Capítulo 28
, y los pusimos al tanto de lo que sucedió en el fin de
semana. Ellos estaban juntos ahora, ya se podía decir que era oficial, yo no
podía creer que hubiera sucedido tan pronto.
Me aliviaba no haber visto a Jin, ni oído nada sobre ella.
Yo pensaba que ella y mi tía harían algo malo, como mandarla de improvisto y
arruinarme el viaje, o hacer que me lleven a de regreso. Sin embargo, me hacía
estremecer la idea de que quizá estaban esperando a que volviera para hacerme
algo peor.
Esa tarde habíamos ido de compras. Sun me compró unos
vestidos preciosos que no sabía para qué los usaría, ella además ya me había
dado demasiados de sus vestidos ¿Es que en América estaríamos de fiesta en
fiesta? Compré un bolso para poder llevar a Yuki con nosotros, y muchos
juguetes. Los paparazis nos estuvieron siguiendo, y yo tenté a mi suerte al
permanecer con el brazo engarfiado al de Donghae. Sabía que era un acto osado,
pero no me importaban las consecuencias, lo ocurrido en mi casa el día que
escapé había acabado conmigo, estaba totalmente harta de la locura de mi casa.
- ¡Mañana partimos!
Celebró Yang, acariciando a Yuki.
- Será espectacular, será el mejor
viaje de mi vida
Habló Kyuhyun con su
habitual entusiasmo.
- A mí me gusta poder hacer este
viaje con ustedes – dijo Hae y todos lo miramos – Ser príncipe no proporciona
amistades, eso se los puedo asegurar, pero ustedes son sinceros, lo siento…
- Hombre… - rió Hyuk, despeinando
a Hae, quien rió también - ¿Por qué siempre tienes que ser tan tierno y
sensible?
- A mí me gusta – abracé a Hae y
este me sonrió – Hae es el chico perfecto
- No es bueno en la cama, tú misma
lo dijiste
Bromeó Yang y yo sentí mis mejillas arder.
- ¡Yo no dije eso!
Me tapé el rostro por la vergüenza y todos los demás rieron.
- ¿Y que dijiste?
Preguntó Hae con inocencia.
- Que te falta experiencia –
contesté con vergüenza – Pero que me gusta mucho
- ¿Eso es bueno?
Preguntó Hae a Hyuk, él solo se encogió de hombros.
- Es un “Peor es nada”
Bromeó Kyuhyun y yo le lancé una hogaza de pan. La cena
transcurrió de la misma forma, llena de bromas, momentos embarazosos y demás.
Era tan lindo poder tener un momento de paz entre amigos; mi vida era una
telenovela, pero con ellos siempre era normal, me alegraba poder tenerlo.
La hora de dormir llegó, cada uno tenía su habitación, pero
yo me quedaba en la de Hae, y dudaba de que alguna de las parejas durmiera por
separado. Hae me besaba, susurrando palabras de amor, mientras nos entregábamos
el uno al otro. De las cosas que cambiaron en mi vida, Hae era la mejor. Pasé
de ser una granjerita, a una huérfana, a una princesa y ahora estaba haciendo
el amor con un príncipe de verdad… ¡WTF[1]!
- Te amo
Me susurró, abrazándome de forma posesiva.
- Yo también te amo – acaricié su
mejilla, él sonrió, sus ojos brillaron – Durmamos ya, tendrás solo cinco
minutos para bañarte y yo también necesito mi tiempo en la ducha
- Dúchate conmigo
Propuso y yo le di un zape.
- Pervertido
Reí. Me dio un beso y cerró los ojos, con sus brazos
alrededor de mi cuerpo. Sonreí al ver su rostro, a veces creía que era un
sueño, que él no podía ser mío y que todo era una ilusión y aún estaba en el
hospital o soñando en casa. Cerré mis ojos y esperé a que el sueño me llegue.
Eran las tres de la madrugada y yo me estaba dando una
ducha. Mi estómago estaba revolviéndose ¿De verdad estaba sucediendo esto?
Estaba a punto de irme al extranjero con mi novio y mis amigos ¡Era una locura!
Sobre todo porque no tenía pasaporte o algo parecido.
- Ya te dije que con el príncipe,
no necesitas esas cosas
Me volvió a decir Hae, cerrando su bolso con Yuki adentro.
- Espero que así sea, no quiero
quedarme en Corea
- Te prometo que será el mejor
viaje de tu vida
Él tomó mi rostro entre sus manos y me dio un beso en la
punta de la nariz, yo solté una risita. Hae tenía la habilidad de hacerme
sentir mejor en cualquier momento. Tomé el bolso de Yuki y salimos de la
habitación.
