martes, 30 de septiembre de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 31

Capítulo 31



¿Había escuchado bien? Por supuesto que había escuchado bien ¿No era muy pronto? ¡Y una mierda! Lo amaba y no lo iba a perder.
- Sí…
Contesté quedamente y él sonrió. Discretamente sacó una caja de terciopelo de su bolsillo y colocó en mi dedo un hermoso anillo de diamantes.



Lo miré, era hermoso, pero eso no importaba, lo que importaba era lo que ese anillo representaba. Ahora tenía un futuro con él, ahora estaba comprometida con él, y sería para siempre.
- Hoy, me has hecho el hombre más feliz del mundo
Dijo él, derramando lágrimas. Rodeé su cuello con mis brazos y él me tomó de la cintura. Nos reímos como locos debido a la felicidad que nos llenaba. Tomó mi rostro y me besó de nuevo


mi corazón latía con lentitud ahora, creí que se me detendría. No podía creer que se pudiera pasar de cero a extremadamente feliz en un segundo, pero sí se podía, lo estaba sintiendo ahora. Nos separamos y nos volvimos a besar.
- Te amo mi príncipe de pacotilla
- Yo te amo más mi Ratona
Volvimos a caminar; la luna y las estrellas habían sido testigos de este momento, no podría estar más feliz. Después de unos minutos, recogimos a nuestras mascotas y volvimos al hotel. Mientras entrabamos al hotel, tuve que esconder mi mano, no quería que el mundo se enterara antes que mis amigos.
Llegamos a su habitación y nos volvimos a besar. Nos acostamos en la cama, él me acariciaba el rostro y yo sonreía. Nos volvimos a besar y nos abrazamos.
- ¿Cómo te imaginas que será? – preguntó – Estar casados
- Maravilloso – contesté sonriente – Será maravilloso
- ¿Crees que seremos una pareja feliz?
- Sí – contestó – Porque nos amamos, nos complementamos, y nos necesitamos
- Yo no puedo vivir sin ti
Admitió y yo le di un beso en la punta de la nariz.
- Pues ahora no te separarás de mí – le dije y él sonrió – Siempre me imaginé que viviría en una linda casa, enorme casa; la pintaría del color que yo quisiera, con mi esposo, mis hijos, que cuidaría de un jardín y trabajaría – él me miró con atención – Contigo es que quiero cumplir este sueño
- Pues… lo de la casa no te lo puedo dar – contestó y yo reí – Pero tengo un palacio – reí aún más fuerte – Yo seré tu esposo – le besé la mejilla – Los hijos… - me miró de forma pícara – Podemos trabajar en ellos ahora si lo deseas
- Pervertido
Le dije, golpeándolo con la almohada, él me dio un beso.
- Lo de cuidar un jardín… pues es demasiado grande – sonrió y sus ojos rasgados de achicaron más – Pero supongo que el jardín de rosas de mi madre querrá nacer de nuevo – sonreí y no pude evitar imaginarlo – Y el trabajo…
Miré a Hae, habíamos llegado al “TEMA” Siempre había sido mi sueño ser una escritora famosa, tener mi propia editorial, y en secreto ser una hermosa patinadora sobre hielo. Pero desde que mis padres murieron, todos mis sueños y planes de vida cambiaron, y Hae fue uno de esos cambios. Jamás me imaginé a mí, una chica común, una granjera, casándome con el príncipe heredero de la corona de Corea. Ahora… ¿Qué seguía? Una vez casados, y con la muerte de su padre, al él ascender al trono, yo me convertiría…
- ¿Seré reina?
Pregunté, sintiendo nauseas.
- Piénsalo así, es un trabajo muy bien remunerado
Volví a golpearlo con la almohada.
- Siempre… siempre fue mi sueño hacer otra cosa – admití, mirándolo, su sonrisa había desaparecido – Algo muy distinto a ser reina de Corea
- ¿Te estás arrepintiendo?
Me preguntó él y yo negué con la cabeza.
- Quiero esto – le señalé mi anillo – En verdad quiero ese futuro contigo, simplemente que es un gran cambio – él asintió – Tendré que acostumbrarme, además podré aún cumplir mis sueño de ser una famosa escritora
- ¿Sobre qué escribirás?
Preguntó y yo sonreí.
- Sobre una granjerita que encontró el amor en donde menos pensó
Contesté y él sonrió ampliamente. Nos volvimos a besar y nos dormimos abrazados. Tenía que admitir que me asustaba el tema de ser reina consorte, no sabía si sería apta, sobre todo porque no sabía protocolos, ni modales y me hacía un lio con los diferentes cubiertos ¿En qué mierda me estaba metiendo? Pero todo era soportable, porque realmente amaba a Donghae y quería estar con él para toda la vida.

La mañana siguiente llegó con los gritos de Sun Hee


Le acabábamos de contar todo a nuestros amigos y Sun era la que más se emocionaba. Ella empezó a gritar y saltar por el pasillo, algunos huéspedes la miraron como si fuera un bicho raro, y Eunhyuk de nuevo empezó a murmurar “No la conozco, no es mi novia” haciéndonos reír a todos.
- ¡No lo puedo creer!
Gritó aún más fuerte.
- Discreción Sun
Le pidió Hae a su prima.
- Los felicito
Nos dijo Hyuk, dándole palmadas en la espalda a Hae.
- Gracias amigo
- Bueno… serán dos padrinos y dos madrinas, tu hermana lanzará los pétalos – comenzó a enumerar Kyuhyun – Necesito un traje para ese día, tal vez un “Dolce”
- Será espectacular, tu boda será la mejor
Dijo Sun, haciendo ademanes con los brazos.
- Eso espero – dije, tomando del brazo a mis dos amigas – Mi color favorito es el morado pero pienso que la boda debe de ser con colores…
- De pasión – contestó Yang Mi y yo asentí – Siempre quise que mi boda fuera con colores perla, rojo y chocolate
- ¿Te puedo robar la idea?
Pregunté riendo.
- Yo quiero mi boda azul, todo azul
Dijo Sun, haciendo más ademanes.
- Nos están atando la soga al cuello
Bromeó Hyuk y Sun le dio un golpe en el pecho.
- Tenemos mucho que planear
Dijo Yang y nos fuimos corriendo lejos de los chicos.


***
Las chicas se fueron corriendo, dejando a Kyuhyun y Eunhyuk con expresión de preocupación en sus rostros. Yo reí, yo si estaba cien por ciento seguro de querer pasar el resto de mi vida con Min Jee. Si de algo estaba seguro en esta vida era de eso, que la amaba y que no permitiría que nadie nos separara.
- ¿Cuánto te costó el anillo?
Me preguntó Hyuk y Kyu le dio un zape.
- Es una reliquia familiar – contesté – Le perteneció a mi tátara, tátara, tátara, abuela o más – mis amigos rieron – Y ha pasado de generación en generación, hasta llegar a mi padre que se lo dio a mi madre – sonreí – Antes de que viajáramos, él me lo dio
- Wow
Dijo Hyuk.
- Más le vale no perderlo – Kyuhyun miró el lugar donde las chicas se fueron – Debe valer sus miles de millones de dólares
- O más
Agregué. De nuevo fuimos a los juegos, luego a comer, a comprar más suvenires y a visitar a mi familia. El viaje ya estaba llegando a su fin, eso me daba cierta pena. Por otra parte, llegar a casa significaba que comenzarían con los preparativos para mi boda con Min Jee.


