viernes, 12 de diciembre de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 45

Antes que nada, quiero decirles que cambié de opinión, y en lugar de esperar al final de esta novela, decidí ya publicar el primer capítulo de “No Quiero que me Olvides (Kyumin)” y lo pueden encontrar aquí: http://novelasdemilywu.blogspot.com/2014/12/no-quiero-que-me-olvides-kyumin-1.html
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Capítulo 45




El día anterior fue dramático, esperaba que este no fuera igual. Con la llamada que Donghae le hizo a Leeteuk, la planificación de la Boda Real iba a ser trasladada a la universidad. Me estaba alistando con mis amigas para poder ir a la mejor tienda de “Vestidos de Novias” en Seúl: “Kleinfeld[1]Sun decía que ahí iba a poder encontrar lo mejor de lo mejor.
- O podemos ir a Carolina Herrera, o a Armani, Gucci, lo que quieras
Sugirió Sun, poniendo en marcha el auto.
- Esto estará bien – dije, sentada en el asiento trasero – Sabes que no me gusta mucho el lujo
- Te casarás con el heredero de la corona y no te gusta el lujo
Se burló Yang y todas reímos. La realidad me volvió a golpear, era verdad, me iba a casar el heredero a la corona, eso me volvería princesa hasta el día que mi suegro muera ¿Cómo lo iba a lograr? A mí no me gustaban los lujos, amaba cocinar y valerme por mí misma ¿Iba a ser capaz de vivir de otra forma?
- Ya que casi toda la decoración va a ser entre blanco, plateado, azul y celeste, creo que los vestidos de las demás deben de ser celestes con plateado
Sugirió Sun.
- Con brillo plateado, para que no sea tan cargado
Intervino Yang.
- Tu vestido, Min, tiene que ser sencillo, sin mucha extravagancia, pero tiene que tener diamantitos
- ¿Es una regla?
Pregunté.
- No, es mi gusto
Contestó Sun y todas reímos.
- Luego iremos a ver los zapatos – dijo Yang - ¿Cómo van con la decoración?
- Antes de irme del Gyeongbokgung, le dije a la organizadora que quería una boda con tema de invierno, ya que sería en Diciembre, a dos días de Noche Buena – recordé – Ella me dijo que haría magia, y se suponía que me daría el bosquejo de cómo iba a quedar todo, pero ya ves…
- Ya, no nos deprimamos – pidió Sun, doblando una esquina – Vas a ser la futura reina de este país, debes de sentirte feliz
- Siento que voy a vomitar
Admití y Sun rió.
- Como Leeteuk hizo la reservación, la tienda estará para nosotras tres – nos informó Sun y yo me sentí aún más enferma – Saben que serán los dueños de la primicia del vestido de la novia del príncipe
- Ahora sí vomitaré
Dije, recostándome en la ventana. Llegamos a la tienda y nos recibieron los paparazis. Nos empezaron a bombardear con preguntar como “¿Siempre va a haber boda?” “¿Cómo será tu vestido Min Jee?” “Min Jee ¿Estás consiente que la mitad del país te envidia?”
- Bienvenidos, mi nombre es Key – nos recibió un hombre con una gran sonrisa – Ella es Se Na, su asesora, es nueva aquí
- Por aquí – nos guió a una especie de salita - ¿Y ya han pensado en algún modelo?
- Sí
Contestó Sun.
- No
Contesté yo.
- Pues yo sí
- Pero yo soy la que se casará con Donghae
Le saqué la lengua a mi amiga y ella hizo un puchero.
- ¿Desea pasar a la bodega, alteza?
Preguntó Se Na y Sun aceptó. Las tres caminamos a un área donde había muchos vestidos, unos más bellos que otros y unos más caros que otros. Me quedé impresionada al ver que algunos vestidos sobrepasaban los veinte mil dólares ¿Cuánto era eso en wons?
- ¿Quién pagará esto?
Le susurré a Sun, viendo la etiqueta de uno.
- La corona
Contestó ella.
- Eso no me hace sentir mejor
- Tú solo escoge
Me ordenó quedamente. Estuvimos como media hora buscando vestidos. Tomé algunos que no tenían un precio exagerado, Sun tomó unos con precio exagerado y Yang tomó algunos de ambos precios. Los miré bien a todos, algunos me gustaban y otros no, al final nos quedamos con seis vestidos.
- Pruébate los de Yang primero
Me ordenó Sun. Se Na me guió a los vestidores y me ayudó a vestirme. Era ceñido al cuerpo y luego se expandía a partir de los muslos.




