miércoles, 6 de agosto de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 2

Capítulo 2



                                     

Oscuro, todo estaba oscuro ¿Dónde estaba? ¿Cómo había llegado ahí? Escuché voces y luego pasos, entonces abrí los ojos. Estaba en una habitación de hospital y tenía vendas por todos lados, ningún yeso. La puerta se abrió y tío Jung Hee entró.

  - Despertaste
Tenía los ojos hinchados, parecía que había llorado por mucho tiempo.
- ¿Qué pasó?        
Pregunté, tratando de erguirme, fue inútil.
- Un conductor ebrio los chocó
Contestó él y yo me quedé sorprendida. Recordé la luz y el impacto, el miedo y el dolor, y, sobre todo, las palabras de mi madre.
- ¿Y mis padres?
Tan pronto como la pregunta salió de mi boca, el rostro de tío Jung se desencajó. Los ojos se le llenaron de lágrimas y los míos también. Necesitaba oírlo, necesitaba saber si era cierto o si solo era una pesadilla, y de ser una pesadilla, quería despertar ya.
- Murieron Min…
Contestó al fin, soltando las lágrimas. Abrí mis ojos y un gemido se me escapó ¿Muertos? ¿Mis padres estaban muertos? No podía ser cierto ¡No podía! Si esto era una pesadilla, quería despertar ya.
- ¿Qué?
- Lo siento…
- No… puede… ser…

Comencé a llorar. No era una pesadilla, era la vida real, era mi realidad. Comencé a golpear todo lo que me rodeaba, jalando los cables y las intravenosas. Lloré y lloré, me sentía enojada, me sentía triste ¿Por qué yo? ¿Por qué de todas las personas, yo? Mi tío llamó a las enfermeras y me dieron un calmante, de nuevo todo se puso oscuro.
Permanecí en el hospital por un par de días. Me dieron de alta y mi tío me llevó a mi casa, todo se veía vacío, no había vida ahí. El velorio fue horrible, ver los cuerpos de mis padres, inertes, sin hablarme, sin decirme cuanto me querían. Por si fuera poco, el banco mandó una advertencia, me quedaría sin casa.
El día del entierro fue horrible, Jin me abrazaba fuertemente y yo lloraba. No era justo, en verdad no era justo. Fue la primera vez que vi a mi tía llorar, después de todo, mi madre era su hermana. El entierro acabó y todos se fueron, entonces el peso de la realidad me golpeó ¿Qué haría ahora? ¿Vivir sola en casa? Yo no podría pagar la deuda de mi padre. Vi mis sueños derrumbarse y me desmoroné. Caí al suelo y lloré, arrancando el pasto y golpeando el suelo.


