sábado, 11 de octubre de 2014

WTF! Soy una Princesa! (Super Junior) - 33

SEGUNDA TEMPORADA
000000000000000000000000000000000


Capítulo 33



- Y antes de… - el rey tomó un poco de aire – Inaugurar oficialmente el Hospital Infantil de Santa María – el rey se acomodó en su silla de ruedas – Mi hijo, el príncipe Donghae, quiere decir unas palabras
Donghae se levantó de su silla y se acomodó en el podio. Alcé el volumen, mis amigos y  yo estábamos en mi habitación, viendo todo desde el palacio. Mi corazón latía con fuerza, tenía miedo. Sabía que mi tía y Jin Kyong estarían viendo la televisión, lo sabía, pues era el primer discurso en público que Donghae daría ¿Cómo se tomarían la noticia?
- Miembros del parlamento, senadores, pueblo de Corea – saludó él – Debido a las circunstancias con respecto a la salud de mi padre, y como es mi derecho y deseo de mi padre, ascenderé al trono como el próximo rey de Corea del Sur – todos aplaudieron – Como la ley dicta, al no tener los veinticinco aún cumplidos, hago el anuncio de que me casaré con mi novia, Kim Min Jee
En la pantalla se escuchó un “¡Oh!” Mis amigos me felicitaron y yo sentí que el corazón me latía con mayor velocidad. No podía dejar de pensar en si mi tía veía la televisión. Me preocupaba demasiado el hecho de no poder llegar a ser feliz con Donghae por culpa de mi tía o Jin Kyong. Ambas estaban desquiciadas, podían hacer de todo.
- Quita esa cara, Donghae no permitirá que la loca de tu tía te toque
Dijo Sun, abrazándome.
- Ahora sin más, queda oficialmente inaugurado el Hospital Infantil de Santa María
Todos aplaudieron. Mi teléfono comenzó a sonar era Kangin, le colgué al instante. De nuevo sonó mi teléfono, era Taeyeon. Una sensación de nostalgia me invadió, hacía mucho que no hablaba con mis amigas de Mokpo, parecía que ellas hubieran quedado atrás, en otra vida.
- ¡Te casarás con el príncipe heredero!
Gritó con emoción.
- Eso parece
- ¡¿Cuándo será la boda?!
Esa era la voz de Yuri.
- ¡¿Quién diseñará tu vestido?!
Dijo Taeyeon.
- No lo sé
Contesté, sintiéndome rara al hacerlo. Era extraño para mí hablar de bodas y príncipes, parecía un sueño.
- Eres la persona más afortunada sobre la faz de la tierra
Dijo Sooyoung.
- Serás la reina de una potencia mundial
Dijo una voz masculina.
- ¡Minho!
Me sentía feliz de oír a mis viejos amigos. Conversamos unos minutos más, haciéndome prometer que los invitaría a la boda. Dejé mi teléfono a un lado y continuamos viendo la ceremonia de inauguración del nuevo hospital infantil. En eso entró la nana con Leeteuk y se me acercaron.
- Señorita Kim – dijo Leeteuk – Como una orden del príncipe, empezará con su educación a partir de mañana
- ¿Qué? – pregunté sin entender - ¿Qué educación?
- Tiene que aprender los protocolos para la boda, los protocolos reales, ceremoniales y el protocolo para la coronación – al oír esa palabra sentí que el corazón se me detenía – Además de los siguientes temas: Historia, Geografía, Español, Francés, Chino, y Japonés – pestañé ¿En verdad esperaban que aprendiera todo eso hasta diciembre? ¿O hasta que el rey muriera? – Y deberá de aprender Arquería, Equitación, Cricket, Música y Danzas Clásicas
- ¿Esto es en serio?
- Muy en serio – contestó Sun – Tienes que dominar todo esto Min Jee – como siempre, Sun me iba a dar una lección – Dejarás de ser una simple muchacha y pasarás a ser la princesa heredera tan pronto como digas tus votos matrimoniales ¿Entiendes eso?
- Pero sin presiones
Bromeó Hyuk, pero yo no me sentí mejor. Ser reina solo era una consecuencia de estar con Donghae; lo que yo quería era poder vivir el resto de mi vida con él, porque lo amaba, y si tener que ser reina era requisito para ello, pues entonces lo afrontaría. Sin embargo no dejaba de darme miedo ese tema ¿Podría llegar a ser buena reina?
- Son las diez de la mañana – dijo Kyuhyun, mirando su teléfono - ¿Vamos a la piscina?
Todos asentimos y nos cambiamos. El sol brillaba, era un día excelente para pasarla en la piscina. Los chicos jugaban en el agua y mis amigas y yo tomábamos el sol. Me encantaba la sensación de calor sobre mi piel, era relajante. En momentos así, donde estaba tan relajada, es que no sentía miedo.
- ¿Quién dijo que estar aquí iba a ser como estar en un palacio?
Preguntó Yang Mi, echándose más bloqueador.
- No me acuerdo – contesté riendo – Pero qué esperabas, es un palacio
- Es solo mi humilde casa
Dijo Sun y Yang la miró con extrañeza.
- ¿Qué tiene de humilde?
Preguntó riendo.
- En que siempre pintamos del mimo color
Todos reímos. Me estaba empezando a acostumbrar a esta eterna felicidad, y eso me preocupaba, pues sabía que tarde o temprano, todo eso acabaría. Mi tía no iba a detenerse, sabía que no podría ser feliz con Donghae hasta que ella no estuviera. Sin embargo, no podía matarla o hacerle algo malo, no sería capaz de hacerle daño a ella o a Jin, porque al fin y al cabo, quisiera o no, era mi familia.
  - Señorita Kim – Leeteuk volvió a aparecer – El príncipe Donghae ha llegado, solicita su presencia
Miré a mis amigas y me cubrí las piernas con mi pareo azul. Seguí a Leeteuk dentro del palacio, él me llevó a una pequeña sala donde había muchos cuadros de familias, debía de suponer que eran las distintas familias reales alrededor de los tiempos. Donghae estaba sentado en un sillón y me sonrió al verme, yo me sonrojé pues solo llevaba puesto un bikini blanco.
- Hola
Me saludó.
- Si me disculpan, me retiraré
Leeteuk hizo una reverencia y se fue, cerrando la puerta.
- Te vi en la televisión
Dije y él sonrió.
- ¿No te parece divertido todo esto? – me preguntó y yo lo miré sin entender – Me refiero… - me miró y me invitó a sentarme a su lado. Obedecí y él me rodeó con sus brazos – Antes tú no podías verme ni en pintura – reí – Y yo te odiaba con todo el alma – lo miré – Y ahora no te quiero soltar nunca
- Bueno… ya sabes lo que dicen: Del odio al amor hay un solo paso
Él soltó una risita.
  -  Supongo que sí
Me dio un beso y yo sonreí.





