miércoles, 31 de diciembre de 2014

No Quiero que me Olvides (Kyumin) - 8

¡Feliz Año Nuevo para todos! De parte de su amiga Wu Xin Qian. Espero que este año les traiga suerte, amor, y progreso. Les deseo lo mejor de lo mejor en este año nuevo, sobre todo que sean felices. ¡Los Quiero!
Atte.
Wu Xin Qian (Mily Wu)
000000000000

Capítulo 8





***
- Abrazo…
Dijo Minnie, despidiéndose de Sunny.
- Adiós omma
Dijo la niña, quien se iba a la escuela. Ya había pasado una semana desde que supimos que tendríamos otra niña. Desde que nos besamos, Minnie ya no rechazaba mis abrazos, y se le veía más animada, eso me alegraba.
Minnie me miró y me abrió los brazos, entonces yo la abracé. Tal como la vieja Minnie, a ella le gustaba mucho dar abrazos. Me alegraba que poco a poco, Minnie volviera a ser la misma de antes.
- ¿Lista para acompañarme al trabajo?
Le pregunté, ella solo tomó su Conejo y caminó hacia la cocina.
- Minnie…
Dijo, tomando un dulce de Sunny y comiéndolo. Minnie amaba los dulces y al parecer se le antojaban mucho, pues el único momento en el que no pedía ayuda para algo, era para coger dulces. Llevé a Minnie al baño y la ayudé a bañarse. Minnie, al volverse una especie de bebé, había tenido que volver a lo básico, es decir, tenían que ayudarla a comer e ir al baño, y eso incluía usar pañales de adultos.
- Deja de salpicar el agua
Le pedí, enjuagando su cabeza, ella solo reía. Saqué a Minnie de la tina y la envolví con su toalla, luego me dispuse a ordenar el baño. Volteé a verla, ella se había quitado la toalla y se miraba el cuerpo en el espejo de cuerpo completo. Se tocaba los pechos y luego se tocaba el vientre, se miraba con mucha curiosidad. Luego me miró y puso sus manos en mi pecho, mirándome a los ojos.
Respiré hondo, no quería hacer nada que la pudiera espantar y eso incluía apagar al animal que había en mí. Minnie volvió a mirarse al espejo y luego sonrió, debía de causarle gracias tener pechos y que yo no los tuviera. La volví a envolver en su toalla y la llevé a su cama. Ya allí la sequé y vestí con la ropa que Leeteuk me dejó. Ya listos, nos subimos en mi auto y partimos hacia mi trabajo.
Llegamos a la SM y entramos, yo tenía que ir a hacer más grabaciones. Podía dejar a Minnie con Leeteuk, pero su trabajo como abogada de la SM era muy difícil y necesitaba concentrarse, sobre todo ahora que un chico de TRAX quería separarse de la compañía. Así que Minnie se quedaría conmigo.
- Minnie, mi sobrina favorita – dijo Lee Soo Man, yendo donde Minnie, quien le sonrió como si lo reconociera y lo abrazó – No le digas a Chula que dije eso – mi jefe me miró – Ellas son mis dos únicas sobrinas, Teukie es mi única prima – asentí, intentando no reírme de aquella faceta de mi jefe - ¿Cómo está Sunny?
- Abrazo…
Dijo Minnie.
- Bien, en la escuela – contesté – Minnie siempre le da abrazos
- Me imagino, esta niña no cambia
Mi jefe le pellizcó la mejilla a Minnie y ella rió como niña pequeña. Mi jefe se fue y yo me metí en la cabina de grabación. Minnie estaba sentada al lado de Shindong y Hangeng, ella los miraba con miedo.
- Comencemos
Dijo Shindong. La música comenzó a sonar y yo comencé a cantar. Cada tanto tenía que detenerme para reír pues Minnie no dejaba de mirar el abultado abdomen de Shindong y mirarse el suyo. Veía que Shindong la miraba incomodo, pues ella lo tocaba constantemente, así que hicieron que se sentara lejos de él.
Continuamos con la grabación, Minnie constantemente sonreía o reía, a ella siempre le gustó oírme cantar. La canción que estaba grabando era una canción sobre amar mucho a una persona y que ese amor que has entregado, no lo puedes recuperar, pues la otra persona lo tiene. La canción me hacía pensar mucho en Sungmin y en nuestro cruel destino. Me detuve, pues las lágrimas empezaron a salir de mis ojos.
- ¿Estás bien?
Preguntó Shindong.
- Sí… - mentí, viendo cómo Minnie de nuevo se levantaba e intentaba abrir la puerta para irse – Minnie, no…
Salí de la cabina y la tomé de la mano, sentándola de nuevo en su silla.
- Tal vez quiera ir a otra parte a caminar, debe de estar aburrida
Me dijo Hangeng.
- Yo puedo acompañarla
Dijo Dan Ji, entrando a la sala de grabaciones.
- No creo que…
Empecé a decir, pues ella no era exactamente confiable.
- Kyuhyun… en verdad te necesitamos concentrado – me pidió Shindong – No pensando en tu novia
Quise golpear a Shindong por decir eso, pero no lo hice y respiré hondo.
- Está bien, pero solo una hora
Le pedí a Dan Ji y ella asintió. Vi a mi novia irse con la asistenta de Hangeng y yo volví a meterme en la cabina. Seguimos con la sesión de grabación. En verdad necesitábamos trabajar en mi música, por todos los problemas con Sungmin, la grabación de mi álbum se vio afectada.
Continuamos grabando y por fin, tuvimos una canción y media listas. Cuando era joven creí que grabar una canción era cuestión de pararse y cantar por tres minutos, pero no era así. Tenía que grabar una y otra vez una misma estrofa hasta que quedara bien, y eso tomaba mucho tiempo y esfuerzo.
Miré el reloj, hora y media, Dan Ji no había vuelto. Salí de la cabina y junto con Hangeng, caminamos al pasillo, a la máquina de café, el café era la mejor medicina para el cansancio. Conversábamos acerca de la gira, de los primeros lugares a los que iría el próximo año, me estaba emocionando un poco poder volver a dar conciertos.
Mi vista se distrajo por un atolondrada Dan Ji que caminaba a paso veloz hacia nosotros, con rostro de preocupación. Mi vaso cayó al suelo, derramando el caliente líquido por el brillante piso. Dan Ji estaba roja y los ojos le lagrimeaban, y Sungmin no estaba con ella.
- ¿Dónde está Sungmin?
Pregunté, acercándome a la muchacha.
- Entré con ella al baño… - empezó a explicar ella, con voz agitada y temblando – Le pedí que no se moviera, entré en uno de los toilettes ¡No me demoré ni cinco minutos! – las manos me empezaron a temblar – Y al salir ella ya no estaba
- ¡¿Cómo la dejaste sola?!
Grité, agarrándola de los hombros y zarandeándola.
- ¡Lo siento! – lloró la muchacha - ¡Lo siento!
- ¡¿Dónde está mi novia?! – grité, enojado, preocupado - ¡Está embarazada, le puede pasar algo malo!
- Lo siento…
Lloriqueó Dan Ji.
- Kyuhyun… - Hangeng me separó de la muchacha – Cálmate
- ¡¿Cómo me pides eso?! – le pregunté, empujándolo - ¡Minnie está perdida por culpa de tu incompetente asistenta!
- Lo siento señor Cho
Volvió a decir Dan Ji. Llamaron a los de seguridad y pronto todos los que trabajaban en el edificio se pusieron a buscar a Minnie. Recorrí de arriba abajo el lugar y Minnie no estaba. Ninguno de los guardias reportaba haber encontrado a Minnie, ningún trabajador la había visto ¿Qué tan difícil era encontrar a una mujer embarazada vestida de rosado y con Conejos?
- ¿Y si salió del edificio?
Preguntó Shindong y yo lo miré horrorizado. Afuera había escalones por donde ella podía caer, había autos que podían atropellarla, había gente que podía hacerle daño, y estaban los malditos paparazis que podrían ponerla nerviosa. Salí corriendo del edificio, efectivamente, ahí estaban los camarógrafos. Me abrí paso por la marea de flashes y corrí por la cuadra, gritando el nombre de Minnie a todo pulmón.
No me importaba si las personas me veían raro, me importaba un bledo ser Cho Kyuhyun, yo quería encontrar a Minnie. Seguí recorriendo la cuadra y las cuadras aledañas, pero ni rastro de Minnie. Me detuve en una intersección, viendo a diestra y siniestra, sintiendo pánico, entonces sucumbí al llanto.
- ¡Minnie!
Grité de nuevo, mirando a todos lados. Sin darme cuenta, mis pasos me llevaron a aquel parque cercano de la SM, aquel que comenzó todo. No había rastro de Minnie, no había ni un niño en el parque, ni un adulto, nadie. Me senté en la banca habitual y lloré, escondiendo el rostro con mis manos.
- Minnie…
Alcé la mirada ¿Era mi imaginación? Minnie estaba ahí, parada a mi lado, con un helado en la mano ¿Cómo rayos había conseguido un helado? Me levanté y le toqué el rostro, era real. Minnie estaba bien, Minnie estaba a salvo…
- ¡¿Por qué mierda te fuiste?! - grité y ella me miró con miedo - ¡Casi muero! – derramé más lágrimas - ¡Eres una estúpida, Conejo, una tonta!
- Minnie…
Sungmin hizo un puchero y entonces comenzó a llorar.
- Me asustaste Conejo… - lloré aún más – Me asustaste…
- Minnie… - fue lo único que dijo y yo la miré – Abrazo…
Entonces, soltando su helado, me abrazó fuertemente. Yo le correspondí el abrazo, apretándola fuertemente contra mí. Nada le había pasado, eso estaba bien, ella estaba bien. Entonces ella soltó su agarre e intentó separarse de mí, yo no se lo permití.
- No dejes de abrazarme a menos que te lo ordene


