martes, 20 de enero de 2015

No Quiero que me Olvides (Kyumin) - 13

Capítulo 13





***
El tiempo siguió pasando y enero le dio el paso a febrero, y con eso, el temible noveno mes de Minnie,




y su cesárea estaba programada para el seis de febrero. Todos estábamos nerviosos por la próxima llegada del bebé, y no por el hecho de tener un nuevo bebé en casa, sino porque Minnie no mejoraba. Kibum decía que nada podían hacer los doctores, pues no era algo que se pudiera curar con terapia o medicinas, era algo en lo que ella sola tendría que esforzarse y lograrlo. Eso me deprimía, pues no había garantía alguna de que pudiera recuperar a mi Conejo.
De nuevo en las noches maldecía las malas decisiones que tomé, pues por mi culpa Minnie estaba así. Por mi culpa traería al mundo a una niña que probablemente nunca conocerá a su madre y dejé a mi otra hija sin madre. Todo era mi culpa y aunque dijeran lo contrario, así era, por lo menos yo lo sentía así.
La mañana del tres de febrero llegó, mis padres no habían podido venir a saludarme pero me llamaron a primera hora para desearme un feliz cumpleaños.




Henry y Siwon también me felicitaron, incluso Heechul lo hizo. En casa, Sunny me despertó saltando sobre mí, gritando “¡Appa, es tu cumpleaños!” “¡Ya tienes veintitrés!” Leeteuk me cocinó algo especial por mi cumpleaños y Kangin también me felicitó, eso sí me pareció raro. Entre los tres me dieron mi regalo, una nueva consola de videojuegos ¡Un wii U! pero fue eclipsado al instante cuando Sunny me entregó un dibujo de ella y Sungmin entregándome un pastel, y con letras de colores que decían “Feliz cumpleaños appa, Saranghae”

Mi casa fue rodeada por un mar de azul zafiro perlado, eran mi club de fans, mis ELF que cantaban mis canciones y la tradicional canción de cumpleaños cada que me veían asomarme por la ventana. Todas me habían dejado algún regalo en la puerta de mi casa, yo solo sonreía, en verdad me sentía agradecido con ellas.




Ya en la noche, después de que mis amigos vinieran a desearme un feliz cumpleaños, todos estaban en sus habitaciones yendo a dormir. Sunny quería estar conmigo hasta que dieran las doce, pues decía que era el primer cumpleaños de su appa que podía celebrar con su appa; eso me conmovió. Estaba con Sunny en su cama, leyéndole un cuento y esperando a que den las doce para dar por finalizado mi cumpleaños, en verdad había sido un feliz cumpleaños, salvo por el estado de Minnie.
- Appa… - Sunny soltó un bostezo – ¿Te divertiste hoy día?
- Sí, mucho
Le contesté.
- Yo igual – mi hija parpadeó varias veces, el sueño debía de estarla venciendo – Sobre todo cuando jugué con omma
- ¿En serio?
Sonreí, arropando a Sunny.
- Sí – dijo ella, abrazando su Conejo – Me gustaba las cosas que decía
- ¿Minnie?
Pregunté, pues era lo único que decía.
- No – contestó ella – Algo sobre un Conejo que comía mucho chocolate – Sunny soltó otro bostezo, yo la miré confundido – Era como sus antiguas historias – cerró los ojos – Era como si jugara las historias que me contaba de sus niñez…
- ¿Minnie…?
- Hace tiempo que juega conmigo…
Miré a Sunny sin entender qué era lo que quiso decir, pero ella se había quedado dormida. Me levanté de su cama, le di un beso en la frente y salí de su habitación, apagando las luces. Bajé las escaleras, Minnie dormía abrazada a su Conejo de felpa, con una sonrisa en los labios.
Me acerqué a ella, se veía tan bella y su prominente vientre subía y bajaba acompasadamente. Tomé su mano, ella no despertó y eso estaba bien, pues desde el beso ella no quería tenerme cerca, y lloraba y chillaba si lo hacía. Acaricié su mano, y entonces me di cuenta que en su dedo estaba mi anillo ¿Quién se lo había puesto? De seguro Sunny o Leeteuk. Sonreí, eso me había gustado, era un lindo gesto. Acaricié su rostro y de nuevo ella no se inmutó, más bien sonrió aún más. Besé su frente y entonces me recosté en el sofá, para dormir a su lado como tantas otras noches.