 Él miró al suelo, se veía triste, eso me pareció extraño. Siempre pensé que oficializar una relación era motivo de alegrarse, pero él no lucía tan alegre como yo lucía.
- ¿Pasa algo?
Me arriesgué a preguntar, él solo sonrió de lado.
- Temo que te enojes
Me contestó, apretándome más contra sí.
- ¿Por qué? – pregunté, sintiendo el miedo nacer en mí - ¿Te estás arrepintiendo?
- ¿Bromeas? – ahora me miraba con enojo – Min Jee… ¿No te queda claro cuánto te amo? – me encogí de hombros – Te amo mucho mi Ratona – me miró a los ojos, sus ojos rasgados brillaban – No puedo esperar a la boda, para así poder estar siempre con mi Ratona
- ¿Entonces por qué tienes esa cara?
Pregunté.
- Es que… - Donghae rió con nerviosismo, era algo que no quería decirme o temía decirme – Con el viaje a América, el anuncio de nuestra boda, y todo lo demás… - me miró a los ojos – No he podido hacer mi “Viaje de Verano con Jin”
- ¿Qué?
Pregunté, esperando que no notara mi disconformidad.
- Cada año… - Donghae sonrió mucho de pronto – En verano, nos vamos a alguna parte del mundo que ella quiera ir. Siempre escoge los mejores lugares, yo siempre me encargaba de los preparativos, o más dicho, Leeteuk lo hacía – él rió – Lo hacemos desde que teníamos ocho años, íbamos con mi madre y mi padre. Una semana entera compartiendo la misma habitación, jugando, paseando, divirtiéndonos




- ¿Dormían en la misma habitación?
- Sí – contestó él riendo – Es muy divertido dormir con tu mejor amiga, sobre todo si ama las películas infantiles
- ¿Te gustan las películas infantiles? – pregunté sorprendida - ¿Hasta cuándo compartieron habitación?
- Hasta el año pasado – contesté y yo sentí como si me hubieran pateado en el estómago – Una vez fuimos a Francia, otra vez fuimos a Nigeria, fuimos a Perú, a Canadá, Brasil, a todo el mundo – sentí un aguijón clavarse en mi pecho – Era lo que más esperaba del verano, esa semana con Jin. Han sido diez viajes, nunca hemos obviado un verano, ni cuando mi madre murió. Ella insistió en que lo hiciéramos, que sería un buen cambio para mí, el salir de casa – la sonrisa en el rostro de Donghae no se iba, y me dolía pues hablaba de Jin – Ella puede ser muy molesta a veces, pero es mi mejor amiga y la…
- ¿La…?
Pregunté, mirándolo fijamente y separándome de él.
- La forma en la que te amo a ti no es la misma forma en la que amo a Jin


Al oír aquellas palabras sentí que mi mundo se desmoronaba ¿Y si mi tía y Jin tenían razón después de todo? ¿Y si Donghae amaba a Jin más de lo que decía o aparentaba? Tal vez sí era verdad que él sentía algo por Jin, lo podía notar en cada una de sus palabras o expresiones. Tal vez él siempre estuvo enamorado de ella, pero no lo podía admitir y lo ocultó en la duradera amistad que ellos tenían. Si eso fuera verdad… ¿Qué era yo en esta telenovela? Recordé las palabras de mi tía ¿Y si tenía razón? ¿Si yo no hubiera aparecido, él estaría ahora comprometido con Jin? Pero yo era la que estaba comprometida con él ¿Por qué? ¿Qué había hecho para enamorarlo? Yo no lo conocía en lo absoluto, solo sabía su color favorito, su comida favorita, su miedo a los fantasmas, la aversión al rosado, pero no sabía más allá de eso ¿Cuáles eran sus sueños? ¿Cuáles eran sus metas, además de ser rey? ¿Qué le gustaba hacer, que no? Todo eso lo sabía Jin Kyong, no yo.
- Deberías ir a ese viaje, llamarla y decirle que irán a su “Viaje de Verano”
- ¿No te molestará? – me preguntó y yo negué – Vamos a ir solo los dos ¿Sabes eso?
- Lo suponía
Fue lo único que dije. Él sonrió y yo miré al suelo. Sus brazos me rodearon y me volvió a estrechar contra sí.
- Me encanta que, aunque te molesta mucho, no dices nada – lo miré a los ojos, él sí me conocía bien – No lo hagas, si te molesta dímelo – me pidió – Somos una pareja, debemos de comprendernos
- ¿No irás entonces?
Pregunté y él negó con la cabeza.
- Quiero pasar el resto de mi verano con mi linda novia – me dio un beso corto en los labios



Además, apenas hoy he anunciado el compromiso, no me pueden ver con otra chica
- Supongo…
Nos volvimos a besar, pero la sensación no se me iba, las dudas no se me iban ¿Y si todo era una mentira? ¿Qué haría si todo fuera una mentira? No lo iba a poder soportar, de eso estaba segura, iba a ser demasiado para mí ¿Es que no podía ser feliz?
- Sabes… Leeteuk me informó que una editorial quiere que hagas prácticas ahí
- ¿Cuál?
Pregunté emocionada.
- Esa que publicó los libros de “Crepúsculo”
- ¡¿En serio?!
Pregunté y él asintió.
- Cuando comiencen las clases podrás empezar a hacer prácticas ahí
- Siempre fue mi sueño – me recosté en su pecho y él me abrazó más – Quisiera titularme ya para poder trabajar ahí
- Falta poco para el comienzo de clases
Me recordó y yo sonreí.
- Además de ser tu esposa, me gustaría poder hacer algo por mí misma, y eso es lo que quiero hacer
- Eres una chica decidida, si lo quieres lo harás
- Eso espero
- Vamos a otra parte
Me pidió y yo asentí. Aún sentía esa sensación de duda en mi interior, no podía dejar de pensar en ello. Entramos en la habitación de Hae y cerramos la puerta. No quería que nadie estropeara mi felicidad, quería ser feliz con él, solo eso, no quería que todo fuera una ilusión, esperaba que no fuera una ilusión.
- Te amo
Susurró en mi oído y yo, por primera vez, no le respondí. No podía decírselo, porque sentiría el corazón entrujándoseme, no quería que él supiera que sus palabras me habían afectado. Él me abrazó fuertemente y recostó su cabeza en mi pecho, sonriendo.
La cena llegó y nosotros salimos de su habitación. En el comedor nuestros amigos nos dedicaron sonrisas pícaras, lo cual hizo que me sonrojara a más no poder. Como siempre la cena fue suculenta. Después de la cena nos fuimos al cine del sótano, vimos una película de terror.
No podía dejar de pensar en mi prima y él, juntos. Siempre creí que ella y mi tía estaban locas, pero ahora había una mínima, o tal vez máxima, posibilidad de que no lo estuvieran. Miré a Donghae, incluso con piyama se veía atractivo; no iba a permitir que me quitaran la felicidad, después de todo, era yo la que se iba a casar con él, no Jin. Donghae y yo nos dormimos abrazados


