domingo, 1 de marzo de 2015

No Quiero que me Olvides (Kyumin) - 23

Lectores!!! Hola, disculpen la demora :( Espero que pasen una buena semana, el inicio de clases en la universidad me tiene estresada y no sé por qué. Les informo que las dos precuelas de esta novela ya están terminadas así que solo queda esperar (Yeyyyy!!!!) Bueno, con esto me despido y les dejo el capítulo. Pasen un divertido domingo ^^.
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Capítulo 23





Minnie no se había ido, no pudo, tan pronto como Jessica comenzó a llorar. Las cosas iban de mal en peor, pues ambos nos estábamos distanciando mucho y eso era doloroso para Sunny.




Sungmin se frustraba mucho al no poder hacernos felices, lo notaba, ella vivía para hacer feliz al resto.
Habían pasado dos semanas desde aquel día, e intentábamos seguir adelante, solo que por separado. Las grabaciones de mi álbum me mantenían ocupado y ella intentaba dar todo de sí para mantener a nuestras hijas felices. Era difícil, pero me esforzaría, no me rendiría.
- Kyuhyun… - dijo Hangeng a través del micrófono – Te buscan
- ¿Quién?
Pregunté, saliendo de la cabina y encontrándome a mi suegro.
- Annyeong
Saludó.
- Ahjussi…
- ¿Podemos hablar?
Me preguntó Kangin y yo asentí.



Caminamos hacia la cafetería en el segundo piso del edificio, y pedimos dos cafés ¿Qué sucedía? ¿Por qué quería hablar conmigo? ¿Había hecho algo malo? ¿Me diría que deje a Sungmin?
- Ahjussi…
- Gracias…
Dijo él y yo lo miré sorprendido.
- ¿Qué?
- A pesar de todo… de todas las trabas que has tenido para poder estar con mi hija – él me miró, estaba… él estaba sonriéndome – Jamás te he visto tirar la toalla, siempre has estado con mi hija y no la has abandonado o traicionado, sobre todo ahora
- Es que… yo amo mucho a Sungmin
- Lo sé – dijo, tomando un sorbo a su café – Ahora es que me doy cuenta de la magnitud
- Ahjussi…
- Cuando sucedió lo de esa chica… Seohyun – miré la mesa – No lo podía creer, te habías esforzado tanto por recuperar a Sunny y Minnie, que no podía creer que hayas hecho algo tan vil – seguí viendo los reflejos de la luz sobre la mesa – Si hubiera sido verdad, ahora estarías con esa zorra, pero sigues con mi hija a pesar de que te rechaza
- Ahjussi – me sorprendían sus palabras - ¿Usted me cree ahora?
- Sí… y lo siento Kyuhyun – terminó su café, viéndome a los ojos – Te he hecho la vida imposible por mucho tiempo, es hora de terminar con eso
- Gracias… Ahjussi, gracias
- Solo haz feliz a Minnie, como has venido haciendo desde hace mucho
- Lo juro
- Más te vale
A las seis de la tarde estuve libre y regresé a casa. Minnie ayudaba a Sunny a hacer las tareas,




