domingo, 28 de diciembre de 2014

No Quiero que me Olvides (Kyumin) - 7

Capítulo 7





- ¿Lista para ir al hospital?
Le pregunté a Minnie, ayudándola con sus zapatos, unas pantuflas de Conejo.
- Minnie…
Contestó ella, sonriendo, yo también sonreí.
- Iremos a ver al bebé
Le informé.
- Minnie…
- Vamos…
Le extendí mi mano pero ella no la tomó, más bien sostuvo a su Conejo de una mano y con la otra sostenía su vientre. Salimos y los paparazis nos acorralaron, Minnie se sostuvo de la correa de mi mochila, como en el pasado. Entramos, con ayuda de mis guardaespaldas, en el auto y partimos al hospital.
Minnie al ver el hospital sonrió, debía de hacérsele familiar. Nos dirigimos al área pre-natal y esperamos a que la doctora Yeeun nos atendiera. Minnie jugaba con su Conejo y muchas mujeres nos miraban. Debía de ser extraño ver a dos jóvenes, uno bien vestido y la otra con piyama rosada de Conejos, sentados en la sala de espera de cuidado pre-natal.
- Kim Sungmin
Llamó la enfermera y yo ayudé a Minnie a que se levantara, por lo menos ahí sí me dejaba acercarme. Seguimos a la enfermera y entramos en la oficina de la gineco-obstetra.
- ¡Oh, mi caso súper Star! – exclamó ella – Mi hija te ama
- Gracias
Dije, sintiéndome un poco incomodo.
- Me alegra volver a verte Sungmin – Minnie solo la miraba – Yo fui la que monitoreaba el feto mientras ella estaba en coma – me explicó y yo asentí, de seguro la revisaba cuando yo no estaba – Hoy veremos cómo va tu cuarto mes
- Cuatro y una semana
Le corregí a la doctora y ella asintió sonriente.
- Minnie… ven siéntate aquí – la doctora palmeó la camilla y Minnie me miró – Quiere que la ayudes
Ella no necesitaba decírmelo, sabía lo que quería. Ayudé a Minnie a subir en la camilla y luego la recosté. Ella me sostuvo el brazo con fuerza en todo momento, debía de sentirse asustada.
La doctora echó el gel en la barriga de Minnie y luego en el aparato con el que hacían las ecografías. La doctora comenzó a pasarlo por el abultado vientre, haciendo presión y provocando en Minnie algunos grititos de dolor. Miré a Minnie, ella estaba derramando lágrimas, luego miré la pantalla…
- Ahí está el bebé – miré la pantalla con los ojos bien abiertos - ¿No es hermoso?
Parecía un renacuajo con manitos y piernitas. Hermoso era quedarse corto, esto era más que hermoso. Miré a Minnie, ella solo lloraba, pero no de emoción sino de miedo. Eso me hizo sentir triste, no podía disfrutar de ese momento, de ver a su hijo en su interior, formándose. Mis ojos se me llenaron de lágrimas al verla tan asustada, sin poder entender que llevaba vida dentro.
- Minnie…
No pude evitarlo, la abracé. No quería soltarla, tenía que hacerlo, pues todo esto me sobrepasaba y necesitaba de mi Conejo. El corazón del bebé comenzó a sonar y yo me levanté para ver el monitor. Mis ojos derramaban lágrimas, y me imaginaba que así debía de sentirse. Ver a tu hijo era una experiencia maravillosa.
- Es… - la doctora comenzó a mover el aparato – Es… - no entendía qué buscaba – Una niña…
- ¿Qué…?
- Tendrán otra niña
Contestó la doctora y al instante sonreí. Abracé a Minnie de nuevo, ella había dejado de llorar, pero sentía como intentaba apartarme. Yo no la iba a soltar ni aunque me apuntaran con un arma.
- Te amo Conejo – le susurré al oído y sentí cómo ella dejaba de empujarme – Te amo mucho Minnie – las lágrimas seguían cayendo – Te amo mi amor
Y entonces… sin importarme su reacción, la besé. Fue un beso corto, pero había esperado mucho por él, como toda una vida, pues así se sintió. Ella me miró boquiabierta y entonces… me golpeó con su Conejo de felpa.