Las semanas siguieron pasando y cada uno estaba pensando en el regreso a la universidad. Iba a ser un muy buen semestre, ya sin rumores sobre mí, ya sin miradas de desprecio, sin tener que ocultarme, ahora podría andar de la mano con él sin preocupación, besarlo sin miedo, podríamos ser una pareja universitaria normal. No podía esperar a que el primer día de clases comience.
- Va a ser raro
Dijo Yang mientras desayunábamos en el jardín.
- ¿Por qué?
Preguntó Kyuhyun, pasando su brazo alrededor de sus hombros.
- Después de tan fabulosas vacaciones – nos miró a todos – Volveremos a la vida normal
- A mí me gustó pasar el verano con ustedes
Admitió Hae, rodeándome la cintura con sus brazos.
- No, te gustó pasar el verano con Min – dijo Kyu sonriente – Nosotros estamos aquí por ser amigos de ella
Todos reímos excepto Donghae.
- Era una broma
Susurré en su oído y él también rió.
- Juguemos voleibol
Propuso Sun.
- Yo tengo clase de chino y después tengo geografía
Les recordé.
- ¿No puedes posponerlo?
- No – contesté – Me gustan mis clases
- Olvidé que hablaba contigo
Dijo Sun y todos rieron, yo solo me crucé de brazos.
- Es una broma
Me susurró Hae y yo le saqué la lengua.
- Bueno, mientras Min se va a estudiar para ser princesa, nosotros nos iremos a divertirnos
Dijo Hyuk y todos se fueron de la mesa, dejándome a solas con Donghae.
- ¿Quieres que vaya a tu clase contigo?
Preguntó.
- ¿Ya olvidaste lo que pasó la última vez?
Pregunté y él rió.
- No es mi culpa, fue tuya – se defendió él – Estabas muy sexy con ese vestido
- Estaba en plena clase de Español y a ti se te ocurre querer besarme como si la vida se te fuera en ello
- Eres mi novia, me gusta besarte
Me sonrojé al oír eso.
- Se me hace tarde, ve con los demás
Le pedí, tomando mis cosas.
- Extrañaba a esa Min Jee
- ¿Cuál?
Pregunté curiosa.
- A la Min Rata de biblioteca
Reí y le di un zape. Él se fue y yo volví a entrar en el palacio. Leeteuk me llevó donde mi profesora Yu Jing Hua me esperaba. Aprender chino era un poco difícil, pero intentaba dar todo de mí, no había materia en la que no fuera buena al fin y al cabo.
- Ni hao
Me saludó la profesora Hua.
- Ni jau
Saludé, haciendo una reverencia.
- Hoy velemosflases para la hora de complar en un melcado
Asentí. La profesora Hua me mostraba un cartel con las frases, me decía la pronunciación y luego me hacia escribirlos. Luego me daba frases sencillas y me pedía que las tradujera, era muy entretenido. Íbamos a finalizar ya la clase cuando mi teléfono empezó a sonar, era un número desconocido, así que dudé en si contestar o no. Volvió a sonar dos veces más y esta vez sí contesté.
- ¿Hola?
Pregunté.
- ¿Con la señorita Kim Min Jee?
Preguntó una voz femenina.
- Soy yo
Contesté, sintiendo miedo.
- Buenos días, llamo de parte de la Royal University of Corea – me sorprendí al oír eso – Usted tiene una deuda pendiente con la universidad – me informó y yo abrí mucho los ojos, eso era imposible, mi tío me había estado pagando la universidad desde el lugar en el que se suponía que estaba – Y con el inicio de clases tan próximo, le pedimos que regule su situación o no podrá seguir estudiando
- De acuerdo
Colgaron ¿Era una broma? No podía ser verdad, debía de ser una trampa o algo. Era imposible que no pueda continuar en la universidad, tenía que volver con mis amigos ¿Qué haría? ¿De dónde sacaba el dinero ahora? ¿Por qué no habían pagado mi universidad?
Estaba furiosa, pues solo había una respuesta a todo esto: Mi tía. Ella debía de saber que era imposible para los príncipes ayudarme, ahora intentaba arruinarme a toda costa. No se lo iba a permitir, no se iba a meter con mi futuro. Podía golpearme, amenazarme, matar a alguno de mis seres queridos, pero no se iba a meter con mi futuro, no se lo iba a permitir. Oficialmente, le declaraba la guerra a mi tía.

0000000000000000000000000000000000000000

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO ESTE PRIMER CAPÍTULO DE LA SEGUNDA TEMPORADA :)

miércoles, 8 de octubre de 2014

PRÓXIMAMENTE: No Quiero que me Olvides


- Despierta… por favor
Le pedía al cuerpo de Sungmin. Tan bella, tan frágil, sin consciencia, sin poder sentir que estaba a su lado, amándola, sufriendo por ella. Acariciaba su mano, pero ella no daba señales de poder sentirme. En tres meses no había dado señales de que estuviera cerca a despertar.
000000000000000000000000000

Siempre me imaginé a Minnie siendo omma. Me la imaginaba a ella, dándoles el pecho a nuestros bebés, haciéndole aegyos y mimándolo como solo ella sabía hacer. No me quería volver a perder esa etapa, la de los pañales y las noches en vela. Pero no se iba a poder; tal como me habían explicado, no había garantía alguna de que ella pudiera despertar o que el embarazo se pudiera completar.
Era una noticia trágica tras otra ¿Cuándo acabaría? Quería abrir los ojos y darme cuenta de que todo era un sueño, pero no, era la realidad. Mi realidad era que la mujer que amaba estaba en coma, con mi hijo no nato intentando sobrevivir dentro de ella.
00000000000000000000000000000000000

Por un instante me odié de nuevo. Mi fama nuevamente había abierto una brecha entre los dos. Primero fue cuando éramos adolescentes, y ahora esto. Habíamos peleado por una estupidez que cometí, ella se fue y tuvo un accidente. Aunque dijeran que era un hecho fortuito, yo me sentía como el culpable de todo.
0000000000000000000000000000000000000

- ¿Está todo bien?
Preguntó Shindong, mi ingeniero. No me había dado cuenta de que había dejado de cantar. Hangeng y Shindong me miraban con preocupación, yo solo me quité los audífonos y salí de la cabina.
- Iré a caminar… - Hangeng asintió – Lo siento, continuaremos esto después
Salí de la SM y fui hacia el parque más cercano. Miré mi reloj, aún era muy temprano para ir al hospital. Miré el parque y sentí una extraña sensación, era el parque donde conocí a Sungmin, hace dieciocho años…

***
Yo no es que fuera antisocial, tenía cuatro años y dudo mucho que un niño de esa edad sea antisocial, a menos que sufra de algún problema. Pero prefería quedarme en casa jugando con mis videojuegos. Me fascinaba mi Nintendo, cuatro años y ya tenía todo Mario Bros completo sin haber perdido ni una sola vez, era excelente.
0000000000000000000000000000000

La miré con detenimiento, usaba un vestido rosado con conejos, en su cabello tenía un broche con un muñeco de conejo, sus zapatos blancos tenían conejos y ella parecía un conejo, tierno e indefenso.
00000000000000000000000000000

  - Ese niño dice que soy un conejo…
- ¡Ey! – la temible niña me miró con mirada severa - ¡¿Por qué tratas mal a mi hermana?!
- ¡Heechul! – volteé, ahí venia corriendo mi hermano - ¿Kyuhyun?
- Con que aquí estabas…
Me crucé de brazos y lo miré con severidad.
- Siwi… ¿Conoces a este niño?
Le preguntó la Chula.
- Sí… - Siwon me miró, después me recriminaría en casa el causarle problemas con su “novia” – Es mi dongsaeng
- Pues él está tratando mal a Sungmin
Acusó la chica.
- ¿Por qué estás tratando mal a Minnie?
Miré a la niña conejo y bufé; todo esto fue por una niña color rosado.
000000000000000000000000000

- ¡Sungmin!
Gritó una voz masculina y yo detuve el columpio.
- Kangin, deja a Minnie con su nuevo amigo
Le ordenó una mujer delgada al hombre que se veía temible.
- ¡Pero es un niño!
- Kangin…
La mujer miró con severidad al hombre y este se encogió.
- De acuerdo amor, solo cinco minutos más
00000000000000000000000

Sentí que la sangre se me iba al rostro ¿Podía ella ser más irritante? Y así se le veía tierna ¡Pero era un conejo irritante!
- ¡Minnie! – llamó su omma – Ya vámonos
- Adiós Kyuhyun
Se despidió ella, agitando su manito.
- Adiós conejo
- Sungmin – me corrigió – No olvides mi nombre, me llamo Sungmin


***
Nuca olvidé su nombre, no me dejó olvidármelo a decir verdad. Aquel día la conocí. Siendo un niño, su ternura y dulzura me irritaban, pero con el tiempo fue diferente.
00000000000000000000000

ESPERO QUE LES GUSTE!!!!

