viernes, 6 de marzo de 2015

No Quiero que me Olvides (Kyumin) - 26

Capítulo 26





- Insisto, salgan, yo cuido a Sunny y Jessica
Insistió Henry, sosteniendo en una mano su violín y en la otra a Amber.
- ¿Estás seguro?
Le volví a preguntar.
- Que sí
Volvió a repetir Henry.
- Oppa, confía en nosotros – intervino Amber, soltando la mano de Henry – Cuidaremos de tus hijas
- Confío en ti – le aseguré – En quien no confío es en Henry
- ¡Eres mi hyung, deberías confiar en mí!
Se quejó el hámster.
- Por lo mismo que soy tu hyung, sé cómo eres y no eres precisamente confiable
- Gracias…
Dijo con sarcasmo, haciendo un puchero.
- Estoy lista
Minnie bajó las escaleras dando saltitos. Su vestido rosa le quedaba muy bien, aunque ella siempre se veía bien con todas las ropas y todos los colores. Ella tomó mi brazo izquierdo y lo abrazó, sonriente, yo volví a mirar a Henry.
- Ves, ya está lista, y tu reservación está hecha desde la semana pasada
Me recordó él y yo solté un suspiro. Ya habían pasado dos semanas desde que Sungmin decidió que podía volver a enamorarla, dos semanas desde que aceptó que la situación de nosotros como pareja era de su agrado. Aún no dormíamos juntos ni teníamos intimidad, solo nos dábamos castos besos en las mañanas, en las tardes y en las noches ¡Me encantaba! ¡Era un gran progreso!
Era como volver al inicio, cuando solo éramos novios de manos sudadas, y eso estaba bien para mí. Me encantaba volver a tener conmigo a mi Conejo. Siempre diré, y siempre digo, que sin ella, no puedo ser yo mismo, pues siento que me falta algo.
- Vamos – Minnie tiró de mi brazo – Se nos hará tarde
- Pero…
- ¡Sí, ya váyanse!
Nos ordenó Henry. Luego de darles las indicaciones a Amber y Henry de: “cómo cuidar a nuestras hijas” Salimos de la casa, subimos al auto y partimos hacia el restaurante.
- No te preocupes – dijo Minnie, sosteniendo mi mano – Son Henry y Amber
- Confío en Amber, no en Henry
Dije, encendiendo la radio, estaban pasando una canción mía.
- Henry ha demostrado ser un buen niñero
- No digo nada en contra, solo me que me preocupa Sunny, incluso más que Jessica
- ¿Por el cáncer?
Preguntó Minnie y yo asentí.
- Pero dijiste que ella ya no tenía rastro de la enfermedad, que estaba totalmente curada
- Sí pero… igual… me preocupa
- Calma oppa, no les pasará nada
- Sí… ¿Qué puede pasar? – doblé la esquina – No quemaran la casa, solo necesitan poner la comida en el microondas
- Exacto…
- Pero pueden poner algo de metal en el microondas y este explotar, y cuando lleguemos nos daremos cuenta de que los cuatro están hechos carbón y…
- Kyu… relájate – Minnie comenzó a acariciar mi brazo – Te ves lindo mientras conduces
- ¿En serio?
Pregunté extrañado.
- Ten en cuenta que el Kyuhyun que recuerdo a la perfección, tiene trece años; y ahora estoy al lado de Kyuhyun, hecho todo un hombre
- ¿Y cuál te gusta más?
- Ambos
Miré a Minnie, ella sonreía.
- En teoría soy un pedófilo por intentar enamorar a una niña de trece años
Bromeé y ella me dio un zape.
- No digas tonterías – rió – Si no haces bromas crueles, haces bromas tontas o estúpidas
- Mencióname una sola broma cruel que haya hecho alguna vez
- A los diez años, el profesor que atravesó la pared con su cabeza, esa fue una broma cruel
- Fue la mejor broma que he hecho a algún profesor
- Cuando le hiciste creer a Donghae que su madre la había comprado a un marinero y que ella en realidad era una sirena
- Aún no sé cómo es que me creyó
Reí al recordar a Donghae intentando aguantar la respiración por más de tres minutos.
