Capítulo 26
- Insisto, salgan, yo
cuido a Sunny y Jessica
Insistió Henry, sosteniendo en una mano su
violín y en la otra a Amber.
- ¿Estás seguro?
Le volví a preguntar.
- Que sí
Volvió a repetir Henry.
- Oppa, confía en
nosotros – intervino Amber, soltando la mano de Henry – Cuidaremos de tus hijas
- Confío en ti – le
aseguré – En quien no confío es en Henry
- ¡Eres mi hyung,
deberías confiar en mí!
Se quejó el hámster.
- Por lo mismo que
soy tu hyung, sé cómo eres y no eres precisamente confiable
- Gracias…
Dijo con sarcasmo, haciendo un puchero.
- Estoy lista
Minnie bajó las escaleras dando saltitos. Su
vestido rosa le quedaba muy bien, aunque ella siempre se veía bien con todas
las ropas y todos los colores. Ella tomó mi brazo izquierdo y lo abrazó,
sonriente, yo volví a mirar a Henry.
- Ves, ya está lista,
y tu reservación está hecha desde la semana pasada
Me recordó él y yo solté un suspiro. Ya habían
pasado dos semanas desde que Sungmin decidió que podía volver a enamorarla, dos
semanas desde que aceptó que la situación de nosotros como pareja era de su
agrado. Aún no dormíamos juntos ni teníamos intimidad, solo nos dábamos castos
besos en las mañanas, en las tardes y en las noches ¡Me encantaba! ¡Era un gran
progreso!
Era como volver al inicio, cuando solo éramos
novios de manos sudadas, y eso estaba bien para mí. Me encantaba volver a tener
conmigo a mi Conejo. Siempre diré, y siempre digo, que sin ella, no puedo ser
yo mismo, pues siento que me falta algo.
- Vamos – Minnie tiró
de mi brazo – Se nos hará tarde
- Pero…
- ¡Sí, ya váyanse!
Nos ordenó Henry. Luego de darles las
indicaciones a Amber y Henry de: “cómo
cuidar a nuestras hijas” Salimos de la casa, subimos al auto y partimos
hacia el restaurante.
- No te preocupes –
dijo Minnie, sosteniendo mi mano – Son Henry y Amber
- Confío en Amber, no
en Henry
Dije, encendiendo la radio, estaban pasando una
canción mía.
- Henry ha demostrado
ser un buen niñero
- No digo nada en
contra, solo me que me preocupa Sunny, incluso más que Jessica
- ¿Por el cáncer?
Preguntó Minnie y yo asentí.
- Pero dijiste que
ella ya no tenía rastro de la enfermedad, que estaba totalmente curada
- Sí pero… igual… me
preocupa
- Calma oppa, no les
pasará nada
- Sí… ¿Qué puede
pasar? – doblé la esquina – No quemaran la casa, solo necesitan poner la comida
en el microondas
- Exacto…
- Pero pueden poner
algo de metal en el microondas y este explotar, y cuando lleguemos nos daremos
cuenta de que los cuatro están hechos carbón y…
- Kyu… relájate –
Minnie comenzó a acariciar mi brazo – Te ves lindo mientras conduces
- ¿En serio?
Pregunté extrañado.
- Ten en cuenta que el
Kyuhyun que recuerdo a la perfección, tiene trece años; y ahora estoy al lado
de Kyuhyun, hecho todo un hombre
- ¿Y cuál te gusta
más?
- Ambos
Miré a Minnie, ella sonreía.
- En teoría soy un
pedófilo por intentar enamorar a una niña de trece años
Bromeé y ella me dio un zape.
- No digas tonterías
– rió – Si no haces bromas crueles, haces bromas tontas o estúpidas
- Mencióname una sola
broma cruel que haya hecho alguna vez
- A los diez años, el
profesor que atravesó la pared con su cabeza, esa fue una broma cruel
- Fue la mejor broma
que he hecho a algún profesor
- Cuando le hiciste
creer a Donghae que su madre la había comprado a un marinero y que ella en realidad
era una sirena
- Aún no sé cómo es
que me creyó
Reí al recordar a Donghae intentando aguantar la
respiración por más de tres minutos.
