Capítulo 9
***
Los meses
siguieron pasando, ya era diciembre y la casa estaba siendo decorada con los
motivos navideños.
Sungmin miraba a todos lados boquiabierta, los adornos y demás
le llamaban mucho la atención. Ella jugaba con la nieve, siempre bajo mi
supervisión; y se frustraba por no poder moverse con facilidad, pues con un
vientre de casi ocho meses, no podía moverse mucho.
- Appa… - miré a Sunny, ella jalaba
mi pantalón – Hagamos un muñeco de nieve
Y así lo
hicimos, con Minnie observándonos, sentada en su mecedora, pues el vientre le
pesaba mucho.
Minnie se veía bellísima, se veía incluso más bella que lo
habitual, el embarazo le sentaba bien. Terminamos con el muñeco y los tres
volvimos a entrar en la casa, un poco de chocolate caliente sería la solución
para el tempano en el que vivíamos.
La mañana del veinticuatro mi casa fue invadida, por primera
vez en tres años, por mi familia. Mi appa, mi omma, Henry y Siwon, vinieron,
todos con regalos, que no eran para mí, sino para mi hija. Pero no solo eran
los Cho, los Kim habían decidido pasar las fiestas en mi casa también, o bueno,
Heechul lo había decidido, pues mis suegros prácticamente ya vivían aquí.
Ya era de noche, todos con nuestras copas de champagne, menos
Minnie, Sunny y Henry, ellos tenían chocolate caliente. El reloj hacía el
habitual tic tac, al ritmo de mi corazón. No sabía por qué, pero me sentía muy
feliz de estar con todos en Navidad. Debía de ser porque era la primera vez en
tres años que no tenía un evento en esta fecha, o un evento en el extranjero, o
simplemente porque era la primera en tres años, que pasaba con Sungmin de
nuevo. Fuera cual fuese la razón, era la mejor Navidad de todas.
- ¡Feliz Navidad!
Gritamos todos, abrazándonos y deseándonos bendiciones. Siwon
puso los villancicos y mi suegro encendió la pirotecnia. El cielo se ternó de
mil colores y formas, y todos sonreíamos. Miré a Minnie, ella solo se tapaba
los oídos, pero no parecía asustada. Ella no se asustaba con facilidad, como
cuando nos subíamos a la montaña rusa y todos lloraban menos ella; Minnie era
un valiente Conejo.
- ¡Hora de los regalos! – anunció
Leeteuk – Chula, ayúdame
Volvimos a entrar en la casa y nos reunimos alrededor del
árbol. Había muchos regalos acomodados con delicadeza; algunos grandes y con
moños dorados, y otros pequeños y discretos, pero todo era muy colorido.
Suponía que eso era la representación del toque femenino, y pensar en que
viviré el resto de mis días con tres mujeres, me hacía sonreír.
Sunny y Henry atacaron el árbol y comenzaron a abrir sus
regalos. Muñecas para ella y videojuegos nuevos para él, ambos sonreían de la
emoción. Los adultos tomamos los pequeños regalos y nos los entregamos, era
imposible pensar que alguno de los regalos de caja grande podía ser para
nosotros, a menos que seas Wookie y recibas una nueva olla.
De omma y appa recibí un reloj de plata; de Siwon una
billetera que se veía muy fina; de los padres de Minnie recibí un álbum, que al
abrirlo me dejó mudo, pues eran fotografías de Minnie cuando estaba embarazada
de Sunny, y varias fotos de ella de bebé; esas fotografías nunca las había
visto, pero por lo menos con eso podría llenar el espacio que le faltaba a mi
memorias de experiencias, aunque nunca reemplazaría a las vividas o a las que
viviré con el nuevo bebé.
- Toma Minnie
Le entregué mi regalo a Sungmin, quien se daba palmaditas en
el vientre. La doctora dijo que el bebé era un poco inquieto, y se movía mucho,
y Sungmin nos hacía saber eso dándose palmaditas, debía de sentirse raro tener
un bebé dentro. Me daba cierta tristeza, pues Minnie había entrado en un estado
de estancamiento, ya no progresaba y temía que se quedara así para siempre. Me
causaba tristeza pensar que ella no disfrutaba de esta etapa como debería, y me
ponía nervioso el pensar en el nuevo bebé.