lunes, 6 de octubre de 2014

WTF! Soy una princes! (Super Junior) - Adelanto de la Segunda Temporada

Adelanto de la segunda temporada



- Y antes de… - el rey tomó un poco de aire – Inaugurar oficialmente el Hospital Infantil de Santa María – el rey se acomodó en su silla de ruedas – Mi hijo, el príncipe Donghae, quiere decir unas palabras
0000000000000000000000000000000000

- ¡Te casarás con el príncipe heredero!
Gritó con emoción.
- Eso parece
- ¡¿Cuándo será la boda?!
Esa era la voz de Yuri.
- ¡¿Quién diseñará tu vestido?!
Dijo Taeyeon.
- No lo sé
Contesté, sintiéndome rara al hacerlo. Era extraño para mí hablar de bodas y príncipes, parecía un sueño.
- Eres la persona más afortunada sobre la faz de la tierra
Dijo Sooyoung.
- Serás la reina de una potencia mundial
000000000000000000000000

- ¿No te parece divertido todo esto? – me preguntó y yo lo miré sin entender – Me refiero… - me miró y me invitó a sentarme a su lado. Obedecí y él me rodeó con sus brazos – Antes tú no podías verme ni en pintura – reí – Y yo te odiaba con todo el alma – lo miré – Y ahora no te quiero soltar nunca
- Bueno… ya sabes lo que dicen: Del odio al amor hay un solo paso
Él soltó una risita.
000000000000000000000000000

- Cada año… - Donghae sonrió mucho de pronto – En verano, nos vamos a alguna parte del mundo que ella quiera ir. Siempre escoge los mejores lugares, yo siempre me encargaba de los preparativos, o más dicho, Leeteuk lo hacía – él rió – Lo hacemos desde que teníamos ocho años, íbamos con mi madre y mi padre. Una semana entera compartiendo la misma habitación, jugando, paseando, divirtiéndonos
- ¿Dormían en la misma habitación?
- Sí – contestó él riendo – Es muy divertido dormir con tu mejor amiga, sobre todo si ama las películas infantiles
- ¿Te gustan las películas infantiles? – pregunté sorprendida - ¿Hasta cuándo compartieron habitación?
- Hasta el año pasado – contesté y yo sentí como si me hubieran pateado en el estómago – Una vez fuimos a Francia, otra vez fuimos a Nigeria, fuimos a Perú, a Canadá, Brasil, a todo el mundo – sentí un aguijón clavarse en mi pecho – Era lo que más esperaba del verano, esa semana con Jin. Han sido diez viajes, nunca hemos obviado un verano, ni cuando mi madre murió. Ella insistió en que lo hiciéramos, que sería un buen cambio para mí, el salir de casa – la sonrisa en el rostro de Donghae no se iba, y me dolía pues hablaba de Jin – Ella puede ser muy molesta a veces, pero es mi mejor amiga y la…
- ¿La…?
000000000000000000000000000000000000

No podía dejar de pensar en mi prima y él, juntos. Siempre creí que ella y mi tía estaban locas, pero ahora había una mínima, o tal vez máxima, posibilidad de que no lo estuvieran. Miré a Donghae, incluso con piyama se veía atractivo; no iba a permitir que me quitaran la felicidad, después de todo, era yo la que se iba a casar con él, no Jin. Donghae y yo nos dormimos abrazados
000000000000000000000000000000

- ¿Quieres que vaya a tu clase contigo?
Preguntó.
- ¿Ya olvidaste lo que pasó la última vez?
Pregunté y él rió.
- No es mi culpa, fue tuya – se defendió él – Estabas muy sexy con ese vestido
- Estaba en plena clase de Español y a ti se te ocurre querer besarme como si la vida se te fuera en ello
- Eres mi novia, me gusta besarte
0000000000000000000000000

Estaba furiosa, pues solo había una respuesta a todo esto: Mi tía. Ella debía de saber que era imposible para los príncipes ayudarme, ahora intentaba arruinarme a toda costa. No se lo iba a permitir, no se iba a meter con mi futuro. Podía golpearme, amenazarme, matar a alguno de mis seres queridos, pero no se iba a meter con mi futuro, no se lo iba a permitir. Oficialmente, le declaraba la guerra a mi tía.


domingo, 5 de octubre de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) -Final de temporada

Capítulo 32




***
Habíamos llegado a la misma hora que partimos de América, del mismo día. Fuimos directo a las habitaciones y nos dormimos. El desayuno llegó con el aviso de Leeteuk y las visitas de dos condesas, junto con la vieja urraca amiga de mi tía.
- ¿Tú qué haces aquí?
Me preguntó al verme, mirando de forma despectiva mi piyama.
- Eso debería de preguntarle yo
- ¿No te basta con romperle el corazón a tu prima? – me preguntó y yo sentí como si un aguijón se clavara en mi pecho – Solo era una prostituta oportunista, conozco a los de tu calaña
- ¿Se refiera a chicas que solo intentan salir adelante?
Pregunté, siguiendo mi camino. Las garras de la urraca se cerraron en mi brazo. Ella se acercó a mí.
- Si sabes lo que te conviene, dejarás al príncipe

- Si sabe lo que le conviene – miré a la señora, alzando la mano para que vea el anillo – Usted se alejará de mí




- ¿En verdad crees que él te ama? – me preguntó y yo sentí un hoyo en mi estómago – Niña, abre los ojos
- Lady Shin
Saludó mi novio.
- Su alteza
La vieja urraca hizo una reverencia.
- ¿Qué pasó?
Me pregunto Donghae, abrazándome.
- Nada
Mentí. Él me tomó de la mano y me llevó de nueva a mi habitación.
- No puedes desayunar en esas fachas, lo sabes
Me miré la piyama de conejitos y me sonrojé. Me vestí y salí de la habitación con Donghae. Mis amigos ya estaban ahí, esperando a que el desayuno fuera servido. Las dos condesas y Lady Shin también estaban ahí, sentadas cerca de la reina madre. Lady Shin no me quitaba la mirada de encima y le hablaba en susurros a la reina madre.
El desayuno fue servido y yo de nuevo tuve miles de problemas al recordar con cual cubierto  se untaba la mantequilla. Sentía los ojos de la reina madre y de Lady Shin en mí, me estaban haciendo sentir incómoda. Hae a mi lado intentaba tranquilizarme, yo solo le sonreía. El desayuno terminó y los platos fueron retirados.
- ¿Por qué no vamos al campo de arquería?
Le preguntó la reina madre a sus invitadas.
- Quiero decir algo – dijo Hae de pronto, levantándose de su silla – Yo… - tomó mi mano e hizo que me levantara – Me voy a casar con Min Jee
- ¿Qué?
Preguntó la urraca.
- ¿Estás seguro?
Preguntó la princesa Jae Hwa.
- Sí querida tía, lo estoy – Hae me sonrió





yo sentía que el mundo me daba vueltas




– Amo a Min Jee y es mi deseo casarme con ella
- Pero es una niña sin clase – Lady Shin me miró de forma despectiva – No sabe cómo comportarse y es una salvaje irrespetuosa
- ¿La conoce bien?
Preguntó la reina madre a la urraca.
- Sí – contestó ella con seguridad – Es la sobrina de una amiga – me miró fijamente – Y déjeme decirle su majestad, que no es la apropiada
- ¿Qué tienes que decir al respecto, Donghae?
Le preguntó su abuela.
- Que Lady Shin puede meterse sus palabras al culo



