domingo, 2 de agosto de 2015

Hotel SHINee (Jongkey) - 1

¡HOLA! AQUÍ LLEGO CON MI NUEVA NOVELA "HOTEL SHINEE (JONGKEY) SIGUIENDO CON LA TEMÁTICA ANTERIOR, ESTE TAMPOCO ES UN YAOI ¡LO SINETO! ESPERO QUE LES GUSTE.
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Capítulo 1







  - Cho Kyuhyun… - dijo el sacerdote con lentitud - ¿Aceptas a Kim Sungmin como tu legítima esposa? ¿Para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?
Sonreí, mi segundo nieto se está casando, me siento tan orgulloso. Es uno de esos momentos en los que simplemente no puedes evitar sonreír, pues todo es perfecto. Mi nieto había encontrado a su otra mitad, esa chica que parecía un conejo, y era feliz, así como mi primer nieto, Siwon, con esa chica que era una princesa. Todo es perfecto, todo brilla y parece que nada va a salir mal, pues cuando la hallas, nada sale mal.
Miro al rededor, toda la familia se ha reunido para esta segunda boda, la segunda de esta generación, pues la primera fue de Siwon con Heechul. Jinki está mirando sonriente el altar de nuestro nieto, Joon le toma la mano, ambos sonríen, yo sonrió. Miro la mano de mi esposa y le aprieto con suavidad, ella también me sonríe.
Siempre he creído que cada persona tiene un alma gemela en este mundo, y que cuando la encuentras no puedes soltarla, no puedes dejarla ir. Yo encontré la mía, así como mi hija encontró la suya, y así como mis tres nietos encontraron las suyas, todos teníamos a nuestra alma gemela al lado. Sabía que ella era mi alma gemela cada vez que la veía, porque cada vez que la veía me enamoraba de nuevo. Aunque ya estuviera entrada en años, para mí, ella seguía siendo la mujer más hermosa del planeta, mi alma gemela, aquella por la que me volví quien era ahora, por la que crecí, por la que luché. También sabes que es tu alma gemela cuando tienes que luchar para conseguirla.
- Jonghyun… - susurró cerca de mi oído – Te amo…





***
1958:
Tender camas, en eso se iba a basar mi verano, en tender camas. Cuando tome en cuenta la posibilidad de buscar un trabajo de medio tiempo por el verano, jamás me imaginé que sería en la isla Jeju en un hotel de cinco estrellas. Había conseguido el trabajo gracias a que mi appa había sido trabajador en ese hotel, el hotel “Jeju Sun Resort”



esta forma empecé a trabajar en este hotel como el chico que tendía camas, cargaba maletas y demás.
  - ¿Ya terminaste?
Me preguntó Joon, mi mejor amigo








, saliendo del baño de la habitación.

  - Ya casi – acomodé las almohadas – Adelántate, ya casi es nuestro descanso
  - Sí – aceptó el, sacudiéndose la ropa y caminando hacia la puerta – Cuando tu appa nos dijo que trabajaríamos en un hotel, pensé que se refería a su posada, no esto, pero no me quejo, es vacacionar sin vacacionar
Sonreí y él se fue. Mi appa también tenía un hotel. El “Hotel SHINee”