Salí y dejé que mis amigas me vieran. Yang y Sun se miraron y luego, junto conmigo, negamos con la cabeza.
- Es bonito, pero como que no es para una Boda Real
Dije y Se Na asintió, se veía nerviosa e iba garabateando en su cuaderno.
- Probemos el siguiente
Volvimos al vestidor y me probé la otra opción de Yang. Este era más caro, y era más elegante y de encaje. Era ceñido al cuerpo y con un listón en la cintura.


Volví donde mis amigas y Sun le dio un zape a Yang.
- ¿Entiendes el concepto de Boda Real?
Le preguntó.
- Es una lástima, porque realmente me gusta
Contesté.
- Podrían hacer nuevas costumbres en la monarquía
Sugirió Yang y Sun me miró.
- ¿Qué opinas?
- Es bonito – contesté – Realmente me gusta pero…
- ¿No hay fuegos artificiales?
- Exacto
Contesté.
- Ve a probarte los míos
Me ordenó Sun y Se Na me llevó de nuevo a los vestidores. Ella seguía garabateando mientras yo me miraba en el espejo. Este vestido era esponjoso, me sentía como un gran malvavisco con bordados y piedras brillantes.



Salí y Yang puso cara de disgusto, Sun me miró y me alzó los pulgares.
- Me siento como una gran nube – le dije – No me gusta
- Pero es perfecto para una Boda Real
Me dijo ella.
- Cuando sea tu boda con Hyuk, también será una Boda Real, ahí úsalo
Dije y Yang rió. Sun bufó y terminó aceptando.
- No es mi estilo ni el tuyo
Dijo y yo volví con Se Na a los vestidores. La segunda opción de Sun no era tan esponjosa, y era un poco más recatado, con lindos bordados y un listón.


Volví donde mis amigas y ambas alzaron los pulgares.
- Te ves hermosa
Dijo Yang.
- Me ganaste las palabras
Sun sonreía. Yo me miré al espejo, en verdad me veía hermosa y jamás creí que, a los dieciocho, me casaría con mi segundo novio que vendría a ser el príncipe heredero. Me puse a pensar en mi madre, a ella le hubiera gustado acompañarme, o más bien, a mí me hubiera gustado que ella me acompañe a buscar mi vestido.
- ¿Son lágrima de “Sí” al vestido?
Me preguntó Se Na y yo me limpié las lágrimas.
- No, lo siento – dije, recibiendo el pañuelo de Se Na – Es que pensé en mis padres – mis amigas me miraron - ¿Con quién entraré a la iglesia? – pregunté – Perdón Sun, pero no quiero entrar con el rey – lloriqueé – Y me gustaría que mi madre estuviera aquí
- Min…
Mis amigas se levantaron y me abrazaron fuertemente. Era duro, y no quería llorar, sobre todo porque los paparazis tomaban fotos desde las ventanas; pero era duro. Toda niña sueña con su boda, caminar al altar con su padre y que la madre te ayude con toda la parafernalia; yo no iba a poder tener eso, y jamás lo iba a poder tener.
- ¿Entonces no te gustó el vestido?
Preguntó Sun y yo negué con la cabeza.
- Sígame
Me pidió Se Na y volvimos a los vestidores. Me puse mi primera opción, las tres concordamos al instante que no era bueno. Era llano, sin bordados ni nada, de una tela recta, y como una única decoración, un adorno en el busto.



- Está bien que te guste lo sencillo, pero esto es demasiado
Dijo Sun y yo asentí. No parecía una princesa en ese, ni siquiera me gustaba. Volvimos a los vestidores y me probé mi segunda opción. Mi estómago rugía, ya era más de las doce y aún no almorzábamos. Salí del vestidor y mis amigas me miraron raro, clara señal de que no les gustaba. Era un vestido amplio, con bordados y mangas cortas de encaje, me sentía extraña en ese.




