Miré la puerta y miré las gafas. Quería entrar, devolverlos, pero había una fuerza que me lo impedía. Miré de nuevo las gafas y me las coloqué en el rostro. Me acomodé el gorro y al cuarto de mantenimiento.
Saqué mi carro con escobas y plumeros y me dispuse a ir a las habitaciones. Ahora ya nadie me saludaba, ya nadie me miraba, nadie me sonreí, y eso me hacía sentir incómodo. Me había gustado mucho cuando todos me trataban como si fuera alguien importante, pero ahora tenía que volver a mi vida real, la de ser un empleado por propinas.

Ya llevaba cinco habitaciones totalmente limpias y me había demorado una eternidad ¿Por qué algunos huéspedes tenían que ser tan sucios? Había encontrado desde ropa tirada a “Utensilios” muy pero muy personales, regados por la habitación. Necesité más de tres pares de guantes para limpiar todo y más de un gancho la taparme la nariz.
Ahora nuevamente me encontraba en la 615, aún deshabitada. Me dejé caer en la cama y cerré mis ojos, respiré hondo, realmente me sentía cansado. Abrí mis ojos de nuevo y miré mi reloj, eran las doce en punto, tenía una hora para llegar al almuerzo de los Kim.
Me senté en la cama y me miré en el espejo. Me veía muy bien, pero “Muy bien” no era suficiente. Las palabras de Key volvieron a mi mente: Yo era un “Perro en ropas finas”. Pero no podía volver a ponerme las mismas ropas finas. Miré mis cosas, el gorro de L y las gafas robadas…
Me levanté decidido, pero sin poder crees lo que estaba a punto de hacer. Salí de la 615, mirando a todos lados y subí por el ascensor al último piso. Caminé por el piso; por la hora, todos los huéspedes debían de estar disfrutando de la piscina o almorzando. Me metí en una habitación y caminé hacia el closet. Abrí de par en par las puertas y entonces me encontré con mi botín…
  - ¿Estás seguro de esto Jonghyun?
Me pregunté a mí mismo. Respiré hondo y tomé la camisa y los pantalones. Miré a todos lados y los metí en mi carrito. Miré la ropa hecha bola en mi carrito, junto con los plumeros y escobas. Me dispuse a salir de la habitación, pero entonces algo me llamó la atención, era un “Rolex”




mi ropa en el carrito… iba a necesitar un buen accesorio. Lo tomé y lo lancé junto con lo demás, luego lo cubrí todo con la ropa de cama sucia.
Salí de la habitación y bajé por el ascensor al primer piso. Caminé a las lavanderías y dejé ahí las sábanas, luego caminé hacia el cuarto de limpieza. Ya ahí dentro, con el seguro de la puerta puesto, me cambié de ropa. Me miré en el espejo, ahora me veía más que “Muy bien”.
Salí del cuartucho, me coloqué las gafas de sol y caminé con las manos en los bolsillos, nuevamente siendo saludados por todos los que se me cruzaban.
Por fin llegué al lugar reservado por los Kim. Una mesa larga, con un mantel blanco, bajo un toldo blanco que lo protegía del sol, se veía elegante. Las personas aún no se sentaban, más bien conversaban parados sosteniendo copas con jugos frutales. Nuevamente todos se veían elegantes, a pesar de no estar en una fiesta elegante, era como si volvieran una simple camisa de diario y unos shorts en algo de alta costura ¿Era la ropa o era el hecho de ser de la “Alta Sociedad”?
  - ¡Jonghyun-shi!
Gritó una voz que no podía confundir.
  - ¡Jinki noona!
Me giré para verla. Ella como siempre sonreía, y lucía bonita en su vestido floreado. Ella me tomó de la mano y me guió hacia otra parte de la carpa, donde había muchos jóvenes. Al instante todos me quedaron viendo, parecía que me estuvieran analizando de arriba abajo, inspeccionando mi apariencia.
  - Él es el oppa del que les hablé – me presentó Jinki y todos saludaron, yo hice lo mismo – Él ayudó a Kim ahjussi
  - El experto…
Dijo uno de los chicos, sonriendo, entonces todos empezaron a cuchichear sobre mí. Todos parecían estar en una conversación muy animada sobre mi persona, sobre viajes, sobre compras y demás, incluso Jinki estaba metida en eso, y era de esperar, era su mundo. Pero entonces mi visión se vio obstruida por una chica que estaba sentada sola, apartada del resto, con mirada aburrida.
