Capítulo 2
¿Qué estaba haciendo? ¿Mintiendo? ¿Por qué? ¿Por
qué me molestaba ser un mesero? ¿Por qué me avergonzaba de lo que era? ¿Por
qué…? La chica volvió a hacer una venia y yo la miré.
- Ojalá
no me vuelva a topar con usted – soltó – Aún así, discúlpeme por mi actitud
- Como
usted diga…
- Un
Chanel como ese es difícil de encontrar en Asia – señaló mi sombrero – Incluso
para el más adinerado…
- Yo…
Tomé el sombrero con delicadeza, no sabía eso.
- Ojalá
no nos volvamos a ver – volvió a decir y yo la miré fijamente – Annyeong
La miré irse, bamboleando sus caderas y llegando
hacia su amiga, quien comía sonriente. Podía estar seguro de algo, y eso era
que esa chica no se hubiera disculpado conmigo si no hubiese sido por el traje
que llevaba puesto. La chica llegó donde su amiga y esta la miró con
preocupación, la chica solo frunció el ceño y se empezó a abanicar ¿Cómo una
chica tan bonita podía ser tan desagradable?
- Hoy
tuviste suerte… - susurró una voz, era Seungri – Pero mañana… mejor deja de
jugar
- Hyung…
Lo miré confundido.
- Esa
chica, la sonriente – miré a Jinki – No te hubiera defendido si no lucieras así
en estos momentos – miré a mi hyung, sorprendido – Y eso lo sabes
- Hyung…
-
Quítate eso Jong, antes de que te metas en problemas
- Sí…
Asentí a sus palabras y caminé con rapidez hacia
el hotel. Por el camino hacia los ascensores, noté que los huéspedes me
saludaban, incluso uno me dio la mano ¿Qué pasaba? ¿Era por el traje? Muchos de
mis compañeros, de seguro por el traje, me saludaban también de forma
respetuosa ¿Un traje podía hacer tanta diferencia? ¿La ropa fina podía hacer
tanta diferencia? ¿La apariencia podía hacer tanta diferencia?
Llegué a los ascensores y entré con un hombre de
traje, alto y con mirada seria. Él me miró y yo hice una venia que él
respondió, otro huésped hubiera rechazado mi saludo si hubiera estado en mi
uniforme. El ascensor se detuvo en el piso dos y otro hombre entró, sonriente.
- ¡Oh,
hola hyung! – saludó, haciendo una venia hacia el hombre – Todo está listo para
el coctel de mañana en el salón del tercer piso
- Obvio
que debe de estar todo listo – dijo, aceptando la invitación – Ya sabes a
quienes invitar
- Sí… -
dijo el hombre – Los inversionistas y otras personas que queramos asociar
- Quiero
esas acciones para la mina de diamantes – dijo el hombre de mirada seria – Ese
hombre encontró diamantes en la India
- Hay
más en África
Solté y luego me tapé la boca.
-
¿Perdón…?
Pregunto el recién llegado.
- En…
África hay más diamante que en India y China… - comencé a decir – Una concesión
minera sería… sería lo apropiado…
- ¿Dónde
hay diamantes?
Preguntó el hombre de mirada seria.
- En
Guinea, Sierra Leona, el Congo… todo el centro y sur de África tiene diamantes,
y son de mayor tamaño y calidad que los de cualquier parte del mundo…
- Dale
una invitación a este muchacho – ordenó el hombre – A los socios les gustaría
escuchar esta información
- Seunghyun hyung… - el otro hombre lo miró y
asintió
– Tome…
- Lo
espero ahí… ¿Cuál es su nombre?
Preguntó el hombre de mirada seria.
- Kim… -
hice una venia – Kim Jonghyun…
- Kim
Jonghyun… - pronunció el hombre - ¿Cómo sabes tanto sobre minas y concesiones?
Preguntó cuando las puertas se abrieron en el
piso seis.