En el primer piso nos esperaban los demás, la pequeña Yoora,
Leeteuk y el rey Donghae. Saludamos con una reverencia al rey y este nos saludó
también. La pequeña Yoora estaba abrazada a su padre y este le acariciaba la
espalda.
- ¿Tú vas a ir? – le preguntó Hae
a su padre – No será…
- No iré – contestó el rey con voz
ronca – Cuídate mucho – me miró y yo sentí miedo – No dejes que nada le pase –
Hae asintió – Cuida a tu hermana – Hae volvió a asentir – Sun, cuida a mi hijo
- Siempre lo hago tío Donghae
Contestó ella con una sonrisa.
- Donghae… quiero darte algo antes
de que te vayas
Hae asintió y tomó la silla de ruedas de su padre,
alejándose. Sun me miró y, sonriendo, me pasó un brazo por los hombros. Yo la
miré, también sonreí, aunque no sabía por qué sonreíamos.
- A mi tío Donghae le agradas
Dijo.
- Eso parece
No podía evitar sonreír. Los tíos de Hae me agradaban y al
parecer yo les agradaba también. Yoora me amaba, lo había dicho, le encantaba
jugar conmigo, y decía siempre que yo era muy bonita. Tuvimos el privilegio de
conocer a la Reina Madre en la cena de la primera noche, la anterior vez que
estuve en Palacio no pude conocerla, dijo que era una muchacha educada y
correcta, que le agradaba mucho más que la “Otra
chica” que Donghae solía traer. No sabía si eso era algo bueno o no, porque
educada o no, yo sigo siendo una plebeya huérfana sacada de una granja. Por
último estaba Sun, quien era mi mejor amiga, la primera de la Familia Real que
conocí. Esperaba ser del agrado de toda la Familia Real.
- Leeteuk… - llamó Sun y el
hombre alzó la mirada - ¿Cómo cuarta en sucesión al trono, puedo hacer que nos
vayamos en el avión privado del príncipe sin el príncipe?
- Eso es muy probable su alteza –
contestó Leeteuk con una sonrisa – Pero creo que a su alteza, el príncipe, no
le agradaría mucho que su novia se fuera sin el
- Arruinas mi plan macabro, Min
Jee
Rió Sun y yo también.
- Ya volví – dijo Hae, tomando la
mano de su hermana – Vámonos
- Esperen – dijo una voz, todos
volteamos y vimos a la princesa Jae Hwa - ¿No se irán si despedirse, verdad?
- Mamá…
Susurró Sun Hee y la princesa Jae Hwa corrió hacia ella para
abrazarla.
- ¿Por qué tu afán de querer irte
antes de que me pueda despedir de mi única hija?
Preguntó la princesa, dándole un beso en la frente a Sun.
- Adiós mamá
Se despidió mi amiga, luciendo incómoda, ella no estaba
acostumbrada a las muestras de afecto por parte de su madre, aunque era bien
sabido que ella adoraba a su hija.
- Querida tía
Se despidió Hae y la princesa le sonrió. Salimos del palacio
y entramo en varias camionetas blindadas. Mis amigos se acomodaron como
pudieron y continuaron su sueño, yo recosté la cabeza en el hombro de Hae y
cerré mis ojos.
Llegamos al aeropuerto y varios paparazis nos esperaban,
deseosos de tomar alguna foto de nosotros en el viaje que el príncipe hace cada
dos años. Registramos las maletas y esperamos, me sentía nerviosa, sentía que
en cualquier momento se podía aparecer mi tía y me sacaría a rastras de ahí.
Hae tomó mi mano y la de Yoora, juntos fuimos avanzando
hacia nuestra puerta. Me sorprendió ver a mucha gente entrando con nosotros, y
me sentí tonta al pensar que solo íbamos a ser los seis viajando. En la mayoría
de las veces, olvidaba que Hae era un príncipe, pero en estos momentos,
viajando con tanta seguridad, el secretario real, los guardias de Sun, la
“Nana” de Sun y Yoora, hacían que el peso de los hechos se me venga encima,
pues el chico que amaba era un príncipe.
Subimos en el avión, era tan lindo, parecía una casa rodante
de lujo pero aérea. Nos acomodamos en los acolchados sillones, eran las cinco
de la mañana y todos teníamos cara de cansancio. Los guardias, el secretario y
la nana entraron, entonces nos abrochamos los cinturones y a las seis en punto
el avión despegó.
Era tan extraño haber salido de Corea a las seis de la mañana
del día martes y llegar a Florida a las diez de la mañana del día miércoles,
sentía que habíamos viajado en el tiempo, pues las catorce horas no las había
sentido. Todos bajamos del avión, somnolientos, despeinados, adoloridos y
demás, solo Kyuhyun era el único alegre.
