miércoles, 5 de octubre de 2016

Hotel SHINee (Jongkey) - 18

Capítulo 18
- ¿Pasó algo?
Joon me miró de forma pícara.
- ¿Algo como qué?
- ¡Omo! – exclamó y todos en la cocina nos miraron – Perdón – hizo venias en todas direcciones - ¿Lo hiciste?
- No lo digas tan alto…
Pedí avergonzada.
- ¡Por Dios, Jonghyun! – exclamó él en susurros – Tuviste tu primera vez con una niña de la Alta Sociedad
- Sí… - sonreí al recordarlo – Fue… muy lindo…
- Jong… - miré a Joon - ¿Qué demonios estamos haciendo?
- Ni idea…
Contesté.
- Va a haber reunión de empleados en media hora – anunció el gerente, entrando en la cocina – Por favor, asistan puntales
- ¿Qué será ahora?
Preguntó Joon y yo me encogí de hombros.
- Esperemos que nada relacionado con los robos
- ¿Dónde dejaste las cosas?
- En la 615 – contesté – Las dejé ahí antes de irme a mi cita con Key
- ¿Has tomado algo más?
Negué con la cabeza.
- No… - lo miré - ¿Tú?
- Tomé unos billetes que habían en un saco – contestó Joon, mordiéndose un labio - ¿Sabes cuánto cuesta el pollo frito?
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- Joon…
- Lo siento… - Joon siguió lavando platos – No te quieras hacer el moralista ahora, tú lo hacías antes
- Sí, lo sé…
- Ahora más que nunca… - me miró – No quiero que el verano se acabe, esta ilusión, este teatro… Jinki es esa chica, es “Ella” – sonrió – Solo que yo no soy quien digo ser
- Lo mismo me pasa a mí – continué secando platos – A veces pienso que todo esto es inútil, porque tan pronto como termine su estadía, jamás las volveremos a ver
- Existen las cartas y el teléfono
- ¿Y qué pasaría si nos quieren visitar? – pregunté – No podemos robar toda una mansión
- Suenas como yo…
- Es que… el estar cerca del final me está haciendo tomar consciencia – golpeé el mesón con mi mano – Ojalá nunca hubiera hecho nada de esto, porque amo a Key y anoche… - solté un suspiro – Ya no creo que sea capaz de dejarla ir… pero sé que llegará el momento, y el momento va a ser muy pronto…
- Lo único que nos queda es disfrutar de estos días – asentí a las palabras de mi hyung – Bueno… tú puedes disfrutar, yo sin embargo…
- Tendrás que decidir en apresurarte o dejarla ir sin que sepa nada – le dije y él asintió – Estamos en una situación difícil y no queremos salir de ella
- Sí… somos un par de locos…
Terminamos nuestro trabajo y fuimos a la sala de empleados. El gerente estaba ahí, sentado, con dos guardias de seguridad a sus flancos. todos los empleados se miraban y miraban al gerente, yo me sentía nerviosos ¿Ya nos habían descubierto? El último empleado entró en la sala y el gerente se aclaró la garganta, mirándonos a todos nosotros.
- Es el quincuagésimo huésped que se queja de que le han robado algo de su habitación cuando nadie estaba en ella… - miró a todos los empleados – Este hombre… al que le robaron un anillo de oro con un rubí – miré a Joon, era el anillo que había usado ayer – Está demandando al hotel… - las manos comenzaron a temblarme – Y al hombre o mujer que lo robó – Joon y yo nos miramos de reojo – Nosotros también lo demandamos a él o ella por daños y perjuicios… - el gerente recorrió con la mirada a todos nosotros - ¡Confiese de una vez a menos que se quiera quedar en la calle sin ni un centavo! – gritó el hombre y yo sentí una presión en el estómago – O si no… prepárese para ir preso – todos se miraron, nadie decía nada - ¿Nadie…? Bien… procedan
Los guardias asintieron y salieron de la habitación. Todos seguimos a los guardias, ellos caminaban a paso veloz hacía los dormitorios de los empleados. Joon y yo nos miramos y corrimos hacia nuestra habitación; no teníamos nada ahí, todo estaba escondido en la habitación 615, pero igual nos preocupaba. Los guardias entraron en la primera habitación y comenzaron a revolver todo, mis hyung protestaban, pero poco caso les hacía los guardias. De esta forma comenzaron a revisar todas las habitaciones, revoloteándolo todo y llevándose consigo lo sospechoso.
- ¿Estás seguro que guardaste todo en la 615?
Me preguntó Joon y yo asentí con nerviosismo.
- ¡Eso es mío!
Gritaba una noona a la que le habían confiscado un collar.
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- ¡Eso es de mi abuela, animal! – gritaba otra noona, al borde de las lágrimas - ¡Por favor, déjelo!
- Hemos robado solo cosas de hombre – dije, viendo como los hyungs y noonas protestaban por las cosas confiscadas - ¿Por qué revisan a las chicas?