- Min Jee…                                                                                                                                   
Me llamó tío Jung. Yo lo miré, él se veía igual de miserable que yo. Me abrazó fuertemente y lloró en mi hombro. Me sentía tan triste, tan enojada, quería golpear algo y llorar, y comer mucho helado de cookies and cream, pero no quería estar sola.
- ¿Qué haré ahora?
Pregunté. Tía Mi Hi se me acercó, ella había estado mirando la tumba de mi madre por un largo rato, se veía muy triste. Ella tenía todo el maquillaje corrido y por primera vez parecía que no le importaba.
- Puedes vivir con nosotros
Dijo tía Hi.
- ¿Qué?         
- Tienes diecisiete – me recordó mi tío – Aún no puedes vivir sola, y… mi hermano nos asignó como tus tutores legales en caso de…
- ¿Van a adoptarme?
Pregunté con desagrado. No quería vivir en Seúl, no quería dejar mi casa, no quería dejar mis amigos, no quería dejar mi vida. Miré a mis tíos, ellos me miraron y mi tía se mordió el labio inferior, ese era un gesto de mi madre, siempre lo hacía cuando estaba triste por alguien. Lo que menos quería era la lástima de los demás.
Mis tíos se quedarían el fin de semana conmigo, eso me gustó, me daba tiempo de pensar que hacer. Podía vivir con mi amiga y trabajar, pagar una renta e intentar sobrevivir. Jing estaba peinándose frente a mi espejo, yo estaba tendiendo su cama. Ella y yo éramos muy similares, ambas con cabellos castaños largos, ojos cafés, y piel blanca; lo que nos diferenciaba era la estatura, pues yo era más alta que ella. Aún así, ella era tan glamurosa y bella, y yo parecía un pokemón. Ella me miró y de nuevo me abrazó, pero no lloré, ya no quería llorar.
- Sabes… sería divertido vivir juntas – me dijo ella – Deberías pensarlo…
- No lo sé           
Dije, mirando el suelo.
- Si viviéramos juntas, tendrías una gran habitación, tu propio baño, un inmenso closet donde poner toda tu ropa…
- No me trates de convencer con lujos – la miré y le sonreí, ella hizo lo mismo – Sabes que nunca me gustó
- Bueno… - Jin se levantó y comenzó a pasearse por mi habitación – Si mis padres son tus tutores legales ahora… podrías ir al Royal
Miré a mi prima. Era cierto, mis tíos podrían pagar la matrícula, y podría vivir tranquila por una vez en mi vida sin preocuparme en gastos. Pero no podía irme tan sencillo, mis padres habían muerto, no podía irme así no más.
- Me lo pensaré
Volví a decir. No era tan sencillo, mi familia acababa de morir y yo no quería irme, este lugar era lo único que tenía. Podía pedirle a mi tío que me ayudara, que pagara la deuda con el banco ¿Pero después qué? ¿Qué haría? Mi tío tenía razón, hasta que cumpla dieciocho en diciembre, no podría vivir sola, no podría hacerme cargo de la granja de mi madre, no podría con nada, ni conmigo misma, y pedir dinero para todo no estaba en mis planes.
- Niñas, a cenar
- La bruja llama
Rió mi prima. Fuimos a mi pequeña cocina y los cuatro cenamos lo que mi tía había cocinado, ella siempre se jactaba de ser una gran cocinera. La verdad, cocinaba rico. Mi madre quemaba hasta el agua, yo era la que cocinaba, aprendí a la fuerza para poder alimentarme. Pero extrañaría su comida insípida, extrañaría la comida quemada y tener que llamar a la pizzería, y extrañaría sus galletas duras.
- Me disculpan, voy a llamar a Donghae – nos informó Jin – Se suponía que nos veríamos hoy, pero tuvimos que…
- Oh si llámalo
Insistió mi tía.
- Déjalo, le has llamado para decirle lo mismo unas veinte veces, creo que lo captó
Dijo mi tío, él se veía fastidiado.
- Claro que no, una disculpa nunca es suficiente
Mi tía lo miró de forma seria.
- Bueno…
Dijo él, soltando un bufido.
- Hola, Donghae, te llamo para disculparme de nuevo por haberte plantado… - empezó a decir mi prima con su iPhone en la oreja – Oh sí, todo está triste aquí… Sí… Me haces falta para poder estar feliz… - mi tía sonrió al oír eso - ¿En serio? – Jin sonrió – Gracias, eres el mejor… Adiós… Nos vemos… Yo igual
  - ¿Qué dice su alteza?
Pregunté, llevándome a la boca una cucharada de arroz.
- Me preguntó por lo de hoy – contestó ella – Dice que me invitará a esquiar a los Alpes para que me sienta mejor – mi tía volvió a sonreír – Y me dijo que me quería…
- ¿No es fabuloso? – preguntó mi tía – El príncipe en persona invitó a Jin a pasar unos días en el Gyeongbokgung, la invitó a ver la inauguración de un nuevo edificio – empezó a enumerar mi tía – Él la invita a muchos sitios, son muy cercanos
- Sí…
Jin Kyong sonrió.
- Quien sabe… tal vez termines siendo la reina de Corea
Dije yo y Jin sonrió.
- ¿Te imaginas? – me preguntó ella – He ido a varios de los bailes de sociedad y conozco a todo el mundo – Jin sonrió - ¡El rey, Min, conozco al rey Donghae III! – exclamó – Su familia me quiere, excepto Sun Hee…
- Esa niña es una envidiosa, ya te lo he dicho – dijo mi tía, levantándose de la mesa – Además es muy antipática
- ¿Quién es Sun Hee?
Pregunté, sintiéndome estúpida por no saber los nombres de los miembros de la familia real.
-  Im Sun Hee, la prima de su alteza real – contestó Jin – Es la cuarta en línea de sucesión