- Cuando le dijiste a Henry que era adoptado y este no paró de llorar por una semana
- Esa semana no pude jugar videojuegos, maldito niño…
- Cuando le dijiste que a Yesung que mataste a una de sus tortugas y en realidad la tenías escondida – Minnie rió - ¡El pobre nunca volvió a ser el mismo!
- ¡Ey! – protesté – Yesung ya era raro antes de esa broma
- También cuando hiciste que Eunhyuk se cayera en su rutina de baile delante de todo el mundo
- Eso fue casualidad, yo solo arrojé una cascara de banana al escenario
Minnie me miró con una ceja alzada.
- O…
- ¿O…?
- No…
- ¿Qué pasa?
- Es que… - me miró - ¿Fui reina del baile de graduación?


***
Dieciocho, por fin tenía dieciocho y estaba estrenando mi nuevo auto, un “Audi”. En estos dos años las cosas mejoraron para bien. Mi fama se incrementó, tenía tres álbumes y todos habían sido número uno. Me conocían mundialmente y tenía planeado para el próximo año una gira mundial, pero realmente mundial, por Europa y América ¡Sería lo máximo!
En cuanto a mi vida privada: Seguía viviendo en casa de mis padres, aunque esta me estaba empezando a quedar chica por todas mis cosas; como Siwon ya tenía veinticuatro años, se mudo con Heechul a un departamento pequeño, ahora su habitación es mi segundo armario. La prensa tenía un poco harto a Henry, de ahora doce, pero supo cómo lograr que lo dejaran de molestar ¿Qué hizo? Con su privilegio de vivir en mi misma casa, ser mi dongsaeng y conocer mucho de mí, empezó a vender la información; no le decía nada, pues casi nunca hago nada por él y bueno… le pedía el 20% de las ganancias. Lo único que él no divulgaba, y sabía que nunca lo haría, era mi relación con Sungmin.
¡Cuatro años! Llevaba siendo novio de mi Conejo rosa por cuatro años, era todo un logro si veías todo el contexto. De alguna forma habíamos logrado mantener nuestra relación, tan duradera, solo en nuestro círculo social. Cuando no estábamos juntos, siempre nos llamábamos o hablábamos por skype, de cualquier forma nos esforzábamos por mantener la relación. Yo seguía igual de enamorado por ella como la primera vez, y ella decía lo mismo, y no lo dudaba, pues lo demostraba en todo momento. Cuando estábamos juntos, era lo mejor, todo lo que no pudimos hacer en los meses separados, lo hacíamos en una noche y luego continuábamos con nuestra típica relación. Era tan afortunado por tenerla conmigo, y sobre todo, era afortunado de que ella no me dejara a pesar de todas las cosas que teníamos en contra.
- Sorry, Sorry, sorry, sorry, naega, naega, naega munjuh
Iban cantando mis amigos en la parte de atrás del auto.
- Me encanta tu canción
Dijo Wookie, bailando la coreografía, sentada.
- A mí también
Admitió Minnie, que estaba a mi lado.
- Obvio que te gusta, si la canción habla de ti
Rió Hae, también bailando al lado de Hyuk.
- Es no es cierto…
Las mejillas de Minnie se encendieron y yo sonreí.
- ¿A no? – preguntó Yesung – “Viendo en tu mirada, es como si fuera un chico hechizado por algo”
- “Cuando caminas tu silueta es como si hubiera venido a pararse sobre mi corazón”
Siguió Hyuk, riendo.
- “A donde quiera que vaya sonríes con confianza, eres fascinante”
Ahora era Wookie quien hablaba.
- “Una niña buena, enigmáticamente hermosa”
Completó Hae.
