miércoles, 1 de abril de 2015

No Quiero que me Olvides (Kyumin) - 32

Wiii!!! lectores!!! Es mi segunda semana de universidad, voy a la mitad de mi carrera!! me está yendo muy bien hasta ahora. Bueno, solo quería decirles eso y agradecerles el apoyo como siempre. Aquí el nuevo capítulo.
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Capítulo 32



- Aquel día te lo iba a decir, pero entonces tú dijiste todo lo que dijiste y yo me fui
- Fui un idiota – acepte, ella solo me dio unas palmaditas en la espalda – Jamás volveré a hacer algo así, fue lo más estúpido que hice en mi vida
- Por lo menos ya despediste a ese idiota de Dongie y Hangeng está haciendo un excelente trabajo como tu manager
- Sí… es genial – sonreí - ¿Qué más recuerdas?
- Yo le puse el nombre y color a tu club de fans
- Correcto
- Eres un novio muy celoso, me acuerdo que no dejabas que ningún chico se me acercara
- Es que eres demasiado linda – me quejé – Es imposible que no le gustes a alguien, siempre van a caer ante tus encantos
- Supongo que tienes razón – Minnie le hizo mimos a Jessica – Quisiera que nos quedáramos en este momento, juntos y felices
- Ya vendrán nuevos momentos felices, Minnie – acaricie la mejilla de mi hija – Por ahora hay que hacer de cada momento uno feliz
- Sí – Minnie sonrió – Aún se me hace increíble todo esto, estar contigo y tener dos hijas, pero me gusta – Jessica soltó un bostezo – Creo que mi niña necesita ir a su cunita



Nos levantamos del sofá y llevamos a Jessica a su habitación.




Sungmin la arropó y le dio un beso en la cabeza, encendió el móvil, dejando sonar una dulce melodía, y nos fuimos de ahí. Minnie encendió el monitor del bebé y nos volvimos a sentar en el sofá, abrazados.
- ¿A qué hora llega Sunny?
- Ya va a ser el medio día, dentro de poco supongo
Contestó, consultando su reloj.
- Ustedes tres son lo mejor que me pudo haber pasado  en la vida – admití y Minnie asintió – No las volveré a perder
- Yo jamás te volveré a dejar – el timbre sonó – Te dije que Sunny ya debía de estar por llegar
- Yo voy… - me levanté del sofá y caminé hacia la puerta, crucé el camino de graba hasta la otra puerta y la abrí - ¡Sunny!
- ¡Appa!




***
Mi mente debía de estarme jugando una mala pasada, esa niña era idéntica… no, imposible, quizá solo era el color de ropa. Esa niña no podía tener ninguna relación con Sungmin, solo que sus vestimentas me la recordaban. No podía dejar de verla, era exactamente como Minnie a esa edad… ¿Quién era esta niña?




- Discúlpenme… - una mujer entró – Esta niña no debería estar aquí, se escabulló
- Oh…
Dijo el productor.
- Su omma la está buscando, está en la caseta de seguridad – explicó la mujer – Ven pequeña…
- Yo… - la niña me miró – Me alegra poder conocerte al fin
Sonreí, de seguro era una fan, pequeña, pero fan.
- A mí también me alegra conocerte
Sonreí y ella corrió hacia mí. Cuando estuvo a mi lado, me dio un abrazo; me sentí extraño, con esta extraña niña abrazándome ¿Quién era? ¿Por qué me traía tantos recuerdos su rostro?
- Demoraste mucho…
- ¿Qué…?
- Mi omma te ama – soltó la niña y yo sonreí - ¿Tú amas a mi omma?
- No… no sé quien…
- Su omma la está buscando, debo de llevármela – nos recordó la recién llegada – Por favor pequeña, ven conmigo
- Yo la llevo… - dije, tomando la mano de la pequeña, ella sonrió - ¿Por qué te separaste de tu omma?
- Porque quería verte
Contestó la pequeña mientras caminábamos hacia la caseta de vigilancia.
- ¿Y tú omma también quiere verme?
- Supongo… - contestó – Ella te ama, pero mi tía te odia, dice que eres malo
- ¿Yo? – solté una risita – Imposible
- Omma siempre me habla de ti
- Debe de ser una gran fan
- ¿Tú amas a mi  omma?
Volvió a preguntar la niña, yo la miré confundido.
- Es que… no sé quien es tu omma
- Claro que sí – ella debía de estar confundida – Ella es…
- ¡Sunny!
Gritó una voz que conocía a la perfección, una voz que no había escuchado hace tres años. Alcé la mirada y ahí estaba, con el rostro lleno de preocupación, con los ojos llorosos. No podía creerlo ¿Ya habían vuelto? ¿Cuándo volvieron? ¿Seguirían viviendo en la casa de al lado? ¿Cuántas cosas me estaba perdiendo?
- ¡Omma Teukie! – gritó la niña, corriendo hacia Leeteuk - ¡Lo encontré, lo encontré!



