domingo, 18 de octubre de 2015

Hotel SHINee (Jongkey) - 11

Capítulo 11





Una denuncia, esa era la advertencia que el gerente le estaba haciendo a todo el personal. Ellos no sabían quién era el ladrón, aún, pero sabían que debía de ser del personal como para que se pierdan las cosas en las habitaciones ¿Qué podía hacer? No podía dejar de mentir aunque Joon me insistiera, necesitaba que esta mentira durara, lo necesitaba.
- Jong… se razonable – me pidió - ¿Qué lograrás? – preguntó – Ya conseguiste dinero, ya conseguiste hacerte conocido, sigues ganando dinero mintiendo ¡¿Qué más quieres?!
- No lo entenderías
- ¿Es por la chica esa? – me giró con brusquedad - ¿Es por ella? – volvió a preguntar – Jonghyun… jamás podrás tener con ella ¡Entiéndelo!
- Lo entiendo sin que me lo tengas que restregar en la cara
- No lo hago, solo intento tratar de entender por qué demonios sigues haciendo algo que no tiene futuro – miré al suelo, él tenía razón - ¿Es que esperas enamorarla para romperle el corazón?
- ¡No! – lo miré fijamente – Jamás le haría eso
- ¿Entonces? – Joon se veía desesperado – Estás haciendo todo esto por nada, porque jamás será tuya
- Lo sé…
Miré el suelo y sentí una presión en el pecho ¿Por qué no la pude conocer en otras circunstancias? ¿Por qué no la pude conocer cuando ya fuese mayor? ¿Por qué no la conocí cuando tuviera dinero y éxito? La vida me estaba mostrando a la chica más maravillosa del planeta, y no me dejaba tocarla.
- Solo espero que esto no salga mal… - miré a Joon – Eres lo único que ahjussi y ahjumma tienen
- Creo… - miré a Joon – Creo que voy a ir a dar un respiro
- Jong…
Fue lo único que dijo Joon, pero no me detuve. Salí de las cocinas y continué mi camino hacia el cuarto de limpieza para cambiarme la ropa. Necesitaba verla, solo eso me calmaba, necesitaba verla.
Salí del cuartucho y caminé hacia el hotel, subiendo en el ascensor. Sabía que jamás iba a poder tener nada serio con Key, pero al igual que las mentiras, no me podía detener con ella. Llegué a su piso y escuché gritos, caminé con paso veloz hacia la habitación de Key, de ahí venían los gritos.
- ¡Te odio! – gritaba Key - ¡Te odio!
- ¡Harás lo que yo ordene! – gritaba una voz masculina, era el señor Kim - ¡Ya me tienes harto con tus fantasías sobre diseñar!
- ¡¿Por qué te cuesta tanto entender?! – el grito de Key se quebró, estaba llorando - ¡No quiero nada de esto! ¡No quiero nada de esto!
- ¡¿Y qué esperas hacer?! – preguntaba a gritos el señor Kim - ¿Pintar? ¿Dibujar? ¿Vivirás de eso? – soltó una risita – No dejaré que mi hija haga tonterías con su vida
- ¡Pues entonces no quiero ser tu hija! – gritó Key, todavía más alto - ¡Eres el peor padre del mundo! ¡¿Por qué no aceptas lo que quiero?! ¡¿Por qué no me aceptas como soy?!
- ¡Cállate!
- ¡¿Qué clase de padre eres?! ¡Incapaz de amar a su única hija solo porque…!
Un ruido seco se escuchó, luego el chillido de Key. Me quedé ahí congelado ¿Qué había pasado? ¿La había golpeado? ¿Eso fue? Miré la puerta, con miedo, con enojo ¿Cómo podía tratar a su hija de esa forma?
- Nos vemos en la fiesta – dijo – Más te vale ir
Escuché pasos y yo me apresuré hacia la 615, abriendo la puerta y entrando. Respiré hondo, no podía creer lo que acaba de oír ¿Había sido el señor Kim, capaz de aquello? Hace una semana vi a Key sonreír mientras veíamos el ocaso ¿Cómo estaría ahora? Alguien golpeó mi puerta y yo me sobresalté.
