jueves, 16 de julio de 2015

No Quiero que me Olvides (Kyumin) - 43


Capítulo 43






- ¡Por favor! – Rogaba Henry al teléfono - ¡Perdóname!... No fue mi intención decirlo… Te lo juro Amber, yo te amo… ¡Por favor!





- Mi dongsaeng se ve patético rogando
Susurré, tomando un sorbo de mi café.
- Si mal no recuerdo… - dijo Minnie – Tú varias veces me rogabas para que te perdone
- ¿A sí? – miré a Minnie y ella sonrió – No lo recuerdo
- ¡Claro que sí! – Minnie rió – A cada momento, tu appa rogaba por mi perdón
Sunny rió.
- Appa rogaba a omma – reía – Pensé que era el de los pantalones
- ¿De dónde sacas esas frases?
Le pregunté a mi pequeña hija.
- De tía Chula
- No la dejes tanto tiempo con Heechul
Le susurré a Minnie y esta asintió.
- ¡Oh, mi pequeñita! – Minnie abrazó a Jessica – Pronto tendrá cuatro meses, está creciendo
- Omma… ¿Cuándo me darán mi nueva hermanita?
Preguntó Sunny, cruzándose de brazos.
- Pronto, lo prometo…
Abracé a Minnie y ella se removió incómoda.
- Sunny, vámonos a jugar
Ordenó Henry, tomando la mano de mi hija y arrastrándola hacia las escaleras.
- Henry debe de estar muy molesto
Murmuré.
- Kyu…
- ¿Qué pasa, Conejo?
- Yo… - me miró fijamente – Quiero llamar a la cigüeña
- ¿En serio? – pregunté alegre - ¿Ahora?
- ¡No! – Minnie se separó de mí – Ahora no
- Entonces… ¿En la noche?
- Pervertido… - dijo Minnie, negando – Quiero llamar a la cigüeña, pero… - me miró fijamente, luego dejó a Jessica en su coche – Cuando haya recuperado toda la memoria…


***
  - No lo olvides – me repitió Hangeng – La sesión de fotos se postergó y “Vogue” te quiere el sábado
- De acuerdo, ya entendí, lo recordaré
Volví a decir, caminando a paso veloz hacia el estacionamiento. El camino a casa fue corto, sin tráfico y de día era corto. Llegué a casa y encontré a Minnie cocinando el almuerzo.
- Hola mi amor
La saludé con un beso en la mejilla.
- Hola
Sonrió.
- ¿Cómo estás?
- Bien – contestó ella, aún sonriendo - ¿Cómo estuvo tu día?
- Bien
- ¿Mañana podemos hacer algo juntos?
Me mordí el labio, maldiciendo porque no quería otra pelea, menos ahora que se le veía de tan buen humor. Minnie me miró y su sonrisa se disipó, maldije de nuevo. Minnie regresó a los vegetales, mirándolos con el entrecejo fruncido y cortándolos con excesiva fuerza.
- Es que… mañana… es la entrega de premios y…
- Aja, no importa – cortó ella, aplastando un par de ajos y haciendo retumbar todo – Debí de imaginar que algo así se presentaría
- Minnie, ya hablamos de esto…
- Si, lo hablamos ayer cuando tuviste una entrevista; lo hablamos antes de ayer cuando tuviste una firma de autógrafos; lo hablamos el día anterior a ese cuando me cancelaste una cena porque tenías mucho trabajo; y lo estamos hablando ahora porque tienes una entrega de premios
- Minnie…
- Ojalá que ganes – dijo, abriendo el refrigerador – Porque los premios de novio y padre del año obviamente no los conseguirás
- ¡Sungmin, ya basta! – protesté - ¡Siempre estamos teniendo estúpidas peleas!
- ¡No son estúpidas, estoy reclamando algo justo!
- ¡No, no es cierto! – grité - ¡Todas las peleas las originas con tus protestas!
- ¡¿Y no tengo acaso derecho a protestar?!
- ¡No! – grité de nuevo - ¡Protesta cuando te falte algo, cuando no esté atento a ustedes dos, ahí protesta! – Minnie no dijo nada y siguió cocinando – Intento balancear mi caótico trabajo con mi papel de padre y novio, no es fácil
- Antes lo era…
- ¡No, no lo era! – le quité el cuchillo de las manos y lo lancé al fregadero - ¡Nunca lo fue y tú no me ayudas en nada a que sea más fácil!
- ¡Claro que sí!
- ¡No! – respiré hondo – No lo haces… - Minnie miró el suelo y luego a mí – Siempre estás… enojada por mi trabajo… lo único que ha cambiado con respecto a eso es que antes eras comprensiva, antes no hacía tanto lio por no poder estar contigo y así te conformabas, eras más tolerante
- Antes también me afectaba no tenerte cerca
- Me imagino – dije, tomando su mano – Pero… me haces sentir miserable con tu actitud, siempre enfrentándome, reclamándome – Minnie se mordió el labio inferior - ¿Qué cambió?