- Omma… - escuché la voz de alguien – Omma…
- ¿Minnie…? – esa era Leeteuk susurrando – No hables muy alto, Kyuhyun duerme
- Omma…
- Shh… - le pidió Teukie – Ya sabes que no debes de hablar cerca de Kyuhyun
- Sí…
Dijo ella, soltando una risita.
- ¿Quieres galletas Minnie?
Preguntó Leeteuk.
- Sí – contestó ella, soltando una risita – Chocolate
- Galletas de chocolate serán
Dijo Leeteuk. Me quedé estático ¿Cómo era posible? En todo un mes ella no había dado señales de mejoría alguna, pero ahora… ¿Minnie acababa de contestar una pregunta? ¿Minnie había entendido lo que su omma le había preguntado? ¿Era posible? ¿Se estaba recuperando? Recordé las palabras de Sunny, ella dijo que hacia tiempo que Minnie jugaba con ella. Y sobre todo… ¿Por qué Leeteuk le dijo a Minnie que no debía de hablar cerca de mí?
- Minnie…
Abrí los ojos y me senté, ya había amanecido, y yo miraba a mi suegra y mi novia.
- Kyuhyun…
Miré a Leeteuk.
- Oí a Minnie hablar
- ¿Qué? – Teukie soltó una risita nerviosa, la conocía tan bien como para saber que así era – Debiste haberlo soñado
Miré a Leeteuk, ella abrazaba a su hija y esta se palmeaba el vientre. Las miré a ambas, Minnie miraba su Conejo y Leeteuk me miraba, aún con su sonrisa nerviosa ¿Qué intentaban ocultarme? Ya había pasado más de un mes, desde hace más de un mes que ella no me hablaba y resulta que probablemente ella ya lo estaba haciendo con todos.
En la tarde llegaron Sunny y Henry con Heechul. Sunny corrió hacia Sungmin, quien jugaba con su Conejo, y empezó a contarle su día en el pre-escolar. Heechul saludó a Minnie y se fue a la cocina, con Leeteuk en el trabajo, ella cocinaba la cena. Henry se sentó en mi sofá y comenzó a jugar con su Nintendo DS.
Sunny hablaba y hablaba y Minnie solo sonreía. Me quedé viéndolas ¿Y si era verdad que Minnie ya podido mantener conversaciones? ¿Por qué me lo estaban ocultando? Más de un mes, desde aquel incidente del beso, más de un mes desde entonces y ella aún no me hablaba ¿Qué pasaba? ¿Por qué no querían que supiera que ella ya hablaba?
- ¿Qué pasa hyung?
Preguntó Henry, poniendo pausa a su videojuego.
- ¿Sabías que Minnie podía hablar?
Pregunté de forma directa, mirando a mi dongsaeng, él solo me miraba con la boca abierta.
- Sí – confesó Henry y yo lo miré sorprendido – Desde hace mucho – agregó – Siempre me habla sobre lo mucho que se divirtió en su día, incluso habla con omma y appa
- ¿Por qué no me lo han dicho?
Pregunté, sintiéndome enfadado de pronto.
- Me dijeron que no te dijera nada
- Henry…
Heechul entró en la sala y se le quedó viendo, con esa mirada severa que solía poner.
- Lo siento, pero él es mi hyung – Henry miró a Heechul con el entrecejo fruncido – Me dijeron que no te dijera nada porque Minnie no te quiere cerca
- ¿Qué…?
- Henry…
Volvió a decir Heechul.
- Omma y appa, así como los señores Kim, me dijeron que no te debía de decir nada porque Sungmin habla con todos menos contigo – siguió diciendo Henry – Y que eso te haría sentir muy mal y necesitas concentrarte en el trabajo porque las noticias dicen que estás ido desde hace tiempo
- ¡¿Qué?!
¿Las noticias? Desde hace tiempo empezaron a aparecer noticias sobre cómo era mi vida ahora que mi novia se había convertido en una incapaz mental ¡No me dejaban tranquilo! No me permitían mantener mi dolor y enojo conmigo, sino que lo habían hecho de dominio público. Con todo lo que ocurría mi desempeño en el trabajo había decaído, y el lanzamiento de mi nuevo álbum se vio afectado.
- Kyuhyun… tranquilízate – me pidió Heechul, extendiendo los brazos y caminando lentamente hacia Sungmin – Lo hicimos porque…
- ¡¿Por qué piensan que soy un inestable mental?!
Grité, levantándome del sofá y caminando hacia ella.
- No… - Heechul se veía nerviosa – Fue porque no queríamos verte sufrir más
- ¡Claro que sufro! – grité - ¡Por supuesto que sufro!
- Appa…
Sunny abrazó a Minnie, ella ya estaba llorando.
- Kyuhyun… cálmate…
Me pidió Heechul, extendiendo sus brazos e impidiéndome que me acerque a Sungmin.
- ¡¿Sabes cómo me siento?! – le pregunté, tomándola de los hombros - ¡¿Te haces una maldita idea de cómo me siento ahora?! ¡¿De cómo me sentía al pensar que Sungmin no progresaba?!
- Kyuhyun…
- ¡¿Te haces una maldita idea?!
Grité aún más alto, y el llanto de Sungmin se hizo aún más intenso.
- Es que ella te tenía miedo…
Heechul me miraba con miedo, lo podía ver en sus ojos, yo me sentía furioso.
- ¡Estoy enloqueciendo!
Grité, lanzando lejos a Heechul.
- ¡Tía Chula!
Gritó Sunny, empezando a llorar.
- ¡Hyung, cálmate!
Henry corrió hacia mí y me tomó del brazo, yo lo aparté de un empujón.
- ¡Kyuhyun!
Gritó Heechul cuando tomé a Minnie de los hombros. La obligué a pararse, ella solo lloraba y me miraba con miedo. La miré fijamente, me sentía muy enojado, todo esto era tan desesperante y ya estaba a mi límite.
- ¡¿Por qué no me hablas?! – grité, zarandeándola - ¡¿Por qué?!
- ¡Kyuhyun! – gritó Heechul, intentando separar a Minnie de mí - ¡Detente!
- ¡¿Por qué Sungmin, por qué?!
Grité, derramando lágrimas.
- ¡Miren!
Dijo Henry, señalando el suelo. Todos miramos al punto que Henry señalaba; ahí, descendiendo por la pierna derecha de Minnie, un hilo incoloro. Miré a Minnie, ella solo lloraba, luego miré a Heechul, ambos estábamos estáticos.
- ¡Henry, llama a omma! – grité - ¡Heechul, reacciona! – mi cuñada parpadeó varias veces y asintió - ¡Llama a Leeteuk y a Siwon!
- ¡Omo, se nos viene el bebé!
Dijo la Chula, buscando su teléfono.
- ¡Mi hermanita viene!
Celebró Sunny.
- ¡Llevaré a Minnie al hospital! – empecé a decir, poniéndole las pantuflas a Minnie, quien seguía llorando - ¡Tú lleva a Sunny y Henry!
- ¡Sí! – gritó Heechul - ¡Demonios omma, contesta el puto teléfono!
- ¡Por el Dios de Siwon! – exclamé nervioso, poniéndole la pantufla equivocada a Minnie – Todo va a estar bien… todo va a estar bien
- Kyuhyun… - dijo Minnie de pronto – Duele…
- Duele… ¡Duele! – grité – Vámonos… esto no debía de pasar
Esto definitivamente no debía de pasar. Kibum ya nos había dicho que Minnie no sería capaz de tener un parto normal, por eso le tendrían que hacer la cesárea. No debíamos de haber llegado a la labor de parto, no debíamos de llegar a esto, Minnie podía sufrir.
- ¡Duele!
Gritó Minnie.
- ¡Nos vemos en el hospital!
Le grité a Heechul.
- ¡Kyuhyun! – gritó ella - ¡La bolsa del bebé!
- ¡Mierda!
Grité y corrí hacia el segundo piso, entrando en la nueva habitación del bebé