- Yo… - salí
del ascensor tras él – He estudiado mucho supongo
- Me
encanta… - dijo el hombre – Los jóvenes de hoy en día no estudian nada… - miré
al suelo, incómodo - ¿Eres de Seúl?
- Sí…
- ¿Vas a
la escuela EXO?
Preguntó, refiriéndose a la mejor escuela de
Seúl, una a la que jamás podría ir por la falta de dinero.
- No…
- Es una
lástima, es la mejor – dijo y yo asentí – Mi hija va ahí – comentó – Que tus
padres te cambien a esa escuela, no desperdicies tu tiempo en cualquier otra
escuela
- Sí…
- Lindo
sombrero
Dijo el hombre y yo asentí, volviendo a tomar el
dichoso sombrero de copa. Me quedé parado en la puerta del 615 y lo miré, ellos
me miraban también. Hice una venia y entonces entré, soltando un suspiro.
¿Qué acababa de pasar? ¿Acababa de tener una
charla sobre concesiones y minas con un hombre rico? ¡Qué locura! Me miré al
espejo, me veía muy guapo, como siempre, pero había algo distinto… era el
traje. Sin ese traje… sin ese traje jamás había obtenido lo que toda persona
quiere: Respeto.
Silencié a esa chica, fui saludado por los
huéspedes, mis compañeros de trabajo me trataron como huésped, y ahora era
invitado de un coctel de ricos ¡Qué demonios! Todo por el traje que lucía, la
fina tela debía de haberme colocado un estatus en la pirámide jerárquica.
- No me
puedo deshacer de este traje
Me dije a mí mismo. Busqué en el closet, mi ropa
y la de Joon seguían ahí. Me coloqué mi ropa y me dispuse a doblar el traje
para llevármelo. La puerta fue golpeada de pronto y yo solté un respingo.
Volvieron a tocar la puerta y entonces caminé hacia ella, aguantando la
respiración.
- Jong…
ábreme
Solté el aire retenido, era Joon.
- Hyung…
- abrí la puerta y lo dejé entrar – No sabes la noche que he tenido
- No me
puedo imaginar nada – dijo, dejándose caer en la cama y quitándose la corbata -
¿Qué pasó contigo? – preguntó – Te estuve esperando hasta que Seungri hyung me
dijo que estabas aquí
- Me
topé de nuevo con esa chica
- ¿La
odiosa? – asentí - ¿Qué pasó?
- Nada…
- contesté, dejándome caer en la otra cama – Solo discutir
- ¿Por
qué?
- Por
algo – contesté sin mirarlo, no podía decirle la verdad – Y no solo eso
- ¿Qué
más pasó?
- Un
hombre me invitó a su coctel
- ¿Vas a
ser asistente? – negué con la cabeza - ¿Entonces?
- Me
invitó
Alcé la blanca invitación.
-
¡¿Qué?! – Joon se levantó y tomó la invitación, leyéndola - ¿Cómo conseguiste
esto?
- El
traje… - contesté, señalándolo – El traje provocó eso
-
Dijiste… tú dijiste que nada malo podía salir si solo lo usabas una vez
- Me
equivoqué…
Admití.
- No
puedes ir – dijo Joon, yo lo miré – Te pisotearán
- Lo sé
pero… - recordé la mirada de ese hombre – Me da miedo ese hombre y…
- ¿Y…?
- ¿Qué
de malo puede pasar si voy? – pregunté – No haré nada salvo comer lo que sirvan
-
Jonghyun… - Joon me puso la invitación delante del rostro – Es una fiesta de
millonarios, de gente refinada que se cree lo más importante del mundo – quitó
la invitación y me miró – Son otro mundo
- Pero…
- lo miré - ¿Qué hay de malo en querer entrar ahí?
- Que
con engaños no se puede – contestó y miré el techo, él tenía razón – Y te
pueden humillar si se enteran quien eres realmente
- Al
hombre lo impresioné por mi intelecto, no por otra cosa
- Lo
impresionaste por tu intelecto y por lucir como ellos
- Hyung…
- lo miré – Mejor ya no hablemos de eso
Joon asintió y yo dejé escapar un suspiro. Joon
se cambió la ropa y dejamos de nuevo los trajes en sus sitios. Ya en nuestra
ropa común, con los uniformes guardados en la mochila de Joon, salimos de la
habitación.