mientras alimentaba a Jessica con su biberón. Mis dos chicas me miraron y luego sonrieron. Yo me acerqué y besé a Sunny en la frente, lo mismo hice con Jessica y a Minnie solo le dije:
- Annyeong
- Hola…
Me dijo, cabizbaja.
- Appa, mira el dibujo que hice
Dijo Sunny, mostrándome un dibujo de una casa con todos nosotros dentro.
- ¿Y este monstruo quién es?
Pregunté en broma y Sunny infló las mejillas.
- ¡No es un monstruo, soy yo!
- Oh… entonces es una princesa
- ¡Sí! – Sunny aplaudió, Minnie sonrió - ¡Ya terminé con las tareas! – anuncio - ¿Puedo ir a la sala de juegos a seguir siendo un ula-ula con patas?
- Ludópata, Sunny
Le corrigió Minnie con una sonrisa. Sunny no dijo nada, solo salió corriendo escaleras arriba. Me quedé viendo a Minnie, Jessica se había acabado su leche y ahora miraba a Minnie con atención. Yo las miré ambas, imaginándome cómo habría sido vivir esto con Sunny, donde todo podía haber sido normal.
- Sabes… - dijo ella, dejando a Jessy en su coche – Eres mejor appa que yo
- Eso no es cierto – y no mentía – Tú te estás esforzando, y lo estás haciendo muy bien
- Siempre me dices cosas lindas, oppa – ella sonrió – Y no lo merezco
- Claro que sí, mereces que todos los días te recuerde cuan especial eres
- Pero te hago daño, siempre te estoy haciendo daño
- Es no es cierto…
- ¡Si lo es! – Minnie respiró hondo – Como cuando dejé de hablarte de la nada, antes de la obra – la miré sorprendido – O como cuando te decía lo mucho que me gustaba Zhou Mi, mientras tú eras desdichado
- Minnie… - la miré sorprendido - ¿Has recordado algo?
- Solo eso – dijo – No sé por qué dejé de hablarte, solo recuerdo que ocurrió – me explicó – Y Zhou Mi me recordó que yo hablaba mucho de él delante de ti y que eso te dolía
- ¿Zhou Mi te dijo eso?
- Él viene para intentar hacer que te recuerde
- ¿En serio? – ella asintió – Aish… le debo mucho a ese edificio andante
- Pero solo ahora realmente he logrado recordar eso
- Me alegra saber que estás empezando a recordar
- Oppa… tengo miedo de saberlo todo – me quedé callado; era verdad, había muchas cosas que ella no podía saber ¿Cómo sería cuando las averiguara? - ¿Y si no es de mi agrado?
- Probablemente muchas cosas no lo serán – aseguré – Pero de todas formas en algún momento las recordarás, y yo seré paciente, esperaré a que eso pase
- Oppa… - ella me miró - ¿Somos felices?
- Eso depende…


