ADVERTENCIA: CUALQUIER PARECIDO CON LA VIDA REAL, ES MERA COINCIDENCIA.
00000000000000000000
Capítulo 29
- Cho Kyuhyun… en
serio, hay que levantarnos – me pidió Minnie, jalando de mis cabellos, pero yo
seguía sobre ella, besando su cuello – Ya son las siete y media de la mañana
- Por lo mismo, es muy
temprano aún – le dije, dándole pequeños besos a su cuello – Una ronda más
- Amor… estamos en
esto desde las cinco de la mañana, estoy exhausta
- Solo una más…
Mordí su cuello y ella se estremeció.
- Es la sexta vez que
dices eso – Minnie volvió a jalar mis cabellos, en su débil intento para que la
soltara – Eres insaciable
- Es que tú eres
deliciosa…
- Kyu…
Minnie comenzó a besarme ¡Que la octava ronda
comience! Empecé a acariciar su cuerpo, haciéndola suspirar, temblar, rogar por
más…
-
¡Wuahhhhhhhhhhhhhhh!
Se escuchó a través del radio-monitor del bebé.
- Ya, el deber llama
Dijo Minnie, empujándome con todas sus fuerzas y
colocándose la bata sobre su desnudo cuerpo. Minie salió de la habitación y
empecé a oír su voz por el monitor, cantándole a Jessica. Sonreí, mi vida
estaba empezando a ser la que siempre soñé al lado de mi Conejo.
Había pasado una semana más, una semana más al
lado de mi maravillosa novia, madre de mis dos perfectas hijas. Ahora todo
parecía ir bien, podíamos ser felices al fin, podíamos ser una familia. La idea
de pasar el resto de mi vida con Sungmin, viendo crecer a nuestras hijas,
pasando buenos momentos juntos, viendo a nuestros nietos, todo eso me sonaba
maravilloso.
- Omma… tengo hambre
Dijo la voz de Sunny.
- Dile a tu appa que
te prepare el desayuno, yo estoy atendiendo a tu hermanita
Le pidió Minnie con amabilidad.
- ¡Appa! – gritó Sunny
y su voz retumbó en todo el pasillo; yo me coloqué el piyama al instante -
¡Appa! – la puerta de mi habitación se abrió - ¡Tengo hambre!
- Vamos Sunny, te
prepararé el desayuno
Tomé a mi hija en brazos y bajamos a la cocina.
Saqué todo lo necesario para hacer un suculento desayuno, aunque la de la buena
sazón era Minnie, pero yo me podía defender haciendo huevos revueltos.
- Appa…
- ¿Sí, bunny?
- ¿Omma quiere más a
Jessica que a mí?
- No, eso es
imposible – me giré a ver a mi hija – Omma te ama con todo su corazón, a ambas
las quiere por igual – acaricié su rostro – Además, recuerda que tu omma
siempre estuvo a tu lado desde el día que naciste y aún lo esta
- Sí
Sunny sonrió.
- Jessica es chiquita
aún, no puede ni siquiera ir al baño sola
- Que asco…
Mi hija rió.
- Entonces tu omma
debe de estar pendiente de ella ¿Entiendes?
- Sí
Sonrió de nuevo, yo la imite.
- Tu omma sería
incapaz de dejar de amarte, eres su hija
- Amo a mi omma y
ella me ama a mí
- Exacto – le
acaricié la cabeza – Ahora ve con ella, de seguro agradecerá tu ayuda
- ¡Sí!
Sunny salió corriendo escaleras arriba y yo
continué preparando mis tostadas francesas, quedarían bien con los huevos
revueltos. Dejé las tostadas en un platón y las acomodé en la mesa, coloqué las
tazas, los cubiertos, el bol de frutas picadas, el jarrito con la miel y tazón
con los cereales de chocolate de Minnie y Sunny. Me limpié las manos y caminé
hacia la escalera. Comencé a caminar por el pasillo, se escuchaban las voces de
Sunny y Minnie conversando.
- ¿Y por qué tu appa
nunca te daba de comer cuando eras bebé?
Preguntaba Minnie y yo aceleré el paso.
- No estaba
Contestó Sunny y mi respiración se agitó.
- ¿Tenía muchas
giras?