Sentí lástima de pronto por aquella chica mimada ¿Por qué no hablaba con nadie? Si sus padres eran los anfitriones de todo eso ¿No debía ser ella el centro de atención? ¿No debería de ser ella quien esté llamando la atención de todos? Ni siquiera Jinki, su mejor amiga, estaba con ella en ese momento.
  - La comida será servida
Anunció la señora Kim y todos empezamos a tomar asiento. Los jóvenes, algunos hyungs y otros dongsaeng, se empezaron a pelear por los asientos, los típicos “Yo no me quiero sentar con él” o los “¡No, tú siéntate en otra parte!”. Era un poco cómico ver los berrinches de los jóvenes ricos. De esta forma me vi apretado entre la esquina de la mesa y un robusto chico, justo en frente de Key, quien sostenía una libreta con una mano y un lápiz con la otra.
Los platos fueron servidos, la comida estaba deliciosa, no podía negarlo, el hotel tenía muy buena comida, pero no tan buena como la de mi omma. Jinki era la única que tenía algo diferente a todo el mundo, ella comía pollo ¿Por qué Jinki siempre come pollo? Habiendo tantas cosas deliciosas que comer, ella solo comía pollo.
  - Me compraron un nuevo auto – dijo uno de los chicos ahí presentes – Como es mi primer auto no me quisieron comprar nada ostentoso
  - ¿Qué carro te compraron?
Preguntó otro chico y varias chicas miraban atentas la conversación.
  - Un “Volkswagen”
Contestó por fin el chico.
  - Es un buen auto – comentó otro – Y es rápido, aunque nada se compara con el “Ferrari”
  - Sí, pero ninguno tiene un “Ferrari”
Se burló el chico del auto.
  - El “Volkswagen” es un buen auto, resistente
  - Yo no confío en nada que fue hecho para el ejército Nazi
Solté y todos me miraron.
  - ¿Qué?
Me preguntó el hyung del auto.
  - ¿No lo sabías? – pregunté, comiendo un poco de mi plato – El “Volkswagen” fue diseñado para transportar a los soldados Nazis en la “Segunda Guerra Mundial”
  - Wow… - dijo uno de los dongsaeng – Si es un experto
  - ¿Sabes de autos?
Me preguntó el hyung del auto.
  - Algo – contesté, tomando de mi bebida – Por ejemplo, sí, el “Ferrari” es un buen auto si a velocidad te refieres, pero si esperas suavidad y comodidad, un “Porsche” sería lo que yo recomendaría – todos me miraron – Pero si quieres reconocimiento… un “Cadillac” es lo mejor
  - Impresionante – el hyung de los autos aplaudió y de nuevo todos empezaron a cuchichear sobre mí – Muy impresionante…
  - Les dije que oppa era un genio
Habló Jinki, sonriéndome, yo hice lo mismo. Miré mi plato, sirviéndome un poco más, y luego levanté la mirada. Key miraba con aburrimiento su plato, jugando con las verduras y cada tanto lanzándolas fuera de la mesa ¿Qué le pasaba? La comida estaba deliciosa y ella no la iba probar.
  - Kim Jonghyun – me llamaron, era el señor Kim – Díganos… - miré a Key, ahora tenía peor aspecto, como si el hecho de que su padre hablara fuera algo desagradable para ella - ¿En que trabajan sus padres?
Dejé caer uno de mis palitos. Esa pregunta… esa era la peor pregunta, pues no la podía contestar. Mi appa era el dueño de una posada de paso y mi omma cocinaba ahí; ellos apenas podían con las cuentas y las deudas se acumulaban ¿Eso iba a contestar? No podía contestar eso. Miré a todos lados ¿Qué podía hacer? ¿Qué debía de hacer?
  - Mi appa tiene hoteles – contesté – En el extranjero – agregué con rapidez – Son muy visitados y dicen que la comida es excelente
  - ¿Y qué hace el hijo del dueño de un hotel en otro hotel? – preguntó, para mi sorpresa, Key, mirándome fijamente – Porque sé que tu appa no es el dueño de este
- Key…
Susurró su omma, mirándola con severidad.
  - Pues… - fulminé con la mirada a Key – Me envió a mí y a mi hyung a este hotel a pasar las vacaciones, para ver cómo es el servicio del más grande hotel en la Isla Jeju – empecé a explicar – Está… cómo se dice… utilizándome como chivo-expiatorio
  - Gran táctica
Felicitó uno de los accionistas de la fiesta.