***
- Aún no puedo creer que consiguieras el papel
Dijo Minnie por enésima vez, haciendo la tarea de matemáticas en mi casa, como siempre.
- Yo tampoco – me quejé, copiándome de ella, como siempre – Menudo embrollo en el que me has metido
Ella sonrió y yo también, se veía linda al sonreír ¡Deja de pensar en esas cosas Cho Kyuhyun! ¡No le seas infiel de pensamiento a tu novia!
- No es un embrollo, es bonito
- ¿Te das cuenta de que conseguiste el papel de Constance? – le pregunté, apuntándola con mi lápiz - ¿Te das cuenta de lo que hiciste?
- Seremos pareja en la obra – contestó ella, dándole la vuelta a su páginas - ¿Y?
- Como que ¿Y? – le lancé una bola de papel – Conejo tonto, yo no voy a besarte
Tan pronto como dije eso, el lápiz rosa que Minnie sostenía cayó al suelo. Minnie se llevó las manos a la cabeza y me miró con los ojos bien abiertos. Yo tragué saliva, su reacción me estaba doliendo ¿Es que acaso ella no quería besarme? ¿Le desagradaba la idea?
- Mierda – dijo ella – Lo olvidé – me miró con miedo - ¿En qué embrollo nos hemos metido?
- No debiste aceptar el reto de Seo
- Fue una cuestión de honor, y ella ya me estaba desesperando – se quejó Minnie, recogiendo su lápiz - ¡Por el Dios de Siwon!
- Solo yo puedo invocarlo – le recordé, lanzándole otra bola de papel – No le quiero ser infiel a Seohyun
- Y yo no le quiero ser infiel a Zhou Mi…
- Sí y… - la miré fijamente ¿Había escuchado bien? - ¡¿Qué?!
- ¿Qué cosa?
Preguntó, continuando con su tarea como si nada.
- ¿Qué dijiste sobre Zhou Mi?
- Oh… - ella se sonrojó de pronto – Es que… - miré a Minnie y sentí como si algo en mi interior se derrumbara – Él me gusta
- ¡¿Qué?!
- Por favor oppa, no me hagas sentir avergonzada – Minnie estaba muy roja – Es muy lindo
- Creo que iré a mi habitación
Me levanté de la mesa.
- ¿Y la tarea?
- La haré en mi habitación – le dije, caminando hacia mi puerta – Cuida a Henry
- Kyu…
Ya no la seguí escuchando, solo caminé hacia mi habitación y ahí me quedé. Tenía que pensar en todo lo sucedido. Primero: Minnie me gustaba, no sabía en cuanta medida, pero me gustaba. Segundo: tengo novia, y ya no me gusta tanto como antes. Tercero: a Minnie le gusta el edificio andante. La puerta de mi habitación fue golpeada y Minnie entró.
- Mentiroso – dijo ella riendo, sentándose en mi cama – Dijiste que harías la tarea, no que dormirías
- Es que tengo pereza – contesté, con el rostro contra la almohada - ¿Tu ya terminaste la tarea?
- Sí, te dejaré mi cuaderno – me informó y yo la miré – Me voy al parque con Henry
- No quiero que vayas con mi dongsaeng
- Es un niño y quiere salir a jugar – me insistió ella – Y me encanta consentirlo
- Aish… - solté, mi hermano era una de las tantas personas que no quería cerca de Minnie – Cuando tengas un novio le serás infiel
- ¿Por qué lo dices?
Minnie me miró confundida.
- Porque no le eres fiel a tu mejor amigo
Me crucé de brazos.
- Oppa, eres un tonto – rió ella – Puedo tener más amigos que tú…
- No, no puedes
Tomé su muñeca y ella volvió a sonreír.
- Pero tú seguirás siendo mi mejor amigo – Minnie se recostó a mi lado, era normal en nosotros estar en una misma cama; a veces dormíamos, a veces veíamos televisión, pero era algo normal en nosotros dos – Sabes que te quiero mucho
- Sí…
Contesté, sintiéndome algo desanimado, aunque no sabía por qué.
