miércoles, 14 de enero de 2015

No Quiero que me Olvides (Kyumin) - 11



Capítulo 11





***
- Te quiero…
La miré sin poder creerlo ¿Lo había dicho? ¿Había escuchado bien? ¿Era producto de mi imaginación? ¿Había bebido lo suficiente como para oír cosas?
Minnie se sostenía el vientre y me miraba con una sonrisa de oreja a oreja. Yo sostenía su pastel sorpresa de cumpleaños, algo que había comprado en secreto solo para ella, para cuando estuviéramos solos en la sala. Ella me miraba sonriente, las manos me temblaban, y el corazón me latía. Miré a Minnie de nuevo, ella solo sonreía.
- Minnie…
Dejé el pastel a un lado, pues mis manos temblaban mucho.
- Te quiero Kyuhyun…
No la dejé decir nada más, entonces atrapé sus labios con los míos. No me importaba si solo lo estaba repitiendo, no me importaba si era mi imaginación mezclada con el alcohol de la fiesta de Año Nuevo, yo estaba desesperado por recuperarla.
Sentí como Minnie me daba empujoncitos, debía de quererme alejar, pero no se lo permití. Esto estaba mal, lo sabía, no debía hacer esas cosas o se podría asustar, pero no podía evitarlo. De las tantas cosas que deseaba por Año Nuevo, que Minnie recupere la consciencia al completo era la principal. Lo que más quería era que Minnie volviera a ser el Conejo que tanto amaba.
Me separé de Minnie, ella estaba sonrojada y se tomaba el pecho con una mano. La miré temeroso; ella hizo un puchero y el llanto se hizo presente. Intenté acercármele, pero retrocedió un paso, cayendo sentada en su cama. Sungmin lloraba y blandía su Conejo de felpa como si fuera un arma. Ella me tenía miedo ¡Bonita forma de arruinar el Año Nuevo, Kyuhyun!
Me senté en el sofá y miré a Minnie, ella palmeaba su vientre y lloraba. Lo lamentaba, obvio que lo hacía. Lamentaba ser un idiota, lamentaba extrañarla a tal punto de no poder controlar mis acciones, lamentaba haber causado ese daño en ella, lamentaba cada una de las acciones que me llevaron a este punto.
Miré a Minnie, ella dormía. La observé por cinco minutos más, apreciando su belleza singular y el rastro de lágrimas en sus mejillas. La seguí observando y entonces las lágrimas cayeron por mis mejillas. Con un beso la había logrado conquistar, con un beso había logrado hacer que el mundo cambie, con un beso hice que una nueva vida naciera, y con un beso espanté a mi amada.


***
Minnie y Zhou Mi, Zhou Mi y Minnie, tan extraño y tan cierto ¿Cómo había pasado? ¿Cuándo había pasado? Pero ahí estaban ellos, delante de mí, dándose un beso. Ella sonreía, él también; yo solo miraba, pues realmente no podía hacer nada.
Di media vuelta y entré en el baño, me miré al espejo, me veía pálido, como si acabase de ver un fantasma, y mis ojos se empezaron a humedecer ¡Maldito el día en que me enamoré de mi mejor amiga! Ahora ella estaba con Zhou Mi, y mi corazón estaba destrozado.
- ¡Kyuhyunie! – gritó Minnie al verme salir del baño – Oppa, adivina qué
- ¿Eres novia de Zhou Mi?
Pregunte con el corazón en el suelo.
- ¡Sí! – contestó ella ayer – Me lo pidió ayer
El edificio andante y mi Conejo habían empezado a salir desde aquel día de la presentación de artes marciales, eso hace un mes. Él empezó a ir a los ensayos de la obra y nos acompañaba a nuestras casas, o más bien a Minnie; también empezó a quedarse toda la tarde en la casa de Minnie, por lo que ella ya no iba a almorzar a la mía, yo extrañaba cocinarle; pero lo peor de todo era que a Kangin le agradaba ¡¿Cómo compites contra eso?! Pero no había competencia alguna, pues a ella le gustaba él y así eran las cosas; se sentía horrible no ser correspondido.
- Me alegro
Mentí.
  - No te preocupes – Minnie me dio un abrazo – Yo sí nunca te dejaré por él
  - ¿Lo prometes?
Pregunté, apretándola contra mí.