- Que te fuiste – contestó ella – La forma en la que… me traicionaste, la forma en la que me decepcionaste – sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas – Ha sido un patrón en nuestra relación: Felices, me decepcionas, te perdono ¡Es un circulo vicioso! – se restregó la lágrimas – Solo estoy esperando a que nuevamente me decepciones
- Minnie…
- En verdad lo siento… pero es que… - Minnie volvió a tomar el cuchillo y continuó con los vegetales – Ya sé que harás otra cosa que hará que me decepcione… creo que solo quiero evitar el sentirme miserable cuando eso suceda
- ¿Y por eso me haces sentir miserable a mí?
- Lo lamento – volvió a decir – No es mi intención, solo… es mi mecanismo de defensa contra ti
No dije nada más. Me fui de ahí y me encerré en la habitación ¡¿Por qué tenía que ser así?! Me estaba esforzando pero cada ladrillo que tiraba era mil que ella volvía a poner ¡¿Por qué?! ¿Qué debía de hacer para repararlo? Si tan solo no la hubiera abandonado de esa forma hace tres años, tal vez no estaría así ahora. Pero ya nada podía hacer, no se puede viajar en el tiempo y solo me queda intentar mejorar ¡¿Pero cómo?!
Volví al edificio de la SM sin almorzar, después almorzaría, por ahora quería irme de casa. Subí a la sala de baile. Tenía un dueto para mañana, un dueto con Seohyun. La idea no me emocionaba mucho pero la canción era agradable. Tomé mi micrófono y comencé a cantar, mirándome al espejo, imaginándome a mí en el escenario. Terminé de cantar y escuché aplausos, me giré, Seo estaba en la puerta, sonriéndome.
- Muy buen trabajo oppa
- Gracias…
- ¿Listo para mañana? – preguntó, acercándose a mí y tomando el otro micrófono – El premio mayor es para ti
- Eso dicen… pero puede ganar cualquiera
- Cualquiera no, solo tú
- Gracias…
Miré a Seohyun. Cuando estaba en China, ellas y el resto de TTS se mudaron allá a aprender un poco de chino y a promocionar su álbum en China. Nuestra compañía quiso que nos reuniéramos ellas y yo, nosotros obedecimos; de esta forma nos volvimos a ver, desde la graduación que no sabía nada de ellas. Desde ese día ella y yo volvimos a salir, como amigos, espontáneamente, al cine o a cenar, nada serio, por lo menos de mi parte.
Recordé, en esos momentos, lo divertida que era cuando la conocí, lo que me llamó la atención en ella y me llevó a confesarle mis sentimientos; pero había algo que evitaba, de nuevo, que me gustase en un cien por ciento, ahora podía entender que eso era Sungmin. También salí con otras chicas antes de regresar, pero ninguna era como Seohyun, de seguro era porque era la única que me conocía un poco más que las demás, pero de todas formas jamás dijimos nada, solo eran salidas de amigos sin compromiso.
Cuando regresé a Corea, Hyoyeon me dijo que Seo era una perra. La verdad es que Seohyun nunca fue una princesa ni mucho menos, pero tenía sus virtudes, era agradable. Supongo que el único problema que Seohyun tenía era su mala actitud frente a Sungmin, una chica que nunca le había hecho nada, excepto tal vez… enamorarme. Fui el novio de Seohyun por un año, luego la abandoné por Minnie, de la misma forma que abandoné a Minnie, sin mucho tacto, solo me fui, me alegraba que no hubiera mucho rencor por ello.
- ¿Quieres ensayar?
Preguntó y yo asentí.
- Sí… - contesté – Aún pienso que le falta sentimiento a la presentación