¿Cómo podría dejar a tres niños pequeños? Yo ya no podía
seguir aplazando mi gira por más tiempo, ni aunque Lee Soo Man fuera pariente
de Minnie ¿Qué podría hacer? Los Kim, o más bien dicho Kangin, siempre me
decían que podía dejar a Sunny y Minnie con ellos; pero recordando el pasado,
Minnie siempre solía estar en mi casa o bajo el cuidado de Heechul, pues sus
padres trabajaban todo el día ¿Cómo podrían cuidarlas? Y la idea de llevármelas
de gira se hacía cada vez más grande. Pero el bebé tendría cuatro meses, y si
Minnie no mejoraba, nadie podría hacerse cargo de la nueva bebé como era
debido, y luego estaba Sunny; los doctores dijeron que nada de viajes agitados
por un muy buen tiempo, que era mejor siempre estar alerta y cerca de un
hospital, y en una gira eso era imposible; aunque su cáncer estaba superado,
uno siempre debía de mantener las precauciones. Así que no era una posibilidad
el salir de gira con las tres ¿Qué podía hacer?
- Tengo sueño…
Se quejó Sunny.
- Yo igual
Dijo Henry, ambos sobándose los ojos.
- Ya vayan a dormir
Ordenó mi omma.
- Pero es Navidad
Protestó Henry.
- Vayamos a dormir, Henry oppa –
Sunny tomó la mano de mi hermano - ¿Qué no sabes que si no duermes, Santa Claus
se llevará tus regalos?
- ¿En serio? – Henry la miró con una
ceja alzada – Vamos Sunny… - terminó aceptando – Adiós a todos, buenas noches
- Buenas noches appa – Sunny corrió
hacia mí y me dio un beso en la mejilla, yo solo sonreí – Buenas noches omma…
- Minnie…
- Te quiero – Sunny abrazó a Minnie
y le dio un beso en la mejilla – Y a ti también Soo Yeon, ya quiero que salgas
para jugar pequeña Jessica
***
- ¡Kyuhyunie, oppa! – Minnie vino
corriendo hacia mí y me dio un fuerte abrazo - ¡¿A que no adivinas qué?!
-
¿Qué?
Le pregunté, pasando mi brazo alrededor de sus hombros, como
era habitual.
- Mi disfraz de Constance es hermoso
– contestó ella, sonriendo ampliamente – En verdad me gusta mucho esto, creo
que a esto me dedicaré cuando sea mayor
- ¿Quieres ser famosa?
Le pregunté, comenzando a caminar con ella.
- ¿Y quién no?
Me preguntó.
- Sería increíble ser famoso –
admití – Fama, fortuna, chicas…
- Que sutil eres, oppa – Minnie rió
– Tú serás cantante y yo actriz – dijo, sonriendo aún más – O si no seré
música, tocando el piano en la sinfónica
- Eso suena bien, yo iría a verte
- Y yo iría a tus conciertos –
sonreí al oír eso – ¿Te imaginas el futuro?
- No, nunca lo he hecho
- Yo sí – Minnie
sonrió – Me imagino siendo feliz, viviendo en una gran casa, con un esposo que
me ame mucho, tú yendo a visitarme seguido – bajé la mirada, pues Minnie no me
consideraba en su futuro como algo más que el amigo que iría a visitarla – Y
mis dos hijas
- ¿Dos hijas?
- No quiero hijos, sino hijas
Minnie sonrió ampliamente, esa sonrisa que ponía cuando decía
algo realmente tonto o absurdo, ella tenía sonrisas para todo.
- Ay Conejo, dices las cosas más
extrañas
Reí.
- ¡No es cierto!
Minnie hizo un puchero y se cruzó de brazos, sonreí al ver
eso, amaba sus pucheros.
- Sí lo es - dije y Minnie me dio
un golpecito, yo solo reí - ¿Y cómo les pondrías?
- ¿A quién?
- A tus hijas
Contesté. Hacía poco que había admitido a mí mismo, que estaba
enamorado de Minnie. Yo sabía que a ella le gustaba Zhou Mi, pero de igual
forma, no la quería lejos. Aunque estuviera enamorado de ella y no fuera
correspondido, prefería tenerla cerca como mi amiga a no tenerla, pues la sola
idea de volver a estar lejos de Minnie hacía que me dé dolor de cabeza. Y si en
el futuro no terminaba siendo nada más que su amigo, pues lo aceptaría, pues
amaba a Minnie y si ella era feliz, yo igual… ¿O no?
- A una le pondría Soon Kyu –
contestó, mirando al techo de forma soñadora – Y a la otra Soo Yeon
- En verdad tenías planeados los
nombres de tus hijas – reí a carcajadas y ella me dio un zape – Eres la única
chica de trece años que dice eso
- No te burles de mí, oppa
Minnie hizo un puchero y yo reí aún más.
- Lo siento Conejo, pero es que es
muy extraño pensar en hijos a esta edad
- No lo es – Minnie se cruzó de
brazos y me miró ceñuda, de igual forma se veía tierna – Solo por eso ya no
serás el padrino de Soon Kyu
- Bueno, cuando exista – Minnie me
dio otro zape – Le haré saber que no fui su padrino por reírme de su omma
- Pues también te prohibiré verlas
- Pero dijiste que querías que te
visite todos los días
- Pues cambié de opinión, ya no
quiero
- De igual forma no podría, estaría
ocupado dando conciertos en el mundo
- Bien, porque te quiero bien lejos
- ¿En serio…?