- No… - de pronto el
pasillo me pareció demasiado extenso – Appa no…
- ¡Sunny! – abrí la
puerta y las dos me quedaron viendo – El desayuno…
- Ya vamos…
Dijo Minnie, cubriéndose el pecho.
- Ven Sunny…
Salimos de la habitación de Jessica y bajamos a
la cocina. Empezamos a desayunar, todos riendo y comentando los planes para el
fin de semana. Ahora que Jessica tenía dos meses, interactuaba más con su
entorno, era un bebé muy listo.
- Hola…
Saludó un despeinado Henry, sentándose al lado
de Sunny.
- Henry oppa, pareces
un vagabundo
Bromeó Sunny y Henry sonrió.
- ¿Cómo amaneciste,
Sunny?
- Hambrienta –
contestó ella – Y appa tuvo que preparar el desayuno porque omma estaba
atendiendo a bebé Jessica
- Ah ya…
- Omma siempre
atiende a los bebés - mi pulso empezó a acelerarse de nuevo y una fina gota de
sudor cayó por mi frente, estaba nervioso – Pero me alegra que al menos appa
está disfrutando de Jessica bebé
- ¿Por qué dices eso,
Sunny?
Le preguntó Minnie, mirándola con confusión.
- Porque…
- Sunny, tu comida se
enfría
Le dije.
- Sunny… ¿Tú appa no
estaba mucho cuando eras bebé?
Insistió Minnie.
- Appa no estuvo
desde que omma esperaba a que la cigüeña me trajera
- ¿Qué…?
- Sunny, el desayuno
Insistí, intentando que la pequeña cambie el
tema.
- ¿A qué te refieres,
hija?
Preguntó Minnie y Sunny la miró.
- Tía Chula solía
contarme acerca de cómo appa te dejó para cumplir con sus sueños, antes de que
tú le pudieras decir que esperabas a la cigüeña
***
Tres meses, ya habían pasado tres meses desde
que revelé que Minnie era mi novia ¿Qué había pasado desde entonces? Caos, un
caos total. Las antis estaban cada vez más descontroladas, las ventas de mis
discos disminuyó y nadie dejaba de hablar de mi relación con Sungmin. La
atacaban por todas las redes sociales, llamándola de mil maneras despectivas,
haciendo videos sobre ella, protestando como huelguistas delante de su casa, y
lo peor, atacándola físicamente también. Una fan loca le había intentado lanzar
un líquido a los ojos, pero no lo logró ¡Que locura!
Como ya había confesado estar en una relación
con Sungmin, no veíamos el caso de seguir escondiéndonos en su casa o la mía,
así que salíamos, teniendo citas reales después de cuatro años de relación
¡Grave error! Vernos juntos hacía que las fans se alteraran peor, por ello
habíamos dejado de vernos por un tiempo, para que se apaciguara un poco, pero
no fue así.
Por otra parte, varias antis habían empezado a
hacer campañas de “Quema tu CD de Cho
Kyuhyun delante de su casa si tu también lo odias” ¡Era una locura! Y ya
muchas antis lo habían hecho, provocando así que las ventas paren y más y más
personas alrededor del mundo se unieran ¡Todo porque estoy enamorado! El
resultado de eso fue que me enclaustré en el edificio de la SM; dormía en la
sala de baile y despertaba para seguir trabajando, al fin y al cabo había ropa
mía ahí.
A esto me habían arrastrado las antis, a no
poder disfrutar de mi vida. Sin embargo, había momentos en los que volvía a
casa, y pasaba un pequeño momento de normalidad. Normalmente era solo almorzar
o dormir un poco en mi cama, pero había ocasiones en las que Sungmin pasaba esa
media hora conmigo.
Había notado algo en ella, quizá era el estrés
causado por toda esta situación, o quizá era por el miedo, pero últimamente
comía menos y la veía pálida. Eso me preocupaba, pues con su anemia, ella debía
de alimentarse bien. Heechul y ella fueron un día al hospital, o eso me contó
Siwon, pero no me dijo para qué o por qué, supongo que era cosa de chicas, pues
mencionaron algo acerca de vacunas anticonceptivas ¡No quiero saber!
Debido a los problemas que atormentaban a mi
familia y a los Kim, pues los paparazis y las antis iban a mi casa a protestar,
me mudé al edificio de la SM. Ahora veía menos a mi familia y a Sungmin, pero
les daba un poco más de tranquilidad al ya no verse rodeados día y noche por la
prensa. Era difícil, pero no me rendiría, al igual que Sungmin, no me rendiría
en seguir con mi noviazgo.