- ¡Donghae!
Le reprendió su tía.
- ¡Ve su majestad! – señaló Lady Shin - ¡Ese es el comportamiento que obtiene por juntarse con la chusma! – soltó una risita burlona – Jin Kyong, la mejor amiga del príncipe, es su prima, ella si es una dama – cerré los puños al oír eso - ¿Por qué no puedes imitar el buen comportamiento?
- ¡Mire vieja fea! – gritó el príncipe y la urraca se quedó callada - ¡No le permitiré que hable así de mi novia!
- ¡Ya basta!
Gritó una voz, era el rey en su silla de ruedas.
- Papá…
El rey alzó la mano para que Hae se callara.
- Madre, Seo Jung tampoco tenía modales – empezó a decir él – Era muy torpe con la equitación, no le gustaba las reglas – la reina madre miraba a su hijo con atención – Pero en los catorce años que Corea la tuvo como reina ¿No demostró ser digna?
- Así es
Contesto la reina madre con lentitud, mirándome de nuevo.
- Abuela… no te hablo como un príncipe, sino como un hombre que está enamorado y que no quiere perder lo único bueno que tiene y que lo hace sonreír después de tantos años
Miré a Donghae, tenía los ojos humedecidos y sostenía mi mano con fuerza. Miré a los demás, cada uno miraba su plato, de seguro temían ver por si la ira les ganaba. Sun Hee miraba con enojo a su abuela, y pude adivinar que maldecía a la urraca en su mente. Sentí presión nuevamente en mi mano y mis ojos chocaron con los de Donghae, me sentí tranquila.
- Dime, niña… – miré a la reina madre - ¿Amas a mi nieto?
- Sí – contesté de inmediato y sin titubeos – No sé cómo explicarlo pero… sí, lo amo demasiado
- Es una huérfana oportunista, sólo eso
Acusó la urraca.
- ¿Eres huérfana?
Preguntó la reina y yo asentí.
- No le digo – la urraca rió de forma burlona – Ella solo busca sustento, fama, ve a su nieto como una alcancía viviente
- ¡Eso no es cierto!
Grité.
- ¡Ve lo salvaje que es!
- ¡Cállese! – le grité sin poder contenerme




– Con todo respeto su majestad – me atreví a verla a los ojos – Yo no tengo nada, eso es verdad. Pero no por ser huérfana debe de señalarme como mala persona, porque yo no pedí quedarme sin padres, ellos murieron en un accidente el año pasado – derramé lágrimas – El ser huérfana no me vuelve menos o más importante – miré a la urraca – Un título no te hace mejor persona o menos salvaje e irrespetuosa – la urraca me fulminó con la mirada – Solo le pido confiar en mí cuando le digo que amo a su nieto más de lo que puede imaginar
- Yo también la amo, abuela – agregó Hae – Cuando nos conocimos, nos odiamos al instante – la reina me miró con confusión – Ella… ella es la razón por la que maduré, por la cual ya no soy una vergüenza para la corona – la reina relajó su expresión – Ella realmente me odiaba y tuve que hacer mil cosas para que me aceptara como amigo, y luego como novio
- ¿Lo ves madre? – preguntó el rey – No hay trucos, no hay tretas, solo es amor
- ¿Qué dices?
Preguntó Donghae, apretando mi mano.
- Bueno… ya un hijo me retó – el rey sonrió – Y pagué caro por no haberle hecho caso – tomó su tiara y se la quitó – Un título no te hace mejor persona – repitió ella – Yo también debería de estar en prisión por lo que hice – miró a su hijo y sus ojos se llenaron de lágrimas – Si Seo Jung estuviera aquí, las cosas hubieran sido diferentes para ti, lo siento tanto
- Tú te retiraste, no sabías que eso acabaría así
Le dijo el rey, acercándose a su madre y posando su mano en su hombro. La reina tomó la mano de su hijo y sonrió. Luego me miró y sonrió.
- No cometeré el mismo error – dijo la reina – Les doy mi bendición – sentí que un gran peso se me iba de encima – Les deseo lo mejor
- Quiero que se casen en diciembre – pidió el rey – Quiero poder ir a la boda de mi hijo
- Padre…
Hae sonrió.
- ¡Tendremos boda!
Celebró la pequeña Yoora, yendo a abrazar a su padre. Dejé salir las lágrimas y Donghae me abrazó fuertemente.




Él estaba sonriendo y llorando también. Nuestros amigos se levantaron y nos felicitaron. Las condesas también lo hicieron y luego la reina. Lady Shin se nos acercó y me miró con seriedad.
- Yo se lo diré a mi tía – le dije y ella alzó una ceja – Es una orden
- ¿No es pronto para dar órdenes? – preguntó – Espero que sepas lo que te espera
La urraca se fue.
- ¿Qué quiso decir?
Me preguntó Hae.
- Ella también me odia
Contesté, él me envolvió en sus brazos.
- Tenemos que llamar a la prensa, mañana harás el anuncio oficial
Dijo el rey y Leeteuk iba anotando algunas cosas en su libreta.
- ¿Tan pronto?
Preguntó Hae.
- Quiero estar en tu boda – volvió a decir el rey – Donghae, ven conmigo
- Sí
Contestó él. Me miró y yo asentí, él empujó la silla de su padre y salieron. Yo me quedé con los demás en el comedor, aún no digería el hecho de que estaría casada al final del próximo semestre escolar. Mis amigos se me acercaron y me llevaron lejos.
- ¡Vamos a la piscina!
Propuso Sun y todos aceptamos. Subimos a las habitaciones y nos pusimos los bañadores. Volvimos a reunirnos y corrimos a los jardines, siendo perseguidos por la nana, quien iba diciendo que en el palacio no se podía correr, menos una princesa.
Entramos en la piscina, el agua estaba tibia y el sol brillaba. Todos se estaban divirtiendo, lanzándose agua, lanzándose salvavidas de colores, lanzándose a Kyuhyun, pero Hae no volvía y yo me estaba empezando a sentir ansiosa.
- ¡Vamos! – gritó Sun, arrojándome agua – Siempre están pegados, puedes divertirte sin él
- Me divertía antes de estar con él, aún sé cómo hacerlo
Bromeé y ella rió. Empezamos a jugar vóley acuático, las chicas contra los chicos, los chicos ganaron. Jugamos a darnos clavados desde la tabla, pero yo no me atreví, así que como castigo entre todos me arrojaron a la piscina, pero desde el suelo.
- Ya me dio hambre
Se quejó Hyuk.
- Tú siempre tienes hambre mi amor
Rió Sun, y ambos se besaron.



- ¿Podemos pedir más botanas?
Preguntó Kyu, saliendo de la piscina y aceptando una toalla de las mucamas.
- El almuerzo se servirá en breve, joven Cho
Contestó la nana.
- Genial
Celebró Hyuk, saliendo de la piscina también.
- Vamos a cambiarnos para el almuerzo
Dijo Yang y las tres salimos. Caminamos al Palacio y corrimos a las habitaciones. Me di una ducha muy pero muy rápida y luego me vestí.
Desde mi estadía en el Gyeongbokgung antes de irnos de Corea, había descubierto que para todo tenias que vestirte. Te vestías para el desayuno, para el almuerzo, para la cena, para ir a cabalgar, para ir al campo de arquería, para ir al campo de cricket, para practicar tiro, para muchas cosas.
Salí de mi habitación y fui a la de Hae. No lo había visto desde el desayuno, quería saber qué había conversado con su padre. Toqué la puerta pero nadie me contestó, volví a tocarla y de nuevo nadie contestó. Tomé el picaporte, la puerta no tenía llave. Abrí la puerta y ante mí apareció un lio.
Las cortinas estaban caídas, había dos lámparas rotas, varios libros regados por el suelo, las sabanas por todos lados, una silla con una pata rota, la puerta del closet estaba abollada, y el televisor estaba en el suelo. Entré en la habitación y miré todo el desastre ¿Qué había pasado? Lo primero que se me vino a la mente fue Donghae ¿Qué le había pasado? Miré a todos lados en busca de mi novio, pero no lo vi. Entré en el closet y solo encontré la ropa regada, gemelos regados en el piso y medallas por doquier. Caminé al baño y abrí la puerta. Ahí estaba él, sentado en el suelo y abrazando un portarretratos. Tenía los ojos rojos e hinchados, al igual que su nariz, las mejillas tenían dos finos caminos casi invisibles por donde sus lágrimas habían caído.