; básicamente era un hotel de paso con desayuno incluido. Podía ser pequeño, pero era nuestro, era especial y sabía que podíamos mejorarlo. Ese era mi deseo, poder llegar a ser un gran magnate hotelero, hacer crecer el “Hotel SHINee” y devolverles a mis padres todo lo que hicieron por mí.
Terminé con la cama, lanzando una moneda para ver la tensión ¡Perfecto! Un buen hotel debe de tener un buen servicio ¡Anotado! Corrí hacia la puerta, aún podía alcanzar a Joon. Salí de la habitación y algo chocó contra mí:
  - ¡Lo siento!
Me disculpé, haciendo una reverencia y ayudando a la muchacha que acababa de empujar.
  - Puedes deberías sentirlo
Masculló la muchacha, sacudiéndose el vestido.
  - ¿Estás bien Key?
Preguntó la muchacha que la acompañaba.
  - Sí, Jinki
  - Lo lamento…
Volví a decir y continué con mi camino hacia la cocina, donde por fin podría comer algo. Joon me esperaba con mi plato servido. Otra de las cosas buenas que sacaba de este trabajo de verano era la buena comida.
  - ¿Por qué te retrasaste?
Preguntó Joon, engullendo su carne.
  - Choqué con un par de chicas
Contesté, quitándome el uniforme y quedándome en mi camiseta blanca.
  - Que mal, no te darán propina
Bromeó.
  - Sí… - me lamenté – Las propinas son más que la paga
  - De hecho
Joon terminó de comer y empezó a lavar su plato.
  - ¿Qué tenemos que hacer ahora?
  - Pues estamos en nuestro descanso – contestó Joon, mirando su reloj – Termina de comer y vemos qué hacer
  - De acuerdo…
Acepté, terminando mi almuerzo. Lavé mi plato y junto a Joon salimos a recorrer todo el hotel. Bordeamos la piscina, recorrimos el campo de golf, el jardín japonés, el mini zoológico y los establos. Continuábamos peregrinando, hablando de lo que haríamos cuando volviésemos a Seúl, para terminar la escuela.
A los dieciséis yo ya tenía muchas metas, y varias de esas estaban relacionadas al “Hotel SHINee”. Continuamos caminando por todo el hotel hasta que nos decidimos por jugar con una pelota que encontramos. Era un juego simple, lanzándonosla y atrapándola, pero igual era divertido, sobre todo si tienes a tu mejor amigo.
  - ¿Qué harás cuando llegues a Seúl?
  - ¿Pues qué más? – pregunté, lanzando la pelota – Estudiar con todas mis fuerzas, yo haré que el hotel de mi padre llegue a ser como este
  - Lo lograrás
Me lanzó la pelota y la atrapé, estirándome un poco debido a mi estatura.
  - Ojalá – lancé la pelota - ¿Tú qué harás? – pregunté – Ya te graduaste
  - Pues… - Joon miró el suelo – No lo sé aún
  - ¿No planeas seguir con tus estudios?
  - Es lo que más quisiera – confesó – Pero la universidad no está a mi alcance monetario
  - Para mí tampoco… - me lamenté – Y en verdad quiero seguir aprendiendo, para así hacer un buen trabajo con “Hotel SHINee”
  - ¡Ya estuvo! – exclamó Joon, haciéndome sobresaltar – Pase largo
  - Ya…
Dije y él lanzó el balón. Corrí, mirando hacia el cielo en busca de la pequeña pelota. El sol me cegaba, mis ojos buscaban y mis piernas corrían. Sentí como algo chocaba con mi cuerpo y me tiraba al suelo.
  - ¡Aish! – exclamó una voz y levanté la mirada, era la muchacha – Mi vestido…



  - Lo lamento mucho – hice una reverencia, pero ella me seguía mirando con desprecio – No fue mi intención perturbarla
  - Como sea… - la chica volteó el rostro hacia su acompañante, la otra chica nueva en el hotel – Jinki, vámonos
  - Adiós
Dijo la otra chica, agitando su mano sonriente.



  - ¡Jinki! – le regañó la primera chica - ¡No los saludes!
  - Esas chica es odiosa – dijo Joon, acercándose a mí - ¿Estás bien?
  - Es la primera vez que una chica me mira con desprecio
  - Lo superarás – dijo él en tono burlón – Vamos, sigamos jugando, nos queda media hora de descanso
Continuamos con nuestro juego de lanzarnos la pelota mientras conversábamos. Volvimos a ponernos nuestros uniformes y caminamos hacia la recepción para subir algunas maletas a las habitaciones, luego nos daban exageradas propinas que servirían para el futuro. Estuvimos en ese trabajo como por una hora, y los millonarios por algún motivo siempre llevan rocas en las maletas, pero no importaba cuan pesadas o cuantas maletas hubiera, las propinas lo valían.
  - Tenemos que arreglar la 615
Dijo Joon, subiendo conmigo por el ascensor.
  - Sí – busqué en mi bolsillo la llave maestra – Oh no…
  - ¿Qué sucede?
  - Creo que perdí mi llave maestra
Contesté, revisando todos mis bolsillos.
  - ¡¿Qué?! – Joon abrió los ojos – Solo nos dieron esa a ambos
  - Debe de habérseme caído en la recepción antes de subir – comencé a caminar hacia el ascensor – Espera aquí, ahora voy, aún la tenía antes de subir, ahí debe de estar – el ascensor se abrió y entré - ¡Ay!
  - Ten más cuidado
 Dijo una voz. Era otra vez la muchacha, acomodándose los guantes y mirándome fijamente, sus ojos parecían los de un gato. Cubrió su rostro con su abanico y salió del ascensor, sacudiéndose el vestido. Me quedé viéndola, bamboleaba las caderas mientras caminaba ¿Cómo una chica tan bonita podía tener una actitud tan desagradable? Sacudí la cabeza, no tenía tiempo de pensar en desagradables niñas mimadas.
Bajé por el ascensor y comencé a buscar mi llave maestra. Si se enteraban que la había perdido me sancionarían y no quería eso. Tres sanciones y te despedían, Joon y yo estábamos inmaculados y queríamos mantenernos así para conseguir el bono al final del verano. Traer dinero a casa, y en gran cantidad, era mi objetivo, aunque fuese un trabajo por el sueldo mínimo que me darían mensualmente, y solo trabajaría por el verano ¡Pero no importaba! Como nos daban hospedaje y comida gratis, las propinas exuberantes de los millonarios era suficiente como para cambiar los muebles del “Hotel SHINee”. Mejorar el hotel de mi padre era mi objetivo, ese hotel iba a dejar de ser un hotel de paso y se convertiría en el más visitado por todo el mundo, y de eso me encargaría yo.
Encontré mi llave, estaba en el muro de una ventana. La tomé y volví a subir al ascensor. Una chica corrió hacia mí y yo evité que el ascensor se fuera sin ella, a cambio ella me sonrió.
  - Gracias – dijo, haciendo una reverencia, yo la imité – Tú eres el oppa que siempre choca con Key-shi
  - Eh… - la miré bien, era la chica que acompañaba a la chica mimada – Sí… creo que sí
  - Soy Jinki – me extendió su mano, cubierta por uno guante de encaje que se veía muy fino – Pero me dicen Onew
  - Yo… - me limpié disimuladamente la mano con la tela de mi pantalón, no quería ensuciarla – Soy Jonghyun