otra habitación totalmente rosa. Tomé el bolso con conejitos



y empecé a buscar todas las cosas que se supone debimos haber alistado hoy para la cesárea de pasado mañana. Terminé con la dichosa maleta, asegurándome de tener todo lo de la lista de Leeteuk, y entonces corrí escaleras abajo. Minnie me miraba, ya no lloraba, pero se veía incomoda, la delataba la mueca en su rostro.
- ¿Te sigue doliendo?
Le pregunté.
- No…
Contestó ella, tomando su Conejo en brazos.
- ¡Llévala ya idiota! – me gritó Heechul, aventándome un cojín - ¡Ella no dará un parto normal!
- ¡Cierto!
Dije, la adrenalina estaba haciendo estragos en mi mente. Tomé la mano de Minnie y juntos salimos de la casa. La subí al auto y le puse el cinturón de seguridad, entonces ella comenzó a llorar de nuevo.
- Me duele…
Lloraba ella.
- Descuida Conejo, todo va a estar bien – rodeé el auto y entré, encendiendo con manos temblorosas el motor – Todo va a estar bien Conejo
- ¡Me duele!
Gritó ella y entonces pise el acelerador. Afuera había muchos fotógrafos y yo estaba tocando el claxon para que ellos se moviesen. Minnie, a mi lado, apretujaba y mordía a su Conejo. La miré y miré el mar de fotógrafos que impedían que saliera de mi casa ¡Que mierda! ¡Cálmate Kyuhyun! ¡Putos paparazis!
- ¡Lárguense! – grité, sacando mi cabeza por la ventana - ¡Sungmin va a tener al bebé!
Y tan pronto como dije eso, me dieron el paso libre. Pise el acelerador al máximo y partimos al hospital. Minnie había dejado de llorar de nuevo. Intenté recordar todo lo que había aprendido sobre partos; se suponía que eran cada diez minutos e iría en aumento, eso significaba que por un breve momento ella no sentiría el dolor, pero luego sería peor ¿Era así? ¡Mierda no tengo ni la más puta idea! ¡Cálmate Kyuhyun! Inhala, exhala, inhala, exhala…
Llegamos por fin al hospital y bajé corriendo del auto, olvidando a Minnie en el. Ayudé a mi Conejo a entrar en el hospital, ella estaba apretando mi bazo con tanta fuerza que yo también soltaba quejidos. Una enfermera se nos acercó con una silla de ruedas y entonces corrí al mostrador.
- Duele…
Dijo Sungmin.
- Soy Cho Kyuhyun, mi novia Kim Sungmin estaba programada para una cesárea dentro de dos días – empecé a decir con rapidez – Pero ya se le rompió la fuente
- Oh… - dijo la doctora - ¿Qué tan frecuentes son las contracciones?
- Puff… - volteé, era la doctora Yeeun, la gineco-obstetra de Minnie - ¿Qué pasó?
- Se rompió la fuente… - empecé a decir, pero Minnie me apretó la mano con demasiada fuerza – Y duele mucho
- Puff, que preparen la sala de operaciones
Le ordenó Yeeun, tomando la silla de ruedas de Minnie y yéndose con ella. Minnie me miró, haciendo un puchero, tal vez no quería que la deje sola, entonces vi que su Conejo de felpa estaba en el suelo. Lo recogí y me quedé viendo el lugar por donde se habían llevado a Minnie.
- Toma asiento – me indicó la doctora de la recepción – Hoy será un día inolvidable para usted
Asentí a sus palabras. Estaba nervioso, estaba ansioso ¿Así habría pasado cuando Sunny iba a nacer? No me podía imaginar, ni tampoco quería hacerlo, cómo es que ella pudo haberlo hecho sin mí. Pero ahora podía estar presente, y no la iba a dejar nunca, a ninguna de las tres.



***
- ¡¿Qué?!
Pregunté, caminando con Minnie, quien estaba abrazada a mi brazo izquierdo como tantas otras veces. Estábamos caminando por la nieve, las calles habían sido decoradas por navidad y a Minnie le gustaba mirar los escaparates, sobre todo de las tiendas de dulces.





