lunes, 5 de enero de 2015

No Quiero que me Olvides (Kyumin) - 9

Capítulo 9





***
Los meses siguieron pasando, ya era diciembre y la casa estaba siendo decorada con los motivos navideños.






Sungmin miraba a todos lados boquiabierta, los adornos y demás le llamaban mucho la atención. Ella jugaba con la nieve, siempre bajo mi supervisión; y se frustraba por no poder moverse con facilidad, pues con un vientre de casi ocho meses, no podía moverse mucho.
- Appa… - miré a Sunny, ella jalaba mi pantalón – Hagamos un muñeco de nieve
Y así lo hicimos, con Minnie observándonos, sentada en su mecedora, pues el vientre le pesaba mucho.





Minnie se veía bellísima, se veía incluso más bella que lo habitual, el embarazo le sentaba bien. Terminamos con el muñeco y los tres volvimos a entrar en la casa, un poco de chocolate caliente sería la solución para el tempano en el que vivíamos.
La mañana del veinticuatro mi casa fue invadida, por primera vez en tres años, por mi familia. Mi appa, mi omma, Henry y Siwon, vinieron, todos con regalos, que no eran para mí, sino para mi hija. Pero no solo eran los Cho, los Kim habían decidido pasar las fiestas en mi casa también, o bueno, Heechul lo había decidido, pues mis suegros prácticamente ya vivían aquí.
Ya era de noche, todos con nuestras copas de champagne, menos Minnie, Sunny y Henry, ellos tenían chocolate caliente. El reloj hacía el habitual tic tac, al ritmo de mi corazón. No sabía por qué, pero me sentía muy feliz de estar con todos en Navidad. Debía de ser porque era la primera vez en tres años que no tenía un evento en esta fecha, o un evento en el extranjero, o simplemente porque era la primera en tres años, que pasaba con Sungmin de nuevo. Fuera cual fuese la razón, era la mejor Navidad de todas.
- ¡Feliz Navidad!
Gritamos todos, abrazándonos y deseándonos bendiciones. Siwon puso los villancicos y mi suegro encendió la pirotecnia. El cielo se ternó de mil colores y formas, y todos sonreíamos. Miré a Minnie, ella solo se tapaba los oídos, pero no parecía asustada. Ella no se asustaba con facilidad, como cuando nos subíamos a la montaña rusa y todos lloraban menos ella; Minnie era un valiente Conejo.
- ¡Hora de los regalos! – anunció Leeteuk – Chula, ayúdame
Volvimos a entrar en la casa y nos reunimos alrededor del árbol. Había muchos regalos acomodados con delicadeza; algunos grandes y con moños dorados, y otros pequeños y discretos, pero todo era muy colorido. Suponía que eso era la representación del toque femenino, y pensar en que viviré el resto de mis días con tres mujeres, me hacía sonreír.
Sunny y Henry atacaron el árbol y comenzaron a abrir sus regalos. Muñecas para ella y videojuegos nuevos para él, ambos sonreían de la emoción. Los adultos tomamos los pequeños regalos y nos los entregamos, era imposible pensar que alguno de los regalos de caja grande podía ser para nosotros, a menos que seas Wookie y recibas una nueva olla.
De omma y appa recibí un reloj de plata; de Siwon una billetera que se veía muy fina; de los padres de Minnie recibí un álbum, que al abrirlo me dejó mudo, pues eran fotografías de Minnie cuando estaba embarazada de Sunny, y varias fotos de ella de bebé; esas fotografías nunca las había visto, pero por lo menos con eso podría llenar el espacio que le faltaba a mi memorias de experiencias, aunque nunca reemplazaría a las vividas o a las que viviré con el nuevo bebé.
- Toma Minnie
Le entregué mi regalo a Sungmin, quien se daba palmaditas en el vientre. La doctora dijo que el bebé era un poco inquieto, y se movía mucho, y Sungmin nos hacía saber eso dándose palmaditas, debía de sentirse raro tener un bebé dentro. Me daba cierta tristeza, pues Minnie había entrado en un estado de estancamiento, ya no progresaba y temía que se quedara así para siempre. Me causaba tristeza pensar que ella no disfrutaba de esta etapa como debería, y me ponía nervioso el pensar en el nuevo bebé.
¿Cómo podría dejar a tres niños pequeños? Yo ya no podía seguir aplazando mi gira por más tiempo, ni aunque Lee Soo Man fuera pariente de Minnie ¿Qué podría hacer? Los Kim, o más bien dicho Kangin, siempre me decían que podía dejar a Sunny y Minnie con ellos; pero recordando el pasado, Minnie siempre solía estar en mi casa o bajo el cuidado de Heechul, pues sus padres trabajaban todo el día ¿Cómo podrían cuidarlas? Y la idea de llevármelas de gira se hacía cada vez más grande. Pero el bebé tendría cuatro meses, y si Minnie no mejoraba, nadie podría hacerse cargo de la nueva bebé como era debido, y luego estaba Sunny; los doctores dijeron que nada de viajes agitados por un muy buen tiempo, que era mejor siempre estar alerta y cerca de un hospital, y en una gira eso era imposible; aunque su cáncer estaba superado, uno siempre debía de mantener las precauciones. Así que no era una posibilidad el salir de gira con las tres ¿Qué podía hacer?
- Tengo sueño…
Se quejó Sunny.
- Yo igual
Dijo Henry, ambos sobándose los ojos.
- Ya vayan a dormir
Ordenó mi omma.
- Pero es Navidad
Protestó Henry.
- Vayamos a dormir, Henry oppa – Sunny tomó la mano de mi hermano - ¿Qué no sabes que si no duermes, Santa Claus se llevará tus regalos?
- ¿En serio? – Henry la miró con una ceja alzada – Vamos Sunny… - terminó aceptando – Adiós a todos, buenas noches
- Buenas noches appa – Sunny corrió hacia mí y me dio un beso en la mejilla, yo solo sonreí – Buenas noches omma…
- Minnie…
- Te quiero – Sunny abrazó a Minnie y le dio un beso en la mejilla – Y a ti también Soo Yeon, ya quiero que salgas para jugar pequeña Jessica