- Y tú me amas
Miré a Minnie, con los ojos bien abiertos, ella solo sonreía.
  - ¿Qué?
- Dijiste que el amor es amistad – miré a Minnie sorprendido ¿Qué intentaba decirme? – Y nosotros somos los mejores amigos del mundo – otra vez, el agudo aguijón de la desilusión hizo estallas la burbuja de esperanza en mi interior; Minnie había destrozado mi ilusión como si de una hoja de papel se tratase, con mucha facilidad  – Somos ELF’s
- ¿Qué cosa?
Pregunté, para sorpresa mía, divertido.
- ELF – dijo ella – Everlasting Friends
- Oh… - fue lo único que se me ocurría decir, pues no sabía cómo sentirme o qué decir en ese momento – Conejo, me incomoda tenerte en mi cama
- ¿Qué?
Minnie me miró con confusión de nuevo; yo también me sentía confundido ¿Qué estaba diciendo? ¿Por qué lo dije?
- Sí, quítate – la empujé – Ya estamos muy grandes para hacer esto, y es incómodo
- ¿Por qué?
- Porque soy un chico y tú una chica, es incómodo
- No comprendo
- ¿Qué no comprendes? – la miré enojado, pues así me sentía, me sentía molesto con ella por algo que no era su culpa, o más bien sí lo era, pero ella lo desconocía – Creo que sí puedes tener otros amigos además de mí
- ¿Por qué estás diciendo todo esto?
Minnie se sentó y se cruzó de brazos.
- Porque sí – contesté – Estuve pensándolo – la miré, ella se veía molesta – Creo que no deberíamos estar todo el tiempo juntos
- Pero siempre estamos juntos
Protestó, haciendo un puchero, mi corazón comenzó a latir fuertemente.
- Por eso mismo – le dije – Estar contigo siempre me trajo problemas, y a ti también – Minnie relajó la posición y ahora lucía triste – Y me traes problemas con Seohyun
- Dijiste que cuando tuvieras novia, nuestra amistad no se vería afectada
Me recordó ella con voz entrecortada.
- Pero me traes problemas con ella – miré el techo – Y ya es tiempo que maduremos – las palabras salían de mi enojo, no de mi corazón, y sabía que me arrepentiría después – No digo que dejaremos de ser amigos, solo que ya no debemos estar pegados todo el tiempo – me atreví a mirarla - ¿Entiendes?
- No
Contestó ella, sus ojos estaban cristalinos y me vi en ellos, me veía igual que ella, triste. Tenía que hacerlo, alejarme y aclarar mis sentimientos. Si me alejaba de ella tal vez este pequeño gusto se iría, así que tenía que hacerlo. Minnie no me quería a mí como yo a ella, así que también era bueno para ello, para que no vuelva a derrumbarme con sus palabras acerca de los amigos eternos.
   - Conejo, seguiremos siendo amigos, solo te pido espacio
Minnie se levantó de mi cama y caminó hacia la puerta de mi habitación.
- No puedo creer que por Seohyun me estés dejando – ella volteó a verme, estaba llorando – Eres mi mejor amigo y de nuevo me estás desechando por esa niña – Minnie se restregó los ojos con el dorso de la mano, yo miré el techo – ¿Esto es una broma cierto? Una más de tus crueles bromas – bajé la mirada, no podía verla – Porque no puedo creer que a ti, el chico que lloró por una semana cuando dejé de hablarle, me esté diciendo esto
- Hemos madurado, solo eso
- Pues avísame cuando hayas terminado de madurar – la miré – Pero intenta no llegar tarde como siempre, puede que ya no puedas rescatar lo que queda de nuestra amistad
- Ya te dije que…
- No quiero ser amiga de alguien que no valora a una persona que siempre estuvo a su lado, por una chica que no hace nada más que darte besos y abrazos
Y diciendo esto se fue. Escuché a Minnie hablando con Henry y luego ambos yéndose de mi casa ¿Qué acababa de pasar? ¿Acababa de terminar con Minnie? No, eso era imposible, pues no éramos nada. Pero se sentía peor, habíamos roto nuestra amistad.