Presionamos el botón del ascensor y esperamos.
Miré por encima de mi hombro, hacia la puerta, donde estaban los trajes, donde
estaban mis pases al mundo de ricos y famosos. El timbre del ascensor sonó y
las puertas se abrieron. Ahí, paradas, una sonriente y la otra con mirada
petulante, las dos chicas.
La chica me miró y frunció el entrecejo, Jinki
sin embargo se sonrió aún más. La de mirada petulante tomó a su amiga de la
mano y se fue, arrastrándola lejos de nosotros. Joon y yo entramos en el
ascensor y comenzamos a descender…
- Esa
chica… - empezó a decir Joon, con cara de fastidio – Es desagradable
- Ya
somos dos los que pensamos eso
Dije y él asintió. Salimos del ascensor y
caminamos hacia la residencial de empleados. Nos dejamos caer en las camas,
habíamos tenido un día largo, sobre todo yo.
Joon ya estaba dormido, yo sin embargo no podía
conciliar el sueño. Miré el techo, pensando en la invitación, brillando en mi
mesa de noche ¿Debería de ir? ¿Podría? ¿Y si Joon tenía razón y me pisoteaban?
¿Qué debía de hacer? Tenía deseos de ir, pues siempre fue mi sueño pertenecer a
ese mundo… ¿Pero debía de hacerlo?
Quité las sabanas de encima, me calcé las
pantuflas y tomé mi llave maestra. Salí de la residencial de empleados, crucé
los terrenos del hotel y llegué a las habitaciones. Subí al ascensor y esperé a
que este bajara ¿Era una locura lo que iba a hacer? Subí al sexto piso y caminé
con paso decidido al 615. Abrí la puerta y me dirigí al closet, tomando los
trajes. Los guardé bien en la mochila de Joon y salí de la habitación.
Una puerta se cerró, haciéndome sobresaltar.
Miré a un lado, a penas iluminada por la luz de la luna, estaba una chica en
camisón, cubriéndose el cuerpo con una bata. Me quedé viéndola, pues era la
chica más hermosa que hubiese visto en mi vida. Parecía casi sacada de un
sueño, de uno en los que todo tiene luz tenue y todo se ve misterioso. Su
rostro era bello, sus labios apetecibles y su cuerpo igual ¿Era real esa chica?
¿Cómo alguien de tanta belleza podía ser tan arrogante y desagradable?
Continué mi camino hacia el ascensor, lo que esa
desagradable niña rica estuviera haciendo me importaba poco. Ahora tenía mis
trajes, mis pases hacia la alta sociedad ¿Estaba bien entrar sin serlo? ¿Lo
estaría? Pues yo tenía una invitación y no me la había robado… como el traje.
Volví a mi habitación y me dejé caer en la cama, cerrando los ojos y dejándome
llevar por Morfeo…
-
Medítalo – me pidió Joon - ¿Qué crees que harás cuando estés ahí?
- Ser yo
mismo e intentar agradarle a la gente
- No –
dijo mi hyung, provocando que lo miré sorprendido – No puedes hacer eso, te
pisotearán
- ¿Por
qué estás tan seguro que eso harán?
-
Jonghyun, son la “Alta Sociedad”,
nosotros somos el proletariado ¡No encajamos!
- ¿Por
qué piensas así? – pregunté, sintiéndome enfadado con mi hyung - ¿Qué no estás
harto de tener que ser parte del proletariado?
- Si lo
estoy o no, eso no es motivo para hacerme pasar por alguien que no soy
- Pero
hyung… estamos hablando de la “Alta
Sociedad”, yo también quiero ser parte de…
- ¡Pero
no con engaños! – gritó él, provocando que los demás empleados de la cocina nos
miren – No con engaños… - volvió a decir, esta vez en un susurro – Porque
cuando vuelvas a Seúl… ¿Qué te quedará?