Él me miró y las lágrimas volvieron a trazarlas. 




Me acerqué a él, como aquella primera vez, sentándome en el suelo a su lado, y dándole un abrazo. Él estalló en llanto, apretándome contra su cuerpo.
- Calma – le pedí, acariciando su espalda – Calma
- No… - lloró él desconsoladamente – No puedo…
- ¿Qué pasó?
Le pregunté y él me miró.
- Papá – contestó él – El doctor le dijo que… - Hae respiró hondo y se limpió la nariz con el dorso de la mano – No cree que llegue al próximo año
El siguió llorando. Debía de hacerlo, debía de descargar su tristeza, su enojo, y yo no lo soltaría, aunque no quisiera mi presencia, en momentos así siempre se necesita alguien que te abrace. Él no me soltaba, así que con dificultad logre hacerlo dejar el suelo y volver a su habitación. Lo senté en su cama y me solté para volver por pañuelos, pero él no me dejó ir. Lo miré y volví a abrazarlo, nuevamente me apretó contra sí, llorando como un niño desconsolado.
- Calma…
Le pedí, acariciando su mejilla.
- No sabes cómo se siente – lloró él, tapándose el rostro con una mano – Que te arrebaten a tus padres
- Si lo sé
Contesté y él me miró.
- Lo lamento
Hae se restregó las lágrimas.
- No hay problema – le sonreí – Comprendo
- Gracias
Dijo él. Le volví a acariciar la mejilla y él me dio un beso. Lo volví a abrazar, él seguía llorando, pero ya no tanto, solo derramaba lágrimas. Sabía cómo se debía de sentir. Primero su madre a manos de un terrorista y ahora su padre a manos del cáncer. Yo perdí a los míos al mimo tiempo, y los extrañaba mucho. Saber que en algún momento vas a perder a uno de tus padres debe de ser horrible, y eso lo hacía peor para él.
- Su alteza… - Leeteuk se quedó en la puerta – Oh…
- Leeteuk… - me dirigí al secretario – Si no es mucha molestia ¿Podríamos almorzar aquí? – pregunté y él me miró con los ojos bien abiertos – Donghae se siente indispuesto
- Sí… - contestó el secretario – Avisaré a las cocinas
- Gracias
El hombre me dedicó una sonrisa y asintió, luego miró al príncipe e hizo una reverencia.
- Si quieres puedes ir con los demás
Me dijo él y yo lo miré, frunciendo el entrecejo.
- No quiero estar con los demás – le dije, sentándome de nuevo a su lado – Quiero estar con mi príncipe llorón – le toqué la punta de la nariz de forma cariñosa – Porque me necesitas
- Te amo
Me dijo él, derramando lágrimas nuevamente. Le di un beso en los labios y él me abrazó. Dos mucamas vinieron con un carrito plateado con los platos del almuerzo. Acomodaron dos especies de mesas y sirvieron todo, se retiraron haciendo una reverencia, Hae rió por ello.
- Traeré a esas dos chicas de nuevo, para que te hagan reír
Bromeé y él sonrió.
- Es que a veces se me es chistoso ver a las personas reverenciándome
- Que humilde eres
Dije de forma sarcástica y él me manchó el rostro con un poco de puré de acelgas.
- ¡Ey!
Reí, e hice lo mismo, solo que con la nata de mi postre. Al final terminamos embarrándonos más de lo que comimos. Nos lavamos el rostro y regresamos a la habitación donde varias personas limpiaban. Fuimos a mi habitación y, abrazados, comenzamos a ver televisión.
- Te amo y gracias por estar aquí
- Dentro de poco, no me iré nunca de tu lado



Fin de la primera temporada

martes, 30 de septiembre de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 31

Capítulo 31



¿Había escuchado bien? Por supuesto que había escuchado bien ¿No era muy pronto? ¡Y una mierda! Lo amaba y no lo iba a perder.
- Sí…
Contesté quedamente y él sonrió. Discretamente sacó una caja de terciopelo de su bolsillo y colocó en mi dedo un hermoso anillo de diamantes.



Lo miré, era hermoso, pero eso no importaba, lo que importaba era lo que ese anillo representaba. Ahora tenía un futuro con él, ahora estaba comprometida con él, y sería para siempre.
- Hoy, me has hecho el hombre más feliz del mundo
Dijo él, derramando lágrimas. Rodeé su cuello con mis brazos y él me tomó de la cintura. Nos reímos como locos debido a la felicidad que nos llenaba. Tomó mi rostro y me besó de nuevo


mi corazón latía con lentitud ahora, creí que se me detendría. No podía creer que se pudiera pasar de cero a extremadamente feliz en un segundo, pero sí se podía, lo estaba sintiendo ahora. Nos separamos y nos volvimos a besar.
- Te amo mi príncipe de pacotilla
- Yo te amo más mi Ratona
Volvimos a caminar; la luna y las estrellas habían sido testigos de este momento, no podría estar más feliz. Después de unos minutos, recogimos a nuestras mascotas y volvimos al hotel. Mientras entrabamos al hotel, tuve que esconder mi mano, no quería que el mundo se enterara antes que mis amigos.
Llegamos a su habitación y nos volvimos a besar. Nos acostamos en la cama, él me acariciaba el rostro y yo sonreía. Nos volvimos a besar y nos abrazamos.
- ¿Cómo te imaginas que será? – preguntó – Estar casados
- Maravilloso – contesté sonriente – Será maravilloso
- ¿Crees que seremos una pareja feliz?
- Sí – contestó – Porque nos amamos, nos complementamos, y nos necesitamos
- Yo no puedo vivir sin ti
Admitió y yo le di un beso en la punta de la nariz.
- Pues ahora no te separarás de mí – le dije y él sonrió – Siempre me imaginé que viviría en una linda casa, enorme casa; la pintaría del color que yo quisiera, con mi esposo, mis hijos, que cuidaría de un jardín y trabajaría – él me miró con atención – Contigo es que quiero cumplir este sueño
- Pues… lo de la casa no te lo puedo dar – contestó y yo reí – Pero tengo un palacio – reí aún más fuerte – Yo seré tu esposo – le besé la mejilla – Los hijos… - me miró de forma pícara – Podemos trabajar en ellos ahora si lo deseas
- Pervertido
Le dije, golpeándolo con la almohada, él me dio un beso.
- Lo de cuidar un jardín… pues es demasiado grande – sonrió y sus ojos rasgados de achicaron más – Pero supongo que el jardín de rosas de mi madre querrá nacer de nuevo – sonreí y no pude evitar imaginarlo – Y el trabajo…
Miré a Hae, habíamos llegado al “TEMA” Siempre había sido mi sueño ser una escritora famosa, tener mi propia editorial, y en secreto ser una hermosa patinadora sobre hielo. Pero desde que mis padres murieron, todos mis sueños y planes de vida cambiaron, y Hae fue uno de esos cambios. Jamás me imaginé a mí, una chica común, una granjera, casándome con el príncipe heredero de la corona de Corea. Ahora… ¿Qué seguía? Una vez casados, y con la muerte de su padre, al él ascender al trono, yo me convertiría…
- ¿Seré reina?
Pregunté, sintiendo nauseas.
- Piénsalo así, es un trabajo muy bien remunerado
Volví a golpearlo con la almohada.
- Siempre… siempre fue mi sueño hacer otra cosa – admití, mirándolo, su sonrisa había desaparecido – Algo muy distinto a ser reina de Corea
- ¿Te estás arrepintiendo?
Me preguntó él y yo negué con la cabeza.
- Quiero esto – le señalé mi anillo – En verdad quiero ese futuro contigo, simplemente que es un gran cambio – él asintió – Tendré que acostumbrarme, además podré aún cumplir mis sueño de ser una famosa escritora
- ¿Sobre qué escribirás?
Preguntó y yo sonreí.
- Sobre una granjerita que encontró el amor en donde menos pensó
Contesté y él sonrió ampliamente. Nos volvimos a besar y nos dormimos abrazados. Tenía que admitir que me asustaba el tema de ser reina consorte, no sabía si sería apta, sobre todo porque no sabía protocolos, ni modales y me hacía un lio con los diferentes cubiertos ¿En qué mierda me estaba metiendo? Pero todo era soportable, porque realmente amaba a Donghae y quería estar con él para toda la vida.

