domingo, 19 de octubre de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 35

Capítulo 35



Los días fueron pasando. No les dije nada a mis amigas, no quería que pensaran que había sido manipulada por mi tía, o que me dijeran que era estúpida. Las tres vivíamos juntas


pero apenas nos veíamos; yo ya había empezado con mi entrenamiento de patinaje, e intentaba estar entrenando el mayor tiempo posible, no solo porque las regionales se acercaban, sino para evitarlas. Yang se tuvo que conseguir un trabajo de medio tiempo, y Sun era la única que permanecía aburrida, como ella decía, en casa. No quería pasar tiempo con mis amigas, pues temía que me hicieran preguntas, aunque ya sabían que iba a volver junto a ellas a la universidad. Por otra parte, como no quería hablar con Donghae y las pocas veces que lo hacía era para decirle que estaba entrenando o que me iría a dormir por el cansancio, no había podido evitar a mis tutores reales. Estudiar para ser princesa era doloroso ahora que ya no lo iba a ser.
Los chicos se habían ido a Aspen a probar un poco de adrenalina, e iban a regresar cuando el semestre iniciase, eso me convenía, pues no quería ver a Donghae. Tenía que planear muy bien qué decirle y cómo hacerlo, no podía tomármelo como una simple ruptura, iba a terminar con el príncipe heredero. Todas las noches sollozaba contra la almohada, pensando en cómo mi historia de amor no acabaría en un “Vivieron felices por siempre” Lo amaba, pero tenía demasiado miedo.
Estaba patinando, ensayando mi rutina sola. Había mentido a mis amigas diciendo que los sábados tenía entrenamiento, pero no era así, iba a la pista de hielo de la universidad y desperdiciaba ahí todo mi día, hasta que el cuerpo me pedía tregua. Tenía los audífonos puestos, con la melodía a todo volumen. El hielo era lo único que mantenía a Donghae lejos de mi mente. Aceleré y salté para hacer un Lutz; la imagen de Donghae apareció en mi mente y entonces caí estrepitosamente, golpeándome la cadera. Me quedé tendida en el hielo, con los ojos cerrados, y entonces sentí unos brazos ayudándome a levantarme.
- ¿Estás bien?
Me preguntó un muchacho de rostro amable, piel algo tostada, y, lo que más me llamó la atención, uno par de ojos café muy hermosos.
- Sí, gracias
Conteste, acomodándome la ropa.
- Te caíste muy… horrible
- Si… - reí con nerviosismo - ¿Qué haces…?
- ¡Oh! – exclamó él – Es que… este setiembre empiezo aquí – me informó – Quería visitar la pista, me uniré a hockey si me lo permiten
- Pues… - miré su cuerpo, se notaba que entrenaba mucho, y era muy alto – No dudo que logres entrar
- Gracias – sonrió él – Soy Choi, Choi Siwon