***
Ya había pasado un mes desde que Minnie y yo no hablábamos. La veía siempre con sus amigas y con Zhou Mi, era tan frustrante verla siempre con ese edificio andante. Me molestaba verlo a él en mi lugar, actuando como si Minnie fuera su mejor amiga, y tal vez lo era ¡Pero primero fue mía! Y detestaba a Minnie por irse con él, la detestaba por elegirlo justo a él como amigo substituto ¿Pero por qué? Porque ella dijo que le gustaba.
Conforme los días pasaban, me daba cuenta de que había sido una pésima idea, lo debía de admitir, porque mi propósito era poder extinguir la llama rosa en forma de Conejo que había en mi interior, pero estando lejos de ella, hacía que la extrañara mucho. Y lo peor es que ni siquiera podía estar lejos de ella en todo el sentido de la palabra, pues éramos compañeros de clases, vecinos y para colmo, protagonistas de la obra escolar ¡Nos veíamos a cada momento! ¡Y ella solo actuaba como si yo no estuviera ahí! Era tan molesto verla, tenerla cerca, y no poder estar con ella como antes.
Sungmin, de nuevo, parecía no verse afectaba ¿Era verdad o fingía que no le afectaba? Como fuese, me arrepentía de mi decisión, pero yo mismo no hacía nada para solucionarlo. Simplemente dejaba que el tiempo pasara, y ella tampoco hacía nada para repararlo ¿Cómo es que lo solucionamos aquella vez? Me había puesto a llorar como un niño pequeño al que le quitaron su juguete. Zhou Mi me estaba quitando a mi Conejo, por eso estallé, pero ahora no quería reclamar como mío a mi Conejo, porque no quería que fuera mía.
- Kyuhyun… te estoy hablando
Dijo Seo, yo solo la miré.
- Lo siento
Ella me dio un beso corto y sonrió, luego se abrazó a mi brazo. Aquella acción se sintió tan extraña, pues no causaba en mí el mismo efecto que causaba Minnie al hacerlo. Cada vez que Minnie hacía eso, desde que tengo memoria, siempre producía un cosquilleo en mi interior; ahora con Seo, me sentía incómodo.
- Alumnos, hoy continuaremos con Romeo y Julieta – dijo la maestra – Cho Kyuhyun… - miré a la maestra – Tú y Kim Sungmin serán los protagonistas de “Los tres Mosqueteros”
- Sí…
Contesté, sintiéndome observado. A mí me gustaba mucho cantar, pero en mi casa, frente a Minnie, mis amigos, familia, o la clase de música, no frente a toda la escuela, padres y profesores ¡Me sentía aterrado!
- ¡Genial! – exclamó la profesora - ¡Les subiré dos puntos en el examen final! – miré a Minnie, ella solo escribía algo en unos pentagramas, debía de ser la música para la obra – ¿Y cómo van los ensayos?
- ¿No íbamos a terminar de hablar de Romeo y Julieta?
Escuché que mascullaba Seo.
- Bien…
Contesté.
- Kyuhyunie siempre llega tarde
Soltó Minnie y yo la miré. Después de mucho tiempo ella me había dicho Kyuhyunie, y se sintió muy bien. Ella volteó y nuestras miradas se encontraron, o por lo menos yo la estaba viendo a ella. Ella se giró de nuevo ¿Sin sonreírme? ¿Por qué me había llamado Kyuhyunie? ¿Es que ella sí me extrañaba?
- ¿En serio?
- Según ella, yo llego tarde a todos lados
Contesté y sentí cómo Seo me miraba.
- Es que lo haces
Dijo Sungmin, viéndome.
- No es cierto – contesté – Soy muy puntual
- En tu imaginación
Rió ella.
- Solo me he demorado diez minutos aquellas veces
- Fueron muchas veces – me recordó ella y yo sonreí al hacerlo también – No me gusta que seas impuntual – y ahí vino el puchero manipulador – No me gusta
- Entonces dejaré de ser impuntual ya que no te gusta
Las palabras habían salido de mi boca antes de que me diera cuenta. Miré a todos lados, todos me miraban ¿Qué acaba de pasar?
- El amor es la amistad… - dijo la maestra y yo miré al frente, sintiendo la sangre hervir – Continuando con “Romeo y Julieta”…
No me interesaba cómo es que Romeo se bebía el veneno creyendo que Julieta estaba muerta ¿Por qué lo hizo de todas formas? Fingir. Lo único que me interesaba era poder entender la extraña sensación en mi pecho. Era un cosquilleo, que descendía hasta la boca de mi estómago, haciendo erupción y llenándome con una sensación de calidez.
Las clases terminaron y esperé a Minnie para poder ir al ensayo de la obra. Normalmente yo llegaba después que ella, mucho después que ella ¡Por San Siwon, sí soy impuntual! Pero lo hacía porque no me la quería encontrar con Zhou Mi o sus amigas, y crear situaciones incómodas; quería que solo nos viéramos en los ensayos, el único momento en el que interactuábamos.
Me paré en la puerta y vi a Minnie salir del aula con su mochila al hombro. Caminé rápido hacia ella, Minnie solo me miró y continuó su camino. Yo caminaba a paso rápido tras ella ¿Por qué huía de mí?
- ¿Quieres dejar de seguirme?

Me preguntó, deteniéndose abruptamente y haciendo que choquemos.



- Estamos yendo al mismo sitio
Me defendí y ella volteó a verme.
- En serio Kyuhyun… - me miró fijamente, yo solo tragué saliva - ¿Qué tan tonta crees que soy?
- Conejo… yo…
- ¿Conejo? – ella me miró y luego sonrió de forma sarcástica – Perdiste el derecho de decirme así
- Sungmin… no te lo tomes a pecho – ella comenzó a caminar de nuevo y yo la volví a seguir – No dije que íbamos a dejar de ser amigos, solo…
- Solo que ya no debía de estar tan cerca de ti – completó – Kyuhyun, eso es lo mismo
- Minnie… - la tomé de la mano y ella se volvió a detener – Te extraño…
- Un mes Kyuhyun… - dijo ella con lentitud – Esperé a que me dijeras eso por un mes – se soltó de mi agarre – Madurar te tomó mucho tiempo
Dijo y yo la miré boquiabierto ¿Se refería a que ya era tarde para nosotros? No podía ser cierto, yo no podía perder a mi Conejo, no quería perderla, pero al mismo tiempo no quería sentir esto por ella ¡No! Entonces lo comprendí. No es que no quisiera sentir algo por ella, es que tenía miedo de sentir algo por ella.
Minnie siguió el camino hacia el auditorio, yo solo me quedé en el pasillo. Sentía que algo me presionaba el pecho, era mi corazón herido. Había sido un idiota, pues no había logrado dejar de sentir cosas por ella, lo había incrementado, tal como dijo Siwon. Y ahora, la había perdido.
Caminé sin ánimos al auditorio y entré en los camerinos. Todo el equipo de producción estaba ahí; algunos pintaban escenografías, otros bordaban, otros leían los guiones, y otros, el grupo de Sungmin, practicaban las canciones. Me acerqué a ese grupo, estaban practicando una de las canciones románticas.
La maestra había dicho que teníamos que aprendernos primero las canciones y luego comenzaríamos con los ensayos. En un mes, nos habíamos aprendido todas las canciones, Minnie había hecho un excelente trabajo con la música. Luego pasamos con las escenas y ahora teníamos que ensayar las escenas ya aprendidas con las canciones correspondientes. En un mes teníamos listo la primera parte de la obra.
- Bien mis pupilos… - todos miramos a la maestra semejante a un pavo real – Hoy, viendo que mi Constance y mi D'Artagnan están un poco… - miré a Minnie, ella seguía en lo suyo – Hoy haremos una de las escenas emotivas
Miré a Minnie y ella asintió. Trajeron la utilería y pronto nos encontrábamos haciendo la dichosa escena, pero había algo mal. La canción nos la sabíamos, el dialogo nos lo sabíamos, pero había algo malo en todo esto, no estaban nuestros sentimientos. Solo repetíamos lo que sabíamos que teníamos que decir, pero no lo sentíamos. Eran palabras vacías, que no expresaban nada y que por lo tanto, no era creíble.
- ¡Aish!
Exclamó Minnie con frustración.
- ¡Paren! – gritó la maestra, mirándonos con frustración – ¡Necesito ver amor! – miré a la maestra, no quería ver a Minnie - ¡Se supone que están enamorados, demuéstrenlo!
- ¿Podemos dejarlo para mañana? – preguntó uno de los mosqueteros – Tengo tarea de algebra
- ¡No! – gritó la maestra - ¡Ninguno se irá hasta que no vea amor! – miré a Minnie, ella solo miraba a la maestra con el ceño fruncido - ¡Conmuévanme!
Repetimos la escena unas cinco veces más, ninguna era del agrado de la maestra. Los demás actores se veían enojados ¿Y quién no? Por mi culpa ellos pagaban plato roto.
- ¡¿Pueden hacerlo bien?!
Gritó uno de los personajes secundarios.
- ¡Me quiero ir ya!
Protestó otro mosquetero.
- ¡Se acabó! – gritó la maestra, lanzando el guión al suelo - ¡Vengan conmigo! – la maestra nos guió fuera del auditorio y nos llevó al armario de suministros - ¡Entren!
   - Pero…
Intentó decir Minnie, pero la maestra la lanzó dentro, luego lo hizo conmigo. La maestra cerró la puerta y luego escuchamos el sonido de la llave. Minnie y yo nos miramos y comenzamos a golpear la puerta con desesperación.
- ¡Saldrán cuando se estén amando!
Gritó la maestra, luego escuchamos pasos.
- ¡Esa profesora está loca!
Grité, golpeando la puerta.
- ¡Mi padre es policía! – gritó Minnie - ¡Y mi madre es abogada! – Minnie golpeó aún más fuerte la puerta - ¡Sáquenos!
Entonces Minnie comenzó a respirar con dificultad. La vi con detenimiento, ella estaba pálida. Entonces recordé la hora; era muy tarde y nadie había comido nada, sobre todo ella. Aquella vez, la primera vez que la vi desmayarse, cuando tenía diez años, me juré que la cuidaría bien, y su anemia no le afectó tanto en mucho tiempo.
- Minnie…
- Estoy bien…
Me dice, sacando un dulce de su bolsillo y comiéndolo.
- Eso no te dará nutrientes
Le dije, ella solo me fulminó con la mirada.
- ¿Qué más te da? – me preguntó – Ya deja de preocuparte por mí
- No voy a dejar de preocuparme por ti
- ¿Por qué habrías de hacerlo?
Me miró desde el suelo, con una ceja alzada y su sonrisa burlona en el rostro.
- Porque eres mi mejor amiga
- Error – dijo ella y yo me quedé boquiabierto – Tú dijiste que ya no éramos amigos
- ¡Yo no dije eso!
Protesté, golpeando la pared, Minnie solo me miró.
- Decirme que deje de estar junto a ti todo el tiempo – ella me miró, de nuevo vi el dolor en sus ojos – Es lo mismo que decir que ya no seamos amigos
- ¿Por qué?
- Porque siempre hemos estado juntos – contestó ella – Y a mí eso me gustaba – me senté a su lado – Abrazarte, mimarte, pasar el tiempo contigo… - Minnie me miró – Era mi forma de demostrarte mi cariño, era la forma en la que exteriorizaba mi amistad hacia ti
- Minnie cállate
Le pedí, pues de nuevo había usado aquella palabra que dolía como un fusilamiento.
- ¡No! – gritó ella – Me quitaste esas cosas, me quitaste la forma en la que te demostraba mi amistad y por lo tanto la despreciaste
- Cállate…
- ¡No me voy a callar! – gritó ella - ¿Por qué lo hiciste? – los ojos de Minnie estaban llenos de lágrimas - ¡Era tu mejor amiga!
- ¡Cállate! – grité, golpeando la pared con tanta fuerza que esta retumbó – Solo cállate
- ¿Te molesta que te diga la verdad? – la miré fijamente – Me cambiaste por tu novia, eso es lo que hiciste – miré el piso, ella no se callaría – Yo soy tu amiga desde los cuatro años, y ella es tu novia desde hacer tres meses… - miré a Minnie – Tal vez ella tenga razón y novia le gana a amiga, pero al menos esperaba que respetaras tu promesa de no dejarme de lado aunque tu novia sea una loca psicópata
- Yo no quería despreciar tu amistad
- Pero es lo que hiciste – Minnie escondió el rostro en las rodillas – Y esperé a que recapacitaras, a que me demostraras que esta amistad de nueve años significaba algo para ti – de nuevo la palabra hiriente – Pero no lo hiciste, y ahora es muy tarde
- Yo estoy arrepentido, no debí pedirte eso
- Pero ya es muy tarde para el arrepentimiento – Minnie se restregó las lágrimas – Ya no somos amigos y no lo volveremos a ser – Minnie soltó una risita – Y da igual, porque últimamente preferías estar con tus amigos que conmigo
- ¡Eso no es cierto! – exclamé enojado – Conejo, prefiero mil veces estar contigo que con alguien más
- Bonita forma de demostrarlo
Rió ella.
- ¡Conejo, ya basta! – grité y ella me miró - ¡Lo siento! – grité de nuevo, llevándome las manos a la cabeza - ¡En verdad lo siento! – la miré, ella seguía llorando - ¡No debí pedirte que me dejarás, no debí apartarte! ¡Fui un idiota! ¡Fui el más grande de los idiotas!
- Es que… no comprendo del todo por qué lo hiciste – ella me miró fijamente – Ya llevabas tres meses con ella y siendo mi amigo, no había problema alguno
- No fue por Seo que te pedí que te alejaras
Confesé.
- ¡¿Entonces qué?!
- No te lo puedo decir
Contesté, pues sabía que ella no sentía lo mismo. Ahora podía admitirlo, me había enamorado de Sungmin, o más bien, siempre estuve enamorado de ella, pero el cruel destino me jugó chueco. Todo el mundo pensaría que sería ella la que estaría enamorada de mí, o que al menos sentiría lo mismo; pero no, para ella, yo solo era un amigo, aquel con el que pasaba el día desde los cuatro años, aquel que secó sus lágrimas, la hacía reír y trataba como sirvienta. Pero yo estaba profundamente enamorado de ella, y ahora era que me daba cuenta.
- ¿Quieres que me quede con eso? – me preguntó con el entrecejo fruncido – O sea, simplemente lanzaste nuestra amistad por la borda y no me dirás el por qué – ella soltó una risita sarcástica – Es lo más estúpido que escuché, ya veo cuanto valía nuestra amistad para ti – de nuevo la palabra - ¡No luchaste por nuestra amistad!
- ¡¿Y qué me dices de ti?! – pregunté con enojo, ella solo me miró - ¡¿Por qué yo soy el único que tenía que luchar?! – pregunté - ¡Cuando tu padre nos obligó a separarnos, cuando dejaste de hablarme! – grité - ¡Yo fui el que intentó recuperarte! – Minnie abrió la boca, pero no dijo nada - ¡No me importó si mis amigos se burlaba de mí, o si Seohyun pensaba que tenía algo contigo! ¡Yo lo hice porque valoro, en verdad valoro, tu amista!
- Kyu…
- ¡¿Tú por qué no luchaste?! ¡Ahora las cosas son al revés y yo te dejé de hablar! ¡¿Por qué no luchaste?!
Pregunté a gritos.
- Tú dijiste…
- ¡Se lo que dije, Conejo! – grité, golpeando la pared - ¡Y me arrepentí al instante! – las lagunas de mis ojos se desbordaron, no pude contenerlas - ¡Si me hubieras pedido que todo volviera a ser como antes, lo hubiera hecho!
- Oppa… - la miré fijamente, pues hacía mucho que no escuchaba que me dijera de esa forma – Yo siempre hago lo que me pides
- ¡¿Por qué tenías que obedecerme en esto?! – me sentía enfadad con mi tonto Conejo - ¡Eres una tonta!
- Supongo que me acostumbre a hacer lo que me ordenas
- ¡Pues te tengo una nueva orden!
Ella me miró y yo hice lo mismo. Sus ojos, dos manantiales en donde me podía ver reflejado, sus mejillas eran dos pétalos de rosas, y su expresión era tristeza. La miré fijamente y entonces la abracé, la abracé como si mi vida dependiera de ello, aprisionándola con mi cuerpo, jurándome que nunca más la alejaría de mí.
- Oppa…
- La nueva orden… la nueva ley – susurré – Es que no dejes de abrazarme a menos que te lo ordene
- Oppa…
Minnie intentó zafarse.
- ¡No te he ordenado que me sueltes!
Grité, apretándola más fuerte.
- No… respiro…
Relajé mis brazos y Minnie dejó de quejarse.
- ¿Podemos volver a ser amigos?
Le pregunté, sin soltarla.
- Sí…
Contestó ella sonriente.
- Extrañaba abrazarte – la apreté más – Promete que nunca dejarás de abrazarme
- A menos que me lo pidas expresamente
Contestó ella, sonriendo ampliamente.
- De acuerdo – acepté – Sobre todo porque nunca querré que me dejes de abrazar
- Te quiero oppa
- Yo te quiero más Conejo
000000000000000000000000