Era fin de semana y con las fiestas a la vuelta de la esquina, quería comprarle algo a mi Conejo, pero difícilmente sabía qué, sobre todo porque en pocas semanas también se acercaba su cumpleaños. Por otra parte, quería que todo regalo que Zhou Mi le pudiera regalar a Minnie sea opacado por algo que yo le regale.
Desde la obra, nuestra amistad había vuelto a ser la misma de antes en cierta forma. Volvimos a hablar, volvimos a almorzar juntos en mi casa y salíamos como ahora. Ella volvía a ser la misma de antes conmigo, es decir, me abrazaba mucho y me daba mimos. Notaba que a Zhou Mi le fastidiaba eso, pero no me importaba y al parecer a Minnie tampoco. Sin embargo, notaba que había algo raro entre nosotros tres, sobre todo entre Minnie y yo, pues podía ser muy linda conmigo y al instante podía ser fría y distante, como si algo le estuviera pasando, pero no sabía qué; en ocasiones la notaba rara conmigo, como incómoda, no entendía todos estos cambios, pero la dejaba hacer pues me encantaba tenerla conmigo, porque era mi Conejo
- Sí…
Dijo ella, bajando la mirada.
- ¿Por qué?
Pregunté sin creérmelo.
- Es que mi tío Lee Soo Man tiene contactos – me empezó a explicar ella – Y quiere que vaya
- ¿Pero Nueva York? – pregunté, mirándola totalmente sorprendido - ¡Está al otro lado del mundo!
- Lo sé… - Minnie continuó nuestro camino, ya sin tomar mi brazo – Pero estamos hablando de la mejor universidad de música del mundo
- ¡¿Qué tiene de malo la que hay aquí en Corea?!
- Que esta es reconocida mundialmente
- ¡Aquí también!
No podía creer lo que Sungmin me estaba diciendo ¡¿Irse de Corea?! Aún faltaba mucho para que ingresemos a la universidad, es decir, aún ni cumplíamos catorce, pero ella ya tenía todo planeado. Minnie quería estudiar música, y unirse a la orquesta sinfónica, cualquier cosa que no fuera trabajar para su tío Lee Soo Man. Ahora él, su tío, le estaba ofreciendo ir por adelantado, muy adelantado, a la experiencia vivencial que la dichosa universidad de Julliard, en Nueva York, ofrecía.
- Pero sería bueno ir – empezó a decir, yo corrí hacia ella para alcanzarla – Ya sabes… nuevas experiencias y eso
- Pero es Nueva York, al otro lado del mundo
- ¿Y eso qué?
- ¿Cuándo volverías?
Pregunté y ella detuvo su andar. Se me acercó, se veía… triste. Esa no era buena señal.
- Me iría por un mes, antes de mi cumpleaños…
- ¡Falta poco para eso! – grité - ¡¿Cuándo pensabas decírmelo?!
- Espere a que…
- ¿A que ya te estuvieras yendo?
Cerré los puños, me sentía muy enojado.
- No te pongas así oppa
- ¿Cómo quieres que esté Minnie? – le pregunté, avanzando sin ella - ¡¿Qué no te pusiste a pensar en cómo me sentiría?!
- ¿Y cómo te sentirías?
Me preguntó, tomándome del brazo.
- Pues mal… - la miré fijamente – Porque eres mi Conejo y te quiero mucho
Ella sonrió de lado, pero de nuevo vi que la sonrisa no llegaba a sus ojos ¿Qué le sucedía?
- También te quiero Kyuhyun… - dijo ella y yo sentí un nudo en el estómago, a veces prefería no escucharla decir eso – Pero no exageres, solo será un mes, luego regresaré
- Pero… - la tomé de los hombros y la miré fijamente – Te extrañaré mucho
Minnie sonrió.
- Lo sé – dijo ella – No puedes vivir sin mí
- ¡Eso es…! – Minnie sonrió aún más – Totalmente cierto
- Regresaré antes de tu cumpleaños, lo prometo
- Bueno… - me crucé de brazos – Al menos pasaremos la Navidad juntos como siempre
- Eso sí, la pasaremos juntos
- ¿No la piensas pasar con Zhou Mi?
- ¿Bromeas? – ella me miró con la ceja alzada y volvió a engancharse a mi brazo – Prefiero pasar las fiestas con mi lindo Lobito
- Más te vale – le dije – O te volveré Conejo a la parrilla
- De acuerdo…
Continuamos nuestro camino por la nieve, tomados por el brazo. La dejé en su casa y volví a la mía, sintiendo una presión en el pecho. La obra solo había aumentado mis sentimientos por Sungmin, pero ella seguía con Zhou Mi, aunque últimamente no se veían bien.
¿Cómo podía acabar con este sentimiento por ella? Quería dejar de quererla, para que todo fuera como antes ¡No…! Nunca hubo un “Como antes” pues siempre estuve enamorado de ella. Lo que tenía que hacer era tratar de extinguir ese sentimiento, pues no podía ser y eso dolía. Si lo lograba, nuestra amistad podía seguir como siempre, sino… llegaría un momento en el que no soportaría estar cerca de ella.
Encendí mi computadora y entré en internet, al Cyworld[1]. Empecé a ver las publicaciones de mis amigos, todos a la espera de las vacaciones de Navidad. Continué viendo fotografías y demás cosas, entonces se abrió una ventana de Chat, era Seohyun.
Ella, a pesar de que habíamos terminado, seguía siguiéndome. Ella seguía gustando de mi y eso me desesperaba, pues no quería una novia, o por lo menos no quería una que no fuera Sungmin. Miré de nuevo la pantalla ¿Y si le daba una nueva oportunidad a Seohyun? Hace poco quise hacerlo pero no resultó, y ahora que Minnie tenía a Zhou Mi ¿Por qué no intentarlo ahora sí, en serio?
El mensaje de “Hola” seguía ahí. Respiré hondo y tecleé: “Hola ¿Cómo estás?”  Esperé a que me contestara, y no tardó. Entonces comenzamos una amena conversación sobre nuestras vidas y cómo pasaríamos las navidades. Entonces ella preguntó “¿Te gustaría salir conmigo mañana?” a lo que yo respondí: “Sí, vamos al cine”
Cerré la página de internet y comencé a jugar Starcraft. Después de unas horas, y que ganara al menos cinco veces, decidí salir por algo de comida. En la sala estaban Heechul y Siwon besándose como si sus vidas dependieran de ello. Solo con Heechul, la reina del pecado, mi hyung dejaba de ser un santo. Tomé una de las galletas de Henry y regresé a mi habitación. Miré un poco de televisión y entonces me dormí.
La mañana siguiente amaneció fría, era diciembre y el invierno se había adelantado. Desayuné con mi familia y jugué con mi Play, todo estaba bien e incluso yo me sentía ansioso por mi cita con Seohyun. Mis padres salieron a hacer compras y mis hermanos se fueron a hacer sus asuntos, entonces la puerta sonó. Caminé con pesadez hacía la puerta y la abrí, ahí estaba Minnie con una sonrisa.
- Hola Conejo – ella me dio un beso en la mejilla y entró en mi casa, yo solo miré el reloj - ¿Qué te trae por acá?
- ¿No puedo venir a verte sin ningún motivo? – preguntó ella, haciendo uno de sus adorables pucheros – Teniendo en cuenta de que casi siempre lo hago
- Es que…
- Quería ver una película – dijo, entrando en mi cocina – Hagamos pop corn y vamos a tu habitación
- Minnie…
- ¿Dónde está la mantequilla? – preguntó, abriendo el refrigerador - ¿Tía Taemin se fue al supermercado con tío Minho?
- Sí pero…
- Oh, entonces será pop corn sin mantequilla… - Minnie buscó otras cosas - ¿Qué tal sabrá el chocolate con pop corn?
- Minnie…
- Experimentaré…
Dijo ella, dejando las barras de chocolate en un bol y metiéndolo en el microondas.
- Sungmin, detente – le ordené y ella me miró – Voy a salir…
- ¿A dónde?
- Al cine
- ¿Tú solo?
Negué con la cabeza.
- Con Seohyun…
- Oh… - Minnie bajó la mirada y luego sacó el chocolate del microondas – Que te diviertas…
- Conejo…
- Mejor me voy a mi casa
- ¿Minnie, que sucede?
Pregunté, viendo como ella caminaba hacia la puerta.
- Nada, simplemente se me quitaron las ganas de ver una película con mi mejor amigo – contestó ella, colocándose su gorro rosa – Divierte con Seohyun
- Gracias…
- Tal vez llame a Zhou Mi
Dijo y yo sentí como si me hubieran pateado en el estómago. Ella salió de mi casa y con paso rápido llegó a la suya, luego escuché el portazo. Una hora después, estaba yendo al cine a encontrarme con Seohyun.
 El día lunes llegó, y con ello la noticia de que Seohyun y yo habíamos salido. Seo se había encargado de expandir el chisme y todos lo comentaban. Me sentía incómodo, pues aún no tomaba una decisión sobre volver con ella o no.
- ¿Es cierto que saliste con Seo?
Me preguntó Hyuk.
- Sí – contesté - ¿Por?
- Es que… - Hyuk y Yesung se miraron – Realmente creíamos que te gustaba Minnie
- Ella tiene a Zhou Mi…
Fue lo único que dije. Esa tarde Minnie no se fue conmigo, se quedó con Donghae y Ryeowook a hacer no sé qué trabajo. Seohyun me acompañó a la mía, se veía alegre, yo me sentía incómodo, pero era mejor así.
A la mañana siguiente, todos seguían hablando de mi cita con Seohyun y cómo ayer nos vieron juntos. Yo no negaba nada, pues todo era cierto. Minnie no me hablaba, debía de molestarle que esté saliendo de nuevo con la chica que no le agradaba. De seguro no le gustaba que no le hubiera dicho nada, pero ella tampoco lo había hecho conmigo cuando empezó a salir con Zhou Mi, así que… ¿Por qué estaba molesta y distante conmigo ahora?
El miércoles amaneció frio de nuevo, y Minnie seguía sin hablarme ¿Por qué últimamente no hablábamos? Miré el reloj, aún eran las seis con diez minutos de la mañana, muy temprano para ir a clases. De todas formas me levanté de mi cama y me puse el uniforme, tomé una hogaza de pan de la cocina y salí de la casa. Caminé a la casa de Minnie y toqué el timbre.
- ¿Kyuhyun…?
Ese era Kangin, con su uniforme de policía.
- ¿Está Minnie?
- ¡Sí, pasa!
Gritó Leeteuk desde adentro.
- Hola… - saludé a una Minnie medio dormida comiendo su desayuno al lado de una Heechul con igual aspecto, ambas usando pijamas rosadas – Vine para que nos fuéramos juntos a la escuela
- Déjame vestirme primero…
Dijo ella y yo asentí. Después de media hora ella ya estaba lista.
- Minnie… - Kangin miró a su hija – Recuerda que tenemos que ir a la embajada hoy día
- Sí appa
Contestó ella, tomando mi brazo y arrastrándome hacia la salida.
- ¿Están preparando todo para tu experiencia vivencial?
Pregunté.
- Estamos haciendo cambios de planes
Contestó ella.
- ¿Cuáles cambios?
Pregunté, llevándome al hombro su mochila rosa de Conejo.
- Que tal vez me quede todo un semestre allá
Contestó y yo me detuve abruptamente.
- ¿Qué…?
- Sí…
- ¿Por qué decidiste alargar el tu estadía allá?
- Porque… quiero adaptarme, para cuando tenga que estudiar allá
- ¿Entonces lo has decidido? – pregunté - ¿Irás a vivir al extranjero?
- Aún no lo decido
Contestó ella, bajando la mirada.
- ¿Entonces por qué decidieron que debías de quedarte un semestre?
- Yo lo decidí – ella me miró – Solo serán seis meses
- ¡Seis meses Minnie! – grite, pateando la nieve - ¡No te puedes ir por medio año!
- ¿Por qué no?
- ¡Porque te extrañaré mucho!
Miré a Minnie, sus ojos estaban cristalinos.
- Oppa…
- Eres mi mejor amiga Minnie – dije, ella me miró y dejó caer una lágrima – No quiero estar lejos de ti
- Yo tampoco – dijo ella, abrazándome – Pero debe ser así
- No me parece bien – contesté, apretándola más contra mí – Te quiero Minnie
Minnie me miró. Esta era una de las razones por las que no quería arruinar mi amistad con Sungmin, porque en momentos como estos es que podía confesarle cuanto la quería, porque ella pensaría que se lo decía como un amigo y no como una persona enamorada. Éramos niños aún, pero eso no me detenía para sentir algo tan profundo por ella. Tal vez todas las mujeres Kim eran manipuladoras, pero todos los hombres Cho nos enamorábamos profundamente de una sola mujer a temprana edad y para siempre.
- Vayamos a la escuela
Fue lo único que dijo Minnie, iniciando de nuevo su caminata. Llegamos y ella se fue a sentar con Zhou Mi, eso me pareció raro, hace mucho que no lo hacía. Vi que ellos volvían a hablar en susurros ¿Qué cosas se decían? Él la rodeó con su brazo y ella apoyó la cabeza en su hombro. Me senté en mi habitual mesa y observé el asiento vacío de al lado en toda la clase.
Dos días más pasaron y todos estaban emocionados, faltaban dos semanas para Navidad. Minnie se veía algo triste, de seguro era porque tendría que dejar por seis meses a Zhou Mi. Solo me consolaba pensando en que ella, cuando regresara, seguiría siendo mi amiga, mientras que seis meses podrían romper una relación ¡Por el Dios de Siwon, me alegra la tristeza de mi mejor amiga!
- ¡Kyu! – gritó Seo, yendo hacia mí y abrazándome – Me divertí mucho ayer
Dijo, refiriéndose a nuestra nueva cita; la había llevado a comer helados ¡Sí, helado en invierno!
- Que bien…
Dije sin mucho ánimo.
- Kyu… - miré a Seo – Mira
Señaló algo sobre nuestras cabezas. En la cornisa, ahí colgando en una corona navideña, había muérdago. Miré a Seohyun, ella sonreía y entonces se fue acercando a mí. Miré a todos lados, estábamos en una esquina del patio de recreo y nadie me observaba. Me acerqué a Seohyun y entonces…
- Kyuhyun…
Separé mis labios de los de Seo y volteé a ver a Sungmin.
- Minnie…
Dije, sintiendo como Seohyun abrazaba mi brazo.
- Quería irme contigo a casa… - empezó a decir Minnie – Pero… - me miró fijamente, tal vez era el frio, pero sus ojos estaban cristalinos – Veo que estas ocupado
- Lo está
Dijo Seo, abrazando más mi brazo.
- Me doy cuenta…
Minnie se dio media vuelta y yo intenté seguirla, pero Seo me lo impidió. Ahora todos nos miraban, pero Minnie ya había desaparecido. Esa tarde también me regresé solo a casa.
No entendía qué demonios pasaba ¡Antes Minnie no estaba así! ¡¿Qué coño pasaba?! No entendía nada y extrañaba a mi Conejo, sobre todo porque estábamos nueve, y antes de año nuevo se iría. Tenía que arreglar las cosas con Minnie ya.