***
- ¡Kyuhyunie, oppa! – Minnie vino corriendo hacia mí y me dio un fuerte abrazo - ¡¿A que no adivinas qué?!
-  ¿Qué?
Le pregunté, pasando mi brazo alrededor de sus hombros, como era habitual.
- Mi disfraz de Constance es hermoso – contestó ella, sonriendo ampliamente – En verdad me gusta mucho esto, creo que a esto me dedicaré cuando sea mayor
- ¿Quieres ser famosa?
Le pregunté, comenzando a caminar con ella.
- ¿Y quién no?
Me preguntó.
- Sería increíble ser famoso – admití – Fama, fortuna, chicas…
- Que sutil eres, oppa – Minnie rió – Tú serás cantante y yo actriz – dijo, sonriendo aún más – O si no seré música, tocando el piano en la sinfónica
- Eso suena bien, yo iría a verte
- Y yo iría a tus conciertos – sonreí al oír eso – ¿Te imaginas el futuro?
- No, nunca lo he hecho
  - Yo sí – Minnie sonrió – Me imagino siendo feliz, viviendo en una gran casa, con un esposo que me ame mucho, tú yendo a visitarme seguido – bajé la mirada, pues Minnie no me consideraba en su futuro como algo más que el amigo que iría a visitarla – Y mis dos hijas
- ¿Dos hijas?
- No quiero hijos, sino hijas
Minnie sonrió ampliamente, esa sonrisa que ponía cuando decía algo realmente tonto o absurdo, ella tenía sonrisas para todo.
- Ay Conejo, dices las cosas más extrañas
Reí.
- ¡No es cierto!
Minnie hizo un puchero y se cruzó de brazos, sonreí al ver eso, amaba sus pucheros.
- Sí lo es - dije y Minnie me dio un golpecito, yo solo reí - ¿Y cómo les pondrías?
- ¿A quién?
- A tus hijas
Contesté. Hacía poco que había admitido a mí mismo, que estaba enamorado de Minnie. Yo sabía que a ella le gustaba Zhou Mi, pero de igual forma, no la quería lejos. Aunque estuviera enamorado de ella y no fuera correspondido, prefería tenerla cerca como mi amiga a no tenerla, pues la sola idea de volver a estar lejos de Minnie hacía que me dé dolor de cabeza. Y si en el futuro no terminaba siendo nada más que su amigo, pues lo aceptaría, pues amaba a Minnie y si ella era feliz, yo igual… ¿O no?
- A una le pondría Soon Kyu – contestó, mirando al techo de forma soñadora – Y a la otra Soo Yeon
- En verdad tenías planeados los nombres de tus hijas – reí a carcajadas y ella me dio un zape – Eres la única chica de trece años que dice eso
- No te burles de mí, oppa
Minnie hizo un puchero y yo reí aún más.
- Lo siento Conejo, pero es que es muy extraño pensar en hijos a esta edad
- No lo es – Minnie se cruzó de brazos y me miró ceñuda, de igual forma se veía tierna – Solo por eso ya no serás el padrino de Soon Kyu
- Bueno, cuando exista – Minnie me dio otro zape – Le haré saber que no fui su padrino por reírme de su omma
- Pues también te prohibiré verlas
- Pero dijiste que querías que te visite todos los días
- Pues cambié de opinión, ya no quiero
- De igual forma no podría, estaría ocupado dando conciertos en el mundo
- Bien, porque te quiero bien lejos
- ¿En serio…?
Minnie me miró fijamente, nos habíamos detenido y nos mirábamos ¿Ella lo había dicho en serio o solo era producto de su enojo? Yo no podría estar lejos de ella, y jamás preferiría la fama a estar lejos de ella, porque sin ella yo no podía ser yo.
- No oppa, no lo decía en serio
Minnie miró el suelo, haciendo un puchero.
-Ten cuidado con lo que dices – le pedí - ¡Aish, Conejo tonto! – me quejé, siguiendo con nuestro camino, pero ya sin tenerla abrazada - ¡No me vuelvas a decir eso!
- Lo siento oppa… - Minnie corrió hacia mí y se abrazó a mi brazo – No lo volveré a decir, no te enojes