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO

domingo, 28 de diciembre de 2014

No Quiero que me Olvides (Kyumin) - 7

Capítulo 7





- ¿Lista para ir al hospital?
Le pregunté a Minnie, ayudándola con sus zapatos, unas pantuflas de Conejo.
- Minnie…
Contestó ella, sonriendo, yo también sonreí.
- Iremos a ver al bebé
Le informé.
- Minnie…
- Vamos…
Le extendí mi mano pero ella no la tomó, más bien sostuvo a su Conejo de una mano y con la otra sostenía su vientre. Salimos y los paparazis nos acorralaron, Minnie se sostuvo de la correa de mi mochila, como en el pasado. Entramos, con ayuda de mis guardaespaldas, en el auto y partimos al hospital.
Minnie al ver el hospital sonrió, debía de hacérsele familiar. Nos dirigimos al área pre-natal y esperamos a que la doctora Yeeun nos atendiera. Minnie jugaba con su Conejo y muchas mujeres nos miraban. Debía de ser extraño ver a dos jóvenes, uno bien vestido y la otra con piyama rosada de Conejos, sentados en la sala de espera de cuidado pre-natal.
- Kim Sungmin
Llamó la enfermera y yo ayudé a Minnie a que se levantara, por lo menos ahí sí me dejaba acercarme. Seguimos a la enfermera y entramos en la oficina de la gineco-obstetra.
- ¡Oh, mi caso súper Star! – exclamó ella – Mi hija te ama
- Gracias
Dije, sintiéndome un poco incomodo.
- Me alegra volver a verte Sungmin – Minnie solo la miraba – Yo fui la que monitoreaba el feto mientras ella estaba en coma – me explicó y yo asentí, de seguro la revisaba cuando yo no estaba – Hoy veremos cómo va tu cuarto mes
- Cuatro y una semana
Le corregí a la doctora y ella asintió sonriente.
- Minnie… ven siéntate aquí – la doctora palmeó la camilla y Minnie me miró – Quiere que la ayudes
Ella no necesitaba decírmelo, sabía lo que quería. Ayudé a Minnie a subir en la camilla y luego la recosté. Ella me sostuvo el brazo con fuerza en todo momento, debía de sentirse asustada.
La doctora echó el gel en la barriga de Minnie y luego en el aparato con el que hacían las ecografías. La doctora comenzó a pasarlo por el abultado vientre, haciendo presión y provocando en Minnie algunos grititos de dolor. Miré a Minnie, ella estaba derramando lágrimas, luego miré la pantalla…
- Ahí está el bebé – miré la pantalla con los ojos bien abiertos - ¿No es hermoso?
Parecía un renacuajo con manitos y piernitas. Hermoso era quedarse corto, esto era más que hermoso. Miré a Minnie, ella solo lloraba, pero no de emoción sino de miedo. Eso me hizo sentir triste, no podía disfrutar de ese momento, de ver a su hijo en su interior, formándose. Mis ojos se me llenaron de lágrimas al verla tan asustada, sin poder entender que llevaba vida dentro.
- Minnie…
No pude evitarlo, la abracé. No quería soltarla, tenía que hacerlo, pues todo esto me sobrepasaba y necesitaba de mi Conejo. El corazón del bebé comenzó a sonar y yo me levanté para ver el monitor. Mis ojos derramaban lágrimas, y me imaginaba que así debía de sentirse. Ver a tu hijo era una experiencia maravillosa.
- Es… - la doctora comenzó a mover el aparato – Es… - no entendía qué buscaba – Una niña…
- ¿Qué…?
- Tendrán otra niña
Contestó la doctora y al instante sonreí. Abracé a Minnie de nuevo, ella había dejado de llorar, pero sentía como intentaba apartarme. Yo no la iba a soltar ni aunque me apuntaran con un arma.
- Te amo Conejo – le susurré al oído y sentí cómo ella dejaba de empujarme – Te amo mucho Minnie – las lágrimas seguían cayendo – Te amo mi amor
Y entonces… sin importarme su reacción, la besé. Fue un beso corto, pero había esperado mucho por él, como toda una vida, pues así se sintió. Ella me miró boquiabierta y entonces… me golpeó con su Conejo de felpa.