Minnie me miró fijamente, nos habíamos detenido y nos
mirábamos ¿Ella lo había dicho en serio o solo era producto de su enojo? Yo no
podría estar lejos de ella, y jamás preferiría la fama a estar lejos de ella,
porque sin ella yo no podía ser yo.
- No oppa, no lo decía en serio
Minnie miró el suelo, haciendo un puchero.
-Ten cuidado con lo que dices – le
pedí - ¡Aish, Conejo tonto! – me quejé, siguiendo con nuestro camino, pero ya
sin tenerla abrazada - ¡No me vuelvas a decir eso!
- Lo siento oppa… - Minnie corrió
hacia mí y se abrazó a mi brazo – No lo volveré a decir, no te enojes
- Pues ya me enojé – la aparté – No
quiero que vuelvas a decir eso
- De acuerdo – aceptó – No lo
volveré a decir, lo juro
- Eres mi obediente Conejo – sonreí
y Minnie también – Buena niña…
Llegamos a clases y nos sentamos en nuestra mesa habitual. La
clase era aburrida y las palabras de Minnie resonaban en mi cabeza ¿Ser famoso
sería divertido? A mí sí me gustaría poder cantar y dedicarme a eso, el teatro
me había hecho darme cuenta de ello. Si no me quedaba congelado en el escenario
y me agradaba la situación, pues podría tomar el ser cantante como una posible
carrera en el futuro.
Llegó el recreo y todos salimos corriendo de las aulas. Me
puse a conversar con mis amigos cuando Seohyun se me acercó, rodeándome el
cuerpo con sus brazos. Yo volteé a verla, ella sonreía, entonces me dio un beso
en los labios. Antes, cuando ella me besaba, solía sentir cosquillas en el
estómago, nada comparada al maremoto de emociones que me hacía sentir Sungmin
con uno de sus pucheros, pero al menos sentía algo; ahora, no había podido
sentir nada. Seo me sonrió y luego enredó sus brazos alrededor de mi cintura,
un abrazo nada comparado a los que Sungmin me daba.
- ¡Oppa!
Gritó Minnie de pronto y yo volteé a verla, ella estaba al
otro lado del patio con sus amigas.
- ¿Qué pasa?
Pregunté, sintiendo como Seo apretaba su agarre.
- ¡Ven a ver mi vestido!
- ¡Ya voy!
Grité. Intenté avanzar pero Seo me lo impidió. Intenté zafarla
pero ella no cedió. Solté un suspiro y la miré fijamente.
- No te dejaré ir con esa niña rosa
- Seo… solo iré a ver su vestido
- ¿Me quieres?
Me abrazó fuertemente. Yo miré al suelo y yo la aparté. Sabía
que tarde o temprano tendría que terminar con ella, pues no la quería, pero al
mismo tiempo no lo hacía, y era por egoísmo. Si Minnie no podía amarme como yo
a ella, al menos tenía a Seo para llenar ese espacio; Siwon decía que no estaba
bien hacer eso, pero de esta forma todo podía ser más fácil ¿O no? Así ya no me
afectaría el que a ella le gustara Zhou Mi ¿Qué más podía hacer? ¡No me gustaba
sentirme así de mal cada vez que oía a Minnie hablar del edificio andante! ¡Las
cosas no debían de ser así! ¡Todo esto era tan frustrante! ¡¿Por qué me tenía
que enamorar de mi mejor amiga?!
- Sí Seo, te quiero
Contesté sin ánimo alguno.
- ¿Quieres ir mañana al cine?
- Está bien – acepté y ella sonrió
– Ahora… - Seo me dio un beso, sin dejarme hablar - ¿Puedo ir a ver a Minnie?
- Bien… - aceptó ella, haciendo un
puchero, otra vez no era nada comparado a los que Minnie hacía – Pero solo
porque me quieres a mí y no a esa niña Conejo
- Sungmin es agradable, deberían
tratar de llevarse bien
Dije, aunque dudaba mucho que eso fuese a suceder algún día.
Seo me soltó y yo corrí hacia Minnie, quien se había quedado parada viéndome
desde el otro lado del patio de recreo. Llegué donde estaba mi Conejo y ella me
dedicó una de sus sonrisas especiales, ella siempre decía que tenía una sonrisa
especial para Cho Kyuhyun, aunque eso significaba que era una sonrisa exclusiva
para su mejor amigo. Rodeé sus hombros con mi brazo y entonces comenzamos a
caminar hacia el auditorio.