Los días siguieron pasando y pronto nos encontramos haciendo equipaje para volver a Corea. Había algo que no me dejaba tranquilo: la situación de Min en su casa. no podía permitir que mi novia esté en un lugar donde la trataban mal, no podía permitir que le siguieran haciendo daño. Tenía que hacer algo ¿Pero qué? Ya le había pedido que se mudara con Sun, se lo ordené, y no quiso hacerlo, tenía una excusa para todo. Yo no podía hacer nada, no aún por lo menos, tendría que esperar a estar casado con ella, pero por ahora no podía hacer nada más allá de pedirle que viva con mi prima. Min era muy terca con el tema, habíamos discutido mucho sobre eso, pero ella no daba su brazo a torcer.
- Vamos Bada, pronto regresaremos a casa
Bada lamió mi rostro y salimos de la habitación, teníamos que dejar las maletas en recepción, en la noche nos iríamos. Busqué a mis amigos, ellos estaban deprimidos, querían quedarse un tiempo, pero no era posible; además, el semestre iba a comenzar pronto. Min era la única que no se veía triste, ella más bien lucía nerviosa, de seguro pensaba que algo malo le esperaba en casa.
La madre de Jin Kyong siempre fue temible


Cuando éramos niños, ella no le permitía a Jin tener cualquier amigo, pues decía que eran “Chusma” ni a mí me decían eso. Cuando la madre de Jin se enteraba que su hija estaba simpatizando con alguien que no era de su agrado, al día siguiente era expulsado. Todos le temían a Jin por ello, yo varias veces sequé sus lágrimas al verla tan sola. Su madre era capaz de todo por lo que ella creía “Correcto”. Pero esta vez era diferente, porque la mujer que amo estaba involucrada. No iba a permitir que siguieran maltratando a Min, no iba a permitir que mi novia sufra.
- ¿En serio nos tenemos que ir?
Preguntó Yang, tomando un sorbo de su jugo de papaya.
- Sí
Contesté cabizbajo, mis amigos bufaron.
- Bueno…
Dijo Kyu, robándole un sorbo a Yang.
- No se pongan así – pidió Sun, abrazada a Hyuk – Terminaremos las vacaciones juntos en el Gyeongbokgung
- Será como estar en un hotel cinco estrellas de nuevo
Bromeó Hyuk y todos asintieron.
- Yo tengo que volver a casa
Dijo Min y todos la miramos, yo solo me crucé de brazos, sintiendo enojo por dentro.
- No – miré a Sun hablar – No irás – se separó de Hyuk y miró a mi novia fijamente – Irás con nosotros, con la seguridad
- Pero…
- ¡Nada de peros! – Sun alzó la voz y Min se estremeció, quería abrazarla y gritarle a Sun por gritarle a mi novia – Además… - se giró y me miró con cara de “De seguro no pensaste en esto” – Te tienen que presentar como la prometida de Donghae
Cierto, no había pensado en eso. Una vez comprometidos, tenía que presentarla a mi padre, abuela y tíos, a toda la familia real, ese era el protocolo, la hayan aceptado o no, aunque era obvio que sí. Además Min Jee era una inútil con los modales, no sabía el protocolo de una “Boda Real” y no sabía los protocolos que se hacen en cada evento, reunión, lo que sea.
- ¿Qué?
Preguntó ella, viéndome directamente. Había confusión y cierto miedo en sus verdes ojo. No me importaba usar la boda como una excusa para mantenerla a salvo, haría cualquier cosa con tal de tenerla a mi lado.
- Mi madre también lo hizo cuando se iba a casar con mi padre – le contesté – Tienes que aprender modales, idiomas, los protocolos para la boda, la cena, y demás
- Espera… ¡¿Qué?! – Min Jee se veía muy confundida - ¿No es muy pronto?
Me sorprendió su respuesta. Era de esperarse, ella tenía solo dieciocho años, yo cumpliría diecinueve en unos días. Éramos unos adolescentes; los adolescentes normales como ella pensarían que era una locura casarse a nuestra edad, pero yo no era normal.
Como príncipe heredero, siempre supe cuál era mi responsabilidad, que algún día tendría que gobernar Corea y sus islas. La enfermedad de mi padre me hizo entenderlo muy rápido. Había tenido un año sabático de estudios para poder estar en casa con Yoora, y prepararme para el día en que mi padre muriera y yo tuviera que ascender, pero entonces me acobardé y hui a la universidad con Sun. Ahora que cambié, que maduré, sabía que era mi deber y que no podría huir.
- Se razonable – le pedí con seriedad – Mi padre no está bien, ascenderé al trono y me convertiré en rey – ella me miró fijamente, se veía asustada – Solo podré si estoy casado o sino…
- O sino la corona pasara a mi madre – intervino Sun – Mi madre será tan capaz de gobernar como yo de ganar las olimpiadas en atletismo – Hyuk rió, pero luego se detuvo al ver que no era una simple broma – Y yo no quiero ser heredera
- Tengo dieciocho…
Min Jee nos miraba a todos, y todos la mirábamos a ella.
- Cuando le dijiste “Sí” – empezó a decir Yang – Obviamente esto tenía que cruzar por tu mente
- Sí – contestó ella – Pero jamás pensé que sucedería tan rápido – se tocó el pecho y comenzó a respirar rápidamente – No creo que sea necesario pasar lo que queda del verano en palacio
- Es necesario
Insistí ¿Por qué ella tenía que ser terca? ¿Por qué no me obedecía y ya?
- Aprendo rápido – dijo – Puedo ir a estudiar todo eso el mes antes, o cuando se prepare la boda
- Min Jee – ahora era Sun Hee quien hablaba. Ella avanzó hacia mi nerviosa novia, y la tomó de los hombros – Mi tío está muriendo de cáncer, tal vez le quede una semana, un mes, tal vez medio año, no lo sabemos – Min asintió – Pero antes de que eso suceda, Donghae necesita tener una esposa para cumplir con su destino y derecho de nacimiento ¿Entiendes eso?
- Sí
Contestó Min Jee.
- Él te ama, y ahora te necesita – siguió diciendo Sun – Mi tío no aguantará los seis años que le faltan a Donghae para llegar a los veinticinco – Min miró a otro lado - ¿Entiendes que el futuro de un país está en tus manos?
- La pregunta debería ser… - dijo una voz y todos volteamos a ver, era mi hermana de ocho años - ¿Lo amas lo suficiente como para dejar tu vida y convertirte en reina?
- Yoora…
Mi hermanita me miró, luego miró a Min. Ella estaba callada, eso me asustó.
- Lo amo lo suficiente como para renunciar a todo lo que siempre quise – Min Jee me miró y yo sentí que el corazón se me detenía, para de nuevo volver a latir – No son solo palabras, es lo que siento por él
- Ratona…
- Aprenderé los idiomas que me hagan aprender, aprenderé a utilizar los miles de cubiertos, aprenderé modales y protocolos – sus ojos se humedecieron – Aprenderé incluso a usar tacones – solté una risita – Lo haré porque realmente te amo Donghae
- Ratona…
Caminé hacia ella y la abracé fuertemente. La amaba, y sabía que ella me amaba. Ambos teníamos miedo, lo entendía, pero oírla decirlo fue muy significativo.
- Eso fue muy emotivo – dijo Hyuk – Háganme un lugar
Él se unió a nuestro abrazo, los demás lo imitaron.
- ¿Vendrás al Gyeongbokgung?
Pregunto Sun.
- Sí
Contestó Min. Deshicimos el abrazo y fuimos a disfrutar nuestro último día en Disney. Estuvimos toda la tarde con mi abuela, quien nos empacó Kimchi y Ramen para el viaje; luego fuimos a ver las la ciudad y nos tomamos muchas fotografías. Algunos lloraban, definitivamente había sido una muy buena experiencia haber hecho este viaje con mis amigos. Abracé a Min Jee y nos besamos, viendo el cielo estrellado.
- Estar aquí es maravilloso, pero extraño Seúl
Dijo Min, mirando el cielo.
- ¿Te sabes la letra? – le preguntó mi prima – La de “Seoul Song[1]
- ¡Me encanta esa canción!
Gritaron Kyu y Yang.
- Yo… no diría que la amo pero…
Dijo Hyuk.
- Ay mi amor, la paras cantando cuando estamos solos
Todos reímos por el comentario de Sun.
- Hagamos nuestro propio videoclip
Propuso Min Jee y todos asintieron riendo. Eran las siete de la noche, el vuelo salía a las tres de la mañana, teníamos tiempo.
- Será divertido
Acepté riendo. De esta forma, dándole la cámara a Yoora, quien tenía una gran habilidad para la conducción de videos, nos empezó a filmar a nosotros cantando esa canción. Claro, tuvimos que cortar mil veces, porque nos reíamos mucho. Las chicas lo hacían muy bien, se podía apreciar cuanto le gustaba la música. Luego nos pusimos a cantar en inglés y hasta nos dieron limosna, lo cual fue divertido. Algunos tenían problemas con el inglés, incluyendo a Min. Uno de los idiomas que Min tendría que aprender, además del francés, español y chino, era el inglés.
- ¡Hay que verlo!
Pidió Sun.
- ¡Somos excelentes!
Exclamó Kyuhyun, riendo.