***
- Aún no puedo creer que consiguieras el papel
Dijo Minnie por enésima vez, haciendo la tarea de matemáticas en mi casa, como siempre.
- Yo tampoco – me quejé, copiándome de ella, como siempre – Menudo embrollo en el que me has metido
Ella sonrió y yo también, se veía linda al sonreír ¡Deja de pensar en esas cosas Cho Kyuhyun! ¡No le seas infiel de pensamiento a tu novia!
- No es un embrollo, es bonito
- ¿Te das cuenta de que conseguiste el papel de Constance? – le pregunté, apuntándola con mi lápiz - ¿Te das cuenta de lo que hiciste?
- Seremos pareja en la obra – contestó ella, dándole la vuelta a su páginas - ¿Y?
- Como que ¿Y? – le lancé una bola de papel – Conejo tonto, yo no voy a besarte
Tan pronto como dije eso, el lápiz rosa que Minnie sostenía cayó al suelo. Minnie se llevó las manos a la cabeza y me miró con los ojos bien abiertos. Yo tragué saliva, su reacción me estaba doliendo ¿Es que acaso ella no quería besarme? ¿Le desagradaba la idea?
- Mierda – dijo ella – Lo olvidé – me miró con miedo - ¿En qué embrollo nos hemos metido?
- No debiste aceptar el reto de Seo
- Fue una cuestión de honor, y ella ya me estaba desesperando – se quejó Minnie, recogiendo su lápiz - ¡Por el Dios de Siwon!
- Solo yo puedo invocarlo – le recordé, lanzándole otra bola de papel – No le quiero ser infiel a Seohyun
- Y yo no le quiero ser infiel a Zhou Mi…
- Sí y… - la miré fijamente ¿Había escuchado bien? - ¡¿Qué?!
- ¿Qué cosa?
Preguntó, continuando con su tarea como si nada.
- ¿Qué dijiste sobre Zhou Mi?
- Oh… - ella se sonrojó de pronto – Es que… - miré a Minnie y sentí como si algo en mi interior se derrumbara – Él me gusta
- ¡¿Qué?!
- Por favor oppa, no me hagas sentir avergonzada – Minnie estaba muy roja – Es muy lindo
- Creo que iré a mi habitación
Me levanté de la mesa.
- ¿Y la tarea?
- La haré en mi habitación – le dije, caminando hacia mi puerta – Cuida a Henry
- Kyu…
Ya no la seguí escuchando, solo caminé hacia mi habitación y ahí me quedé. Tenía que pensar en todo lo sucedido. Primero: Minnie me gustaba, no sabía en cuanta medida, pero me gustaba. Segundo: tengo novia, y ya no me gusta tanto como antes. Tercero: a Minnie le gusta el edificio andante. La puerta de mi habitación fue golpeada y Minnie entró.
- Mentiroso – dijo ella riendo, sentándose en mi cama – Dijiste que harías la tarea, no que dormirías
- Es que tengo pereza – contesté, con el rostro contra la almohada - ¿Tu ya terminaste la tarea?
- Sí, te dejaré mi cuaderno – me informó y yo la miré – Me voy al parque con Henry
- No quiero que vayas con mi dongsaeng
- Es un niño y quiere salir a jugar – me insistió ella – Y me encanta consentirlo
- Aish… - solté, mi hermano era una de las tantas personas que no quería cerca de Minnie – Cuando tengas un novio le serás infiel
- ¿Por qué lo dices?
Minnie me miró confundida.
- Porque no le eres fiel a tu mejor amigo
Me crucé de brazos.
- Oppa, eres un tonto – rió ella – Puedo tener más amigos que tú…
- No, no puedes
Tomé su muñeca y ella volvió a sonreír.
- Pero tú seguirás siendo mi mejor amigo – Minnie se recostó a mi lado, era normal en nosotros estar en una misma cama; a veces dormíamos, a veces veíamos televisión, pero era algo normal en nosotros dos – Sabes que te quiero mucho
- Sí…
Contesté, sintiéndome algo desanimado, aunque no sabía por qué.
- Y tú me amas
Miré a Minnie, con los ojos bien abiertos, ella solo sonreía.
  - ¿Qué?
- Dijiste que el amor es amistad – miré a Minnie sorprendido ¿Qué intentaba decirme? – Y nosotros somos los mejores amigos del mundo – otra vez, el agudo aguijón de la desilusión hizo estallas la burbuja de esperanza en mi interior; Minnie había destrozado mi ilusión como si de una hoja de papel se tratase, con mucha facilidad  – Somos ELF’s
- ¿Qué cosa?
Pregunté, para sorpresa mía, divertido.
- ELF – dijo ella – Everlasting Friends
- Oh… - fue lo único que se me ocurría decir, pues no sabía cómo sentirme o qué decir en ese momento – Conejo, me incomoda tenerte en mi cama
- ¿Qué?
Minnie me miró con confusión de nuevo; yo también me sentía confundido ¿Qué estaba diciendo? ¿Por qué lo dije?
- Sí, quítate – la empujé – Ya estamos muy grandes para hacer esto, y es incómodo
- ¿Por qué?
- Porque soy un chico y tú una chica, es incómodo
- No comprendo
- ¿Qué no comprendes? – la miré enojado, pues así me sentía, me sentía molesto con ella por algo que no era su culpa, o más bien sí lo era, pero ella lo desconocía – Creo que sí puedes tener otros amigos además de mí
- ¿Por qué estás diciendo todo esto?
Minnie se sentó y se cruzó de brazos.
- Porque sí – contesté – Estuve pensándolo – la miré, ella se veía molesta – Creo que no deberíamos estar todo el tiempo juntos
- Pero siempre estamos juntos
Protestó, haciendo un puchero, mi corazón comenzó a latir fuertemente.
- Por eso mismo – le dije – Estar contigo siempre me trajo problemas, y a ti también – Minnie relajó la posición y ahora lucía triste – Y me traes problemas con Seohyun
- Dijiste que cuando tuvieras novia, nuestra amistad no se vería afectada
Me recordó ella con voz entrecortada.
- Pero me traes problemas con ella – miré el techo – Y ya es tiempo que maduremos – las palabras salían de mi enojo, no de mi corazón, y sabía que me arrepentiría después – No digo que dejaremos de ser amigos, solo que ya no debemos estar pegados todo el tiempo – me atreví a mirarla - ¿Entiendes?
- No
Contestó ella, sus ojos estaban cristalinos y me vi en ellos, me veía igual que ella, triste. Tenía que hacerlo, alejarme y aclarar mis sentimientos. Si me alejaba de ella tal vez este pequeño gusto se iría, así que tenía que hacerlo. Minnie no me quería a mí como yo a ella, así que también era bueno para ello, para que no vuelva a derrumbarme con sus palabras acerca de los amigos eternos.
   - Conejo, seguiremos siendo amigos, solo te pido espacio
Minnie se levantó de mi cama y caminó hacia la puerta de mi habitación.
- No puedo creer que por Seohyun me estés dejando – ella volteó a verme, estaba llorando – Eres mi mejor amigo y de nuevo me estás desechando por esa niña – Minnie se restregó los ojos con el dorso de la mano, yo miré el techo – ¿Esto es una broma cierto? Una más de tus crueles bromas – bajé la mirada, no podía verla – Porque no puedo creer que a ti, el chico que lloró por una semana cuando dejé de hablarle, me esté diciendo esto
- Hemos madurado, solo eso
- Pues avísame cuando hayas terminado de madurar – la miré – Pero intenta no llegar tarde como siempre, puede que ya no puedas rescatar lo que queda de nuestra amistad
- Ya te dije que…
- No quiero ser amiga de alguien que no valora a una persona que siempre estuvo a su lado, por una chica que no hace nada más que darte besos y abrazos
Y diciendo esto se fue. Escuché a Minnie hablando con Henry y luego ambos yéndose de mi casa ¿Qué acababa de pasar? ¿Acababa de terminar con Minnie? No, eso era imposible, pues no éramos nada. Pero se sentía peor, habíamos roto nuestra amistad.
¿Cómo una conversación acerca de la tarea se transformó en un rompimiento? Sus palabras sacaron al monstruo en mí, y el monstruo le hizo tanto daño como el que ella me hizo con sus palabras. La diferencia estaba en que ella hundió el puñal sin saber que lo hacía, yo la maté sabiendo lo que hacia. Miré el techo, intentando pensar que era la mejor solución para evitar un futuro corazón roto.
La semana siguiente Minnie no me habló. Ella se cambió de asiento con Zhou Mi, de nuevo; y como cuando teníamos diez años, ella dejó de irse conmigo para irse con el edificio andante. Me molestaba verla así, pero era lo mejor.
Seo ahora estaba más melosa conmigo, pero sus mimos no era para nada parecidos a los de Minnie. Mis amigos se preguntaban qué pasaba conmigo, se preguntaban por qué Minnie y yo estábamos separados. Yo no decía nada, pues no quería empeorar las cosas.
- Al final, vas a ver que de nuevo llorarás por su perdón
Dijo Hyuk y yo lo fulminé con la mirada.
- Eunhyuk tiene razón – intervino Yesung – No sé por qué, si dices que no lo has hecho por Seo, te has alejado de Sungmin
- Es que… - miré como ella jugaba con sus amigas a la cuerda, siempre estaban jugando a la cuerda – Tenía que hacerlo
Las clases terminaron y yo me fui a mi casa. Mi hyung estaba en casa y estudiaba, él era muy responsable. Él levantó la mirada de sus papeles y yo lo saludé, no estaba de humor para sostener una conversación con él, pero necesitaba hablar con alguien.
- ¿Cómo has estado hyung?
Le pregunté, sentándome en la mesa.
- Bien… - contestó él – Mañana saldré con Heechul o si no se enojará conmigo por pasar más tiempo en la biblioteca que con ella
- Aish – protesté - ¿Por qué las chicas Kim son tan difíciles?
- ¿A qué te refieres?
Preguntó, alzando una ceja.
- Que Sungmin ya no me habla solo porque le dije que ya no quería que estuviéramos pegados todo el tiempo
- ¿Por qué le dijiste eso?
- Porque… - me quedé callado, no podía decirle a mi hyung lo que me pasaba, era vergonzoso – Porque sí
- Sí sabes que, estando lejos de ella, harás que te guste más
Miré a mi hyung boquiabierto, él solo tenía una sonrisa burlona en el rostro.
- ¿Qué…?
- Kyuhyun… soy tu hyung, soy mayor que tú por seis años, me doy cuenta de las cosas
- No sé a qué te…
- Sungmin te gusta desde los cinco años – me dijo – Siempre hablabas de ella, de cómo te gustaban sus vestidos rosados, de su cabello, de cómo soñabas que ella y tú estaban en una montaña rusa atacados por bolas de helado mutantes – mi cabeza empezó a hacer memoria y mi corazón comenzó a latir como el motor de un “Fórmula Uno” – Incluso ahora lo sigues haciendo – me dijo – Pero tú no lo aceptas
- Yo… - Siwon tenía razón, en todo lo que había dicho – Yo no me había dado cuenta… - jamás me había puesto a pensar en ello; tantos años tratando que nadie me quite a mi Conejo, protegiéndola e incluso tratándola como mi sirvienta, todo era porque… - Eso no es verdad, yo no estoy enamorado de Sungmin
- Bueno, aún eres joven, estás en la edad de no querer aceptar tus sentimientos
- Como sea… tengo que aprender un estúpido dialogo

Caminé hacia mi habitación y me encerré. No podía ser cierto. Todo lo que Siwon decía yo lo recordaba como si hubiera sido ayer. Las sensaciones que en ese entonces me hacía sentir Sungmin, ahora se habían intensificado, pero no podía ser cierto. Cerré mis ojos y solo pude ver a Minnie sonriente. No era posible que yo pudiera estar enamorado de ella, ella solo me gustaba, pero estar enamorado de ella… eso era imposible ¿O no?

miércoles, 24 de diciembre de 2014

No Quiero que me Olvides (Kyumin) - 6

¡Feliz Navidad para todos! De parte de su amiga… Mily Wu!!! Espero que la pasen bonito este día, que la pasen en familia y reciban muchos regalos y amor. Dios los bendiga a todos!!! Les mando mucho amor desde aquí. Felices Fiestas mis lectores, sean felices y piensen en positivo J Los amo!!!!
ATTE.

