jueves, 28 de agosto de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 19

Capítulo 19




La semana había sido horrible. Primero fue el gran cartel de “A Min Jee le gusta chupar pitos” luego fueron los globos con harina y agua que le lanzaron a mi auto; después fueron los millones de mensajitos que esparcieron por la universidad con mi nombre, que decía que daba un “Servicio completo” También pasaba que la prensa no dejaba de darle vueltas al asunto de que yo jugaba con el príncipe ¡Jamás hubo nada entre nosotros! En toda la semana él no paso tiempo con nosotros, sus amigos, y por ende Hyuk tampoco, lo que hizo que Sun Hee se sintiera algo triste, pues entre ella y él estaba empezando a nacer algo.




En casa mi tía estaba de lo más amable conmigo, debía de disfrutar mi sufrimiento. Jin Kyong salió con el príncipe en toda la semana, y llegó el punto de frustrarle que la prensa no hablara de ella con el príncipe y prefiriera hablar de mí con él; su frustración llegó al punto de que me obligó a no salir con  Kangin para que dejaran de decir que yo “engañaba” al príncipe con él.
El viernes por fin llegó y después de una muy productiva práctica, me fui a las duchas para poder relajarme. Cerré la llave del agua y me envolví en mi mullida toalla azul. Fui a buscar mi ropa y… esta no estaba. Maldije a las perras de mis compañeras de equipo, maldije a la prensa amarillista, maldije a todo el mundo. Respiré hondo y me ajusté la toalla al cuerpo, salí de los baños hacia las pistas, mi ropa no estaba ahí.
   - Que mierda…
Dije. Sintiendo nauseas, salí de las pistas y todo el mundo empezó a reírse de mí. Tomaban fotos, algunos probablemente filmaban la escena. Intenté ignorarlos y seguir con la búsqueda de mi ropa. Seguí caminando y todos me hacían burlas, reían, y demás. Por fin vi mi ropa, estaban en la copa de un árbol.
- A ver como la bajas
Rió un chico. Yo lo fulminé con la mirada y busqué alguna rama caída lo suficientemente larga para alcanzar mi ropa. No había nada. Miré de nuevo hacia atrás y todos siguieron riendo.
- ¡Muéstranos algo más de piel!
Pidió un chico del equipo de lucha.
- ¡Déjenme en paz!
Grité, sintiendo como los ojos se me llenaban de lágrimas.
- ¡Muestra más piel!
Gritaron otros y entonces un chico intentó jalar mi toalla.
- ¡Que muestre más piel! ¡Que muestre más piel! ¡Que muestre más piel!
Empezaron a decir a coro los del equipo de lucha.
- ¡Déjenme en paz! - volví a gritar, intentando que la toalla no se me callera, pero el chico reía y tiraba de ella - ¡Suéltame!
Grité y entonces una figura de blanco apareció y le dio un puñetazo al chico, derribándolo. Donghae, en su traje de taekwondo, se acercó al primer chico que gritó y también lo golpeó, luego le destruyó su teléfono. Empecé a ver como Donghae se llevaba encima a todo el equipo de lucha, como los golpeaba y pateaba. Algunos salieron corriendo del lugar, pero Hae los alcanzaba y los golpeaba. Las chicas gritaban y lloraban, luego me miraban y me lanzaban insultos.
- ¡Mira lo que provocas, zorra desgraciada!
Gritó una chica y yo me le acerqué, dándole una bófeta. Ella se desplomó y fue rodeada por sus amigas que me insultaron también. Todos seguían grabando y tomando fotografía. Yo estaba estupefacta, no podía creer que Donghae se estuviera peleando con todos los atletas de la universidad, y estuviera ganando, entonces vi que Hyuk, también con traje de taekwondo, le estaba ayudando. Otro hombre cayó y la mayoría salió corriendo, las únicas que seguían ahí eran el grupo de chicas que me habían insultado.
- Su majestad… - empezó a decir una chica – Todo esto lo ocasionó esa zorra que…
- ¡Lárguense!

Gritó Donghae y estas salieron corriendo. Donghae fue hacia mí y me abrazó. Hyuk tenía en su mano unos cinco celulares.



- Es todo lo que pude tomar – dijo él, entregándoselo al príncipe, quien lo lanzó al suelo y pisoteó – Pero muchos deben de estar subiendo videos y fotos  a internet – Hyuk me miró, de nuevo sentí nauseas – Mañana toda Corea se preguntará por qué Donghae te defendió de todo el mundo
- ¿Qué querías que hiciera? – preguntó Donghae, pateando los restos de los celulares - ¿Qué la fotografiaran desnuda?
- Cálmate, solo decía
- Esos son unos animales – Donghae tenía los puños cerrados y una expresión de odio en el rostro - ¿Quién te hizo esto?
- Mis compañeras de patinaje
Contesté, viendo mi ropa en el árbol.
- Bájenla
Les pidió Hae a sus guardias, no había notado su presencia.
- ¿Por qué te hicieron esto?
Preguntó Hyuk.
- Por lo que dice la prensa de mí
Contesté y él príncipe me miró. Se me acercó rápidamente y tomó mi rostro entre sus mano. Yo lo miré a los ojos, sus ojos cafés brillaban, siempre brillaban.
- Lo siento…
Me susurró, entones le di un pequeño beso en los labios. Él me miró con sorpresa y me besó.




Todo era un lio, todo se había vuelto un lio, pero no importaba si al menos me permitía poder besarlo. Un carraspeo se escuchó y entonces nos giramos, era Hyuk.
- No sé si lo recuerdas, pero estás desnuda y aquí está tu ropa
Dijo él, y yo me sonrojé al instante. Tomé mi ropa y volví a las duchas a cambiarme. Regresé donde los chicos, ambos se habían cambiado la ropa. Donghae me abrazó y yo acepté su abrazo, me sentía protegida entre sus brazos.
- No quiero ir a casa
Dije, pues si iba, vería a Jin, y como ella vigilaba al príncipe en todas las redes sociales, ya debía de estar viendo lo ocurrido. Donghae y Eunhyuk se miraron y luego me miraron, se sonrieron y yo sentí miedo. Donghae me miró y dijo:
- ¿Quieres ir a casa de Sun?
- Sí
Contesté, sin entender por qué ese era motivo de risitas.
- Bien… iremos al palacio de la diversión
Celebró Hyuk, caminando delante de nosotros hacia la salida.
- Cada vez que vamos, es una locura – me explicó Hae – Deberías ir para obligarnos a estudiar
Reí y subimos a mi auto, Donghae conduciría. Llegamos en pocos minutos a casa de Sun, en parte fue por la forma de conducir de Donghae, sin respetar nada. Sun nos abrió la puerta y me abrazó fuertemente.
- Que sorpresa verlos aquí
Sonrió ella. Hyuk y ella se abrazaron fuertemente y se sentaron en un sofá.
- Que lindo departamento
Le dije, sentándome con Hae en otro.
- ¿Qué los trae por aquí?
Preguntó Yang Mi, saliendo de la cocina con un sándwich.
- Tuvimos un problema en la universidad
Contestó Hae.
- ¿Qué tan grave?
Preguntó Sun, mirando a Hyuk, quien rodeó sus hombros con un brazo.
- Mucho
Contestó Hyuk y Hae asintió.
- Mañana temprano iré a hablar con el rector de la universidad
Dijo Hae, abrazándome también y haciendo que me recueste en su pecho.
- Que linda escena – rió Yang – Falta Kyu aquí
- ¿Se quedan a dormir?
Preguntó Sun y yo negué.
- Tengo que volver
- Vamos Min, llama a tu tía y dile que te quedarás conmigo
Asentí, pero no llamé a mi tía, llamé a mi tío. Este me dio permiso en seguida. Cenamos comida china mientras veíamos las caricaturas. Me estaba divirtiendo mucho, con mis amigos, sin importarme las muchas cosas que estaban sucediendo. Yang se fue a dormir, al rato Hyuk y Sun se metieron en la habitación de esta y me dejaron sola con Donghae, quien bostezaba.
- Deberías ir a dormir, yo podría dormir en el sofá
Le sugerí y él sonrió.
- Yo podría dormir en el sofá y tú en la habitación libre
Sugirió él, sonriéndome con esa sonrisa que tanto me gustaba, su sonrisa tierna.
- Tú eres el príncipe
Le recordé.
- Tú eres una chica
- Ser príncipe le gana a ser chica
Bromeé y él volvió a sonreír.
- Ser la chica que quiero le gana a ser príncipe
Me miró y yo sentí las mejillas sonrojárseme.
- Igual pienso que ser príncipe le gana a todo lo demás
Él volvió a sonreír. Continuamos viendo televisión hasta que los ojos del príncipe se cerraron. Apagué el televisor, fui a la habitación libre y tomé una manta del closet, volví y cubrí a Donghae con ella. Volví a la habitación y me puse el piyama de Sun, me quedaba algo grande. Me metí bajo las sábanas y cerré mis ojos.