- No me gustan las mangas
Dije.
- Tal vez quieras algo más clásico, después de todo, es una Boda Real
Sugirió Se Na y Sun asintió.
- Sí, casi siempre tienen mangas largas, aunque el vestido de mi madre no los tuvo
- Veamos
Dijo Yang y volvimos al almacén. Media hora buscando, encontré uno que me gustaba y me lo probé. Cuando me vi en el espejo, no le encontré lo que me había gustado. Salí de ahí y mis amigas se rieron. Era bonito pero…
- Te pareces a mi abuela
Rió Sun.



- Más respeto con la reina madre y la futura reina
Rió Yang.
- Tengo hambre y ustedes me están haciendo enojar
Me crucé de brazos.
- Descuide, tenemos todo el día para encontrar su vestido soñado
Dijo Se Na y yo la miré, intentando tranquilizarme.
- Pero saldremos con un hoyo en el estómago
Hablé, pues sufría de demasiadas cosas por no comer.
- Sigamos viendo, aún falta el de las damas además
Me recordó Sun y yo casi me pongo a llorar de nuevo, estaba exhausta ¡Ya iban a ser las dos! ¡Cuatro horas sin encontrar nada!
Volvimos a los almacenes y volvimos a ver todos los vestidos con ayuda de Key. Me estaba empezando a desanimar, no quería ir a otra tienda, amaba Kleinfeld, era como un sueño vuelto realidad el poder comprar ahí. Continué mirando, con Se Na garabateando en su cuaderno, me estaba empezando a estresar el constante rasqueteo del grafito y el rapado del borrador.
- Se Na…
Ella me miró.
- ¿Su alteza?
Me sentí extraña al oírla llamarme así.
- ¿Qué dibujas?
- ¡Oh! – ella se sonrojó – Es un… uno de mis diseños
- ¿Diseñas?
Pregunté.
- ¡Sí! – contestó – Ser asistenta es solo el primer paso
- ¿Puedo ver?
Le pregunté y ella me entregó su cuaderno. Decir que sentí los fuegos artificiales era poco, sentí la erupción de Pompeya en mi interior. Ese era Mí vestido.
- ¡Lo encontré!
Grité y mis amigas se me acercaron.
- ¿Qué pasó? – preguntó Sun, mirando a todos lados - ¿Dónde está?
- Aquí – le señalé el cuaderno – Es bellísimo
- Se Na… - Key miró el diseño - ¿No estabas confeccionándolo?
- Si…
Contestó Se Na con nerviosismo.
- ¡Queremos verlo!
Exclamó Yang, haciendo sobresaltar a Se Na.
- Sí… por aquí
Pidió ella, llevándonos a otra sección de la tienda. Había muchas costureras arreglando o modificando vestidos, y al fondo un maniquí con un vestido. Se Na nos llevó hacia él.
- Aún no termino los bordados – informó – Pero la tela es muy fina, mis sueldos se están yendo en el material
- Es precioso
Dijimos mis amigas y yo al unísono.
- Pruébatelo Min
Me pidió Sun y yo asentí. Con ayuda de Se Na, llevamos el vestido a los probadores y me lo puse. Era bellísimo, y tan pronto me vi en él, la lágrimas me llegaron



Era sencillo, con la falda abultada; en la cintura tenía una cinta, y todo el pecho estaba decorado con esos bordados plateados, haciendo un lindo diseño. Por atrás tenía también con los preciosos bordados, aunque había una parte que no estaba terminada, era hermoso.
- Mi boda tiene tema de invierno, por mi anillo – le mostré mi anillo en forma de copo de nieve – Y este diseño se asemeja mucho
- El velo puede ser largo
Sugirió Se Na. Luego desapareció y volvió a entrar con un hermoso velo. Me recogió el cabello y me colocó el velo.