- Ahjussi…
Dije, haciendo una venia y sintiéndome sorprendido.
- Jonghyun… vengo a invitarte a una fiesta que estoy organizando en el gran salón
- Eh…
- Tienes que ir, tal vez encuentres algún prospecto… - miró la puerta de Key – Y tal vez puedas ser el motivo para que ella salga de su habitación
- Ahjussi…
- Tal vez si usted va, mi hija quiera ir
- ¿Por qué ella haría eso?
- Porque al parecer le tiene un gran aprecio, o eso ha dicho – las palabras del señor Kim sobre su hija carecían de afecto, como si fueran palabras dichas por un robot, por una estatua, alguien que no podía sentir – Sin embargo…
- Ahjussi…
Volví a decir con nerviosismo, viendo la mano del señor Kim posada en mi hombro.
- Usted debe de entender, aunque le he dejado unirse a mi tan exclusivo círculo… - la mirada en los ojos del señor Kim era aterradora, me helaba la sangre – No crea usted que puede intentar algo con mi hija
- Ahjussi… - apreté los puños – Key es una gran persona, no he conocido a chica más agradable y hermosa que ella
- ¿Qué está usted diciendo?
- Que si Kibum decide algo, con respecto a cualquier aspecto de su vida – miré fijamente al señor Kim – Si yo fuera su padre, lo respetaría, porque Kibum es una persona especial, con un talento especial y sueños especiales
- Mocoso insolente – el señor Kim me miró con enojo - ¡¿Cómo te atreves a hablarme así?!
- Porque a su hija la quiero mucho – el señor Kim se quedó boquiabierto – Es… es una gran amiga – agregué con nerviosismo, el señor Kim relajó su expresión – Y por ello quiero verla feliz, siguiendo sus sueños… - miré al ahjussi - ¿No deberían los padres hacer que sus hijos sigan su propio camino? – pregunté – Después de todo, cada ser humano es un mundo, y usted tiene un gran mundo como hija, con cualidades, defectos y sueños…
- Usted… - el señor Kim me miró con enojo – Usted no es nadie para decirme cómo ser un buen padre
- Ahjussi…
- Lo espero en la fiesta – dijo – Y… - me miró fijamente – Será la última vez que quiero verte – sentí una punzada en el pecho – Y te quiero lejos de mi hija
- Ahjussi…
- No… no eres buena influencia para ella
- Ahjussi, no voy a dejar a Key
- ¿Cómo?
- No pienso dejarla – contesté, apretando los puños – Soy su amigo y juré que no la dejaría sola, no importa qué, no importa quién – el señor Kim me miró con enojo – Jamás voy a dejarla sola
- Mocoso insolente – volvió a decir - ¿Con quién crees que hablas?
- Con un ahjussi que no sabe escuchar – contesté y el hombre me miró con indignación – Ahora váyase o llamaré a seguridad, esta es mi habitación y quiero descansar
- Ten cuidado Kim Jonghyun – dijo el hombre – Eres muy joven como para tenerme como enemigo
El señor Kim dio media vuelta y se fue ¿Qué acaba de suceder? ¿Acaba de ser amenazado por el señor Kim? ¿En qué lio me estaba metiendo esta vez? Salí de mi habitación y toqué la puerta, no obtuve respuesta alguna. Volví a tocar la puerta y escuché murmullos, entonces Jinki me abrió.
- ¿Dónde está Key?
Pregunté, entrando en la habitación.
- Jonghyun, espera…
- Key…
Ahí, aovillada en el suelo, se encontraba Key, rodeada de muchas hojas de papel rotos. Miré mi pie, mi rostro estaba siendo aplastado por mi zapato. Levanté el dibujo, el que antes era mi rostro, ahora era un pedazo de papel arrugado ¿Qué había pasado? Miré a Key, ella sollozaba.
- Jong…
Jinki me tomó del brazo, deteniéndome.
- ¿Qué pasó?
