domingo, 23 de noviembre de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 41

Capítulo 41





Había escuchado bien? ¿Le había dicho “Te quiero”? Esa frase solía decírmela solo a mí ¿Cómo era posible que ahora se la dijera a otra persona? ¡¿Cómo?! Sentí un vacío en el pecho ¡¿Cómo podía ella decirle “Te quiero” a alguien que no era yo?!
- Hae…


Ella me miró fijamente, luego miró su teléfono.
- Descuida… - dije, mirando como su labio inferior temblaba – No le haré nada a tu querido Siwon
La miré por última vez y caminé lejos de ella. Sentí un tirón en el brazo, ella me sostenía con fuerza la manga del saco. Me giré y ella me soltó.
- Hae…
- ¿Cómo pudiste? – pregunté, sintiendo un nudo en la garganta – Min Jee… yo te amaba, en serio te amaba, y ahora… - ella miró el suelo – Ahora estás con otra persona…
- Lo lamento…
Fue lo único que dijo. Yo la miré y volví a caminar lejos de ella. Ella lo lamentaba, solo eso podía decirme, que lo lamentaba ¿Qué reparaba pidiéndome disculpas? Mi corazón estaba destrozado, nada lo podría reparar.
Volví a mi habitación y me lancé hacia mi cama, gritando contra la almohada. No soportaba verla con otro, por más que lo intentaba, que intentaba que no me afectara, lo hacía ¿Qué podía hacer? ¿Huir? ¿Dejar la universidad? No se vería nada bien que dejara la universidad solo porque no podía ver a mi ex novia con otro chico.
La mañana era gris para mí y soleada para el resto del mundo. Decidí ir a clases de nuevo. Meditándolo, había llegado a la conclusión de que debía de afrontar los problemas, no esconderme. Min iba a estar en el mismo lugar que yo por otros dos años, tenía que ser fuerte y verla.
Entré en el aula, estaba tarde como siempre; todos me miraron, pero un par de ojos miraban sus apuntes. Reprimí mi sonrisa, Min Jee siempre sería una “Rata de biblioteca” No había tomado en cuenta que, al ya no ser amiga de los demás, se sentaría al fondo del aula, donde yo me iba a sentar también.
- Veo que su alteza se dignó a acompañarnos
Tan pronto como el profesor dijo eso, Min Jee levantó la mirada, quedándose boquiabierta. Arrastré la silla a su lado y me senté. Era como el primer día de clases del año pasado, hacía un año que nos habíamos conocido de la misma forma, yo sentándome al lado de ella.
Aquella vez, no me importaba absolutamente nada, estaba en la universidad para huir de mis responsabilidades y dormir. Pero entonces la conocí, y era una gran molestia, una chica odiosa que quería que hiciera cosas que no quería hacer, como la tarea. Ahora esa chica era la persona más importante para mí, y no podía tenerla, pues su corazón pertenecía a otra persona.
- Bien… como iba diciendo…
Empezó a decir el profesor, pero poca atención le ponía. A mi lado, ella apuntaba todo lo que el profesor decía y resaltaba lo más importante, yo solo la miraba de reojo. Había un cierto rubor en sus mejillas ¿Estaría incomoda de estar a mi lado? Un lápiz se le cayó y yo se lo recogí, ella me miró con sus hermosos ojos y lo tomó, ruborizándose aún más ¿El rubor era por mí? ¿Por qué, si ya no sentía nada por mí, se ruborizaría?
Antes de que me diera cuenta, la clase ya había terminado. Sun Hee y Kyuhyun me llamaron para ir con ellos, pero me demoré en guardar mis cosas, quería quedarme al menos unos segundos con Min. Terminé de guardar mis cosas y me dispuse a salir del aula.
- Espera…
Volteé a verla, ella me miraba desde su asiento.
- ¿Qué quieres?
Le pregunté tajantemente.
- Solo quería pedirte…
- ¿Tienes el descaro de pedirme algo después de todo lo que me has hecho? – le pregunté, sintiendo ira por dentro - ¡No tienes vergüenza alguna!
- Por favor, no trates mal a Siwon – me pidió – Él no tiene nada que ver entre tú y yo, y tus matones no lo tienen por qué tocar
- ¿Quieres que no le haga nada a tu noviecito nuevo? – solté una risita – Eres increíble – ella miró el suelo – Descuida, no tocaré a tu noviecito nuevo
- Hae…
- Me llamo Donghae – la miré fijamente, ella sin embargo, no podía sostenerme la mirada – Recuerda que soy el príncipe heredero, soy superior a ti, me debes de respetar
- Lo lamento… - ella tomó sus cosas – Su alteza…
Ella salió del aula y yo me quedé viendo la puerta. Pateé la mesa y luego salí del salón. Sun me miró con compasión, Kyu me miraba de forma triste. Ellos lo sabían, sabían que sufría por Min, pero no podían hacer nada por mí.
- ¿Qué tal la clase?
Me preguntó Sun y yo me encogí de hombros.
- ¿Qué quieres que te responda?
Ella asintió. No quería ser grosero, pero tampoco quería que me preguntaran por Min, lo que menos quería era hablar de ella. Caminamos hacía nuestra siguiente clase, Min ya estaba ahí, leyendo un libro “Los tres Mosqueteros” Tenía una sonrisa en el rostro ¿Es que ella no le dolía lo que pasó?
Ella había sido mi primer beso, mi primera vez, mi primer amor; a mí me dolía el corazón cada vez que la veía, ella en cambio, parecía no sentir nada. Yo la amaba, no podía dejar de hacerlo, y este cambio repentino no lo podía soportar. Nos íbamos a casar, estábamos planeando una boda y de pronto ella ya no quería nada, ya no me quería a mí y estaba con otro chico ¿Por qué mi vida estaba llena de tantos cambios bruscos? ¿Es que Dios no me quería ver feliz?
La clase terminó y fuimos a la cafetería para el almuerzo. Hyung y Yang aparecieron y se sentaron con nosotros. Yang y Kyu empezaron con su sesión de mimos de siempre, Hyuk y Sun con su sesión de miradas tímidas y abrazos, los cuatro se veían felices. Debía de sentirme feliz porque mis amigos lo eran, pero su demostraciones de afecto solo me hacían sentir mal.
Dejé la mesa sin decir nada, Hyuk me llamaba pero yo no le hacía caso ¿Para qué quedarme? Realmente no lo quería hacer, no quería estar cerca de nadie. Comencé a caminar por la universidad; las chicas me sonreían y yo a ellas, los chicos me saludaban y yo a ellos, como antes, cuando todo era normal.
Sin darme cuenta, llegué a la pista de hielo. Entré sin pensarlo, ella estaba patinando con los audífonos puestos. Me senté en una esquina apartada y la miré patinar; no se había dado cuenta de que había entrado y la miraba, o tal vez había pensado que era Siwon. Ella patinaba, daba sus saltos y giros, con una gracia extrema, se veía aún más hermosa cuando patinaba. De pronto se detuvo y se arrodilló, presionando una zona de su abdomen, luego se desvaneció.
- ¡Min!
Grité, corriendo hacia ella. Le palmeé el rostro y ella abrió los ojos, derramó una lágrima. La ayudé a sentarse y me miró.
- Siempre que me desmayo estás ahí
Dijo y yo sonreí.
- ¿Has almorzado?
Pregunté, sabiendo la respuesta.
- No – contestó – Luego comeré
- ¿Hace cuanto que no comes a tus horas?
Le pregunté, pues a ella le tenías que obligar a comer. Cuando yo solía ser un cretino con ella, enfermó por mi culpa, porque no podía comer. Cuando empezamos nuestra relación, la sola idea de que la pudiera perder por una enfermedad me aterraba, así que vigilaba que siempre comiera, aunque sea algo. Pero Min era terca, era demasiado terca, ella prefería entrenar y estudiar antes que comer, a veces discutíamos por ello, pero yo siempre ganaba, pues era su salud. Ahora que ya no estaba con ella, no había alguien que le insistiera con el tema.
- No importa, estoy bien
- No es cierto
Ella me miró, había algo extraño en sus ojos, no era enojo, no era tristeza, parecía que estaba sufriendo por dentro.
- No te debe de importar
- Min Jee… - ella miró al suelo – Que ya no estemos juntos no significa que te dejé de querer
- ¿Cómo puedes seguir amándome si te rompí el corazón?
Me volvió a mirar, sus ojos derraban lágrimas ¿Por qué lloraba? Ella lamentaba haberme roto el corazón ¿Pero por qué lloraba? Ella tenía a Siwon, no debía de llorar por mí, no debía de sentir dolor si tenía a Siwon.