A la par, los problemas con las antis me estaban
trayendo muchos problemas en mi trabajo. Me estaban empezando a cancelar
presentaciones por miedo a disturbios, me habían cancelado la obra de teatro en
la que iba a participar y, lo que colmó mi paciencia e incrementó mi temor, me
había llegado una notificación, probablemente no renovarían mi contrato.
- Te lo dije Hangeng,
te dije que esto no acabaría bien
Dijo Dongie mirando con severidad a mi amigo.
- Lo sé, lo siento,
es mi culpa, yo sugerí que se hiciera esto
- ¡No! – protesté -
¡No es así!
- Kyu…
- ¡No! – grité - ¡Yo
fui el que tomó esa decisión, fui yo quien decidió hacer esto a último minuto!
¡Yo!
- Bueno… quien tenga
la culpa ya no importa, estamos acabados…
- No… esto no puede
terminar así
Me lamenté.
- Al parecer no
querías esto tanto como para respetar las reglas de juego
- ¡Si lo quiero! ¡Es
mi sueño! – estaba muy enojado con mi manager, conmigo, con las antis, con los
que me cancelaron, con todos, solo quería romper algo - ¡Es mi más grande sueño
ser cantante!
- Entonces arréglalo
Dongie me miró y yo me quedé estático. Relajé la
postura y lo miré confundido ¿A qué se refería? ¿Qué me mandaría a hacer ahora?
- ¿Qué debo de hacer?
Pregunté temeroso.
- Sabes lo que debes
de hacer – me miró fijamente – Termina con Sungmin
- ¡¿Qué?!
No podía creer que me estuviera pidiendo eso
¡¿Cómo podía?! No iba a poder hacerlo, no podía ¡¿Cómo me pedían hacer eso?!
¡No lo iba a hacer! Amaba a Sungmin, no podía estar lejos de ella, no podía
terminar con ella.
- Solo así calmarás a
las antis…
Amaba mi trabajo, era lo que realmente quería
hacer, pero Sungmin era el amor de mi vida ¡La amaba! ¡No podía vivir sin ella!
¡¿Qué debía de hacer?! No podía hacer lo uno ni lo otro, pero tampoco puedo
tener ambos ¿Qué debía de hacer? Quería que alguien me dijera qué hacer, que me
dijera cuál era la mejor opción.
- Todo está yendo de
mal en peor, pero no creo que sea la mejor solución
Habló Hangeng, sentado a mi lado, fulminando con
la mirada a Dongie.
- Piénsalo bien
Kyuhyun – me advirtió mi manager – No te van a renovar el contrato y todo por
lo que has trabajado, se irá a la basura
Sus palabras retumbaron en mi cabeza y sentí
miedo. No quería perder nada de lo que había logrado, no quería dejar de ser “Cho Kyuhyun”, pero tampoco quería dejar
a Sungmin. Miré a mis dos acompañantes y me sentí peor, ambos eran bandos
opuestos ¿Qué debía de hacer?
- No te dejes
convencer con esa basura – Hangeng seguía fulminando con la mirada a Dongie,
este solo me miraba a mí – No pueden obligarte a hacer algo que te dañe
- Yo no lo obligo a
hacer algo que lo dañe, al contrario, quiero protegerlo – miré a mi manager,
sus palabras volvieron a retumbar en mi cabeza – Tú decides, Kyuhyun
- No te dejes
convencer con esa patraña de la fama
- Bien, no volveré a
insistir con eso, pero… - Dongie me miró fijamente – Sungmin fui atacada ayer,
allanaron su casa y solo sabe Dios qué le pudieron haber hecho ¿Quieres que
ella siga pasando por eso?
Miré a Dongie boquiabierto. La noche anterior,
debida a una tormenta, las luces se fueron y un matón entró en casa de Minnie,
le habían pagado para que fuera a golpearla. Minnie fue encontrada, sana y
salva, encerrada en el baño de su omma, llorando. Ahora ella estaba viviendo
con Heechul, temerosa, y aún así no me dejaba. Pero… no podía seguir
permitiendo esto, no podía seguir haciendo que ella soporte todo esto ¡No puedo
hacerla sufrir! ¡No puedo arriesgarla! Desde entonces el tiempo que pasábamos
juntos se vio aún más reducido, y las pocas veces que la veía estaba pálida y
no comía ¡Todo era una locura!