  - Un gusto
El ascensor llegó a nuestro piso y entonces salimos de él. Joon me miró sorprendido, y debía de estarlo, al verme tan cerca de un huésped que me hablaba mientras se acomodaba su fino vestido, igual de fino que el de la chica mimada con mirada felina. Llegué donde Joon y Jinki nos miró, luego miró a Joon y bajó la mirada.
  - ¿Aquí es su habitación?
Preguntó.
  - Nosotros…
Empezó a decir Joon pero una puerta se abrió.
  - Jinki… - miré, era la chica mimada – ¿Me prestas tus pendientes de diamantes?
  - Quería usarlos en la cena – contestó la chica y Joon y yo nos miramos ¡¿Diamantes?! – Te presto los de rubís, los que tienen el collar de oro con incrustaciones de rubí
  - Bien… - la chica mimada hizo un puchero – Mejor uso los de plata y zafiros
  - Entonces yo usaré los zafiros para estar a juego
  - No mejor usa los diamantes y yo las amatistas
  - ¿Con tu vestido negro?
  - Sí, y tú usa tu vestido rojo
  - De acuerdo… - nos miró y sonrió – Adiós… - me miró – Un gusto Jonghyun-shi, ojalá puedan comer con nosotras
  - Eh…
  - Ven ya – le ordenó la chica mimada a Jinki – Tenemos que vestirnos para salir a caminar
  - Sí…
Jinki nos volvió a mirar e hizo una reverencia. Se fue y entró en la habitación, la chica mimada cerró con un portazo. Joon y yo nos miramos sorprendidos y luego miramos la habitación 615, entramos en ella con la llave maestra y nos quedamos viendo su interior.
  - ¿Acabamos de ser testigo de una charla sobre diamantes y rubís?
Preguntó Joon, aún sorprendido.
  - Eso parece
  - Hay diamantes y rubís en este hotel
  - Y oro… - nos miramos con los ojos bien abiertos – Con todo el dinero invertido en joyas, podría ampliar el hotel de mi appa
  - Deberíamos robar las joyas de esas chicas
  - ¡¿Qué?!
Miré sorprendido a Joon ¿Bromeaba, verdad?
  - No lo digo en serio – me tranquilizó – Pero con una llave maestra para entrar a cualquier habitación, fácilmente podríamos tomar pequeñeces y venderlas… - Joon se acercó a la cama y quitó las sábanas - ¡Podría pagar un semestre en la universidad si tuviera un diamante!
  - Lastimosamente no es nuestra vida – dije, ayudándolo con las sabanas de la otra cama – Esas chicas tienen mucha suerte, nosotros…
  - Trabajamos como mulas
  - Pero así es la vida
  - Lastimosamente
  - El que puede, puede - lancé las almohadas al suelo – Y el que no…
  - Aplaude
  - Exacto – comencé a tender la cama – Ahora continuemos, necesitamos terminar con este desorden antes de la cena
  - Sí… - Joon terminó de tender la cama y se dirigió a los closets - ¡Jong!
  - ¡¿Qué?!
  - ¿Los de esta habitación ya se fueron?
  - Sí… - contesté, revisando mi hoja – Sí, se fueron
  - Pues… no se llevaron todo
  - ¿Qué?
Pregunté, caminando hacia el closet. Ahí, colgados en dos percheros, dos trajes negros. A simple vista se podía ver lo finos que eran. Pasé mi mano por las telas ¡Eran muy suaves! Lo tomé y caminé hacia el espejo, imaginándome cómo se me vería usando ese fino traje. Me quité la corbata y la camisa y comencé a poner la ropa olvidada.
  - ¿Qué haces?
Me preguntó Joon, volviendo a colgar el otro traje.
  - Solo quiero ver que se siente usar ropa tan cara – terminé de vestirme