La puerta de mi habitación se abrió y mis ojo también. Vi mi reloj, dos de la mañana, llevaba media hora dormida. Vi un manchón enorme que debía de ser una persona acercarse a mí y sentí cómo unas manos me tocaban el hombro.
- ¿Te desperté?
Esa era la voz de Hae.
- Sí
Contesté, sentándome en la cama y tomando mis lentes.
- ¿Puedo dormir aquí? – me preguntó – No me gusta dormir solo
- Pero siempre duermes solo
Le recordé.
- En una habitación pequeña con mis guardias afuera, no en un enorme departamento con mis guardias afuera
 - ¿Y en el Gyeongbokgung?
Le pregunté.
- Duermo con Bada, y antes con Meo – me contestó él y yo lo miré con ternura – Por un año entero tuve que dormir en el sofá de la habitación de Sun – se agachó hasta mi rostro y me hizo un puchero - ¿Puedo dormir aquí? – volvió a preguntar – No hay perros y no quiero dormir con Sun y Hyuk
- De acuerdo
Terminé aceptando, haciéndome a un lado. Él sonrió y se echó a mi lado. Negué con la cabeza, parecía un niño pequeño, era tan tierno. Volví a dejar mis lentes en la mesa de noche y me volví a recostar en la cama, dándole la espalda al príncipe. Cerré mis ojos, podía escucharlo juguetear con sus dedos y cantar una canción.
- ¡Cállate!
Le pedí, golpeándolo con la almohada.
- ¡Ey! – protestó él – Soy el príncipe, no debes de agredirme
- Y yo soy una persona que quiere dormir
Me quejé.
- Ya, lo siento
Se disculpó él, yo por alguna razón me reí.
- ¿Qué cantas?
Pregunté.
- Se llama “Loving you” – me contestó – Es una canción que escribí
- Interesante – dije y él sonrió - ¿De qué trata?
- Habla sobre estar enamorado – me contestó y yo lo miré – Que quieres que esa persona esté siempre a tu lado – me miró y mi corazón comenzó a latir a toda velocidad – Y que quisieras que te dijera lo mismo – tomó mi mano por debajo de las sábanas – Porque la estás amando
- Es una bonita canción
Sonreí.
- Algún día te la cantaré
- ¿Alguna vez te han dicho que pareces un actor de drama?
Le pregunté divertida.
- Varias veces – contestó él sonriente - ¿Te gustan los dramas?
- Sí, es lo que más me gusta de Corea
Bromeé.
- ¿Y yo?
Me preguntó, haciendo un puchero.
- Tú eres… también
Dije riendo y él me sacó la lengua, riendo.
- Acabas de admitir que te gusto
Sonrió él con una gran sonrisa.
- No, no lo he hecho – reí y él me golpeó con la almohada – Pero no lo hice
Él rió y entonces comenzamos una guerra de almohadas. No sé cómo terminé debajo de él, mientras me retorcía de la risa por las cosquillas. Este momento era mágico, podía estar con él sin que me importe lo demás, aunque luego la realidad me iba a golpear, pero por ahora no me importaba.
- Vamos a despertar a los demás si no te callas
Rió él.
- ¡Demonios Hae! – exclamé al ver el reloj – Son las cuatro de la mañana, dentro de tres horas tengo entrenamiento
- Pues durmamos, llegaremos a tiempo
Me aseguró. Yo coloqué la alarma a las cinco, dormiría una hora ¿Qué clase de práctica tendría? Mi rendimiento iba a ser horrible y de nuevo me gritarían. Cerré mis ojos y sentí cómo un brazo rodeaba mi cuerpo. Donghae me tenía abrazada como si fuera un peluche, o su perro; quise apartarlo, pero no lo logré. Bufé y esperé a que el sueño me llegara. Al cabo de unos minutos dejó de molestarme que me abrazara.
Mi alarma sonó de nuevo y le toqué la puerta a Yang para que me prestara ropa interior. Cuando fui a la cocina para poder llenar mi botellón con agua, vi que Donghae estaba ahí engullendo unos huevos más hechos, con las yemas reventadas y algo quemadas por un lado.
- Vámonos
Me indicó, tomando mis llaves. Salimos del departamento y entramos en mi auto. Él condujo hacia la universidad, en todo el camino él iba cantando esa canción, debía de admitir que era un excelente cantante. Nos estacionamos y me bajé con pesadez del auto, tenía demasiado sueño.
- Suerte
Me dijo él, tirándome las llaves.
- Gracias
Le dije. Caminé hacia el complejo deportivo de la universidad, de nuevo noté a medio mundo mirándome. En cuanto abrí la puerta, varias fotografías de mí, en toalla, llorando, y siendo ridiculizada, aparecieron. Las personas se empezaron a carcajear de mí, señalándome con un dedo y tomándome más fotografías, yo solo podía ver la versión humillante de la “Capilla Sixtina” Corrí hacia las pistas de hielo y cerré la puerta. La entrenadora me miró y me llamó la atención por haber llegado diez minutos tardes. Mis compañeras rieron. Me calcé los patines y entré en el hielo. Al instante una chica me empujo con la cadera y yo caí.
- Señorita Kim, si no es capaz de mantener el equilibrio, entonces le pediré que se retire
La entrenadora me miró con enojo.
- Lo lamento zorrita
Se burló por lo bajo una de las chicas.
- Comiencen con los ejercicios básicos, luego quiero ver las coreografías – nos ordenó la entrenadora – Y Kim, quiero verte bien esta vez, eres una de mis candidatas
Eso me tomó por sorpresa ¿Candidatas para competir? Con la universidad, tareas, trabajos, estudiar, mis dramas ¿Tendría tiempo de ir a una competencia? Empecé a desear haber entrado en yoga junto con Yang.
Comenzamos a patinar, dar saltos y demás. Las patinadoras me empujaban, no me dejaban espacio para desplazarme, y me susurraban a cada momento “Zorra”. Yo las ignoraba, sabía que no lo era, y sabía que algún día todo esto se voltearía.
- Rector Kim Kibum… - dijo la entrenadora y todas dejamos de hacer lo nuestro - ¿Qué… qué lo trae por acá?
- Me temo que cosas malas Yuna – contestó él, entonces Hae entró a las pistas y las chicas empezaron a saludarlo – Sus alumnas tendrán que venir conmigo
La entrenadora nos miró y luego miró al Rector. Miré a Hae, él miraba de forma burlesca a las chicas, eso me causó gracia. La entrenadora se paró delante de todas nosotras, nos miró, se veía la preocupación en su rostro.
- Tienen que ir con el Rector
- ¿Por qué?
Preguntó una de las veteranas.
- No lo sé
Contestó la entrenadora. Todas salimos del hielo y nos quitamos los patines. En fila india seguimos al Rector, entonces Hae me tomó del brazo y yo me detuve.
- Tú no
Me dijo y él Rector asintió.
- Todos menos Kim Min Jee
Dijo el rector y se fue con mis demás compañeras.
- Bueno entrenadora Kim – dijo el príncipe – Puede seguir su entrenamiento con Min Jee
- Sí… - dijo ella, se veía algo confundida – Al hielo, ahora mismo
Con el hielo despejado, sin estorbos ni empujones, pude hacer mi rutina sin ninguna caída ni desvío. Donghae me aplaudió cuando me detuve, la profesora me miraba y asintiendo, anotó algunas cosas en su libreta.
- Estuviste excelente
Me dijo Hae, entregándome mi botellón de agua.
- Gracias
Le dije.
- Bueno… estoy de acuerdo con su alteza – sonreí al oír eso – Pueden retirarse, el entrenamiento acabó
- Vamos
Me dijo él, cargando mi bolso.
- ¿Qué pasó en antes?
Pregunté, saliendo de las pistas con él.
- Nada – contestó él sonriente – Solo me encargué de algo
- ¿De qué?
Pregunté, temiendo oír su respuesta.
- Ya lo verás
Me dijo, entonces mi teléfono comenzó a sonar, era Kangin.
- Hola
Contesté.
- ¿Quieres venir?
Me preguntó, sonaba enojado.
- No puedo
Contesté, mirando al príncipe, quien miraba el suelo y se mordía el labio.
- Deja de estudiar por un día y ven que te quiero aquí
- No estoy estudiando y no soy tu empleada para obedecerte – le contesté, Hae a mi lado me miró y frunció el entrecejo – No voy a ir, no insistas
- Maldición Min Jee, te quiero aquí, conmigo
- No Young Woon, no me llames para esas cosas – sentí vergüenza de tener a Hae a mi lado y hablar de esas cosas – Soy tu novia… - miré a Hae y me maldije por mi elección de palabras; él de nuevo se empezó a morder el labio y a mirar el suelo – No tu prostituta
Colgué.
- ¿Aún crees que te ama?
Me preguntó Hae, mirando el suelo.
- No – contesté y él me miró – Dudo que en algún momento lo haya hecho
- ¿Y por qué sigues con él? – me preguntó - ¿Lo amas?
- No – contesté y él de nuevo me miró – Pero es que es la opción más segura
- ¿Cómo es eso?
Me preguntó, sentándose en una de las bancas de la plaza al lado del complejo.
- Como yo lo veo – empecé a decir – Él ha sido mi novio por dos años, me conoce muy bien y sobre todo – lo miré fijamente – Es de mi misma clase social y no hay impedimentos – Hae asintió – Por otra parte estás tú – él sonrió de lado, desanimado – Eres el príncipe heredero, eso abre una gran brecha entre nosotros

- Vuelvo a decir: No me importa lo que los demás digan
Me interrumpió él.
- Pero a mí sí – admití, mirando el suelo – La persona que dice eso se engaña a sí mismo, siempre nos termina importando lo que las personas dicen de uno – lo miré – Y vivo en un mundo donde todos me tachan de algo que no soy solo por no tener los mismos recursos o no ser como ellos quieren
- ¿Hablas de tus tíos?
Me preguntó y asentí.
- Sobre todo mi tía – revelé, sintiendo ira por dentro – Ella y las urracas de sus amigas aman restregarme en la cara que no soy de ese círculo, que no pertenezco aquí – solté una risita – Tal vez tengan razón, vivo en una enorme casa y voy a una universidad de niños ricos, estoy viviendo otra realidad
- No digas eso
Me pidió Hae y yo le sonreí.
- Una de esas mujeres me llamó “Putita” y mi tía me dijo que jamás podría estar contigo por ser una huérfana con suerte
- ¡Al demonio con todos! ¡Y que se la metan bien hondo a la vieja esa!
Gritó él y yo me reí por la elección de palabras del príncipe.
- ¿Qué pasó con la educación de la realeza?
- Al diablo la etiqueta y la educación – volvió a decir él – Min… si tú quieres, puedes hacer lo que quieras, y eso me incluye
- En verdad te quiero – confesé – Pero hay cosas que simplemente no pueden ser
- Solo ignora a tu tía, ellas no tienen la razón, no dejes que te apabullen
Hae me tomó de las manos.
- No es solo eso
No podía decirle que tenía miedo de que me hiciera algo por defender el amor de su hija, que era Jin, su mejor amiga. Si le decía eso, tendría que revelarle que Jin estaba enamorada de él, y temía que él pudiera rechazarla de forma brusca al saber lo de su madre, y lo que menos quería era hacer sentir mal a mi prima. Ella era como mi hermana, era la única hermana que tenía, no merecía que yo le hiciera esto.
- ¿Entonces?
Me preguntó.
  - Traerá dolor


lunes, 25 de agosto de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 18

Capítulo 18




Los días habían pasado, enero dio paso a febrero y las cosas parecían calmarse al fin. Con el acuerdo de “Solo amigos” entre Hae y yo, todo se había tranquilizado. Ya no había tweets, ya no había fotografías circulando de nosotros dos solos, ya no había “Ratona” ni “Hae” solo dos amigos. Si nos veíamos, era con el resto de amigos, teníamos un lindo grupo de amigos conformado por Sun Hee, Yang Mi, Kyuhyun, y Eunhyuk. Si estudiábamos, era en grupo, si salíamos, era en grupo, cualquier cosa que hiciéramos, lo hacíamos en grupo, y de esta forma la imagen del príncipe heredero se vio beneficiada; ya no había escándalos de él, ya no había malos comportamientos ni nada parecido. Jin Kyong salía cada tres días con él y siempre regresaba con nuevas noticias sobre su “Relación ficticia” con él, la relación que solo existía en su mente. Mi tía había vuelto a ser amable, incluso me daba dinero extra y había desbloqueado una de mis tarjetas, supongo que era para que yo no me queje con los príncipes.

Por otra parte, de nuevo lo mío con Kangin estaba bien; a veces estaba mal, por su carácter, pero otras veces estaba muy dulce conmigo e intentaba reavivar la chispa. Esto no le gustaba para nada a Sun Hee, decía que no debía de seguir con un chico si mi corazón le pertenecía a otro, y que eso afectaba a Donghae. De eso me había dado cuenta, cada vez que salía con Kangin, notaba a Donghae enfadado todo el día, y no me hablaba en todo un día. Con el paso de los días me había acostumbrado, aunque dolía un poco. Sabía que ambos sufriríamos, pues sufríamos por no estar juntos, pero sufríamos al estar juntos.
Yo había adquirido la costumbre de ir al parque después de cada práctica, me sentaba una hora a ver a todas las personas pasar ante mis ojos, eso me tranquilizaba. Escuchaba música y cantaba en voz baja mientras veía las palomas comer lo que las viejitas le lanzaban. Y a veces conversaba con ancianitos que me veían devorar libros, los ancianitos eran las personas más agradables dentro de la gran ciudad.
El sábado después de mi práctica de cuatro horas, fui al parque y empecé a buscar mi banca de siempre. Mi sorpresa fue ver a un chico sentando ahí, pero no era ninguno de mis dos chicos, era alguien cuyo rostro se me hacía familiar. Me acerqué y me senté a su lado, sacando de mi bolso mi libro de “Amores en tiempos de Cólera”. Sentía que el muchacho me miraba, pero lo ignoraba, no obstante, me hacía sentir muy incómoda.
- Hey… - dijo él chico y yo lo miré - ¿Tú eres… novia de Young Woon?
Me quedé sorprendida de que lo conociera. Cerré mi libro y lo miré, él me miraba de forma extraña. Entonces lo reconocí, era el compañero de Kangin, el que nos había sorprendido en el sofá.
- Sí
Contesté, guardando mi libro en mi bolso.
- Yo soy Zhou Mi, su compañero de departamento
Se presentó.
- Sí, te recuerdo
- ¿Desde hace cuanto que son novios?
Me preguntó el chico y yo lo miré con suspicacia.
- Desde hace dos años – contesté – Nos conocemos desde primaria, ambos somos del mismo pueblo
- Ya veo…
El chico puso mirada seria y se levantó de la banca. Lo miré sintiéndome muy confundida, entonces lo imité. Él me miró y comenzó a caminar, yo lo seguí.
- ¿Qué sucede?
Pregunté.
- No es una persona confiable – fue lo que me dijo, dejándome aún más – Lo lamento…
- ¿Por qué?
Pregunté.
- No soy el indicado para decírtelo
Fue lo único que me dijo, y se fue. Lo miré irse, sintiendo una presión en el pecho al no saber qué estaba pasando. Me di la vuelta y vi a alguien escabullirse con una cámara por entre los arbustos ¡¿Era un paparazi?!
Volví a casa y vi a Jin Kyong arreglándose para ir a almorzar con el príncipe. Yo iba a salir esa noche también, iría al cine con Kangin. Me metí en mi habitación y cerré la puerta con llave. Miré el reloj, eran las doce y media de la tarde, él llegaría en cualquier momento a buscarme. El timbre sonó y Jin salió volando, yo me cambié de ropa y al poco rato sonó de nuevo el timbre. Contesté el intercomunicador y salí del departamento.
- Hola
Me saludó él, yo le sonreí.
- Vámonos
Le pedí. Instintivamente miré a un costado y vi de nuevo a una persona con una cámara ¿Y ahora por qué me seguían? Llegamos al cine, pero como era muy temprano decidimos ir a comer. Entramos en un restaurante ¿Cuál fue mi sorpresa? Ahí también estaba el príncipe con  Jin teniendo un almuerzo común y corriente en un restaurante común y corriente. Él estaba riendo, pero su sonrisa se borró al verme entrar, con el brazo de Kangin alrededor de mis hombros. Él me llevó a una mesa, desde ahí yo lo podía ver a Hae y él podía verme a mí.
- Al parecer su alteza y su noviecita decidieron comer en un restaurante de la plebe
Se burló Kangin.
- Jin es plebeya
Le recordé, recibiendo el menú.
- Sí, toda ella menos su menta
Se volvió a burlar él y yo le di un golpe amistoso en la cabeza. Él rió y yo también.
- Me alegra que el rumor de que tú y él estaban juntos se haya terminado
- A mí también
Sonreí y entonces él se inclino sobre la mesa y me dio un beso. Escuché como algo se rompía, era el vaso del príncipe y un camarero recogiendo los pedazos mientras Hae se disculpaba. Él me miró y yo volví mi atención a mi novio. Este se burlaba del príncipe en silencio.
Después del almuerzo nos fuimos a al cine y vimos una película que la verdad no entendí. Salimos del cine y Kangin iba comentando todo lo alucinantemente extremo de la película, yo a penas lo escuchaba, realmente no me estaba divirtiendo. Ver a Donghae no había sido grato. Esperaba poder salir con mi novio y ver a Donghae y todavía divertirme, pero me había equivocado. Sun Hee tenía razón, no podía seguir con alguien si sentía algo por alguien más. Habíamos llegado al parque y Kangin me tomó de la mano, lo miré, él casi nunca hacía eso.
- ¿Alguna vez te dije la suerte que tengo por estar con una chica como tú?
Preguntó y yo lo miré con mucha confusión.
- No
Contesté.
- Pues te lo digo ahora
Me dijo, dándome un beso.
- ¿A qué se debe todo esto?
Le pregunté, apartándome un poco.
- ¿Por qué?
- Tú no eres así – contesté, él me miró sin entender – Has cambiado mucho… me alegra
- Gracias – él me abrazó – Te quiero mi princesa
- Yo igual
Contesté, abrazándolo también.
- ¿Quieres ir a mi departamento?
Me preguntó y toda la atmosfera se cayó. Con que eso era. Cuando Kangin quería sexo, se volvía un perrito que te movía el rabo. Yo negué con la cabeza y él me acercó más él.
- No
Contesté y él me besó.
- ¿En serio?
Me preguntó, besándome de nuevo, solo que de forma más apasionada.
- Sí, hablo en serio – le dije cuando mis labios estuvieron desocupados – Llévame a casa
- Aich… - bufó él – De acuerdo, vámonos
Llegué a mi casa y saqué mis patines. Subí en mi auto y conduje hacia la universidad, entré en la pista de hielo y ahí me quedé. Dieron las siete de la noche y decidí volver a casa. No había rastro de mi tía ni de mi prima, perfecto para poder estudiar tranquila.
Al día siguiente mi prima se lanzó sobre mí, despertándome con dolor. Ella rió y me dio su iPad. La miré sin entender.
- Míralo bobita
Me pidió. Tomé el aparato entre mis manos y vi un artículo de una revista. Se veían varias fotografías mías; una con Zhou Mi, y varias otras con Kangin. Leí el encabezado:

¿Estarán jugando con el corazón de nuestro príncipe?

- No entiendo…
Dije. Pues si hablaban del príncipe y de otra persona, entonces por qué Jin estaba tan feliz. Mi prima me hizo leer el artículo:

Desde hace tiempo se está especulando acerca de si esta jovencita de cabellos rubios es la “Ratona” que está atormentando al príncipe. El príncipe se vio a mediados de enero con el semblante lleno de tristeza, luego llegaron los polémicos tweets y por último fotografías de él con esta rubia. Los rumores aumentan acerca de la identidad de esta “Ratona” y todo apunta a que es esta rubia. Visitando la “Royal University of América” pudimos descubrir que ellos pertenecen al mismo “grupo” social, y almuerzan y estudian todos juntos. Algunos dicen que esta rubia es solo una amiga, que la famosa “Ratona” es otra persona, y que nadie nunca los vio en algo que demostrara que estuvieran saliendo. Sin embargo hay quienes afirman que se les ha visto juntos más veces de lo que se les ha visto en grupo y que siempre están… en situaciones un poco comprometedoras.
La mañana del sábado se pudo ver a esta rubia con un chico en el parque, luego en la tarde se le vio con otro chico para a continuación besarlo en varios lugares públicos (Ver imágenes) ¿Será que esta chica solo es una casa fortunas que quiere jugar con el corazón del príncipe? Le dejamos todo a su criterio queridos lectores.


Miré a Jin Kyong de nuevo, ella seguía sonriendo.
- ¿Te pone feliz un artículo que dice que soy una zorra?
Le pregunté y ella rió.
- No – contestó ella riendo – Me pone feliz un artículo que dice por fin te desvincula con él. Ahora el mundo entenderá que tú y él no son nada
- Aún sigue diciendo que soy una zorra
Recalqué y Jin tomó su iPad.
- Bueno… míralo por el lado amable
- ¿Cuál es ese?
Pregunté alzando una ceja, ella se mordió un labio.
- Que ahora podrás estar con Kangin sin problema alguno y ya no habrá gente observándote
Contestó ella sonriente.
- Ahora me observarán más, soy la perra que juega con su alteza
- Bueno… - Jin puso los ojos en blanco – Pero ya todo está bien para mí
Ella rió y se fue. Sí, todo iba a estar bien para ella, para mí no. Ya podía imaginarlo, tan pronto como llegara lunes, un reflector se iluminaria sobre mí.
A la mañana siguiente salí sin desayunar como tantas otras veces. Llegué a la universidad y noté, tal como había pensado, que todo el mundo me miraba. Quizá ese artículo en internet no era el único, era lo más probable, quizá se estaba difundiendo por todas las redes sociales mientras yo caminaba hacia la cafetería. Entré en la cafetería y de nuevo todo el mundo me miró, podía notar las miradas de enojo en los rostros de todas las chicas. Compré mi café y me fui a sentar con Sun Hee que tenía su desayuno de princesa.
- ¿Viste las noticias?
Me preguntó.
- ¿Sobre que soy una zorra caza fortunas?
Pregunté y ella asintió.
- Es horrible – dijo, comiendo lo que parecía ser pudín de chocolate – Deberías demandarlos
- No… no podría
- Esto es una estupidez…
Se quejó Sun. Yang y Kyu aparecieron, él como siempre me apretó las mejillas. Ambos también habían oído las noticias sobre cómo jugaba con el príncipe heredero, y compartían la opinión de Sun sobre demandarlos. Llegó la primera clase y en la mesa donde siempre me sentaba había un cartel que decía:

Para la zorra

Sun Hee lo quitó en seguida y lo lanzó al basurero. Yo me senté, intentando no sentirme afectada por aquello, pero era difícil. Donghae entró en el aula, un puñado de chicas se levantó y lo rodearon.
- Su alteza debe de sentirse muy mal
Dijo una, abrazándose a su brazo.
- No vamos a dejar que zorras se le acerquen
Una de las chicas me miró.
- Sentémonos juntos
Pidió otra. Él me miró y yo le devolví la mirada, se veía confundido. Él se fue a sentar con su séquito y entonces la clase comenzó. Las hora del almuerzo llegó y fue más o menos lo mismo, solo que un grupo de chicas no permitieron que Eunhyuk y el príncipe se sentaran con nosotros. Cuando llegó la hora del entrenamiento todo empeoró. Las chicas me empujaban y llamaban zorra en susurros, esto ocasionó que la práctica fuera horrible y la entrenadora me resondrara. Al volver a mi auto vi que tenía un cartel de:

Kim Min Jee es una zorra que le gusta que le den por todos lados y a cada rato

Quité el cartel de mi parabrisas y entré en mi auto. Llegué a casa y vi que mi tía había traído a sus amigas. Ellas me miraron como si yo fuera un bicho raro, de hecho me sentía como uno. Saludé con la mano y corrí hacia las escaleras.
- ¿Viste las noticias Mi Hi?
Le preguntó una de las mujeres a mi prima.
- No
Contestó mi tía, mirándome desde el primer piso, sabía que mentía.
- Hablan mucho sobre tu sobrina
Le comentó otra mujer.
- Dicen que es… un poco movida
- ¿En serio? – mi tía esbozó una sonrisa, luego miró a sus amigas con expresión de fingida preocupación – Debió salir a la madre
- No permitas que esa putita se meta con Jin Kyong, ella sí es una señorita
- Descuida Tian, no lo permitiré
Me encerré en mi habitación y me metí en el closet. Grité a todo lo que daban mis pulmones. Mi teléfono comenzó a sonar, vi que era Kangin, le colgué. Volví a mi habitación y comencé a estudiar. No debía de distraerme con temas tan estúpidos como ese, pero era un poco difícil.
Después de horas de estudio y de adelantar tareas, me puse el piyama y me recosté en mi cama. Mire el techo y suspire, mi vida era una novela. Mi teléfono sonó, era un mensaje de Donghae:

Dulces seños

Sonreí al leerlo. No podía evitarlo, pasara lo que pasara, estaba enamorada de él. Le contesté:

Tú también ten dulces sueños


Sonreí de nuevo y cerré mis ojos. Mañana seria otro día, tal vez más difícil que el de hoy, pero los soportaría, no iba a dejarme vencer. El sueño por fin llegó y yo me dejé llevar por Morfeo
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Lamento la demora, espero que les guste

jueves, 21 de agosto de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 17

Capítulo 17



- Hola…
Contesté con desgano.
- ¿Estás ocupada?
Me preguntó.
- No – mentí - ¿Por qué?
- ¿Quieres venir?
Miré a la entrenadora, la práctica iba a dar comienzo.
- Dentro de dos horas salgo
- Dijiste que no estabas ocupada
Dijo él.
- ¿No tienes trabajo?
Pregunté.
- Sí, y ya lo terminé – contestó él – Y no tengo clases más tarde
- Espérame dos horas entonces
Pedí.
- De acuerdo… - aceptó él con fastidio – Te espero – dijo – Ven sexy
- Adiós Kangin
Miré de nuevo al príncipe y mi corazón se estrujó. Kangin era mi novio desde hace dos años, tal vez no era perfecto, tal vez no me trataba como yo quisiera, pero por lo menos podía estar con él. Él conocía todo acerca de mí, y yo conocía todo acerca de él, me conocía muy bien. Yo no sabía nada de Donghae, absolutamente nada, yo no era Jin Kyong. Tal vez ella era la mejor opción para él, incluso mejor que una noble, ella lo comprendía realmente ¿Pero si no lo conocía, cómo es que llegué a quererlo tanto? Todo se resumía a esa típica frase “Del odio al amor solo hay un paso” aunque también podía usar la frase “Los polos opuestos se atraen” Era inevitable, había sido inevitable.
- ¡Señoritas! – llamó la entrenadora - ¡Comencemos! – volví a entrar en la pista – Dentro de poco será la competencia de universidades
Una buena sesión de ejercicios era lo ideal para poder despegar mi mente. Me sentía libre mientras volaba por los aires y aterrizaba sobre el patín, no sé cómo es que no me quise dedicar a esto y solo lo tomé como pasatiempo. Después de un discurso largo sobre cómo algunas debían de mejorar su técnica y como yo no debo de intentar dar más vueltas de las que puedo, la práctica terminó. Fui a las duchas y después de cinco minutos salí de las pistas, ahí estaba Hae esperándome, yo lo miré e intenté seguir mi camino, pero él me lo impidió.
- No te vayas…
Me pidió, sosteniéndome.
- Debo hacerlo… - le miré – No nos engañemos Hae…
- No me engaño
- Pero yo sí lo haría – él me miró con confusión – No soy la indicada para su alteza
Hice una reverencia y me alejé a paso rápido. El camino a casa de Kangin fue más rápido del que me hubiera gustado, no tuve tiempo de pensar en nada. Toqué el botón de intercomunicador entré en el edificio. Subí por el ascensor y llegué a su puerta, toqué la puerta y Kangin al instante me recibió con un húmedo beso lleno de deseo.