De nuevo las lagrimas se apoderaron de mis ojos, me veía hermosa, era tal y como siempre lo soñé.
- Me encanta
Dije y ella sonrió. Salí del vestidor y mis amigas me sonrieron, exclamando “¡Owww!” Yo les sonreí a ellas, ese era, y estaba aprobado por las tres. Miré a las ventanas, Key había corrido las cortinas, se lo agradecía.
- Se lo lleva
Dijo Sun.
- Treinta mil dólares
Contestó Se Na riendo y yo me ahogué con mi saliva.
- Tenga, mi tarjeta
Dijo Jin, mostrando una tarjeta que brillaba.
- ¿Esa es de platino?
Pregunté y ella negó.
- Es una tarjeta de crédito de la realeza, con esa accedo al dinero del bolsillo de la monarquía
Contestó y yo me quedé con los ojos abiertos por la sorpresa.
- Diseñé el vestido de la futura reina
Dijo Se Na de pronto y yo reí.
- Ahora las damas
Buscar vestidos para las damas fue un poco más fácil, pues necesitábamos algo especifico. Tenía que ser largo, entre celeste o azul, con detalles plateados y que tuviera copos de nieve. Mis amigas escogieron cinco con esas características y luego se los estuvieron probando. Algunos no eran bonitos, o no le quedaba bien al a otra. Sun era delgadita y todo le quedaba bien, a menos que tuviera mucho escote; y Yang tenía mucho trasero y los que eran ceñidos le hacían ver como si tuviera un cojín en el trasero.
- Este
Dijeron Sun y Yang. Era precioso, de un celeste suave, con un solo hombro, con un lindo y sencillo diseño plateado, la espalda no era descubierta pero tenía un lindo diseño atrás. Era hermoso, a mí me encantaba. A Sun le favorecía pues le afinaba más la figura, y a Yang le favorecía pues le no se le notaba todo su atributo.
- Se parece al de Elsa de “Frozen[1]





Dije y ellas asintieron.
- Por eso nos gusta
Yang se miró, ella era la que lo tenía puesto.
- Necesitaremos modificar tu vestido de novias, para que quede de tu taya
Dijo la modista, ayudándome a ponerme de nuevo el vestido
- Y necesitaremos tres de los vestidos de Frozen
Agregué y la señora anotó.
- ¿Tres?
Preguntó Sun.
- Son tres padrinos, tiene que haber tres damas
Les contesté.
- ¿Tres padrinos?
Preguntaron ambas.
- Hyuk el padrino, y Kyu y Siwon los otros dos
- O sea que tienes que conocer a alguien para que ocupe el tercer vestido
Dijo Yang y yo asentí.
- Conociendo a Min, escogerá al a primera persona hambrienta que se le ponga enfrente
- O a su prima
Miré a Yang y Sun hizo lo mismo.
- En el pasado eso hubiera sido una opción
Después de que nos midieran, nos dieran la nueva cita para ver el vestido modificado, y que Sun pagara la mitad de la cuenta, nos fuimos de Kleinfeld. Me sentía muy animada, ni siquiera me molestó cuando los paparazis siguieron tomándonos fotografías cuando entramos en el auto de Sun.
- Ahora sí, hay que ir a comer
Pedí, pues el estómago me rugía. Fuimos a McDonald's, a Sun le encantaba ese restaurante tanto como a Donghae. Comimos nuestras hamburguesas entre risas y bromas, recordando anécdotas divertidas y contándome todo lo que me perdí cuando dejamos de ser amigas. Me alegraba poder estar de nuevo con ella, eran mis mejores amigas y las amaba más que a nada en este planeta.
- Vamos ahora por los zapatos
Ordenó Sun.
- Tenemos un itinerario muy pesado
Rió Yang.
- Después tenemos que ver el pastel, y los sabores
Nos dijo Sun.
- Pensé que eso lo haría con Donghae
- Donghae va ir a la degustación de la comida con los chicos
Nos informó.
- Oh…
- Y luego irán a ver lo de los trajes, es buen momento para decirle que quieres que uno de los padrinos es Siwon
Yang esbozó una sonrisa pícara y yo me sentí nerviosa. Saqué mi teléfono y llamé a mi novio, él al tercer timbre me contestó. Podía escuchar risas del otro lado de la línea.
- ¿Dónde están?
Pregunté.
- Con los del catering
Contestó Kyu.
- ¡Ey! – ese era mi novio - ¿Qué haces con mi teléfono?
- Tu novia habla
Contestó Kyu.
- ¿Mi novia? – Donghae soltó una risa - ¡Min! – gritó de pronto - ¡Pásamela! – escuché la risa de Hyuk - Hola
- Hola
Saludé.
- ¿Cómo la están pasando?
Me preguntó hipando.
- Cansadas – contesté - ¿Y ustedes?
- Comiendo mucho – Hae rió y escuché como Hyuk también – Luego nos trajeron distintos vinos que acompañar
- Ya veo… - mis amigas me miraron sin entender – Están borrachos –