- Cuando le dijiste a
Henry que era adoptado y este no paró de llorar por una semana
- Esa semana no pude
jugar videojuegos, maldito niño…
- Cuando le dijiste
que a Yesung que mataste a una de sus tortugas y en realidad la tenías
escondida – Minnie rió - ¡El pobre nunca volvió a ser el mismo!
- ¡Ey! – protesté –
Yesung ya era raro antes de esa broma
- También cuando hiciste
que Eunhyuk se cayera en su rutina de baile delante de todo el mundo
- Eso fue casualidad,
yo solo arrojé una cascara de banana al escenario
Minnie me miró con una ceja alzada.
- O…
- ¿O…?
- No…
- ¿Qué pasa?
- Es que… - me miró -
¿Fui reina del baile de graduación?
***
Dieciocho, por fin tenía dieciocho y estaba
estrenando mi nuevo auto, un “Audi”. En
estos dos años las cosas mejoraron para bien. Mi fama se incrementó, tenía tres
álbumes y todos habían sido número uno. Me conocían mundialmente y tenía
planeado para el próximo año una gira mundial, pero realmente mundial, por
Europa y América ¡Sería lo máximo!
En cuanto a mi vida privada: Seguía viviendo en
casa de mis padres, aunque esta me estaba empezando a quedar chica por todas
mis cosas; como Siwon ya tenía veinticuatro años, se mudo con Heechul a un
departamento pequeño, ahora su habitación es mi segundo armario. La prensa
tenía un poco harto a Henry, de ahora doce, pero supo cómo lograr que lo
dejaran de molestar ¿Qué hizo? Con su privilegio de vivir en mi misma casa, ser
mi dongsaeng y conocer mucho de mí, empezó a vender la información; no le decía
nada, pues casi nunca hago nada por él y bueno… le pedía el 20% de las
ganancias. Lo único que él no divulgaba, y sabía que nunca lo haría, era mi relación
con Sungmin.
¡Cuatro años! Llevaba siendo novio de mi Conejo
rosa por cuatro años, era todo un logro si veías todo el contexto. De alguna
forma habíamos logrado mantener nuestra relación, tan duradera, solo en nuestro
círculo social. Cuando no estábamos juntos, siempre nos llamábamos o hablábamos
por skype, de cualquier forma nos esforzábamos por mantener la relación. Yo
seguía igual de enamorado por ella como la primera vez, y ella decía lo mismo,
y no lo dudaba, pues lo demostraba en todo momento. Cuando estábamos juntos,
era lo mejor, todo lo que no pudimos hacer en los meses separados, lo hacíamos
en una noche y luego continuábamos con nuestra típica relación. Era tan
afortunado por tenerla conmigo, y sobre todo, era afortunado de que ella no me
dejara a pesar de todas las cosas que teníamos en contra.
- Sorry, Sorry, sorry, sorry,
naega, naega, naega munjuh
Iban cantando mis amigos en la parte de atrás
del auto.
- Me encanta tu
canción
Dijo Wookie, bailando la coreografía, sentada.
- A mí también
Admitió Minnie, que estaba a mi lado.
- Obvio que te gusta,
si la canción habla de ti
Rió Hae, también bailando al lado de Hyuk.
- Es no es cierto…
Las mejillas de Minnie se encendieron y yo
sonreí.
- ¿A no? – preguntó
Yesung – “Viendo en tu mirada, es como si
fuera un chico hechizado por algo”
- “Cuando caminas tu silueta es como si hubiera venido a pararse sobre mi
corazón”
Siguió Hyuk, riendo.
- “A donde quiera que vaya sonríes con
confianza, eres fascinante”
Ahora era Wookie quien hablaba.
- “Una niña buena, enigmáticamente hermosa”
Completó Hae.
- “Orgullosa y sin titubear, realmente eres
una fantasía”
- “No hay vuelta atrás, me he enamorado tanto de ti”
- Solo le faltaba en alguna parte mencionar
los Conejos y el color rosado de toda tu ropa – bromeó Hyuk – Después de eso,
todo es sobre ti
- ¿Es en serio?