***
- ¿Estás escribiendo una nueva canción?
Me preguntó Shindong, el practicante a ingeniero de sonido.
- Tengo más o menos la música
Le mostré mis partituras.
- Se ve bien – dijo, empezando a tocarla en el piano - ¿Ya estás escribiendo la letra?
- Estoy bloqueado
Admití, mirando las miles de bolas de papel con letras fallidas. No podía, desde que terminé con Sungmin, escribir una canción, o si quiera tocar bien una canción. En un mes no había podido hacer nada, y mi álbum tenía que tener al menos tres canciones compuestas por mí ¡Pero no podía! ¡Tenía un bloqueo mental!
- Pues supéralo – dijo Shindong – Esto está muy bueno
- Gracias…
Contesté sin ánimo.
- Kyuhyun… tienes mucho talento – sonreí de lado al oírlo – Las personas tenemos dificultades, el temple de uno se mide en cómo logramos superarlos o sobrellevarlos – lo miré, sus palabras me estaban haciendo sentir mejor – Que termines con tu novia no es el fin del mundo…
- Sí pero… - lo miré, pues él sabía todo, era como un amigo para mí – La amo mucho, desde hace mucho
- Si necesitas llorar hazlo, no te he visto hacerlo desde que sucedió lo de su atentado – me pasó un brazo por los hombros – A veces llorar todo un día es la mejor solución, y el primer paso para súper un problema
- Gracias…
Volví a decir, mirando mi anillo de pareja, aquel que no podía usar en público. Los ojos se me llenaron de lágrimas y entonces rompí en llanto. Extrañaba a Sungmin, siempre extrañaba a Sungmin, pero ahora lo sentía diferente, pues esta no era una pelea simple como mis ataques de celos, que podía solucionar con una disculpa o comprándole una dulcería entera; esta vez mi fama era la que nos había separado.
¿Qué debía de hacer? ¿Renunciar? Era una posibilidad pero… ¿Sería capaz de hacerlo? Miré mis partituras, tocando la música mentalmente. Amaba esto, era mi sueño hecho realidad, no quería dejarlo; pero si era la única forma de volver con Sungmin…
En la noche volví a casa, pues había tenido que ir a otro programa de entrevistas, volviendo a negar que tuviera alguna relación con Sungmin que no fuese una amistad de hace años. Eran las diez de la noche y la camioneta blindada por fin me dejó en mi casa. entré en ella, sintiéndome muy cansado y entonces…
- ¡Sungmin! – gritó mi dongsaeng de diez año, desde alguna parte de la casa - ¡Quiero más pastel!
- ¡Ya te lo llevo! - gritó la voz de Sungmin, saliendo de la cocina – Kyuhyun…
- Hola… - saludé, sorprendido por su presencia - ¿Qué haces aquí?
- Henry tiene un resfriado, tus padres trabajo y Siwon con unnie en quien sabe Dios donde – contestó, caminando hacia la habitación de Henry – Pensé que llegarías más tarde
- Duró menos de lo que esperaba
- Sí… - Minnie abrió la puerta, dejó el pastel y volvió a salir – Supongo que negar tantas veces que no tienes nada conmigo, ha hecho que ya no necesites dar un gran discurso
- Minnie…
- Bueno… ahora que ya llegaste – tomó su chamarra rosa – Puedo volver a mi casa
- Minnie – tomé su brazo para que no se fuera – Hablemos…
- Kyuhyun… - ella soltó un suspiro, mirando al suelo – Lo mejor es que… olvidemos todo esto
- No quiero
Sentencié.
- Debes de olvidarme
Me pidió, mirándome con tristeza.
- No puedo…
- Pero tienes que, es lo mejor…
- ¿Tú ya me has olvidado? – pregunté, sintiendo que el corazón se me caía a pedazos - ¿Ya me dejaste de querer?
- Kyuhyun…          
- Respóndeme…
Rogué, mientras mi corazón se deshojaba como un girasol.
- No – contestó ella – Estoy loca por ti – confesó y mi corazón nuevamente se armó – Cada momento que hemos pasado, sigue en cada latido de mi corazón, y despierta mi corazón que quiere dormir – la miré, acercándome más a ella – Quisiera dejarte ir
- No quiero que lo hagas
- Lo sé – Minnie me miró, sus ojos estaban cristalinos – Cuando intento olvidarte, solo encuentro más recuerdos – se acercó a mí – Porque eres mi amor sin fin
- Minnie…
Entonces la besé, sin poder evitarlo, sin querer soltarla, y aunque esto no significara que volveríamos a estar juntos, solo quería besarla. Ella me correspondía, enredando sus brazos alrededor de mi cuello. Posé mis manos en sus caderas y la acerqué más a mi cuerpo, sintiendo el latido de su corazón contra mi pecho. La falta de aire hizo que nos separásemos; ella me miró y luego se alejó unos pasos de mí.
- Kyu…
- Si aún me amas… - volví a acercarme a ella - ¿Por qué te quieres alejar de mí?
- Porque no podemos tener una relación normal, y eso no me gusta – se puso la chamarra y caminó hacia la puerta – Lo siento Kyuhyun… algunas cosas simplemente no pueden ser
- Minnie… - la tomé del brazo – No me dejes…
- No quiero hacerlo pero… - ella quitó mi mano de su brazo – No puedo seguir así
Y entonces se fue, dejándome parado en medio de la sala, con la mano extendida. Henry salió de su habitación, con la cara llena de chocolate; yo lo miré, él me dio un abrazo, yo le correspondí, era reconfortante. Henry me soltó y me sonrió, yo solo hice una mueca.
- Minnie aún te ama, solo debes de hacer algo que haga que regrese contigo
Dijo, lamiendo su plato.
- ¿Cómo qué?
- Hazle una canción – contestó, caminando a la cocina, yo le seguí – Siempre cae a tus pies cuando le compones una canción
- Cierto… - me lo pensé bien – Debería hacerlo…
- Pues hazlo… - dijo mi hermano, sacando el cuchillo – Pero primero sírveme más pastel
- Niño…
Fulminé con la mirada a mi hermano y luego le serví su pastel. Entré en mi habitación y me recosté en mi cama, viendo mi “Minnie altar” Henry tenía razón, debía de hacer algo para recuperarla, quizá una canción, pero estaba con mi bloqueo mental.
Tomé mi guitarra y un lápiz. Comencé a tocar las pocas notas que había comenzado a escribir en la mañana, y fue como si la música viniera a mí. Empecé a escribir notas en las partituras improvisadas, vertiendo nuevamente mi alma y mi corazón, en cada nota. Pensaba en el rostro de Sungmin, en sus aegyos, en sus pucheros, en sus sonrisas y en sus Conejos rosas, no quería perderla, no lo iba a permitir.