- ¡Obvio Lobito! – Minnie sonrió – Porque siempre seremos ELF
- Hasta que la muerte nos separe
- Incluso después
- Te quiero Conejo
- Yo también Lobito
Ella se separó de mí y entonces corrió hacia su ahora novio. Él la tomó de la mano y mi corazón fue pisoteado ¿Podía doler más? Ella le sonrió y le dio un beso en la mejilla; sí podía dolor más, dolía el doble.
Los días siguieron pasando y pronto la nueva pareja estaba cumpliendo su primer mes. Ver a Sungmin en clases se volvió muy difícil. Ella se seguía sentando a mi lado, se seguía yendo conmigo a nuestras casas, y volvió almorzar en mi casa; pero las cosas ya no eran las mismas. Constantemente me hablaba de lo lindo que era Zhou Mi, de lo gentil que era, de lo feliz que la hacía; yo solo escuchaba, pero dolía mucho.
Debido a todo lo que ocurría con Minnie, mi desempeño en la obra escolar se vio afectado. Ya no lograba ponerle el sentimiento a mis diálogos, no podía cantar una sola canción, y sobre todo, no podía hacer las dichosas escenas de besos. Todos se quejaban, pues faltaba poco para el estreno y yo era incapaz de hacer las escenas.
¡Es que no me sentía cómodo! Ella venía hacia mí y hacía la finta de querer besarme, y yo huía. El día del estreno nos íbamos a tener que besar de verdad y yo no podría hacerlo. Quería besarla, moría por hacerlo, pero no así, no ahora que su corazón era de Zhou Mi.
- Oppa… tú estás muy distraído últimamente – dijo ella mientras caminábamos hacia nuestras casas - ¿Es porque terminaste con Seohyun?
- No
Contesté.
- ¿Entonces?
Preguntó ella.
- ¡Minnie, pastel de calabaza!
Señalé el escaparate de una panadería
- Oh… no tengo dinero
Se lamentó, haciendo uno de sus adorables pucheros.
- Te compro uno – dije, tomando su mano y entrando en la panadería – Solo porque es tu favorito
- ¿Cómo sabes eso?
Preguntó ella.
- Te conozco desde los cuatro años – le recordé - ¿Cómo no saberlo?
- Cierto…
Minnie sonrió.
- Un pastel de calabaza – pedí – Y póngale ese adorno de Conejo
- Aquí tiene
Me dijo la señorita, yo pagué y me fui con Minnie.
- Gracias oppa
Dijo ella, comiendo su pastel con una gran sonrisa.
- No te ensucies
Dije, limpiándole la comisura de la boca.
- A Zhou Mi no le gustan las calabazas
Me informó ella.
- Es una lástima, porque tú amas las comidas con calabazas
- ¡Sí! – Minnie infló las mejillas – Lo invité a comer a mi casa ayer, le cociné y me dijo que no le gustaba – intenté no reír - ¡Me dijo que no le gustó mi comida porque llevaba calabazas!
Minnie se veía muy enfadada. Para ella cocinar era algo muy importante, le ponía su pasión y amor a cada plato que hacía; tal vez no era excelente cocinera como Ryewook, pero se defendía y era delicioso lo que preparaba. Minnie amaba las calabazas, aunque su fruta favorita era la fresa, pero la calabaza era la fruta que le gustaba en cada comida. Me causaba gracia que el edificio andante no fuera tan perfecto para ella.
- ¿Qué te parece si te invito a almorzar?
Le pregunté.
- ¿Qué me prepararás?
- Mi especialidad
- Ummm… - Minnie me miró sonriente – Fideos estilo Kyuhyun
- Los únicos e inigualables
Reí yo.
- De acuerdo – aceptó ella – De paso que repasamos esa escena del beso
Me detuve abruptamente y la miré boquiabierto.
- Conejo, no te voy a besar
- ¿Por qué no? – preguntó ella, terminando su pastel – Tenemos que hacerlo
- Es que…
- Solo imagínate que soy otra persona – me sugirió, aunque no quería hacerlo – Imagínate que soy alguien que te gusta
- Eso no será muy difícil
Admití, aunque ella no podía saberlo.
- ¡Excelente!
- Pero no ensayaré esa escena en mi casa, es incómodo
- Pero tu casa es prácticamente la mía
Minnie hizo un puchero y yo sonreí.
- Henry estará ahí, nos molestará mucho
- Bueno…
Terminó aceptando ella. Fuimos a mi casa y me dispuse a prepararle los fideos. Yo no era un gran cocinero, la verdad es que detestaba hacerlo, pero cuando se trataba de Sungmin, me encantaba hacerlo. Quería siempre poder hacerlo bien por ella, para que me sonría, aunque ella me sonreiría así estuviera incomible lo que prepare.
