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Capítulo 37
- ¡No me puedes dejar
con todo el alboroto!
Me rogó Sungmin, sosteniendo a Jessica contra su
pecho.
- Lo siento, es
importante, es una entrevista sobre mi nuevo álbum
- ¿Y yo que hago al
respecto? – preguntó Minnie con claro enojo - ¡¿Verte por la tele cuando me
sienta estresada?!
- ¡Es mi trabajo,
Sungmin, entiéndelo!
- ¡Lo entiendo!
- ¡Pues no parece!
- ¡Ah, me desesperas!
– gritó, saliendo de la habitación - ¡En lo que va de la semana, ni un solo día
has estado en casa!
- ¡No es mi culpa! –
grité, siguiéndola - ¡Es mi trabajo! ¡Demonios Sungmin, entiéndelo!
- ¡Lo que deberían
entender ustedes dos es que no son horas para gritar! – gritó una voz, era la
abuela Key, junto a la abuela Onew - ¡Necesito mi sueño de belleza!
- ¡Y yo quiero pollo
frito!
- Jinki… a veces creo
que tantos golpes ya te afectaron – la abuela Key negó con la cabeza - ¡Ahora
ustedes dos! – nos miró con severidad - ¡Cierren sus bocas o se las cierro!
- ¡Y déjennos dormir!
– exigió la abuela Onew – Pero primero hagan el pollo frito
- ¡Jinki! – gritó
abuela Key - ¡Concéntrate!
- ¡Pueden callarse
las dos! – pidió Henry, despeinado y con las mejillas infladas - ¡Yo también
tengo derecho a dormir!
- Las cosas no han
cambiado – dijo de pronto Minnie, empezando a calentar biberones - ¿Cómo es que
podremos ser una familia si a penas estás en casa?
***
- ¡¿Estás loco?! –
gritó Dongie, lanzándome el periódico - ¡¿Revelar así las cosas?!
Y ahí estaba, escrito en grandes letras negras: “La
Gran revelación de Cho Kyuhyun”. Un artículo dedicado a lo que acababa
hacer por internet, revelar que Sunny era mi hija. Había sido simple, lo único
que hice fue tomarme una foto con Sunny y subirla a twitter con el estado: “Mi
hija se parece mucho a mí”. Entonces twitter colapsó, y eso había sido
apenas ayer.
Sentía miedo, obvio ¿Por qué? Porque mi vida era
un caos: No tenía privacidad y nunca me dejaban en paz, estaba sometiendo a mi
hija a ese mundo; y por otra parte estaba Sungmin… a ella le tenía más miedo,
pero sobre todo… tenía miedo de lo que le pudieran hacer.
- Ya lo hice y no hay
marcha atrás – dije, levantándome – Me voy
- ¡No, no te irás! –
Dongie me tomó del brazo y me hizo girarme, él me miraba con enojo - ¡Ahora
mimos entrarás a twitter y pondrás algo que te desvincule de ese engendro!
- ¡No llames a mi
hija así! – grité, empujándolo - ¡No lo haré! ¡Estoy harto de que me mandes a
hacer cosas que no me dejan dormir después! ¡Me alejaste de la mujer que amo y
ahora me impides ser el padre de mi hija! ¡Estoy harto! ¡Me cansé! ¡Te escuché
fielmente todos estos años, creyendo que lo que me dices es lo correcto! ¡Ya no
más! ¡Se acabó! Yo… - miré fijamente a mi manager – Te despido…
- ¿Qué? – Dongie
soltó una sonrisa burlona - ¿Y quién será tu nuevo representante? No creo que
nadie quiera la batuta ahora que todo lo has arruinado, y si pasa algo malo con
esa niña, no dudes que el gran jefe te despedirá personalmente
- Hangeng será mi
nuevo manager – el susodicho me miró con los ojos bien abiertos, señalándose a
sí mismo – Es mejor que tú en todo sentido
- Está loco Cho, ya
quiero verte caer y así reírme de tu desgracia
- ¡Vete antes de que
te acuse y revele todo lo que me has hecho hacer!