https://www.youtube.com/watch?v=up6n1WrB7aE

- Tengo hambre
Dijo Hyuk y todos reímos. Nos sentamos y comimos el Kimchi de mi abuela. No íbamos a olvidar este viaje, de eso estaba seguro, no lo haríamos.
Miré a Min, ella me sonrió. Tomé su mano y ella miró al cielo, sus ojos reflejaban el negro cielo, se veían más hermosos que de costumbre. Toqué el anillo de compromiso y sentí una presión en el estómago.
Era verdad lo que Sun había dicho, mi boda con Min iba a tener que ser más pronto de lo que esperaba. Era obvio que la leucemia de mi padre, no lo dejaría vivir hasta que cumpla mis veinticinco, y era mi deber y derecho ser el rey de Corea. Amaba a Min y me alegraba haber encontrado a alguien antes de que el parlamento lo hiciera. Ahora vendría lo difícil, presentarla en sociedad.
- ¿Nos queda tiempo de descansar en el hotel?
Preguntó Hyuk y yo negué. Seguimos nuestro camino, viendo más lugares hermosos de la ciudad. Tomamos más fotografías y sin darnos cuenta ya era la hora de ir al aeropuerto.
- No me quiero despedir de este lugar
Dijo Min, abrazada a mí.
- Yo tampoco
Le di un beso en la cabeza.
- Ha sido el mejor viaje de mi vida
Admitió.
- Me alegra que te haya gustado – pasé mi bazo por sus hombros – Solo lo mejor para la amada de su alteza
- ¿Te puedo confesar algo?
Asentí.
  - Tengo miedo de ir a Corea
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¿Que pasará cuando lleguen a Corea? ¿Todo le irá bien a Min Jee? ¿Podrá llegar a ser feliz con Donghae? Descúbranlo en el siguiente capítulo de WTF! Soy una princesa!
PD: Nos acecamos al final de temporada :P


[1] Canción interpretada por los grupos SNSD y Súper Junior.





domingo, 28 de septiembre de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 30

Capítulo 30





- Habla
Me ordenó, sentándose en su sofá. Yo lo miré desde la cama, respiré hondo y abrí la boca, pero las palabras no salían. No sabía por dónde comenzar, no sabía cómo decirlo, pero tenía que hacerlo. Lo miré nuevamente, él se veía impaciente, a la espera de que yo diga algo.
- ¿Te… te acuerdas cuando Sun dijo que mi tía me odiaba? – pregunté y él asintió – No fue una broma
- ¿Qué?
Él me miró con total confusión.
- Ella… - miré a otro lado, era tan difícil decirlo – Ella realmente me odia
- ¿Es por lo que me dijiste? – me preguntó - ¿Por qué solo debo de “pertenecerle” a Jin Kyong?
Había mucho de verdad en sus palabras, pero él no lo sabía. Asentí, pues no podía decirle la verdad completa, no aún por lo menos, no hasta asegurarme de que todo podría salir… medianamente bien.
- Sí
Dije.
- ¿Te ha estado golpeando?
Me preguntó, tomando mis manos.
- Ella está… - aguante la respiración para calmarme, las palabras salían atropelladas y no quería decir nada inapropiado – Loca
- Me imagino – me miró a los ojos – Mi amor, lo siento – me abrazó fuertemente – Debe de ser muy difícil de vivir con la vieja bruja
- Lo es
- Discúlpame por hacerte pasar por esto
Me dio un beso en la frente.
- No tienes por qué…
- ¡Claro que sí! – exclamó él – Esa vieja loca cree que Jin se quedará sin su único amigo y se las ensaña contigo – volvió a besar mi frente – Pobre Jin, tener semejante madre, me imagino que debe de sufrir mucho al ver a su única prima siendo maltratada
Quería gritar que no era así, que ella también disfrutaba de mi sufrimiento, que ella también estaba loca, pero no lo hice. Si lograba denunciar a mi tía de maltrato, si lograba detenerla antes de que me hiciera algo realmente malo, esperaba que la amistad de mi prima y el príncipe se mantenga intacta, porque sabía que pasara lo que pasara, ella siempre sería su mejor amiga.
- Si… pobre Jin Kyong
- Perdóname por haber estado amargado toda la semana
Era la enésima vez que se disculpaba, yo solo asentía.
- Fue mi culpa – le dije, y él de nuevo me besó la frente – No quería preocuparte ni que hicieras algo como…
- ¿Denunciar a tu tía?
Me preguntó, con una sonrisa tierna en el rostro.
- Me imaginé a varios agentes de la policía real irrumpiendo en mi casa y llevándosela
Donghae rió y yo no pude evitar hacer lo mismo.
- Tonta Ratona – dijo él entre risas – Como príncipe, no puedo hacer eso – lo miré confundida – Ni siquiera por mi amada novia
- ¿O sea que si alguien me asesina ahora, tú no puedes pedir justicia por mi?
Él rió y me dio un beso en los labios.
- Ven conmigo
Me pidió, levantándose y extendiéndome su mano. Yo la tomé y juntos salimos de la habitación. Donghae me pidió que me pusiera uno de mis “Dulces vestidos” floreados que Sun me había comprado, que él me esperaría. Así lo hice, elegí uno bonito y me lo puse con rapidez, tomé a Yuki y salí, él llevaba a Bada consigo.
Bajamos a la recepción y nos subimos a uno de las camionetas blindadas. Se me hacía extraño todo esto, era tarde y no creía que estuviéramos yendo a cenar de nuevo. Él me rodeó los hombros con su brazo y yo recosté mi cabeza en su pecho. Miré sus ojos y me vi reflejada, cada vez que veía los ojos de Donghae, me volvía a enamorar de él.
- ¿A dónde estamos yendo?
Le pregunté y él sonrió. Se inclinó hacia mí y me dio un beso en los labios. Yo sonreí, pero igual me mataba la curiosidad.
- Es una sorpresa – contestó y yo hice un puchero – Te ves adorable cuando haces eso


Sonreí y lo besé. La camioneta siguió su camino y la noche se hizo más oscura, entonces llegamos a la playa. Bajamos de la camioneta, todo estaba desierto, no había muchas personas, solo una que otra pareja dando un paseo nocturno como nosotros. A mi mente apareció una cursi imagen de un corazón en la arena con un romántico mensaje. Volví en mí y caminé al lado de Donghae, tomada aún de su mano. Soltamos a los perros y continuamos nuestro camino, sonriéndonos y señalando las estrellas que brillaban en el cielo. Caminamos y caminamos, con el viento soplando mis cabellos y las olas del mar como música.
No sabía qué tenía planeado, pero me sentía muy feliz de estar reconciliada con mi novio. Cada tanto volteaba a ver a todas partes, no había paparazis al acecho y los guardias estaban a una razonable distancia. Él me estrechó más contra su cuerpo, era un abrazo cálido. Seguimos caminando, cada vez alejándonos del ruido de la civilización y dejándonos llevar por el sonido de las olas. Hae se detuvo, me tomó ambas manos y me sonrió con ternura.
- ¿Qué es todo esto?
Le pregunté sin poder contenerme.
- Querías saber si yo no podía hacer justicia por ti – contestó y yo asentí – No puedo – sentí presión en el pecho al oír eso – La ley me dice que no puedo proteger de esa forma a alguien
- ¿Te refieres mandar a la Policía Real?
Pregunté y él asintió, soltando una risita.
- Exacto – contestó él y yo solté sus manos ¿Solo eso quería decirme? – No puedo hacerlo… - miró hacia el oscuro mar – Porque no eres de la familia real – lo miré fijamente y el corazón se me aceleró – Ratona… - no me miraba, miraba al mar, y yo también lo hice en un intento por que el corazón me volviera a latir con normalidad – Te amo más que a nada en este mundo. Jamás creí que me sentiría así – Hae soltó una risita – Solía creer que todas las chicas estaban por debajo de mí, que todos debían de hacer lo que yo quería porque eran mis súbditos – lo miré y él hizo lo mismo, sonriéndome – Entonces apareciste – sonreí – Fue como una cachetada de realidad, me hiciste mejor persona
- Solo te insultaba…
Recordé, soltando una risita.