¿Cómo una conversación acerca de la tarea se transformó en un rompimiento? Sus palabras sacaron al monstruo en mí, y el monstruo le hizo tanto daño como el que ella me hizo con sus palabras. La diferencia estaba en que ella hundió el puñal sin saber que lo hacía, yo la maté sabiendo lo que hacia. Miré el techo, intentando pensar que era la mejor solución para evitar un futuro corazón roto.
La semana siguiente Minnie no me habló. Ella se cambió de asiento con Zhou Mi, de nuevo; y como cuando teníamos diez años, ella dejó de irse conmigo para irse con el edificio andante. Me molestaba verla así, pero era lo mejor.
Seo ahora estaba más melosa conmigo, pero sus mimos no era para nada parecidos a los de Minnie. Mis amigos se preguntaban qué pasaba conmigo, se preguntaban por qué Minnie y yo estábamos separados. Yo no decía nada, pues no quería empeorar las cosas.
- Al final, vas a ver que de nuevo llorarás por su perdón
Dijo Hyuk y yo lo fulminé con la mirada.
- Eunhyuk tiene razón – intervino Yesung – No sé por qué, si dices que no lo has hecho por Seo, te has alejado de Sungmin
- Es que… - miré como ella jugaba con sus amigas a la cuerda, siempre estaban jugando a la cuerda – Tenía que hacerlo
Las clases terminaron y yo me fui a mi casa. Mi hyung estaba en casa y estudiaba, él era muy responsable. Él levantó la mirada de sus papeles y yo lo saludé, no estaba de humor para sostener una conversación con él, pero necesitaba hablar con alguien.
- ¿Cómo has estado hyung?
Le pregunté, sentándome en la mesa.
- Bien… - contestó él – Mañana saldré con Heechul o si no se enojará conmigo por pasar más tiempo en la biblioteca que con ella
- Aish – protesté - ¿Por qué las chicas Kim son tan difíciles?
- ¿A qué te refieres?
Preguntó, alzando una ceja.
- Que Sungmin ya no me habla solo porque le dije que ya no quería que estuviéramos pegados todo el tiempo
- ¿Por qué le dijiste eso?
- Porque… - me quedé callado, no podía decirle a mi hyung lo que me pasaba, era vergonzoso – Porque sí
- Sí sabes que, estando lejos de ella, harás que te guste más
Miré a mi hyung boquiabierto, él solo tenía una sonrisa burlona en el rostro.
- ¿Qué…?
- Kyuhyun… soy tu hyung, soy mayor que tú por seis años, me doy cuenta de las cosas
- No sé a qué te…
- Sungmin te gusta desde los cinco años – me dijo – Siempre hablabas de ella, de cómo te gustaban sus vestidos rosados, de su cabello, de cómo soñabas que ella y tú estaban en una montaña rusa atacados por bolas de helado mutantes – mi cabeza empezó a hacer memoria y mi corazón comenzó a latir como el motor de un “Fórmula Uno” – Incluso ahora lo sigues haciendo – me dijo – Pero tú no lo aceptas
- Yo… - Siwon tenía razón, en todo lo que había dicho – Yo no me había dado cuenta… - jamás me había puesto a pensar en ello; tantos años tratando que nadie me quite a mi Conejo, protegiéndola e incluso tratándola como mi sirvienta, todo era porque… - Eso no es verdad, yo no estoy enamorado de Sungmin
- Bueno, aún eres joven, estás en la edad de no querer aceptar tus sentimientos
- Como sea… tengo que aprender un estúpido dialogo

Caminé hacia mi habitación y me encerré. No podía ser cierto. Todo lo que Siwon decía yo lo recordaba como si hubiera sido ayer. Las sensaciones que en ese entonces me hacía sentir Sungmin, ahora se habían intensificado, pero no podía ser cierto. Cerré mis ojos y solo pude ver a Minnie sonriente. No era posible que yo pudiera estar enamorado de ella, ella solo me gustaba, pero estar enamorado de ella… eso era imposible ¿O no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario