Capítulo 16
Vi a Hae correr hacia el estacionamiento cuando puse en
marcha el auto con Kangin adentro. Las manos me temblaban y lo menos que quería
era un accidente. Llegamos a su departamento y él se bajó, abriéndome la
puerta.
- ¿Quieres
pasar?
Me preguntó y yo negué.
- Tengo mucho que estudiar, y
ahora tendré que acomodar mi horario de estudio junto a las prácticas
- Pues entonces hay que
aprovechar este momento libre – Kangin volvió a besarme, yo no le correspondí,
él descendió a mi cuello - ¿No lo crees?
- No… - dije, empujándolo con
delicadeza – En serio tengo que…
- Está bien – dijo él con
fastidio – Siempre es lo mismo contigo
- ¿Qué me dices de ti? – pregunté
– Tienes trabajo y estudio ¿Qué hacías en mi universidad de todas forma?
- Quería ver a mi novia que nunca
tiene tiempo para mí
- Estudio, no puedo darme el lujo
de reprobar materias – le recordé – Yo no tengo padres que me lo permiten
- De acuerdo, eres un fastidio,
lo entiendo
- Lo siento Kangin…
Él no dijo nada más. Le di un beso en la mejilla y volví a
mi auto. Llegué a casa y Jin me esperaba con una gran sonrisa.
- Mi papá y yo te tenemos una
sorpresa
Me dijo, tapándome los ojos con su pañoleta. Me guió hasta
mi habitación y me dejó ver. En mi cama había un lindo vestido azul con
diamantes de fantasía, era un vestido de patinadora, y un nuevo par de patines.
- ¡Wow! – exclamé – Gracias
- En tu closet hay más de estos,
los escogí yo – me dijo Jin sonriente – Pero como este es azul, supuse que te
gustaría ver este primero
- Gracias
Volví a decir y mi tío sonrió.
- ¿Ingresaste?
- Sí, obvio
Le contesté y él sonrió.
- Hablé con tu tía, y llegamos al
acuerdo de que podías quedarte hasta tarde en la pista de hielo
- Eso… suena genial
No sabía que decir al respecto, así que me limité a sonreír.
- ¡Jin Kyong, tienes que vestirte!
Se escuchó la voz de mi tía desde alguna parte de la casa.
- ¡Ya estoy vestida!
Gritó Jin.
- Jin saldrá con el príncipe – me
informó mi tío – Irán a cenar
- Sí, me sorprendió su llamada
- Eso… suena genial
Volví a repetir, aunque esto no sonaba para nada genial. Mi
prima dejó mi habitación y yo guardé todo lo nuevo en mi closet con ayuda de mi
tío. El timbre sonó y Jin gritó un “Adiós”
y salió del departamento.
- ¡Iré a la reunión de vecinas!
Informó mi tía, yéndose también.
- ¿Estás bien?
Preguntó mi tío y yo negué, sentándome en la cama. Él se
sentó a mi lado y me abrazó fuertemente, yo lloré. Todo era tan injusto ¿Por
qué simplemente no podía ser feliz?
- ¿Por qué demonios me enamoré de
él?
Me pregunté llorando.
- Así es la vida
Me dijo mi tío. Él me trajo un té y yo me calmé lo
suficiente como para poder empezar a estudiar. Después de varias horas Jin
volvió, ella ingreso a mi habitación y me dejó caer dos bolsas.
- Uno es una blusa y el otro es un
par de zapatos que Donghae eligió
Me dijo y yo los miré. La blusa era el típico estilo de Jin,
tela suave y color pastel, como sacado de una revista de moda. Los zapatos eran
bonitos, eran unas simples zapatillas, pero en los cordones había un dije de la
ratona Minnie.
- ¿Por qué eligió unos zapatos de
Minnie Mouse?
- No sé – contesto – Me dijo que
últimamente le gustaban los ratones, y que esperaba que lo encontraras bonito
- Ah ya
Dije. Me había asustado la idea de que él supiera que Jin
era mi prima. Si lo supiera, podría complicar las cosas en mi casa, mi tía me
daba miedo y Jin jamás me lo perdonaría.
- Me divertí mucho con Donghae –
dijo ella, recostándose en mi cama – Dijo que era la persona con la que él
siempre iba a querer pasar un rato cuando más lo necesita
Me sentí mal al oír eso. Mi prima creía que era una
declaración de amor, pero yo sabía que significaba. Lo que había pasado en la
cafetería lo había afectado, así que necesitaba a un amigo para que lo calme.
- Eso suena lindo – dije,
mordiéndome la lengua – Me alegro por ti
- Lo malo fue cuando apareció su
amigo ese, Lee Eunhyuk
Jin hizo un puchero y se cruzó de brazos.
- Bueno, es joven y libre, puede
hacer los amigos que le plazca
- Supongo…
Dijo ella. Conversamos unos diez minutos más y luego ella se
fue para poder dejarme estudiar. Yo leía y por momentos mi mente se iba hacia
un chico de ojos cafés y cabello castaño, con sonrisa tierna y, para mi
desgracia, una corona. Sentí que las lágrimas volvían a mis ojos y sentí el
nudo en la garganta. Mi teléfono comenzó a sonar, era un mensaje de él:
Voy a luchar por lo que
quiero,
y lo que quiero eres tú. No me importa nada
más.
Borré el mensaje. No iba a ser posible, él lo sabía ¿Por qué
insistía? Solo nos haríamos daño. Dejé mis cosas desparramadas por el
escritorio y me puse el piyama para poder dormir. Necesitaba paz, mi vida se
había vuelto totalmente negra.
La mañana siguiente me desperté con desgano. Metí mis cosas
en mi bolso y en otro bolso metí mis patines y mi ropa. Salí del departamento y
me subí a mi auto. Llegué a la universidad y caminé a la cafetería; noté que
muchas personas me miraban, pero no le di importancia. Compré un café y mi
sorpresa fue que era como el del día anterior, algo especial. Me senté y esperé
a que llegara Jin con Yang, o Kyuhyun si quiera. Las dos primeras aparecieron y
corrieron hacia mí con una tablet.
- Tienes que ver esto
Me dijo Yang Mi, sentándose a mi lado y tomando un sorbo de
mi café. Jin Kyong me dio la tablet y casi me atragantó. Éramos Hae y yo en la
cafetería, una fotografía del día anterior, y un gran encabezado:
¿Será ella la ratona?
Miré a todo el mundo y me di cuenta de que todo el mundo me
miraba a mí. Temblé, esto no lo debía de ver Jin Kyong ni mi tía. Kyuhyun
apareció y traía las mismas noticias, solo que él no sabía la historia
completa. Lo negué todo y él solo asentía, no confiaba lo suficiente en él como
para contarle que estaba metida en una novela romántica con el príncipe,
heredero de la corona americana.
Nos despedimos de Yang y caminamos hacia nuestra primera
clase. Me sentía muy ansiosa, había mucha gente que me miraba y no eran miradas
agradables. Entonces lo vi entrar y al instante me paré para poder hablar con
él, pero un par de chicas se me interpusieron.
- La realeza solo sale con la
realeza
Me dijo una que tenía el cabello rojo y algo maltratado.
- Yo te recomiendo ir a la
madriguera de donde saliste
Volví a sentarme y miré hacia la pizarra. Mi teléfono vibró,
era un mensaje de Hae:
¿Quieres almorzar conmigo?
Entenderé si no quieres
Yo no le contesté. No quería que más de estas cosas salieran
a la luz. Las palabras de mi tío volvieron a mi mente y me estremecí ¿De qué
cosas sería capaz mi tía con tal de ver a Jin Kyong siendo feliz?
La clase terminó y Hae me esperó fuera del salón de clases.
Yo no quise verlo, él no me siguió, eso me alivió. Después de almorzar decidí
ir a la pista de hielo, faltaban dos horas para la primera práctica, pero
quería estar en el hielo. Me conecté los audífonos y comencé a patinar, la
sensación de libertad me llenó de nuevo, pero entonces las imágenes de los ojos
de todo sobre mí y una dantesca imagen de mi tía aparecieron, caí bruscamente.
- ¿Estás bien?
Preguntó la voz que no quería escuchar.
- ¿Qué haces aquí?
Le pregunté, patinando lejos de él.