Miré el suelo. Joon tenía razón: Las mentiras no
me las podía llevar conmigo, pues eran eso, mentiras, nada era cierto. Yo no
era una persona de la “Alta Sociedad”,
era un mesero, un sirviente, una mula de carga, un obrero…
- Solo
será esta vez… - supliqué quedamente - ¿Qué puede pasar?
- Lo
mismo dijiste ayer y terminaste siendo invitado a una fiesta de ricos
- Y si
sigo con esta buena suerte, tal vez saque algo bueno de todo esto
- No sé
Jonghyun… no creo que sea algo bueno…
- De
todas formas iré, lo siento hyung – Joon me miró con seriedad – Quiero ir
Salí de las cocinas, quitándome la camisa del
uniforme y quedando en mi camiseta blanca. Llegué a mi habitación y saqué la
mochila de Joon. Me di una ducha, planché con rapidez el traje y me lo puse. Me
miré en el espejo, siempre me veía apuesto, era imposible verme mal con alguna
prenda de vestir.
- ¿Qué
crees que haces?
Preguntó Joon, entrando de pronto.
- Hyung…
- ¿Los
volviste a tomar? – preguntó, tomando el saco y mirándolo - ¿Por eso estabas
impaciente? ¿Por esto estás tan seguro de ir? ¿Por este traje?
- No
solo el traje – contesté – Quiero saber… quiero saber cómo es estar ahí
-
Jonghyun… esto no está bien
- Tal
vez… - contesté, quitándole mi saco – Pero de igual forma lo haré
- Jong…
- miré a mi hyung, él soltó un suspiro – Cuídate por favor…
- Lo
haré
Sonreí y salí de la habitación, con la
invitación en mano. Caminé sonriente por el hotel, de nuevo siendo saludado por
las personas, aceptando sonrisas de chicas con elegantes vestimentas y tratado
de formas distinta por los empleaos ¿Así se sentía ser de la alta sociedad? ¿Te
sentías importante? Pues yo lo estaba sintiendo, y solo llevaba un traje
robado.
Llegué al tercer piso y me dirigí al gran salón
de recepciones. Ahí estaban entrando las personas con elegantes vestimentas.
Los hombres con trajes, mirando todo con seriedad; las mujeres iban con
vestidos largos y elegantes, mirando a todos lados con las narices ligeramente
alzadas, como si todo les oliera mal. Tragué saliva ¿Podría encajar? Pero sobre
todo ¿Realmente valía la pena? Me acerqué al hombre de la entrada y entregué mi
invitación.
-
¿Nombre?
Preguntó.
- Kim… -
contesté con nerviosismo – Kim Jonghyun
- Kim
Jonghyun – el hombre tachó un nombre – Pase joven
- Gracias…
Hice una venia y entré. Todo estaba decorado
sutilmente, no era nada estrambótico ni mucho menos. Los adultos bebían, los
jóvenes conversaban en grupos y algunas personas bailaban ¿Así eran todas las
reuniones de la “Alta Sociedad”?
- ¿Desea
algo de beber, señor?
Preguntó un mesero, lo reconocí al instante y me
cubrí el rostro con mi invitación.
- Eh… sí
por favor – acepté – Agua
-
Enseguida
Y entonces se fue. La realidad me golpeó, estaba
rodeado de meseros, de compañeros de trabajo ¿Cómo podría hacer esto con tantas
personas que me conocían? Continué paseándome por la estancia, siendo seguido
por meseros ofreciéndome bocadillos y bebidas que yo gustoso aceptaba. Sin
embargo no podía estar tranquilo, cualquiera podría reconocerme, cualquiera podría
saber que yo era…
-
Jonghyun oppa…
Dijo una voz atrás de mí.
- Jinki
noona…
000000000000000000000000
HASTA AQUÍ ESTE CAPÍTULO, ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO
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