- Porque el gerente está desesperado – contestó una voz, era Seungri – Por eso lo hace
- ¡Hyung!
Exclamamos los dos, viéndolo fijamente.
- Descuiden… no diré nada
- Hyung… usted…
- ¡Kim, Cho, su habitación! – gritó el gerente y nosotros nos apresuramos – Abran la puerta
Les ordenó a los guardias y estos abrieron la puerta con nuestra llave. Nuestra habitación estaba ordenada, todo en su lugar, no habíamos dormido ahí hace día. Los guardias comenzaron a abrir cajones, deshacer las camas y rebuscar en el closet, no había nada que nos pudiera incriminar. Los guardias negaron con la cabeza y el gerente nos miró.
- ¿Dónde estuvieron ayer? – preguntó – No los vi ni los vieron en todo el día, ni el anterior a ese – nos miró fijamente – Y usted, Kim – me señaló – Desde hace mucho que dicen que faltas al trabajo
- Nosotros…
Joon me miró en busca de ayuda.
- Nos escapábamos – contesté, mirando al gerente – Nos aburría estar todo el día metidos aquí así que nos tomábamos muchos tiempos libres
- ¿Qué?
- Todo es culpa mía – miré a mi hyung – Yo lo convencía de hacerlo
- Jong…
- Fuera de quien fuera la culpa, ambos incurren en falta – el gerente nos miró de hito a hito – Por lo tanto ambos tienen dos falta
- ¡¿Qué?!
Aquello me dolió, era el adiós a la bonificación.
- ¿Quiere una tercera, señor Kim?
- No señor…
Miré el suelo.
- Una es por las escapadas y la segunda por SUS escapadas
El gerente rió y se fue. Me dejé caer en la cama y miré a Joon, él miraba fijamente la puerta. Cuando entramos a trabajar aquí habíamos decidido que la bonificación sería para él, pues Joon necesitaba más que yo el dinero, y con más urgencia. Ahora lo habíamos perdido, y todo era mi culpa.
- Joon…
- Está bien – él sonrió – No importa…
- Sí importa – dije – Lo siento, todo es mi culpa
- No… no lo es
Joon se sacó la camisa, quedando en camiseta y salió de la habitación.
- ¡Hyung! – lo imité y también salí de la habitación – Sé que estás molesto, y sé que es mi culpa
- Déjame en paz Jonghyun
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- ¡Hyung! – lo intenté detener – Al menos escúchame…
- ¡¿Qué quieres decirme?! – gritó, empujándome - ¿Quieres decirme cómo es que perdimos una fuerte suma de dinero por tus tonterías? ¡¿Eso quieres decirme?!
- Lo lamento… - miré a mi hyung – Ese dinero iba a ser para pagar el hospital donde tu omma…
- ¡Cállate! – gritó, empujándome - ¡Ya no tiene caso! ¡Ya no hay dinero! ¡Tus disculpas no quitaran las dos faltas!
- Lo lamento
- ¡Deja de decir que lo sientes!
Entonces Joon me volvió a empujar.
- ¡¿Qué más quieres que te diga?!
Pregunté, empujándolo.
- ¡Quiero que te calles! – gritó - ¡Por tu culpa perdí algo importante para mí! ¡Sabías que el sueldo no sería suficiente para pagar la hospitalización de mi omma! ¡Y no te importó nada cuando intentaste tirarte a esa chica!
- ¡Cállate!
Apreté los puños.
- ¡No me voy a callar! – gritó - ¡Todo es tu culpa! ¡¿Qué no lo ves?! ¡Las noonas que perdieron sus posesiones! ¡Los hyung a los que les han quitado cosas! ¡Las faltas que todos nos hemos ganado hoy día! ¡Todo es tu maldita culpa! ¡Por andar atrás de una chica que jamás será tuya! ¡Pero al parecer todo te llega a la punta del miembro! ¡Eres un egoísta! ¡Y yo soy un tonto que te siguió en este juego! ¡Mira todo lo que provocaste por querer liarte con una chica! ¡Todo esto para que pudiera tirar bien rico con ella!
No aguanté más, le propiné un puñetazo. Él tenía razón, en todo, pero no me gustaba oírlo. Joon se limpió la sangre de su labio y entonces me dio un puñetazo. Yo no respondí, dejé que me golpeara y que me volviera golpear. Joon comenzó a descargar toda su ira contra mi cuerpo, golpeando y gritando. Yo no me defendía, me lo merecía. Caí al suelo y Joon siguió golpeándome sin compasión. Podía sentir la sangre en mi boca y en mi nariz, pero no me defendía, me lo merecía.
- ¡Para!
Gritó una voz.
- ¡¿Por qué lo golpeas?!
Preguntó otra voz.
- ¡¿Qué sucede?!
Preguntó una tercera.
- Oppa… tengo miedo
Dijo una cuarta.
- ¡¿Jong, estás bien?!
Key, la primera voz, sostuvo mi cabeza con sus manos y me miró.
- ¡¿Por qué lo golpeabas?! – preguntó la tercera voz, era Woohyun - ¡¿Qué pasó?!
- ¿Te duele algo?
Preguntó Sae, la cuarta voz.
- ¡Joon, espera!
Gritó la segunda voz, Jinki, siguiendo a Joon.
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- ¡Jonghyun! – Key me miraba con preocupación - ¡¿Qué demonios paso?! ¡Habla maldita sea!
- Soy… soy un mal amigo...

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