- Y de esa forma te hiciste un espacio en mi corazón – tomó mi rostro con una mano y acarició mi mejilla – He hiciste que me enamorara de ti – sonreí y sentí que los ojos se me llenaban de lágrimas – No son simples palabras cuando te digo que te voy a amar para toda la vida – lo miré a los ojos, los de él brillaban – Te amo Min Jee, prometo amarte para siempre
- Yo también te amo Donghae
Entonces nos besamos. Mi corazón latía a toda velocidad, podía sentir el suyo también. Nos separamos, podía sentir su agitada respiración rozando mi rostro, su cálido aliento acariciando mis mejillas. Él pegó su frente a la mía y soltó una risita, yo lo imité. Me abrazó fuertemente y acercó sus labios a mi oreja.
- Cásate conmigo



¿Que les pareció el capítulo???? Nos estamos acercando al final de temporada, dejen comentarios please!!!!!!!!!!!!!

jueves, 25 de septiembre de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 29

Capítulo 29






Me quedé encerrada en el baño, sosteniendo mi teléfono y mirándolo con horror. Mi cuerpo temblaba y los huesos me dolían con el recuerdo de los golpes que ya estaban desapareciendo. Quería detener las lágrimas, pero difícilmente podía, era demasiado difícil y el miedo nuevamente se apoderó de mí. Volví a leer el mensaje del número desconocido.



Espero que estés pasándola bien. Cuando regreses, te mataré.


No tenía que preguntarme quién era la que me había mandado el mensaje, había sido mi tía Mi Hi, de eso podía estar cien por ciento segura. Estaba aterrada ¿Hablaba en serio? Las lágrimas comenzaron a caer. No importaba cuán feliz era yo, siempre iba a pasar algo que lo a arruinaría. Yuki me lamía los pies, yo intenté sonreír, pero no podía, todo se iba a arruinar cuando llegásemos a casa.
Había sido el mejor viaje de mi vida, los días habían pasado muy rápido para mi gusto, y sin darme cuenta ya estábamos a la mitad de las vacaciones. El día que cumplí tres meses con Donghae, a la hora de la cena, me llevó a otro lugar. Fuimos a un restaurante de lujo, donde lo recibieron como el “Príncipe Donghae de Corea del Sur” En medio de la cena un hombre hizo el anuncio de que el Príncipe y su novia estaban de aniversario y todo el mundo aplaudió. Fue mágico, nos besamos y terminamos la cena. Regresamos a los parques para ver el espectáculo del castillo y los fuegos artificiales


; nos empezamos a besar tan pronto la pirotecnia comenzó, sin importar si había paparazis o algún fisgón, a mí me dejó de importar, quería estar con mi novio, simplemente eso. Volvimos a nuestro hotel y pasamos la noche juntos, solo que esta vez tuvo algo especial, se sintió especial.
Dos días después casi todo los blogs y foros tenían fotos de nosotros juntos paseando por Orlando. Con temor estuve esperando a que llegara alguna noticia de mi tía o Jin Kyong sobre este viaje. Pero ahora la tenía, el teléfono en mi mano estaba caliente y sentía que explotaría ¿Cómo estaría Jin? ¿Estaría llorando al saber que el amor de su vida estaba con alguien más? ¿Lloraría al saber que era yo?
- ¿Min, estás bien?
Era la voz de Yang Mi.
- Vamos a ir a desayunar
Dijo la voz de Sun Hee. Me acerqué a la puerta y la abrí, mis amigas abrieron los ojos al verme. Sun me empujó dentro y cerró la puerta con seguro. Mis amigas se miraron y luego me miraron, había enojo en sus miradas.


- ¿Qué te hizo?
Preguntó Sun sin rodeos.
- Él nada
Contesté, mirando el alfombrado suelo.
- ¿Entonces?
Preguntó Yang, sentándose a mi lado.
- Esto…
Les mostré el teléfono y mis amigas lo leyeron. Ambas se miraron y luego me miraron. Sun se levantó y sacó su teléfono.
- ¿Qué vas a hacer?
Pregunté.
- Mandaré a investigar este número
Contestó ella.
- ¡No!
Le arrebaté su teléfono.
- Min Jee, se razonable – me pidió Yang Mi – Estás en peligro
- Lo sé…
- ¡¿Entonces por qué carajos no me dejas ayudar?!
Preguntó Sun, quitándome su teléfono.
- No le puedo hacer esto a mi tío Jung – contesté – Ellas son su familia
- Tú eres su sobrina y es a ti a quien asesinarán si pones un pie en Seúl
Yang, que siempre era la calmada, se veía enojada también.
- Puedo mandar a que lo investigues, dan con tu tía y a la cárcel
Sun lo decía de una forma tan sencilla, como si fuera fácil, pero no lo iba a ser.
- Min Jee… - Yang me miró, ella era la paciente – No puedes seguir así, no puedes permitir que te siga haciendo daño
- Tengo miedo
Lloré.
- Y con motivo – Sun me miró, se veía preocupada – Min, ella te hará daño, no quiero, no queremos que eso pase
- Gracias chicas
Ellas me abrazaron fuertemente y me sentí protegida.
- ¿Me dejarás hacerlo?
Preguntó Sun y yo asentí.
- Pero no le digan nada a Donghae
- ¿Por qué no?
Preguntó Yang Mi.
- Si esto sale bien, es decir, si mi tía llega a caer – las miré – Le explicaré todo – ellas asintieron – Si mi tía no cae y le digo, él podría enojarse no solo con ella, sino con Jin Kyong por haberlo permitido, y las cosas para mí serían peor
- Si Hae se entera de que la loca de tu prima también estaba metida en todo esto… – empezó a decir Yang y yo asentí – Te caerá doble castigo por haber roto su amistad de tantos años
- Exacto
Contesté quedamente, tomando mi collar con una mano.
- Sabía que esa loca chicle traería problemas – Sun empezó a golpear el aire mientras despotricaba en contra de mi prima - ¡Es una perra maldita!
- Ya… calma
Le tranquilizó Yang y Sun Hee respiró hondo.
- Llamaré ahora – Sun volvió a marcar algo en su teléfono - ¿Yesung? – preguntó ella