Wu Xin Qian (Mily Wu)
0000000000000000

Capítulo 6





***
- ¿Quieres más té omma?
Le preguntaba Sunny a Minnie, sentadas en su mesa de juguete, rodeadas de muchos muñecos y tomando té imaginario. Ya había pasado una semana desde que Minnie había vuelto a casa. Aún no hablaba, solo repetía su nombre una y otra vez, o hacía sus típicos ruiditos. Como aún no podía caminar bien, tuve que trasladar su cama al primer piso, ahora había una cama en medio de la sala. Ella solía despertar en medio de la noche gritando, así que tuve que empezar a dormir en la sala, solo así ella no gritaba. En parte me alegraba, eso quería decir que tal vez en el fondo, aún sentía algo por mí.
Sunny estaba alegre de ver a su omma de nuevo, aunque no fuese la misma. Ella decía que su omma se había vuelto más divertida, que ahora ya no la regañaba mucho y eso le gustaba. A mí me alegraba que mi hija no hiciera muchas preguntas.
En las noticias salían reportes de cómo la novia de Cho Kyuhyun por fin había salió del hospital. Se veía a Minnie en piyama sosteniendo su abultado vientre de cuatro meses. Cuando Minnie se veía en la televisión, comenzaba a señalarla y luego señalarme, se veía alegre cuando lo veía, como si le impresionara estar en dos lugares al mismo tiempo.
Kibum decía que era bueno que ella tuviera esas reacciones, pues otros pacientes que salían del coma, permanecían como muertos en vida, como zombis. En cambio mi novia estaba activa, con dificultades, pero respondía a sensaciones ordinarias. Sin embargo, por mucho que me alegraba tenerla en casa, no era lo mismo.
- Leeteuk, deberíamos llevarnos a Sunny a pasear
Decía Kangin, cambiando el canal de la televisión, Minnie a su lado dormía.
- No
Contestó Leeteuk y yo reprimí una sonrisa. Sabía que Teukie me apoyaría en todo, aunque no lo merecía; Teukie era un ángel. Le di un beso en la frente a mi hija y besé a Minnie en la cabeza, ella solo dormía. Tenía que ir al estudio, ya no podía seguir posponiendo las grabaciones de mi álbum.
Después de un arduo trabajo, regresé a casa. Minnie estaba sentada, sosteniéndose el vientre y viendo algo en la televisión. Miré a todos lados, sus padres no estaban.
- ¿Dónde están tus padres Minnie?
Le pregunté, sentándome a su lado en el sofá, aunque sabía que ella no podía entenderme. Yo, por algún motivo, era la única persona a la que ella no le hablaba o hacia el intento de comunicarse. Con otros ella intentaba jugar o se mantenía ahí cuando le hablaban; conmigo, ella solo decía su nombre y no me dejaba estar mucho tiempo con ella; por otro lado, no dejaba que nadie le de abrazos, excepto Sunny. Eso me deprimía un poco, pero de todas formas tenía las noches que era el único momento en el que podía estar cerca de ella, justo como ahora.
- Minnie…
Dijo ella y yo solté un suspiro.
- ¿Sunny no está en casa?
- Minnie…
Contestó y yo miré el suelo.
- Minnie… - la miré, ella miraba la pantalla, estaba dando la “Tortuga D’Artagnan” – Solo sabes decir eso
Me sentía un poco frustrado. Había pasado una semana y ella seguía igual. Sabía que esas cosas tomaban su tiempo, pero quería que las cosas volvieran a ser las mismas.
Yo había amado a Minnie desde que éramos unos niños de cuatro años. Me tomó mucho tiempo darme cuenta de ello y casi la perdí por ello, pero ahora… Las cosas no estaban bien y extrañaba el pasado. No podía vivir sin Minnie; y ella estaba a mi lado, pero al mismo tiempo lejos.
- D’Artagnan… - dijo ella y yo la miré sorprendido – D’Artagnan
- Sí… D’Artagnan, la tortuga… - miré la pantalla – A Yesung le gustaría mucho este dibujo animado
- D’Artagnan…
Minnie comenzó a reír y yo reí con ella. Entonces, como acto de magia, o tal vez un milagro, o es que tenía buena estrella; Minnie abrazó mi brazo y se recostó en el. Miré a Minnie, ella se chupaba el dedo, como cuando teníamos cuatro años, como antes. Diez segundos después, o tal vez más, pero el tiempo fue cortado con un filoso cuchillo, tanto que me dolió, ella se separó de mí y abrazó a su Conejo.
- Minnie…
Ella me miró y sonrió.
- D’Artagnan
- Sí… soy D'Artagnan


***
- ¡Kyuhyunie!
Gritó una voz y todos voltearon a verme. Minnie venía corriendo hacia mí y me abrazó fuertemente, haciéndome perder el equilibrio y posteriormente caer al suelo. Ella rió y me ayudó a levantarme, yo la fulminé con la mirada.
- ¿Qué sucede Conejo?
Pregunté, sacudiéndome la ropa.
- Adivina quién hará la música para el próximo musical de la escuela
- ¿Quién?
Pregunté sonriente, abriendo mi casillero. Miré a Minnie, ella me miraba con un puchero en los labios, de seguro indignada por no haber entendido la indirecta. Quise reír, pero hacer enojar a Minnie era divertido. Claro que sabía que ella había sido elegida para hacer la música de “Los Tres Mosqueteros” ¿Cómo no saberlo? Si yo fui el que le sugirió a la maestra de teatro que Minnie podía hacer la música.
- ¡Yo!
Minnie puso sus manos en sus caderas y me miró ceñuda.
- Lo sé Conejo – sonreí, entregándole su Conejo de felpa que le había robado en la mañana – Harás un gran trabajo
- ¿Tú crees? – ella sonrió y yo no pude evitar hacer lo mismo – Es muy distinto tocar enfrente de la clase que tocar enfrente de cientos de espectadores
- No hay mucha diferencia
Dije, pasando mi brazo por sus hombros, ella solo sonrió.
- Deberías ir a hacer la audición
Miré a Minnie ¿Estaba loca o qué? Yo solo cantaba para ella o mis amigos, o familia, o la clase de música, pero no en un escenario. Me ponía nervioso pensar en pararme delante de muchas personas.
- Cantar en clases en distinto al escenario
- No hay mucha diferencia
Me remedó y yo la fulminé con la mirada.
- Que chistosa
- ¡Vamos oppa! – Minnie se paró delante de mí, abrazando a su Conejo de felpa – Siempre dices que eres excelente cantando
- Pero…
- Por favor… - Minnie me miró con sus ojos de Conejo degollado – Hazlo oppa, conseguirás el protagónico
- No lo haré – sentencié – Y tus aegyos manipuladores no funcionan conmigo
- ¡Bien! – Minnie hizo un puchero – Seohyun se presentará para el papel de Constance
Miré a Minnie y me detuve. Desde aquella vez que salí con Seohyun, se repitieron más veces. Ella realmente me gustaba ¿Y a quien no? Era muy bonita. Pero había algo que evitaba que me gustara del todo. Era como si me gustara en un 98%, pero había algo, ese 2% que no dejaba que me guste del todo.
Era extraño, pues ella siempre me había gustado, y ahora era mi novia, pero algo me detenía. Miré a Minnie, ella solo sonreía. Sentí un vacío en mi estómago.
Desde hace poco me estaba cuestionando algo, y me negaba a creerlo, entonces pensaba en otra cosa. Mis pensamientos eran casi palpables, pues cuando me concentraba mucho en ellos, como un hilo y anzuelo, Minnie siempre se giraba a verme o me sonreía ¿Qué me pasaba? Si desde siempre sentía este aguijón en la panza cuando ella sonreía o estaba cerca ¿Por qué ahora era diferente? La sensación era la misma, se sentía igual, el mismo cosquilleo, el nerviosismo de tenerla cerca, el calor en mi rostro cuando me besaba la mejilla, incluso la erupción de carne de gallina cuando rozaba su mano con la mía, siempre me sucedía eso desde que la conocía; pero algo había cambiado… no podía ser ese mi 2%, me negaba a creerlo.
- Tal vez haga la audición
Terminé aceptando y ella me abrazó, de nuevo sentí esa extraña y tan familiar sensación intensificada.
- ¡Gracias oppa!
Minnie se fue saltando hacia su casillero. Entonces el edificio andante apareció y ambos se sonrieron ¿Minnie le sonreía a Zhou Mi? ¿Por qué Minnie estaba roja? ¿A Minnie le gustaba Zhou Mi? Sentí calor en mi interior y de nuevo quise matar a Zhou Mi.
La clase de gimnasia llegó y Minnie estaba con Wookie y Hae, haciendo piruetas y demás. Seo y sus amigas populares estaban practicando con la escuadra de porristas y yo jugaba futbol con mis amigos.
- Pónganse en pareja – ordenó el profesor – Harán pases de pecho con la pelota
Empecé a buscar a Minnie con la mirada, ella caminaba hacia mí, pero entonces Zhou Mi se interpuso. Lancé la pelota a un lado y caminé hacia Minnie, la tomé de la mano y jalé de ella. Todos, incluyendo el profesor, nos miraron, pero nadie dijo nada, solo nos miraban. Era muy común vernos juntos, o mí jalándola de la mano para que se aleje de algún chico.
Miré a lo lejos a Seohyun, ella solo miraba a otro lado con expresión de enojo. Sabía que eso debía de molestarla, pero no podía evitarlo, simplemente no quería que alguien más se quede… haga equipo con mi… con Sungmin.
- ¡Ey! – se quejó ella – Ve a hacer equipo con tu novia
- ¡Calla!
Le ordené y Minnie sonrió.
- Eres un tonto oppa
Dijo, abrazándome fuertemente. Yo le correspondí el abrazo, pero entonces sentí que nos separaban, era Seohyun, quien pasó sus manos por mi cintura. Miré a Minnie, ella seguía sonriendo. Yo por mi parte, sentí dolor; no quería abrazar a Seohyun, quería que Minnie me volviera a sostener y que no me soltara hasta que yo se lo ordenase. Seo se paró sobre la punta de sus pies y me dio un beso, yo… yo solo podía ver como Minnie iba a abrazar a Zhou Mi.
- ¿Por qué esta niña no sabe hacer nada excepto abrazar a la gente? – pregunté, mirando a Seo - ¿Se cree osito cariñosito o qué?
- No lo sé – me contestó mi novia – Vamos
Ella tomó mi mano y comenzamos a hacer los ejercicios en pareja que el profesor nos ordenó. Cada tanto miraba como Minnie reía de las caras de Zhou Mi, luego vi que Zhou Mi intercambiaba parejas con Mir. Ahora Minnie estaba haciendo equipo con G.O ¿Por qué ella solo era rodeada por chicos?
- ¡Ay!
Miré a Seo, accidentalmente le había tirado la pelota en la cabeza.
- Lo siento
Dije sin ganas. Minnie me miró y sonrió, vocalizando “Ten cuidado oppa”. La maldita clase terminó y todos fuimos a las regaderas. Cuando salimos, esperé a Minnie. Ella salió con su uniforme y el cabello atado en dos coletas. Mi corazón comenzó a latir… se veía tan… Minnie.
- ¡Oppa! – celebró ella al verme - ¡Tenemos clase de literatura!
Yo le pasé mi brazo por los hombros y ella me rodeó la cintura con sus brazos.
- Minnie, debes de enseñarme cómo hacer ese salto frontal
Le pidió Hae a Minnie, separándonos. Ahora quería hacer pescado frito, y de paso Wookie al horno. Hae y Wookie se llevaron a Minnie y yo me quedé ahí parado.
- ¿Qué pasa?
Me preguntó Hyuk.
- Controlen a sus novias
Les pedí.
- ¿A qué se debe eso?
Preguntó.
- A que nuestras novias interrumpen al Kyumin
Se burló Yesung y Hyuk rió.
- Amigo… tienes novia, y no es Sungmin
Me recordó Eunhyuk y yo le di un zape.
- Me gusta mi novia
Dije, aunque lo sentí más como un recordatorio para mí mismo que para ellos.
- Sí… - Hyuk y Yeye se sonrieron con picardía – Repítete eso muchas veces y tal vez te lo creas
- ¡Ey! – grité, pero ellos ya se había ido corriendo - ¡Aish!
Entré en el aula y me senté al lado de mi Conejo, como siempre. Ella seguía sonriente, leyendo algo en su cuaderno. Miraba con atención lo que ella hacía, desde los ocho años que la miraba con atención, había algo en ella que hacía que no pudiera dejar de mirarla.
Volví en mí y miré al frente, debía dejar de hacer eso, debía de detener esa sensación. Minnie era mi mejor amiga, las cosas debían de quedarse así, no podían cambiar. Minnie me miró y sonrió, luego me dio un golpecito en el brazo.
- Presta atención a la clase Kyuhyunie
¿En qué momento la maestra había entrado? Quizá hace un segundo ¿Cuánto tiempo estuve viendo a Minnie? Había algo en ella, que siempre veía, pero hoy se veía más intenso.
- Cho Kyuhyun – miré a la maestra – Y díganos… - la maestra esbozó una sonrisa macabra - ¿Qué es para usted el amor?
Miré mi copia de Romeo y Julieta ¿Qué era para mí el amor? Omma siempre intentaba que estuviera feliz ¿Eso era amor? Appa siempre me protegía ¿Eso era amor? Siwon siempre me aconsejaba y me decía lo buen chico que era ¿Eso era amor? Los Kim me hacían sentir como en casa ¿Eso era amor? Y Seo siempre era linda conmigo, dándome besos y abrazos ¿Eso era amor?
Había solo una persona en este mundo que hacía todo eso y más por mí ¿Era amor? No, no podía ser amor, no podía serlo porque eso solo era…
- Amistad…
- ¿Perdón?
Tenía la vista en el pizarrón blanco ¿En qué momento las palabras salieron de mi boca? Todos me miraban, pero había un par de ojos a los que yo no quería mirar.
- Para mí el amor es la amistad – volví a repetir – Porque la amistad tú la eliges, y escoges a un amigo porque ves algo en esa persona, algo que sabes que te falta y necesitas – miré a todos mis compañeros – Sabes que hay amor cuando te hace reír y llorar, cuando te abraza fuerte y no te quiere soltar – sentí que la sangre se me iba al rostro – Sabes que hay amor en esa amistad cuando al fallar, ella… - empecé a escuchar murmullos – O él, te echan porras. Un buen amigo te consiente y te regaña, te ayuda a mantenerte fuerte – miré de reojo a Minnie, ella solo me miraba – Como diría mi hyung: “Es la promesa de Dios de que tendrás a alguien con la mano extendida eternamente por el camino de la vida” – bajé la mirada – Una persona solo le sería fiel a otra si la amase – miré a la profesora, ella sonreía de nuevo – Por eso digo que la amistad es amor, porque es fiel e incondicional
- Bueno… - la profesora respiró hondo – Muy bien señor Cho… - la profesora abrió el libro – Como sabrán, este mes leeremos este libro…
Todos seguían cuchicheando acerca de mis palabras, nadie hacia caso a la profesora. No sabía por qué lo había hecho, simplemente necesitaba decirlo, sacarlo de mi interior. No quería girarme a verla, quería seguir viendo mi cuaderno. Respiré hondo y la miré, Seohyun me miraba ceñuda y luego miró al frente.
- Kyuhyunie… - miré a Minnie, ella estaba sonriente - ¡Kyuhyunie! – entonces me dio un fuerte abrazo - ¡Eres el mejor, oppa!
Y me dio un beso en la mejilla, haciendo que la sangre se me subiera al rostro. Sí, para mí el amor era la amistad, y sí, mis palabras eran para Sungmin. Yo sentía todo ese amor de parte de ella, y yo… yo también la amaba.
- Gracias Conejo – me separé de ella – Soy el mejor, no tienes que recordármelo
- No eres nada modesto, oppa
Rió ella y yo también.
- Ey, soy la personificación de la modestia
- Eres mi mejor amigo, oppa
Dijo ella, enganchándose a mi brazo de nuevo. Sus palabras resonaron en mi cabeza, una y otra vez. Sentí una presión en el pecho y miré a Minnie y su nuevo broche de Conejo.
Minnie era amable con todo el mundo, a Minnie le gustaba mucho abrazar a la gente y hacer mimos ¿Qué había de especial cuando lo hacía conmigo? Nada, solo que conmigo era una especie de derecho por ser su mejor amigo ¿Entonces qué tenía yo? También era fácil contestar eso: Nada. Tal como dijo ella, yo era un mejor amigo.
Miré la mesa ¿Por qué me dolía? Ella para mí también era mi mejor amiga, y yo tenía novia ¿Qué sucedía conmigo? Me negaba rotundamente a pensar que Minnie era mi 2%
La clase terminó y yo me quedé unos minutos con mis amigos. Tenía que hablar con ellos acerca del trabajo de Geografía. Entonces escuché barullo afuera y me asomé a la puerta. Minnie era sostenida por Seo y ella la empujaba al suelo ¡Que demonios!
- Tú no me llegas ni a los talones – dijo Seohyun, Minnie solo la miraba desde el suelo, se veía enojada, como conteniéndose de no golpearla - ¿Me escuchaste extraña niña rosa?
- ¡Seo! – me les acerqué y mi novia me miró con enojo - ¿Qué sucede aquí?
- Nada… - contestó Minnie, levantándose del suelo – Lo siento oppa – Minnie hizo una venia – Lamento haber incomodado a tu novia – ambos nos miramos a los ojos – Y Seo… - Seohyun la miró de forma amenazadora, o eso sentí – Kyuhyun para mí es solo un amigo
- Minnie…
La miré fijamente, boquiabierto. Lo acababa de decir, lo acababa de confirmar. Justo cuando empezaba a aceptarlo, cuando estaba dejando que mi corazón se infle y vuele cual globo de helio, el punzante aguijón de la desilusión lo hizo estallar.
- Bien… - dijo ella, tomándome de la mano, yo la sentí fría – Porque tú no podrías competir conmigo
- Yo puedo competir contra ti, y ganarte en todo – Minnie sonrió ampliamente ¿Por qué, incluso enojada, se veía tan tierna y adorable? – Pero me gusta dejar que los demás ganen – luego me miró – Pero Kyuhyunie no es un premio – sus palabras me hacían cada vez sentir peor – No compitas contra nadie porque ya lo ganaste
- Eres una…
Apreté la mano de Seo.
- ¿Qué más quieres? – le pregunté a mi novia – Ya te dijo que ella es solo mi amiga, que a la que quiero es a ti – Seo me miró boquiabierta - ¿Qué más quieres?
La pregunta debía de ser ¿Qué más quería yo? Quería que Minnie dijera que me amaba, que me abrazara fuertemente como antes, que me diera galletas en la boca y me despeinara, quería que fuera Minnie la que me sostuviera la mano y no Seohyun.
- Bien… - Seo se veía más calmada, pero si la conocía lo suficiente… - Si crees que puedes ganarme en todo – Seo la miró con una sonrisa burlona – Te reto a presentarte para el papel de Constance
- Pero tú siempre protagonizas las obras de teatro
Miré a Minnie, ella no entendía el reto o se le olvidaba que expresamente Seo había usado aquella palabra.
- Por eso mismo, yo siempre gano ahí – Seo soltó una risita – Te reto a que pruebes que eres mejor que yo en todo
- Trato
Dijo ella, extendiendo la mano.
- Hasta el día de la audición, niña rosa
Seo se fue de ahí conmigo de la mano y a rastras. Miré a Minnie, ella me miraba fijamente y luego vi a Zhou Mi a su lado. Miré a Seo y me sentí furioso.
- Lo que hiciste estuvo mal
Le dije.
- ¿Yo? – Seo me miró y yo sentí miedo – Siempre estás con esa niña rara ¡Siempre! – se quejó ella – Yo soy tu novia
- Minnie es mi mejor amiga y la conozco por más tiempo que ti
- Pues novia le gana a mejor amiga
Seohyun se cruzó de brazos. Ella tenía razón, siempre estaba con Minnie y casi nunca con Seohyun, y ella era mi novia. Que Minnie sea mi 2% no era nada, porque Seo era mi 98%, claramente le ganaba a Minnie ¿Entonces por qué quería dejar de estar ahí y correr hacia mi Conejo?
- Tienes razón, lo siento