- Mucho gusto – le extendí la mano y él me la estrechó – Yo soy…
- Se quién es usted – Siwon me sonrió, tenía una sonrisa gentil - ¿Su alteza?
Solté un suspiro, no podía esconderme siempre.
- Min Jee
De todas formas me presenté.
- De acuerdo – él me miró extrañado, tal vez era intuitivo – ¿Deseas tomar algo? – me preguntó – Debes de estar muy cansada
- Gracias, pero… - mi teléfono comenzó a sonar, lo saqué, era el príncipe – Estoy practicando, hablamos luego
- Pero…
No escuché más, colgué.
- Disculpa que sea un entrometido, sobre todo porque nos acabamos de conocer – empezó a decir Siwon - ¿Pasa algo malo?
- No sé si deba de hablar de esto – contesté – Pero la verdad es que me muero por hablar del tema, pero no puedo decirle a las personas que sí conozco y confío
- ¿Tan grave es? – preguntó y yo asentí - ¿Le está siendo infiel a su alteza?
- ¡No!
Exclamé y él soltó una risita.
- Lo siento – dijo él y yo patiné fuera de la pista, yendo hacia las gradas – Acabamos de conocernos pero… todos me dicen que soy muy confiable
- No lo sé – dije – Acabamos de conocernos
- Por lo mismo no te juzgaré
Sonreí.
- No lo sé – volví a decir - ¿Cómo sé que serás confiable?
- Porque Dios me observa – contestó él – Dios dice que traicionar a una persona que confía en ti es tan malo como asesinar a alguien
- ¿En qué parte de la Biblia dice eso?
- En Hebreos once, versículo dos[1]
- Entiendo…
Reí, jamás creí toparme con un fanático religioso, aunque este me agradaba.
- Entonces te escucho
- Bueno… verás… - lo miré – Tengo un grave problema
Empecé a contarle, a este extraño, toda la historia. Le conté como fui adoptada por mis tíos, como conocí a Donghae en la universidad, como nos odiábamos y como nos terminamos enamorando. Le conté de la locura de mi tía y de la ceguera de mi prima, incluso le conté de la desaparición de mi tío. Le conté sobre los maltratos con lujo de detalle, de los miedos que tenía y de cómo sentía que jamás sería feliz.
- Dios siempre hace las cosas por una razón – me dijo – Tal vez no te de la felicidad que quieres de la manera que tu esperas, pero serás feliz, después de todo…
- Bienaventurados los que lloran
Sonreí al decirlo.
- Exacto
Él sonrió y yo no pude evitar soltar una risita, en verdad se sentía bien poder soltar todo.
- Pero espero que lo que me espere sea algo bueno – abracé mis piernas – Aunque no creo que Dios premie con felicidad a una cobarde como yo
- ¿A qué te refieres?
Me preguntó.
- A que le tengo mucho miedo a mi tía
Solté un sollozo, era todo tan difícil para mí.
- Ella será desterrada del Reino de los Cielos
Siwon comenzó a acariciar mi espalda con suavidad.
  - No le basta con golpearme – lloré – Ahora me amenaza con matarme
- Que me perdone Dios pero… ella es una hija de puta – reí al oírlo decir eso - ¡Ustedes se van a casar!
- Pues ya no – contesté – Eres el primero y único que lo sabe, ni el mismo príncipe lo sabe
- Descuida, mantendré tu secreto el tiempo que desees
- Gracias Siwon
- No me parece bien lo que haces, pero te respeto – lo miré y le sonreí – Deberías decirle a alguien, no debes de aguantar todo este maltrato
- Soy una cobarde, no sé por qué no lo hago – me limpié las lágrima – Soy un lio – reí – No la denuncio porque es la esposa de mi único tío, no la denuncio por miedo a que Donghae y Jin rompan su amistad, y no la denuncio porque temo lo que vaya a hacerme después
- Calma… - me pidió – No creo que se arriesgue a que la imagen de su hija se vea afectada
- Yo creo que lo haría de una forma tan solapada que nadie se daría cuenta que fue ella
- Rayos…
- Prométeme que no dirás nada
Le pedí y él asintió.
- Te doy mi palabra, lo juro – alzó la mano – Sino, que Dios me lo demande
- Gracias
Él me extendió un pañuelo y yo sonreí. Me limpié las lágrimas e hice bolita el pañuelo. Él me volvió a sonreír, tenía sonrisa amable, de esas que te hacen sentir mejor.
- Dios te recompensará
- Eso espero               
- Ten fe en Él, que todo lo puede y todo lo ve
- Supongo – dije sonriente – Por cierto… bienvenido a la Royal