- Primero está el príncipe Donghae, luego su hermana, la princesa Lee Yoora, la tía, la princesa Jae Hwa, y por último su hija, la princesa Sun Hee
Explicó mi tía.
- ¿Y por qué te envidia?
Pregunté con interés.
- Porque ella nunca será reina – contestó mi tía – No como mi hija…
Jin sonrió y mi tía también.
- Deberíamos dejar de hablar de ellos – pidió mi tío – Por si no lo recuerdan, mi hermano ha muerto
- Mi hermana también murió – se defendió mi tía, levantando los platos – Pero yo sé que a Mi Cha no le gustaría que yo llorara por su muerte
  - Tienes razón, lo siento mi amor
Se disculpó mi tío y mi tía se limpió una lágrima. De nuevo el golpe de la realidad nos golpeó, debíamos dejar de fantasear con el príncipe. Caminé hacia mi habitación y me recosté en mi cama, abracé mi almohada y me largué a llorar. Estaba sola, ya no tenía padres, no tenía a nadie. La puerta se abrió y Jin entró.
- Sí sabes que no estás sola ¿Verdad?
La miré. A veces creía que Jin Kyong podía leerme la mente. Agradecía a todos los santos poder tener una prima como ella, una hermana y mejor amiga.
- Lo sé
Ella me sonrió y, juntando nuestras camas como cuando éramos niñas, dormimos hablando de cómo ella y el príncipe habían pasado unas lindas vacaciones. El fin de semana terminó y tenía que decidir qué hacer. Le dije a mi tío que pagara la deuda pero que vendiera el terreno, me dolía pero no podía hacerme cargo de una granja, y un hombre quería expandirse, así que ya teníamos comprador. Y de esa forma me encontré empacando toda mi ropa, que en algún momento fue de las temporadas pasadas de Jin, y diciendo adiós a mi casa.
- Vas a estar bien       
Me aseguró mi prima.
- Ojalá
Solté un suspiro mientras el taxi nos llevaba al aeropuerto.
- Te tenemos una sorpresa
Me dijo mi tía.
- ¿Cuál?
Pregunté. Esperaba que me dijeran que tendría la habitación remodelada donde todo funciona con un control remoto, pero me dijeron:
- Si te llega tu carta del Royal, te la pagaremos
Soltó mi tío.
  - ¿En serio?
Pregunté, intentando no atragantarme con mi saliva.
- ¿No es genial? – Preguntó mi tío – Tu padre hablaba de lo mucho que querías ir a esa universidad
- Gracias… - dije y no pude evitar reír – Es que estoy sintiendo que con la muerte de mis padres, me convertí en una princesa
- Oh… querida… - mi tía me tomó la mano – No seas dura contigo, tienes que seguir avanzando – asentí ante sus palabras – Tu habitación la decorarás, ahora solo tiene una cama que nos costó un fortuna, pero si no te agrada la podemos cambiar, después de todo no cuestan mucho, podemos contratar a esa decoradora de las estrellas…
Mi tía no perdía la oportunidad de fanfarronear, pero estaba bien por mí, me iban a dar de todo e iba a vivir como una princesa. Me sentía triste, extrañaría mi vida, a mis amigos, a Kangin… Pensar en él me hizo recordar que iría a Seúl, que estaría cerca de él.
- Y cuando lleguemos iremos de compras, en Seúl están las mejores tiendas, te lo aseguro
- Pero no tengo dinero…
- Tontis, ahora serás mi hermana, tan pronto como los papeles salgan, serás oficialmente mi hermana
- Lo único bueno es que tenemos el mismo apellido
Reí.
- ¿Cómo que lo único bueno? – preguntó mi prima divertida – A muchas chicas les gustaría tener tu suerte, pasar de granjerita a millonaria en un día – mi prima rió y yo rodeé los ojos – A puesto que tus amigas se morirán de la envidia
- ¿Cuánto dura el viaje hasta Seúl?
Pregunté con desesperación. El viaje se me hizo eterno, realmente eterno. Por fin llegamos y fuimos a buscar las maletas. De los cuatro, yo era la que tenía más maletas, todas mis cosas estaban ahí. Nos subimos a un taxi y por fin llegamos a la casa de mis tíos.
Yo recordaba que vivían en un enorme edificio, pero esta era una enorme casa en Seongbukdong. Había visto sitios así en la televisión y en películas, no creía que ahora iba a vivir ahí. Subimos por las escaleras y entramos en la enorme casa de tres pisos de mis tíos.
- Wow…



Fue lo único que pude decir.
- Los millones de wons valieron la pena
Rió mi tía y se me calló mi bolso al suelo ¿Tanto podía costar una casa? Con ese dinero podían mandar a diez niños a estudiar al extranjero, con ese dinero podías alimentar a todo un país en desarrollo, con ese dinero… podías cambiar al mundo.
- Ven… te llevaré a tu nueva habitación
Me dijo mi prima, tomando mi mano y tirando de ella. Subimos al segundo piso y caminamos hasta la puerta al lado de una que tenía su nombre. Entramos y me quedé aún más impactada, parecía la habitación de un cuarto de hotel de lujo. Lo único que le cambiaría sería el color chocolate de las paredes por morado y las sabanas floreadas por mis sabanas.
- Como dijo mamá, todo esto será trasladado a la deshabitada y sin amueblar habitación de huéspedes – me explicó mi prima – Y vendrán mañana la decoradora. Mira el baño, eso sí lo conservarás
Recorrí la habitación. Abrí la puerta a un extremo de la habitación y entré en el enorme baño, era más grande que mi habitación en mi pueblo. Miré la tina, no estaba segura si debía de bañarme ahí o nadar, sentí un cosquilleo en mi interior y quise reír, pero entonces recordé a mis padres. Salí del baño, también podría meter a alguien ahí y se sentiría feliz de vivir en mi baño. Pensé en mis amigos, ellos si se sentirían felices de vivir en mi baño.