– mis amigas negaron con la cabeza, nuestros novios no cambiarían nunca – Amor… ¿Puedo pedirte un favor?
- ¿Cuál? – preguntó – Estoy tan borracho que no sé si pueda hacer algo más además de arrástrame
Se escuchó un ruido y los demás rieron.
- Quiero que Siwon sea uno de mis padrinos
Le informé.
- De acuerdo
Aceptó él.
- ¿En serio?
Pregunté, pues no podía creer que me estuviera diciendo que sí.
- Sí – dijo él – Lo que sea por mi Ratona
- De acuerdo, entonces llámalo
- No tengo su número
Rió mi novio.
- ¿De quién?
Ese era Kyu.
- De Choi Siwon
- Yo lo tengo
- Bien, llámalo, será uno de los padrinos
Todos rieron.
- Bien… - escuché silencio – Siwon – Kyu soltó una risita – Te queremos como uno de los padrinos de la Boda Real – todos rieron - ¡En serio!
- Dile que venga
Sugirió Hyuk hipando.
- Siwon, ven al “Bistró” – le pidió Kyu – Es que estamos borrachos y queremos que seas otro padrino
Escuché más risas y luego un ruido como de algo cayéndose.
- Donghae se desmayó
Rió Hyuk y luego me colgaron.
- ¿Qué pasó?
Me preguntó Sun.
- Los chicos están borrachos; Kyu llamó a Siwon, Hyuk no para de reír y Donghae se desmayó
- El menú de la boda será horrible
Se lamentó Sun y yo asentí. Luego fuimos a la tienda de zapatos. Fue sencillo para mis amigas, ambas se compraron sandalias plateadas, con un taco tan alto que me daban vértigo. Yo no encontraba el mío. Quería algo que combinara con el vestido y con el tema de la boda. Entramos a mil zapaterías y no encontraba algo que me quitara el aliento como mi vestido.
- Si no encontramos aquí, tendremos que mandarte hacer zapatos
Dijo Sun y yo protesté. Aunque aún faltaban cuatro meses para la boda, pero yo quería tenerlo todo listo lo más antes posible, así no se me juntaba con los deberes de la universidad. Entramos a la última zapatería y empezamos a buscar. Me paseé por los estantes y lo vi. Era blanco, con diseño de encaje en forma de copos de nieve.



- ¿Tiene este en talla 4?
- Es el único que nos queda
Me contestó la encargada.
- ¿Qué talla es esta?
Pregunté, rezando por que me dijera cuatro.
- Es talla cuatro
Contestó y yo sonreí. Me los probé, no eran muy altos, así que caminar no iba a ser un problema para mí. Se los mostré a mis amigas y ellas me dieron el visto bueno. Después fuimos a la degustación del pastel. Decidí poner todos mis sabores preferidos en cada piso, y luego lo diseñamos. Sería mocha, terciopelo rojo, cookies and cream,  chispas de chocolate, y marmoleado. Nos volvimos a meter en el auto y partimos al departamento de Sun, despidiéndonos de la aventura de las compras.
Me sentía muy feliz, todo se veía prospero. Esperaba que el mundo no me volviera a jugar chueco e hiciera que todo se viniera abajo. Me recosté en mi cama y miré el techo, estaba tan feliz que ni deseos de estudiar tenía. Saqué mi teléfono y marqué el número de mi novio.
- Estamos en su habitación, lo vamos a dejar dormir
Me contestó Hyuk.
- Está muy ebrio
Agrego Kyu.
- No se vayan amigos
Pidió Donghae, hipando. Colgaron y yo me quedé viendo el techo. Sonreí y tomé mis cosas, quería verlo, ahora que podía hacerlo. Tomé un taxi y me dirigí a la universidad.