- Gracias – él sonrió de oreja a oreja – Me alegra tener una amiga
- Espero ser buena amiga – bajé la mirada – Mi amigos tuvieron que esconderse por mucho tiempo por ser mis amigos
- ¿Por la prensa?
- Sí
- Supongo que es el precio a pagar por tu amistad – Siwon seguía sonriente, me llenaba de paz – Dios eclipsará tu sufrimiento Mn Jee
- Terminaré yendo a la iglesia si sigues hablando así
Bromeé y él rió.
- Deberías – dijo – Pero supongo que debes de mantener una imagen
- No estaría mal que me vean yendo a la iglesia, después de tanto escándalo en el que estuve
- Pues cualquier día te llevo a la mía
- Gracias Siwon
- Dios agradece cada oveja que lleves a su rebaño
Reí a carcajadas, jamás me habían comparado con una oveja.
- Ojalá entres en hockey, así podré verte
Dije sin poder contenerme.
- Sí… - él sonrió aún más, mostrando sus blancos dientes - ¿Ya pensaste cómo decírselo al príncipe?
- Obvio no – contesté, abrazando mis piernas de nuevo y escondiendo el rostro entre mis rodillas – No creo tener el valor, pero debo de hacerlo – suspiré – Supongo que llegado el momento, se me ocurrirá algo
- Que la fuerza te acompañe
De nuevo me empecé a carcajear. Siwon no solo era muy cristiano, también era muy divertido. Continuamos hablando y luego nos pusimos a patinar, también era un excelente patinador. No había reído de esta forma desde que mi tía me amenazó con muerte si no dejaba a Donghae, debía de ser porque Siwon no me hacía pensar en é.
La hora del almuerzo llegó y nos despedimos, prometiendo que nos veríamos al día siguiente. La verdad es que me gustaba la idea de tener un amigo que no esté relacionado con el príncipe, así podría hablar todo lo que tenía retenido. Llegué a mi departamento, había extrañado mucho conducir, y entré. Preparé macarrones con queso y almorcé, mi teléfono volvió a sonar, era Donghae.
- Hola
Saludé, fingiendo voz de cansancio.
- ¿Estabas durmiendo?
Preguntó.
- Iba a irme a la cama – mentí – Estoy exhausta
- Me imagino – dijo él – Te extraño
- Yo también te extraño
Admití, sintiendo un nudo formándose en mi garganta. Quería decirle que lo amaba, que lo extrañaba demasiado, que lo necesitaba para volver a sonreír, que había sido una muy mala idea salir del Gyeongbokgung, y que sí debíamos de irnos a Las Vegas a casarnos. Pero entonces la imagen de mi tía sobre mí, sosteniendo el filoso artículo de manicura, apareció en mi cabeza. Todo mi cuerpo tembló, no quería que me pasara nada malo.
- Te compré algo muy bonito, espero que te guste
- ¿Qué es?
- Es sorpresa
Me dijo él y yo sonreí.
- Donghae…
- ¿Qué pasa Ratona?
- Te amo mucho
Confesé, sintiendo que el corazón se me estrujaba y los ojos se me llenaban de lágrimas.
- Pronto estaremos juntos, solo se paciente – me pidió él y yo solté un sollozo – Yo también te amo Ratona, no llores
- Es fácil para ti decirlo
Me limpié las lágrimas con el dorso de la mano.
- Claro que no, no me gusta estar lejos de ti
Sonreí al oír eso, pero de nuevo los miedos aparecieron. Volteé a ver la olla del macarrón, se estaba quemando la base. Pegué un grito y apagué la candela.
- Casi causo un incendio
- ¿Te distraje? – preguntó él con inocencia – Mi amor, te dejo, contesta cuando te llamo, te amo
- Yo también
Comí mi almuerzo entre lágrimas ¿Cómo iba a poder hacer esto? Donghae me amaba y yo a él ¿Cómo podía hacerlo? No podía terminar con él, pero el miedo podía más que mi corazón, el miedo me dominaba y no tenía valor como para hacerle frente.
- ¿Se puede saber por qué no le estás contestando el teléfono a mi primo?
Preguntó Sun Hee, entrando con varias bolsas con el logotipo de Gucci.
- He estado practicando, las regionales se acercan
Intenté explicar, a pesar de que era una mentira.
- Me importa un carajo – Sun lanzó las bolsas al sofá - ¡Es tu novio!
- ¡Lo sé! – grité - ¡No necesitas gritarlo!
- ¡Entonces haz algo! – gritó ella - ¡Está realmente preocupado por ti!
- De acuerdo
Eso ya lo sabía, sabía que él se preocupaba por mí, no por nada me llamaba cada cinco minutos. Pero no podía hablarle, sabía que si lo hacía lloraría, pues era muy difícil para mí imaginarme el tener que dejarlo ¿Es que nunca podré tener un final feliz?
- ¿Qué sucede Min Jee? – me preguntó Sun – Y no me digas que es exceso de entrenamiento porque esa ni tú te la crees – ella me miraba con enojo, era de esperarse pues Hae era su primo – Con un centenar de trabajo encima, de igual forma podías pasar tiempo con él
- Simplemente estoy cansada
Dije.
- ¡¿Cansada de qué?!
Gritó Sun y yo la miré.
- ¡De todo!
Grité.