- Porque hagas lo que hagas, siempre serás mi primer amor – contesté – Y pase lo que pase, seguiré esperando a que vuelvas, porque…
No pude decir nada más. Ella tomó mi rostro en sus manos y me atrajo hacia su rostro, uniendo nuestros labios. Había extrañado la sensación de sus labios sobre los míos, era como el rose de la seda; había extrañado el sabor de sus labios, había extrañado el tenerla de esta forma, tan cerca de mí. Sentí algo rozar la comisura de mis labios, eran lágrimas, ella lloraba mientras me besaba.
- ¡Oh, lo siento…!
Nos separamos al instante, ahí estaba Siwon. Miré a Min, ella miraba a Siwon fijamente con la boca abierto ¿Se sentía culpable por haberle sido infiel?
- Siwon… - ella se levantó y, sin mirarme, salió del hielo - ¿Listo?
Miré el suelo ¿Qué había sido todo aquello? ¿Lo había hecho solo para hacerme sufrir más? Me besaba y luego me restregaba en la cara a Siwon. Él me miró confundido y luego la miró a ella.
- Pero…
- Vamos
Min lo tomó del brazo y salieron. Me quedé observando la puerta, me sentía extraño, sucio, enojado, lleno de ira. Cerré los puños y golpeé el hielo. Me paré y caminé hacia el gimnasio; ahí estaban muchos chicos haciendo ejercicios, y todos dejaron de hacer sus cosas al verme. Caminé dando zancadas hacia el saco de box y comencé a golpearla. No me importaba si las personas me miraban, no me importaba si alguien se reía de mi rostro rojo y ojos llorosos, prefería mil veces golpear el saco de box a golpearlos a ellos. Unas manos sostuvieron el saco, miré, era Hyuk.
- ¿Mejor?
Preguntó.
- Algo
Le di otro golpe al saco de box.
- Desahógate
- No sé cómo me puede hacer esto – empecé a decir – Yo… me entregué a ella completamente, y me desechó como si fuera una prenda pasada de moda – Hyuk rió y yo lo fulminé con la mirada – No sé cómo pudo hacerme esto
- Debe de haber una explicación para todo
Dijo él.
- Pues que me la diga, porque en serio no soporto verla con ese tipo – le di otro golpe más al saco de box – Me enfurece pensar en qué hará él con ella
- O que hará ella con él
- ¡Hyuk!
Grité, golpeando el saco con tanta fuerza que mi amigo cayó al suelo.
- Lo siento… fue una broma
- Idiota…
Él rió y me palmeó la espalda, yo sonreí, me gustaba Hyuk, era el amigo que siempre necesité.
- Vamos por algo de Kimchi
Me propuso y yo asentí. Él me llevó a un restaurante y comimos Kimchi, amaba el Kimchi. Hyuk repitió plato al menos cuatro veces, yo quedé satisfecho con uno solo. En verdad que salir con mi mejor amigo me había hecho sentir mejor, pero aún dolía. Volvimos a la universidad y nos metimos en mi habitación, tenía que leer los apuntes de Kyu y Hyuk, “Don ordenado”, me obligó a hacerlo. Él hacía preguntas sobre lo que acababa de leer, era entretenido estudiar con amigos, hace mucho que no lo hacía. Empecé a hacer mi redacción sobre las comedias, que no eran cómicas sino trágicas, y la puerta fue golpeada. Hyuk y yo nos miramos y le indiqué que él fuera a abrirla, él bufó y se levantó del suelo. Abrió la puerta y escuché como el soltaba un “Ah”
- ¿Está su alteza?
Miré hacia la puerta ¿Qué mierda hacía él aquí? Me paré y aparté a Henry de la puerta, miré a Terry fijamente, él no se inmutó.
- ¿Qué quieres?
Pregunté, conteniéndome para no darle un buen golpe.
- ¿Podemos hablar?
Me preguntó.
- Ya hablé con Min
Contesté mordazmente y él me miró con una ceja alzada.
- ¿Qué? – me preguntó, parecía confundido - ¿Qué te dijo?
- Lo que me haya dicho no es de tu incumbencia
Me dispuse a cerrar la puerta, pero él me detuvo.
- Con todo el respeto, su alteza – sentía tanta furia por su buena educación – Quisiera saber lo que Min dijo
- Su nombre es Min Jee – mascullé - ¡Me pidió que no te tocara ningún cabello!
- Bueno eso es fácil, no llegas a su cabeza
Intervino Hyuk y yo lo fulminé con la mirada.
- ¿Ahora puedes irte?
Le pregunté a Siwon.
- No hasta que me escuches
- ¿Qué quieres decirme? – le pregunté - ¿Quieres contarme cómo es que me robaste a mi novia?
- Su alteza, está confundiendo las cosas, yo…
- ¡No quiero escuchar! – grité – Mejor lárgate – le ordené – No quiero hacerte daño
- Me iré, pues a Dios no le gustaría verme golpear a alguien – dijo y yo sentí aún más rabia – Pero déjeme decirle, que está usted muy equivocado
Siwon no dijo nada más y se fue. Yo entré en mi habitación y di un portazo. No soportaba a ese tipo. Quería golpear algo, así que solo arrojé mi almohada contra el suelo y me dejé caer en mi cama. Debí de haberlo golpeado cuando tuve la oportunidad, pero pensar en Min enojada conmigo me detenía. Era todo un lio ¿Qué mierda quería? Ya me había quitado al amor de mi vida ¿Qué quería decirme? ¿Esperaba que nos sentáramos a beber el té mientras hablábamos de cómo me quito a la mujer que amaba?
- Él sabe algo
Dijo Hyuk y yo lo miré.
- ¿Qué?
Lo miré confundido.
- Él sabe la razón por la cual ella te dejó
Miré la puerta de nuevo ¿Podía ser cierto? ¿Eso era lo que quería decirme? Y sí así fuera ¿Por qué demonios lo sabía? ¿Por qué carajos Min prefirió confiar en un extraño antes que en cualquiera de nosotros? ¿Por qué no me lo dijo de frente? Algo no encajaba en este embrollo.
- Ella dejó de amarme, eso ya me quedó claro – le dije a Hyuk, este solo me miró – Ella me engañó con él y por eso me dejó, no hay más explicaciones
- Eso no lo puedes saber tú – lo miré, él tenía razón pero yo no iba a dársela – Tal vez está malentendiendo todo
Tal vez lo malentendía, tal vez no. Si Siwon no era la razón por la cual Min me dejó ¿Entonces cuál? Las cosas no me cuadraban a mí. Pero sobre todo, yo prefería pensar que ella me había dejado de amar por enamorarse de otro chico, a que simplemente fui un amor pasajero para ella.
- Quiero ir donde Sun
Le dije a Hyuk y él asintió. Salimos de mi habitación y buscamos a Kyu, juntos los tres nos fuimos al departamento de las chicas. Llegamos, ellas nos observaron sorprendidas. Nos sentamos en el sofá y Sun me miró.
- ¿Qué sucede?
Preguntó. Les conté lo que pasó. De la primera vez que Siwon intentó hablar conmigo, de cómo había escuchado a Min pidiéndole que no hablase conmigo, de cómo ella me pidió que no le hiciera nada al chico, y de la última “conversación” que tuvimos hacer un par de horas.
- Donghae, tal vez sí estás malinterpretando las cosas
Dijo Yang.
- Yo opino lo mismo – dijo Kyu, abrazando a Yang – Veo a Siwon todo el tiempo, nunca está con Min – los demás asintieron – Si fueran algo más, al menos ella lo iría a visitar
- ¡¿Entonces por qué Min me dejó?! – grité - ¡¿Si no me engañó, entonces por qué lo hizo?!
- Todo tiene una explicación – miré a Sun – Yo sigo pensando que todo es obra de su tía
- Lo mismo pienso
Intervino Hyuk.
- ¡Quiero saber por qué están sucediendo estas cosas!
- Cálmate – me pidió Yang – No me gusta verlos así, ni a ti ni a ella
- Sí… - dijo Kyu – Antes pensaba que tal vez sí había una posibilidad de que ella ya no te amara – me miró – Pero… luce horrible
- Parece una muerta en vida
Agregó Sun.
- Si ella realmente te estuviera engañando, ella al menos se vería feliz
Intervino Hyuk y yo asentí ¿Pero entonces qué podría ser? Jin Kyong parecía no saber nada, Sun y Yang, que son sus mejores amigas, tampoco ¿Entonces quién me podría decir qué mierda pasaba? A mi mente apareció un rosto.
- Tenemos que averiguar qué demonios pasa aquí – les dije a mis amigos – Por favor…
- Estamos metidos hasta el cuello en esta telenovela – dijo Sun y yo la miré – Obvio que te ayudaremos
- Necesito hablar con Choi Siwon
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DENTRO DE DOS SEMANAS SE ACABA LA UNIVERSIDAD!!! LO QUE QUIERE DECIR QUE ESTARÉ LIBRE Y PODRÉ ESCRIBIR MÁS Y ACTUALIZAR MÁS SEGUIDO!!!
QUIERO QUE ME DIGAN: ¿QUÉ LES PARECIÓ EL ADELANTO DE MI NUEVA NOVELA?
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO ESTE CAPÍTULO!!!