***
- ¿Ya tienes sueño?
Le pregunté.
- Minnie…
Contestó ella, y me lo tomé como un sí. La ayudé a levantarse del sofá, ella se sostenía el vientre y caminó hacia su cama. Acomodé las sabanas y ella se recostó en la cama, la arropé y ella sonrió. Quería darle un beso de buenas noches, pero solo lo podría hacer cuando ella estuviera dormida, de lo contrario se alteraba.
- Buenas noches Sungmin…
- Minnie…
- Buenas noches Minnie…
Me corregí. Miré a Minnie, ella miraba su Conejo y jugaba con él. Me enojaba pensar que por mi estupidez no tuve el tiempo suficiente con ella. A uno le parecería que cinco años era suficiente tiempo, pero no lo fueron. Lancé cinco años a la basura y la intenté recuperar solo para perderla nuevamente y por estúpido, otra vez.
Si tan solo me hubiera dado cuenta, que en el preciso momento en que mis ojos se posaron en aquella insoportable niña rosa, me había enamorado de ella, estaríamos como Hae y Hyuk, con una relación larga digna de contar. Pero la nuestra era trágica, llena de dolor y traición. Nunca fue mi intensión causarle dolor.
- ¡Ah!
Exclamó Minnie y yo me giré a verla. Ella se sostenía el vientre y tenía el susto escrito en la frente. Me le acerqué sin saber qué hacer, pues temía que ella huyera de mí. Me le acerqué y ella siguió en su posición, sujetando con fuerza su vientre y haciendo muecas.
- ¿Te duele algo?
Le pregunté con preocupación ¿Qué pasaba? ¿Ya venía el bebé? Imposible, ella debía de apenas estar entrando en el cuarto mes. Ella se seguía sosteniendo el vientre y entonces… vomitó estrepitosamente. Me abalancé hacia ella evitando que se cayera por el borde de la cama. Miré su rosto, estaba pálida y un fino hilo de sangre caía por su nariz.
- ¡Señora Kim! – grité, pues mis suegros se habían quedado a dormir - ¡Señora Kim!
Minnie comenzó a llorar, mis gritos debían de ponerla nerviosa.
- ¿Qué pasa?
Preguntó ella.
- ¡Minnie! – grité, sosteniendo a mi novia - ¡Está sangrando y ha vomitado! – estaba temblando del susto – Y…
- Kyuhyun… calma
Me pidió Leeteuk, acercándose a su hija.
- Pero…
- Es normal que en el cuarto mes una mujer sienta acides y nauseas – me explicó y yo miré a Minnie, sintiéndome aliviado – Además, es normal ver sangrados, el flujo de sangre cambia
- ¿Está segura, omma?
- Ya he tenido dos hijas – me recordó – Sé que es así
- De acuerdo… - miré a Minnie, ella me miraba con miedo – Perdón…
- Tómatelo con calma Kyuhyun… - me pidió Teuk – Cuando Minnie estaba embarazada de Sunny, la anemia le complicó todo y…
- No quiero escuchar sobre el embarazo de Minnie – Teukie me miró sorprendida – Solo me recuerda como no estuve ahí para ella
- Kyuhyun…
Teukie me sonrió y me acarició la espalda. Luego tomó un pañuelo y limpió a su hija. Kangin trajo un vaso con agua y se lo dio de beber a Minnie; para sorpresa mía, me trajo un té relajante.
- Lo estás haciendo bien muchacho
Fue lo único que dijo.
- Kyuhyun… no te rindas
Me pidió Teukie, siguiendo a su esposo escaleras arriba.
- No lo haré…
Susurré.
- Kyuhyun… - volteé a ver, Minnie me miraba fijamente – Kyuhyun…
- ¡Sí! – los ojos comenzaron a escocerme, ella acababa de decir mi nombre – Soy yo…
- Kyu… Kyuhyunie
El corazón comenzó a latirme fuertemente ¿Ella recordaba? ¿Lo estaba haciendo?
- Sungmin…
Pero Minnie ya no dijo nada más, se volvió a recostar en su cama, abrazando a su peluche y chupándose un dedo. Sonreí, pues ella había logrado decir mi nombre. Tal vez solo lo había repetido, o tal vez sabía quién era yo, como fuese, fue mágico oírle decir mi nombre.
0000000000000000000


ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO

lunes, 22 de diciembre de 2014

No quiero que me olvides - 5

Capítulo 5





Entré corriendo a la habitación. Minnie tenía los ojos abiertos y expresión de temor en el rostro. Estaba sentada, mirando a todos lados, luciendo como un Conejo timorato y perdido.
Mi corazón comenzó a latir a toda velocidad. Sentí deseos de ir hacia ella y abrazarla con todas mis fuerzas, de besarla y de jurarle que nunca la volvería a dejar sola. No podía vivir sin ella, definitivamente era un dependiente y adicto a Sungmin, y me sentía orgulloso; porque no existía otra para mí salvo ella, porque no podía mirar a otra salvo a ella, y ella era todo lo que yo quería.
Sus ojos chocaron con los míos y entonces se quedó tranquila. Sonreí, hace mucho que no lo hacía y ahora lo único que quería hacer era sonreír.
Los doctores entraron y empezaron a revisar a Sungmin. Entonces me di cuenta de que algo no estaba bien. Minnie miraba a todos lados con temor, abría y cerraba mucho la boca y hacía ruiditos. Me di cuenta de que no movía ni brazos ni piernas, solo la cabeza para poder ver a todos lados.
- Sáquenlo de aquí
Indicó el doctor y yo fui guiado hacia afuera de la habitación ¿Qué pasaba ahora? Durante tres meses estuve deseando, rezando con Siwon, que Minnie despertara en algún momento. Y ahora lo había hecho, pero algo no estaba bien.
Al cabo de un rato los doctores salieron de la habitación y me dejaron ingresar. Minnie ya no tenía el respirador ni tantos cables y monitores. Caminé hacia ella, Minnie dormía en su cama y por primera vez en tres meses me sentí aliviado al verla con los ojos cerrados.
- Gracias Conejo – acaricié su mano – Te extrañé mucho mi amor
Me incliné hacia adelante y deposité un beso en su frente. Miré su rostro, ella me miraba, pero no había expresión, no había vida en sus ojos, solo los tenía abiertos. Me senté en una silla y la contemplé, ella contemplaba el techo y no hacia ningún otro gesto.
- A diferencia de las películas… - me volteé, ahí estaba Kibum – Cuando una persona despierta del coma presenta ciertas dificultades tanto en lo físico como en lo psicológico
- No entiendo lo que dices
Admití.
- Estará de nuevo despierta, pero caminar, hablar, incluso reconocerlos, será difícil
- ¿Cuánto tiempo estará así?
Pregunté, viendo como ella de nuevo dormía.
- No lo sé – contestó Kibum y yo sentí frustración – La recuperación es progresiva
- Entiendo…
Contesté. Minnie se había vuelto quedar dormida, según Kibum ese era otro efecto, dormir mucho. Minnie iba a estar durmiendo y despertando cada cierto tiempo. Lo único que me quedaba era esperar a que ella pudiera volver a ser la de antes.
Los Kim fueron a visitar a su hija y se quedaron todo el día. Yo tuve que volver a casa, Sunny debía de haber regresado y me preocupaba que algo le hubiese pasado. Llegué a casa y sentí un gran alivio, por primera vez sonreí al entrar en mi vacía casa.
Aunque las cosas no fuesen como me las esperaba, me alegraba que Minnie ya estuviera despierta. Ahora solo me quedaba esperar, a que se recuperara como era debido ¿Cuánto tardaría eso? ¿Qué podría recordar? ¿Seguiría amándome? ¿Recordará el motivo por el que tuvo el accidente?
Tenía muchas preguntas en mi cabeza, pero tuve que dejarlas cuando el timbre comenzó a sonar. Era Sunny



, quien tenía una gran sonrisa en el rostro y una nueva pañoleta de pandas en la cabeza. Ella me abrazó fuertemente y se despidió de su amigo.
- Gracias por cuidarla
Le dije a la señora y ella asintió.
- Su hija es muy linda
- Lo sé – abracé a mi niña – Es una linda conejita
- Como omma
Agregó Sunny y yo sonreí. Seungho y su mamá se fueron; yo llevé a Sunny a la cocina para que cenara. Ella estaba contenta, contándome todo lo que hizo con su amigo y lo mucho que le gustó divertirse después de haber estado mucho tiempo en el hospital.
- Me alegro que te hayas divertido
Le dije, tomando los platos vacíos y llevándolos al fregadero.
- Sí – Sunny rió – Ya quiero que el cabello me crezca, para así verme más linda para Panda Ho
- Tú ya eres bonita – le di un beso en la mejilla – Y no pienses mucho en ese niño, por lo menos no ahora
Después de un rato, después de jugar videojuegos con Sunny, la llevé a su habitación para que pudiera dormir. Sunny estaba acostumbrada a que su madre le leyera cuentos y durmiera con ella, y desde que se mudaron aquí conmigo eso cambió. Ella debía de estar muy estresada por tantos cambios.
Ella vivió tres años con Sungmin y su familia, luego tuvo que estar seis meses en un hospital, y ahora estaban aquí conmigo. Eran muchos cambios para una niña. Solo esperaba que ella pudiera ser feliz, porque se lo debía. Ella era mi hija y deseaba que le gustara estar conmigo, y ser feliz conmigo, su padre.
- Papi… - la miré, ella estaba sin su pañoleta, pero igualmente se veía hermosa - ¿Puedes dormir conmigo?
- Claro Bunny
Contesté, recostándome a su lado. Me tapé con las sábanas y ella sonrió, abrazando más su peluche de Conejo. Acaricié la cabeza de mi hija con ternura y cuidado, ella solo sonreía. Quería ser buen padre para ella; tenía veintidós y no sabía nada de niños, pero lo intentaría.
- Ayer tuve una pesadilla – comentó y yo la miré atento – Soñé que te ibas y me dejabas sola
Me mordí el labio inferior al oír eso. No había podido estar con ella, la vida y las malas decisiones no me lo permitieron. Apenas medio año era lo que la conocía, y en ese tiempo la llegué a querer mucho. No me quería separar de ella nunca más, pero por mi trabajo sabía que eso era inevitable ¿Qué pasaría cuando tuviera que irme de gira? ¿Y si Sungmin no recuperaba todas sus capacidades para entonces? De nuevo pensé en la posibilidad de dejarla con Kangin y Leeteuk. Mi suegra no era un problema, me seguía adorando a pesar de las atrocidades que hice. Kangin en cambio, él aprovecharía para quitármela.
- No te vas a quedar sola nunca, yo no te voy a dejar nunca
Abracé fuertemente a mi hija, no quería soltarla nunca.
- Tía Chula dice que dentro de poco será tu nueva gira
- Falta un año para eso
Le informé, sintiéndome enojado con Heechul. Había pedido, rogado, y más al SM Entreteiment que no me mandaran de gira hasta solucionar lo de Sungmin, luego pedí que no me mandaran de gira hasta que Sunny estuviera curada, y otra vez volví a pedir el mismo favor. Por suerte, Lee Soo Man era el tío de Minnie y comprendía. Creo que era una ventaja que tu jefe sea el tío de tu novia. Mi gira sería el próximo año, a mediados del próximo año, era el tiempo suficiente para poder recuperar lo que perdí.
- Pero entonces te irás
Dijo ella, escondiendo su rostro detrás del Conejo de felpa.
- Pero eso no significa que te vaya a abandonar, es mi trabajo – le expliqué – Es la forma en la que consigo dinero y te compro todos los juguetes que quieres
- ¿Qué es una gira?
Preguntó ella y yo reí. Estábamos hablando de algo que ella no entendía, me recordaba mucho a Minnie. Que ella viviera tanto tiempo solo con ella la ha afectado.
- Es… un viaje en donde cantaré en muchos lugares
- ¿En Seúl?
- No solo en Seúl
- ¿En Corea?
Volvió a preguntar.
- No solo en Corea
- ¿En Asia?
- No solo en Asia
- ¿Irás al espacio a cantar?
Me preguntó y yo reí.
- No creo que al espacio – contesté – Aunque sería interesante jugar Starcraft en el espacio
- ¿Irás a la casa de Santa Claus?
- Sí – contesté y a mi hija se le formó una gran sonrisa – Y te traeré muchos juguetes
- Y una foto
Pidió y yo al instante imaginé a Shindong vestido de Santa Claus.
- ¿Por qué los gatos maúllan?
- Porque… no saben ladrar y al maullar se ven más tiernos
- ¿Por qué la comida saludable es asquerosa?
- Porque… la grasa es lo que hace rico a las comidas malas
- ¿Qué es grasa?
- Algo de lo que si comes mucho, te verás cómo Shindong
- No quiero verme así
Sunny hizo un puchero.
- Entonces debes de comer sano
- ¿Por qué le dices “Conejo” a mi omma?
Preguntó y yo sonreí, recordando tantas cosas.
- Porque cuando la conocí – sonreí – Ella tenía cuatro años y toda su ropa era rosada y con Conejos
- ¿Ustedes se conocen desde que eran niños?
- Sí
- ¿Eso fue hace siglos?
- ¡¿Siglos?! – pregunté y mi hija rió – Esta niña… - Sunny siguió riendo – Apenas tengo veintidós, soy muy joven aún
- ¿Entonces le dices “Conejo” a mi mamá porque todas sus ropas tenían Conejos?
- Se me ocurrió porque siempre usaba un broche de Conejo en la cabeza
- ¿Cuál?
Preguntó. Me levanté de la cama y fui a mi habitación. Busqué en mi mesa de noche y tomé aquel broche que hace mucho había roto. Regresé donde Sunny y se lo di.