Tenía la cabeza apoyada en su pecho, su corazón latía con rapidez y yo me sentía a gusto. Él me acariciaba la espalda y yo pasaba mis dedos por su pecho desnudo, intentaba no sentirme rara, pero lo hacía. No quería a Kangin, ya no, no sé cómo pasó, pero aunque me sentía a gusto, ya no era lo mismo, y sin embargo me acababa de acostar con él.
- ¿Estás bien?
Me preguntó, yo lo miré.
- Simplemente estoy pensando
Contesté.
- ¿En qué?
Me alcé un poco y lo besé. Esperaba poder sentir las chispas en mi interior, pero no las sentí. De pronto sentí vergüenza de estar desnuda frente a él. Me senté en la cama y me coloqué la ropa interior y mi camiseta.
- ¿Te acuerdas lo que siempre decía cuando tenías tus momentos buenos?
Le pregunté y él me miró con una ceja alzada.
- Que… te gustaría vivir en una gran casa, con una mascota, un gran auto y mucho dinero
- Además de eso
Dije, mirándolo. Él frunció el entrecejo y me miró.
- No lo sé
Contestó y yo suspiré.
- Que me gustaría tener todo eso contigo
Kangin puso los ojos en blanco, eso me dolió.
- Eres muy joven para pensar eso
- Lo sé – miré mis manos – Simplemente…
- Tengo diecinueve – me dijo y yo lo miré – Tú tienes dieciocho, es muy… extraño que pienses así – me miró con una sonrisa burlona – Tengo… el trabajo de mis sueños, y la verdad es que no creí poder conseguirlo – él soltó una sonrisa – No puedo pensar en casas y cosas así, debo de pensar solo en mí
- ¿Jamás has pensado en un futuro juntos?
- ¡Por Dios, Min Jee! – gritó él y yo me estremecí - ¿Por qué estás pensando tanto acerca del futuro?
- Por nada… - mentí – Lo siento…
Kangin no dijo nada más. Yo me terminé de vestir y me fui, él solo me dio un beso de despedida. En lugar de volver a casas fui al parque, a sentarme en la misma banca donde me sentaba. Me puse a pensar en Kangin, en cómo lo nuestro no tenía futuro y como sin embargo no quería dejarlo. No lo haría porque era la opción segura, seguir con él a pesar de que no era lo mismo, era más seguro que aventurarme en un romance con el príncipe heredero. Prefería mil veces que Kangin me termine a tener que sufrir por estar con Donghae. Mi padre me llamaría cobarde, pero con tanto sufrimiento en los últimos meses, ya no quería más sufrimiento. Mi teléfono comenzó a sonar, era Jin.
- Hola
- ¿Dónde estás? – preguntó – Llega ya, mi mamá no está y saldré al cine con Donghae
- Oh… - sentí una presión en el pecho – Voy enseguida
Subí de nuevo en mi auto y llegué a mi edificio. Jin estaba colocándose sus aretes mientras salía a paso veloz del departamento. Tal vez este era mi destino, quedarme sola de por vida. Por un lado estaba que me había quedado huérfana y las personas con las que vivía me hacían saber a cada instante lo sola que estaba; luego tenía a un novio que no me quería y yo no quería, y que aún así no acabábamos, y por otra parte estaba el chico perfecto con el que tenía miedo de estar.
Tomé mis cosas y comencé a estudiar. Necesitaba tener la mente ocupada en otra cosa que no sea el príncipe y Kangin. Mi teléfono volvió a sonar y vi que era un mensaje de Sun Hee:

Mira la televisión, el canal de Espectáculos

Obedecí, y encendí el televisor. En el canal de espectáculos estaban hablando de la foto que se había filtrado en internet, donde el príncipe y yo sonreíamos sentados en una mesa de la cafetería. Alcé el volumen y me senté atenta.
- Y esta jovencita… - empezó a decir la anfitriona del programa – Ha estado habiendo especulaciones de que esta señorita podría ser la famosa “Ratona” – miré la pantalla totalmente aterrada  - ¿Ustedes qué creen?
- Pues él ha posteado en Twitter cosas muy interesantes en la última hora
Dijo el otro anfitrión.
- Sí, ahí están
En la pantalla aparecieron los tweet de Donghae:

A veces, tener mucho dinero,
una corona, un título nobiliario,
poder, el mundo en tu mano, no te da felicidad


Cuando uno quiere algo,
no debe de importarle lo que los demás digan,
uno debe de luchar por lo que quiere, y es justo lo que voy a hacer.


Me siento solo desde
 que un ratón de biblioteca me mordió en el pecho y huyó


- Debe de seguir muy deprimido por esta chica
- Tal vez “Ratona” sea una metáfora, o algo que lo entretiene, no una persona
Dijo tercer anfitrión.
- ¿Qué me dicen de su amiga Kim Jin Kyong? – preguntó la anfitriona – Hace poco se les vio entrar a un cine…
La televisión se apagó de pronto. Mi tía estaba parada sosteniendo el cable.



No había notado cuando apareció, y hubiera deseado que apareciera cuando no tuviera una noticia del príncipe en mi televisor. Ella me miraba de una forma extraña, parecía que estudiaba mi rostro, mi corazón, mi mente, mi alma. Avanzó, haciendo sonar los tacones, me miró y puso sus manos, con uñas largas, sobre mis hombros. Apretó un poco y yo hice una mueca de dolor.
- ¿Qué significa esto?
Preguntó lentamente, haciendo que me estremeciera.
- No… no lo sé
- ¡No mientas!
Gritó, dándome una bofetada.




- ¡En verdad no lo sé!
La miré aterrada, sosteniéndome la mejilla con una mano. Apreté los dientes para no llorar. Mi tía tenía una mirada de furia, parecía que sus ojos echaran fuego.
- Jin Kyong está con él ahora – me dijo, acercándose a mí de nuevo, yo empecé a retroceder – Ellos han estado juntos desde siempre ¿Lo sabes?
- S… sí…
Tartamudeé.
- No querrás verla infeliz ¿Verdad?
Mi tía me miró. Yo la miré también, sintiendo como la mejilla me palpitaba. No, por supuesto que no quería que ella sufriera, ella era precisamente una de las personas por las cuales no quería aceptar a Donghae. Mi tía me miró y sonrió de forma burlesca.
- N… no
Contesté con miedo.
- Querida… - susurró, acariciando mi cabello – Recuerda que solo eres una huérfana con suerte – mi tía tiró de un mechón de mi cabello y yo solté un grito de dolor – No encajas aquí
Entonces me lanzó al suelo.
- Eres mi única tía – lloré sin poder contenerme - ¿Cómo puedes decirme algo así?



- ¿Cómo es que se debe de tratar a la plebe? – me preguntó ella, mirándome de forma burlona – Mi hija será la reina y no permitiré que zorras como tú se interpongan entre ella y su amor verdadero
Mi tía se fue, cerrando mi puerta. Cerré con llave la puerta y, recostada en la puerta, me largué a llorar.