jueves, 20 de noviembre de 2014

SEGUNDO ADELANTO: No quiero que me olvides (Kyumin)


Espero que les guste. Advertencia: Por mi incapacidad para escribir yaois, a pesar de que ame el género, los ukes son mujeres. ¡¡¡¡Disfrútenlo!!!!
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Caminé con paso decidido al castillo de madera, una construcción con puentes, escaleras y toboganes. Me imaginaba que era Mario en el castillo del Bowser. Estaba empezando a disfrutar del parque, ni siquiera me incomodaban los gritos de los demás niños.
Subí por varias escaleras y crucé varios puentes hasta que llegué al tobogán más alto, uno por el cual los demás niños no querían deslizarse. Miré hacia abajo, sintiéndome poderoso y superior, pues haría algo que los demás no. Me senté y dejé que mi cuerpo se deslizara por el tobogán, dando muchas vueltas. Vi la luz y esperé a que mis zapatillas tocaran la arena, pero no fue así.
- ¡Ay!
Exclamó una vocecita. Miré hacia abajo, había una niña de cabello negro y rostro lindo debajo de mí. Ella me miró e hizo un puchero ¡Oh no! ¡Se iba a poner a llorar! Me levanté y la ayudé a levantarse. La miré, ella aferraba su manta rosada con conejos. La miré con detenimiento, usaba un vestido rosado con conejos, en su cabello tenía un broche con un muñeco de conejo, sus zapatos blancos tenían conejos y ella parecía un conejo, tierno e indefenso.
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- Adiós conejo
- Sungmin – me corrigió – No olvides mi nombre, me llamo Sungmin
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- Sungmin es una niña muy adorable, siempre lo ha sido
¿Por qué el director Luhan decía eso de Minnie?
- Lo es
Afirmó Leeteuk, la omma de Minnie.
- Es una excelente estudiante, y muy responsable
Agregó Kangin.
- Lo es – dijo el director – Pero el problema no es ella, porque es imposible que alguien tan linda como ella sea un problema - ¿El director era pedófilo o qué? – El problema es Cho Kyuhyun…
¡¿Qué?! ¡¿Qué yo soy un problema?! ¡¿Cómo demonios podía ser un problema?! ¡Yo no era un problema! ¡Ellos tenían un problema conmigo!
- Lo sabemos
Oí decir a Kangin, en verdad me detestaba.
- Pero… - esa era Leeteuk, ella siempre me defendía, era como una omma para mí – Ellos son amigos desde infantes, incluso tomaban la siesta juntos