Pregunté, viendo a Key, sollozando en el suelo.
- Su padre… - contestó Jinki, mirando a Key – Ella simplemente le preguntó si podía quedarse a ver televisión y… pasó todo esto
- ¿Solo por eso?
Pregunté sorprendido.
- Porque fue un desafío para él – habló Key, aún aovillada – Porque fue una desobediencia de mi parte
- Key…
- Porque…
- Tú no has hecho nada malo… - me acerqué a ella, arrodillándome a su lado y colocando su cabeza en mi regazo – No digas esas cosas
- Jonghyun oppa… - miré a Key, ella lloraba – No me dejes sola…
- Jamás…
Dije, abrazándola.
- Chicos… - miré a Jinki, ella nos miraba de forma extraña – Yo… creo que… Key…
- Lo único que quiero es quedarme aquí, así, abrazándote
Fue lo único que dijo Key, restregándose las lágrimas.
- Key… tú… - miré de nuevo a Jinki, era como si quisiera decir algo, pero no lo hacía – ¿Puedes irte?
- ¿Qué?
Miré sorprendido a Jinki.
- Vete – dijo, mirándome fijamente – Por favor
- Pero yo…
- Por favor – esta vez habló con más firmeza – Vete…
- Key… - miré a la llorosa chica – Yo…
- Está bien… - dijo, jugueteando con su coleta – Vuelves
- Sí…
Acepté.
- No – Jinki nos miró a los dos, había algo raro en su mirada – Nos veremos en la fiesta, hasta entonces… por favor no entres en esta habitación
- Jinki…
Miré a mi noona ¿Qué pasaba? ¿Por qué ese cambio? ¿Es que acaso ella tampoco me creía digno para estar con Key? Key se levantó y caminó hacia el tocador, comenzando a limpiarse el rostro. Me quedé viendo a ambas chicas, Key hacía caso omiso a su amiga y Jinki, quien pensé que yo era de su agrado, me estaba echando de la habitación ¿Qué pasaba aquí?
Salí de la habitación y regresé a la 615. Me quedé mirando el techo desde mi cama ¿Qué había pasado? Era definitivamente la mañana más movida de mi vida. Primero la denuncia del gerente, luego el señor Kim y ahora esto ¿Qué estaba pasando? Quizá… quizá era una señal… una señal de que no podría seguir fingiendo por más tiempo. Cerré mis ojos y me acomodé en mi cama, al menos quería disfrutar mi última vez en esta habitación.


Abrí los ojos, los rayos de sol estaban entrando por la ventana y mi estómago rugía. Miré el reloj, era más del medio día. Me tallé los ojos y me desperecé, tenía que ir a encontrarme con Joon. Salí de la habitación y me quedé viendo la puerta de la habitación de Key, aún no entendía qué había pasado. Continué mi camino y hacia las habitaciones de los empleados y entré en la mía, ahí estaba Joon, sentado en la cama, con las manos en la cabeza.
- ¿Qué sucede?
Pregunté.
- Nada, solo estoy cansado
Contestó, dejándose caer en la cama.
- ¿Es mi culpa?
- Sí – contestó – Hacer tu trabajo cansa
- Lo lamento
- ¿Hoy tienes una fiesta de millonarios? – me preguntó y yo asentí – Es obvio que irás
- Sí… - contesté – Pero será la última
- ¿Qué…?
- El señor Kim… el señor Kim ya no quiere que recuente su círculo, y no quiere que me acerque a Key
- Entonces… - miré a Joon - ¿Ya vas a dejar todo este teatro?
- No… - contesté – De alguna u otra forma tengo que seguir
- Aish Jong… haz lo que tengas que hacer – miré a Joon sin dar crédito a mis oídos – Solo espero que no te pase nada malo…
- Gracias hyung…


La noche llegó y de nuevo me enfundé en ese traje, aquel que había comenzado todo, aquel sin el cual no hubiera conocido a Key. Me miré en el espejo y me arreglé la corbata, decir que me veía apuesto era quedarse corto. Sonreí y salí de la habitación 615, hacia la habitación de Key. Toqué la puerta pero nadie me abrió, volví a tocar la puerta y esta vez escuché pasos, Key me abrió.