Lo semana siguiente pasó rápido y las vacaciones de invierno comenzarían. Me sentía deprimido, porque las cosas no estaban bien entre Minnie y yo y era frustrante. El timbre sonó, dando por finalizada las clases y dando inicio a las vacaciones. Mis amigos y yo nos reunimos en el patio, no nos veríamos en dos semanas, por lo menos no tan seguido.
- Hae me dijo que Minnie se irá mañana en la noche
Me informó Hyuk.
- ¡¿Qué?!
Pregunté, pues no sabía que sería tan pronto, pensé que tendría más tiempo ¡Ella había prometido pasar Navidad conmigo!
- Hae dijo…
Hyuk me miró, parecía temeroso.
- ¿Qué te dijo?
- Kyuhyun… - miré a Yesung – Minnie se va a ir a vivir al extranjero
- ¡¿Qué?! – pregunté sorprendido - ¡No! – grité - ¡Es mentira!
- Hae me dijo que Minnie se lo contó ayer – empezó a decir Hyuk – Que ella y sus padres se irán y que Heechul se quedará
- Ella… - sentí un nudo en la garganta – Ella… - mis manos comenzaron a temblar y la voz se me quebró – Ella me dijo que sería solo un semestre
- Cambió los planes, otra vez
Dijo Yesung.
- Dijo que su omma podrá trabajar en la sucursal de la SM en América y que su papá trabajará también allí
- Pero…
Miré a mis dos amigos y entonces corrí lejos. No podía ser cierto, ella no podía irse a vivir allá, no podía ¿Cómo era posible? Ella lo había prometido, solo seis meses ¿Cómo podía irse? No quería pensar, no podía imaginar, cómo sería vivir sin Minnie ¿Qué pasaría con nosotros? ¿Con nuestra eterna amistad? Mis ojos se llenaron de lágrimas y empecé a tocar con insistencia el timbre de la casa de Minnie.
- ¿Kyuhyun, qué te pasó?
Heechul me miró, por primera vez vi preocupación en sus ojos.
- ¡¿Dónde está Minnie?!
Pregunté, sintiéndome sorprendido por mi tono de voz, extraño por el llanto.
- Kyuhyun…
Minnie apareció de pronto.
- ¡¿Por qué no me lo dijiste?!
Pregunté con un grito.