- No puedes utilizar
el nombre Sungmin para…
- ¿Lo estoy haciendo,
Hangeng? – Dongie lo miró con una ceja alzada – Es la sobrina de Lee Soon Man,
tú mismo lo dijiste ¿Qué pasaría con Kyuhyun si algo más grave le pasa?
Era verdad, por mi culpa, a ella le podían hacer
algo aún más grave ¡No podía permitirlo! Y sobre todo, Dongie tenía razón, si
algo le llegase a pasar a Sungmin, mis días en la SM acabarían ¿Qué hacer? Por
un lado estaba mi sueño y por otro lado mi corazón ¿Qué hacer? ¡¿Qué pudo
hacer?! ¡¿Qué debo hacer?! ¡¿Qué debo de elegir?! ¡¿Qué es lo correcto?! No
quiero que le pase nada y no quiero dejar de ser “Cho Kyuhyun” pero no puedo con ambos, porque ambos dependen de si
sigo con mi noviazgo o no ¡¿Qué coño hago?! ¡No puedo con esto! ¡Necesito a
alguien que decida por mí! Mi teléfono comenzó a sonar, era Henry.
- Henry…
- ¡Hyung! – gritó
Henry - ¡Allanaron la casa de Siwon hyung!
-¡¿Qué?!
- Unas antis entraron
en su departamento, Sungmin estaba ahí
- ¡¿Ella está bien?!
- ¡Sí, está en su
casa! – me dijo – Está aterrada, dice que no quiere salir nunca de su
habitación, que no le hagan ningún daño – las palabras de mi dongsaeng me
golpearon - ¿Puedes venir?
- Estoy en una reunión importante – contesté
con pesar, fulminando con la mirada a Dongie – Mañana iré a casa
- Hyung… de acuerdo –
terminó por decir – No te interrumpo más
- ¿Qué pasó?
Preguntó Dongie cuando guardé mi teléfono.
- Allanaron la casa
de mi hyung para atacar a Sungmin, de nuevo
Conteste, mirando el piso.
- Revisa si no hay
noticias sobre eso
Le ordenó Dongie a Hangeng.
- No creo que tan
pronto… - Hangeng miró su tablet y luego a nosotros – Está en la internet
- ¡Demonios!
Gritó Dongie golpeando los controles del MIDI.
- Disculpen… - la
asistenta del CEO entró – El CEO está llamando a Kyuhyun
Dongie y Hangeng me miraron; por primera vez vi
preocupación en los ojos de Dongie pero no la preocupación de quien va a perder
una gran cantidad de dinero, sino la preocupación de que me pudiera pasar algo.
Me paré y seguí a la asistenta, escuchando palabras de aliento de mis dos
acompañantes. Subimos al ascensor hacia el último piso y entonces caminamos por
los pasillos hacia la oficina del CEO Lee. Tragué saliva, estaba muy nervioso.
Toqué la puerta y tras un “Pase” la
abrí.
- CEO…
- Kyuhyun… - Lee Soon
Man no estaba ahí, era otro CEO – Siéntese
- ¿Dónde está el CEO Lee?
- Está decisión no le
compete al CEO Lee, me lo dejó a mí por temor a ser parcial
- ¿Puedo preguntar
por qué me ha llamado?
- Kyuhyun-shi… - el
hombre se paseó delante de mí – Es más que obvio que eres una muy buena
adquisición para la SM, desbordas talento incluso estando aquí sentado – miré
el suelo, sus palabras solo podían significar algo realmente malo – Sin
embargo… tu comportamiento de los últimos meses está dejando en malos términos
a la compañía
- ¿Cuál
comportamiento? – pregunté enojado – No he hecho nada
- Es toda la
situación que has creado
Miré al CEO, él tenía razón, había arruinado
todo.
- Yo…
- No queremos hacer
esto, pero lo mejor es que…
- ¡No! – salté de mi
asiento - ¡No quiero irme!
- Kyuhyun-shi…
- ¡No! – volví a
gritar, apretando los puños - ¡Lo arreglaré!