- “Orgullosa y sin titubear, realmente eres una fantasía”
- “No hay vuelta atrás, me he enamorado tanto de ti”
- Solo le faltaba en alguna parte mencionar los Conejos y el color rosado de toda tu ropa – bromeó Hyuk – Después de eso, todo es sobre ti
- ¿Es en serio?
Minnie me miró sonriente.
- Minnie… ya deberías saber que casi todas mis canciones hablan de ti
- Owww… oppa…
- No se besen en público
Nos advirtió Wookie.
- O con público
Se quejó Yesung.
- Ya… es mi auto, puedo hacer lo que quiera
- Entonces en la siguiente parada nos bajamos
Pidió Hyuk y todos reímos. Me estacioné en el Everland, uno de los parques de diversiones más visitados de Corea del Sur. Los fotógrafos empezaron atacar, los ignoré y seguí caminando con mis amigos. Uno de los privilegios de ser famoso era que te podías formar primero, y así lo hice junto con mis amigos.
- Tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo

Repetía Wookie, detrás de mí, sentada con Yesung.






- ¡Esto es muy divertido!
Exclamó Sungmin, alzando los brazos.
- Minnie, el juego aún no comienza
Ella no borró su sonrisa, sino más bien comenzó a agitar los brazos.
- ¡Que ya comience!
Hizo un puchero y tuve que usar todas mis fuerzas para no besarla, me había vuelto débil a sus pucheros. El juego comenzó, el emocionante “Rolling X-Train” Oía a mis amigos gritar, Minnie a mi lado reía con los brazos alzados. Bajamos del juego, Wookie lloraba, Yesung la abrazaba y Hyuk corrió hacia un baño para poder vomitar.
- ¡Monito, te llevaste mi bolso!
Gritó Hae, corriendo tras él.
- Quiero subir de nuevo
Pidió Minnie y Wookie negó con la cabeza.
- Mejor vamos al carrusel – pidió – O sentémonos, porque todo el mundo está dando vueltas
- Sí… mejor hagamos eso
Dijo Yesung, sosteniéndola y llevándola hacia una banca.
- Minnie… - dijo Wookie con voz cansada, sosteniéndose la cabeza - ¿Ya tienes tu vestido?
- No voy a ir…
Contestó Minnie, haciendo un puchero y cruzándose de brazos.
- ¿A dónde?
Pregunté con interés, sobre todo porque no tenía ni idea de lo que hablaban.
- Al baile de graduación
Contestó Minnie, aún con su puchero.
- ¿Ya va a ser?
Abrí mis ojos al máximo ¡El tiempo se había ido volando! ¡Nos graduábamos de la escuela! Bueno… ellos… yo me graduaría de mi tutor particular.
- Sí, es en dos semanas
Me informó Yesung.
- ¿Y no vas a ir?
Le pregunté a Minnie con mucha sorpresa.
- Ella está compitiendo contra Seohyun como reina del baile
Seohyun continuaba siendo trainee junto con las otras dos, por ello no había dejado la escuela. Se rumoreaba en la SM que las tres por separado eran buenas cantantes, pero que juntas eran un trío excepcional, y que tal vez las mantendrían así. Me alegraba que el sueño de Tiffany y Taeyeon se cumpla, pero tener a Seohyun cerca todos los días era estresante.
- Y otras dos chicas
Agregó Minnie.
- ¿Por qué no me dijiste nada?
Pregunté, mirando a mi Conejo, quien solo miraba el suelo.
- ¿Para qué? – preguntó – No voy a ir porque mi pareja tiene otros asuntos y no podrá ir
- ¡¿Qué pareja?! - preguntó con enojo - ¡¿Ibas a ir con un chico?! ¡¿Lo conozco?! ¡¿Qué intenciones tiene contigo?!
- Creo que se refiere a ti
Intervino Wookie.
- Oh… - la miré - ¿Es eso? – Minnie asintió - ¿Cuándo es el baile?
- Dentro de dos sábados
Contestó Yesung.