- Kyu…
Los ojos de Minnie también se llenaron de lágrimas.
- ¿A caso planeabas irte y dejarme para siempre, y no decírmelo?
- Kyuhyun…
- ¡Contesta!
Grité.
- Kyuhyun… - dijo Heechul, parándose delante de su hermana – Cálmate
- ¡No me voy a calmar! – grité - ¡¿Cuándo planeabas decírmelo?! – miré a Minnie, ella lloraba silenciosamente - ¡Me tuve que enterar por Hyuk! ¡Y él se enteró por Donghae!
- Kyuhyun… no podía decírtelo
Contestó Minnie al final.
- ¡¿Por qué?!
Pregunté con enojo, derramando más lágrimas.
- Porque sabía que esto pasaría y quería evitarlo
- ¡Pero de todas formas pasaría! – grité - ¡Tarde o temprano me iba a enterar! – avancé un pasó y Heechul extendió los brazos, protegiendo a Minnie - ¡¿O es que pensabas decírmelo cuando notase que no volvías?!
- Lo siento…
Lloró ella.
- ¿Por qué Minnie? – pregunté - ¿Por qué has decidido esto?
- Porque es lo que quiero – contestó ella – No hay nada aquí para mí…
- ¿Qué hay de tus amigas?
Pregunté con enojo.
- Ellas lo entienden – contestó Minnie – Me harán una fiesta de despedida en la casa de Ryeowook, invitaron a todos
- ¡A mí no! – grité – ¿Qué hay de mí?
- Oppa… - Minnie me miró y soltó más lágrimas – Te extrañaré…
- ¿Solo eso puedes decir?
Le pregunté, derramando más lágrimas.
- ¿Qué más quieres que te diga?
Me preguntó y yo miré a otro lado, asintiendo y respirando hondo.
- Bien… si eso quieres, bien – dije – Puedes irte, no regreses entonces si eso es lo que quieres
- Oppa…
Minnie salió de la protección de Heechul.
- ¡Por mí puedes quedarte hasta el día de tu muerte allá!
Grité y Minnie me miró sorprendida.
- Oppa…
- ¡Dices que no hay nada aquí para ti, bien! – grité - ¡Vete de Corea y no vuelvas nunca!
- No me refería a eso – lloriqueó Minnie – Hablaba de mi sueño de aprender…
- ¡Pues vete a aprender y nunca vuelvas!
- ¡¿Por qué eres tan egoísta?!
Preguntó ella y yo me quedé callado.
- ¡No soy egoísta! – grité - ¡Vas a abandonar a tus amigas, a Zhou Mi…!
- Él entiende – contestó Minnie – Por eso terminamos
- ¡¿Qué?!
Pregunté confundido.
- Él fue la primera persona a la que le dije de mi decisión.
- Y yo la última – dije con amargura – Bueno, si mi amistad vale tan poco para ti como para abandonarme…
- No te estoy abandonando…
- ¡Claro que lo estás haciendo!
Grité, sintiendo nuevas lágrimas caer por mis mejillas.
- Kyuhyun…
- Por mí puedes largarte hoy mismo…
- Kyuhyun…
- ¡No quiero volver a verte Sungmin! – grité - ¡Mejor lárgate del país esta noche y ahórrale la fiesta a Wookie!
- Kyuhyun… - Minnie lloró aún más – Te voy a extrañar mucho…
- ¡Pues yo no! – grité - ¡Te odio!
Y diciendo esto, salí de su casa y corrí a la mía. Mi hyung estaba ahí y se sorprendió al verme. Yo no le hice caso, caminé a mi habitación y me encerré. Tomé mi almohada y apreté esta contra mi rostro, llorando y gritando. La odiaba, la odiaba por abandonarme, la odiaba por no habérmelo querido decir y odiaba a todo aquel que me lo había ocultado.
- Kyuhyun…
Ese era mi hyung.
- ¡No quiero hablar con nadie! – grité - ¡Tú también eres un traidor! ¡Tú también debiste de haber sabido lo de Sungmin!
- Kyuhyun…
Sí, él lo sabía. Todos lo habían sabido y me habían visto la cara de idiota. Busqué en mi mesa de noche aquel Conejo que una vez fue un broche para el cabello. Lo miré, recordando cómo es que conocí a Minnie, cómo es que ella siempre usaba ese broche en la cabeza. Recordé los aegyos de Minnie, sus mimos, sus abrazos, su risa. Cada día de mi vida vivido con ella, todo empezó a pasar por mi mente. No solo estaba enamorado de ella, era algo más que eso, ella había sido mi compañera, había sido mi amiga, había sido mi hermana, había sido todo para mí. Amor era una palabra muy pequeña para todo lo que sentía por ella.
- Zhou Mi…
Me dije a mí mismo. Debía de haber algo o alguien que haga que se quede, o que decida no quedarse tanto tiempo en el extranjero, y ese era el chico del que ella estaba enamorada. Salí de mi casa y corrí hacia la del edificio con patas, muchas veces había acompañado a Minnie ahí. Toqué con desespero la puerta y el edificio andante abrió.
- ¿Kyuhyun…?
- Si dices que quieres a Minnie… - empecé a decir, sintiendo las lágrimas caer nuevamente - ¿Por qué la dejas ir?
- Kyuhyun…
- ¡Haz que se detenga! – le rogué - ¡No puedes dejar que se vaya!
- Kyuhyun… - miré al edificio con patas – No puedo hacer eso
- ¡¿Por qué?!
Grité, sintiendo como la respiración me fallaba.
- Porque aunque quiero mucho a Sungmin… - él me miró – Su corazón jamás me perteneció
- ¿Qué…?
- Solo una persona puede hacer que ella decida no quedarse allá… - me dijo – Y la estoy viendo
- ¿Qué…?
No entendía lo que él me quería decir.
- Su corazón siempre fue tuyo, Kyuhyun – lo miré boquiabierto, no podía ser cierto – Pero tú nunca te diste cuenta – Zhou Mi soltó una risita – Creo que ninguno de los dos se dio cuenta que el corazón de uno le pertenecía al otro
- Zhou Mi…
Lo miré fijamente, aún con sorpresa.
- Tú eres el único que puede detenerla Kyuhyun
Y con eso cerró su puerta. Me quedé ahí parado, con el sol ocultándose, asimilando las palabras de Zhou Mi ¿Podía ser verdad? Había soñado tanto con que Minnie sintiera lo mismo que yo, y ahora que alguien me decía que era así, no podía creerlo. Minnie sentía lo mismo que yo y no lo había notado, sonaba tan increíble.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza y entonces sonreí. Me sentía feliz, me sentía dichoso, Minnie, mi Conejo rosa, también sentía lo mismo que yo. Recordé mis palabras, tenía que hacer algo, tenía solo hasta mañana.
Corrí a mi casa, el tiempo se me estaba acabando. Entré en mi habitación y entonces tomé mi guitarra. Hacía tiempo que Minnie me había enseñado a tocarla. Cogí lápiz y papel y comencé a escribir, vertiendo mi corazón en él. Dieron las cuatro de la mañana y yo tenía la canción de Minnie lista. Me recosté en mi cama, tomando la fotografía que tenía en mi cabecero, una foto de Minnie y yo haciendo caras graciosas. Mi Conejo era solo mío, mi Conejo me quería como yo a ella, mi Conejo…