La mañana siguiente llegó con los gritos de Sun Hee


Le acabábamos de contar todo a nuestros amigos y Sun era la que más se emocionaba. Ella empezó a gritar y saltar por el pasillo, algunos huéspedes la miraron como si fuera un bicho raro, y Eunhyuk de nuevo empezó a murmurar “No la conozco, no es mi novia” haciéndonos reír a todos.
- ¡No lo puedo creer!
Gritó aún más fuerte.
- Discreción Sun
Le pidió Hae a su prima.
- Los felicito
Nos dijo Hyuk, dándole palmadas en la espalda a Hae.
- Gracias amigo
- Bueno… serán dos padrinos y dos madrinas, tu hermana lanzará los pétalos – comenzó a enumerar Kyuhyun – Necesito un traje para ese día, tal vez un “Dolce”
- Será espectacular, tu boda será la mejor
Dijo Sun, haciendo ademanes con los brazos.
- Eso espero – dije, tomando del brazo a mis dos amigas – Mi color favorito es el morado pero pienso que la boda debe de ser con colores…
- De pasión – contestó Yang Mi y yo asentí – Siempre quise que mi boda fuera con colores perla, rojo y chocolate
- ¿Te puedo robar la idea?
Pregunté riendo.
- Yo quiero mi boda azul, todo azul
Dijo Sun, haciendo más ademanes.
- Nos están atando la soga al cuello
Bromeó Hyuk y Sun le dio un golpe en el pecho.
- Tenemos mucho que planear
Dijo Yang y nos fuimos corriendo lejos de los chicos.


***
Las chicas se fueron corriendo, dejando a Kyuhyun y Eunhyuk con expresión de preocupación en sus rostros. Yo reí, yo si estaba cien por ciento seguro de querer pasar el resto de mi vida con Min Jee. Si de algo estaba seguro en esta vida era de eso, que la amaba y que no permitiría que nadie nos separara.
- ¿Cuánto te costó el anillo?
Me preguntó Hyuk y Kyu le dio un zape.
- Es una reliquia familiar – contesté – Le perteneció a mi tátara, tátara, tátara, abuela o más – mis amigos rieron – Y ha pasado de generación en generación, hasta llegar a mi padre que se lo dio a mi madre – sonreí – Antes de que viajáramos, él me lo dio
- Wow
Dijo Hyuk.
- Más le vale no perderlo – Kyuhyun miró el lugar donde las chicas se fueron – Debe valer sus miles de millones de dólares
- O más
Agregué. De nuevo fuimos a los juegos, luego a comer, a comprar más suvenires y a visitar a mi familia. El viaje ya estaba llegando a su fin, eso me daba cierta pena. Por otra parte, llegar a casa significaba que comenzarían con los preparativos para mi boda con Min Jee.


Los días siguieron pasando y pronto nos encontramos haciendo equipaje para volver a Corea. Había algo que no me dejaba tranquilo: la situación de Min en su casa. no podía permitir que mi novia esté en un lugar donde la trataban mal, no podía permitir que le siguieran haciendo daño. Tenía que hacer algo ¿Pero qué? Ya le había pedido que se mudara con Sun, se lo ordené, y no quiso hacerlo, tenía una excusa para todo. Yo no podía hacer nada, no aún por lo menos, tendría que esperar a estar casado con ella, pero por ahora no podía hacer nada más allá de pedirle que viva con mi prima. Min era muy terca con el tema, habíamos discutido mucho sobre eso, pero ella no daba su brazo a torcer.
- Vamos Bada, pronto regresaremos a casa
Bada lamió mi rostro y salimos de la habitación, teníamos que dejar las maletas en recepción, en la noche nos iríamos. Busqué a mis amigos, ellos estaban deprimidos, querían quedarse un tiempo, pero no era posible; además, el semestre iba a comenzar pronto. Min era la única que no se veía triste, ella más bien lucía nerviosa, de seguro pensaba que algo malo le esperaba en casa.
La madre de Jin Kyong siempre fue temible