- Pues ya me enojé – la aparté – No quiero que vuelvas a decir eso
- De acuerdo – aceptó – No lo volveré a decir, lo juro
- Eres mi obediente Conejo – sonreí y Minnie también – Buena niña…
Llegamos a clases y nos sentamos en nuestra mesa habitual. La clase era aburrida y las palabras de Minnie resonaban en mi cabeza ¿Ser famoso sería divertido? A mí sí me gustaría poder cantar y dedicarme a eso, el teatro me había hecho darme cuenta de ello. Si no me quedaba congelado en el escenario y me agradaba la situación, pues podría tomar el ser cantante como una posible carrera en el futuro.
Llegó el recreo y todos salimos corriendo de las aulas. Me puse a conversar con mis amigos cuando Seohyun se me acercó, rodeándome el cuerpo con sus brazos. Yo volteé a verla, ella sonreía, entonces me dio un beso en los labios. Antes, cuando ella me besaba, solía sentir cosquillas en el estómago, nada comparada al maremoto de emociones que me hacía sentir Sungmin con uno de sus pucheros, pero al menos sentía algo; ahora, no había podido sentir nada. Seo me sonrió y luego enredó sus brazos alrededor de mi cintura, un abrazo nada comparado a los que Sungmin me daba.
- ¡Oppa!
Gritó Minnie de pronto y yo volteé a verla, ella estaba al otro lado del patio con sus amigas.
- ¿Qué pasa?
Pregunté, sintiendo como Seo apretaba su agarre.
- ¡Ven a ver mi vestido!
- ¡Ya voy!
Grité. Intenté avanzar pero Seo me lo impidió. Intenté zafarla pero ella no cedió. Solté un suspiro y la miré fijamente.
- No te dejaré ir con esa niña rosa
- Seo… solo iré a ver su vestido
- ¿Me quieres?
Me abrazó fuertemente. Yo miré al suelo y yo la aparté. Sabía que tarde o temprano tendría que terminar con ella, pues no la quería, pero al mismo tiempo no lo hacía, y era por egoísmo. Si Minnie no podía amarme como yo a ella, al menos tenía a Seo para llenar ese espacio; Siwon decía que no estaba bien hacer eso, pero de esta forma todo podía ser más fácil ¿O no? Así ya no me afectaría el que a ella le gustara Zhou Mi ¿Qué más podía hacer? ¡No me gustaba sentirme así de mal cada vez que oía a Minnie hablar del edificio andante! ¡Las cosas no debían de ser así! ¡Todo esto era tan frustrante! ¡¿Por qué me tenía que enamorar de mi mejor amiga?!
- Sí Seo, te quiero
Contesté sin ánimo alguno.
- ¿Quieres ir mañana al cine?
- Está bien – acepté y ella sonrió – Ahora… - Seo me dio un beso, sin dejarme hablar - ¿Puedo ir a ver a Minnie?
- Bien… - aceptó ella, haciendo un puchero, otra vez no era nada comparado a los que Minnie hacía – Pero solo porque me quieres a mí y no a esa niña Conejo
- Sungmin es agradable, deberían tratar de llevarse bien
Dije, aunque dudaba mucho que eso fuese a suceder algún día. Seo me soltó y yo corrí hacia Minnie, quien se había quedado parada viéndome desde el otro lado del patio de recreo. Llegué donde estaba mi Conejo y ella me dedicó una de sus sonrisas especiales, ella siempre decía que tenía una sonrisa especial para Cho Kyuhyun, aunque eso significaba que era una sonrisa exclusiva para su mejor amigo. Rodeé sus hombros con mi brazo y entonces comenzamos a caminar hacia el auditorio.
- ¿Por qué demoraste, oppa?
- Porque a Seohyun no le agradas
- Yo soy adorable, no sé porqué no le agrado
- Porque eres mi Conejo
Miré el suelo al decir eso. Esa simple frase tenía dos significados totalmente diferentes para ambos. Para ella era como un título, el título de ser la mejor amiga de Cho Kyuhyun; para mí era un contrato, el contrato que decía que Kim Sungmin le pertenecía a Cho Kyuhyun, y a cambio, yo le entregaba mi corazón.