Solo veía dolor y sufrimiento en mi futuro, en mi vida ¿Es que jamás podría ser feliz? ¿Para esto fui adoptada por ellos? ¡Yo no tengo la culpa de que Donghae se haya enamorado de mí! Jin Kyong volvió de su cita con Donghae. Iba contando cómo los paparazis de nuevo la siguieron y tomaron fotos. Yo me dediqué ver el techo, ahora todo iba a ser más difícil.
La mañana siguiente no desayuné en casa, no quería encontrarme con mi tía. Llegué a la universidad y caminé hacia la cafetería con paso veloz. Todos me miraron cando entré, todos empezaron a murmurar cosas, sabía que era acerca del príncipe y yo. Compré mi café y salí de la cafetería. Llegué a la biblioteca y me senté en la primera mesa libre que encontré.
- ¿Es ella?
Murmuraba una chica a su compañero.
- Sí… creo – le contestó él chico - ¿Leíste el nuevo tweet del príncipe?
- No
Le contestó la chica.
- Dice… - escuché como el chico sacaba algo de su mochila – “Los días se ven cada vez más solitarios y desolados ¿Dónde quedó el “Feliz para siempre” que se ve en los cuentos de hada? Yo no quiero una cenicienta, yo quiero a la Ratona que le hizo el vestido”
- ¿No es romántico?
Preguntó la chica.
- Supongo… - dijo el chico – Mira, hay otro: “Grito desesperado dentro de cuatro paredes por el dolor e impotencia que siento al tener todo y nada a la vez ¿Dónde está mi corazón? ¿Dónde está mi alma?”
- ¿Podrían dejar de hablar? – les pedí y ellos me miraron – Algunos intentamos estudiar
- Creo que no somos discretos…
Rió la chica en murmullos.
- Creo que debe de sentirse abrumada de que todo el mundo la presione a estar con él
No aguanté más y, tomando mis cosas, me largué de ahí. Caminaba por los pasillos y sentía a las personas viéndome, todas murmuraban por los malditos tweets del príncipe. Doblé la esquina y choqué con alguien, tirando al suelo todos mis libros.
- Lo siento…
Dije, agachándome para recogerlos.
- Ratona…
Miré hacia arriba, era él. Me entregó uno de mis libros y me sonrió. Yo me di media vuelta y corrí lejos de él. Escuché como gritaba mi nombre, pero yo no lo escuché y seguí corriendo. Me metí en uno de los baños y comencé a llorar encerrada en un cubículo. Caminé lentamente a mi primera clase, deseaba tener una máscara cubriéndome. Llegué y me senté con Sun, quien al parecer había estado en la cafetería con Eunhyuk y por estar entretenida no me llamó.
- ¿Has visto las noticias? – me preguntó Sun Hee y yo asentí - ¿Estás bien?
Yo la miré y sonreí. No, no me encontraba bien, pero tampoco quería sentirme mal y menos que lo notaran, así que lo mejor era mentir y aparentar. Como mi tío dijo, soy buena mentirosa.
- Sí – dije – Hay que aceptarlo –  Sun me miró, había compasión en sus ojos, pero la compasión es una clase de lástima – Estoy bien con ello
- Min…
- En serio Sun… estoy bien
Le aseguré. Sun Hee la captó, asintió y se giró cuando la profesora ingresó. En el tiempo libre fui con Sun a las pistas de hielo, ella quería verme volar sobre hielo. Me calcé los patines y me liberé. Disfrutaba el momento, la sensación, solo con mis patines podía ser feliz, lo mismo sucedería con un buen libro y chocolate caliente, pero ahora solo tenía el hielo.
- Eres excelente
Me felicitó Sun Hee, arrojándome una botella de agua.
- No tanto, pero gracias
Sun rió y juntas salimos, ya iba a comenzar nuestra siguiente clase. Salimos se las pistas y vi al príncipe salir del aula de artes marciales, él me miró y siguió su camino. Sentí un pinchazo en el pecho, yo lo había hecho con él, pero que él lo hiciera conmigo dolía. Continué mi camino junto con Sun y llegamos a nuestra aula. Kyu llegó en ese momento, la primera clase no la habíamos tenido juntos, su radiante sonrisa me hizo sentir bien.
- Hola chicas
Nos saludó y entonces pellizcó mis mejillas.
- Hola Kyu
Saludé yo, pellizcando las suyas. La puerta se abrió y el príncipe entró. Solté la mejilla de Kyuhyun como acto reflejo, él solo nos vio y caminó hacia su asiento. Yo lo miré, él jugueteaba con su teléfono, entonces el mío empezó a sonar.

¿Cómo estás?


Apagué mi teléfono. No podía estar con él, no podía engañarme. Mi tía tenía razón, él y yo simplemente no pertenecíamos al mismo mundo, no iba a resultar. Por otra parte, la reacción de mi tía me había dejado totalmente asustada; las palabras de mi tío cobraron sentido y mi mejilla me escoció de nuevo. Mi tía me había golpeado, eso solo me llevaba a preguntarme: ¿De qué otra cosa sería ella capaz?
La clase terminó y junto a Kyu nos fuimos a la cafetería. Yang Mi apareció y nos dijo que había tenido la visión de que algo loco estaba a punto de ocurrir. Entonces un chico vestido de león, que era la mascota de la universidad, entró corriendo y se estrelló con un chico, que le derramó jugo a una chica y provocó que soltara su bandeja, que causó que una chica tropezara y lanzara el contenido del plato a la cabeza de Donghae. Todos lo miraron y luego miraron a la chica, esta hizo varias reverencias ante él, y hasta se arrodilló ante él. Todos mirábamos, expectantes de saber qué iba a hacer Donghae. Él se llevó una mano al cabello y luego olisqueó lo que le había caído encima; él miró a la chica y entonces la ayudó a levantarse, la miró y delante de ella se sacó la camiseta, dejando que todo el mundo (Más bien las chicas) viera sus músculos definidos. Tomó su camiseta y se la lanzó a la cara, al instante sus guardias le entregaron otra.
- Lavarás mi ropa – le dijo – Tú… – señaló a la chica que había soltado su bandeja – Lavarás mis zapatos – se quitó sus zapatos y se los lanzó, la chica tembló y los tomó – Tú… – señaló al chico del jugo – Dame tus zapatos – ordenó  y el muchacho obedeció al instante – Y tú… - Hae caminó hacia el león – Quiero que…
- Donghae… creo que ya fue suficiente amigo
Pidió Eunhyuk, quien había corrido hacia él.
- ¿Quieres ser tú el castigado?
Preguntó Donghae, mirándolo de forma desafiante.
- Puede que seas el príncipe, pero estás burlándote de los demás actuando así
- Tú mismo lo has dicho, soy el príncipe, puedo hacer lo que me plazca
- Estás actuando como un idiota
Dijo Eunhyuk, parándose delante de él, era unos centímetros más alto que Hae.
- Aquí él único idiota eres tú
Hae tomó el cuello de la camiseta de Eunhyuk y todos ahogaron un grito.
- ¡No voy a pelear contigo amigo! – gritó Eunhyuk - ¡Solo cálmate y conversemos!
- ¡No necesito tu ayuda!
Gritó Hae y le dio un puñetazo en el abdomen. Entonces ambos amigos comenzaron a golpearse. Miré a Sun Hee y esta se levantó al instante, yo la imité. Corrimos hacia la escena y vimos como Hae golpeaba una y otra vez a Eunhyuk, este último no ponía resistencia alguna ¿Qué demonios sucedía?
- ¡Sé que estás molesto! – gritó él mientras Hae le pegaba una patada en el abdomen - ¡Pero esta no es la forma en la que te debas de desquitar!
- ¡Cállate! - gritó Hae, pegándole otro puñetazo – ¡Tú no sabes nada!
Las palabras de Eunhyuk hicieron eco en mi cabeza ¿La razón de su mala actitud de hoy era por mi culpa? Miré al chico de cabello castaño, él yacía en el suelo con un labio partido y expresión de dolor intenso. Donghae en cambio se veía furioso, iracundo. Apreté los puños ¿Por qué todo el mundo salía dañado con esto?
- ¡Ya detente!
Gritó Sun y Hae se detuvo. La miró y luego me miró a mí, entonces su postura se relajó. Miré a Eunhyuk y sentí una presión en el pecho. Sun lo ayudó a levantarse, Kyuhyun la ayudó, y juntos salieron de la cafetería. Todos dejaron de mirar al príncipe, solo veían a Sun con Eunhyuk siendo arrastrado. Miré de nuevo al príncipe, este miraba el suelo y tenía los puños cerrados con tanta fuerza que los nudillos se le habían puesto blancos. Entonces salió a paso veloz de la cafetería, yo lo seguí.
- ¡Ey! – grité y él no se detuvo - ¡Ey! – volví a gritar - ¡Hae!
- ¡¿Qué quieres?! – me gritó - ¡Eres la última persona con la quiero hablar en este momento!
Esas palabras me dolieron, eran como cuchillos directos al corazón.
- Lo que le hiciste a Hyuk…
- ¡Te dije que no quiero hablar contigo!
Me gritó.
- ¡No me levantes la voz, estoy tratando de ser educada contigo!
- ¡Pues métete tu educación por donde te quepa! – gritó aún más alto – Mejor vete Min Jee, no quiero decirte algo de lo que después me pueda arrepentir
- No me iré – le dije y él me miró - ¿Por qué estás tan… enojado?
- ¿Eres tan cínica de preguntar eso?
Miré el suelo.
- Hae… entiende que…
- Puedo entenderlo, pero no esperes que me sienta feliz con esa decisión – asentí y volví a mirar al suelo - ¿A ti te duele tanto como a mí?
- Hae…
- Responde…
Me ordenó, mirándome fijamente.
- Sí
Lo miré a los ojo, ellos me miraban con un cierto brillo.
- No me gusta sentirme así
- Lo siento…
- Seguiré intentando – me dijo él y yo lo miré sin entender – Seguiré intentándolo, luchando, hasta que me aceptes
- Hae…
- Te lo dije – me interrumpió él – No me importa lo que los demás digan, yo solo te amo a ti
- Pero no vamos a poder, no lo lograrás
- Claro que sí – me tomó de los hombros y me miró a los ojos, no me importaba que los demás nos vieran – Lucharé contra todo, incluso contra ti – lo miré, sus ojos se veían esperanzados – Te haré entender que aunque no sea fácil, podré hacerte feliz
- Quiero ser feliz, pero no quiero más sufrimiento
- Yo te puedo hacer feliz – fue acercando su rostro al mío – Y tú me haces muy feliz a mí con tan solo estar aquí
- Detente… - le pedí – Aunque podamos, no puedo…
Recordé a mi tía, las palabras de advertencia de mi tío, y entonces sentí miedo. Miré a Donghae, él me soltó y retrocedió un paso. Me miró fijamente, había tristeza de nuevo.
- ¿Por qué no?
Me preguntó.
- Tengo miedo
No sabía de lo que mi tía podía ser capaz, pero no quería averiguarlo. Otra vez me imaginé a mi padre diciéndome que era una cobarde, pero lo ignoré, era una cobarde timorata, pero era cuestión de supervivencia. Hae soltó un suspiro y asintió.
- Para ser feliz, hay que sufrir – me dijo, tomando mis hombros de nuevo – Sé que sufres, pero es parte del camino hacia la felicidad anhelada
- No entenderías – le dije – Solo… encuentra a alguien más
- No quiero a nadie más
- Pues no seré yo – sentencié – Lo lamento Donghae…
Me alcé sobre la punta de los dedos de los pies y le di un beso en la mejilla. Luego me di media vuelta para poder ir a la pista de hielo de nuevo.
- ¡No tengas miedo! - gritó y me volteé a verlo - ¿Dónde quedó la Min Jee que no temía ser castigada por ofender a su alteza?
Miré el suelo ¿Dónde estaba ella? Jamás había sido cobarde, jamás había retrocedido ante nada, jamás, por más alto que fuese el muro, me rendía ¿Qué me sucedía entonces? Pero la respuesta llegó rápidamente, y la imagen dantesca de mi tía volvió. Mi tía era, definitivamente, un muro muy alto y lleno de trampas.
Donghae me miraba, no sé cuánto tiempo habré estado parada en el pasillo mirándolo, así que me di la vuelta y corrí hacia la biblioteca. Estudié, intentando apartar mi mente de cosas como mi tía y el príncipe, al fin y al cabo, yo estaba en la universidad para estudiar no para meterme en dramas. Cerré mis libros y llamé a Sun, ella seguía en la enfermería con Hyuk. Llegué y vi a todos mis amigos rodeando al amigo del príncipe.
- ¿Estás bien?
Le pregunté al muchacho.
- Sí – contestó él sonriente – No es nada
- ¿No es nada? – preguntó Sun con histeria - ¡Ese animal te pudo haber matado!