- Adelante, hazlo,
eso solo empeorará tu situación: De un mal hombre a uno que no tiene
personalidad ni voz
Eso fue suficiente, había colmado mi paciencia y
mi puño se estampó con su quijada. Dongie no respondió, solo salió del estudio
de grabación con la boca ensangrentada y unos dientes caídos ¿Yo había hecho
eso? Sí… ¿Y ahora qué? Solo me faltaba enfrentarme a una persona.
- ¿Estás seguro de tu
decisión?
- Tan seguro como que
el sol no sale de noche
Contesté, mirando a un Hangeng sonriente.
- Te deseo lo mejor,
Kyuhyun…
Mi teléfono comenzó a sonar, era Sungmin.
Hangeng y yo nos miramos con nerviosismo. Mi mano comenzó a temblar, respiré
hondo y contesté:
- ¿Puedes venir? –
preguntó con voz calma, tan calma que me dio aún más miedo – Tengo que hablar
contigo
- Sí… allá voy
Colgó y yo miré mi teléfono, luego a Hangeng.
- ¿Qué te dijo?
- Que vaya a su casa
– me levanté y me coloqué la chaqueta – Tengo veintidós años y nunca he sido un
verdadero hombre, es hora de serlo
- Que la fuerza te
acompañe
Sonreí por el comentario de mi nuevo manager, me
daba esperanzas. Subí a mi auto y conduje hacia la casa de Sungmin. En verdad
debió de ser un golpe la noticia si la semana pasada lo estaba negando todo
¡Pero es que no podía seguir así! ¡No podía! No quería volver a pasar lo mismo.
Perdí a Minnie, no iba a perder a mi hija. Llegué al edificio donde Minnie
vivía, tragué mi saliva y entonces subí por el ascensor. Caminé por el pasillo
y llegué al departamento, la puerta ya estaba abierta.
- Hola… - saludé con
timidez, Minnie solo me miró; ella llevaba un vaso con agua y unas pastillas y
se dirigía a la habitación de Sunny, quien de nuevo estaba enferma - ¿Cómo
sigue Sunny?
- La fiebre ha vuelto
– contestó Sungmin – Creo que ahora sí te haré caso y la llevaré al hospital
- Eso sería lo mejor…
- Sí, pero ahora me da
miedo sacarla de la casa – me fulminó con la mirada e ingresó en la habitación
de nuestra hija - ¿Cómo te sientes, mi amor?
- Cansada…
Contestó la pequeña, con los ojos cerrados
- Toma…
Minnie le entregó las medicinas y Sunny las
tomó, poniendo cara de asco al tragarlas.
- Appa… - la voz de
Sunny se escuchaba débil - ¿Te quedarás todo el día conmigo?
- Sí, preciosa, lo
haré
- Ven conmigo –
Sungmin tomó mi mano y me llevó a otra habitación, al parecer era la suya -
¿Por qué lo hiciste?
- Yo…
- ¡Lo único que pedí
fue que tuvieras cuidado! – gritó - ¡Es una niña de tres años! ¡¿En qué
demonios pensabas?! ¡¿Sabes lo que están diciendo de ella en las noticias?!
¡Que es una bastarda! ¡Mi hija no es eso!
- Minnie… cálmate…
- ¡¿Por qué lo
hiciste?! ¡Si la mantuve lejos de ti es porque no quiero que viva rodeada de la
locura que es tu vida!
- Minnie…
- ¡Eres un
irresponsable, mal padre, y no piensas en las consecuencias! ¡¿Qué pasará ahora
con la vida tranquila que ella llevaba?! ¡¿Qué pasará con tu carrera?! ¡¿Es que
eres idiota?! ¡¿En qué pensabas?!
- ¡En ti! – grité –
Pensaba en ti… - me acerqué y la tomé de los hombros – No quiero perderte, solo
te demuestro que soy valiente… - la miré – Que no me da miedo desechar a “Cho Kyuhyun” si de esta forma te puedo
recuperar
- Ya te dije que
entre tú y yo no hay nada, ya no queda nada
- ¡No, eso no es así!
- ¡Así son las cosa,
es lo que provocaste!
- ¡Sungmin, mírame! –
le ordené, apretando más sus hombros - ¡Mírame!
- ¡Me estás haciendo
daño!