- Es que es obvio – dijo, tomando un micrófono y amarrándose el cabello en una coleta – No puedes ponerle sentimiento a una canción romántica que vas a cantar con otra chica que no es Sungmin
- Seo…
- Pero de todas formas, esfuérzate un poquito
- Gracias – sonreí – Que comprensiva te has vuelto
- Son los años de práctica – dijo – Además, siempre fui una chica comprensiva ¿Recuerdas?
- Algo…
Contesté, encendiendo la música. Comenzamos a practicar; me agradaba mucho tener este momento de paz, sin trabajo estresante, sin una vida estresante, sin una novia estresante, solo yo con la música. Seo sonreía, la canción era muy bonita, nos iba bien a ambos con ella.
- Eso estuvo mejor – dijo sonriente - ¿Tienes algo que hacer?
- Supongo que tengo que volver a casa
- Wow… - Seo soltó una risita – Lo dices con una animo – miré el suelo – Pareciese que no quisieras volver a casa
- Bueno…
- ¿Hay problemas con Sungmin? – preguntó de pronto – Pensé que con lo de su hija, las cosas entre ustedes estaban bien
- Lo están – aseguré, aunque no estaba muy seguro de mis palabras ¿Las cosas estaban bien entre nosotros? Las palabras de Sungmin volvieron a mi mente, ella ya no creía en mí – Solo que no seguimos adaptando al cambio
- Lo superarán, ya verás, ustedes siempre estaban juntos en la escuela
- Sí…
Era verdad, nunca estábamos separados; pero había un problema: Eso fue antes de que la abandonara. Ahora todo era incierto y no sabía cómo arreglarlo.
- ¿Quieres ir por un café?
Preguntó y yo miré mi reloj, siete de la noche era lo que marcaba.
- Creo que… - me lo pensé bien ¿Iría a discutir con Minnie? ¿Debía de volver para evitar una pelea? En verdad me apetecía un momento de paz, aunque quería estar con mi novia. Miré de nuevo a Seo, un café no nos tomaría mucho tiempo y podría estar en casa a tiempo para la cena – Vamos…
Seo sonrió y salimos de la sala de baile. Nos subimos en mi auto y partimos al Starbucks más cercano. Seo buscó una mesa y yo hice el pedido de dos frapuchinos. Nos sentamos a beber el frío café mientras conversábamos y reíamos. Era divertido tener un momento de paz para variar, porque últimamente estaba teniendo caos en casa. Miré mi reloj, siete y media, el café no había tomado mucho tiempo.
Nos volvimos a subir en mi auto y dejé a Seo en su edificio, por suerte me quedaba de paso a casa. Llegué a mi casa, aún era la hora de la cena. Bajé emocionado del auto y entré en mi casa.
Había un sinfín de juguetes en la sala, tirados por todas partes. Continué caminando y comencé a pisar crayones; miré el suelo, se estaba manchando con los crayones aplastados ¿Qué demonios le había pasado a mi sala? Continué caminando y entré en la cocina ¡¿Qué demonios había pasado?! Había harina, chocolate, leche, todo revuelto ¡Todo hecho un desastre! Dejé mis llaves y el celular en la mesa y comencé a levantar los trastos sucios ¡Era inaudito! ¡¿Cómo es que convirtieron mi casa en una pocilga! No es que fuera la persona más pulcra del planeta, pero me gustaba el orden ¡Y esto era todo lo contrario al orden!
- ¡Sungmin! – grité, subiendo por las escaleras - ¡Sungmin!
Entré en mi habitación y no encontré a Sungmin. Caminé hacia la habitación de Sunny y ahí las encontré, durmiendo, con un platón de galletas regadas en la cama y un pastel de chocolate… bueno, eso explicaba el desorden. Me acerqué a Sungmin y le toqué el hombro, ella empezó a parpadear.
- Hola…
Saludó con voz cansada.
- ¿Por qué la casa está hecha un desastre?