- ¿Para qué preguntas? – Minnie me miró, había enojo en su mirada – No vas a poder ir, de seguro te programarán una entrevista o algo por el estilo – Minnie volvió a hacer un puchero, frunciendo el entrecejo – Y aunque fueses, después habría mucho escándalo
- Pero…
- Está bien… - Minnie soltó un suspiro – De toda formas no quiero ir y… tampoco creo que consiga la corona
- Ay… Minnie…
Wookie y Minnie se abrazaron. Hae y Hyuk volvieron y continuamos con nuestro paseo en el parque de diversiones. Los demás se divertían, yo sin embargo no podía sacarme de la cabeza que Minnie se perdería su baile por mi culpa, debía de hacer algo.
Continuamos con nuestro día en el parque de diversiones. Cada tanto me topaba con fans y me demoraba largos minutos tomándome fotos o firmando autógrafos, entonces mis amigos aprovechaban para subirse a los juegos sin mí. No podía culparlos, salir conmigo se había vuelto algo estresante, pues no podíamos pasar un rato de amigos porque al instante aparecían fans. No me quejaba, pues amaba a mis fans, lo eran todo para mí, pero a veces me sentía incómodo por no poder estar con mis amigos.
El día en el parque de diversiones acabó. Dejé a todos mis amigos en sus casas, y por fin pude tener un tiempo a solas con Sungmin. Aunque no podía, de todas formas, mostrar afecto por miedo de que nos vean, una simple charla en el auto era ideal para nosotros.
Llegamos a nuestras casas; debido a que los padres de Minnie no estaban, entramos juntos en su casa. Con las puertas, ventanas y cortinas cerradas, nos entregamos el uno al otro en un beso profundo y cargado de deseo. En los días que estaba de gira, solía extrañar con demasía estos momentos con Sungmin, no por el hecho de tener relaciones, sino porque era la forma plena de mostrarle cuanto la amaba.
Nos dirigimos a su habitación y cerramos la puerta tras nosotros; pronto la ropa quedó en el suelo y caímos en la cama. Seguíamos besándonos, recordándonos, explorándonos, amándonos. Nos entregamos el uno al otro como tantas otras veces, pero vertiendo nuestros corazones como si fuera la primera vez.


Después de mi entrevista en la KBS, volví a casa para pasar mi día con Sungmin. Después de dos años a la prensa ya le había aburrido seguir una relación que yo negaba a cada instante, además había revelado muchas cosas que nos vinculaba como nada más que mejores amigos. Por todo ello es que ahora podía disfrutar de pequeños momentos con mi Conejo.
Minnie me esperaba en su habitación con un tazón de pop-corn y muchas películas animadas. Leeteuk, como siempre, me recibió con los brazos abiertos y muchos bocadillos; Kangin sin embargo… él desde que entré ya me estaba despidiendo. Me recosté al lado de mi Minnie, en su cama, y ella colocó el primer DVD: “La Cenicienta”
Minnie a mi lado iba cantando las canciones de la princesa. Si yo no me hubiera vuelto famoso, ella definitivamente lo hubiera sido, pues era una excelente cantante, música y bailarina. Me puse a pensar cuando teníamos catorce y su oportunidad desperdiciada por mí; yo era el que sí cumplía su sueño, eso no estaba bien, pero lastimosamente todo se dio así.
No quería, por ende, volver a hacerle lo mismo, hacer que por mi culpa uno de sus sueños no se cumpla. Desde que tengo uso de razón, Minnie ha tenido toda su vida planificada, y al ser tan perfeccionista, tenía todo fríamente calculado. Sabía que la graduación era algo que ella no querría perderse, menos aún teniendo una posibilidad de vencer en algo más a Seohyun. Tenía que hacer algo al respecto, no privarla de vivir esa misma experiencia por mi culpa.
- ¿En qué piensas oppa?
- En lo bonita que te verías con un disfraz de Cenicienta
- Que no te escuche Heechul unnie decir eso
Bromeó, abrazándome. La miré y le sonreí. Por mi culpa ella no se privaría de las cosas que quería. Empecé a maquinar todo, iba a sorprenderla, porque se lo merecía; en nuestra relación, la que cargaba más peso sobre sus hombros definitivamente era ella, tenía que compensarla.