– Soy yo, Sun – contestó ella con enojo - ¡Sun Hee! – gritó - ¡Princesa Im Sun Hee de Corea del Sur! – gritó aún más alto – Hija de la princesa Lee Jae Hwa de Corea del Sur, y Sir Im Jay Ha, cuarta en línea de sucesión… - Sun se quedó callada – Entonces atiéndeme como es debido imbécil
- ¿A quién le estás hablando?                                                                                                 
Pregunté.
- Es mi ex novio, Yesung – contestó Yang – Trabaja en la policía, como fuerzas especiales y en investigación
- Oh
- Quiero que me rastrees un número – pidió ella – Porque están llegando mensajes amenazadores – agregó y me sentí estremecer – Bien… ¿Puedo acusar a alguien de atentar contra una persona por un mensaje amenazador? – Sun esperó – De acuerdo… mantenme informada, y guarda todo esto en secreto
Sun dictó el número y se colgó.
- ¿Qué te dijo?
Preguntó Yang.
- Dijo que rastrearlo será fácil, pero que si enviarlo a la cárcel no a menos que seas varios, pero solo ha sido uno
- Podemos hablar de todos los daños físicos que le ha hecho a su sobrina
- No funcionaría – dije – Soy mayor de edad y nunca he puesto una denuncia
- Demonios
Dijo Sun.
- ¿Qué hacemos, esperamos a que la tenga atada a una silla en un sótano de una casa incendiándose?
Preguntó Yang y nosotras reímos. Me alegraba poder reír de algo como esto. La puerta fue golpeada y Hyuk del otro lado nos pidió que saliéramos.
Ese día haríamos un tour por los lugares más bonitos de Orlando y Miami. Recogimos a la familia de Hae y comenzamos el tour por la ciudad. Tomamos muchas fotos, los paparazis nos tomaron fotos, y la pasamos muy bien. Fuimos a lugares muy bonitos, compramos más cosas y nos tomamos más fotos, en verdad era divertido pasar el tiempo con mis amigos.
- Siento que estoy en “Friends” o alguna otra serie americana
Dije, tomando mil y un fotos a los edificios.
- ¿Te gustan las series americanas?
Me preguntó Yang y yo asentí.
- Amo las películas extranjeras, amo a Tobías de Divergente – dije, mordiéndome un labio. Noté la mirada de mi novio sobre mí y sonreí avergonzada – Pero más te amo a ti
- Ella es perfecta para ti oppa
Sonrió Sung y yo me sentí bien al oír aquello.
- Obvio que lo es – Hae me abrazó – Su alteza solo escoge lo mejor


Todos menos yo rieron.
- No soy una posesión
Él sonrió y me apretó más contra sí. Fuimos a muchos otros sitios, aprendimos sobre la “Cultura americana”, y obvio comimos rico. En la noche volvimos al hotel y cada uno cayó rendido en su cama. Me quedé viendo el techo de mi habitación por un largo rato, a mi lado Yuki dormía sobre la almohada. Este viaje era maravilloso, no quería que se acabara.
Me levanté de mi cama, tomé a Yuki y mi llave, y salí de mi habitación hacia la de Donghae. Toqué la puerta y esperé alguna respuesta, pero no se abrió, él debía de estar profundamente dormido. Caminé hacia la de Sun Hee y toqué la puerta, ella salió.
- ¿Sabes qué hora es?
Me preguntó y yo negué. Sun me dejó entrar en la habitación y nos recostamos en la cama. Ella me miraba, tenía una sonrisa en el rostro, parecida a la de Donghae. Dejé escapar un suspiro y cubrí mi rostro con la almohada, aquellas cosas estaban atormentándome y no me dejaban disfrutar.
- Toda va a pasar – me dijo ella, quitando la almohada de mi rostro – Ten fe
- Lo único que quiero… - empecé a decir, ahogándome con las palabras – Es ser feliz
- Y lo serás – me aseguró Sun – Donghae te ama, él no… - Sun respiró hondo; la miré, tenía los ojos humedecidos – Él no puede vivir sin ti
- Nunca me ha dicho eso
- Pues a mí sí – Sun soltó una risita – No es un simple enamoramiento, es “El” enamoramiento – ahora reí yo – Tu tía solo es una piedra en el zapato que pronto será removida
- Ojalá
Miré al techo de nuevo. Volví a pensar en mi lunática tía y en Jin ¿Cómo estaría ella? Obvio ya habían salido noticias del príncipe y yo, sabría ahora qué todo lo que había visto era verdad ¿Estaría sufriendo? Como fuese, sabía que era mi culpa, por haberme enamorado del chico que ella amaba.
A la mañana siguiente me atreví a ponerme la ropa de baño. Aún seguía cubriendo mi cuerpo, y en todo el viaje tuve que poner excusas para no tener que entrar en las piscinas, pero con los moretones casi desapareciendo, podía usar bikini. Bajamos al parque acuático y mis amigas se quitaron sus vestidos dejando al descubierto sus abdómenes. Miré a todos lados no quería hacerlo pero al mismo tiempo sí. Los moretones estaban amarillentos, pero en algunas zonas aún eran verdes, y aún tenía la cicatriz del abdomen.
- Solo quítate el vestido
Dijo Kyuhyun.
- No creo que…
- Vamos Min Jee
Insistió Eunhyuk.
- Chicos, déjenla en paz
Pidió Hae y sus dos amigos se miraron con complicidad. Me tomaron cada uno de un brazo y me alzaron, llevándome hacia la piscina. Yo grité y Hae los insultaba, las chicas también gritaban, pero mis dos amigos me terminaron lanzando.
Debajo del agua todo era calma ¿Por qué no podía ser así la vida? Miré hacia arriba y salí a la superficie, Donghae les gritaba a sus amigos y Sun Hee golpeaba en el pecho a Eunhyuk; Kyuhyun se sostenía una mejilla, de seguro Yang Mi lo había abofeteado. Hae me ayudó a salir de la piscina y yo me quité el vestido mojado. Tomé una toalla y miré a los demás, ellos me miraban boquiabiertos, yo sentí que me ruborizaba.
- ¡No la miren!
Ordenó Hae, tomándome de la mano y arrastrándome lejos.
- ¡Suéltame!
Le gritaba a mi novio mientras este me arrastraba lejos de los demás, a una zona un poco apartada. Me tomó de los hombros y me miró fijamente, se veía enfadado, y mi interior se estremeció. Se separó un poco de mí y me miró de abajo arriba, luego volvió a mis ojos, sabía lo que él había visto.
- ¿Por qué tienes tantos golpes en el cuerpo?
Me preguntó
- Patino
Mentí.
- No te creo nada – el sonido de esas palabras dolieron más que los golpes – ¿Por qué no me quieres decir la verdad?
- No hay verdad que decir
Contesté, intentando sonar segura de mis palabras.
- ¡No soy idiota Min Jee! – gritó él y yo retrocedí un paso – Noté que desde que llegaste al Gyeongbokgung estás rara, algo se traen tú y las chicas – me mordí el labio, él era inteligente o me tenía muy bien vigilada - ¿Qué se traen entre manos?
- No creo que este sea el lugar adecuado para hablar
Le dije, alejándome un poco, pero él tomó mi mano.
- Exijo que me lo digas - sus ojos estaban llenos de furia – Soy tu novio, mi deber es protegerte
- Donghae, no es el mejor lugar para hablar de esto
Insistí, soltándome de su agarre y corriendo hacia mis amigas. En toda la tarde, Donghae no me habló. Intenté acercarme a él, pero no me lo permitía. Sun me decía que le dé espacio, que se le pasaría, que solo era la impotencia reluciendo en él.
Nosotras nos fuimos de compras ese día, los chicos también, con la única diferencia que nosotras íbamos por suvenires y ellos por “cosas que necesitaban y que ya se les había acabado” Regresamos al hotel y yo me quedé mirando al techo como siempre ¿Qué debía hacer? Esperaba que el enojo se le pasara rápido a Hae.
A la mañana siguiente fue todo igual. Hae a penas y me hablaba; sentía su mirada en mí, pero no me hablaba, y andaba ceñudo. La hora del almuerzo y la cena en casa de su familia, siempre estaba con esa expresión, sin hablarme.