- Kyuhyun… tenemos que irnos
Dijo Siwon, zarandeándome. Me levanté de mi cama, era medio día y la fiesta de Minnie ya había comenzado. Me cambié de ropa y en menos de cinco minutos mi hyung y yo partimos a la casa de Wookie.
Toda la clase estaba en el jardín de Wookie, celebrando, disfrutando, felices de que Minnie se esté yendo y ellos tengan una excusa para festejar algo. Busqué con la mirada a Minnie, ella estaba con sus amigas, las tres abrazadas, y Minnie tenía el rostro rojo, de seguro por el llanto. Me les acerqué y las tres me quedaron viendo.
- ¿Puedo hablar contigo?
Le pregunté a Minnie y esta asintió.
- Nosotras nos vamos…
Dijo Wookie, tomando a Hae del brazo y llevándosela.
- Lo lamento Conejo…
- ¡Oppa! - exclamó ella, abrazándome fuertemente y llorando – Te extrañaré oppa…
- Minnie… - la miré y sequé sus lágrimas – Te tengo una sorpresa
- ¿Qué…?
Dijo ella y yo le sonreí. Subí a la tarima que habían instalado, de seguro era para cuando tuvieran que decir algo bueno sobre Minnie y cuanto la iban a extrañar. Tomé el micrófono y lo hice sonar, haciendo que todos volteen a verme.
- Hola… - saludé, mirando a todos los presentes – Ya me conocen, soy Cho Kyuhyun, mejor amigo de Kim Sungmin – miré a Minnie, ella estaba en medio del gentío con Heechul y mi hyung a su lado – Y tengo algo que confesar…
Comencé a tocar la guitarra, estaba listo, tenía que confesarle mis sentimientos hacia Minnie. Comencé a cantar, observándola en todo momento. Mi canción, su canción, hablaba de nuestras vidas, desde que nos conocimos y como me desesperaba, de cómo la quería lejos de mí y de cómo ahora la amo con todo el corazón (https://www.youtube.com/watch?v=Q3dHZeDloGA). Miré a Minnie, ella lloraba con una sonrisa en su rostro. Terminé de cantar y todos me miraron sorprendidos, luego aplaudieron.
Bajé de la tarima y tomé de la mano a Minnie, llevándola lejos del gentío, llevándola a una esquina apartada del gran jardín. Minnie me miraba fijamente, aún con sus lágrimas rodando por su mejilla y una sonrisa en el rostro. Respiré hondo y dije:
- Te quiero
Minnie me miró y entonces… me dio un golpe en el rostro.
- ¡Eres un idiota! – gritó y yo la miré sorprendido – Ahora que lo tengo todo planeado es que se te ocurre decirme esto
- Minnie… - la tomé de los hombros – Por favor… no te vayas
- Yo también te quiero
Dijo ella, y entonces, después de haberlo deseado por mucho tiempo, nos besamos. Después de unos minutos, o de unas horas, o de varias semanas, no sé, pues se me hizo eterno el momento, nos separamos. Ella sonreía y yo no pude evitar hacer lo mismo, luego nos abrazamos.
- No te vayas…
Le volví a pedir.
- Tengo que ir… - dijo ella, dándome otro beso, mi estómago se convirtió en un nido de mariposas – Pero volveré
- ¿En serio?
Pregunté, dándole otro beso.
- Sí – Minnie estaba sonrojada – Solo será un mes, hablaré con mis padres
- ¿En serio?
Pregunté.
- Obvio que lo voy a hacer ahora que mi oppa es solo mío y de nadie más – Minnie me abrazó y yo de nuevo sonreí – Te quiero Kyuhyun…
- Yo también Conejo
Entonces nos dimos un cuarto beso, me estaba volviendo adicto.
- Creo que hicieron esta fiesta por las puras…
Rió Minnie y yo de nuevo la besé.
- No me importa – dije – Que hagan todas las fiestas que quieran, porque ahora Kim Sungmin es mi novia y la de nadie más
- Suena tan extraño y tan lindo oírte decir eso – dijo Minnie, sonrojándose de nuevo – Oppa… te quiero
- Yo también Minnie
Y de nuevo nos dimos un beso. La fiesta continuaba, pero nosotros seguíamos en esa esquina, abrazados, besándonos, diciéndonos lo mucho que nos queríamos. Las horas siguieron pasando y el ocaso comenzó, y con eso la hora en la que Minnie debía de irse.
- ¡Minnie!
La llamó su padre.
- ¡Kangin, déjala con su nuevo novio!
- ¡Pero es Kyuhyun!
Se quejó él. Me reí, pues me recordó a la primera vez que los conocí, era casi la misma discusión que Kangin y Leeteuk tuvieron cuando conocí a Minnie. Miré a Minnie, ella también reía, de seguro también recordándolo, o tal vez no, como fuese, no quería soltar a mi Conejo.
- Minnie, omma y appa dicen que ya se tiene que ir
Dijo Heechul.
- Sí…
Dijo Minnie, mirándome con un puchero en el rostro.
- Solo será un mes Conejo
Le dije, pero ella siguió con la misma expresión. La envolví en mis brazos y volví a besarla, ella entonces sonrió. Se paró sobre la punta de sus pies y entonces fue ella quien me besó esta vez, el gentío empezó a aplaudir.
- Solo será un mes
Dijo ella, y entonces nos separamos, dejándome una sensación de vacío en el estómago. Minnie siguió a sus padres y todo el gentío salió corriendo de la casa de Wookie para despedir a Minnie. Ella agitaba su mano y entró en el auto. Me le acerqué, ella se asomaba por la ventana.
- Solo será un mes Conejo
- Solo será un mes Lobito
Dijo ella, sonriendo. Le di un último beso y entonces el motor se encendió. Miré a Minnie, ella lloraba de nuevo. Sentí pánico de repente, y el auto se puso en marcha.
- ¡Adiós Minnie!
Grité, agitando mi mano.
- ¡Adiós Kyuhyunie!
Gritó ella, todavía asomada por la ventana.
- ¡Minnie!
Grité, corriendo hacia el auto.
- ¡Kyuhyun!
Gritó ella, yo seguía corriendo detrás del auto, agitando mi brazo en una despedida.
- ¡Sungmin!
Grité, derramando lágrimas y agitando mi brazo.
- ¡Te extrañaré!
Gritó ella.
- ¡Yo más!
Grité y entonces el auto se alejó mucho. Me quedé ahí parado, con el brazo levantado y las lágrimas cayendo por mi mejilla. Sentí una mano en mi hombro, era Heechul, y por primera vez desde que la conocía, me sonrió. Miré el punto lejano que era el auto de Kangin y sonreí. Minnie volvería y podríamos estar juntos, porque ella era mi Conejo y yo su lobo. Una sonrisa se formó en mi rosto y entonces la noche llegó.