- ¿A dónde me llevas?
Me preguntó Minnie por enésima vez.
- Es una sorpresa
Le contesté.
- ¿Puedo al menos quitarme la venda?
- No
Aceleré el auto, mirando paranoicamente a todos lados en busca de algún paparazi en busca de su bono adelantado. Ya habían pasado las semanas, y el día de la graduación llegó. Había tenido una presentación en una radio, ahí estuve metido toda la mañana, haciendo publicidad a mi primer álbum en chino. A las doce corrí a casa dentro de mi camioneta blindada conducida por un chofer nuevo. Vendé lo ojos de Sungmin y me la llevé.
- Oppa…tengo hambre, no me dejaste almorzar
- Te compro un chocolate después, solo espera
- Me vas a tener que comprar toda una dulcería
Minnie se cruzó de brazos e hizo un puchero, se veía adorable.
- Valdrá la pena, te lo aseguro
- Más te vale
- Bueno… llegamos a la primera parada
Dije, estacionándome.
- ¿Primera parada?
Preguntó Minnie, yo me estiré para quitarle las vendas.
- Tu sorpresa tiene tres paradas, esta es la primera
Le quité las vendas y ella parpadeó.
- ¿Un salón de belleza? – Minnie me miró con una ceja alzada - ¿Me estás tratando de decir que no te gusta mi aspecto?
- ¡No! – contesté con rapidez, alzando mis manos – Solo que necesitas arreglarte de forma especial para esta noche
- ¿Ah?
- Tú solo obedece y sal del auto
- Pero…
- Conejo… - alcé la mano derecha, callándola – No protestes, solo obedece
- Y después dicen que Heechul y yo somos mandonas…
Masculló, saliendo del auto. Entramos en el establecimiento, era un salón muy recorrido por los de la SM. Al instante nos atendieron, pues ya tenía una cita. Sentaron a Minnie en una de esas suaves sillas giratorias y se la llevaron.
Ella miraba todo con total confusión, y a mí me fulminaba con la mirada. Lavaron, secaron y peinaron su cabello, dejándoselo suelto y con ondas, se veía hermosa. La maquillaron y entonces comenzaron con las uñas y los pies.
- ¿Cómo estás Conejo?
Le pregunté, asomándome a ver los pequeños Conejos blancos sobre un fondo rosa, que estaban pintando en sus uñas.
- Confundida – dijo ella, mirando a la muchacha que le estaba haciendo la pedicura - ¿Para que es todo esto?
- ¿No puedo consentirte?
- No… - Minnie miró a las estilistas, luego me miró a mí – Porque solo somos amigos
- Los mejores amigos del mundo
Dije, guiñándole un ojo, ella sonrió.
- ¿Después a dónde iremos?
- Eso también es sorpresa
- Pero no me puedes vendar, me han puesto maquillaje y pestañas
- Descuida, no será necesario
- Quiero saber qué tienes planeado, Cho Kyuhyun – Minnie me miró de forma inquisitiva – Nada bueno puede salir de una mente tan macabra
- Tengo mis momentos de bondad
Dije y ella rió. Las estilistas terminaron y entonces nos volvimos a subir al auto. Partimos hacia la siguiente parada, y Minnie no dejaba de preguntar qué era lo que haríamos. Estaba emocionado, esperando que al final ella se sintiera igual. Por fin llegamos, ese lugar que me diseñaba los trajes para las presentaciones y premiaciones.
- ¿Una casa de modas? – Minnie me miró – Primero me dices fea y ahora me dices que visto feo
- Conejo, esta es la segunda parada
Le abrí la puerta.
- ¿Me mandarás a hacer ropa a la medida?
Preguntó mientras entrabamos.
- No – contesté – Pero espero haber acertado con las medidas, ya que Heechul es más alta que tú
- ¿Qué?