Los días siguieron pasando y cada vez lo extrañaba más. Tenía tan cerca a mi novio, pero no poder abrazarlo o besarlo, eso me desesperaba. Quería poder volver a besarlo, abrazarlo, decirle cuanto lo quería, pero él simplemente no me dejaba acercarme.
- Déjalo, solo está haciendo una rabieta
Dijo Sun, acariciando a Yuki.
- Realmente se enojó conmigo
Dije, abrazándome a mí misma.
- Está exagerando – intervino Yang – Toda pareja tiene secretos
- Pero no como estos
Abracé mis rodillas y escondí el rostro.
- Deberías decirle -miré a Sun – Te lo dije desde un inicio, Min – asentí – Él realmente te ama, es obvio que se preocupe
- Hace cinco minutos dijiste que era una rabieta
Bromeó Yang.
- Tú dijiste que mi primo era un exagerado
Mis dos amigas rieron.
- Sun Hee tiene razón, Min Jee – dijo Yang y yo volví a asentir – Deberías de decirle a Donghae lo que está ocurriendo
- Como se lo digas y qué le digas te lo dejamos a tu criterio – añadió Sun, haciéndole cosquillas a Yuki – Pero tienes que decirle lo que tu tía te hace
Asentí. La cena llegó, cenamos en el hotel. Hae no hablaba con nadie, en toda la semana no le había dirigido la palabra a nadie, solo a Leeteuk y a Bada, hasta Yoora se enojaba por la poca atención que su hermano le daba. La cena terminó y cada uno fue a su habitación. Yo seguí a Donghae. Él se detuvo en su puerta, sosteniendo la perilla, sin voltear a verme, eso me hizo sentir mal por dentro.
- ¿Qué quieres?
Preguntó mordazmente.
  - Decirte la verdad









lunes, 22 de septiembre de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 28

Capítulo 28




Mis amigos y yo estábamos cenando en otra habitación. Kyu y Yang habían llegado la noche del domingo


, y los pusimos al tanto de lo que sucedió en el fin de semana. Ellos estaban juntos ahora, ya se podía decir que era oficial, yo no podía creer que hubiera sucedido tan pronto.
Me aliviaba no haber visto a Jin, ni oído nada sobre ella. Yo pensaba que ella y mi tía harían algo malo, como mandarla de improvisto y arruinarme el viaje, o hacer que me lleven a de regreso. Sin embargo, me hacía estremecer la idea de que quizá estaban esperando a que volviera para hacerme algo peor.
Esa tarde habíamos ido de compras. Sun me compró unos vestidos preciosos que no sabía para qué los usaría, ella además ya me había dado demasiados de sus vestidos ¿Es que en América estaríamos de fiesta en fiesta? Compré un bolso para poder llevar a Yuki con nosotros, y muchos juguetes. Los paparazis nos estuvieron siguiendo, y yo tenté a mi suerte al permanecer con el brazo engarfiado al de Donghae. Sabía que era un acto osado, pero no me importaban las consecuencias, lo ocurrido en mi casa el día que escapé había acabado conmigo, estaba totalmente harta de la locura de mi casa.
- ¡Mañana partimos!
Celebró Yang, acariciando a Yuki.
- Será espectacular, será el mejor viaje de mi vida
Habló Kyuhyun con su habitual entusiasmo.     
- A mí me gusta poder hacer este viaje con ustedes – dijo Hae y todos lo miramos – Ser príncipe no proporciona amistades, eso se los puedo asegurar, pero ustedes son sinceros, lo siento…
- Hombre… - rió Hyuk, despeinando a Hae, quien rió también - ¿Por qué siempre tienes que ser tan tierno y sensible?
- A mí me gusta – abracé a Hae y este me sonrió – Hae es el chico perfecto
- No es bueno en la cama, tú misma lo dijiste
Bromeó Yang y yo sentí mis mejillas arder.
- ¡Yo no dije eso!
Me tapé el rostro por la vergüenza y todos los demás rieron.
- ¿Y que dijiste?
Preguntó Hae con inocencia.
- Que te falta experiencia – contesté con vergüenza – Pero que me gusta mucho
- ¿Eso es bueno?
Preguntó Hae a Hyuk, él solo se encogió de hombros.
- Es un “Peor es nada”

Bromeó Kyuhyun y yo le lancé una hogaza de pan. La cena transcurrió de la misma forma, llena de bromas, momentos embarazosos y demás. Era tan lindo poder tener un momento de paz entre amigos; mi vida era una telenovela, pero con ellos siempre era normal, me alegraba poder tenerlo.
La hora de dormir llegó, cada uno tenía su habitación, pero yo me quedaba en la de Hae, y dudaba de que alguna de las parejas durmiera por separado. Hae me besaba, susurrando palabras de amor, mientras nos entregábamos el uno al otro. De las cosas que cambiaron en mi vida, Hae era la mejor. Pasé de ser una granjerita, a una huérfana, a una princesa y ahora estaba haciendo el amor con un príncipe de verdad… ¡WTF[1]!
- Te amo
Me susurró, abrazándome de forma posesiva.
- Yo también te amo – acaricié su mejilla, él sonrió, sus ojos brillaron – Durmamos ya, tendrás solo cinco minutos para bañarte y yo también necesito mi tiempo en la ducha
- Dúchate conmigo
Propuso y yo le di un zape.
- Pervertido
Reí. Me dio un beso y cerró los ojos, con sus brazos alrededor de mi cuerpo. Sonreí al ver su rostro, a veces creía que era un sueño, que él no podía ser mío y que todo era una ilusión y aún estaba en el hospital o soñando en casa. Cerré mis ojos y esperé a que el sueño me llegue.


Eran las tres de la madrugada y yo me estaba dando una ducha. Mi estómago estaba revolviéndose ¿De verdad estaba sucediendo esto? Estaba a punto de irme al extranjero con mi novio y mis amigos ¡Era una locura! Sobre todo porque no tenía pasaporte o algo parecido.
- Ya te dije que con el príncipe, no necesitas esas cosas
Me volvió a decir Hae, cerrando su bolso con Yuki adentro.
- Espero que así sea, no quiero quedarme en Corea
- Te prometo que será el mejor viaje de tu vida
Él tomó mi rostro entre sus manos y me dio un beso en la punta de la nariz, yo solté una risita. Hae tenía la habilidad de hacerme sentir mejor en cualquier momento. Tomé el bolso de Yuki y salimos de la habitación.
En el primer piso nos esperaban los demás, la pequeña Yoora, Leeteuk y el rey Donghae. Saludamos con una reverencia al rey y este nos saludó también. La pequeña Yoora estaba abrazada a su padre y este le acariciaba la espalda.
- ¿Tú vas a ir? – le preguntó Hae a su padre – No será…
- No iré – contestó el rey con voz ronca – Cuídate mucho – me miró y yo sentí miedo – No dejes que nada le pase – Hae asintió – Cuida a tu hermana – Hae volvió a asentir – Sun, cuida a mi hijo
- Siempre lo hago tío Donghae
Contestó ella con una sonrisa.