- Lo sé… - el director cada vez me agradaba menos – Yo sugiero, por el bien de su hija, que lo separe de Cho Kyuhyun
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- Oppa…
Dijo ella, a pesar de que era mayor que yo por un mes.
- Minnie…
- El director Luhan ya ha hablado antes con mis padres – Minnie miraba sus manos – Oppa…
- Minnie…
Me sentí desanimado de pronto, sin energías ni alegría.
- No quiero que nos separen oppa
Miré a Minnie, sus ojos estaban llenos de lágrimas.
- No nos separarán Minnie
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- Kyuhyun… - miré a Hyuk – Porque Minnie no está pegada a ti hoy día
- Porque nos metimos en problemas – contesté con soltura – O más bien dicho, yo me metí en problemas y los padres de Sungmin fueron llamados por el director Luhan
- Oh… y con lo temible que es el appa de Sungmin, él debía de estar furioso
Yesung se estremeció.
- Sí… - me estremecí al recordar su rostro – Y decidieron que ella y yo ya no debíamos ser amigos, para que no la “Corrompa”
- Pero ella es tu mejor amiga – me recordó Hyuk – Están juntos desde el pre-escolar – asentí mirando a Minnie reír - ¿Estás bien con esa decisión?
- Obvio que estoy bien – contesté sonriente - ¡Libertad! – grité – Mira mi brazo… - le señalé mi mano izquierda - ¡No tiene un conejo enganchado!
- ¿No la extrañarás?                 
Me preguntó Yesung y yo volví a mirar a Minnie. Nos conocíamos por seis años, y siempre habíamos estado juntos; como dijo Leeteuk, hasta habíamos dormido la siesta juntos, y la última vez fue hace dos fines de semanas ¿La extrañaría? Me lo pensé bien… No extrañaría tenerla abrazándome y enganchada a mí todo el santo día, no extrañaría sus aegyos manipuladores, no extrañaría su explosión de conejos rosas y no extrañaría sus mejillas enormes; solo extrañaría mi almuerzo gratis y mi tarea hecha, y obvio a mi sirvienta.
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El fin de clases llegó y todos salimos corriendo. Estaba jugando futbol con mis amigos cuando me distraje por ver a Sungmin abrazada a Zhou Mi. Ella sonreía y él la abrazaba, le había regalado un peluche en forma de conejo… Lo empecé a ver todo color rojo. Me daba rabia verla con él ¡Ella era mi mejor amiga, no la suya!
- ¡Apártate!
Grité, empujando a Zhou Mi ¿En qué momento llegué a su lado? Todos me miraron y soltaron un “¡Oh!”
- ¡Kyuhyun! – gritó Minnie, corriendo hacia un Zhou Mi en el suelo - ¿Qué te pasa?
- ¡Tú eres mi mejor amiga! – grité sin poder contenerme - ¡Mía! – sentí que los ojos se me volvían a llenar de lágrimas - ¡No de él!
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El sábado por fin llegó y yo estaba emocionado por ir al cine con la más bonita del salón. Llegué al cine con mi papá y ahí me esperaba ella, se veía muy bonita. Entramos en el cine, íbamos a ver una comedia familiar, pues no podíamos ver nada más debido a nuestra edad.
- Pensé que no me ibas a aceptar
Me dijo ella.
- ¿Por qué no?
- Porque a ti te gusta Sungmin
Contestó ella y yo me atraganté.
- A mí no me gusta ella
- ¿A no? – me miró y luego sonrió – Es que como siempre estás con ella, y nunca la sueltas
- Ella nunca me suelta a mí
Me defendí.
- De acuerdo – Seo sonrió aún más - ¿Por eso no fuiste a su recital de piano?
Mi caja de pop corn cayó al suelo, al igual que mi alma. Miré a Seo y a ella se le esfumó la sonrisa ¡¿Había olvidado el recital?!
No disfruté la película. Regresé a mi casa sintiéndome muy mal. Caminé hacia la cocina, pero la voz de mis padres me hizo detenerme.
- Se gentil Minho
Le pidió mi omma a mi appa.
- No Taemin, esto no está bien, es algo que debemos de corregir en nuestro hijo – decía appa – Mira a Siwon, él nunca haría algo así
- ¿Appa?
Entré en la cocina y mis padres se quedaron callados.
- ¿Por qué no nos dijiste de la invitación de los Kim?
Preguntó omma.
- Kyuhyun… - miré a appa – Parte de ser un hombre, es ser valiente – bajé la mirada – Si querías cancelarle a Minnie, debiste ser valiente y hacerlo
- Lo sé…
- Ahora ve a tu habitación y reflexiona acerca de lo que has hecho
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- ¿Qué quieres?
Minnie me miró con enojo, sus ojos de conejo me miraban con ferocidad.
- Lo lamento
Me disculpé.
- ¿Lo lamentas? – me preguntó y soltó una risita sarcástica – Sabías lo importante que era para mí, y lo olvidaste
- Lo siento – volví a decir – Es que…
- Y encima fue por ir al cine con Seohyun – Minnie me miró de forma extraña, como si estuviera a punto de ponerse a llorar – Soy tu mejor amiga
- Lo siento
Volví a decir y ella negó.
- No Kyuhyun… - ella me miró, se veía triste y aún más pálida – Un perdón no lo arreglará




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  - ¡Owww…! – exclamó Minnie, abrazándolo – Descuida, yo no dejaré que el malvado de Kyu te deje sin cena
  - ¡Te quiero Minnie!
Mi molesto hermano abrazó a Minnie y ella soltó una risita.
  - ¡Ey! – exclamé, separando a Henry de Minnie - ¡Consíguete tu mejor amiga!
En estos tres años había descubierto algo: Odiaba, mucho, hasta casi hacerme planear como asesinar a alguien, el que alguien abrazara o se acercara si quiera a Minnie. No podía soportarlo, hacía que la sangre me hirviera y los puños se me cerrasen, y mi hermano no era la excepción para ello ¿Es que nadie podía entender que solo yo podía abrazarla? Era mi mejor amiga, no la del resto ¡Minnie era mía!... No exactamente en ese sentido.
  - Ya lo hice – contestó, mirándome de tal forma que se parecía al Gato de Shrek – Es Sungmin
Los dos se volvieron a abrazar.
  - Aish… pues no – jalé a Sungmin – Ella es MI mejor amiga, no TUYA
  - Puedo ser mejor amiga de ambos
  - ¡No puedes ser mejor amiga de mi hermano!
  - ¿Por qué no?
  - ¡Porque no!
  - ¿Pero por qué no? – volvió a preguntar – Yo quiero ser amiga de Henry
  - ¡No, lo prohíbo!
Miré con amargura al pequeño engendro.
  - ¿Y desde cuando tengo que hacer lo que tú dices?
Preguntó, posando sus manos sobre sus caderas, clara señal de que se había enfadado.
  - ¡Porque tú solo puedes ser amiga mía!
  - ¿Y que hay de Wookie y Hae?
Preguntó ella, sacando el ramen de la despensa.
  - Es diferente – contesté, llenando la hoya con agua – Son niñas
  - ¿Entonces no puedo ser amiga de los niños?
  - Exacto – contesté, mirándola, era tan frustrante que no cumpliera mis órdenes - ¿Para qué quieres más amigos si ya me tienes a mí?
  - Yeye y Hyuk también son mis amigos
  - Pero es distinto, ellos son los novios de tus amigas
  - Kyuhyun… - Minnie me miró y yo la miré – Eres un idiota
- Calla conejo, o te dejo sin comida
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  - Cocina y yo mantengo lejos de ti a Henry
  - Eres un sol
Le dije sonriente, echando el ramen en la olla.
  - No… – dijo ella y yo la miré, estaba sonriente – Soy un conejo
- Mi conejo
Dijo Henry, abrazando a Minnie.
- ¡Deja a MI conejo! – grité, pegándole con el trapo a Henry – Vete a jugar con mi play y a mi déjame con ella
- De acuerdo – terminó aceptando Henry – No te pongas celoso, no te voy a quitar a tu esposa
- ¡Henry!
Minnie soltó una risita y se sonrojó. Yo me quedé quieto y miré a Minnie reír. La sensación en mi estómago creció y yo negué mentalmente con la cabeza.
No lo había notado hasta ahora, o tal vez es que me lo negaba a mí mismo. Era como si de pronto me hubieran sacado un velo de los ojos, aunque yo ya hubiese sabio lo que había del otro lado. Era tan obvio y a la vez no, pues como niño me negaba rotundamente a creerlo o aceptarlo. Pero era tiempo de hacerlo, o mataría a Henry por osarse a abrazar a Minnie. Yo… yo no podía aceptarlo, no podía ser cierto.


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No quiero que me olvides (Kyumin) espéralo… próximamente… aquí… en Novelas de Mily Wu: http://novelasdemilywu.blogspot.com/


domingo, 16 de noviembre de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 39 y 40

Capítulo 39




Me cambié de ropa, no me sentía de humor para hacer nada que no fuese seguir durmiendo, pero tenía que hacerlo. Me miré al espejo, su nombre estaba impreso en mi piel; sentí una presión en el pecho y me coloqué la camiseta. Caminé fuera de mi habitación, algunas personas me miraban; toqué la puerta de Eunhyuk y este me sonrió.
  - ¿Vamos a desayunar?
Le pregunté y este asintió.
- Solo si prometes que yo también comeré esos huevos revueltos con tocino y salchichas alemanas de Alemania
- Trato – acepté sonriendo – Vamos por Kyuhyun
Fuimos al otro edificio y buscamos a Kyu, este estaba leyendo un libro de Sherlock Holmes.
- ¿Desayuno? – preguntó él y yo asentí - ¿Habrá tus salchichas traídas de Alemania?
Los tres caminamos a la cafetería y desayunamos. Me encantaba tener algo de normalidad en mi vida, y eso solo lo podía conseguir con mis amigos. Estábamos hablando del próximo torneo de Starcraft que tendría Kyu contra otra universidad, y él era el “Su Arma Secreta” así que tenía que “Entrenar” mucho.
- Me siento importante
Hyuk y yo reímos, Kyu era un bromista total.
- Iré por una botella de agua
Dije y Kyuhyun miró su reloj.
- Date prisa, ya van a ser las ocho

Caminé hacia la cajera cuando alguien chocó conmigo. Era muy alto y vestía de forma elegante. Lo miré fijamente, él simplemente esbozó una sonrisa.