- ¡Kyuhyun! – saludó una voz, era mi modista - ¡Aquí están los trajes!
- Gracias Nari
- ¡Pero si es la preciosa Sungmin! – exclamó la chica, apretando las mejillas de Sungmin – Que mejillas
- Nari… no tenemos toda la tarde
Le recordé, mirando mi reloj.
- ¡Oh, sí! – exclamó ella – Síganme – pidió, caminando hacia otra habitación, siendo seguida por nosotros – Déjame decirte que fue muy difícil hacer esto en menos de dos semanas…
- ¿De que está hablando?
Me preguntó Sungmin en un susurro.
- Pero… - Nari tomó el extremo de una cortina floreada - ¡Lo logré!
- ¡Omo! – exclamó Minnie – Es…
- ¡Sorpresa!
Grité.
- ¡Kyuhyun! – los ojos de Minnie se llenaron de lágrimas y entonces me abrazó – Es hermoso…
- Pruébatelo - pidió Nari – Aún hay tiempo para unos ajustes, pero no para un estiramiento – bromeó – Tú también vístete
- Sí
Contesté, tomando el traje que llevaba puesto el maniquí. Salí del probador, vestido elegantemente. Me miré al espejo y me retoqué el peinado, sosteniendo el corsage en una mano y mi teléfono en la otra.
- ¿Listo?
Preguntó Nari, llamando mi atención.
- Sí…
Contesté.
- ¡Sal Sungmin-shi!
Entonces Minnie salió con su vestido rosa.




Me miraba sonriente, yo la veía a ella en su totalidad. Se veía hermosa, incluso más que eso, y no podía creer lo afortunado que era.
- ¿Iremos a la graduación?
Preguntó y yo sonreí.
- Acabas de arruinar mi sorpresa
Ella entonces rió. Agradecimos a Nari su ayuda, pagamos, y volvimos al auto. Minnie miraba a todos lados emocionada. Había planeado todo esto desde aquella tarde de películas. Esta no iba a ser la última vez, siempre iba a intentar cumplir sus sueños.
Llegamos a la escuela, todos mis compañeros estaban llegando en sus autos y limosinas. Coloqué el corsage de Minnie en su muñeca y luego salí del auto. Sentí como todo el mundo me miraba, era de esperarse, después de todo soy Cho Kyuhyun. Abrí la puerta de mi auto y Minnie salió, en ese momento toda la escuela nos quedó viendo, algunos hasta sacando fotografías.
Los que habían sido de nuestra aula, la “A”, sabía de primera mano que sí era cierto los rumores de nuestro romance; los que eran de otras aulas, pues solo era un rumor para ellos. Era algo muy arriesgado de mi parte hacer esto por Sungmin, pero valía la pena, realmente valía la pena.
- Esto es… - Minnie me miró sonriente – Gracias oppa…
- Soy tu novio, debo de hacer estas cosas por ti
- Soy afortunada de tenerte
Dijo ella, mirando su corsage. Quería besarla, abrazarla, pero sabía que en toda la noche no podría hacer nada de eso. A pesar de ellos, quería que fuese algo memorable para ella.
Entramos en el gimnasio de la escuela, el cual estaba decorado como si fuera una noche estrellada. Nos tomaron nuestra foto y luego nos reunimos con los demás. A pesar de que todo esto era por Minnie, también era para mí, hacía mucho que no veía a mis compañeros de clases.
Algunos de mi compañeros hablaban sobre la universidad, sobre sus primeros autos y sobre dónde irían a trabajar en el verano, el último antes de la universidad. Yesung estudiaría veterinaria y cuando fuese mayor y tuviera todo lo que quisiera, iría a Australia a estudiar tortugas; Ryeowook había entrado a la escuela de cocina, la más prestigiosa en Corea, quería especializarse en comidas gourmet europeas; Donghae también iría a la universidad, a estudiar actuación y cine; Hyuk estudiaría danzas en la universidad de artes, la misma que Donghae y Minnie; y mi Conejo estudiaría música. Sentí nostalgia, pues todo juntos estaban pensando en sus futuros, dejándome de lado, pues yo ya estaba haciendo el mío. Yo ya trabajaba, ya generaba ingresos, ya tenía mi primer auto y planeaba comprarme una casa en Seongbukdong o un departamento en Gangman. Todos estaban iniciando esa noche sus vidas, todos excepto yo; me había perdido una muy corta e importante etapa de mi vida: la preparatoria junto a mis amigos.