- Y tú mi Lobito
- ¿Qué?
La miré confundido.
- Es que eres ágil, intrépido, audaz y muchas otras cualidades que me gustan de ti – contestó ella – Somos la pareja de un lobo y un Conejo
- Que extraña pareja somos
Reí.
- Y Donghae es un pez, Eunhyuk un monito, Wookie es una jirafa y Yesung una tortuga – siguió diciendo ella – Y juntos somos ELF
- Sí, los Everlasting Friends del zoológico
Sungmin comenzó a reír y yo no pude evitar hacerlo también. Llegamos al auditorio y Minnie me guió hacia los camerinos. Ella entró y yo espere afuera, y al cabo de cinco minutos, ella volvió a salir. Mi corazón se transformó en una estampida, sentí calor en mi interior y no podía ver a Minnie. Su vestido era rosado, para variar, y se veía… angelical no llegaba a completar lo hermosa que se veía, incluso la palabra hermosa no llegaba a completarlo.
- ¿Cómo me veo?
- Te ves… - miré a Minnie, ella sonreía, y mi corazón seguía latiendo a toda velocidad – Muy bonita
- ¡Gracias oppa! – Minnie me abrazó, yo le correspondí el abrazo – Zhou Mi dijo que me veía muy bella cuando me vio
- ¿Trajiste a Zhou Mi a verte antes que a mí?
Sentí como si una lija hubiera descendido por mi esófago y llegado a mi estómago donde las entrañas se me empezaron a quemar, y el corazón comenzó a dolerme.
- Sí – contestó ella sonriendo y con las mejillas sonrojadas – Creo que yo también le gusto
- ¿Qué le ves a Zhou Mi?
No pude contenerme, tenía que saberlo.
- Pues… - Minnie se sonrojó aún más – Es alto… - yo soy alto también – Es gracioso… - ¡Hago bromas a todo el mundo! Crueles ¡Pero bromas! – Siempre está sonriendo… - todos dicen que tengo linda sonrisa – Me trata bien… - de acuerdo, en es diferíamos, pues hasta hace poco Minnie seguía siendo mi sirvienta – Y es guapo
- Yo también soy guapo
Me mordí la lengua tan pronto como dije eso.
- Oppa… - Minnie me miró - ¿Te molesta que me guste Zhou Mi?
- ¿Qué te hace pensar eso?
Miré a otro lado con el entrecejo fruncido.
- Tu rostro – contestó ella, tomando mi brazo – Dime, oppa – me pidió - ¿Te molesta que me guste Zhou Mi?
- No me agrada él
- Y a mí no me agrada Seohyun, pero ella es tu novia
- Zhou Mi no es tu novio
- Pero es el chico que me gusta
- Pues no es lo mismo
- Sí lo es – miré a Minnie, estaba extrañamente seria – Así como yo respeto que una chica que no me agrada sea tu novia, tú respeta que me guste un chico que no te agrada
- ¡Aish, no me pidas eso! - protesté, no quería seguir escuchándola, dolía – Es que… - miré a Minnie – Eres mi Conejo… - confesé – Mío – Minnie me miró con los ojo bien abiertos, yo solo quería sacar ese sentimiento de mi corazón, confesárselo de una vez y que el Dios de Siwon haga el resto – No quiero que seas de nadie más
- Kyuhyun… - Minnie acarició mi mejilla – Oppa, no te preocupes – la miré, tomando su mano – Siempre seré tu Conejo – sentí una presión en el pecho, ella estaba a punto de aplastarme otra vez – Siempre serán mi mejor amigo aunque tengamos mil novios cada uno – entonces me abrazó, y con eso terminó de destrozarme – Te quiero oppa
- Yo también te quiero Conejo
- Oppa… mañana será mi presentación de artes marciales – me informó - ¿Quieres venir?
- No me perdería nada que tuviera que ver contigo
Contesté, sonriendo a pesar del dolor mi pecho.
- Eres el mejor, oppa
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1 comentario:

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