- ¡Quiero más de esos macaron!
Gritaba él y los demás reíamos. En el aeropuerto nos
recibieron con mucha amabilidad, el aeropuerto era muy impresionante. Avanzamos
todos juntos, rodeados por los guardias, y entramos a los autos blindados y
partimos. Llegamos a un enorme lugar, a la casa de Mickey Mouse, el sueño de
todo niño, o de todo adolescente que nunca ha viajado.
- Llegamos
Dijo Sun, dándole un codazo a Hyuk.
- Bienvenidos a Disneylandia
Dijo Hae. Bajamos de los autos y nuevamente nos rodearon los
guardias. Entramos en el hotel, era espectacular. Nunca en mi vida había
entrado en un hotel cinco estrellas, ni siquiera había ido al Lotte World hasta
que conocí a mis amigos, todo esto era un mundo nuevo para mí. Leeteuk y la
nana se fueron a hablar con la recepcionista, mis amigos y yo nos quedamos
parados sin saber qué hacer. Nos miramos entre todos, los que lucíamos más
perdidos éramos Hyuk, Kyu, Yang y yo.
- Me siento incómoda
Susurró Yang.
- ¿Por qué?
Preguntó Sun.
- Mírame, una asiática rodeada de
puros rubios colorados, altos y que parecen salidos de una revista
Kyuhyun le pasó un brazo por sus hombros y ella recostó la
cabeza en su pecho.
- Tú eres mil veces más bonita que
estas flacuchentas - le dijo – Además, hay muchos turistas
- El único que pasa desapercibido
es Donghae, él es asiático pero tiene porte
Bromeó Hyuk y Hae rió.
- Supongo que este es el único
lugar en donde me siento normal – comentó él – Cuando vengo, nadie me trata
como si fuera un príncipe, me siento normal
- Aunque es inevitable ser tratado
como lo que somos
Comentó Sun cuando el secretario y la nana volvieron.
- Sus
habitaciones están listas – informó Leeteuk, dándonos nuestras llaves – Pueden
ir a los parques de diversiones si lo desean, el almuerzo estará listo en breve
y en la tarde iremos donde su abuela, alteza – Hae asintió – Hyurin y yo iremos a almorzar ya, si nos
disculpan
- ¿Vamos a nuestra habitación,
Sunny? – pregunto Yoora, tomando la mano de Sun – Quiero ir a los juegos
- Vamos primero a las
habitaciones, dejamos nuestras cosas y almorzamos
Sugirió Kyuhyun y todos aceptamos. Fuimos a los ascensores y
llegamos a nuestras habitaciones. Cada uno tenía su propia habitación, solo Sun
dormiría con su prima, pero suponía que se escaparía muchas veces a la habitación
de Hyuk. Hae me ayudó con mis cosas, yo me recosté en la cama, era muy suave.
- ¿Estás cansada? – me preguntó
riendo – Son apenas las una de la tarde
- Y en casa ya son las once de la
noche – le recordé – Estoy exhausta
- Cámbiate, ponte tu ropa de baño,
que iremos a divertirnos
Me ordenó él, dándome un beso en los labios. Sonreí y
asentí, él se fue y yo me quedé en mi impresionante habitación de hotel. El
baño era increíble y no quería salir de la tina. Me miré al espejo, envuelta en
mi mullida toalla blanca. Me llené de enojo al ver mi cuerpo lleno de hematomas
y cicatrices ¿Cómo entraría en la piscina si tenía el cuerpo lleno de huellas
de maltrato? Hacia mucho calor, así que me puse un vestido que me cubría la
espalda, y unas sandalias bajas, al menos mojaría mis pies en la piscina. Salí
de mi habitación con Yuki en mi bolso y toqué la puerta de Hae, él tenía su
ropa de baño puesta y el pecho descubierto.
- Te ves sexy, cámbiate
Me ordenó él, mirándome con el entrecejo fruncido.
- No me voy a cambiar y tú no vas
a bajar con el pecho descubierto
- ¿Por qué tiene tu nombre
escrito?
Preguntó él, tomando una camiseta blanca, el blanco le iba
muy bien.
- No, porque todas las chicas
verán tus músculos y babearán por ti
Contesté y él rió. Me besó y me envolvió en sus brazos,
luego salimos tomados de la mano. Nos encontramos con los demás; Sun llevaba de
la mano a la pequeña Yoora, quien llevaba puesto un vestido floreado y un
sombrero. Yoora se soltó de Sun y tomó la mano de su hermano. Bajamos a un restaurante
bufete y nos sentamos. A penas
comimos, pues todos querían ir a los parques, comenzaríamos con las piscinas.