En la noche, después de que hicimos las tareas, Minnie volvió a su casa. Miraba el techo, sintiendo una presión en el pecho, pues tendría que verla de nuevo con Zhou Mi ¿Es que ella no podía ver acaso lo enamorado que estaba? ¿Qué no veía que yo lo único que quería era matar a Zhou Mi y enterrarlo para que nunca nadie más vuelva a posar sus labios en ella? ¿Era mucho sentimiento proveniente de un niño de trece años? Para nada, yo no era muy joven para poder sentir con tanta intensidad.
El día siguiente se fue corriendo, los ensayos de la obra eran cada vez más largos, pues faltaba poco para el estreno de la obra. Las escenas donde tenía que besar a Sungmin se me hacían muy difíciles, aunque realmente no la besaba, pero el día de la obra sí tendría que hacerlo y eso me ponía nervioso. En verdad quería besarla, pero no así, no en una obra y a ella gustándole Zhou Mi.
Los días siguieron pasando y Minnie y yo pasábamos mucho tiempo juntos debido a la obra; esto, según ella, traía problemas a su reciente relación, pues no podía ver a Zhou Mi. Eso me traía sin cuidado, pero ella realmente se veía afectada por no estar “en buenos términos” con él. Odiaba verla triste, pero no podía hacer nada.
- Él está enojado conmigo – me decía ella, sentada a mi lado en la hora del recreo, no habíamos salido del aula por repasar los diálogos – Y tiene toda la razón en enojarse
- Claro que no Conejo – ella me miró confundida – Estás haciendo algo que te gusta, él debería entender eso
- Pero…
- Que Zhou Mi sea tu novio, no quiere decir que puede controlar lo que haces – ella asintió – Tú debes de seguir siendo Sungmin, la niña rara de la clase que le gusta mucho la música y el teatro
- ¿Me dijiste rara?
Preguntó, soltando una risita.
- Sabes que lo eres Minnie
Reí y ella me dio un golpecito en el brazo.
- Eres malo oppa – rió ella – Me has subido el ánimo
- Soy tu oppa, de eso me encargo yo – ella sonrió – Ya no estés triste – extendí mis brazos y ella me abrazó – Te quiero Conejo…
- Yo también Lobito
- Minnie…
Ahí estaba Zhou Mi, mirándonos. A pesar de que teníamos solo trece años, temas como los celos y peleas eran muy normales. Zhou Mi me miró se veía enfadado. Minnie se separó de mí y caminó hacia él; Zhou Mi le tomó de la mano y juntos se fueron del salón de clases.
Esa tarde en el ensayo, Zhou Mi se quedó a vernos. Con él ahí, ahora era Minnie la que no podía hacer las escenas de besos, y eso molestaba a la profesora, pero Minnie no hacia nada. Después de un exhaustivo ensayo, volvimos a nuestras casas.
- Mira mi gorro – me pidió Minnie, mostrándome su gorro de panda y colocándoselo en la cabeza - ¿Me queda bien?
- Te verías mejor sin el
Dijo Zhou Mi, quien cargaba las cosas de Minnie.
- Pero…
Minnie se veía desanimada.
- A Minnie le encantan los gorros – dije, mirando a Zhou Mi, quien me fulminaba con la mirada – Déjale usar algo que le gusta
- Oppa…
Miré a Minnie.
- ¡Cierto! – recordé de pronto y empecé a buscar en mi mochila – Toma Minnie, los hizo mi omma
- ¡Que rico! – exclamó ella - ¡De fresa!
- Su fruta favorita es la fresa
Le dije a Zhou Mi y este se cruzó de brazos.
- Sabes mucho de Sungmin
Dijo y yo asentí.
- Es mi Conejo, la conozco desde siempre, es obvio que la conozco
- Chicos…
Empezó a decir Sungmin.
- Ten cuidado Cho – Zhou Mi se paró delante de mí, me llevaba unos centímetros de diferencia – Recuerda que ella es mi novia
- Es mi mejor amiga - me le enfrenté, no me importaba si me golpeaba, lo golpearía dos veces más – Tú más bien recuérdalo
- Chicos…
- Ella sigue siendo mi novia – él me miró fijamente – Recuerda que es a mí a quien quiere
Lo miré fijamente, él tenía una sonrisa burlona en el rostro ¿Es que acaso él sabía algo sobre mis sentimientos por Sungmin? Él nos conocía a ambos desde siempre, debió haber sido un espectador meticuloso. Me puse a pensar en Eunhyuk y sus constantes bromas sobre Minnie y yo, incluso me puse a pensar en Seo y sus celos ¿Es que era tan evidente? Y si lo era ¿Por qué Minnie no se daba cuenta?