- Lo lamento su alteza – dijo él y yo asentí - ¿Pasa usted?
- Adelante – le dije – Tú primero
- Gracias su alteza – hizo un asentimiento de cabeza y volteó a ver a la cajera – Dos cafés por favor – la cajera tecleó algo y luego le dio su recibo – Que Dios lo bendiga, su alteza
El chico se fue y yo me quedé parado ¿Quién era ese tipo tan espiritual? Pedí mi botella de agua y volví con mis amigos.
- ¿Quién era el chico con el que hablabas?
Me preguntó Hyuk.
- No sé
Contesté.
- Creo que se llama Choi Siwon – nos informó Kyu – Vive a dos puertas de mi habitación
- Genial
Fue lo único que dije. Nos levantamos de la mesa y caminamos hacia nuestra primera clase. Kyuhyun y yo nos sentamos en nuestros habituales asientos al frente de la clase. Él iba hablando de las clases pasadas, de los temas y proyectos que veríamos, entonces la puerta se abrió. Ella se quedó de piedra, me miró fijamente, con la boca abierta en una “O”




Yo me levanté de mi asiento, quería ir donde ella, abrazarla, besarla, gritarle por haber sido cruel conmigo, llorarle y rogarle. Min Jee se dio media vuelta y salió del aula, me quedé mirando el vacio y Kyuhyun me dio un golpe.
- ¡¿Qué mierda haces?! – gritó - ¡Ve por ella!
Asentí y corrí detrás de Min Jee. Ella corría muy rápido, así que no la vi por el pasillo. Corrí fuera del pabellón y no la vi. Las personas me miraban correr de un lado para el otro, tenía que encontrar a Min Jee sea como sea.
- ¿Has visto a mi novia?
Pregunté a una chica cualquiera.
- Entró en el baño de mujeres de ahí
Me señaló ella y yo corrí hacia el lugar indicado. Entré corriendo sin importarme las personas que había ahí. Todas las chicas salieron del baño y yo empecé abrir de una patada los cubículos, solo uno estaba con seguro.
- Vete
Me pidió con voz queda.
- Hablemos
Le pedí.
- ¡No! – gritó ella - ¡Vete!
- ¡No me voy a ir! – le grité - ¡Quiero saber qué mierda pasa!
- ¡Ya te lo dije!
Gritó ella, su voz se escuchaba rara, debía de estar llorando.



- ¡No me creo ni una mierda lo que me dijiste! – grité – Ratona… - sentí una punzada al decir eso – Si… algo te está pasando, solo dímelo, pero no nos… no me hagas esto
- ¡No me está pasando nada! – gritó ella – ¡Ya vete Donghae!
- Ratona…
Sentí las lágrimas caer por mi mejilla.
- ¡No me llames así y ya lárgate!
Gritó aún más alto, y escuché sus sollozos.
- Si no me amas… - dije - ¿Por qué estás llorando? ¿Por qué huiste?
- Porque me pone nerviosa estar en tu presencia – contestó ella y yo sentí que el corazón se me encogía - ¡Y porque no puedo verte al saber que sufres por mi culpa!
- No seguiré sufriendo si vuelves conmigo – sabía que iba a empezar a rogarle – No puedo vivir sin ti
- ¡Ya detente! – me gritó y yo pegué la cabeza a la puerta - ¡Supérame!


- ¡No lo voy a hacer! – grité - ¡¿Por qué de la noche a la mañana dejaste de amarme?! – golpeé la puerta con mi puño - ¡¿Por qué?!
- ¡Por que sí y ya! – gritó ella y yo lloré más - Ya no te amo Donghae, lo siento
- No lo puedo creer
Dije entre sollozos.
- Lo siento – sollozó ella – En verdad lo siento
La puerta se abrió y pude verla. Sus ojos estaban hinchados, su nariz estaba roja y su labio inferior le temblaba. Me dedicó una última mirada y caminó hacia la puerta. Yo la seguí fuera del baño y la vi rodeada de personas que murmuraban. Un chico rió al verla llorar y yo le di un puñetazo, oí como Min gritaba, pero yo no me detenía, seguía golpeando al chico, luego lo dejé y golpeé a otro, su amigo me intento detener y también lo golpeé. Me sentía enfadado ¡No podía ser cierto! Ella simplemente no podía no amarme.
- ¡Ah!
Grité a todo pulmón, rompiéndole la nariz al sujeto que golpeaba.
- ¡Ya basta! – gritó Min y yo me detuve – Por favor… - mi miró con sus ojos llorosos – Solo detente



No dijo nada más, salió corriendo de ahí. Solté al chico y caminé en la dirección contraria. Busqué mi auto y conduje hasta la playa. Miré el cielo y mis ojos derramaron lágrimas; comencé a gritar, no soportaba el dolor, grité su nombre al cielo azul y me dejé caer sobre la arena cuando la garganta me ardió lo suficiente.
Golpeé la arena, maldije a todos los cielos y volví a gritar. No podría enamorarme de nadie como me enamoré de ella, no iba a poder, y jamás la iba a poder olvidar. Volví a mi auto y conduje a la universidad de Jin Kyong, la llamé y esta contestó al instante.
- ¿Qué sucede?
- ¿Estás libre?
Pregunté.
   - Mi clase de jazz está por comenzar
Contestó ella y yo maldije por dentro.
- ¿Puedo entrar a verte?
Le pregunté.
- Sí, supongo – contestó ella – Profesora Kim… ¿Mi amigo puede entrar a ver la clase?
- ¿Interrumpirá?
Preguntó una voz.
- No
Contestó Jin.
- De acuerdo
- Sí
Me dijo al final. Caminé por el campus, de las tantas veces que había entrado a buscar a Jin Kyong, ya me sabía los caminos de memoria. Llegué al aula y entré, todos los presentes se me quedaron viendo, incluyendo la profesora. Jin se me acercó y me dio un abrazo.