- Pero no lo hizo
Intervino Kyu y Sun lo fulminó con la mirada.
- Lo que no entiendo es cómo no estás enojado con su alteza
Dijo Yang y yo la miré, ella tenía un buen punto.
- Porque soy su único amigo, y él es el mío – contestó Eunhyuk y sentí un nudo en el pecho – No le gusta estar solo, ni siquiera le gusta comer solo, o incluso ir al baño solo – rió – Cuando ustedes no están yo estoy ahí para él, sabía que estaba enojado, y la única forma de bajarse el enojo que él conoce es…
- Tú no eres rompible
Protestó Sun Hee y él rió.
- Solo descargaba su ira de la única forma que él conoce
- Es un idiota – hablé y todos me miraron – Si eres su amigo, no debió tratarte así
- Está bien Min Jee…  - Hyuk me miró – Es mejor a mí que alguno de ustedes, o algún pobre desconocido
- Santa nobleza – bufé yo – En verdad eres buen amigo Hyuk
- Me le han dicho muchas veces
Dijo él sonriente.
- Eres noble pero poco humilde
Se burló Sun Hee y le dio un beso en la mejilla. Diez minutos después corrí hacia las pistas para mi práctica. Empezamos con las coreografías, las competencias ya iban a empezar. Salí totalmente exhausta y vi a Hae ahí parado, cargando un bolso de deporte.
- Hola…
Me saludó.
- ¿Estás acosándome?
Le pregunté sin detener el paso, él me siguió.
- Hago taekwondo – me contestó – Pensé que… sería preferible golpear cosas inertes a personas… o romper mis propias cosas
- ¿Ya viste a Eunhyuk? – le pregunté – Está hecho mierda
- Lo siento
- Conmigo no te disculpes, discúlpate con él
- Por lo menos me estás hablando
Hae sonrió.
- Solo puedo hacer esto, hablar – sentí su mirada en mí, yo tenía la mía fija en la salida del complejo – No más miradas, ni mensajes, ni discusiones en medio del pasillo ni nada de eso
- Entiendo… - entonces lo miré ¿Qué significaban esas palabras para mí? – Normalmente consigo lo que quiero – él soltó una risa – Pero desde hace dos meses estoy intentando conseguir algo y me frustra no tenerlo
- No soy una posesión
- Lo sé – dijo él, apresurando el paso – Pero igual es frustrante ser rechazado – rió – Jamás pensé que la primera vez que me enamoraría sería también la primera vez que me rechazarían – me miró, nos habíamos quedado quietos, maldición – Al menos… al menos hay…
- ¿Qué ser amigos? -  pregunté y él asintió, se veía triste, así debía de verse mi rostro también – Pues bien… – sonreí y él me miró, yo le extendí la mano – Hasta pronto…
Él estrechó mi mano con la suya. Sentí una pequeña electricidad recorrer mi cuerpo, entonces miré sus rasgados ojos cafés, él lo había sentido también. Solté su mano y seguí mi camino hacia el estacionamiento, él se fue a la residencial estudiantil. Me subí en mi auto y partí hacia el parque, no podía regresar a mi casa, necesitaba pensar.

lunes, 18 de agosto de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 16

Capítulo 16




Vi a Hae correr hacia el estacionamiento cuando puse en marcha el auto con Kangin adentro. Las manos me temblaban y lo menos que quería era un accidente. Llegamos a su departamento y él se bajó, abriéndome la puerta.
- ¿Quieres pasar?                                            
Me preguntó y yo negué.
- Tengo mucho que estudiar, y ahora tendré que acomodar mi horario de estudio junto a las prácticas
- Pues entonces hay que aprovechar este momento libre – Kangin volvió a besarme, yo no le correspondí, él descendió a mi cuello - ¿No lo crees?
- No… - dije, empujándolo con delicadeza – En serio tengo que…
- Está bien – dijo él con fastidio – Siempre es lo mismo contigo
- ¿Qué me dices de ti? – pregunté – Tienes trabajo y estudio ¿Qué hacías en mi universidad de todas forma?
- Quería ver a mi novia que nunca tiene tiempo para mí
- Estudio, no puedo darme el lujo de reprobar materias – le recordé – Yo no tengo padres que me lo permiten
- De acuerdo, eres un fastidio, lo entiendo
- Lo siento Kangin…
Él no dijo nada más. Le di un beso en la mejilla y volví a mi auto. Llegué a casa y Jin me esperaba con una gran sonrisa.
- Mi papá y yo te tenemos una sorpresa
Me dijo, tapándome los ojos con su pañoleta. Me guió hasta mi habitación y me dejó ver. En mi cama había un lindo vestido azul con diamantes de fantasía, era un vestido de patinadora, y un nuevo par de patines.
- ¡Wow! – exclamé – Gracias
- En tu closet hay más de estos, los escogí yo – me dijo Jin sonriente – Pero como este es azul, supuse que te gustaría ver este primero
- Gracias
Volví a decir y mi tío sonrió.
- ¿Ingresaste?
- Sí, obvio
Le contesté y él sonrió.
- Hablé con tu tía, y llegamos al acuerdo de que podías quedarte hasta tarde en la pista de hielo
- Eso… suena genial
No sabía que decir al respecto, así que me limité a sonreír.
- ¡Jin Kyong, tienes que vestirte!
Se escuchó la voz de mi tía desde alguna parte de la casa.
- ¡Ya estoy vestida!
Gritó Jin.
- Jin saldrá con el príncipe – me informó mi tío – Irán a cenar
- Sí, me sorprendió su llamada
- Eso… suena genial
Volví a repetir, aunque esto no sonaba para nada genial. Mi prima dejó mi habitación y yo guardé todo lo nuevo en mi closet con ayuda de mi tío. El timbre sonó y Jin gritó un “Adiós” y salió del departamento.
- ¡Iré a la reunión de vecinas!
Informó mi tía, yéndose también.
- ¿Estás bien?

Preguntó mi tío y yo negué, sentándome en la cama. Él se sentó a mi lado y me abrazó fuertemente, yo lloré. Todo era tan injusto ¿Por qué simplemente no podía ser feliz?