- Donghae… quiero darte algo antes de que te vayas
Hae asintió y tomó la silla de ruedas de su padre, alejándose. Sun me miró y, sonriendo, me pasó un brazo por los hombros. Yo la miré, también sonreí, aunque no sabía por qué sonreíamos.
- A mi tío Donghae le agradas
Dijo.
- Eso parece
No podía evitar sonreír. Los tíos de Hae me agradaban y al parecer yo les agradaba también. Yoora me amaba, lo había dicho, le encantaba jugar conmigo, y decía siempre que yo era muy bonita. Tuvimos el privilegio de conocer a la Reina Madre en la cena de la primera noche, la anterior vez que estuve en Palacio no pude conocerla, dijo que era una muchacha educada y correcta, que le agradaba mucho más que la “Otra chica” que Donghae solía traer. No sabía si eso era algo bueno o no, porque educada o no, yo sigo siendo una plebeya huérfana sacada de una granja. Por último estaba Sun, quien era mi mejor amiga, la primera de la Familia Real que conocí. Esperaba ser del agrado de toda la Familia Real.
- Leeteuk… - llamó Sun y el hombre alzó la mirada - ¿Cómo cuarta en sucesión al trono, puedo hacer que nos vayamos en el avión privado del príncipe sin el príncipe?
- Eso es muy probable su alteza – contestó Leeteuk con una sonrisa – Pero creo que a su alteza, el príncipe, no le agradaría mucho que su novia se fuera sin el
- Arruinas mi plan macabro, Min Jee
Rió Sun y yo también.
- Ya volví – dijo Hae, tomando la mano de su hermana – Vámonos
- Esperen – dijo una voz, todos volteamos y vimos a la princesa Jae Hwa - ¿No se irán si despedirse, verdad?
- Mamá…
Susurró Sun Hee y la princesa Jae Hwa corrió hacia ella para abrazarla.
- ¿Por qué tu afán de querer irte antes de que me pueda despedir de mi única hija?
Preguntó la princesa, dándole un beso en la frente a Sun.
- Adiós mamá
Se despidió mi amiga, luciendo incómoda, ella no estaba acostumbrada a las muestras de afecto por parte de su madre, aunque era bien sabido que ella adoraba a su hija.
- Querida tía
Se despidió Hae y la princesa le sonrió. Salimos del palacio y entramo en varias camionetas blindadas. Mis amigos se acomodaron como pudieron y continuaron su sueño, yo recosté la cabeza en el hombro de Hae y cerré mis ojos.
Llegamos al aeropuerto y varios paparazis nos esperaban, deseosos de tomar alguna foto de nosotros en el viaje que el príncipe hace cada dos años. Registramos las maletas y esperamos, me sentía nerviosa, sentía que en cualquier momento se podía aparecer mi tía y me sacaría a rastras de ahí.
Hae tomó mi mano y la de Yoora, juntos fuimos avanzando hacia nuestra puerta. Me sorprendió ver a mucha gente entrando con nosotros, y me sentí tonta al pensar que solo íbamos a ser los seis viajando. En la mayoría de las veces, olvidaba que Hae era un príncipe, pero en estos momentos, viajando con tanta seguridad, el secretario real, los guardias de Sun, la “Nana” de Sun y Yoora, hacían que el peso de los hechos se me venga encima, pues el chico que amaba era un príncipe.


Subimos en el avión, era tan lindo, parecía una casa rodante de lujo pero aérea. Nos acomodamos en los acolchados sillones, eran las cinco de la mañana y todos teníamos cara de cansancio. Los guardias, el secretario y la nana entraron, entonces nos abrochamos los cinturones y a las seis en punto el avión despegó.


Era tan extraño haber salido de Corea a las seis de la mañana del día martes y llegar a Florida a las diez de la mañana del día miércoles, sentía que habíamos viajado en el tiempo, pues las catorce horas no las había sentido. Todos bajamos del avión, somnolientos, despeinados, adoloridos y demás, solo Kyuhyun era el único alegre.
- ¡Quiero más de esos macaron!
Gritaba él y los demás reíamos. En el aeropuerto nos recibieron con mucha amabilidad, el aeropuerto era muy impresionante. Avanzamos todos juntos, rodeados por los guardias, y entramos a los autos blindados y partimos. Llegamos a un enorme lugar, a la casa de Mickey Mouse, el sueño de todo niño, o de todo adolescente que nunca ha viajado.



- Llegamos
Dijo Sun, dándole un codazo a Hyuk.
- Bienvenidos a Disneylandia
Dijo Hae. Bajamos de los autos y nuevamente nos rodearon los guardias. Entramos en el hotel, era espectacular. Nunca en mi vida había entrado en un hotel cinco estrellas, ni siquiera había ido al Lotte World hasta que conocí a mis amigos, todo esto era un mundo nuevo para mí. Leeteuk y la nana se fueron a hablar con la recepcionista, mis amigos y yo nos quedamos parados sin saber qué hacer. Nos miramos entre todos, los que lucíamos más perdidos éramos Hyuk, Kyu, Yang y yo.
- Me siento incómoda
Susurró Yang.
- ¿Por qué?
Preguntó Sun.
- Mírame, una asiática rodeada de puros rubios colorados, altos y que parecen salidos de una revista
Kyuhyun le pasó un brazo por sus hombros y ella recostó la cabeza en su pecho.
- Tú eres mil veces más bonita que estas flacuchentas - le dijo – Además, hay muchos turistas
- El único que pasa desapercibido es Donghae, él es asiático pero tiene porte
Bromeó Hyuk y Hae rió.
- Supongo que este es el único lugar en donde me siento normal – comentó él – Cuando vengo, nadie me trata como si fuera un príncipe, me siento normal
- Aunque es inevitable ser tratado como lo que somos
Comentó Sun cuando el secretario y la nana volvieron.
- Sus habitaciones están listas – informó Leeteuk, dándonos nuestras llaves – Pueden ir a los parques de diversiones si lo desean, el almuerzo estará listo en breve y en la tarde iremos donde su abuela, alteza – Hae asintió – Hyurin y yo iremos a almorzar ya, si nos disculpan
- ¿Vamos a nuestra habitación, Sunny? – pregunto Yoora, tomando la mano de Sun – Quiero ir a los juegos
- Vamos primero a las habitaciones, dejamos nuestras cosas y almorzamos
Sugirió Kyuhyun y todos aceptamos. Fuimos a los ascensores y llegamos a nuestras habitaciones. Cada uno tenía su propia habitación, solo Sun dormiría con su prima, pero suponía que se escaparía muchas veces a la habitación de Hyuk. Hae me ayudó con mis cosas, yo me recosté en la cama, era muy suave.
- ¿Estás cansada? – me preguntó riendo – Son apenas las una de la tarde
- Y en casa ya son las once de la noche – le recordé – Estoy exhausta
- Cámbiate, ponte tu ropa de baño, que iremos a divertirnos
Me ordenó él, dándome un beso en los labios. Sonreí y asentí, él se fue y yo me quedé en mi impresionante habitación de hotel. El baño era increíble y no quería salir de la tina. Me miré al espejo, envuelta en mi mullida toalla blanca. Me llené de enojo al ver mi cuerpo lleno de hematomas y cicatrices ¿Cómo entraría en la piscina si tenía el cuerpo lleno de huellas de maltrato? Hacia mucho calor, así que me puse un vestido que me cubría la espalda, y unas sandalias bajas, al menos mojaría mis pies en la piscina. Salí de mi habitación con Yuki en mi bolso y toqué la puerta de Hae, él tenía su ropa de baño puesta y el pecho descubierto.
- Te ves sexy, cámbiate
Me ordenó él, mirándome con el entrecejo fruncido.
- No me voy a cambiar y tú no vas a bajar con el pecho descubierto