- ¿Por qué demoraste, oppa?
- Porque a Seohyun no le agradas
- Yo soy adorable, no sé porqué no
le agrado
- Porque eres mi Conejo
Miré el suelo al decir eso. Esa simple frase tenía dos
significados totalmente diferentes para ambos. Para ella era como un título, el
título de ser la mejor amiga de Cho Kyuhyun; para mí era un contrato, el
contrato que decía que Kim Sungmin le pertenecía a Cho Kyuhyun, y a cambio, yo
le entregaba mi corazón.
- Y tú mi Lobito
- ¿Qué?
La miré confundido.
- Es que eres ágil, intrépido, audaz
y muchas otras cualidades que me gustan de ti – contestó ella – Somos la pareja
de un lobo y un Conejo
- Que extraña pareja somos
Reí.
- Y Donghae es un pez, Eunhyuk un
monito, Wookie es una jirafa y Yesung una tortuga – siguió diciendo ella – Y
juntos somos ELF
- Sí, los Everlasting Friends del
zoológico
Sungmin comenzó a reír y yo no pude evitar hacerlo también.
Llegamos al auditorio y Minnie me guió hacia los camerinos. Ella entró y yo
espere afuera, y al cabo de cinco minutos, ella volvió a salir. Mi corazón se
transformó en una estampida, sentí calor en mi interior y no podía ver a
Minnie. Su vestido era rosado, para variar, y se veía… angelical no llegaba a
completar lo hermosa que se veía, incluso la palabra hermosa no llegaba a
completarlo.
- ¿Cómo me veo?
- Te ves… - miré a Minnie, ella
sonreía, y mi corazón seguía latiendo a toda velocidad – Muy bonita
- ¡Gracias oppa! – Minnie me
abrazó, yo le correspondí el abrazo – Zhou Mi dijo que me veía muy bella cuando
me vio
- ¿Trajiste a Zhou Mi a verte antes
que a mí?
Sentí como si una lija hubiera descendido por mi esófago y
llegado a mi estómago donde las entrañas se me empezaron a quemar, y el corazón
comenzó a dolerme.
- Sí – contestó ella sonriendo y
con las mejillas sonrojadas – Creo que yo también le gusto
- ¿Qué le ves a Zhou Mi?
No pude contenerme, tenía que saberlo.
- Pues… - Minnie se sonrojó aún más
– Es alto… - yo soy alto también – Es gracioso… - ¡Hago bromas a todo el mundo!
Crueles ¡Pero bromas! – Siempre está sonriendo… - todos dicen que tengo linda
sonrisa – Me trata bien… - de acuerdo, en es diferíamos, pues hasta hace poco
Minnie seguía siendo mi sirvienta – Y es guapo
- Yo también soy guapo
Me mordí la lengua tan pronto como dije eso.
- Oppa… - Minnie me miró - ¿Te
molesta que me guste Zhou Mi?
- ¿Qué te hace pensar eso?
Miré a otro lado con el entrecejo fruncido.
- Tu rostro – contestó ella, tomando
mi brazo – Dime, oppa – me pidió - ¿Te molesta que me guste Zhou Mi?
- No me agrada él
- Y a mí no me agrada Seohyun, pero
ella es tu novia
- Zhou Mi no es tu novio
- Pero es el chico que me gusta
- Pues no es lo mismo
- Sí lo es – miré a Minnie, estaba
extrañamente seria – Así como yo respeto que una chica que no me agrada sea tu
novia, tú respeta que me guste un chico que no te agrada
- ¡Aish, no me pidas eso! - protesté,
no quería seguir escuchándola, dolía – Es que… - miré a Minnie – Eres mi Conejo…
- confesé – Mío – Minnie me miró con los ojo bien abiertos, yo solo quería
sacar ese sentimiento de mi corazón, confesárselo de una vez y que el Dios de
Siwon haga el resto – No quiero que seas de nadie más
- Kyuhyun… - Minnie acarició mi
mejilla – Oppa, no te preocupes – la miré, tomando su mano – Siempre seré tu Conejo
– sentí una presión en el pecho, ella estaba a punto de aplastarme otra vez –
Siempre serán mi mejor amigo aunque tengamos mil novios cada uno – entonces me
abrazó, y con eso terminó de destrozarme – Te quiero oppa
- Yo también te quiero Conejo
- Oppa… mañana será mi presentación
de artes marciales – me informó - ¿Quieres venir?
- No me perdería nada que tuviera
que ver contigo
Contesté, sonriendo a pesar del dolor mi pecho.
- Eres el
mejor, oppa0000000000000000000000000
LO
DEJARON EN LA FRIENDZONE!
ESPERO
QUE LES HAYA GUSTADO
Comenten!!!
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