- ¿Te estás arrepintiendo de casarte con Donghae?
Me preguntó y yo miré al suelo.
- Lo amo más que a nada – miré a Sun, sintiendo como los ojos se me llenaban de lágrimas – Pero en serio necesito un respiro de toda la locura de la princesa
- Tienes razón, lo siento – miré a Sun, ella asentía – Debe de ser abrumador para ti
- Lo es
Aseguré. Sun me abrazó; estaba mintiéndole, ocultándole algo muy importante a una de mis mejores amigas, pero tenía que hacerlo. Le serví el almuerzo a Sun y me fui a mi habitación. Tenía muchas cosas en las qué pensar.


El tiempo siguió pasando y ya nos encontrábamos en las últimas semanas del verano. Me había distanciado de mis amigas por estar todo el tiempo en el hielo; al mismo tiempo, había logrado crear una linda amistad con Siwon, en verdad me agradaba.
Todos los días nos veíamos en el hielo, nos quedábamos hablando por horas y siempre me daba consejos acerca de mi decisión. Él no estaba de acuerdo conmigo, y de una forma muy elegante me decía lo tonta que estaba siendo, pero la gran mayoría de las veces él solía escucharme y darme buenos consejos. Me alegraba que el complejo deportivo fuera privado, pues así podía pasar un rato con un amigo sin preocuparme por los paparazis. Después de cada práctica él iba a buscar el almuerzo y comíamos en los vestidores, era todo un caballero. Lo único que tenía Siwon de malo, era que me recordaba a Donghae.
Había sostenido conversaciones con mi novio, tanto por teléfono como por skype, y siempre terminábamos diciéndonos cuánto nos amábamos. Deseaba poder dejar de hacerlo, dejar de decirle que lo amo, y terminar con él de una buena vez, pero no podía. Me había planteado mentalmente que buscaría un buen momento para hacerlo, pero cuanto más pasaba el tiempo nos íbamos acercando más a la boda. Los tres últimos días, tuve que ir con mis amigas a ver lo del bufete, el catering, y la vajilla ¡Estaba planeando una boda que no iba a suceder! Y yo aún no le decía nada a Donghae.
- ¿Has hablado con el príncipe últimamente?
Me preguntó Siwon y yo asentí.
- No sabes cuánto lo extraño, no te imaginas cuanto lo amo
- Me puedo hacer una idea – dijo él y yo lo miré sorprendida – Yo también amo a alguien, o bueno… - bajó la cabeza – Amé a alguien
- ¿Y por qué no estás con ella?
- Siguió a Dios
Contestó, intentando sonreír.
- ¿Se volvió monja?
Él sonrió de verdad, pero negó con la cabeza.
- Murió
Me quedé boquiabierta y me golpeé mentalmente.
- Lo siento…
- No hay problema
- ¿Cómo se llamaba?
- Gabrielle
- Es un hermoso nombre
Él sonrió y me pasó un brazo por los hombros.
- Fue el amo de mi vida – dijo él – Mi auto se llama como ella – intenté no reír, pero él lo hizo primero – Pero ya no la tengo, pero soy feliz de saber que está con Dios
- Ahora está en un mejor lugar – él asintió - ¿Hace cuanto pasó?
- Ya se van a cumplir cuatro – contestó y yo abrí mucho los ojos – Murió de leucemia – luego esbozó una sonrisa – Fuimos novios desde tercero de primaria
- Wow… - dije, pues no sabía qué más decir - ¿Y no has pensado en tener otra novia?
- Sé que a ella le gustaría que me diera otra oportunidad – Siwon sonrió y yo asentí – Pero no he encontrado a alguien tan bella como ella