- ¿Por qué no me sorprende que estés aquí?
Preguntó, luego sonrió y me cedió el paso.
- ¿No irás a la fiesta?
Pregunté, viendo que solo Jinki estaba arreglada.
- No – contestó, cruzándose de brazos – No quiero ir a ninguna otra maldita fiesta, quiero quedarme a ver televisión y comerme todos esos chocolates
- Veo que usted sí irá – habló Jinki, mirándome desde el espejo del tocador – Se ve muy bien en ese traje
- Gracias Jinki noona – miré a Key, ella miraba ceñuda la televisión – Me gustaría que usted fuese
- ¿Mi padre te pidió que me lo dijeras?
Key me miró con seriedad.
- ¿Qué?
- Sé que mi padre te tiene bajo su brazo – contestó – Pero no iré, no haré algo que no quiero y ya no seguiré haciendo de mi vida lo que mis padres quieren, ya me harté
- Key…
- Puede ir, no me importa – Key se cruzó de brazos – Diviértase en la fiesta
- ¿Por qué no quieres ir?
- Porque habrá gente observándome, esperando un error de mi parte, esperando que diga algo que puedan sacar de contexto – contestó, mirándome fijamente; había enojo en su mirada, pero no contra mí, era contra todos los que la criticaban – Y los primeros en humillarme públicamente serán mis padres – volvió a mirar a la televisión – Así que no iré y afrontaré el castigo que me caiga
- Entonces tampoco iré
Me senté a su lado.
- ¿Qué?
- Tampoco iré
- ¿Por qué?
Preguntó Jinki y yo la miré.
- Porque puede que esta sea mi última noche en el hotel – Key me miró con los ojos bien abiertos y la boca ligeramente abierta – Y quería pasarla con ustedes, pues además de mi hyung, no tengo a nadie más aquí
- ¿Te irás?
Preguntó Key y yo me encogí de hombros.
- Muy probablemente
- No te puedes ir… no aún
Replicó.
- Lo siento… - sonreí – Por eso quería pasar esta última noche contigo – Key me miró con sorpresa – Lastimosamente no irás así que yo tampoco
- Entonces quedémonos viendo televisión
Sonrió Key y Jinki se paró delante de nosotros.
- Lo siento pero yo sí quiero ir a la fiesta – dijo, mirando fijamente a Key – Y usted está diciendo que quiere pasar su última noche no NOSOTRAS DOS, así que no podrá ser
- Jinki…
Key miró con enojo a su amiga ¿Por qué de pronto no era del agrado de Jinki? Creí que ella y yo éramos amigos, pero al parecer no era así, o tal vez había algo que yo desconocía.
- No Key… - habló Jinki con seriedad – Si no estamos las dos aquí, él no se queda – miré sorprendido a Jinki ¿Qué me estaba perdiendo? – Tú decides: O todos vamos a la fiesta, o Jonghyun se va, pero no te quedarás aquí sola con él
- ¿Qué está sucediendo?
Me atreví a preguntar.
- Está bien – contestó Key con voz amarga - ¡Es increíble que me estés haciendo esto! – gritó, caminando hacia la habitación - ¡Esto es tan estúpido! – seguía gritando desde adentro de la habitación - ¡No puedo creer que tú también estés de su lado!
- ¿Qué sucede?
Volví a preguntar y Jinki me miró.
- Jonghyun-shi… - ella me miró con el entrecejo fruncido – Será mejor que ya no estés tan cerca de Key
- ¿Por qué?
- Porque sí… - contestó, mirándome fijamente – Porque eres mi amigo y te quiero es que te hago esta advertencia…
- ¿Qué?
No entendía a qué iba eso ¿Qué sucedía? ¿Por qué tanto misterio? ¿Por qué no me decían las cosas directamente? ¿Por qué?
- ¡Ya! – gritó Key, tirando la puerta – ¡Vámonos!