Minnie me miró sonriente.
- Minnie… ya deberías
saber que casi todas mis canciones hablan de ti
- Owww… oppa…
- No se besen en
público
Nos advirtió Wookie.
- O con público
Se quejó Yesung.
- Ya… es mi auto,
puedo hacer lo que quiera
- Entonces en la
siguiente parada nos bajamos
Pidió Hyuk y todos reímos. Me estacioné en el Everland, uno de los parques de
diversiones más visitados de Corea del Sur. Los fotógrafos empezaron atacar,
los ignoré y seguí caminando con mis amigos. Uno de los privilegios de ser
famoso era que te podías formar primero, y así lo hice junto con mis amigos.
- Tengo miedo, tengo
miedo, tengo miedo
Repetía Wookie, detrás de mí, sentada con
Yesung.
- ¡Esto es muy
divertido!
Exclamó Sungmin, alzando los brazos.
- Minnie, el juego
aún no comienza
Ella no borró su sonrisa, sino más bien comenzó
a agitar los brazos.
- ¡Que ya comience!
Hizo un puchero y tuve que usar todas mis
fuerzas para no besarla, me había vuelto débil a sus pucheros. El juego
comenzó, el emocionante “Rolling X-Train”
Oía a mis amigos gritar, Minnie a mi lado reía con los brazos alzados.
Bajamos del juego, Wookie lloraba, Yesung la abrazaba y Hyuk corrió hacia un
baño para poder vomitar.
- ¡Monito, te
llevaste mi bolso!
Gritó Hae, corriendo tras él.
- Quiero subir de
nuevo
Pidió Minnie y Wookie negó con la cabeza.
- Mejor vamos al
carrusel – pidió – O sentémonos, porque todo el mundo está dando vueltas
- Sí… mejor hagamos
eso
Dijo Yesung, sosteniéndola y llevándola hacia
una banca.
- Minnie… - dijo
Wookie con voz cansada, sosteniéndose la cabeza - ¿Ya tienes tu vestido?
- No voy a ir…
Contestó Minnie, haciendo un puchero y
cruzándose de brazos.
- ¿A dónde?
Pregunté con interés, sobre todo porque no tenía
ni idea de lo que hablaban.
- Al baile de
graduación
Contestó Minnie, aún con su puchero.
- ¿Ya va a ser?
Abrí mis ojos al máximo ¡El tiempo se había ido
volando! ¡Nos graduábamos de la escuela! Bueno… ellos… yo me graduaría de mi
tutor particular.
- Sí, es en dos
semanas
Me informó Yesung.
- ¿Y no vas a ir?
Le pregunté a Minnie con mucha sorpresa.
- Ella está
compitiendo contra Seohyun como reina del baile
Seohyun continuaba siendo trainee junto con las
otras dos, por ello no había dejado la escuela. Se rumoreaba en la SM que las
tres por separado eran buenas cantantes, pero que juntas eran un trío
excepcional, y que tal vez las mantendrían así. Me alegraba que el sueño de
Tiffany y Taeyeon se cumpla, pero tener a Seohyun cerca todos los días era
estresante.
- Y otras dos chicas
Agregó Minnie.
- ¿Por qué no me
dijiste nada?
Pregunté, mirando a mi Conejo, quien solo miraba
el suelo.
- ¿Para qué? –
preguntó – No voy a ir porque mi pareja tiene otros asuntos y no podrá ir
- ¡¿Qué pareja?! -
preguntó con enojo - ¡¿Ibas a ir con un chico?! ¡¿Lo conozco?! ¡¿Qué
intenciones tiene contigo?!
- Creo que se refiere
a ti
Intervino Wookie.
- Oh… - la miré - ¿Es
eso? – Minnie asintió - ¿Cuándo es el baile?
- Dentro de dos
sábados
Contestó Yesung.
- ¿Para qué preguntas?