- La hallarás
Le aseguré y él volvió a sonreír.
- Supongo… en el futuro
Me contestó y yo sonreí.
- Cuando la veas, escucharas un coro de ángeles y el cielo se abrirá
- Eso suena celestial – ambos sonreímos – Usted debe de pensar más en el Cielo y confiar en Dios, así dejarás de temer
- ¿Estudiarás teología?
Pregunté y él rió.
- Negocios – contestó – Mi padre es dueño de empresas y quiere que las dirija algún día
- ¿Y tú quieres hacerlo?
Le pregunté y él sonrió.
- Quiero estudiar música
- ¿Y por qué no lo haces?
Pregunté intrigada.
- Mis padres no me lo permitirían
Terry bajó la mirada, se veía afligido.
- Yo creí que los cristianos escuchaban a sus hijos
- Lo hacen – me aseguró él – Pero el mío elije lo que es mejor para mí, así son las costumbres
- Entiendo… - dije – No lo apruebo, pero entiendo
Él sonrió y terminó su comida. Nos despedimos, yo le deseé suerte y él hizo lo mismo conmigo. Esperaba que, al menos, alguien en este mundo pudiera estar con la persona que amaba.


Ya faltaba poco para el comienzo de clases. Me sentía muy nerviosa, pues Donghae ya iba a regresar, no estaba lista para ello. Cuando lo viera, iba a ser incapaz de terminar con él, sin importarme el miedo. Mi corazón me decía que no me rinda, que debía de luchar por mi amor, pero mi cerebro me ordenaba alejarme, que terminaría dañada, o peor, muerta.
Había recibido una llamada de mi tía, me ordenaba ir a su casa. Me sentía nerviosa ¿Era correcto ir? ¿Y si era una trampa? Me vi tentada a avisarle a Sun, pero no lo hice, pues pediría muchas explicaciones, así que opté por avisarle a Siwon, quien me deseó buena suerte.
Me fui acercando a la gran casa, se veía espeluznante y era apenas el mediodía. Aparqué mi auto y entré por el portón. Conforme iba caminando por el camino de grava, mi corazón se aceleraba. El miedo se estaba apoderando de mí, y con mano temblorosa, toqué el timbre.
- Tú… - la mirada de odio que me dedicó mi prima me dejó totalmente helada



 - ¡¿Qué haces aquí?!
- Tú mamá me llamó                                                                  
Expliqué.
- Déjala pasar
Escuché su voz.
- ¡¿Cómo pudiste hacerme esto?! – me gritó Jin Kyong - ¡Sabías que lo amaba y no te importó para meterte en medio! – me lanzó un adorno y yo lo esquivé - ¡Yo lo amaba, y él a mí, lo sabías, y me lo quitaste!
- ¡Ya basta! – gritó mi tía – Min… - ella me miró fijamente


– A partir de mañana vivirás aquí de nuevo
- ¡¿Qué?!
Gritó Jin.
- Vivirás aquí – volvió a repetir de forma severa – Saldrás de la universidad y vendrás directo a aquí, no saldrás con tu grupito ese – asentí – No usarás el teléfono, ni el internet, y te decomisaré el celular todos los días al llegar
- No me puede mantener aislada del mundo
- Si es la única forma para que te alejes del príncipe, soy capaz de encerrarte en un sótano
Me sorprendieron las palabras de mi tía ¿Cuán loca y peligrosa era? Miré a Jin, ella lucía confundida, nos miraba a mi tía y a mí.
- ¡No te saldrás con la tuya! – grité en un arranque de valentía - ¡Él me ama, no a Jin!
- ¡Cállate, prostituta!
Gritó mi tía, abofeteándome.