Los chicos y Yoora insistían para que me metiera, solo mis
amigas estaban calladas, ellas sabían por qué no quería entrar en la piscina.
La piscina tenía olas y eso divertida a todos, yo jugaba en la orilla con Yoora
y una pelota, pero no era lo mismo. Mis amigas lucían sus biquinis sin problema
alguno, yo no podía hacer eso, y me frustraba no poder hacerlo.
Salimos del parque acuático y fuimos a las habitaciones de
nuevo, nos vestimos y salimos del hotel en los autos blindados. Me sentía
nerviosa, íbamos a ir a la casa de la familia de Donghae, íbamos a ir a conocer
a la familia de la reina, quería ser aceptada por esta familia también.
Llegamos a una casa grande y bonita, en mi mente siempre me imaginaba un mini
palacio oriental, pero esto era muy normal.
- ¡Bienvenidos!
Una señora mayor apareció, hablando en inglés.
- Ahjumma[1]
Hae hizo una reverencia y los demás lo imitamos.
- Ella Hyu Rin, mi tía – me
explicó la pequeña Yoora – Es la cuñada de mi mamá – agregó y yo asentí – ¡Ahjumma!
- ¡Estás más grande Yoora sshi[2]!
- ¡Oppa[3]! – una
chica, que parecía de unos dieciséis, vino corriendo y abrazó a Hae - ¿Cómo has estado?
- ¿Qué están diciéndose?
Preguntó Kyuhyun quedamente, notablemente incómodo.
- ¡Unni[4]!
Saludó Yoora a la recién llegada.
- ¿Pasar? – preguntó la chica,
señalando la casa - ¡Omo[5]!
– exclamó - ¡Sun!
- ¡Dongsaeng[6]! – saludó
Sun Hee – Ella es Sung Rin, la prima de Donghae y Yoora
- Hola
Saludamos todos.
- ¿Amigos de príncipe?
Preguntó la chica, guiándonos hacia la casa.
- Sí
Contestó Hyuk.
- Él es mi oppa – le dijo Sun a su “prima” señalando a Hyuk – Y ella… - me señaló a mí – Es la novia de Donghae
- ¿Tú ser Donghae novio?
Preguntó la chica, pero sí le entendí.
- Yo… - me señalé – Novia…
- ¿Serás reina? – preguntó Sung –
Mi primo príncipe ¿Sabías?
- Sí, lo sé – contesté y ella
sonrió – No sé si seré reina…
En los dos meses que estaba junto a Donghae, además de
prometernos amor eterno siempre que estábamos juntos, nunca me había puesto a
pensar en la posibilidad de convertirme en reina. Al ser mi novio un príncipe
heredero, esa siempre podía ser una posibilidad, pero yo nunca me había puesto
a pensar en ello. Tal vez una parte de mí dudaba que algún día llegáramos a
eso. Mi corazón se estremeció al pensar eso, habíamos pasado por mucho para
poder estar juntos, y la idea de no tener un futuro era un poco triste. Yo
quería tener ese futuro con él, pero ser reina…
- Estás mejorando en tu coreano
Bromeó Hae a su prima.
- Oppa, ni con todo el dinero del
mundo… yo logro coreano aprender
Rió la chica.
- ¡Hola!
Saludó una viejecita con lentes y rostro amable. En su
juventud, esa mujer debió haber sido hermosa, pues aún se veía hermosa. Yoora
se le acercó y la abrazó, al igual que Donghae. La mujer era idéntica a la
reina, Yoora también lo era a ella y Sung también tenía un aire a ella, incluso
Hae tenía un aire a ellos, eran toda una familia.
- Abuela
Saludó Alex.
- Bienvenidos a mi casa – nos saludó ella y nosotros hicimos una
reverencia – Soy Lee Tae Min
- Se está presentando – nos
tradujo Hae – Dice que son bienvenidos y que su nombre es Lee Tae Min – la
mujer mayor nos miraba aún sonriente – Les recomiendo dirigirse a ella como “Ahjumma”
- Ahjumma – saludó Sun – Usted
no ha cambiado nada
- Gracias
La mujer sonrió.
- Abuela – dijo Donghae – Ella
es mi novia – me rodeó con sus brazos – Se
llama Kim Min Jee
- Ahjumma
Saludé, sintiéndome muy tonta. La mujer rió y me tomó de los
hombros, sonriéndome ampliamente.
- Es muy bonita
Miré a Hae, él sonreía.