Me senté en una esquina y observé la clase, poco a poco me iba calmando. La clase por fin dio fin y Jin se me acercó.
- Me aburrí
Le dije y ella rió.
- No tengo clases hasta las dos – me informó, vi el reloj, ya eran las diez – Tenemos cuatro horas
- Vamos a otro lado
Le pedí.
- Lo que usted ordene, su alteza
Dijo ella riendo. La llevé a mi auto y partimos hacia la quinta avenida. Estuvimos viendo ropa y más ropa, el pasatiempo favorito de Jin. Le terminé comprando tres vestidos y un par de zapatos, ella sabía cómo aprovechar a su amigo el príncipe.
- ¿No quieres nada más?
Pregunté en broma y ella rió.
- No – contestó ella – ¿Y a qué debo tu linda presencia?
- Simplemente que tú me calmas los nervios
Contesté. No quería ver al resto de mis amigos, pues todos hablarían de Min y de cómo debía de esperar a que la verdad saliera a la luz. Jin prefería no hablar de Min, prefería hablar de nosotros, o de ella, que era su tema favorito.
- ¿Te acuerdas cuando estabas muy enojado porque querías ir al “Everland” con los demás niños, pero tus padres no te dejaron porque tenías que ir a un evento de caridad?
Reí, sí lo recordaba.
- Lo recuerdo perfectamente – contesté – Nos encerramos en un armario con una dotación de dulces para un día
- Sí, pero de todas formas nos descubrieron y ninguno de los dos pudo ir
Completó ella, riendo.
- Si – reí – Esa fue la primera vez en mi vida que rompí algo al enojarme – Jin asintió, sonriendo - ¿Te acuerdas que fue?
- Los anteojos de la profesora Young
- ¿En serio? – pregunté riendo – Yo recuerdo que fue un jarrón
- Primero fueron los lentes y luego tomaste un jarrón y lo lanzaste – recordó Jin y yo sonreí – Que buenos tiempos
- Parece otra vida – ella me miró y asintió – Hemos crecido mucho
- Pero seguimos siendo los mismos – me dijo ella, tomando mi mano – Siempre juntos ante las adversidades
- Siempre juntos…
Dije sonriente.
- Hasta que la muerte nos separe
Declaró ella.
- ¿Te estás casando conmigo?
Pregunté divertido y ella se sonrojó.
- ¿Crees que sería buena esposa?
Me preguntó ella.
- Para cualquiera… sí, si es que tienen paciencia y una gran billetera
- ¡Ey!
Exclamó ella y yo reí.
- ¡Pero es verdad! – reí – Por eso siempre digo que yo debería casarme contigo, porque siempre hemos estado juntos
- Me estás proponiendo matrimonio
Reí, sonaba a eso.
- Si no me hubiera enamorado de Min Jee, en algún momento te hubiera pedido matrimonio a ti
Contesté con honestidad, pues varias veces se me pasó eso por la mente.
- ¿En serio?
Preguntó ella, mirándome con sorpresa.
- Sí – contesté – Tú sabes que nunca tuve una novia, que nunca me gustó nadie más allá del físico – ella asintió – Papá ya estaba muy grave y mi familia hablaba de bodas y casarme con alguna noble
- ¿Pero tú querías casarte conmigo?
- Sí – contesté – Mejor casarme con mi mejor amiga de toda la vida a que con una desconocida
- Oh…
Dijo ella, mirando sus bolsas de compra. Llevé a Jin devuelta a su universidad y yo regresé a la mía. Todos me miraron cuando entré, pero ya nadie murmuraba, ya nadie hacía ningún gesto. Caminé hacia la habitación de Hyuk, mandándole un mensaje a Kyu para que nos viéramos.

Estamos en la casa de Sun Hee, si quieres, ven.


Maldije. No me apetecía ir al nido de amor de mis amigos. Caminé sin rumbo, pensando en ir a la biblioteca para ponerme al día con los deberes, o ir a taekwondo, ninguno me resultaba tentador. Solo había una cosa que yo realmente quería hacer, y eso era verla. Aunque sea de lejos, escondido en un rincón alejado, quería verla.
Caminé hacia el complejo deportivo, hace mucho que no entraba. Mis compañeros de taekwondo me saludaron y yo hice lo mismo. Me topé con el equipo de lucha, ellos estaban más grandes que el año pasado, pero de igual forma huyeron al verme. Reí por lo bajo. Miré las escaleras y el letrero que decía “Camino hacia el hielo” sobre ellas. No sabía si avanzar o no, miré mi reloj, ella debía de seguir ahí. Me recosté contra una columna y miré hacia la entrada, ahí estaba entrando aquel chico.
Traía recipientes de comida y bebidas, todo para dos. Me escondí detrás de la columna y lo vi subir por las escaleras. Un escalofrío me recorrió la espalda ¿Qué estaba haciendo él yendo al hielo? No había equipo, solo Min, la entrenadora solo trabajaba con Min.
Subí las escaleras y corrí hacia el hielo. Me detuve en la puerta ¿Qué haría? ¿Y si los veía juntos? ¿Y si ese chico de rostro amable que me había saludado en la mañana era la razón por la cual Min ya no me amaba?
Me armé de valor y entré, no había nadie. Miré a todos lados ¿Qué acaso era mago? No había rastro del chico ni de Min. Consulté mi reloj nuevamente, ella debía de estar practicando, pero no estaba. Empecé a caminar hasta llegar a los vestidores, se oían risas, cada vez más fuertes conforme me acercaba. Doblé una esquina y la vi, con sus ropas de deporte ceñida al cuerpo, dándole de comer al chico en la boca.



Sentí que el mundo se me iba abajo. Ella sonreía, le sonreía a otra persona, a otro hombre, y le daba de comer. Mis ojos se empezaron a humedecer, cerré los puños para no derramar ni una sola lágrima, entonces todo lo empezó a ver rojo. Mi puño impactó uno de los casilleros y la pareja se sobresaltó.
- Hae…
Dijo ella.
- Ya veo… - le dije, apretando los puños – Por esto era
- Hae…
Volvió a decir ella, mirando del chico a mí y viceversa.
- ¡Mi nombre es Donghae!
Grité, golpeando de nuevo el casillero.
- ¡Ey, cálmate!
Me pidió el chico, levantándose y poniéndose enfrente de mí.
- ¡Con que por esto terminaste conmigo! – grité y Min me miró con miedo - ¡¿Cómo pudiste hacer esto?!
- ¡Cálmate!
Me pidió él con más energía, yo le di un puñetazo en la cara y él cayó al suelo.
- ¡Hae!
Gritó Min, llevándose las manos a la boca y mirándolo.
- ¡¿Cómo pudiste!? – grité - ¡Min Jee, yo te amaba!
- No es lo que tú crees…
Sus ojos se llenaron de lágrimas.
- ¡¿Entonces qué?! – pregunté, golpeando otro casillero - ¡¿Estuviste engañándome con él?!
- ¡No!
- ¡Eres una… una…perra! – grité sin poder contenerme - ¡Eres una maldita perra!
- ¡¿Qué te pasa?! – el chico me empujó – ¡A una dama no se le habla así! – me volvió a empujar – ¡A una dama no se le debe de maldecir!
Mi puño volvió a impactar en su cara y él retrocedió unos pasos. Intenté darle otro golpe pero él lo esquivó, otro golpe más y él de nuevo lo esquivaba. Intentaba llegar a su rostro y él seguía esquivándome. Quería golpearlo, quería matarlo, quería hacerlo añicos por haberse metido entre Min y yo. Mi mano volvió a impactar en su rostro y el volvió a caer. Me abalancé sobre él y comencé a golpearlo con todas mis fuerzas, lo quería muerto.
- ¡Detente! – gritó Min – Por favor…
Miré a Min y luego al chico. Me quité de encima y ella corrió a ayudarlo. No lo podía creer, pero mis ojos lo estaban viendo. Min, mi Min, con otro chico.
- Espero que seas feliz…
Dije y ella me miró.
- Donghae…
- Porque yo… - respiré hondo – Yo no volveré a serlo