- Kyuhyun…
Fue lo único que dijo Leeteuk, mirándome con los ojos bien abiertos.
- Ahjumma…
Miré con sorpresa a quien en algún momento fue como una madre para mí. No podía creerlo, viendo a la niña abrazándola, llamándola omma ¿Era su hija? Imposible, Leeteuk debía de estar rondando los cincuenta y algo, igual que mi omma; era imposible que ella tuviera una hija tan pequeña, debía de tener tres años apenas ¿Era adoptada?
- ¡Lo encontré, omma Teukie, lo encontré!
- Sunny… debemos irnos
Se apresuró a decir la mujer, tomando la mano de la pequeña y mirándome con los ojos bien abiertos.
- Pero… yo me quiero quedar
- Kyuhyun… ¿Qué sucede? – Dongie apareció a mi lado, junto con Hangeng





– Señora Kim
- Omma Teukie, quiero quedarme
- ¡No, Sunny! – le regañó – Debemos irnos, no debiste irte así, todos están preocupados
- ¿Omma sabe que me fui?
Alcé la mirada, entonces Teukie no era la omma de esa niña.
- Sí… - Teukie no me quitaba los ojos de encima – Vamos Sunny
- ¡Espere! – ella se detuvo y me miró, se veía nerviosa - ¿Cómo… cómo está Sungmin?
- Ella…
- Debe de estar en la escuela EXO, ahí también es mi preescolar, pero no fui porque tengo un resfriado
Contestó la niña y yo sentí que el corazón se me aceleraba ¿Qué hacía Minnie en la escuela a la que fuimos cuando éramos niños? Miré a la niña, ella solo me miraba.
- Vámonos Sunny… - le volvió a pedir Teukie a la niña – Kyuhyun… - la miré – Si vas a hablar con Minnie, asegúrate de hacer bien las cosas
- Ahjumma…
- No te puedo decir mucho, no soy la que te lo debe de decir
- ¿Qué es lo que intenta decirme?
- Mi tía siempre dice que eres malo…
Volvió a decir la niña.
- ¡Sunny! – le volvió a regañar Teukie – Adiós…
- Espere… - Teukie hizo una venia y empezó a irse - ¡Espere! – la empecé a seguir, pero ella caminaba con la niña en brazos a paso veloz - ¡Ahjumma!
- ¡Mi tía dice que eres malo, pero yo no lo creo!
Gritó la niña, entremezclándose entre el gentío de la calle.
- ¿Tu tía? – sentí como si algo hubiera hecho click en mi cabeza, uniendo todas las piezas - ¡Espera! – salí del edificio de la MBC – ¡Ahjumma! – las personas se me quedaron viendo - ¡Sunny!



- ¡Kyuhyun! – gritó Dongie saliendo también del edificio - ¡¿Qué sucede?!
- Tengo que irme… - dije, empezando a temblar - ¡Haz mis maletas, me quiero regresar a China, no quiero estar aquí! – empecé a gritar y más personas se me quedaron viendo - ¡Cancela todo, no quiero hacer este drama! ¡Reúne mis cosas! ¡Manda a alguien a que me arregle todo! ¡Búscame otra casa! ¡Aún más lejos! ¡En la luna si es posible!
- ¿Qué está pasando? – preguntó Hangeng – Primero cálmate Kyuhyun…
- ¡No puedo! ¡No quiero! ¡Odio esto! ¡Quiero volver a mi casa! ¡Llévame a casa! ¡Traigan el auto y llévenme a casa!
- Hazlo ya Hangeng – le pidió Dongie – Te traeré agua
Los dos me dejaron y yo volví a entrar en el edificio. Entré en el baño y mojé mi rostro ¡Esto no podía ser cierto! ¡Debía de estar soñando! Quizá… quizá solo era mi imaginación, quizá no era cierto ¡Era imposible! ¿Pero y si sí lo era? ¿Qué debía de hacer? No me podía estar pasando esto, no ahora, no cuando mi fama estaba en lo más alto.
- ¿Qué sucede, Kyuhyun?
Preguntó Hangeng, entrando con una botella de agua.
- Esa niña…
- ¿Sunny?
- Ella…
- ¿Es idéntica a Sungmin?
- ¡Sí! – volví a lanzarme agua al rostro - ¡Es idéntica a Sungmin! ¡Y su omma estaba con esa niña! ¡Y creo que la tía que me odia es Heechul!
- ¿Qué estás diciendo Kyuhyun?
- Creo que… la omma de esa niña…
- No… no me jodas… no estarás diciendo que…