- Zhou Mi, ya basta
Pidió Minnie, tomándolo del brazo y llevándoselo unos pasos más adelante.
- ¿De qué sirve que sea tu novia si no conoces nada de ella? – pregunté – Has estudiado a nuestro lado por toda una vida y no eres capaz de recordar si quiera sus colores favoritos
- Kyuhyun…
Minnie me miró con el entrecejo fruncido, pero el monstruo en mi interior no me dejaba cerrar la boca.
- Es el rosa, su color favorito es el rosa
Contestó el edificio andante.
- El rosa, el negro, el blanco y el amarillo – contesté y Zhou Mi abrió la boca en una “O” perfecta – Siempre dice que le gustaría teñirse el cabello de rubio
- Kyuhyun…
Minnie me miró con seriedad, pero el monstruo en mi interior era imparable.
- Además de las calabazas, le gusta mucho las hamburguesas – empecé a decir – A ti ni siquiera te gustan las calabazas y ella ama comerlas en cada comida – Zhou Mi me fulminaba con la mirada, y de poder lanzar acido a través de ellos, yo ya estaría en la sala de emergencias - ¿Sabes cuál es su día favorito? – le pregunté – Es el viernes, porque es el último día de clases, lo cual es una contradicción total porque ella ama aprender. Su súper héroe favorito es Spider Man, tiene un Spider Man rosa en su habitación y no sé cómo lo consiguió ¿Has entrado si quiera en su habitación? Todo es rosa, y lleno de Conejos, y duerme con un camisón rosa de “Doraemon” y lo sé porque a veces me quedo a dormir en su habitación cuando me fastidia mucho estar bajo el mismo techo que mi dongsaeng
- ¡Kyuhyun!
Gritó Minnie.
- Y lo peor de todas las cosas que haces mal – continué diciendo – Es que ella es anémica y nunca te veo preocupado porque ella coma bien, cosa que yo sí hago porque…
No pude decir nada más, pues Zhou Mi, el gentil Zhou Mi, que no era capaz de matar ni a una mosca, el chico sonrisas, edificio andante sonriente, me había propinado un puñetazo en la quijada. Caí al suelo, rapándome el brazo y escupiendo sangre. Miré a Zhou Mi con odio, odiaba a ese maldito edificio andante.
- ¡Kyuhyun!
Gritó Minnie, agachándose junto a mí.
- Ve con él Minnie
Le pedí.
- Oppa…
- ¡Ve con él!
Grité y ella se levantó. Zhou Mi tomó su mano y continuaron el trayecto a casa. Me levanté y sacudí mi ropa, mi camisa de la escuela se estaba llenando de sangre y mi brazo tenía un rapón, la cara me dolía mucho. Vi a lo lejos a Minnie, ella caminaba de espaldas siendo jalada por Zhou Mi, yo continué mi camino con la mirada gacha.
La mañana de sábado amaneció fría, era diciembre y eso era normal. Quería llamar a Minnie, preguntarle cómo estaba, pero había algo que me detenía. No era miedo, era el recuerdo de su mirada de fuego que me dedicaba mientras era arrastrada por Zhou Mi. Minnie era normalmente tranquila y adorable, pero cuando se le metían sus demonios, era más temible que la bomba atómica.
El fin de semana pasó sin novedad alguna. No había visto a Minnie en dos días, eran como siglos para nosotros dos, pues siempre estábamos juntos. Ya en la noche, no quería ver a nadie. Mamá se había ido con Leeteuk, de compras; papá y Siwon se habían ido a la oficina a revisar unos inconvenientes de última hora, y Henry estaba en su habitación. En momentos como estos es que Minnie me hacía falta, pues hacía que no me sintiera solo. El timbre sonó y Henry corrió a abrir la puerta; por ser el maknae debía de protegerlo; y abrir la puerta, para un niño de su edad no estaba bien, pero me sentía tan mal que no quería proteger a mi dongsaeng.
- ¡Minnie!
Escuché que él gritaba y yo al instante me erguí, sentándome en mi cama.
- Hola Henry… - escuché que decía ella - ¿Kyuhyun?