Pregunté con amargura.
- Tenía que mantener a Sunny entretenida – contestó, levantándose de la cama - ¿Dónde estuviste?
- En el trabajo – contesté y ella me miró con una ceja alzada – Pensé que llegaría a tiempo a cenar, pero veo que comieron solo postre
- Sí… - Sungmin rió – Te extrañé mucho…
- Yo más…
La tomé de la cintura y la acerqué a mí, ella solo sonrió, rodeando mi cuello con sus brazos. Me incliné hacia adelante y junté mis labios con los de Minnie, me alegraba que su buen humor aún se mantuviera. Mi estómago comenzó a rugir y Minnie soltó una risita.
- ¿Quieres un poco de pastel?
Preguntó, tomando el pastel de la mesa de noche.
- Sí
Contesté sonriente y juntos bajamos a la cocina.
- Prepararé café – dijo Minnie – Me alegra que hayas llegado a tiempo
- A mí también – le di un beso en la mejilla y ella sonrió – Iré a cambiarme por algo más cómodo
- Ve…
Ella asintió y yo subí las escaleras a la carrera. Entré en el baño y me aseé un poco, me puse lo primero que encontré y volví a bajar las escaleras. Al abrir la puerta de la cocina encontré a Minnie con mi celular en las manos y el entrecejo fruncido; el miedo empezó a inundarme…
- ¿Minnie…?
- En el trabajo… - dijo, mostrándome la pantalla en donde se veía el selca que nos habíamos tomado en la cafetería - ¿Tu trabajo era tomar café con Seohyun? – preguntó – “Muchas gracias por el café, Kyuhyunie, me divertí mucho, ojalá lo podamos repetir”
- Minnie…
- Me mentiste
- No es cierto – tomé la cafetera y me serví una taza – Sí estuve trabajando, ensayando para la entrega de premios de mañana
- ¿Y por qué estabas con Seohyun en el Starbucks?
- Me invitó un café
- ¿Y no podías negarte?
- ¿Por qué tendría que hacerlo?
Pregunté, sintiéndome cada vez más enojado.
- Oh no sé – dijo Minnie con ironía – Quizá porque en casa tienes una familia que espera por tu llegada
- ¡Es mi trabajo! – dije, levantando un poco la voz sin poder contenerme - ¡Mi trabajo no tiene una hora de ingreso y una hora de salida!
- ¡Pero lo menos que espero es que cuando te den tiempo libre, estés aquí! – gritó Minnie - ¡Piensa en Sunny, necesita a su appa, y tú querías ser su appa!
- ¡Eso hago! – grité también - ¡¿Acaso no vine hoy a la hora del almuerzo?!
- ¡¿Y acaso te quedaste?! – preguntó y yo me quedé callado - ¡Te largaste simplemente! ¡Eso es lo único que sabes hacer!
- ¡No es cierto!
- ¡Sí lo es! – Minnie se veía furiosa y yo cerré los puños, intentando tranquilizarme - ¡¿Para esto me pediste ser el appa de Sunny?! ¡La misma Sunny me dice que da lo mismo haberte conocido! ¡Nunca estás en casa como para saber lo que es ser un appa!
- ¡Basta! – arrojé la taza al fregadero y esta se hizo añicos – Basta… - respiré hondo, viendo el rostro asustado de Minnie – Ya no puedo con esto…
Salí de la cocina.
- ¿Qué harás? – preguntó Minnie, siguiéndome - ¿Te volverás a ir? ¿Nos echarás de la casa? ¡Responde!
- ¡Claro que no! – grité, tomándola de los hombros – No será eso lo que tú quieres
- Lo que yo quiero es tener algo de normalidad
- Lamentablemente no puedes… no conmigo
- Eso es lamentable
Minnie se alejó de mí y volvió a la cocina.
- Minnie…
- Tal vez… - me miró fijamente – Tal vez las cosas son irreparables entre tú y yo
- ¿Qué…?
- Piénsalo Kyuhyun… - me pidió – Nunca hemos discutido tanto como en estas últimas semanas
- Minnie…
- Podemos… podemos acabar esto y hacerlo llevadero para Sunny…
- Minnie… no…