- ¿Qué hay aquí?
Pregunté, abriendo dos puertas ¿Creí que el baño era grande? El closet era aún más grande.


- ¿Qué dices?
- ¿Qué, qué digo? – miré a Jin – Que ahora tu ropa si va a caber
Jin rió y yo no pude evitar hacer lo mismo. El día se pasó rápido en Seúl y sin darme cuenta ya había terminado de llenar el closet con mi vieja ropa nueva, hacerlo me tomó una eternidad. Saqué de mi bolso mi laptop, ya tenía algunas teclas borrosas y una esquina estaba quiñada, pero era todo lo que tenía. Me conecté rápidamente al wi-fi, y entré en skype, mi amiga Sunny estaba conectada, mi mejor amiga desde el jardín de niños.
- ¡Hola!
Saludé.
- ¡Hola!
Saludó ella y entonces aparecieron todos mis amigos.
- ¿Cómo está la vida en Seúl?
Me preguntó Sooyoung.
- Aún no lo sé, acabo de llegar y desempacar
- ¿Y los ricachones de tus tíos ya te metieron en la alacena debajo de la escalera[1]?
Me preguntó Minho, un muy buen amigo.
- No, pero me imagino que la alacena debe de ser igual de enorme
Contesté.
- ¿Qué tan enorme es tu habitación?
Preguntó Yuri, una chica que… podía entrar en la clasificación de las personas que me envidiarían por mi mudanza.
- Enorme
Contesté y me levanté de la cama. Les hice un recorrido a mis amigos por la habitación y cada tanto soltaban expresión como “¡Oh!””¡Wow!” “¡Ah!” a mí me hacían reír. Volví a la cama y continuamos con la conversación.
- Bueno… sacaste algo bueno de la muerte de tus padres
Bromeó Minho y yo bajé la mirada.
- ¡Minho imbécil!
Le reprendió Sunny.
- Disculpa…
Me pidió Minho.
- Descuida… - dije, viéndolos a todos, intentaba que no notaran mi tristeza, pero siempre fui mala ocultado mis sentimientos – Desde que me fui no he pensado en ellos
- Es mejor así Min Jee… - me dijo Sunny – Eres joven, no deberías pasar por estas cosas. Pero debes de seguir adelante y hasta ahora vas muy bien
- Nos has sorprendido – admitió Soo y mis amigos sintieron – En otras ocasiones te has derrumbado y siempre hemos estado ahí para ti
- Pero ahora estás sola, lo has estado desde lo que ocurrió – hablo Yuri – Y lo has hecho muy bien…
- No pienses mucho en tu tristeza, obvio extrañas a tus padres, y pensarás en ellos, pero piensa en el futuro – me pidió Minho – No dejes que te derrumben
 - De acuerdo…
Les prometí.
- Ahora… - empezó a decir Sunny y Yuri rió - ¿Qué hay de Kangin?
- No lo sé – contesté – Él sabe lo de mis padres, pero no le dije que ahora estoy muy cerca de él
- Deberías llamarlo
Me sugirió Soo.
- Ustedes terminaron aún queriéndose – me recordó Yuri – La distancia fue lo que les preocupaba, ahora ya no hay tal distancia
- Sí, lo llamaré
Les dije y mis amigos sonrieron.
- Bueno… nos vamos, mañana hay trabajo
- Voy a extrañar ser mesera
- ¿Bromeas? – preguntó Minho – Ahora usarás Prada, Gucci… irás a buenos lugares a parrandear…
- Los extraño
Ya no pude resistir más y lloré.
- ¡No lo decía para que te pongas a llorar!
Protestó Minho y yo reí.
- Lo sé, lo siento – me limpié las lágrimas – Pero es que… no quiero estar aquí
- Sé fuerte, además ahora podrás ir al Royal
Me recordó Sunny.
- No será lo mismo sin ustedes
- Sunny fue aceptada en una universidad cerca de ahí, podrán verse los fines de semana, no está muy lejos
Me informó Soo.
- Felicidades…
Llore.
- Si tú quisieras ir ahí también… podríamos estar juntas
- No quiero ir a otra que no sea la Royal…
Le recordé.
Bueno… ahora sí, Min, intenta ser feliz…
Me pidió Soo, quien también lloraba.
- Te extrañamos
Dijo Minho.
- Y yo a ustedes
Solté más lágrimas y me desconecté. Saqué las demás cosas de mi bolso y encontré mis fotografías. Vi a mis padres conmigo, en cumpleaños, en la escuela, en premiaciones, en la graduación. Las lágrimas volvieron a llenar mis ojos y nuevamente me largué a llorar. Me recosté en mi cama y lloré, abrazando la almohada, con amargura, con tristeza, lloré.



[1] Alusión a Harry Potter


Espero que disfruten este nuevo capítulo!!!!!





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