– Se siente muy bien…
  - Genial, ahora quítatela, no es nuestro, es de un huésped
  - Pero hyung… - miré Joon, acomodándome la corbata – El huésped ya se fue y no se llevo esto
  - Entonces hay que dejarlo en recepción, tal vez puedan ubicar al huésped
  - O tal vez no
  - Jonghyun…
  - ¡Por favor hyung! – supliqué – Solo quiero sentir
  - Bien, pero después lo dejamos en recepción
  - De acuerdo – acepté a regañadientes – Tú ponte el otro
  - ¡Ni loco! – exclamó – No me pondré algo que no es mío
  - Vamos, nadie se enterará
  - De acuerdo – aceptó mi hyung, poniendo los ojos en blanco y quitándose la camisa – Esto es una locura
  - Se ven increíbles en nosotros – me miré en el espejo – Que guapo soy
  - Sí… - dijo Joon con ironía – Wow… - se miró en el espejo – Es…
  - Te lo dije
  - Si tuviéramos una cámara, nos tomaríamos fotos, en casa no nos creerán que estamos usando sombreros Chanel
  - Yo aún no puedo creerlo
Dije, acomodándome el saco y sonriendo, en verdad se nos veía muy bien. Pero no era nuestra realidad. Sin el traje nosotros éramos dos empleados de dieciséis y dieciocho, meseros, trabajando por propinas en un mundo de ricos y poderosos. En el futuro quizá podría usar esto, por ahora era un mero disfraz que debía de guardar… o tal vez no…
  - ¿Qué te parece salir a hacer el trabajo así?
  - ¿Con esta ropa? – Joon se quitó el saco - ¿Estás loco?
  - ¿Qué tiene de malo? – pregunté, acomodándome el sombrero – Quizá hasta encajemos en la alta sociedad
  - ¡¿Estás chiflado?! ¡¿El sombrero te aprieta?! – Joon lanzó el saco a la cama – Jonghyun, somos meseros, que nos pongamos esto no quita ese hecho
  - Yo no quiero ser siempre un mesero
  - Pero por ahora lo eres… - Joon soltó un suspiro – No quiero que esa gente te haga sentir mal, eres mi dongsaeng, mi mejor amigo y no quiero que te hagan daño
  - No lo harán – le aseguré, abotonándome el saco – Además… será solo una noche ¿Qué puede pasar?
  - De acuerdo… - Joon se volvió a poner el saco – Pero será la última locura en la que te sigo
  - Sabes que eso no es verdad
  - Ya… vamos antes de que me arrepienta
Sonreí y salimos de la habitación en nuestros nuevos atuendos. Bajamos por el ascensor y caminamos por la piscina, muchas personas nos miraban. Joon se veía incómodo, yo en cambio me sentía genial, como si de verdad perteneciera a ese mundo. Algunas chicas nos saludaban, con ellas Joon no se sentía incómodo. Continuamos caminando, exhibiéndonos y esperando a que nuestro jefe nos vea.
  - ¡Ay, al fin los veo! – exclamó uno de nuestros compañeros – Tomen – nos entregó a cada uno una hoja con un pedido para el bar de la piscina – Tengo como diez pedidos, apóyenme
  - Claro - contestó Joon y nuestro compañero se fue corriendo – Vamos Jong
  - Sí…
Acepté, tomando el pedido y caminando hacia el bar de la piscina.
  - Un whisky y un coñac
Pedí y el barman asintió, empezando a servir, algún día las bebidas alcohólicas se servirán con más cosas y tendrán nombres raros. El barman se fue y yo me senté a esperar por las dichosas bebidas, esa noche había más comensales que otras veces en el bar. Los meseros debían de estar saturados, como nuestro compañero que nos pidió ayuda. Joon y yo éramos normalmente botones o conserjes, pero de igual forma nos llamaban meseros aunque jamás servíamos directamente a un huésped.
Empecé a golpetear la barra, se estaban demorando mucho y Joon hace mucho que había acabado con lo suyo ¿Por qué no me daban mis pedios? Mi paciencia se estaba acabando y debía de ayudar a mi amigo ¿Qué demonios pasaba?
  - ¡¿Cuánto más tengo que esperar?!
Pregunté enojado, haciendo ademanes con las manos…
  - ¡Ay!      
Exclamó una voz cuando mi mano chocó con su rostro.
  - ¡Lo siento!
  - ¿Es que acaso usted, simple mesero, va a golpearme por toda mi estadía en el hotel?