– Minnie me miró, había enojo en su mirada – No vas a poder ir, de seguro te
programarán una entrevista o algo por el estilo – Minnie volvió a hacer un
puchero, frunciendo el entrecejo – Y aunque fueses, después habría mucho
escándalo
- Pero…
- Está bien… - Minnie
soltó un suspiro – De toda formas no quiero ir y… tampoco creo que consiga la
corona
- Ay… Minnie…
Wookie y Minnie se abrazaron. Hae y Hyuk
volvieron y continuamos con nuestro paseo en el parque de diversiones. Los
demás se divertían, yo sin embargo no podía sacarme de la cabeza que Minnie se
perdería su baile por mi culpa, debía de hacer algo.
Continuamos con nuestro día en el parque de
diversiones. Cada tanto me topaba con fans y me demoraba largos minutos
tomándome fotos o firmando autógrafos, entonces mis amigos aprovechaban para
subirse a los juegos sin mí. No podía culparlos, salir conmigo se había vuelto
algo estresante, pues no podíamos pasar un rato de amigos porque al instante
aparecían fans. No me quejaba, pues amaba a mis fans, lo eran todo para mí, pero
a veces me sentía incómodo por no poder estar con mis amigos.
El día en el parque de diversiones acabó. Dejé a
todos mis amigos en sus casas, y por fin pude tener un tiempo a solas con
Sungmin. Aunque no podía, de todas formas, mostrar afecto por miedo de que nos
vean, una simple charla en el auto era ideal para nosotros.
Llegamos a nuestras casas; debido a que los
padres de Minnie no estaban, entramos juntos en su casa. Con las puertas,
ventanas y cortinas cerradas, nos entregamos el uno al otro en un beso profundo
y cargado de deseo. En los días que estaba de gira, solía extrañar con demasía
estos momentos con Sungmin, no por el hecho de tener relaciones, sino porque
era la forma plena de mostrarle cuanto la amaba.
Nos dirigimos a su habitación y cerramos la
puerta tras nosotros; pronto la ropa quedó en el suelo y caímos en la cama.
Seguíamos besándonos, recordándonos, explorándonos, amándonos. Nos entregamos
el uno al otro como tantas otras veces, pero vertiendo nuestros corazones como
si fuera la primera vez.
Después de mi entrevista en la KBS, volví a casa
para pasar mi día con Sungmin. Después de dos años a la prensa ya le había
aburrido seguir una relación que yo negaba a cada instante, además había
revelado muchas cosas que nos vinculaba como nada más que mejores amigos. Por
todo ello es que ahora podía disfrutar de pequeños momentos con mi Conejo.
Minnie me esperaba en su habitación con un tazón
de pop-corn y muchas películas animadas. Leeteuk, como siempre, me recibió con
los brazos abiertos y muchos bocadillos; Kangin sin embargo… él desde que entré
ya me estaba despidiendo. Me recosté al lado de mi Minnie, en su cama, y ella
colocó el primer DVD: “La Cenicienta”
Minnie a mi lado iba cantando las canciones de
la princesa. Si yo no me hubiera vuelto famoso, ella definitivamente lo hubiera
sido, pues era una excelente cantante, música y bailarina. Me puse a pensar
cuando teníamos catorce y su oportunidad desperdiciada por mí; yo era el que sí
cumplía su sueño, eso no estaba bien, pero lastimosamente todo se dio así.
No quería, por ende, volver a hacerle lo mismo,
hacer que por mi culpa uno de sus sueños no se cumpla. Desde que tengo uso de
razón, Minnie ha tenido toda su vida planificada, y al ser tan perfeccionista,
tenía todo fríamente calculado. Sabía que la graduación era algo que ella no
querría perderse, menos aún teniendo una posibilidad de vencer en algo más a
Seohyun. Tenía que hacer algo al respecto, no privarla de vivir esa misma
experiencia por mi culpa.
- ¿En qué piensas
oppa?
- En lo bonita que te
verías con un disfraz de Cenicienta
- Que no te escuche Heechul unnie decir eso
Bromeó, abrazándome. La miré y le sonreí. Por mi
culpa ella no se privaría de las cosas que quería. Empecé a maquinar todo, iba
a sorprenderla, porque se lo merecía; en nuestra relación, la que cargaba más
peso sobre sus hombros definitivamente era ella, tenía que compensarla.