***
Me quedé viendo el techo, me sentía muy feliz. Estaba otra vez con mi Ratona, planeando una boda y un futuro con ella. Nada podía ser mejor.
Tan pronto como estuviéramos casados, podría protegerla de cualquiera que quisiera hacerle daño, la protegería de su tía y no tendría por qué temer. Pensar en la tía de Min me trajo una mala sensación. Por culpa de esa mujer casi perdía a la mujer que amaba. Entonces me puse a pensar en Jin ¿Cómo estaría ella? No podía creer que estuviera bien sabiendo que su prima estaba siendo maltratada. Seguí pensando en ella.
Cuando salíamos, ella nunca hablaba de Min, más bien le fastidiaba. No lucía preocupada ni triste, sino enojada cuando le hablaba de ella. Si Sun fuera la maltratada, cada vez que alguien me mencionara su nombre, yo me pondría triste, porque es mi familia y soy muy unido a ella; pero Jin no lo parecía, más bien parecía darle todo igual. Algo no encajaba con Jin. Mi puerta fue golpeada y me levanté tambaleante hasta ella. La abrí y vi a una Jin furiosa.
- Jin…
- ¡¿Cómo es posible que te vayas a casar con Min a pesar de que te rompió el corazón?!
Me preguntó, entrando en mi habitación.
- Porque la amo y aunque haya cometido errores, la amo
- ¡¿Cómo puedes amarla?! – gritó ella - ¡¿Cómo?!
- ¡Porque ella es especial para mí!
- ¡¿Y yo no lo soy?!
Me preguntó ella y yo me quedé de piedra, no entendía a qué se refería.
- Jin…
- ¡Es a mí a quien deberías amar! – gritó ella - ¡A mí no a esa estúpida granjera!
- ¡No hables así de ella!
Le grité.
- ¡¿Cómo puedes amarla a ella y no a la persona que siempre ha estado ahí para ti?!
La borrachera se me bajó ¿Qué estaba diciendo Jin? ¿Ella estaba enamorada de mí?
- Tú…
- ¡No voy a permitir que la maldita granjera te aparte de mí!- ¡Yo amo a Min, no a ti! – grité, ella tenía los ojos desorbitados - ¡Pensé que era algo que teníamos claro, solo amigos!
- ¡¿Es que jamás fui nada más para ti?!
- No… si te confundiste, lo lamento
- ¡Mientes! – gritó ella - ¡Sé que amas y si no por fuera la perra de mi prima tú estarías conmigo!
- ¡No te atrevas a insultarla de nuevo!
Grité.
- ¡La insultaré todo lo que quiera! – gritó ella - ¡Por su culpa te apartaste de mí!
- ¡Eso jamás pasó! – grité - ¡¿Qué demonios te pasa?! – no podía verla - ¡Actúas como loca!
- ¡Sí lo estoy! – ella empezó a derramar lágrimas, no entendía qué pasaba - ¡Estoy loca por ti!
Entonces tomó mi rostro y lo llevó hacia el suyo, uniendo nuestros labios. Quería zafarme, pero ella me sujetaba con demasiada fuerza. Tomé sus manos e intenté que soltara mi rostro, entonces oí un ruido desde la puerta y ambos nos separamos.
- Min…
Dio ella. Min me miró y entonces se fue corriendo. Quise seguirla pero Jin tomó mi mano, yo la empujé y corrí detrás de Min.
- ¡Min! – grité - ¡Min, no es lo que parece!
La alcancé y la giré.
- ¡¿Por qué siempre que las cosas comienzan a estar bien, algo malo pasa?! – me preguntó con lágrimas en los ojos - ¡Ya no lo soporto!
- Min… - la miré – No es lo que parce, fue Jin quien me besó
- No me importa – ella se soltó de mi agarre – Necesito estar sola
- ¡Min!
- ¡Déjame sola Donghae! – gritó - ¡No te quiero ver! – todos nos miraron – ¡No quiero verte!