- ¿Por qué tiene tu nombre escrito?
Preguntó él, tomando una camiseta blanca, el blanco le iba muy bien.
- No, porque todas las chicas verán tus músculos y babearán por ti
Contesté y él rió. Me besó y me envolvió en sus brazos, luego salimos tomados de la mano. Nos encontramos con los demás; Sun llevaba de la mano a la pequeña Yoora, quien llevaba puesto un vestido floreado y un sombrero. Yoora se soltó de Sun y tomó la mano de su hermano. Bajamos a un restaurante bufete y nos sentamos. A penas comimos, pues todos querían ir a los parques, comenzaríamos con las piscinas.
Los chicos y Yoora insistían para que me metiera, solo mis amigas estaban calladas, ellas sabían por qué no quería entrar en la piscina. La piscina tenía olas y eso divertida a todos, yo jugaba en la orilla con Yoora y una pelota, pero no era lo mismo. Mis amigas lucían sus biquinis sin problema alguno, yo no podía hacer eso, y me frustraba no poder hacerlo.
Salimos del parque acuático y fuimos a las habitaciones de nuevo, nos vestimos y salimos del hotel en los autos blindados. Me sentía nerviosa, íbamos a ir a la casa de la familia de Donghae, íbamos a ir a conocer a la familia de la reina, quería ser aceptada por esta familia también. Llegamos a una casa grande y bonita, en mi mente siempre me imaginaba un mini palacio oriental, pero esto era muy normal.
- ¡Bienvenidos!
Una señora mayor apareció, hablando en inglés.
- Ahjumma[1]
Hae hizo una reverencia y los demás lo imitamos.
- Ella Hyu Rin, mi tía – me explicó la pequeña Yoora – Es la cuñada de mi mamá – agregó y yo asentí – ¡Ahjumma!
- ¡Estás más grande Yoora sshi[2]!
- ¡Oppa[3]! – una chica, que parecía de unos dieciséis, vino corriendo y abrazó a Hae - ¿Cómo has estado?
- ¿Qué están diciéndose?
Preguntó Kyuhyun quedamente, notablemente incómodo.
- ¡Unni[4]!
Saludó Yoora a la recién llegada.
- ¿Pasar? – preguntó la chica, señalando la casa - ¡Omo[5]! – exclamó - ¡Sun!
- ¡Dongsaeng[6]! – saludó Sun Hee – Ella es Sung Rin, la prima de Donghae y Yoora
- Hola
Saludamos todos.
- ¿Amigos de príncipe?
Preguntó la chica, guiándonos hacia la casa.
- Sí
Contestó Hyuk.
- Él es mi oppa – le dijo Sun a su “prima” señalando a Hyuk – Y ella… - me señaló a mí – Es la novia de Donghae
- ¿Tú ser Donghae novio?
Preguntó la chica, pero sí le entendí.
- Yo… - me señalé – Novia…
- ¿Serás reina? – preguntó Sung – Mi primo príncipe ¿Sabías?
- Sí, lo sé – contesté y ella sonrió – No sé si seré reina…
En los dos meses que estaba junto a Donghae, además de prometernos amor eterno siempre que estábamos juntos, nunca me había puesto a pensar en la posibilidad de convertirme en reina. Al ser mi novio un príncipe heredero, esa siempre podía ser una posibilidad, pero yo nunca me había puesto a pensar en ello. Tal vez una parte de mí dudaba que algún día llegáramos a eso. Mi corazón se estremeció al pensar eso, habíamos pasado por mucho para poder estar juntos, y la idea de no tener un futuro era un poco triste. Yo quería tener ese futuro con él, pero ser reina…
- Estás mejorando en tu coreano
Bromeó Hae a su prima.
- Oppa, ni con todo el dinero del mundo… yo logro coreano aprender
Rió la chica.
- ¡Hola!
Saludó una viejecita con lentes y rostro amable. En su juventud, esa mujer debió haber sido hermosa, pues aún se veía hermosa. Yoora se le acercó y la abrazó, al igual que Donghae. La mujer era idéntica a la reina, Yoora también lo era a ella y Sung también tenía un aire a ella, incluso Hae tenía un aire a ellos, eran toda una familia.
- Abuela
Saludó Alex.
- Bienvenidos a mi casa – nos saludó ella y nosotros hicimos una reverencia – Soy Lee Tae Min
- Se está presentando – nos tradujo Hae – Dice que son bienvenidos y que su nombre es Lee Tae Min – la mujer mayor nos miraba aún sonriente – Les recomiendo dirigirse a ella como “Ahjumma”
- Ahjumma – saludó Sun – Usted no ha cambiado nada
- Gracias
La mujer sonrió.
- Abuela – dijo Donghae – Ella es mi novia – me rodeó con sus brazos – Se llama Kim Min Jee
- Ahjumma
Saludé, sintiéndome muy tonta. La mujer rió y me tomó de los hombros, sonriéndome ampliamente.
- Es muy bonita
Miré a Hae, él sonreía.
- Dice que eres bonita
Sonreí al oírlo, miré a la señora y le sonreí. Me parecía extraño que no hablaran coreano pero lo dejé así. La cena se sirvió y todos comenzamos a comer. La comida era deliciosa, y se notaba que a Hae le gustaba mucho. Hyuk y Kyuhyun miraban la comida con rostros de impacto, era una verdadera barbacoa americana. Hyuk, el más glotón, miraba todo con cara de hambriento. De todo lo que comí, las salchichas fue lo que más me gustó.
Después del almuerzo pasamos a la sala donde sostuvimos una charla amena mientras tomábamos té, por lo menos no habían perdido esa costumbre. Entenderlos me costaba mucho, no sabía absolutamente nada de inglés, pero por las expresiones podía saber que era una charla amena y llena de broma que solo Hae, Yoora y Sun entendían. Me encantaba ver a Hae sonreír, en casa él normalmente no sonreía, solo con nosotros, y verlo en un ambiente familiar, tan feliz, me alegraba.
- ¿Mañana puedo ir con ustedes al “Disney”?
Preguntó Sung.
- Claro
Contesté. Me alegraba poder hablar con alguien de su familia, me alegraba que Sung supiera algo de coreano, aunque no tanto, pero podía entenderla. Sung celebró y siguió su juego de palmas con Yoora.
Después de tan agradable momento, dejamos la casa y volvimos a los autos. Todos iban comentando lo mucho que les había agradado la familia de Hae, lo amables que fueron todos y lo delicioso de la comida. Hae tenía mi mano sujeta y yo recosté mi cabeza en su hombro. Había sido el mejor día de mi vida, definitivamente. Llegamos al hotel y cada uno se fue a su habitación, llevábamos más de un día sin dormir. Entré en mi habitación y saqué a Yuki del bolso, alguien tocó mi puerta y yo la abrí, era Donghae.
- ¿Qué te pareció todo?
Me preguntó.
- ¿Me estás preguntando por el viaje entero o por la visita a tu casa?
- Ambas
Lo miré y sonreí. Me senté en mi cama y él en el sofá, mirándome con su sonrisa tierna.
- Es… es el mejor día de mi vida – contesté, soltando una risita – Jamás había salido de Corea, jamás había hecho algo como esto y es… increíble
- Me alegro que estés aquí
Sonreí al oírlo.
- A mí me alegra también – me dejé caer en la cama – Son las once de la noche, en casa son las nueve de la mañana, oficialmente… - lo miré sonriente – Hemos estado más de un día despiertos
- Te dejaré para que descanses
Dijo él, levantándose del sofá. Lo miré y me le acerqué, nos dimos un fuerte abrazo



. Él acarició mi mejilla y me dio un tierno beso. Le sonreí y, estirándome sobre la punta de mis pies, lo besé, rodeando mis brazos alrededor de su cuello.
- Gracias por esto
- De nada Ratona – junto su frente con la mía – A partir de ahora, siempre te traeré, te llevaré a todos los lugares a donde vaya
Nos volvimos a besar y él se fue a su habitación. Me cambié por el piyama y dormí con Yuki a un lado. Había sido el mejor día de mi vida, había sido la mejor experiencia de mi vida. Las palabras de Donghae rondaron por mi mente ¿En verdad me llevaría a todos los lugares que el vaya? La pregunta de Sung volvió a mí ¿Podría hacerse verdad ese sueño infantil que toda niña ha tenido? Jamás pensé en convertirme en reina cuando me enamoré de Donghae, pero ahora aquello me intimidaba. Jin Kyong lo había dicho, el rey tenía los días contados, eso quería decir que si Donghae quería subir al trono, como era su derecho, tendría que hacerlo casado, pues no tenía la edad suficiente ¿Por qué mierda siguen usando leyes tan arcaicas?


[1] Ahjumma: Forma de respeto para dirigirse a una mujer mayor, ya sea una tía, una vecina o similar.
[2] Sshi: Sufijo al decir el nombre propio de una persona.
[3] Oppa: Así le dicen las mujeres a sus hermanos mayores, amigos mayores, y novios.
[4] Unni: Así le dicen las mujeres a sus hermanas mayores y amigas mayores.
[5] Omo: Versión coreana de OMG.
[6] Dongsaeng: hermana/o menor, amigos/as menores.

[1] WTF: What the fuck

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PRONTO LLEGARÁ EL FINAL DE TEMPORADA