***
   - Me gusta estar en el parque
Decía Sunny, tomada de mi mano y de la de Sungmin.
- A mí me gusta salir como familia
Confesé y Sungmin sonrió.
- A mí también
- ¡Kyuhyun oppa!
Escuché una voz y Minnie hizo un puchero. Me giré a ver ¿Qué mierda quería ahora? ¿Es que amaba atormentarme? Maldito el día en que me fijé en ella y le pedí que fuera mi novia, de no ser por eso, ahora podría ser completamente feliz con Minnie.
- Seohyun…
Saludé, mirando como Minnie fruncía el entrecejo.
- ¿Cómo están? - preguntó la recién llegada - ¡Sunny! – mi hija la miró y agradecí a los cielos que ella no supiera lo que había pasado - ¡Estás bellísima!
- Gracias…
Dijo mi hija en un susurro.
- ¡Minnie!
Seo le dio un abrazo a Minnie y yo sentí cómo el estómago se me revolvía.
- Hola
- ¡Oh, la pequeña Jessica! – Seo intentó acariciar la mejilla de mi bebé, pero Sungmin la apartó – Que bendición es haber tenido una hija después de tan terrible accidente que tuviste
- ¿Qué?
- Fue horrible, todos nos asustamos cuando tuviste tu accidente – Seo me miró - ¿Verdad Kyuhyun?
- Seo…
- Él estaba conmigo cuando pasó eso
- ¿De verdad?
Minnie me miró confundida.
- Estábamos discutiendo
Le expliqué.
- ¿Por qué discutían?
Preguntó Sunny y Seo sonrió de forma macabra.
- Porque Seohyun es algo que no puedo nombrar delante de ti – Seo me fulminó con la mirada – Si nos disculpas, estamos pasando un momento en familia
- Que linda familia te formaste – dijo, aún con su sonrisa – Espero y la conserves
- Lo haré
La miré con seriedad y Minnie me miraba a mí con confusión. Seo se despidió de todos y siguió su camino, al igual que yo con mi familia. Minnie iba callada, yo me sentía nervioso.
- Kyuhyun…
La miré, temblando por dentro.
- Minnie…
- ¿Qué pasó el día que tuve mi accidente?
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POM POM POM!!!!!! ¿QUÉ HABRÁ PASADOOOO???? DESCÚBRANLO EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO!!! MUAAJAJAJJAJAJA

2 comentarios:

  1. TT.TT unnie eres mala me haces quedar con la duda no se vale :'( maldita seohyun (hahahaha yo rapidamente cambiando de humor) esperare paciente el próximo capítulo pd: cuando subiras "arbol de la vida" quiero saber en que continua

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