Me quedé viéndola; aún incluso con la expresión de enojo en el rostro, ella se veía hermosa en su vestido. Jinki asintió y engarfiando su brazo al de Key, salieron de la habitación. Me quedé ahí viéndolas ¿Qué demonios pasaba?
Llegamos al Gran Salón y entramos en la fiesta. Como siempre, había meseros de los que debía ocultarme y otros meseros que me acosaban con bocadillos y bebidas. Al instante ya me encontraba bailando con una noona que me había arrastrado hacia la pista de baile. Cada tanto volteaba a ver a Key, ella como siempre estaba ahí sentada, viendo a los demás bailar; Jinki también bailaba, se le veía muy feliz, ahora veía a lo que Key se refería con respecto a su amiga. Key me miró desde la mesa y me sonrió, yo hice lo mismo; deseaba tanto sacarla a bailar, pero el señor Kim estaba ahí y temía que eso lo molestase.
- Oppa… - dijo la chica con la que bailaba - ¿Qué tanto miras? - preguntó, girándose, Key al instante miró a otro lado - ¿Estabas mirando a Kim Kibum?
- Eh…
- Oppa… ¿Cómo te puede agradar una chica tan antipática como ella?
- Usted no la conoce
Fue lo único que contesté, separándome de la chica al término de la canción. Caminé hacia la mesa de Key y me senté, ella al instante me sonrió. Ella miró hacia otro lado, yo solo la miraba a ella, no me importaba si eso la incomodaba, mirarla era mi deleite. La música comenzó a sonar de nuevo y ella entonces me miró, yo solo sonreí. Me levanté y le extendí mi mano; ella me miró y luego a mi mano, luego miró hacia otro lado y de nuevo a mí.
- Yo… - dijo ella, mirando mi mano – No sé si deba de…
- Vamos, acepta – insistí - ¿Cuántas veces un chico tan sexy como yo te va a sacar a bailar? – ella comenzó a reír – Bailemos
- Es que… - miró hacia otro lado, me di cuenta de que eran sus padres a los que ella miraba – No sé si deba
- Key… no dejes que te controlen – le dije, mirando a los señores Kim – Es tu vida, solo tienes esta para poder disfrutarla – ella me miró - ¿Qué es lo que quieres hacer?
- Oppa…
- Solo concédeme este baile… - le pedí – Te juro que no pasará nada malo
- ¿En serio?
- ¿Te he defraudado antes? – ella negó y yo sonreí – Entonces bailemos
Ella me miró fijamente y asintió. Tomó mi mano, se sentía cálida y mi corazón comenzó a latir con fuerza. La guié a la pista de baile y ella rodeó mi cuello con sus brazos, era una perfecta canción lenta. Posé mis manos en su cintura y comenzamos a movernos lentamente al son de la música. La miré a los ojos, ella me miraba fijamente, sus ojos brillaban y yo me vi reflejado. Sonreí, acariciándole una mejilla, ella al instante se sonrojó, eso me causó una risita. No sabía qué se traían entre manos ella y Jinki, o incluso los Kim, pero ahora, debajo de las tenues luces, yo no la iba a dejar, pues aunque lo intenté evitar, mi corazón estaba siendo otorgado a esa antipática, mimada, arrogante y caprichosa chica.
- Oppa… - Key se detuvo, igual que la música – Ya no quiero obedecer – dijo y yo la miré confundido – Quiero hacer lo que yo quiero
- ¿Y qué es lo que quieres?
- ¿Justo ahora…? – asentí – Que sigas bailando conmigo hasta que la noche llegue a su fin
- Lo haré…
Contesté, sonriendo.
- Me alegra haberte conocido Jonghyun-shi… - Key apoyo su cabeza en mi hombro – Eres como un ángel guardián…
- Soy un “Perro Bling-bling Ángel Guardián”
Key comenzó a reír y yo la imité.
- Algún día me tienes que invitar al hotel de tu padre – dijo y yo me tensé – Imagino que debe de ser más bonito que este
- Eh…
- Quisiera que este verano no acaba nunca…
- Key…


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