- Pero…
- Solo deme tiempo… -
fue lo único que dije, saliendo de la oficina. Entré en el ascensor y presioné
el botón; caminé dando zancadas hacia el estudio de grabación y entonces abrí
la puerta de un portazo. Hangeng y Dongie se me quedaron viendo, yo tenía los
puños apretados y los ojos me escocían – Voy a llamar a Sungmin…
- Kyuhyun…
Hangeng avanzó hacia mí pero Dongie lo detuvo.
- Déjalo hacer lo que
él crea correcto
- Pero…
No quise escuchar nada más, no podía escuchar
más, pues no querían que intervinieran en lo decidido. Antes de que mi valor y
determinación flaquease, saqué mi teléfono. Miré la pantalla, Minnie sonriente
me miraba desde ahí. Mi mano comenzó a temblar y entonces el teléfono comenzó a
sonar, era ella.
- ¡Sungmin-shi!
- Kyuhyun… - su voz
sonaba preocupada – Tengo algo que decirte
- Sungmin… - mi
corazón comenzó a latir con rapidez ¿Qué quería decirme? ¿A caso era lo mismo
que yo intentaba decir? – Yo también quiero decirte algo
- ¿Podemos vernos? –
preguntó - ¿O sigues ocupado?
- Veámonos en nuestro
parque
- De acuerdo, en
nuestra banca
- Te espero…
Colgué el teléfono y miré a mis acompañantes.
Ambos me miraban con expresiones distintas en el rostro. Hangeng me miraba
comprensivo, Dongie me miraba triunfante. Sentí que la respiración me fallaba y
entonces salí corriendo de ahí.
Salí del edificio de la SM y caminé hacia mi
parque. Muchas personas se me acercaban, pero yo de forma sutil las apartaba,
no estaba de humor para nada. Llegué a mi banca, al lado de los juegos
infantiles, me senté y miré el cielo. Este estaba de un celeste claro, y las
nubes se veían esponjosas, era un hermoso día de otoño pero no me sentía alegre
¿Qué podía hacer? Mi decisión estaba tomada, tal vez no era lo mejor, pero era
lo que… me convenía.
- ¿Puedo sentarme?
Dijo una voz y yo me volteé.
- ¡Sungmin!
Exclamé al verla, con ropa amarilla, lentes de
sol y una gorra, ahora parecía un patito, como su omma.
- Hola…
Se sentó a mi lado. Ambos nos miramos; quería
abrazarla, pero sentía miedo ¿Y si nos veían? Sin embargo, era contraproducente
hacer algo así con la decisión que había tomado. Volví a mirarla, ella no me
quitaba los ojos de encima.
- Quiero decirte algo
- Necesito decirte
algo
Soltó ella.
- Tú primero
Le pedí.
- No, tu primero
- Insisto, mejor tú
primero
Supliqué, en busca de alguna otra solución.
- Yo siempre gano,
así que te ordeno que hables tú
- Conejo…
- Solo hazlo, no creo
que sea nada malo
- Sungmin…
- No debe de temer
nada – soltó de pronto – Sé que te preocupo, pero en verdad, yo estoy bien…
- Minnie…
- Lo importante es
que nos mantengamos juntos, que así somos más fuertes
- Sungmin…
- Me alegra que a
pesar de todo, seguimos juntos, amándonos – me sonrió – Porque yo… - me abrazó
– Te amo con locura…
- Minnie…
- Eres mi amado oppa…
- ¡Sungmin, no! – me
separé de ella al instante, dejándola con una expresión de desconcierto en el
rostro – No puedo…
- ¿Qué…?
- Sungmin… - miré el
piso adoquinado del parque – Minnie…
- Kyuhyun… me estás
asustando…
- Yo… - la miré,
respirando hondo – Yo…
- ¿Qué sucede?
Sus ojos se llenaron de lágrimas también, debió
de haberse dado cuenta.
- Tenemos que
terminar
Sentí como si hubieran vertido ácido en mi boca,
no podía creer que hubiera dicho aquello. El rostro de Sungmin era de sorpresa,
con los ojos y la boca abierta. Una lágrima cayó por su mejilla y entonces
cerró la boca, temblándole el labio inferior.
- Es una broma
¿Cierto?
- No…
- ¿Por qué?
-preguntó, levantándose y mirándome con enojo - ¡¿Por qué?! – gritó - ¡Dijiste
que estaríamos juntos a pesar de todo! ¡Dijiste que nada de esto interferiría
entre nosotros! ¡Dijiste…!