- ¿A dónde me llevas?
Me preguntó Minnie por enésima vez.
- Es una sorpresa
Le contesté.
- ¿Puedo al menos
quitarme la venda?
- No
Aceleré el auto, mirando paranoicamente a todos
lados en busca de algún paparazi en busca de su bono adelantado. Ya habían
pasado las semanas, y el día de la graduación llegó. Había tenido una
presentación en una radio, ahí estuve metido toda la mañana, haciendo publicidad
a mi primer álbum en chino. A las doce corrí a casa dentro de mi camioneta
blindada conducida por un chofer nuevo. Vendé lo ojos de Sungmin y me la llevé.
- Oppa…tengo hambre,
no me dejaste almorzar
- Te compro un
chocolate después, solo espera
- Me vas a tener que
comprar toda una dulcería
Minnie se cruzó de brazos e hizo un puchero, se
veía adorable.
- Valdrá la pena, te
lo aseguro
- Más te vale
- Bueno… llegamos a
la primera parada
Dije, estacionándome.
- ¿Primera parada?
Preguntó Minnie, yo me estiré para quitarle las
vendas.
- Tu sorpresa tiene
tres paradas, esta es la primera
Le quité las vendas y ella parpadeó.
- ¿Un salón de
belleza? – Minnie me miró con una ceja alzada - ¿Me estás tratando de decir que
no te gusta mi aspecto?
- ¡No! – contesté con
rapidez, alzando mis manos – Solo que necesitas arreglarte de forma especial
para esta noche
- ¿Ah?
- Tú solo obedece y
sal del auto
- Pero…
- Conejo… - alcé la
mano derecha, callándola – No protestes, solo obedece
- Y después dicen que
Heechul y yo somos mandonas…
Masculló, saliendo del auto. Entramos en el
establecimiento, era un salón muy recorrido por los de la SM. Al instante nos
atendieron, pues ya tenía una cita. Sentaron a Minnie en una de esas suaves
sillas giratorias y se la llevaron.
Ella miraba todo con total confusión, y a mí me
fulminaba con la mirada. Lavaron, secaron y peinaron su cabello, dejándoselo
suelto y con ondas, se veía hermosa. La maquillaron y entonces comenzaron con
las uñas y los pies.
- ¿Cómo estás Conejo?
Le pregunté, asomándome a ver los pequeños Conejos
blancos sobre un fondo rosa, que estaban pintando en sus uñas.
- Confundida – dijo
ella, mirando a la muchacha que le estaba haciendo la pedicura - ¿Para que es
todo esto?
- ¿No puedo
consentirte?
- No… - Minnie miró a
las estilistas, luego me miró a mí – Porque solo somos amigos
- Los mejores amigos
del mundo
Dije, guiñándole un ojo, ella sonrió.
- ¿Después a dónde
iremos?
- Eso también es
sorpresa
- Pero no me puedes
vendar, me han puesto maquillaje y pestañas
- Descuida, no será
necesario
- Quiero saber qué
tienes planeado, Cho Kyuhyun – Minnie me miró de forma inquisitiva – Nada bueno
puede salir de una mente tan macabra
- Tengo mis momentos
de bondad
Dije y ella rió. Las estilistas terminaron y
entonces nos volvimos a subir al auto. Partimos hacia la siguiente parada, y
Minnie no dejaba de preguntar qué era lo que haríamos. Estaba emocionado,
esperando que al final ella se sintiera igual. Por fin llegamos, ese lugar que
me diseñaba los trajes para las presentaciones y premiaciones.
- ¿Una casa de modas?
– Minnie me miró – Primero me dices fea y ahora me dices que visto feo
- Conejo, esta es la
segunda parada
Le abrí la puerta.
- ¿Me mandarás a
hacer ropa a la medida?
Preguntó mientras entrabamos.
- No – contesté – Pero
espero haber acertado con las medidas, ya que Heechul es más alta que tú
- ¿Qué?
- ¡Kyuhyun! – saludó
una voz, era mi modista - ¡Aquí están los trajes!
- Gracias Nari
- ¡Pero si es la
preciosa Sungmin! – exclamó la chica, apretando las mejillas de Sungmin – Que
mejillas
- Nari… no tenemos
toda la tarde
Le recordé, mirando mi reloj.
- ¡Oh, sí! – exclamó
ella – Síganme – pidió, caminando hacia otra habitación, siendo seguida por
nosotros – Déjame decirte que fue muy difícil hacer esto en menos de dos
semanas…
- ¿De que está
hablando?
Me preguntó Sungmin en un susurro.
- Pero… - Nari tomó
el extremo de una cortina floreada - ¡Lo logré!
- ¡Omo! – exclamó
Minnie – Es…
- ¡Sorpresa!
Grité.
- ¡Kyuhyun! – los ojos
de Minnie se llenaron de lágrimas y entonces me abrazó – Es hermoso…
- Pruébatelo - pidió
Nari – Aún hay tiempo para unos ajustes, pero no para un estiramiento – bromeó
– Tú también vístete
- Sí
Contesté, tomando el traje que llevaba puesto el
maniquí. Salí del probador, vestido elegantemente. Me miré al espejo y me
retoqué el peinado, sosteniendo el corsage en una mano y mi teléfono en la
otra.
- ¿Listo?
Preguntó Nari, llamando mi atención.
- Sí…
Contesté.
- ¡Sal Sungmin-shi!
Entonces
Minnie salió con su vestido rosa.
Me miraba sonriente, yo la veía a ella en su
totalidad. Se veía hermosa, incluso más que eso, y no podía creer lo afortunado
que era.
- ¿Iremos a la
graduación?
Preguntó y yo sonreí.
- Acabas de arruinar
mi sorpresa
Ella entonces rió. Agradecimos a Nari su ayuda,
pagamos, y volvimos al auto. Minnie miraba a todos lados emocionada. Había
planeado todo esto desde aquella tarde de películas. Esta no iba a ser la
última vez, siempre iba a intentar cumplir sus sueños.
Llegamos a la escuela, todos mis compañeros
estaban llegando en sus autos y limosinas. Coloqué el corsage de Minnie en su
muñeca y luego salí del auto. Sentí como todo el mundo me miraba, era de
esperarse, después de todo soy Cho Kyuhyun. Abrí la puerta de mi auto y Minnie
salió, en ese momento toda la escuela nos quedó viendo, algunos hasta sacando
fotografías.
Los que habían sido de nuestra aula, la “A”,
sabía de primera mano que sí era cierto los rumores de nuestro romance; los que
eran de otras aulas, pues solo era un rumor para ellos. Era algo muy arriesgado
de mi parte hacer esto por Sungmin, pero valía la pena, realmente valía la
pena.
- Esto es… - Minnie
me miró sonriente – Gracias oppa…
- Soy tu novio, debo
de hacer estas cosas por ti
- Soy afortunada de
tenerte
Dijo ella, mirando su corsage. Quería besarla,
abrazarla, pero sabía que en toda la noche no podría hacer nada de eso. A pesar
de ellos, quería que fuese algo memorable para ella.
Entramos en el gimnasio de la escuela, el cual
estaba decorado como si fuera una noche estrellada. Nos tomaron nuestra foto y
luego nos reunimos con los demás. A pesar de que todo esto era por Minnie,
también era para mí, hacía mucho que no veía a mis compañeros de clases.
Algunos de mi compañeros hablaban sobre la
universidad, sobre sus primeros autos y sobre dónde irían a trabajar en el
verano, el último antes de la universidad. Yesung estudiaría veterinaria y
cuando fuese mayor y tuviera todo lo que quisiera, iría a Australia a estudiar
tortugas; Ryeowook había entrado a la escuela de cocina, la más prestigiosa en
Corea, quería especializarse en comidas gourmet europeas; Donghae también iría
a la universidad, a estudiar actuación y cine; Hyuk estudiaría danzas en la
universidad de artes, la misma que Donghae y Minnie; y mi Conejo estudiaría
música. Sentí nostalgia, pues todo juntos estaban pensando en sus futuros,
dejándome de lado, pues yo ya estaba haciendo el mío. Yo ya trabajaba, ya
generaba ingresos, ya tenía mi primer auto y planeaba comprarme una casa en
Seongbukdong o un departamento en Gangman. Todos estaban iniciando esa noche
sus vidas, todos excepto yo; me había perdido una muy corta e importante etapa
de mi vida: la preparatoria junto a mis amigos.
- ¡Oppa, es tu
canción!
Gritó Wookie, señalando los parlantes.
Efectivamente, mi más reciente hit “Sorry,
sorry” sonaba en los parlantes. Como un ejército entrenado, todos
comenzaron a bailar la canción. En verdad me la estaba pasando bien, con mis
amigos y con mis compañeros de clase.
- ¡Kyuhyun, estás
aquí!
Gritó una voz, era Taeyeon, quien nos saludó a
todos amablemente.
- Sí
- ¿Y cuál es el milagro,
súper estrella?
Preguntó Tiffany, sonriendo.
- Vine por Sungmin
- ¿Entonces si era
cierto que no habían terminado?
Preguntó Tae y yo asentí.
- ¿Y Seo?
Pregunté y vi como Minnie a mi lado fruncía el
entrecejo.
- No sé, está
preparándose para la hora de la coronación
Contestó Tiffany, mirando a todos lados.
- Que bien…
- ¿No estás nerviosa,
Minnie?
Preguntó Tiffany, sonriendo aún.
- No… ¿Por qué lo
estaría?
Mi novia no quitó el puchero de sus labios,
clara señal de que sí estaba nerviosa.
- Compites para reina
contra Seo, Yuri y Victoria
- Sí… pero no creo
ganar, además no he hecho campaña
- ¿En serio? –
Tiffany la miró con atención – Porque en las encuestas tú vas ganando
- ¡¿De verdad?!
Minnie sonrió, debía de haberle emocionado mucho
la noticia.
- Ojalá Seo gane o se
pondrá de mal humor
Comentó Tae, mordiéndose el labio con
preocupación. La fiesta continuó, todos se seguían divirtiendo y yo bailaba con
Sungmin. Me encantaba verla feliz, verla sonreír era lo mejor del mundo y sobre
todo si era por algo que hice por ella. Bailábamos una canción lenta, ya sin
importarme si nos veían o no.
- Atención clase del
2010 – dijo Wookie en el escenario – La votación se cerró – todos gritaron –
Vamos a coronar al rey y reina del baile. Que suban los nominados
Minnie, Seo, victoria y Yuri subieron al
escenario, junto con Sehun, Tao, Chen y D.O.
- El rey es… - dijo
Donghae y se escuchó un redoble de tambores - ¡Sehun!
Todos aplaudieron y Sehun, sonriente y
saludando, pasó al frente del escenario. Le pusieron su corona y todos
aplaudieron y gritaron. Luego de sus cortar palabras, Wookie volvió a tomar el
micrófono.
- Y la reina es… -
todas las chicas sonreían, sobre todo Seohyun, pero había algo extraño en su
sonrisa, era la sonrisa que yo ponía cuando estaba a punto de hacer una maldad
- ¡Sungmin!
Sungmin sonrió ampliamente y caminó hacia el
frente, recibiendo su corona. Aplaudí y silbé, pensando en cómo Minnie no había
querido venir y como ahora estaba siendo coronada reina del baile de
graduación. Todos aplaudieron y entonces ella se paró en el micrófono,
sonriendo.
- ¡Owww…!
Exclamaron todos como cuando éramos niños y la
veían haciendo algo tierno. Minnie seguía siendo tierna a pesar de tener
dieciocho. Ella tocó el micrófono y dijo:
- Estoy feliz por esto
pero… - miró hacia atrás – Sé de alguien que estará doblemente feliz por esto –
se sacó su corona y caminó hacia Seohyun – Es tuya
- ¡¿Qué?! – Seo fue
arrastrada por Sungmin al lado de Sehun - ¡No!
- ¡Con ustedes, su rey
y reina!