- Dice que eres bonita
Sonreí al oírlo, miré a la señora y le sonreí. Me parecía
extraño que no hablaran coreano pero lo dejé así. La cena se sirvió y todos
comenzamos a comer. La comida era deliciosa, y se notaba que a Hae le gustaba
mucho. Hyuk y Kyuhyun miraban la comida con rostros de impacto, era una
verdadera barbacoa americana. Hyuk, el más glotón, miraba todo con cara de
hambriento. De todo lo que comí, las salchichas fue lo que más me gustó.
Después del almuerzo pasamos a la sala donde sostuvimos una
charla amena mientras tomábamos té, por lo menos no habían perdido esa
costumbre. Entenderlos me costaba mucho, no sabía absolutamente nada de inglés,
pero por las expresiones podía saber que era una charla amena y llena de broma
que solo Hae, Yoora y Sun entendían. Me encantaba ver a Hae sonreír, en casa él
normalmente no sonreía, solo con nosotros, y verlo en un ambiente familiar, tan
feliz, me alegraba.
- ¿Mañana puedo ir con ustedes al “Disney”?
Preguntó Sung.
- Claro
Contesté. Me alegraba poder hablar con alguien de su familia,
me alegraba que Sung supiera algo de coreano, aunque no tanto, pero podía
entenderla. Sung celebró y siguió su juego de palmas con Yoora.
Después de tan agradable momento, dejamos la casa y volvimos
a los autos. Todos iban comentando lo mucho que les había agradado la familia
de Hae, lo amables que fueron todos y lo delicioso de la comida. Hae tenía mi
mano sujeta y yo recosté mi cabeza en su hombro. Había sido el mejor día de mi
vida, definitivamente. Llegamos al hotel y cada uno se fue a su habitación,
llevábamos más de un día sin dormir. Entré en mi habitación y saqué a Yuki del
bolso, alguien tocó mi puerta y yo la abrí, era Donghae.
- ¿Qué te pareció todo?
Me preguntó.
- ¿Me estás preguntando por el
viaje entero o por la visita a tu casa?
- Ambas
Lo miré y sonreí. Me senté en mi cama y él en el sofá,
mirándome con su sonrisa tierna.
- Es… es el mejor día de mi vida –
contesté, soltando una risita – Jamás había salido de Corea, jamás había hecho
algo como esto y es… increíble
- Me alegro que estés aquí
Sonreí al oírlo.
- A mí me alegra también – me
dejé caer en la cama – Son las once de la noche, en casa son las nueve de la
mañana, oficialmente… - lo miré sonriente – Hemos estado más de un día
despiertos
- Te dejaré para que descanses
Dijo él,
levantándose del sofá. Lo miré y me le acerqué, nos dimos un fuerte abrazo
. Él acarició mi mejilla y me dio un tierno beso. Le sonreí
y, estirándome sobre la punta de mis pies, lo besé, rodeando mis brazos
alrededor de su cuello.
- Gracias por esto
- De nada Ratona – junto su frente
con la mía – A partir de ahora, siempre te traeré, te llevaré a todos los
lugares a donde vaya
Nos
volvimos a besar y él se fue a su habitación. Me cambié por el piyama y dormí
con Yuki a un lado. Había sido el mejor día de mi vida, había sido la mejor
experiencia de mi vida. Las palabras de Donghae rondaron por mi mente ¿En
verdad me llevaría a todos los lugares que el vaya? La pregunta de Sung volvió
a mí ¿Podría hacerse verdad ese sueño infantil que toda niña ha tenido? Jamás
pensé en convertirme en reina cuando me enamoré de Donghae, pero ahora aquello
me intimidaba. Jin Kyong lo había dicho, el rey tenía los días contados, eso
quería decir que si Donghae quería subir al trono, como era su derecho, tendría
que hacerlo casado, pues no tenía la edad suficiente ¿Por qué mierda siguen
usando leyes tan arcaicas?
[1]
Ahjumma: Forma de respeto para dirigirse a una mujer mayor, ya sea una tía, una
vecina o similar.
[2]
Sshi: Sufijo al decir el nombre propio de una persona.
[3]
Oppa: Así le dicen las mujeres a sus hermanos mayores, amigos mayores, y
novios.
[4]
Unni: Así le dicen las mujeres a sus hermanas mayores y amigas mayores.
[5]
Omo: Versión coreana de OMG.
[6]
Dongsaeng: hermana/o menor, amigos/as menores.
muy bueno el capitulo, cuando puedas actualiza, ojala y te este llendo bn :D sorry x el comentario cortito pero estoy en periodo de pruebas :( ok, bye
ResponderEliminarhoy o mañana subo otro capítulo
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