- Está encerrado en su habitación desde que llegó – contestó él, entonces escuché pasos – Parece japonés, se volvió hikikomori
- Ay Henry… las cosas que dices – entonces el picaporte de mi puerta fue girado – Hola Kyuhyun…
¿Me había llamado por mi nombre? No me había dicho Kyuhyunie, ni oppa, ni Lobito, esa era una mala señal. Maldije a la bestia que tenía en mi interior, a mi malvado yo, al Evil Kyu. Miré a Sungmin, ella no sonreía, cosa muy rara en ella, y sostenía en su mano el libreto de la obra.
- Hola Sungmin… - saludé - ¿Qué te trae por acá?
- Quería verte – miré su rostro, ella se veía seria – No te he visto en todo el fin de semana y somos vecinos
- Podías haber esperado hasta el lunes
- No quería… - Minnie se acercó a mi cama y se sentó, como tantas otras veces – Tú me conoces muy bien
- ¿A qué viene eso?
Pregunté, mirando el techo.
- Que me he dado cuenta de que no hay persona en el mundo que me conozca tan bien como tú – la miré sin entender - ¿Cómo es que eres capaz de saber tantas cosas sobre mí? – preguntó, recostándose a mi lado – Zhou Mi siempre olvida el nombre de mi chocolate favorito – miré el techo de nuevo, no quería escuchar a Minnie hablar del edificio con patas - ¿Cómo una persona que me conoce desde los cinco años, no puede conocerme?
- Porque solo le gustaba lo que veía – contesté – Pero no se tomó la molestia de explorar más allá de tu apariencia
- ¿Estás diciendo que soy bonita?
Me paralicé al instante y la miré.
- Mmm… - me sentía nervioso, no podía decirle algo así a Minnie – Le gustas a muchos chicos de la clase
- ¿En serio?
Preguntó ella con los ojos bien abiertos.
- Sí…
Mascullé, pues no era algo que me agradara.
- Interesante… - sonreí al oír esa palabra, pues todo en ella era interesante – Ahora responde mi pregunta – la miré de nuevo - ¿Cómo es que eres capaz de saber tantas cosas sobre mí?
- Porque  somos mejores amigos desde los cuatro años – contesté – Porque hemos estado juntos todos los días desde aquella tarde en el parque al lado de la “SM Entertainment” – la miré de nuevo – Porque a diferencia de otros, yo miré primero tu interior, y me gustó la verdadera Sungmin, no la cara de Conejo que eres por fuera
- Oppa…
Minnie me miraba confundida.
- Porque para mí el amor es amistad – Minnie abrió mucho los ojos – Porque quiero mucho a esta estresante y desesperante niña rosa
- Oppa…
Rió ella.
- Te quiero mucho Minnie – confesé, aunque dudaba mucho que ella pudiera entender la profundidad de mis palabras – Por eso es que soy capaz de saber tantas cosas sobre ti
- Oppa… - Minnie sonrió – Desearía que Zhou Mi dijera algo parecido – miré de nuevo el techo, Minnie se estaba volviendo una experta inconsciente en derrumbar mi corazón – Es raro oírte decir esas cosas, tú no eres así oppa
- Solo contigo me nace ser agradable
- Entonces me conoces muy bien porque somos muy buenos amigos – dijo ella; la miré, ella miraba el techo - ¿Verdad?
- Sí… así es, Minnie - contesté, mirando el techo – Porque somos los mejores amigos del mundo, porque somos ELF
- Solo amigos…
Dijo ella lentamente.
- Solo amigos…
Miré de nuevo el techo, esto era doloroso.
- ¡Kyuhyunie! – ella se sentó y me obligó a hacer lo mismo – Hay que practicar la obra
- Pero…
- Las escenas de besos – me pidió - ¡Es este viernes la obra y somos incapaces de besarnos!
- Esto será tan raro…
- Pues entonces imagina que soy Seohyun y hazlo
- No quiero imaginar que eres Seohyun – le dije – Si te beso, quiero pensar que te estoy besando a ti, de lo contrario no podré poner mi corazón en lo que haga
- Oppa…
Miré a Minnie, ella se había sonrojado, así debía de verme yo también.
- Comencemos… - le dije, tomando mi guion de la mesa de noche – “Quieres que vaya a Inglaterra, recupere los diamantes que la reina supone que podrían estar en poder de Buckingham, sin olvidar que implica entrar en un bóveda vigilada y fortificada”
- “La torre de Londres” - dijo ella, mirando su guion – “Ya que la gente del cardenal piensa implicar al duque de Buckingham, es la elección más lógica”
- “Luego regresar a Paris, con cada soldado, mercenario, asesino, caza recompensa, a ambos lados del canal para impedirme que vuelva” – miré a Minnie, me sentía nervioso por lo que estaba a punto de suceder – “¿Me faltó algo?”