  - Eso supongo
Dije, mirando a Key, quien solo me fulmina con la mirada. Sonreí, era una delicia verla enojada, y continué comiendo. De esta forma el almuerzo continuó. Las conversaciones seguían, de vez en vez participaba, pero prefería no hacerlo, pues no dominaba mucho de los temas que ellos sí. También miraba a Key, ella había dejado su plato de lado y continuaba garabateando algo en su libreta, a veces conversaba en susurros con Jinki, pues ella también había dejado de hablar con el resto y se dedicaba a comer sus interminables piezas de pollo. Me parecía una actitud muy rara de Key, pero de nuevo, no me importaba lo que esa chica mimada hiciera, yo seguía disfrutando de la comida.
  - ¿Quieres por favor dejar de dibujar?
Preguntó de pronto una voz en un susurro. Era su appa y le había quitado su libreta, dejando a Key con las manos tiesas y los ojos bien abiertos. Miré la escena y noté que solo dos personas prestaban atención, y esas éramos Jinki y yo. Key miró a su appa, inexpresiva, sin altanería, sin soberbia, sin arrogancia, ni siquiera había miedo, simplemente era la mirada de una estatua.
  - Lo siento…
Susurró Key, viendo como su appa se alejaba.
  - Key… - susurró Jinki - ¿Quieres pollo?
  - No gracias, Jinki – Key sonrió – Ya me llené
Key sonrió aún más ¿Por qué lo hacía? ¿Por qué sonreía? ¿Era algo importante lo que ella hacía con esa libreta? ¿Por qué me importaba tanto? Key alzó el rostro, mirándome, y lo que vi no me gustó. No estaba esa arrogante chica que había conocido hace dos días, no estaba la altanera, malcriada y soberbia chica, solo una chica de ojos llorosos con una muy falsa sonrisa.
Sentí algo en mi interior, me sentía triste y un deseo de levantarme de mi asiento y abrazarla se empezó a apoderar de mí. Key miró a un lado y entonces se limpió algo, una lágrima quizá. Mi corazón se estremeció, estaba sintiendo lástima por una chica rica.
El almuerzo concluyó; todos los hyung y dongsaeng se despidieron de mí con sonrisas. Todos los invitados se dispersaron por distintas partes del hotel y al final solo quedamos los Kim, Jinki y yo. Me despedí de los señores Kim y de Jinki, luego continué mi camino hacia el cuarto de limpieza.
Miré a diestra y siniestra, asegurándome que nadie me mirara, y aprovechando que un hombre con tabla de surf pasaba, entré. Me quité la costosa ropa y la guardé en mi mochila, luego me puse la mía. Me dispuse entonces a salir del cuarto, pero escuché voces afuera.
  - No quiero verte haciendo esto de nuevo Kibum
Esa era la voz del señor Kim.
  - Sí appa… - esa era la voz de Key – No lo volveré a hacer
  - Es solo un hobby – dijo la señora Kim con severidad -  Déjalo así, eso no te llevará a ningún lado
  - Sí omma…
  - Ahora disfruta de tu día hija… nos vemos para la cena
  - ¡Appa! – gritó ella de pronto - ¿Me devuelves mi libreta?
  - La voy a quemar – contestó el señor Kim – Tal vez así dejas de soñar con diseñar ropa y te centras en lo que realmente importa
  - Sí appa…
  - Cuídate hijita
Dijo la señora Kim, y entonces escuché pasos. Abrí la puerta; en esa esquina escondida nadie podría verme, era un lugar perfecto para esconderse y… Al salir del cuarto me topé con la espalda de Key, quien intentaba reprimir sus sollozos con su puño. De nuevo sentí que el corazón se me estrujaba.
¿Cómo un padre podía ser así con su hijo? Sobre todo si era una mujer. Key sollozaba, temblando un poco, y mi corazón se estrujaba cada vez más. En esa esquina escondida nadie podía verla, era el lugar perfecto para llorar. Me acerqué más a su cuerpo, ella temblaba y reprimía los sollozos. Toqué su hombro y entonces la giré hacia mí, ella me miró con sus rojos ojos, yo solo la abracé fuertemente.
  - Calma… - le pedí, acariciando su espalda – Calma… - ella estalló en lágrimas, escondiendo su rostro en mi cuello – Calma…
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hasta aquí este capítulo, espero que les esté gustando la historia