Anunció Minnie y todos aplaudieron.
- ¡No!
Gritó Seo y entonces Hae jaló una cuerda que
sostenía un balde. No fue confeti lo que cayó de él, sino una masa viscosa y
marrón, seguido de plumas. Todos se quedaron viendo a Seo, quien había quedado
más sucia que Sehun, quien se había apartado a tiempo. Ella se limpió los ojos
y miró al frente, boquiabierta, entonces Sehun comenzó a reírse.
- ¡Pareces una
gallina!
Reía, señalando a Seo con su vestido plateado.
- Seo…
Minnie se acercó a Seo, pero esta se alejo y le
lanzó la corona.
- ¡Me las pagarás Kim
Sungmin! – gritó - ¡Duerme con los ojos abiertos porque haré todo lo posible
para verte sufrir! – Minnie la miró con los ojos abiertos, asustada -
¡Escúchame bien Kim Sungmin! ¡Nunca! ¡JAMÁS! ¡Nunca serás feliz!
Y con estas últimas palabras ella se fue
corriendo. Minnie, con la corona en manos, miró con los ojos bien abiertos el
lugar por donde Seo se había ido. Ya nadie reía, todos habían quedado pasmados
por lo sucedido.
- ¡¿Qué pasó?!
Preguntó Wookie, caminando hacia Hae.
- ¡¿Y yo que sé?! –
Hae alzó las manos, temerosa – Tú me viste llenar el balde con confeti, no con
miel
- ¡Obviando esto! –
Sehun, aun riendo, habló por el micrófono – El baile de rey y reina
Él tomó la mano de Sungmin y juntos bajaron del
escenario. Una balada se escuchó y ellos dos comenzaron a bailar. Después de
eso, les tomaron fotos y la fiesta continuó, Seo nunca volvió.
***
- No hagas ruido
Me pidió Minnie, caminando de puntitas por la
oscura sala.
- ¿Ya estarán
dormidos?
Me pregunté, también caminando de puntitas.
- Vamos a la
habitación de Jessica
Pidió Minnie. Subimos a oscuras por la escalera
y entramos en la habitación del bebé. El monitos estaba encendido, y Jessica
dormía en su cuna. Minnie le sonrió al bebé y le dio un beso en la cabeza,
acariciando sus cabellos. La imité y entonces nos fuimos, apagando nuevamente
la luz. Entramos en la habitación de Sunny y nos dimos con la sorpresa de que
Henry, Amber y Sunny dormían atravesados rodeados de centenares de envoltorios
de dulces. Arropamos a los tres y también nos fuimos. Entramos en nuestra
habitación y Minnie guardó sus zapatos en el closet. Minnie volvió a la
habitación con el piyama ya puesto y me miró.
- Iré a la sala…
Le dije, caminando hacia la puerta.
- Kyu… - me giré a
verla, ella estaba sonrojada - ¿Quieres dormir conmigo?
- ¿En serio?
Pregunté, cauteloso.
- Solo dormir –
aclaró – Como los viejos tiempos
- Sí…
Acepte. Caminé al closet y busqué mi piyama. Me
la coloqué y regresé a la habitación, Minnie ya estaba debajo de las sabanas.
Me acerqué con cautela a la cama, ella solo me miraba. Moví las sabanas y me
recosté en la cama, cubriéndome el torso. Minnie me miraba fijamente, yo hacía
lo mismo.
- Es extraño esto –
dijo – Cuando éramos niños era muy normal pero ahora…
- Si quieres puedo ir
a la sala, no me importaría dormir una noche más en el sofá
- No… - Minnie se
acercó más a mí, colocando su cabeza en mi pecho, como en los viejos tiempos –
Quiero esto
- Minnie…
- Sabes oppa – ella
volvió a mirarme – Me alegra que Seohyun no haya cumplido con su amenaza de no dejar
que sea feliz
- Minnie…
El miedo recorrió mi espalda ¿Qué pasaría cuando
lo recordase? ¿Aún querría quedarse conmigo? ¿Estaría listo para perderla de
nuevo?
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Hasta aquí la maratón
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