- ¡Tú aún me amas! –
ella me miró con los ojos bien abiertos – Tú aún me amas… yo lo sé
- ¿Ahora lees mentes?
– Minnie se zafó de mi agarre – No debiste volver a Corea – me miró con ojos
vidriosos – Nuestras vidas estaban bien sin ti
- Tarde o temprano lo
iba a averiguar ¡Sungmin! – tomé su mano - ¿No lo ves? No podemos estar lejos,
no podemos estar separados, yo… yo no puedo estarlo de ti
- Pero te fuiste tres
años…
- Y eso no significa
que haya dejado de amarte – tomé su barbilla – Minnie, si me fui es porque tú
te fuiste
- Lo hice porque me
desechaste por la fama – los ojos de Minnie comenzaron a derramar lágrimas – Y
no quería que mi hija fuera un obstáculo para ti
- Nuestra hija,
Sungmin, Sunny es nuestra hija – Minnie volvió a quitarse de mi agarre – Y sé
lo que hice, y no quiero seguir cometiendo más errores
Volví a tomar su barbilla y me acerqué
lentamente a ella, pero entonces se alejó…
- No… no puedo… -
dijo, abriendo la puerta del departamento – Lo siento… pero lo arruinaste… tú
lo hiciste y ahora debes de atenerte a las consecuencias… - Minnie se dio media
vuelta - ¡Kyuhyun!
- ¡¿Qué pasó?!
Entré en la casa y ahí, en medio de la sala,
estaba Sunny, pálida, en el suelo, con los ojos cerrados y la respiración
entrecortada. La tomé en brazos y salí con Minnie, quien lloraba, y corrimos
escaleras abajo hacia mi auto. Puse en marcha el auto y partimos al hospital,
sintiéndome nervioso, asustado, temeroso…
- Sunny… - lloraba
Minnie, abrazando a Sunny – Hijita por favor, despierta – apreté el volante y
pisé el acelerador - ¡Kyuhyun, no está respirando!
- ¡Ya estamos cerca!
- ¡Kyuhyun!
Gritó Minnie y me giré a ver, Sunny parecía una
muñeca de porcelana, sin vida…
***
- Omma… - Sunny
caminó tambaleante hacia nosotros – Omma…
- ¿Qué pasa hija?
Sunny se colocó a la altura de Sunny y le tocó
la frente.
- Tienes fiebre…
Minnie me miró. Ella no lo recordaba aún, lo
sabía pero no lo recordaba. Que Sunny tenga fiebre era normal para Minnie, para
mí eran malos recuerdos, recuerdos que a mí también me gustaría olvidar. Sunny
se tambaleó y dejó caer la cabeza en el hombro de Minnie, quien me miraba
asustada.
- ¿Qué pasa Sunny?
Pregunté.
- No me siento… -
Sunny respiró hondo – No me… no me… - se separó de Minnie y me miró, se veía
pálida – No me siento bien…
- ¡Kyu!
Gritó Minnie, sosteniendo el cuerpo de Sunny.
- ¡Oh Dios mío!
Gritó la abuela Key.
- ¡Sunny!
Final de
Temporada
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LA PRÓXIMA TEMPORADA ES LA ÚLTIMA, NOS ACERCAMOS A LA RECTA FINAL. MUCHAS GRACIAS A LOS QUE ME ACOMPAÑARON EN ESTE PEQUEÑO Y DIFÍCIL PROYECTO AL QUE LLAMÉ FANFIC. MUCHAS GRACIAS A TODOS!!!! Y NO SE OLVIDEN DE PASAR POR MI OTRA NOVELA "ÁRBOL DE LA VIDA (EXO)"
LA PRÓXIMA TEMPORADA ES LA ÚLTIMA, NOS ACERCAMOS A LA RECTA FINAL. MUCHAS GRACIAS A LOS QUE ME ACOMPAÑARON EN ESTE PEQUEÑO Y DIFÍCIL PROYECTO AL QUE LLAMÉ FANFIC. MUCHAS GRACIAS A TODOS!!!! Y NO SE OLVIDEN DE PASAR POR MI OTRA NOVELA "ÁRBOL DE LA VIDA (EXO)"
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