Capitulo 40





Me fui, dejando a Min con ese chico, salí corriendo del complejo universitario y corrí a mi auto. Conduje hasta la primera tienda que encontré y compré toda la cerveza que alcanzó con el efectivo que traía en el bolsillo, que era mucho. Volví al auto y conduje hasta la playa. Me senté en la capota de mi auto, y vi el cielo oscuro, tomando cerveza.
Me acabé mi primer six-pack, llorando, maldiciendo ¿Por qué había sucedido esto? ¿Qué tenía él que yo no? No lo entendía. Ambos teníamos el mismo color de ojos, el mismo color de cabello. Él era más alto que yo ¿Y qué? ¡Yo soy el príncipe! Pero al parecer ser el príncipe no era suficiente, o necesario, para tener el corazón de Min. Las lágrimas volvieron a caer por mis mejillas.
 Entré en mi auto. Estaba tan mareado que no debía de conducir, pero quedarme en la playa no era una opción. Puse en marcha el motor y partí. Donde mirara, veía el rostro de Min horrorizado al verme golpear a ese chico ¿Por qué me había dejado? ¿Por qué me había cambiado? Yo la amaba demasiado, no podía dejar de amarla. Golpeé el timón con furia y el auto se me desvió un poco, no quería un tabloide, había estado sin tabloides por mucho tiempo.
Llegué a mi habitación, me recosté en mi cama y volví a llorar. No podía creerlo, no podía ser posible, pero tenía que aceptarlo. Min me había dejado de amar por culpa de Choi Siwon.
- Donghae, abre la puerta
Pidió Hyuk, golpeando la puerta. Me levanté de la cama y abrí la puerta. Eunhyuk y Kyuhyun estaban ahí, con mi cena. Dejé pasar a mis amigos y ellos se sentaron en mi sillón.
- ¿Qué pasó? – preguntó Kyu – No volviste nunca – me dijo – Min sí volvió
- Me tenía que ir, no podía soportar verla ahí, y saber que me dejó por ese imbécil
- Espera… - Hyuk me vio - ¡¿Qué dijiste?!
- Hoy los vi, a Min Jee y a ese chico, Choi Siwon
- Eso es imposible – dijo Kyuhyun, mirándome con los ojos bien abiertos - ¿Estás seguro?
- Sí
- ¿Qué estaban haciendo?
Preguntó Hyuk, mirándome de igual forma.
- Ella le estaba dando de comer
Contesté.
- ¿No lo habrás malinterpretado?
Preguntó Kyu, alzando una ceja.
- ¡No! – grité - ¡Ellos reían, y ella… ella le daba de comer! ¡En la boca!
De solo recordarlo la sangre me volvía a hervir ¡¿Cómo pudo ella hacerme esto?! ¡A mí! ¡Íbamos a casarnos! Pero al parecer mi amor por ella fue más grande que el que ella me tenía a mí.
- No creo que Min Jee sea de esas
Dijo Hyuk y Kyu asintió.
- Debe de haber una explicación
Intervino Kyu.
- ¡¿Cuál?! – pregunté con enojo – ¿Que él es su nuevo amigo, que la escuchó cuando nadie más podía escucharla y sabe la verdadera razón por la cual me dejo, pero prometió no decir nada y la alienta a que me diga algún día la verdad?
- Puede ser…
Contestó.
- Vete al infierno Kyuhyun
- ¡Ey! – Hyuk me miró - ¡No lo trates así, él no te ha hecho nada!
- Lo siento
Me disculpé, mirando el suelo y volviendo a ver a mis amigos, Hyuk solo asintió.
- Descuida
Dijo.
- Pero sigo diciendo que ella no es de esas
Volvió a decir Hyuk y yo asentí. Era verdad; Min era una chica decente, estudiosa y responsable. No la creía capaz de hacer algo así.
- Lo único que quiero es matar a ese tipo
Golpeé la pared.
- Deberías comer e intentar calmarte
Me pidió Kyu y yo obedecí. Mis amigos me acompañaron mientras cenaba, vimos “Saw VI” me daba muchos ejemplos de cómo matar a Siwon. Uno de mis guardias se llevó mi bandeja y mis amigos y yo nos quedamos viendo otra película, agradecía que intentaran tranquilizarme.
Ellos se fueron y yo me quedé solo. Las imágenes de Min y Siwon volvieron a mi mente. Ella le sonreía, le sonreí y daba de comer ¡¿Por qué lo hizo?! Golpeé mi almohada e intenté dormir, intenté pensar en lo que mis amigos habían dicho, que ellos de seguro no eran nada, pero era muy difícil pensar eso.



La mañana siguiente llegó y de nuevo no fui a clases, iba a reprobar el semestre si seguía así. No quería ir porque sabía que ella estaría ahí, ni un ataque zombi haría que Min Jee dejara de ir a clases. Me di una ducha y volví a mi habitación, mi desayuno lo acompañé con más películas de “Saw” no me deprimía ver matanza.
Era patético. Yo, el príncipe heredero, el chico más codiciado de Corea, estaba encerrado en su habitación, lamentándose porque una chica le había roto el corazón. Las cosas no debían de ser así. Si Min me había dejado de amar por ese imbécil de Siwon, entonces yo haría lo mismo, intentaría recobrar mi vida, donde nadie más que yo importaba.
Apagué la televisión, busqué en mi armario algo decente, y salí de mi habitación. Era un día soleado, podía ir a donde yo quisiera y lucir mis nuevos lentes de sol. Caminé por el campus, con las manos en los bolsillos y la cabeza inclinada un poco hacia arriba.
Notaba que todas las chicas me miraban, me alegraba eso. Las saludaba a todas, y todas soltaban risitas tontas. Era bueno saber que no había perdido mi toque a pesar de que había tenido novia y todo el mundo sabía que me iba a casar con ella.
- Su alteza – me llamó una chica y yo me le acerqué sonriente, la chica me sonrió de forma nerviosa y se empezó a retorcer el cabello – Estamos haciendo una colecta a beneficio de los desamparados – me explicó - ¿Desea donar algo?
- Claro
Acepté y ella me entregó una tablilla con los nombres de todos los donantes. Comencé a leer los nombres, los teléfonos y las donaciones, algunos eran tan tacaños que donaban cosas insignificantes ¡Es una universidad de ricos, les sobra de todo, a mí me sobra de todo! Llegué al primer nombre.

Kim Min Jee: 991630290 – Latas de comida y ropa

Miré a la chica y le entregué la tablilla, ella me miró confundida. Sabía que Min era caritativa, ella tenía un enorme corazón, sonreí al recordar esa parte de ella, teniendo poco y dando mucho. Volví a tomar la tablilla y anoté mi nombre y donación:

Lee Donghae: 998350445 – Dinero, ropa, camas y más


- Muchas gracias
La chica se fue sonriente y yo seguí con mi camino. Fui al complejo deportivo, las chicas del equipo de natación estaban en la piscina, todas soltaron un gritito al verme. Quería gritar: “¡Estoy soltero, vengan por mí!” pero algo me detenía, el deseo de no estar soltero.
Me paseé por los de mi pabellón, quería verla, quería demostrarle que no estaba vencido, que no estaba derrumbado, tal como dijo Jin. Caminé a mi salón de clases, ya estaba a punto de acabar la clase y yo me paré fuera. Todos salieron y yo me recosté en la pared, saludando a todos lo que me miraban. Sun salió y se me quedó viendo, yo solté una risita.
- ¿Qué? – pregunté, acercándomele - ¿Te sorprende verme?
- Sí
Contestó ella.
- Mala, no me esperaste
Bromeó Kyu y luego me quedó viendo.
- ¿Sorprendido?
Pregunté.
- Mucho
Contestó él. Los tres empezamos a reír, y entonces la vi. Lucía un vestido azul con blanco, el azul el quedaba muy bien, hacia resaltar sus ojos y su cabello. Ella me quedó mirando y luego siguió su camino. Fue una fracción de segundo, pero creí haber visto algo de tristeza en sus ojos. La seguí con la mirada, ahí estaba Siwon, quien la miró y luego miró en mi dirección. Quería matarlo, en verdad quería matarlo. Sentí la mano de Kyu en mí y volteé a verlo, él negó con la cabeza. No debía de hacer ningún espectáculo, lo sabía, pero era difícil cuando veías al amor de tu vida con un idiota.
- ¿Entrarás a la siguiente clase?
Preguntó Sun y yo negué con la cabeza.
- Vas a reprobar si no entras a clases
Me dijo Kyu, soltando mi brazo.
- Me importa un carajo
Dije.
- ¡Mi amor! - gritó Yang, abrazando a Kyuhyun - ¿Donghae?
Preguntó ella al verme.
- ¡¿Por qué a todo el mundo le sorprende verme?!
Pregunté riéndome.
- Porque has estado jugando al ermitaño desde que comenzaron las clases
Contestó Hyuk, dándole un beso a Sun Hee.
- Mucha miel delante de mí – me quejé divertido – Sobre todo de ellos
Señalé a Yang y Kyuhyun, quienes estaban en uno de sus habituales abrazos que duraban horas, con Yang poniendo caras tiernas.
- Chicos…
Sun miró a nuestros amigos y estos se separaron.
- ¿Quieres ir a almorzar con nosotros?
Me preguntó Hyuk y yo negué.
- Iré a buscar a Jin
- ¡¿Por qué estás saliendo tan seguido con esa loca?! - gritó Sun y Yang la miró al instante ¿Qué se traían entre manos esas dos? Sun me miró y me fulminó con la mirada - Ya te he dicho que ella no es buena amiga para ti
- Es la única amiga que tengo
Contesté y Yang frunció el ceño.
- Además de ti
- Ok
Ella rió.
- De todas formas, es una arpía
Dijo Sun y yo reí.
- Ella nunca te agradará, ni muerta te agradará
- Cuando se muera, lo consideraré
Sentenció y yo volví a reír. Mis amigos me dejaron y yo maqué el número de Jin Kyong. Ella estaba en clase de ballet, así que conduje allí. Realmente no quería salir con Jin, quería quedarme en mi habitación, con las cortinas cerradas, pero realmente necesitaba un momento lejos de todos.
- ¿Y a qué debo tu linda presencia?
Me preguntó, entrando a mi auto.