  - Es este…




- Está bonito – dijo y me lo devolvió – Sabes… omma sigue usando mucho rosa y  Conejos
- Me imagino… - reí un poco – Usa Conejos hasta en la ropa interior
- ¿Has visto la ropa interior de omma?
Me quedé de piedra al oír eso, debía de tener cuidado con lo que decía delante de Sunny.
- Vi su ropa cuando la dejó en la lavadora
- Ah ya
Fue lo único que dijo mi hija y yo sentí alivio.
- Ahora a dormir
Le pedí.
- Espera… - me miró y yo asentí - ¿Cómo es que nací?
Me quedé aún más estático.
- Oh… pues - ¡Por favor! ¿Es en serio? ¡Veintidós, solo tengo veintidós años! ¡No estoy listo para esto! – Cuando dos personas se aman mucho… - ella me miraba atentamente – Le escriben a la fábrica de bebés y luego de nueve meses la cigüeña los deja en la puerta de las casas
- ¿Entonces cuando tenga diecinueve podré llamar a la fábrica?
- ¡No! – contesté algo alterado - ¡Tú le escribirás a la fabrica cuando tengas treinta años y hayas terminado la universidad!
- Pero mamá y tú le escribieron a la fábrica a esa edad – de nuevo, mi hija era demasiado inteligente para su edad, eso lo había heredero de mí - ¿No es así?
- Sí – contesté – Pero… - no podía decirle a mi hija que ella había sido un pequeño error del que no me arrepentía – Lo normal es hacerlo a los treinta cuando ya tengas una casa propia, trabajo y mucho dinero
- Appa…
- ¿Qué mi Bunny?
- Si los que le escriben a la fábrica de bebés son personas que se aman mucho – miré a mi hija, ella se veía triste - ¿Tú por qué te fuiste?
- Porque soy un tonto – contesté sin tapujos – Y me arrepiento de haberlo hecho – miré a mi hija, tal vez no me entendía, pero quería decirlo – Tú y Sungmin son lo más importante que tengo en este mundo
No dije nada más y abracé a mi hija. Ella se quedó dormida abrazada a mí, yo no pude dormir. Estaba mirando el techo, pensando en todo lo que había lanzado a la borda por la fama. Era verdad lo que decían, uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Cuando terminé con Minnie, hace tres años, tampoco fue fácil para mí ¡La amaba! Fue duro para mí, pues Minnie había sido la persona que más amaba en este mundo. Intenté ocultar lo que sentía por ella, pues era la mejor opción, debía de alejarme de mi infantil novia. Ahora veía que había sido una pésima idea, la fama no valía ni de cerca lo que valía el amor verdadero.
La semana se fue volando. Yo todos los días iba a ver a Sungmin, ella siempre me recibía con una sonrisa. Kibum decía que la reacción de Minnie al verme era porque quizá, tan solo quizá, ella me recordaba.
Los días siguieron pasando y Sunny volvió al preescolar. Esas horas que pasaba en la escuela yo las aprovechaba para poder ir a ver a Minnie aunque sea unos minutos, pues la grabación de mi nuevo álbum no me permitía muchas libertades con mi tiempo.
Minnie ya podía caminar, con dificultad, pero lo hacía. Su vientre había crecido, ella se veía hermosa y siempre sonreía o jugaba con su almohada. Una de esas mañana en las que fui a visitarla, le dejé su Conejo de peluche, tan pronto lo vio dejó a un lado la almohada y no se despegó de su Conejo.
- Kyuhyun… - dijo Kibum, mientras yo jugaba con Minnie y unas muñecas – Le darán el alta a Sungmin
Tan pronto como oí eso me giré y levanté ¿Ya podía llevarme a Minnie a casa? ¿Era en serio? ¿Pero eso estaría bien? No lo sabía ¿Y qué pasaba si le pasaba algo a ella o al bebé? Minnie no era la misma Minnie, era como un bebé ¿Podría cuidar a dos bebés?
- ¿En serio?
Pregunté y Kibum asintió. Los papeles se firmaron y pronto me encontré con una Sungmin en piyama en el asiento trasero de mi auto. Ella me miraba con cara de miedo, abrazando su Conejo de peluche. Cada tanto daba grititos, debía de estar confundida y asustada por no saber a dónde y con quién se estaba yendo.
- Calma Minnie, todo va a estar bien
- Minnie…
Pronunció ella y yo la miré con sorpresa a través del retrovisor.
- Sí… - respiré hondo, era la primera vez desde que despertó, que hablaba – Tú eres Minnie
Entramos en la casa y ella caminó lentamente sosteniéndose el vientre, debía de pesarle. Miró a todos lados y comenzó a abrir y cerrar la boca, balbuceando. La ayudé para que se sentara en el sofá, ella lo hizo sin soltar a su Conejo. La miré y sonreí, Sunny se pondría contenta, pero al mismo tiempo me preocupaba que ella viera así a su madre.
Miré a Minnie, deseaba poder besarla y abrazarla, pero no me podía acercar mucho. Cuando intentaba abrazarla ella se ponía a gritar, después de un tiempo solo se alejaba, ya no me tenía tanto miedo, por ello evitaba hacerlo. Tenerla cerca y no poder tocarla era difícil. Ella me miró y se señaló la boca.
- Amm…
Dijo.
- ¿Quieres comer algo?
Pregunté y ella seguía haciendo el mismo gesto.
- Hyung, papá y mamá dicen que puedo… - volteé a ver a Henry, quien no sé cómo logró entrar en mi casa - ¡Sungmin!
Intenté detener a mi hermano, pero él ya había corrido hacia ella y la abrazó. Minnie primero abrió mucho los ojos y luego le correspondió el abrazo ¡¿Qué?! Conmigo ella se alejaba pero con mi hermano ella correspondía ¿Cómo era posible?
- Ves hyung – Henry me sonrió con burla – Te dije que Minnie me quería más que a ti
- Calla idiota
Le dije, entrando en la cocina como alma que se la lleva el diablo. Lancé un trapo al suelo y pateé una silla ¿Por qué le aceptaba abrazos a mi hermano pero a mí me huía? No tenía sentido, sobre todo porque Minnie no había visto a Henry en mucho tiempo, él no podía ir a visitarla cuando ella ya despertó, era la primera vez que lo veía y hacía eso. Odiaba a mi hermano ahora más que nunca. Intenté calmarme, no era culpa de Henry, pero igual me enojaba.


***
  - ¿Quieres que te cocine algo?
Le pregunté a Minnie, entrando en mi casa y dejando mi mochila en el suelo.
  - Mejor cocínale algo a Henry         
Contestó Minnie, quien llevaba a mi latoso hermano de siete años de la mano. Habían pasado tres años, ahora éramos adolescentes. En tres años nosotros habíamos cambiado mucho: Yo era más alto y fuerte; Minnie por su parte había dejado un poco el color rosa y los Conejos, pero aún los tenía presentes. Imaginar a una Sungmin sin Conejos y color rosado era tan extraño como pensar en Diciembre con sol.
Como la omma de Minnie era abogada de “SM Entertainment” y su appa trabajaba como policía todo el día, ella pasaba la mayor parte del tiempo en mi casa, y normalmente le cocinaba, en verdad me gustaba hacerlo para ella. Mis padres también trabajaban todo el día: Appa tenía una empresa de textiles y omma había empezado a trabajar como CEO en reemplazo de mi abuelo en sus hoteles de cinco estrellas hasta que este se mejore de su resfriado (Aunque todos dudábamos que lo hiciera, él quería que omma tomase su lugar desde hace mucho) De esta forma nosotros siempre teníamos la casa para nosotros solos y Henry; Siwon estaba en la universidad muy ocupado como para venir a casa; así que eran horas y horas de diversión con mi Conejo.
  - Él puede cocinarse algo
Respondí, sacando una hoya.
  - ¡No es cierto!
Protestó mi hermanito, cruzándose de brazos e inflando las mejillas.
  - ¡Owww…! – exclamó Minnie, abrazándolo – Descuida, yo no dejaré que el malvado de Kyu te deje sin cena
  - ¡Te quiero Minnie!
Mi molesto hermano abrazó a Minnie y ella soltó una risita.
  - ¡Ey! – exclamé, separando a Henry de Minnie - ¡Consíguete tu mejor amiga!
En estos tres años había descubierto algo: Odiaba, mucho, hasta casi hacerme planear como asesinar a alguien, el que alguien abrazara o se acercara si quiera a Minnie. No podía soportarlo, hacía que la sangre me hirviera y los puños se me cerrasen, y mi hermano no era la excepción para ello ¿Es que nadie podía entender que solo yo podía abrazarla? Era mi mejor amiga, no la del resto ¡Minnie era mía!... No exactamente en ese sentido.
  - Ya lo hice – contestó, mirándome de tal forma que se parecía al Gato de Shrek – Es Sungmin
Los dos se volvieron a abrazar.
  - Aish… pues no – jalé a Sungmin – Ella es MI mejor amiga, no TUYA
  - Puedo ser mejor amiga de ambos
  - ¡No puedes ser mejor amiga de mi hermano!
  - ¿Por qué no?
  - ¡Porque no!
  - ¿Pero por qué no? – volvió a preguntar – Yo quiero ser amiga de Henry
  - ¡No, lo prohíbo!
Miré con amargura al pequeño engendro.
  - ¿Y desde cuando tengo que hacer lo que tú dices?
Preguntó, posando sus manos sobre sus caderas, clara señal de que se había enfadado.
  - ¡Porque tú solo puedes ser amiga mía!
  - ¿Y que hay de Wookie y Hae?
Preguntó ella, sacando el ramen de la despensa.
  - Es diferente – contesté, llenando la hoya con agua – Son niñas
  - ¿Entonces no puedo ser amiga de los niños?
  - Exacto – contesté, mirándola, era tan frustrante que no cumpliera mis órdenes - ¿Para qué quieres más amigos si ya me tienes a mí?
  - Yeye y Hyuk también son mis amigos
  - Pero es distinto, ellos son los novios de tus amigas
  - Kyuhyun… - Minnie me miró y yo la miré – Eres un idiota
- Calla Conejo, o te dejo sin comida
  - Eres un malvado
Minnie hizo un puchero, me pareció tierno.
  - No por nada lo llamas Evil Kyu
Dijo mi hermano.
  - ¡A callar!
Le ordené.
  - Mochi, ve a traer tus juguetes, hoy me quedo a jugar contigo
Le pidió Minnie a mi hermano y este se fue corriendo a su habitación.
- Te dije que Minnie me quería más que a ti
 - ¡Eso fue todo! – protesté, lanzando mi trapo al suelo - ¡Te quedas sin comer!
Minnie se empezó a carcajear y caminó hacia mí con los brazos extendidos. Me abrazó fuertemente, y yo sentí como los cabellos de la nuca se me erizaban. Su vincha de Conejo rosa lastimaba mi nariz, y ella seguía riendo. Entonces se levantó sobre la punta de sus pies y me dio un beso en la mejilla. Sentí un pinchazo en el estómago. Desde hace tiempo sentía eso cada vez que ella hacía eso, era extraño y no sabía qué podía ser.
Ella y yo éramos amigos desde siempre, nos conocíamos desde que teníamos cuatro años ¿Qué había cambiado? Nada, pues esa extraña sensación en el estómago la sentía desde siempre con ella, pero ahora se sentía más fuerte ¿Qué me pasaba?
  - Cocina y yo mantengo lejos de ti a Henry
  - Eres un sol
Le dije sonriente, echando el ramen en la olla.
  - No… – dijo ella y yo la miré, estaba sonriente – Soy un Conejo
- Mi Conejo
Dijo Henry, abrazando a Minnie.
- ¡Deja a MI Conejo! – grité, pegándole con el trapo a Henry – Vete a jugar con mi play y a mi déjame con ella
- De acuerdo – terminó aceptando Henry – No te pongas celoso, no te voy a quitar a tu esposa
- ¡Henry!
Minnie soltó una risita y se sonrojó. Yo me quedé quieto y miré a Minnie reír. La sensación en mi estómago creció y yo negué mentalmente con la cabeza.
No lo había notado hasta ahora, o tal vez es que me lo negaba a mí mismo. Era como si de pronto me hubieran sacado un velo de los ojos, aunque yo ya hubiese sabio lo que había del otro lado. Era tan obvio y a la vez no, pues como niño me negaba rotundamente a creerlo o aceptarlo. Pero era tiempo de hacerlo, o mataría a Henry por osarse a abrazar a Minnie. Yo… yo no podía aceptarlo, no podía ser cierto.
0000000000000000000000000


ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO
00000000000000000000000