***
- ¡Que bonita!
Exclamó Leeteuk, mirando a través del vidrio la cunita donde estaba mi hija, mi Soo Yeon.



- ¿Esa es mi hermanita, appa?
Preguntó Sunny.
- Sí – le contesté – Esa es la pequeña Soo Yeon
- Hola Jessica – Sunny comenzó a agitar su mano – Soy Soon Kyu, tu unnie, pero puedes decirme Sunny
- Estoy orgullosa de ti Kyuhyun
Dijo mi omma.
- Por primera vez podemos decírtelo – dijo appa – La anterior vez no estuviste
- ¡Minho! – le regañó omma – Tus hijas son preciosas
- Gracias omma
Abracé a Sunny y continué viendo a mi bebé en su cunita.
- Kyuhyun…
Todos volteamos, ahí estaba Kibum.
- ¿Qué pasa?
- Tengo que decirte algo…
Mi corazón cayó al piso. Dejé a Sunny en el suelo y miré a Kibum, temblando por dentro. Caminamos unos pasos alejándonos del resto y lo miré, él respiró hondo y me miró.
- Dímelo ya
Le pedí.
- Por precaución, le aplicaron anestesia general a Minnie – comenzó a decir Kibum y yo me helé, esa era la anestesia que te dormía – Sungmin no despierta de la anestesia


Fin de la temporada


[1] Red Social Surcoreana.




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