- ¡Oppa, es tu canción!
Gritó Wookie, señalando los parlantes. Efectivamente, mi más reciente hit “Sorry, sorry” sonaba en los parlantes. Como un ejército entrenado, todos comenzaron a bailar la canción. En verdad me la estaba pasando bien, con mis amigos y con mis compañeros de clase.
- ¡Kyuhyun, estás aquí!
Gritó una voz, era Taeyeon, quien nos saludó a todos amablemente.
- Sí
- ¿Y cuál es el milagro, súper estrella?
Preguntó Tiffany, sonriendo.
- Vine por Sungmin
- ¿Entonces si era cierto que no habían terminado?
Preguntó Tae y yo asentí.
- ¿Y Seo?
Pregunté y vi como Minnie a mi lado fruncía el entrecejo.
- No sé, está preparándose para la hora de la coronación
Contestó Tiffany, mirando a todos lados.
- Que bien…
- ¿No estás nerviosa, Minnie?
Preguntó Tiffany, sonriendo aún.
- No… ¿Por qué lo estaría?
Mi novia no quitó el puchero de sus labios, clara señal de que sí estaba nerviosa.
- Compites para reina contra Seo, Yuri y Victoria
- Sí… pero no creo ganar, además no he hecho campaña
- ¿En serio? – Tiffany la miró con atención – Porque en las encuestas tú vas ganando
- ¡¿De verdad?!
Minnie sonrió, debía de haberle emocionado mucho la noticia.
- Ojalá Seo gane o se pondrá de mal humor
Comentó Tae, mordiéndose el labio con preocupación. La fiesta continuó, todos se seguían divirtiendo y yo bailaba con Sungmin. Me encantaba verla feliz, verla sonreír era lo mejor del mundo y sobre todo si era por algo que hice por ella. Bailábamos una canción lenta, ya sin importarme si nos veían o no.
- Atención clase del 2010 – dijo Wookie en el escenario – La votación se cerró – todos gritaron – Vamos a coronar al rey y reina del baile. Que suban los nominados
Minnie, Seo, victoria y Yuri subieron al escenario, junto con Sehun, Tao, Chen y D.O.
- El rey es… - dijo Donghae y se escuchó un redoble de tambores - ¡Sehun!
Todos aplaudieron y Sehun, sonriente y saludando, pasó al frente del escenario. Le pusieron su corona y todos aplaudieron y gritaron. Luego de sus cortar palabras, Wookie volvió a tomar el micrófono.
- Y la reina es… - todas las chicas sonreían, sobre todo Seohyun, pero había algo extraño en su sonrisa, era la sonrisa que yo ponía cuando estaba a punto de hacer una maldad - ¡Sungmin!
Sungmin sonrió ampliamente y caminó hacia el frente, recibiendo su corona. Aplaudí y silbé, pensando en cómo Minnie no había querido venir y como ahora estaba siendo coronada reina del baile de graduación. Todos aplaudieron y entonces ella se paró en el micrófono, sonriendo.
- ¡Owww…!
Exclamaron todos como cuando éramos niños y la veían haciendo algo tierno. Minnie seguía siendo tierna a pesar de tener dieciocho. Ella tocó el micrófono y dijo:
- Estoy feliz por esto pero… - miró hacia atrás – Sé de alguien que estará doblemente feliz por esto – se sacó su corona y caminó hacia Seohyun – Es tuya
- ¡¿Qué?! – Seo fue arrastrada por Sungmin al lado de Sehun - ¡No!
- ¡Con ustedes, su rey y reina!