Siete de la mañana, tenía que volver al estudio de grabación. Me desperecé, me aseé y cambié. Tomé mi nueva canción y la guardé en mi bolso, me coloqué los lentes de sol y caminé hacia la cocina para tomar mi desayuno.
- Mira Minho, nuestro hijo parece una súper estrella – omma me tomó una foto con su teléfono

 

- ¿No es guapo mi hijo?
- Obvio que sí, salió a mí
Rió appa, dándole un beso en la mejilla a omma.
- No, ninguno de mis hijos se parecen a ti
- Taemin, si Siwon es tan guapo es porque soy su appa
- No, tú eres una rana
- Estoy aquí parado, quiero mi desayuno
Pedí, sentándome en el antecomedor.
- Lo siento hijito
Se disculpó omma, dándome un beso en la mejilla.
- ¡Omma! – gritó Henry, entrando a la carrera - ¡Siwon dice que parezco un hámster!
- ¡Cho Siwon!
Regañó omma, tomando de la oreja a mi hyung.
- ¡Lo siento, fue solo una broma!
- ¡Familia, me tengo que ir en unos momentos! – les recordé - ¡Mi desayuno!
- Ya… no te enojes Henry – consolaba appa a Henry – Te compraré un nuevo violín
- Mejor un perrito
- Desayuno…
- Eres el mayor, debes de dar el ejemplo
Regañaba omma.
- Sí omma…
- Desayuno…
- Un perrito será – dijo appa – Tae, tendremos un perrito
- A Heechul no le gustan los perros – comentó Siwon – No vendrá a casa si hay uno
- ¿Y a mí que me importa?
Contestó Henry, inflando las mejillas.
- Desayuno…
- ¿Un perro? - preguntó omma – Bueno…
- Saben qué, mejor me sirvo jugo y me voy
Me levanté de mi asiento, mientras mis padres seguían atendiendo a mis hermanos. Saqué el jugo y algo de la comida de ayer; me serví un poco y lo calenté en el microondas. Después de diez minutos, en donde mi familia seguía hablando como si yo no estuviera, mi trasporte llegó.
- Annyeong…
Dije y todos dejaron de hacer lo que hacían.
- Annyeong hijito
Omma me dio un abrazo y un beso. Salí de la casa y vi a Sungmin salir también, con su uniforme escolar. La quedé viendo, mi corazón comenzó a latir a toda velocidad, quería correr hacia ella, besarla y abrazarla, pero entonces ella siguió su camino. Entré en la camioneta y partí, pasando por su lado, y grabándome su figura en la mente.
Llegué al edificio de la SM y corrí hacia la sala de grabación. Ahí estaba Shindong, tan diligente, mezclando la música de una de mis canciones. Él se volteó y me miró, sonriente, en el futuro él será mi ingeniero personal, no lo iba a compartir.
- Te ves mejor
Dijo y yo sonreí, sacando la canción de mi bolsillo.
- Lo logré
Agité las hojas con la letra y la partitura.
- ¿Tan rápido? – preguntó, mirando la letra - ¿Qué pasó?
- Me dongsaeng me inspiró
- ¿Tu dongsaeng te inspiró una canción romántica?
- Su consejo
Aclaré y este asintió, leyendo la letra de nuevo.
- Comencemos ya…
Exigí impaciente.
- ¿Cómo se llama?
Preguntó y me quedé viendo las hojas, aún no le ponía título.
- “You’re my endless love”
Contesté, y Shindong asintió, escribiéndolo en la hoja.
- Entra ya muchacho
Me ordenó y yo obedecí sonriente. Primero grabamos la música con el “MIDI” eso nos tomó unas cuantas horas.

 

Dongie apareció y se sentó al lado de Shindong, observándome, yo solo lo veía, deseando tener otro manager, quizá Hangeng.
- ¿Es nueva?
Preguntó Dongie y yo asentí.
- La escribí ayer
Contesté.
- Es buena – decía él mientras asentía – Haré unas llamadas…
Y diciendo esto se fue.
- A veces me da miedo ese hombre…
Bromeó Shindong y yo reí.
- Terminemos esto
Pedí y mi amigo asintió. Cuatro horas después ya teníamos la canción hecha, solo faltaba los arreglos que de eso se encargaba Shindong. Me fui a la sala de ensayos, el concierto de la SM era pronto y teníamos que presentar nuevas canciones.
Encendí la música y comencé a practicar una de las coreografías de mi álbum, hacía mucho que no lo hacía. La pegajosa música comenzó y yo inicié mi baile, tropezándome de vez en vez ¡Soy cantante, no bailarín! Repetí la misma coreografía unas cinco veces y entonces me dejé caer en el suelo, cerrando los ojos y cubriéndomelos con el brazo. Respiré hondo, agotado, pero con un solo pensamiento en mente: Sungmin…
- Hola…
Dijo una voz y yo alcé la mirada. Parpadeé varias veces y entonces la vi, sonriéndome, con las mejillas sonrojadas. Me senté en el suelo, aún sorprendido por verla, y volví a parpadear.
- Hola
Saludé.
- Hola…
Repitió ella.
- ¿Qué hace aquí, Seohyun?



- Oh pues… - ella sonrió – Un agente de la SM nos vio a Tiffany y Taeyeon cantando en una fiesta y pues…
- ¿Vas a ser parte de la SM?
- Eso parece…
Seo esbozó una radiante sonrisa.
- ¡Eso es genial!
Le felicité.
- ¿Te alegra que ahora podamos vernos más?
Preguntó, acariciando mi brazo izquierdo, el brazo de Minnie.
- Sería bueno tener caras conocidas por aquí
Dije, caminando hacia la radio.
- Oí que tú y Sungmin terminaron…
- No lo hemos hecho
Mentí con rapidez.
- ¿A no?
- No, es solo para callar a la prensa y calmar a las personas
- ¿Entonces por qué me lo dices?
- Porque sí… - me senté al lado de la radio – En el “SM Town” le dedicaré una canción, y ella estará en primera fila
- ¿En serio…? – preguntó Seo, acercándose a mí – Porque es Minnie la que anda diciendo en la escuela que ya terminaron
- Como te dije… - me aparté – Es solo para callar a la prensa
- Pues yo no me lo creo…
- ¡Seo, al fin te encontramos! – exclamó Taeyeon - ¡Kyuhyun!
- Hola…
Saludé.
- Justo hace poco vi a Sungmin
- ¿Qué?
- Creo que vino a ver a su omma
- ¿Dónde la viste?
- En el ascensor, la vi entrar…
No oí más, salí corriendo hacia el ascensor, presionando el botón a la planta más alta, donde se encontraban los ejecutivos. Busqué la oficina de Leeteuk, había tenido que ir allí una vez, cuando firmé mi contrato, pues ella es la jefa del cuerpo legal de la SM. Por fin encontré la puerta con el letrero de “Kim Jung Soo” Toqué la puerta y entonces ella me abrió la puerta.
- No eres mi omma
Fue lo que salió de sus labios.
- Gracias a Dios que no
Dije, entrando.
- ¿No deberías estar ensayando o grabando algo?
Preguntó, sentándose en la silla de su omma.
- Estaba en la sala de ensayos, pero me dijeron que estaba aquí así que…
- Tú y yo ya no somos nada – sus palabras taladraron mi corazón, fueron tan crudas y pesadas, tan calientes como el magma de Pompeya, tan destructivas como un terremoto, fueron horribles – No tienes que dejar tus labores por mí
- Quería hacerlo – la miré, acercándomele – Aunque hayas terminado conmigo, yo no lo he hecho contigo
- Kyu…
- Tú aún me amas – le recordé – Te recuperaré como sea Sungmin – rodeé su cintura con mis brazos y la atraje hacia mí – Así sea lo último que haga
- Kyu…
No la dejé terminar de hablar, atrapé sus labios con los míos. Era en estos momentos en los que desearía no ser famoso, pues no podía estar con la chica que amaba. Un carraspeo nos hizo separarnos, era Leeteuk.
- Ahjumma…
- Omma…
- Hola – Leeteuk nos sonrió – Me alegra ver que ya están bien, pero sean precavidos, los pueden ver, y el escritorio no es muy cómodo para estas cosas 
 




- ¡Omma…! - las mejillas de Sungmin se encendieron – No estábamos haciendo nada…
- A pues, parecía que sí
- ¡Omma!
- Yo…
Miré a ambas mujeres, sintiéndome acalorado.
- Kyuhyun, mejor vete – me pidió Sungmin – Vine a ver a mi omma, no a ti
- Minnie…
- ¡¿Eres sordo?! – gritó y su madre la miró con los ojos bien abiertos - ¡Vete!
- ¡Kim Sungmin! – le regañó Teukie - ¿Qué modales son esos?
Minnie hizo un puchero y me tomó del brazo, arrastrándome fuera de la oficina de su madre. Minnie apretaba mucho mi brazo, debía de reconocer que mi Conejo era muy fuerte. Ella me llevó a una esquina y me lanzó contra la pared, mirándome con enojo; respiró hondo y relajó la expresión, luego miró el suelo.
- No lo hagas más difícil oppa… - pidió – Me duele verte…
- A mi me alegra verte…
- Kyu… - entonces se levantó sobre la punta de sus pies y me dio un beso – Te amo…
- Yo más…
- Por favor, no vuelvas a buscarme…


***
- Kyuhyun… - sentí que algo me sacudía – Kyuhyun… - abrí mis ojos y vi a Sungmin – Kyuhyun… despierta…
Minnie estaba con su pijama rosa y su bata rosa, se veía adorable. Me tallé los ojos y parpadeé varias veces. Ella sostenía a Jessica con un brazo y con el otro me zarandeaba. La miré fijamente y ella dejó de zarandearme, luego miré mi reloj, eran las tres de la mañana.
- ¿Qué pasa?
- ¿Cómo debo de alimentar a Jessica? - me preguntó y yo la miré sin entender – Me olvidé de comprar más fórmula para bebés, y ya le di lo último que quedaba… - miró al bebé – Creo que sigue con hambre
- Sungmin… no soy mujer – le dije – Eso deberías saberlo tú
- Pero no lo sé – Minnie hizo un puchero – No tengo la mente de una adulta
- Solo… ábrete el pijama y dale el pecho
Le indiqué.
- Ummm…
- ¿Qué?
- Vuelve a dormir entonces
- ¿Por qué?
- No quiero que me veas
- Conejo… ya te he visto muchas veces sin corpiño
- ¡Kyuhyun! – Minnie me dio un zape - ¡No digas esas cosas delante de dos niñas!
- Solo hay un bebé y una mujer de veintitrés años
- Aún así – Minnie me miró de forma severa - ¿Cuándo te volviste tan pervertido?
- Desde que tuvimos nuestra primera vez
- ¡Por el Dios de Siwon! – exclamó - ¡Cállate!
- ¿Por qué?
- ¡Porque no quiero recordar esas cosas!
- De acuerdo, lo siento – me levanté del sofá caminé al baño - ¿Has recordado algo más últimamente?
- No… - escuché que contestaba – Me acuerdo… - Minnie se quedó callada, yo salí del baño, ella estaba dándole el pecho a Jessica – Se siente raro – el puchero en sus labios se veía adorable. Era la primera vez que la veía de esa forma. Con Sunny me perdí esto, pero ahora podría disfrutarlo con Jessica y nunca fallarle ni faltarle a mis dos hijas – Me acuerdo… - ella me miró – Verte llorando, mucho
- Obvio, lloré mucho por ti
- ¿Por qué?
- Porque mi mejor amiga me veía solo como un amigo, porque no podía estar contigo, por muchos motivos he llorado por ti…
- No digas eso…
- Minnie… - la miré, ella volteó la vista a otro lado – Te amo desde que usabas tus vestidos rosados con Conejos – ella seguía sin mirarme – Te amo desde que te vi con tu manta rosada con un Conejo en nuestro parque – Minnie seguía mirando hacia otro lado – Te amo desde…
- No sigas – me ordenó, mirándome - ¿Eres masoquista? – la mirada en sus ojos era severa - ¿Te gusta sentirte mal?
- Minnie…
- ¿Cómo puedes decirme todo esto? – preguntó – Sabiendo que no recuerdo nada
- Yo…
- Lejos de hacer que te quiera, estás logrando que sienta asco
- Minnie…
- Lo siento oppa… - Minnie bajó la mirada – Te dije que lo intentaría – asentí – Ve lento – pidió – Porque solo estás logrando que quiera evitar todo lo que dices
- Minnie…
- Tienes que tener presente… - ambos nos miramos – Que tal vez no pueda volver a esa época, que no recuerde nunca lo que pasó entre tú y yo
- No digas eso… - cerró con fuerza los puños – Te haré recordar, Conejo, así sea lo último que haga en mi vida
- Oppa…
- Yo no puedo estar lejos de ti Minnie – ella me miró fijamente, con las disculpas en los ojos – No me pidas que te suelte si no logras recordar – los ojos comenzaron a llenárseme de lágrimas – No voy a ser capaz de hacerlo porque tú eres yo, tú eres una parte de mí y sin ti… - respiré hondo, intentando evitar en vano que las lágrimas salgan – Así tengamos ochenta años cuando logres recordar algo de estos diez años… aún así no te dejaré
- ¿Y si nunca llego a recordar nada?
- Pues entonces volveré a enamorarte – Minnie me miró con los ojos bien abiertos – Lo hice una vez y lo haré todas las veces que sean necesarias
- Oppa…
- Déjame volver a enamorarte Minnie
- Oppa…
- Sé que me has dado mil y un oportunidades, te pido una última…
Las lágrimas comenzaron a caer.
  - Oppa… te la doy

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