Cuando éramos niños, ella no le permitía a Jin tener cualquier amigo, pues decía que eran “Chusma” ni a mí me decían eso. Cuando la madre de Jin se enteraba que su hija estaba simpatizando con alguien que no era de su agrado, al día siguiente era expulsado. Todos le temían a Jin por ello, yo varias veces sequé sus lágrimas al verla tan sola. Su madre era capaz de todo por lo que ella creía “Correcto”. Pero esta vez era diferente, porque la mujer que amo estaba involucrada. No iba a permitir que siguieran maltratando a Min, no iba a permitir que mi novia sufra.
- ¿En serio nos tenemos que ir?
Preguntó Yang, tomando un sorbo de su jugo de papaya.
- Sí
Contesté cabizbajo, mis amigos bufaron.
- Bueno…
Dijo Kyu, robándole un sorbo a Yang.
- No se pongan así – pidió Sun, abrazada a Hyuk – Terminaremos las vacaciones juntos en el Gyeongbokgung
- Será como estar en un hotel cinco estrellas de nuevo
Bromeó Hyuk y todos asintieron.
- Yo tengo que volver a casa
Dijo Min y todos la miramos, yo solo me crucé de brazos, sintiendo enojo por dentro.
- No – miré a Sun hablar – No irás – se separó de Hyuk y miró a mi novia fijamente – Irás con nosotros, con la seguridad
- Pero…
- ¡Nada de peros! – Sun alzó la voz y Min se estremeció, quería abrazarla y gritarle a Sun por gritarle a mi novia – Además… - se giró y me miró con cara de “De seguro no pensaste en esto” – Te tienen que presentar como la prometida de Donghae
Cierto, no había pensado en eso. Una vez comprometidos, tenía que presentarla a mi padre, abuela y tíos, a toda la familia real, ese era el protocolo, la hayan aceptado o no, aunque era obvio que sí. Además Min Jee era una inútil con los modales, no sabía el protocolo de una “Boda Real” y no sabía los protocolos que se hacen en cada evento, reunión, lo que sea.
- ¿Qué?
Preguntó ella, viéndome directamente. Había confusión y cierto miedo en sus verdes ojo. No me importaba usar la boda como una excusa para mantenerla a salvo, haría cualquier cosa con tal de tenerla a mi lado.
- Mi madre también lo hizo cuando se iba a casar con mi padre – le contesté – Tienes que aprender modales, idiomas, los protocolos para la boda, la cena, y demás
- Espera… ¡¿Qué?! – Min Jee se veía muy confundida - ¿No es muy pronto?
Me sorprendió su respuesta. Era de esperarse, ella tenía solo dieciocho años, yo cumpliría diecinueve en unos días. Éramos unos adolescentes; los adolescentes normales como ella pensarían que era una locura casarse a nuestra edad, pero yo no era normal.
Como príncipe heredero, siempre supe cuál era mi responsabilidad, que algún día tendría que gobernar Corea y sus islas. La enfermedad de mi padre me hizo entenderlo muy rápido. Había tenido un año sabático de estudios para poder estar en casa con Yoora, y prepararme para el día en que mi padre muriera y yo tuviera que ascender, pero entonces me acobardé y hui a la universidad con Sun. Ahora que cambié, que maduré, sabía que era mi deber y que no podría huir.
- Se razonable – le pedí con seriedad – Mi padre no está bien, ascenderé al trono y me convertiré en rey – ella me miró fijamente, se veía asustada – Solo podré si estoy casado o sino…
- O sino la corona pasara a mi madre – intervino Sun – Mi madre será tan capaz de gobernar como yo de ganar las olimpiadas en atletismo – Hyuk rió, pero luego se detuvo al ver que no era una simple broma – Y yo no quiero ser heredera
- Tengo dieciocho…
Min Jee nos miraba a todos, y todos la mirábamos a ella.
- Cuando le dijiste “Sí” – empezó a decir Yang – Obviamente esto tenía que cruzar por tu mente
- Sí – contestó ella – Pero jamás pensé que sucedería tan rápido – se tocó el pecho y comenzó a respirar rápidamente – No creo que sea necesario pasar lo que queda del verano en palacio
- Es necesario
Insistí ¿Por qué ella tenía que ser terca? ¿Por qué no me obedecía y ya?
- Aprendo rápido – dijo – Puedo ir a estudiar todo eso el mes antes, o cuando se prepare la boda
- Min Jee – ahora era Sun Hee quien hablaba. Ella avanzó hacia mi nerviosa novia, y la tomó de los hombros – Mi tío está muriendo de cáncer, tal vez le quede una semana, un mes, tal vez medio año, no lo sabemos – Min asintió – Pero antes de que eso suceda, Donghae necesita tener una esposa para cumplir con su destino y derecho de nacimiento ¿Entiendes eso?
- Sí
Contestó Min Jee.
- Él te ama, y ahora te necesita – siguió diciendo Sun – Mi tío no aguantará los seis años que le faltan a Donghae para llegar a los veinticinco – Min miró a otro lado - ¿Entiendes que el futuro de un país está en tus manos?
- La pregunta debería ser… - dijo una voz y todos volteamos a ver, era mi hermana de ocho años - ¿Lo amas lo suficiente como para dejar tu vida y convertirte en reina?
- Yoora…
Mi hermanita me miró, luego miró a Min. Ella estaba callada, eso me asustó.
- Lo amo lo suficiente como para renunciar a todo lo que siempre quise – Min Jee me miró y yo sentí que el corazón se me detenía, para de nuevo volver a latir – No son solo palabras, es lo que siento por él
- Ratona…
- Aprenderé los idiomas que me hagan aprender, aprenderé a utilizar los miles de cubiertos, aprenderé modales y protocolos – sus ojos se humedecieron – Aprenderé incluso a usar tacones – solté una risita – Lo haré porque realmente te amo Donghae
- Ratona…
Caminé hacia ella y la abracé fuertemente. La amaba, y sabía que ella me amaba. Ambos teníamos miedo, lo entendía, pero oírla decirlo fue muy significativo.
- Eso fue muy emotivo – dijo Hyuk – Háganme un lugar
Él se unió a nuestro abrazo, los demás lo imitaron.
- ¿Vendrás al Gyeongbokgung?
Pregunto Sun.
- Sí
Contestó Min. Deshicimos el abrazo y fuimos a disfrutar nuestro último día en Disney. Estuvimos toda la tarde con mi abuela, quien nos empacó Kimchi y Ramen para el viaje; luego fuimos a ver las la ciudad y nos tomamos muchas fotografías. Algunos lloraban, definitivamente había sido una muy buena experiencia haber hecho este viaje con mis amigos. Abracé a Min Jee y nos besamos, viendo el cielo estrellado.
- Estar aquí es maravilloso, pero extraño Seúl
Dijo Min, mirando el cielo.
- ¿Te sabes la letra? – le preguntó mi prima – La de “Seoul Song[1]
- ¡Me encanta esa canción!
Gritaron Kyu y Yang.
- Yo… no diría que la amo pero…
Dijo Hyuk.
- Ay mi amor, la paras cantando cuando estamos solos
Todos reímos por el comentario de Sun.
- Hagamos nuestro propio videoclip
Propuso Min Jee y todos asintieron riendo. Eran las siete de la noche, el vuelo salía a las tres de la mañana, teníamos tiempo.
- Será divertido
Acepté riendo. De esta forma, dándole la cámara a Yoora, quien tenía una gran habilidad para la conducción de videos, nos empezó a filmar a nosotros cantando esa canción. Claro, tuvimos que cortar mil veces, porque nos reíamos mucho. Las chicas lo hacían muy bien, se podía apreciar cuanto le gustaba la música. Luego nos pusimos a cantar en inglés y hasta nos dieron limosna, lo cual fue divertido. Algunos tenían problemas con el inglés, incluyendo a Min. Uno de los idiomas que Min tendría que aprender, además del francés, español y chino, era el inglés.
- ¡Hay que verlo!
Pidió Sun.
- ¡Somos excelentes!
Exclamó Kyuhyun, riendo.

https://www.youtube.com/watch?v=up6n1WrB7aE

- Tengo hambre
Dijo Hyuk y todos reímos. Nos sentamos y comimos el Kimchi de mi abuela. No íbamos a olvidar este viaje, de eso estaba seguro, no lo haríamos.
Miré a Min, ella me sonrió. Tomé su mano y ella miró al cielo, sus ojos reflejaban el negro cielo, se veían más hermosos que de costumbre. Toqué el anillo de compromiso y sentí una presión en el estómago.
Era verdad lo que Sun había dicho, mi boda con Min iba a tener que ser más pronto de lo que esperaba. Era obvio que la leucemia de mi padre, no lo dejaría vivir hasta que cumpla mis veinticinco, y era mi deber y derecho ser el rey de Corea. Amaba a Min y me alegraba haber encontrado a alguien antes de que el parlamento lo hiciera. Ahora vendría lo difícil, presentarla en sociedad.
- ¿Nos queda tiempo de descansar en el hotel?
Preguntó Hyuk y yo negué. Seguimos nuestro camino, viendo más lugares hermosos de la ciudad. Tomamos más fotografías y sin darnos cuenta ya era la hora de ir al aeropuerto.
- No me quiero despedir de este lugar
Dijo Min, abrazada a mí.
- Yo tampoco
Le di un beso en la cabeza.
- Ha sido el mejor viaje de mi vida
Admitió.
- Me alegra que te haya gustado – pasé mi bazo por sus hombros – Solo lo mejor para la amada de su alteza
- ¿Te puedo confesar algo?
Asentí.
  - Tengo miedo de ir a Corea
00000000000000000000000000000000000000

¿Que pasará cuando lleguen a Corea? ¿Todo le irá bien a Min Jee? ¿Podrá llegar a ser feliz con Donghae? Descúbranlo en el siguiente capítulo de WTF! Soy una princesa!
PD: Nos acecamos al final de temporada :P


[1] Canción interpretada por los grupos SNSD y Súper Junior.