Anunció Minnie y todos aplaudieron.
- ¡No!
Gritó Seo y entonces Hae jaló una cuerda que sostenía un balde. No fue confeti lo que cayó de él, sino una masa viscosa y marrón, seguido de plumas. Todos se quedaron viendo a Seo, quien había quedado más sucia que Sehun, quien se había apartado a tiempo. Ella se limpió los ojos y miró al frente, boquiabierta, entonces Sehun comenzó a reírse.
- ¡Pareces una gallina!
Reía, señalando a Seo con su vestido plateado.
- Seo…
Minnie se acercó a Seo, pero esta se alejo y le lanzó la corona.
- ¡Me las pagarás Kim Sungmin! – gritó - ¡Duerme con los ojos abiertos porque haré todo lo posible para verte sufrir! – Minnie la miró con los ojos abiertos, asustada - ¡Escúchame bien Kim Sungmin! ¡Nunca! ¡JAMÁS! ¡Nunca serás feliz!
Y con estas últimas palabras ella se fue corriendo. Minnie, con la corona en manos, miró con los ojos bien abiertos el lugar por donde Seo se había ido. Ya nadie reía, todos habían quedado pasmados por lo sucedido.
- ¡¿Qué pasó?!
Preguntó Wookie, caminando hacia Hae.
- ¡¿Y yo que sé?! – Hae alzó las manos, temerosa – Tú me viste llenar el balde con confeti, no con miel
- ¡Obviando esto! – Sehun, aun riendo, habló por el micrófono – El baile de rey y reina
Él tomó la mano de Sungmin y juntos bajaron del escenario. Una balada se escuchó y ellos dos comenzaron a bailar. Después de eso, les tomaron fotos y la fiesta continuó, Seo nunca volvió.


***
- No hagas ruido
Me pidió Minnie, caminando de puntitas por la oscura sala.
- ¿Ya estarán dormidos?
Me pregunté, también caminando de puntitas.
- Vamos a la habitación de Jessica
Pidió Minnie. Subimos a oscuras por la escalera y entramos en la habitación del bebé. El monitos estaba encendido, y Jessica dormía en su cuna. Minnie le sonrió al bebé y le dio un beso en la cabeza, acariciando sus cabellos. La imité y entonces nos fuimos, apagando nuevamente la luz. Entramos en la habitación de Sunny y nos dimos con la sorpresa de que Henry, Amber y Sunny dormían atravesados rodeados de centenares de envoltorios de dulces. Arropamos a los tres y también nos fuimos. Entramos en nuestra habitación y Minnie guardó sus zapatos en el closet. Minnie volvió a la habitación con el piyama ya puesto y me miró.
- Iré a la sala…
Le dije, caminando hacia la puerta.
- Kyu… - me giré a verla, ella estaba sonrojada - ¿Quieres dormir conmigo?
- ¿En serio?
Pregunté, cauteloso.
- Solo dormir – aclaró – Como los viejos tiempos
- Sí…
Acepte. Caminé al closet y busqué mi piyama. Me la coloqué y regresé a la habitación, Minnie ya estaba debajo de las sabanas. Me acerqué con cautela a la cama, ella solo me miraba. Moví las sabanas y me recosté en la cama, cubriéndome el torso. Minnie me miraba fijamente, yo hacía lo mismo.
- Es extraño esto – dijo – Cuando éramos niños era muy normal pero ahora…
- Si quieres puedo ir a la sala, no me importaría dormir una noche más en el sofá
- No… - Minnie se acercó más a mí, colocando su cabeza en mi pecho, como en los viejos tiempos – Quiero esto
- Minnie…
- Sabes oppa – ella volvió a mirarme – Me alegra que Seohyun no haya cumplido con su amenaza de no dejar que sea feliz
- Minnie…
El miedo recorrió mi espalda ¿Qué pasaría cuando lo recordase? ¿Aún querría quedarse conmigo? ¿Estaría listo para perderla de nuevo?
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Hasta aquí la maratón

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