- Creo que su omma es Sungmin
- ¡La puta madre! – exclamó Hangeng, llevándose las manos – No me digas que…
- No lo sé… - contesté – Cuando terminamos, a los pocos meses ella se fue del país…
- Kyuhyun… tienes que buscar a Sungmin y aclarar esto. Siempre te he apoyado en todo lo relacionado con Sungmin, pero esto es distinto, si se descubre que tú… todos se vendrá abajo
- Sí… pero… - miré a Hangeng – Es que… ver a Sungmin…
- ¿Tú ya no sientes nada por ella, verdad?
- Obvio que ya no
Contesté con rapidez, volviendo a mojarme el rostro.
- ¿Entonces cuál es el problema?
- El problema es que… ¡Ah! ¡Tengo miedo! ¡Esto es muy serio y difícil! ¡¿Qué debo hacer?! ¿Mandarla lejos de nuevo? ¡No quiero eso!
- Calma… todo tiene una explicación
- Pues yo quiero la mía, y ya – golpeé el lavabo  y este retumbó, ahora me sentía muy enojado – No puedo creer que ella haya hecho algo así, no puedo creer que me lo haya ocultado
- También está la probabilidad de que no sea tuya…
Miré a Hangeng, sintiendo una presión en el pecho ¿Podía no ser mía? ¿Qué significaba aquello? Que Minnie podía estar ahora en una relación con otra persona, probablemente el padre de esa niña ¿Sería eso? Pero la niña decía que su omma aún me amaba, y suponiendo que su omma sea Sungmin ¿Eso quería decir que estuvo sola todo este tiempo? Lo cual quería decir que había mucha probabilidad de que esa niña si fuera… Las pruebas las tenía en frente, y todas embonaban de tal forma que no cabía duda alguna... ¿Y ahora qué podía hacer?
- Necesito encontrar a Sungmin – dije, saliendo del baño seguido por Hangeng – Iré a mi escuela, la niña dijo que ahí estaba su omma, y si estoy en lo correcto, obviamente será Sungmin
- ¿Y qué harás?
- Ir por respuestas
Contesté, estirando mi mano para que un taxi se detenga. Subí y me despedí de Hangeng con la mano. Miré por la ventana, solté un suspiro y cerré los ojos ¡No podía ser cierto! ¡Debía de haber otra explicación! Mis manos sudaban, mis piernas temblaban, me sentía como un animal que sabe que lo llevarán al matadero ¡¿Es que nada puede ser fácil para mí?! ¡Lo tengo todo! ¡Todo! No podía estar pasándome esto, debía de ser una broma, una de mal gusto. Pensé en el rostro de sorpresa de Leeteuk, sus ojos al no creerse que me estaba viendo, y sus palabras… ¿A qué se refería? ¿Qué cosa quería decir con “Hacer las cosas bien”? Desde que tengo uso de razón, los adultos siempre han actuado con misterio alrededor de mí ¡¿Por qué no pueden decir las cosas claras?!
- Escuela EXO
Anunció el taxista y yo miré la que una vez fue mi escuela. Pagué y salí del taxi, sintiendo que mi cuerpo era convertido en gelatina. Entré en la escuela, mirando a diestra y siniestra por si me la encontraba. No había nadie en los pasillos, por la hora debían de estar en clases, eso estaba bien por mí, pues no quería que las fans me vieran, o Henry.
Continué caminando por los pasillos, recordando mis días de escuela, recordando los buenos tiempos, y cómo es que no pude graduarme junto con mis amigos. Por algún lado mi hermano debía de estar estudiando, quizá también la niña rosa ¿Ellos se conocerían? ¿Henry sabía la verdad? ¿Eso era lo que él intentaba decirme, pero no podía? Eran muchas preguntas y cero respuestas, pero aquí estaba yo, aventurándome en lo que probablemente sería un pozo sin fondo de agonía y amargura.
Continué recorriendo la escuela, pensando en dónde podría estar Sungmin. Solo había un lugar en la escuela donde ella podía estar, y ese era el salón de música. Empecé a caminar hacia el salón, recordando cómo a Sungmin le encantaba pasar horas ahí, aunque no eran muchas porque la mayor parte del tiempo estaba enganchada a mi brazo izquierdo. Ahora ella trabajaba aquí, quizá era maestra, quizá enseñaba a música o algún idioma, eso siempre le gustó. Me detuve en el pasillo… ¿Minnie no quería, a caso, ser música profesional? ¿Qué hacía enseñando en una escuela?
Llegué al salón de música y me detuve con la mano en el picaporte. Podía oír música en su interior ¿Ella estaba ahí? ¿Componiendo? No, era algo que ya existía, lo reconocía ¿Qué hacía ahora? ¿Entraba? ¿Y si estaba ahí? ¿Qué haría? Yo ya no sentía nada por ella, así que no me debía de importar en lo absoluto más allá de mi imaginaria culpa.
Abrí la puerta y caminé unos pasos. Ahí, con una guitarra, dándome la espalda, estaba ella. Debía de ser ella, pues no creía que hubiera otra maestra que viniera a trabajar en un vestido rosa.



Ella dejó la guitarra a un lado, mi corazón comenzó a latir, entonces se giró…
- Kyuhyun…
- Sungmin…


***
- Y entonces pusieron tu nueva canción y yo dije: “¡Ese es mi appa!” – Minnie y yo reímos – Y varios niños me preguntaron qué se sentía tener un appa famoso
- ¿Y qué respondiste?
Pregunté curioso.
- ¡Que es divertidísimo! – exclamó Sunny, haciendo ademanes – Te quiero appa
- Yo también hija
Nos dimos un abrazo. Amaba a mi hija más que a nada en el mundo. Besé su frente y ella siguió comiendo, sonriente.
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ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO!!! COMENTEN!!!

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