- Vine a buscarte, no has
almorzado
Dijo él, siguiéndome, no me había dado cuenta de que también
llevaba patines.
- ¿Qué más da?
Contesté, escapando de él.
- Mucho – dijo él, poniéndose
delante de mí – Podrías enfermar, recuerda la última vez…
- Eso no es de tu incumbencia
Le dije, huyendo de él; pero él me tomó de las manos y yo me
zafé, parecía que estuviéramos bailando mientras patinábamos.
- ¿Por qué actúas así?
- ¿Así, cómo?
Pregunté.
- Huyes de mí
- Pues claro que huyo – contesté –
Es mejor así, tú por ahí, yo aquí, por separado, así debió ser siempre
- Te dije que lucharía por ti
- ¿Cómo? – pregunté, dando un
salto, y patinando lejos de él – No será bien visto
- Me importa una mierda si es bien
visto o no – dijo él, patinando hacia mí y tomándome de la cintura – Yo solo
quiero estar contigo
- No puedes renunciar a tu título
Le dije, deteniéndome, él se tambaleó y cayó al suelo, yo me
senté a su lado.
- ¿Y si fuera la única forma para
estar contigo?
Me preguntó y yo lo miré.
- Pues tendría que dejarte ir –
contesté, sintiendo una presión en el pecho – Porque serás un gran rey y no
quiero privar a Corea de ver eso
- Es la primera vez que me dices
que seré un gran rey
Hae sonrió y yo solté una risita.
- Pues… tenías razón, iba a
cambiar de opinión
Él sonrió aún más, luego se recostó en el hielo.
- Me alegra saber eso
- Por eso no puedes renunciar, no
por mí
Él me miró, se veía triste.
- Pero…
- Las novias van y vienen – le
dije – Tu título como heredero no
- Min Jee… – él tomó mi mano y la
puso sobre su corazón - ¿Sientes esto? – me preguntó – Es mi corazón, solo late
por ti. Cuando no estás, late rápido por la ansiedad que siento; cuando te veo,
se detiene al ver lo bonita que estás; y cuando estás conmigo, late lentamente
para que no actúe como idiota – reí al oír eso – Solo quiero estar contigo y
con nadie más
- Pero…
- Al diablo todo – me dijo – No me
importa lo que mi familia o el parlamento digan, yo quiero estar contigo, por
siempre
- Hae…
- Mi amiga Jin Kyong me dijo… -
sentí una piedra caer en mi el estómago al oír ese nombre – Que tenía que
luchar por lo que quiero, y voy a luchar por lo que quiero Min ¿Entiendes? – lo
miré y asentí – Ellos tendrán que adaptarse a mi decisión, eres la primera
persona de la que me enamoro y no te voy a dejar escapar
- Hae…
Antes de
que pudiera decir algo más, él me besó.
Yo le devolví el beso, no podía evitarlo, estaba perdidamente
enamorada de él. La lucidez volvió y me aparté de él, lo miré, se veía herido,
yo me sentía rota por dentro. Negué con la cabeza y él solo me miró.
- Lo siento
Me dijo y
yo patiné fuera de la pista. Me cambie los patines por las zapatillas y me dispuse
a salir de ahí, pero la entrenadora apareció. Mis compañeras de equipo entraron
y al instante se amontonaron alrededor del príncipe y este se empezó a tomar
fotografías con ellas. Yo lo miraba, recibiendo toda esa atención, saber que
jamás podría estar con él ni siquiera de la forma en la que ellas estaban, eso
dolía en lo más profundo de mi corazón. Él me miró y yo aparté la mirada, no
quería tenerlo cerca, no quería sabiendo que todo estaba en mi contra. Mi
teléfono entonces comenzó a sonar, era Kangin.
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Bueno, hasta aquí el capítulo :P Espero que les haya gustado. Quiero decirles algo; no sé si lo he dicho antes, pero WTF! Soy una princesa! era originalmente una historia original que escribí y una amiga (A la que le confié la lectura de mi novela) me dijo que lo convirtiera en un fanfic, pues me encantan los fanfics; así que si encuentran otros nombres es porque a veces se me escapan a la hora de editarlos uu' LO SIENTO!!!!!!!!!!!!!!!!
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