- ¿Por qué demonios me enamoré de él?
Me pregunté llorando.
- Así es la vida
Me dijo mi tío. Él me trajo un té y yo me calmé lo suficiente como para poder empezar a estudiar. Después de varias horas Jin volvió, ella ingreso a mi habitación y me dejó caer dos bolsas.
- Uno es una blusa y el otro es un par de zapatos que Donghae eligió
Me dijo y yo los miré. La blusa era el típico estilo de Jin, tela suave y color pastel, como sacado de una revista de moda. Los zapatos eran bonitos, eran unas simples zapatillas, pero en los cordones había un dije de la ratona Minnie.
- ¿Por qué eligió unos zapatos de Minnie Mouse?
- No sé – contesto – Me dijo que últimamente le gustaban los ratones, y que esperaba que lo encontraras bonito
- Ah ya
Dije. Me había asustado la idea de que él supiera que Jin era mi prima. Si lo supiera, podría complicar las cosas en mi casa, mi tía me daba miedo y Jin jamás me lo perdonaría.
- Me divertí mucho con Donghae – dijo ella, recostándose en mi cama – Dijo que era la persona con la que él siempre iba a querer pasar un rato cuando más lo necesita
Me sentí mal al oír eso. Mi prima creía que era una declaración de amor, pero yo sabía que significaba. Lo que había pasado en la cafetería lo había afectado, así que necesitaba a un amigo para que lo calme.
- Eso suena lindo – dije, mordiéndome la lengua – Me alegro por ti
- Lo malo fue cuando apareció su amigo ese, Lee Eunhyuk
Jin hizo un puchero y se cruzó de brazos.
- Bueno, es joven y libre, puede hacer los amigos que le plazca
- Supongo…
Dijo ella. Conversamos unos diez minutos más y luego ella se fue para poder dejarme estudiar. Yo leía y por momentos mi mente se iba hacia un chico de ojos cafés y cabello castaño, con sonrisa tierna y, para mi desgracia, una corona. Sentí que las lágrimas volvían a mis ojos y sentí el nudo en la garganta. Mi teléfono comenzó a sonar, era un mensaje de él:

Voy a luchar por lo que quiero,
 y lo que quiero eres tú. No me importa nada más.


Borré el mensaje. No iba a ser posible, él lo sabía ¿Por qué insistía? Solo nos haríamos daño. Dejé mis cosas desparramadas por el escritorio y me puse el piyama para poder dormir. Necesitaba paz, mi vida se había vuelto totalmente negra.
La mañana siguiente me desperté con desgano. Metí mis cosas en mi bolso y en otro bolso metí mis patines y mi ropa. Salí del departamento y me subí a mi auto. Llegué a la universidad y caminé a la cafetería; noté que muchas personas me miraban, pero no le di importancia. Compré un café y mi sorpresa fue que era como el del día anterior, algo especial. Me senté y esperé a que llegara Jin con Yang, o Kyuhyun si quiera. Las dos primeras aparecieron y corrieron hacia mí con una tablet.
- Tienes que ver esto
Me dijo Yang Mi, sentándose a mi lado y tomando un sorbo de mi café. Jin Kyong me dio la tablet y casi me atragantó. Éramos Hae y yo en la cafetería, una fotografía del día anterior, y un gran encabezado:

¿Será ella la ratona?


Miré a todo el mundo y me di cuenta de que todo el mundo me miraba a mí. Temblé, esto no lo debía de ver Jin Kyong ni mi tía. Kyuhyun apareció y traía las mismas noticias, solo que él no sabía la historia completa. Lo negué todo y él solo asentía, no confiaba lo suficiente en él como para contarle que estaba metida en una novela romántica con el príncipe, heredero de la corona americana.
Nos despedimos de Yang y caminamos hacia nuestra primera clase. Me sentía muy ansiosa, había mucha gente que me miraba y no eran miradas agradables. Entonces lo vi entrar y al instante me paré para poder hablar con él, pero un par de chicas se me interpusieron.
- La realeza solo sale con la realeza
Me dijo una que tenía el cabello rojo y algo maltratado.
- Yo te recomiendo ir a la madriguera de donde saliste
Volví a sentarme y miré hacia la pizarra. Mi teléfono vibró, era un mensaje de Hae:


¿Quieres almorzar conmigo?
Entenderé si no quieres


Yo no le contesté. No quería que más de estas cosas salieran a la luz. Las palabras de mi tío volvieron a mi mente y me estremecí ¿De qué cosas sería capaz mi tía con tal de ver a Jin Kyong siendo feliz?
La clase terminó y Hae me esperó fuera del salón de clases. Yo no quise verlo, él no me siguió, eso me alivió. Después de almorzar decidí ir a la pista de hielo, faltaban dos horas para la primera práctica, pero quería estar en el hielo. Me conecté los audífonos y comencé a patinar, la sensación de libertad me llenó de nuevo, pero entonces las imágenes de los ojos de todo sobre mí y una dantesca imagen de mi tía aparecieron, caí bruscamente.
- ¿Estás bien?
Preguntó la voz que no quería escuchar.
- ¿Qué haces aquí?
Le pregunté, patinando lejos de él.
- Vine a buscarte, no has almorzado
Dijo él, siguiéndome, no me había dado cuenta de que también llevaba patines.
- ¿Qué más da?
Contesté, escapando de él.
- Mucho – dijo él, poniéndose delante de mí – Podrías enfermar, recuerda la última vez…
- Eso no es de tu incumbencia
Le dije, huyendo de él; pero él me tomó de las manos y yo me zafé, parecía que estuviéramos bailando mientras patinábamos.
- ¿Por qué actúas así?
- ¿Así, cómo?
Pregunté.
- Huyes de mí
- Pues claro que huyo – contesté – Es mejor así, tú por ahí, yo aquí, por separado, así debió ser siempre
- Te dije que lucharía por ti
- ¿Cómo? – pregunté, dando un salto, y patinando lejos de él – No será bien visto
- Me importa una mierda si es bien visto o no – dijo él, patinando hacia mí y tomándome de la cintura – Yo solo quiero estar contigo
- No puedes renunciar a tu título
Le dije, deteniéndome, él se tambaleó y cayó al suelo, yo me senté a su lado.
- ¿Y si fuera la única forma para estar contigo?
Me preguntó y yo lo miré.
- Pues tendría que dejarte ir – contesté, sintiendo una presión en el pecho – Porque serás un gran rey y no quiero privar a Corea de ver eso
- Es la primera vez que me dices que seré un gran rey
Hae sonrió y yo solté una risita.
- Pues… tenías razón, iba a cambiar de opinión
Él sonrió aún más, luego se recostó en el hielo.
- Me alegra saber eso
- Por eso no puedes renunciar, no por mí
Él me miró, se veía triste.
- Pero…
- Las novias van y vienen – le dije – Tu título como heredero no
- Min Jee… – él tomó mi mano y la puso sobre su corazón - ¿Sientes esto? – me preguntó – Es mi corazón, solo late por ti. Cuando no estás, late rápido por la ansiedad que siento; cuando te veo, se detiene al ver lo bonita que estás; y cuando estás conmigo, late lentamente para que no actúe como idiota – reí al oír eso – Solo quiero estar contigo y con nadie más
- Pero…
- Al diablo todo – me dijo – No me importa lo que mi familia o el parlamento digan, yo quiero estar contigo, por siempre
- Hae…
- Mi amiga Jin Kyong me dijo… - sentí una piedra caer en mi el estómago al oír ese nombre – Que tenía que luchar por lo que quiero, y voy a luchar por lo que quiero Min ¿Entiendes? – lo miré y asentí – Ellos tendrán que adaptarse a mi decisión, eres la primera persona de la que me enamoro y no te voy a dejar escapar
- Hae…
Antes de que pudiera decir algo más, él me besó.



Yo le devolví el beso, no podía evitarlo, estaba perdidamente enamorada de él. La lucidez volvió y me aparté de él, lo miré, se veía herido, yo me sentía rota por dentro. Negué con la cabeza y él solo me miró.
- Lo siento
Me dijo y yo patiné fuera de la pista. Me cambie los patines por las zapatillas y me dispuse a salir de ahí, pero la entrenadora apareció. Mis compañeras de equipo entraron y al instante se amontonaron alrededor del príncipe y este se empezó a tomar fotografías con ellas. Yo lo miraba, recibiendo toda esa atención, saber que jamás podría estar con él ni siquiera de la forma en la que ellas estaban, eso dolía en lo más profundo de mi corazón. Él me miró y yo aparté la mirada, no quería tenerlo cerca, no quería sabiendo que todo estaba en mi contra. Mi teléfono entonces comenzó a sonar, era Kangin.

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Bueno, hasta aquí el capítulo :P Espero que les haya gustado. Quiero decirles algo; no sé si lo he dicho antes, pero WTF! Soy una princesa! era originalmente una historia original que escribí y una amiga (A la que le confié la lectura de mi novela) me dijo que lo convirtiera en un fanfic, pues me encantan los fanfics; así que si encuentran otros nombres es porque a veces se me escapan a la hora de editarlos uu' LO SIENTO!!!!!!!!!!!!!!!!