La chica me miró con enojo, pero eso me importaba poco. Me había dolido, me había ofendido; por primera vez desde que empecé a trabajar en el hotel, me sentí ofendido y avergonzado. Sí sabía que al venir a este hotel vería a lo mejor de lo mejor de la sociedad, a los más ricos y poderosos de Corea y quizá del mundo, pero jamás me sentí inferior a ellos, hasta ese momento.
Su mirada severa y altiva, con un toque de presunción, era la mirada de alguien que se sentía superior y se creía superior, y era obvio que así era. Me sentía pequeño a su lado, y no porque ella me llevara unos centímetros de altura, sino porque sabía que era inferior a ella, que había muchas diferencias entre ella y yo. Renegué de mi vida, y no podía creer que lo estuviera haciendo, pero lo hacía, pues no quería ser un mesero en ese momento, quería ser alguien, cualquier persona que pudiera cerrarle la boca a esa chica, aunque tuviera que ser educado con ella por ser mujer, pero quería callarla.
  - ¡Oh, hola! – saludó de pronto Jinki, sonriéndome, luego miró a su amiga - ¿Sucede algo?
  - No soy un mesero
Dije, mirándola fijamente y cerrando mis puños.
  - ¿A no…? – la chica me miró con una sonrisa burlona en los labios – Si mal no recuerdo, usted y su acompañante usaban uniformes
  - Key… - su amiga la tomó del brazo – Vamos a buscar una mesa
  - No soy un mesero – volví a repetir, cerrando los puños y mirando fijamente a esa chica - ¿A caso luzco como uno?
  - ¿Entonces qué hacia vestido como uno?
Mirándome de arriba abajo, como analizando mis ropas, el traje fino que llevaba puesto.
  - Eso no es de su incumbencia
Contesté y ella abrió mucho los ojos.
  - ¿Cómo se atreve usted a hablarme así?
  - De la misma forma que usted osó en llamarme “Mesero”
Ambos nos miramos. Sus ojos lanzaban chispas y no dudaba en que los míos también. Solo Jinki se veía preocupada, mirando de hito en hito, y balbuceando.
  - Key-shi, mejor vámonos – volvió a decir y la chica asintió – Disculpe la actitud de mi amiga…
  - ¡¿Por qué te disculpas?! – gritó de pronto la chica, zafándose con brusquedad del agarre de su amiga - ¡Yo no he hecho nada!
  - Key… por favor…
  - Al menos una disculpa haría que usted quede como una persona con educación
Solté y la chica me miró con furia.
  - ¿Se atreve usted a decir que no tengo educación? – tragué saliva, la mirada de esa chica era de temer, como si lanzara ácido con los ojos, me sentí asustado – Demuéstreme usted que no es un mesero y que mis palabras han sido ofensivas, solo así me disculparé…
  - Key-shi…
Jinki miraba a su amiga con temor.
  - Estoy esperando…
Dijo la chica, yo solo la miré, apretando aún más los puños.
  - Su pedido señor Kim – dijo de pronto el barman, Seungri, y yo lo miré sorprendido – Espero que esté disfrutando su estadía en el “Jeju Sun-Resort”
  - Eh… - miré a Seungri y él me señaló el vaso con lo que parecía ser limonada – Gracias…
  - Fue un placer…
Dijo, dándose media vuelta y yéndose.
  - Bueno… - miré a la chica, ella me miraba ceñuda – Creo que merezco una disculpa
La chica me miró fijamente y giró el rostro, alzando la nariz y cruzándose de brazos, yo solo solté una risa.
  - Key… - la chica miró a su amiga – Discúlpate
  - Aish… - la chica bufó y me miró – Disculpe usted mi comportamiento ofensivo
  - Descuida…
  - Bueno… - empezó a decir Jinki, sonriendo – Ya que todo está solucionado, iré por más pollo
Y diciendo esto se fue.
  - ¿De verdad no lo vi a usted usar ropas de servidumbre?
Preguntó la chica de mirada felina con una ceja alzada.
  - No…
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BUENO, ESTE HA SIDO EL PRIMER CAPÍTULO DE "HOTEL SHINEE (JONGKEY)" ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO



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