- ¡Dime prostituta todo el tiempo que quieras! – grité con lágrimas en los ojos - ¡Pero yo no necesité de prostituirme o ponerme ropa costosa para enamorarlo!
- ¡El no te ama a ti!
Gritó mi prima, tapándose las orejas con las manos.
  - ¡Soy su primer beso! – grité - ¡Soy su primer amor! ¡Y también soy su primera vez!
- ¡Cállate! – gritó mi prima, sosteniéndose la cabeza con ambas manos - ¡El me ama! – gritó - ¡A mí, no a ti, me amó primero!
- ¡Reacciona loca psicópata! – le grité a mi prima - ¡Si nunca te amó no lo hará aunque me vaya!
- ¡No!
Los ojos de mi prima estaban desorbitados y comenzó a balancearse de atrás hacia adelante.
  - ¡Él me ama a mí, por eso se casará conmigo!
Grité y sentí algo golpear mi cabeza. Caí al suelo y vi la sangre caer en el piso de madera. Miré a mi tía sosteniendo un bate de baseball, sus ojos soltaban chispas y de nuevo sentí miedo.
- Él me ama a mí – volvió a repetir Jin – No hay mejor persona para él que yo
- Mi hija y el príncipe están unidos, y una cualquiera como tú no lo romperá
Mi tía se empezó a carcajear y mi prima la imitó. Me sentía furiosa, quería matarlas a ambas, pero seguí en el suelo. Mi teléfono comenzó a sonar y yo lo saqué de mi bolsillo, era Sun. Mi tía me miró fijamente y vocalizó “Piensa bien lo que vas a decir”
- Hola
Saludé.
- ¿Dónde carajos estás? – me preguntó - ¿Se te olvidó quien llega ahora?
- No
- Entonces trae tu trasero aquí – me ordenó – Donghae ya llega y querrá verte
- Ya voy
Contesté y ella me colgó. Mi tía me miró fijamente y luego miró a Jin.
- Haz que luzca decente – Jin asintió – Te esperaré aquí
- Sí
Dije, siguiendo a Jin a su habitación. Ella me dio un descolorido vestido y me entregó maquillaje para la herida. Me miré al espejo y comencé a llorar. Todo era tan injusto ¿Por qué no me dejaban en paz? ¿Por qué no me morí junto con mis padres? No pasaría por tanto drama so eso hubiera pasado.
- Cuando termines con el príncipe… - mi prima apareció detrás de mí, desabrochando mi collar – Él vendrá directo a mí, y yo estaré lista para consolarlo, porque siempre lo he hecho
- ¿Estarás feliz habiendo destruido el amor de la persona que dices amar?



- Como lo amo, es por lo que hago esto
Dijo ella, reemplazando mi collar por una pañoleta.
- ¿Intentarás mantener a tu lado a alguien que no te ama?
- Eso no es cierto – mi prima empezó a ajustar con excesiva fuerza la pañoleta – Él siempre me amó, pero tú lo confundiste
- Eso… eso es… lo que tú crees – dije con esfuerzo – Pero no ganarán
- Jin… deja que se vaya
Ordenó mi tía y Jin obedeció. Yo salí del baño y caminé hacia la puerta. Mi tía me tomó de la mano y me miró con ojos llenos de odio. Yo me zafé de sus garras y la miré sintiendo todo el odio posible.
- No diré nada – prometí – Volveré
- ¿Lo harás hoy?
Me preguntó.
- Ya veré qué día hacerlo
- ¡No! – gritó ella, sacando una navaja ¿Dónde guardaba ella todo los objetos filosos? - ¡Lo harás hoy!
- ¡No estoy lista! – grité, intentando alejar mi rostro del filo de la navaja - ¡Él tampoco!
- Por lo mismo – mi tía sonrió – Tu sufres, él sufre y Jin consuela
- Eres una lunática
Escupí y mi tía rió.
- Que no te pase nada en el camino querida
Mi tía me dio un abrazo y yo sentí que el cuerpo se me escarapelaba. Salí corriendo del departamento y corrí escaleras abajo, hacia el sótano. Entré en mi auto, encendí el aire acondicionado y me largué a llorar.



  - No puedo hacerlo – lloré – No puedo hacerlo




[1] Hebreos 11, versículo 2: Dios aceptó a nuestros antepasados porque ellos confiaron en él

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¿Qué pasará ahora? ¿Lo hará? ¿Habrá un final feliz? Descúbranlo en el proximo capítulo de WTF! Soy una princesa!


3 comentarios:

  1. Hola , sorry por no comentar pero fueron 2 dias horribles de estudio , me han encantado los capitulos , espero y hae se de cuenta de todo y min se atreva y tenga valor , espero por mas caps
    PD : salio el mv de this is love y esta muy bno !!!!!

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    1. en lo particular, este capítulo me gustó mucho :P
      en seriooo??? tengo que verloooo yaaa!!!

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  2. Y ? Que te pareció el mv ???? Viste las portadas de this is love ???? Y hoy promocionan en mcoundown 6pm kts !!!

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