- Nada, solo quería verte, pequeña
Dije y ella sonrió.
- Me gusta estar contigo – me dijo, yo puse el auto en marcha – Me recuerda los viejos tiempos
- ¿Cuándo podíamos hacer esto todos los días?
- Sí
Contestó sonriente.
- Bueno… supongo que ahora tendrás más amigos
Le dije, pues yo había logrado hacer más amigos, cosa que creí imposible en el pasado.
- No – contestó Min, mirando sus manos – Mi mamá dice que ninguno es lo suficiente para mí
- ¿La vieja bruja sigue con eso? – pregunté y ella asintió – Lo lamento, debe de ser muy feo vivir con ella
- Lo es…
Ella miró al suelo y yo le pasé un brazo por los hombros, ella se recostó en mí. Conduje hacia su heladería preferida y entramos, pedimos lo habitual. Sí que debía de ser un martirio vivir con Kim Mi Hi, esa mujer me daba miedo; Jin tenía que soportar día y noche el maltrato psicológico, y ahora el maltrato físico a su prima.
- Jin… - ella me miró - ¿Alguna vez te he dicho cuánto te quiero?
Ella sonrió.
- No, pero me gustaría volver a oírlo
- Eres una de las personas más importantes para mí – abrí el collar que me regaló y ella sonrió – No me gusta verte llorar
- Te dije que me veía fea en esta foto, cámbiala
Me pidió, haciendo un puchero, yo solo reí. Salimos de la heladería y fuimos sorprendidos por muchos paparazis. No nos dejaban salir y mis guardias intentaban abrirnos el paso. Escuché un grito de Jin, un paparazi accidentalmente la había hecho tropezar. Tomé su mano y la arrastré lejos de ahí. Cuando entramos al auto la abracé con todas mis fuerzas, no era bonito pasar por estas cosas. A mi mente volvió una escena similar, aquella vez era Min la que estaba entre mis brazos y no Jin.
Dejé a Jin Kyong en su universidad y yo emprendí mi camino hacia la mía. No podía dejar de pensar en Min, de nuevo; la había visto en la mañana, pero de nuevo con ese tipo. Sentí los ojos escocer y las manos me temblaron. Intentaba ser fuerte, pero no podía, me dolía mucho que ella no me amara, me dolía mucho que las cosas no fueran como antes. La odiaba, y la odiaba por amarla tanto, porque aún la amaba, y porque moría por dentro.



Llegué a la universidad y caminé con lentitud hacia mi habitación. Ya no tenía las manos  en los bolsillos ni la cabeza ligeramente alzada, ya no saludé a las personas que se me cruzaban, no quería hacer nada, solo ir a mi habitación. No me molesté en tocar la puerta de Hyuk, él debía de estar estudiando, o probablemente ni siquiera estaba. Entré en mi habitación y tomé otro paquete de cerveza, recordando cada momento que pasé con mi Ratona.
Mis ojos se llenaron de lágrimas. Bebía mi cuarta lata de cerveza, pensando en cómo todo en mi vida era un caos. Primero mataron a mi madre, una chiflada celosa la mató; luego mi padre, producto d la muerte de mi madre, se enferma, y ahora yo me quería morir. Sonaba exagerado querer morirse solo porque mi novia me dejó, pero así me sentía.

La mañana siguiente no fui a clases, en toda la semana no había ido. Me quedé acostado en mi cama, apenas y había salió para poder darme una ducha; estaba viendo caricaturas, comiendo el desayuno que Kyu me había traído, me sentía miserable. Estaba viendo “Hora de Aventura” y alguien tocó mi puerta. Me levanté y la abrí, pensé que eran Hyuk o Kyu, pero me equivoqué, era ese chico.



- ¿Qué haces aquí?
Le pregunté.
- Quiero hablar – me contestó – En paz…
- ¡¿Cómo se te ocurre decirme eso?!
Le grité ¿Paz? ¿Venía a buscar paz cuando me robó a la mujer que amaba?
- Por favor… - me pidió – No grites y hablemos con tranquilidad
- ¡Vete a la mierda! – grité, intentando cerrar la puerta; él, sin embargo, puso resistencia - ¡Quita tu maldita mano antes de que te la rompa!
- Por favor… - volvió a pedir – No maldigas
- ¡Maldeciré todo lo que quiera! – grité - ¡Soy el príncipe, hago lo que quiera!
- ¡Basta! – gritó él – Vengo a hablar contigo, por favor
- Me quitaste a Min – dije, mirándolo fijamente, no me importaba que fuera más alto que yo, Kyu era más alto que yo y de igual forma le ganaba en pelea – No tenemos nada de que hablar
- Escúchame por favor…
- ¡Guardias! – grité – Sáquenlo de aquí
- ¡Espera! – pidió el chico, siendo levantado por mis guardias - ¡Estás cometiendo un error! – gritó mientras se lo llevaban - ¡Es un malentendido!
Cerré mi puerta y me volví a recostar en mi cama. Rompí otra lámpara y rajé la pantalla de mi celular ¿Cómo se le ocurría venir a querer hablar? ¡¿Quién mierda se creía?! ¡¿Acaso se quería burlar de mí?! Ya me había quitado lo que más quería en este mundo ¡¿Qué más quería?!
Lance más cosas al suelo y rompí un espejo. Me sentía furioso. Salí de mi habitación y caminé hacia la biblioteca. Mi mesa, donde solía dormir, se veía extraña sin Min ahí. La primera vez que ella me dijo “Lo siento” haciéndome sentir calmado conmigo mismo, fue en esta mesa. Nuestros momentos a solas, cuando nadie podía saber lo nuestro, habían sido en esta mesa escondida entre estantes. No habíamos terminado hace mucho, ni siquiera había pasado una semana, pero parecía que hubiera sido meses atrás.
  - Siwon… por favor – me quedé de piedra, era ella – No le hables a Donghae, por favor – sentí como si un misil hubiera impactado contra mí – No quiero que te pase nada malo – a ella le preocupaba él – Owww… te quiero