- “Todo en cinco días”
Ella me miró a los ojos. El guion nos lo sabíamos al derecho y al revés, así que solo podíamos mirarnos a los ojos. Me sentí flotar, aquellos ojos cafés me estaban hipnotizando, y mi corazón estaba latiendo por la anticipación.
- “Un pequeño detalle” – dije – “¿Algo más?” – ella negó y mi corazón latió con más fuerza, se acercaba el momento – “Bueno, solo te tengo una pregunta” – Minnie lucía nerviosa, yo me sentía como gelatina, temblando – “¿Por qué crees que haría algo así?”
Y entonces nos miramos fijamente. Ella dejó su guion en la mesa de noche, sin quitarme los ojos de encima; se acercó a mí lentamente y yo tragué saliva; su respiración rozaba mi piel, mis ojos instintivamente los cerré y entonces pasó. 



Sus labios estaban posados sobre los míos, y yo sentía que volaba en una nube esponjosa y rosa; mi estómago era un revoltijo de bichos alados y mi corazón un potro salvaje. Me atreví a abrir los ojos, Minnie tenía los ojos cerrados. Llevé mis manos a sus hombros y la acerqué más a mí, profundizando aquel inocente beso que ella me estaba dando. Besar a Minnie era todo lo que pensé que sería; sabía que volaría al sentirlos contra los míos, sabía que mi corazón estallaría solo para poder armarse de nuevo pues necesitaba seguir intacto para seguir enamorado de esa extraña niña rosa.
- ¡Cinco segundos! – gritó la voz de mi hermanito; Minnie y yo nos separamos al instante. Ella se levantó de mi cama y tomó su guion, luego se dirigió donde mi dongsaeng - ¿Cómo es que respiran?
- Ya… ya me voy… - dijo Sungmin, mirándonos a Henry y a mí – Nos… nos vemos… - Minnie se veía muy alterada, movía constantemente las manos y miraba a cualquier parte menos hacia adelante, donde estaba yo – Nos vemos mañana Kyuhyun…
- Sungmin…
Me levanté y caminé hacia ella.
- Adiós…
Minnie corrió hacia la puerta de mi casa y se fue. Me quedé parado en medio de la sala sin saber qué pensar, y entonces se me vinieron tres frases a la cabeza: “Acabo de besar a Minnie” “Minnie ha huido” “Tal vez a Minnie no le gusta besarme porque puede sentir que traiciona a Zhou Mi” Y entonces llegué a una conclusión: “Minnie debe de estar enamorada de Zhou Mi”


***
- Feliz cumpleaños Sungmin… - dije, acariciando su rostro dormido – Te extraño mucho mi amor
- Sabes una cosa… - me giré y vi a Heechul, sosteniendo un tarro de helado – Siempre creí que no valorabas a Minnie – bajé la mirada, pues ella era experta en hacerme sentir mal – Pero ahora, que te veo tan… desolado – miré a mi cuñada, era una de las pocas veces que me decía algo bueno – Realmente amas mucho a mi hermana, y sé que la cuidarás muy bien – asentí – Es admirable cómo sobrellevas toda esta situación, porque yo no podría
- Heechul…
- Si me hubiera pasado a mí, aunque amo con locura a Siwon – ella bajó la mirada – Yo me hubiera dado por vencida, porque no soporto las cosas complicadas
- Heechul…
- En cambio tú… - ella de nuevo me miró, sus ojos estaban cristalinos – Estás todo el tiempo pendiente de Sungmin y no las has traicionado… salvo aquella vez – Heechul soltó una risita – Siempre te odié porque le dabas más tristezas a mi hermana que sonrisas
- Lo lamento
- Pero solo hasta ahora es que me doy cuenta de cuánto es que la amas – Heechul soltó una risita – Sobre todo porque al instante que haces algo malo, te arrepientes y te arrodillas ante ella, como hace tres meses…
- ¿Podemos olvidar eso? – no era una pregunta, era una petición – Yo no hice nada con Seohyun, lo juro…
- Intento confiar en ti…
- Gracias Chula – la miré y sin poder creérmelo, le sonreí – Intentaré que tanto tú como Kangin logren confiar de nuevo en mí

- Simplemente deja de hacer llorar a Minnie – me dijo ella – Ya ha derramado muchas lágrimas por ti

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