Y entonces se fue. Me quedé ahí parado, viendo como Min se iba ¿Habíamos vuelto a romper? ¿Era el fin? ¡¿Por qué demonios pasó esto?! Volví a mi habitación, Jin estaba en mi cama, bajo las sábanas, sonriéndome.
- Ven a hacerme compañía
- ¡Vete a la mierda Jin!
Grité y ella me miró con furia.
- ¡No me hables así!
- ¡¿Cómo quieres que te hable?! – le pregunté, jalándola de mi cama y empujándola hacia otro lado, arrojándole su ropa - ¡¿Qué mierda te ocurre?!
Ella miró el suelo y tomó su ropa.
- Solo quería recuperar lo que era mío
- ¡Yo nunca fui tuyo! – grité, empujándola, ella lloró - ¡Ahora mismo vas a hablar con Min y hacerla volver!
- ¡No!
Gritó ella.
- ¡Lo harás!
- ¡No! – gritó ella - ¡Ella no debió de interponerse entre nosotros!
- ¡¿Es que estás loca como tu madre?! – grité exasperado - ¡Nunca hubo un nosotros!
- ¡Cállate! – ella se tapó los oídos con las manos – Debimos de deshacernos de ella cuando pudimos
- ¿Qué dijiste?
- ¡Ella nunca debió venir, debió morir como sus padres!
- ¡Sabías todo esto! – tomé a Jin por los hombros y comencé a zarandearla – Oh por Dios… - ahora todo encajaba – Tú también estabas detrás de todo esto
- Solo lo hacía porque eres mío
- ¡Casi matan a Min a golpes! ¡Casi matan a tu prima! ¡Casi la matan! – le grité, arrojándola al suelo, Jin soltó un grito - ¡¿Cómo pudiste?!
- Ella te quitó de mi lado
Lloriqueó.
- Jamás hubo un nosotros – volví a decir y ella me miró desde el suelo – Jamás me podría fijar en alguien tan mala como tú. Dices ser mi amiga… - la miré, quería golpearla, pero era una mujer – Pero acabas de traicionarme de la peor manera
- No lo hice
- Sí lo hiciste – la miré con todo el odio posible - ¡Por tu culpa sufrí mucho y te atreves a querer ocupar su lugar, y llamarte mi amiga! – golpeé la pared, mejor esta que Jin - ¡Te odio!
- No… - ella se abrazó a sí misma – No es cierto
- Te odio Jin, ya no eres mi amiga, ya no hay un nosotros, y quiero que te largues
- Donghae…
- ¡Lárgate!
Le grité.
- Perdón
- ¡¿Cómo quieres que te perdone algo así?! – le pregunté - ¡Le causaste sufrimiento a alguien que no te hizo nada, y le causaste sufrimiento a tu mejor amigo! – me señalé - ¡Eres un monstruo despreciable!
- Donghae…
- ¡Lárgate! – grité - ¡Te odio y te odiaré siempre si Min no me perdona! – la levanté del suelo, ella me miraba con lágrimas en los ojos - ¡Te odio Jin, te odio!
- Donghae… soy tu mejor amiga
- ¡Lárgate!
Volví a gritar, lanzándola fuera de mi habitación. Ella cayó de nuevo, no me importaba ni siquiera que estuviera en ropa interior, ella se lo merecía. Las personas la miraban y me miraban, no me importaban. La chica que estaba ahí, hecha un manojo de lágrimas, no era la persona que solía conocer y querer, era alguien totalmente desconocido. Abrí mi collar y ante sus ojos, arranqué su foto, lanzándola. Ella lloró aún más y entonces cerré la puerta.


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espero que les haya gustado


[1] Frozen, una aventura congelada: Película de Disney.



[1] Tienda muy famosa que hay en Nueva York.

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