- ¡Sé lo que dije! –
intenté ponerme firme, pero se me hacía muy difícil - ¡No espero que lo
entiendas!
- Pues explícamelo…
La miré, estaba llorando, yo quería hacer lo
mismo.
- Me van a despedir
si los escándalos siguen…
- ¿Me estás dejando
porque te van a despedir por mi culpa?
Preguntó, sorpresivamente de forma calmada.
- Sí…
- Oh… - miró al suelo
y luego sonrió – Pues entonces… - me miró, aún con su sonrisa en los labios,
pero tristeza y dolor en los ojos – Si es en beneficio de tu carrera, lo
aceptaré
- Sungmin…
- Creo que ya no hay
nada más que decir… - volvió a bajar la mirada y soltó un sollozo – Adiós
Kyuhyun…
- Sungmin…
Ella no dijo nada más, solo se dio media vuelta
y se fue.
***
- Sungmin… - saqué la
ropa que ella iba poniendo en una maleta – Fue algo que ya pasó, ahora estamos
juntos
- No es eso Kyuhyun…
Ella me miró, con lágrimas en los ojos,
volviendo a guardar la ropa en la maleta.
- ¿Entonces qué? –
volví a sacar la ropa – Sungmin, te amo, no puedes dejarme…
- ¡¿Cómo tú lo
hiciste conmigo?! ¡¿Por seguir siendo un cantante?! ¡¿Cuándo estaba embarazada?!
- ¡No sabía que lo
estabas! – me defendí, sacando aún más ropa de la maleta - ¡Y eso ya pasó! ¡No
te puedes ir!
- Me voy porque… -
Minnie me miró con tristeza, derramando más lágrimas – No es la primera vez que
me decepcionas y esto… no sé cómo tomármelo
- Pero ya me
perdonaste, estamos juntos de nuevo ¡Tuvimos otra hija!
Intenté hacerla recordar, pero ella seguía
guardando ropa.
- ¿Hace cuanto tiempo
estamos juntos de nuevo? – preguntó – Se honesto
- Un año, hace un
poco más de un año que nos volvimos a ver…
- ¿Nos volvimos a
ver? – Minnie me miró con los ojos bien abiertos – Entonces nos reconciliamos
para concebir a Jessica… - agregó – No sé cómo son las cosas en nuestra
relación, me has mentido haciéndome creer que somos una pareja feliz que tenía
una hija y tuvo otra hace dos meses
- Porque eso somos
- ¡No, no lo somos! –
gritó – Kyuhyun, te largaste de mi vida por tres años, en los que estoy segura
nada fue color de rosa para mí
- Pero ahora estamos
bien, regresamos, estamos nuevamente juntos ¡Entiéndelo!
- ¡Lo que yo entiendo
es que nada ha sido justo para mí! – gritó - ¡Yo dejé mis sueños por ti, fui maltratada por ti, tuve a tu hija a los
diecinueve años truncando todas las oportunidades que tenía! ¡Yo, sola! – miré
el suelo de nuevo, sus palabras eran muy duras – Mientras tú… - la miré, ella
seguía derramando lágrimas – Seguías con tu perfecta vida como “Cho Kyuhyun”
- Sungmin… por favor… - empecé a derramar
lágrimas – Eso ya pasó – volví a repetir – Eso ya pasó
- Y no quiero que
vuelva a pasar, no te pienso dar más oportunidades Cho Kyuhyun, mi paciencia se
acabó
Cerró la maleta y salió de la habitación hacia
la de Sunny.
- ¡No! – grité,
siguiéndola, ella tomó la maleta con la ropa de Sunny - ¡No te puedes ir!
- No te interpongas
Ordenó.
- Omma…
¿Por qué lloran?
Preguntó Sunny.
- Sungmin… - las seguí
hacia la habitación de Jessica, quien ya estaba en su cochecito – Por favor…
- Hyung…
Henry me tomó del brazo mientras Minnie y Sunny
bajaban las escaleras. Me zafé del brazo de Henry y corrí hacia ellas. Sunny me
miraba confundida y luego miraba a Sungmin.
- No me dejes
- Adiós Kyuhyun…
Final de temporada
waaaaaa como puedes terminarla asi... he quedado el shock cn el final!! muy bueno...ya quiero que empiese la tercera temporada!!! n.n
ResponderEliminar