domingo, 16 de noviembre de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 39 y 40

Capítulo 39




Me cambié de ropa, no me sentía de humor para hacer nada que no fuese seguir durmiendo, pero tenía que hacerlo. Me miré al espejo, su nombre estaba impreso en mi piel; sentí una presión en el pecho y me coloqué la camiseta. Caminé fuera de mi habitación, algunas personas me miraban; toqué la puerta de Eunhyuk y este me sonrió.
  - ¿Vamos a desayunar?
Le pregunté y este asintió.
- Solo si prometes que yo también comeré esos huevos revueltos con tocino y salchichas alemanas de Alemania
- Trato – acepté sonriendo – Vamos por Kyuhyun
Fuimos al otro edificio y buscamos a Kyu, este estaba leyendo un libro de Sherlock Holmes.
- ¿Desayuno? – preguntó él y yo asentí - ¿Habrá tus salchichas traídas de Alemania?
Los tres caminamos a la cafetería y desayunamos. Me encantaba tener algo de normalidad en mi vida, y eso solo lo podía conseguir con mis amigos. Estábamos hablando del próximo torneo de Starcraft que tendría Kyu contra otra universidad, y él era el “Su Arma Secreta” así que tenía que “Entrenar” mucho.
- Me siento importante
Hyuk y yo reímos, Kyu era un bromista total.
- Iré por una botella de agua
Dije y Kyuhyun miró su reloj.
- Date prisa, ya van a ser las ocho

Caminé hacia la cajera cuando alguien chocó conmigo. Era muy alto y vestía de forma elegante. Lo miré fijamente, él simplemente esbozó una sonrisa.



- Lo lamento su alteza – dijo él y yo asentí - ¿Pasa usted?
- Adelante – le dije – Tú primero
- Gracias su alteza – hizo un asentimiento de cabeza y volteó a ver a la cajera – Dos cafés por favor – la cajera tecleó algo y luego le dio su recibo – Que Dios lo bendiga, su alteza
El chico se fue y yo me quedé parado ¿Quién era ese tipo tan espiritual? Pedí mi botella de agua y volví con mis amigos.
- ¿Quién era el chico con el que hablabas?
Me preguntó Hyuk.
- No sé
Contesté.
- Creo que se llama Choi Siwon – nos informó Kyu – Vive a dos puertas de mi habitación
- Genial
Fue lo único que dije. Nos levantamos de la mesa y caminamos hacia nuestra primera clase. Kyuhyun y yo nos sentamos en nuestros habituales asientos al frente de la clase. Él iba hablando de las clases pasadas, de los temas y proyectos que veríamos, entonces la puerta se abrió. Ella se quedó de piedra, me miró fijamente, con la boca abierta en una “O”




Yo me levanté de mi asiento, quería ir donde ella, abrazarla, besarla, gritarle por haber sido cruel conmigo, llorarle y rogarle. Min Jee se dio media vuelta y salió del aula, me quedé mirando el vacio y Kyuhyun me dio un golpe.
- ¡¿Qué mierda haces?! – gritó - ¡Ve por ella!
Asentí y corrí detrás de Min Jee. Ella corría muy rápido, así que no la vi por el pasillo. Corrí fuera del pabellón y no la vi. Las personas me miraban correr de un lado para el otro, tenía que encontrar a Min Jee sea como sea.
- ¿Has visto a mi novia?
Pregunté a una chica cualquiera.
- Entró en el baño de mujeres de ahí
Me señaló ella y yo corrí hacia el lugar indicado. Entré corriendo sin importarme las personas que había ahí. Todas las chicas salieron del baño y yo empecé abrir de una patada los cubículos, solo uno estaba con seguro.
- Vete
Me pidió con voz queda.
- Hablemos
Le pedí.
- ¡No! – gritó ella - ¡Vete!
- ¡No me voy a ir! – le grité - ¡Quiero saber qué mierda pasa!
- ¡Ya te lo dije!
Gritó ella, su voz se escuchaba rara, debía de estar llorando.



- ¡No me creo ni una mierda lo que me dijiste! – grité – Ratona… - sentí una punzada al decir eso – Si… algo te está pasando, solo dímelo, pero no nos… no me hagas esto
- ¡No me está pasando nada! – gritó ella – ¡Ya vete Donghae!
- Ratona…
Sentí las lágrimas caer por mi mejilla.
- ¡No me llames así y ya lárgate!
Gritó aún más alto, y escuché sus sollozos.
- Si no me amas… - dije - ¿Por qué estás llorando? ¿Por qué huiste?
- Porque me pone nerviosa estar en tu presencia – contestó ella y yo sentí que el corazón se me encogía - ¡Y porque no puedo verte al saber que sufres por mi culpa!
- No seguiré sufriendo si vuelves conmigo – sabía que iba a empezar a rogarle – No puedo vivir sin ti
- ¡Ya detente! – me gritó y yo pegué la cabeza a la puerta - ¡Supérame!


- ¡No lo voy a hacer! – grité - ¡¿Por qué de la noche a la mañana dejaste de amarme?! – golpeé la puerta con mi puño - ¡¿Por qué?!
- ¡Por que sí y ya! – gritó ella y yo lloré más - Ya no te amo Donghae, lo siento
- No lo puedo creer
Dije entre sollozos.
- Lo siento – sollozó ella – En verdad lo siento
La puerta se abrió y pude verla. Sus ojos estaban hinchados, su nariz estaba roja y su labio inferior le temblaba. Me dedicó una última mirada y caminó hacia la puerta. Yo la seguí fuera del baño y la vi rodeada de personas que murmuraban. Un chico rió al verla llorar y yo le di un puñetazo, oí como Min gritaba, pero yo no me detenía, seguía golpeando al chico, luego lo dejé y golpeé a otro, su amigo me intento detener y también lo golpeé. Me sentía enfadado ¡No podía ser cierto! Ella simplemente no podía no amarme.
- ¡Ah!
Grité a todo pulmón, rompiéndole la nariz al sujeto que golpeaba.
- ¡Ya basta! – gritó Min y yo me detuve – Por favor… - mi miró con sus ojos llorosos – Solo detente



No dijo nada más, salió corriendo de ahí. Solté al chico y caminé en la dirección contraria. Busqué mi auto y conduje hasta la playa. Miré el cielo y mis ojos derramaron lágrimas; comencé a gritar, no soportaba el dolor, grité su nombre al cielo azul y me dejé caer sobre la arena cuando la garganta me ardió lo suficiente.
Golpeé la arena, maldije a todos los cielos y volví a gritar. No podría enamorarme de nadie como me enamoré de ella, no iba a poder, y jamás la iba a poder olvidar. Volví a mi auto y conduje a la universidad de Jin Kyong, la llamé y esta contestó al instante.
- ¿Qué sucede?
- ¿Estás libre?
Pregunté.
   - Mi clase de jazz está por comenzar
Contestó ella y yo maldije por dentro.
- ¿Puedo entrar a verte?
Le pregunté.
- Sí, supongo – contestó ella – Profesora Kim… ¿Mi amigo puede entrar a ver la clase?
- ¿Interrumpirá?
Preguntó una voz.
- No
Contestó Jin.
- De acuerdo
- Sí
Me dijo al final. Caminé por el campus, de las tantas veces que había entrado a buscar a Jin Kyong, ya me sabía los caminos de memoria. Llegué al aula y entré, todos los presentes se me quedaron viendo, incluyendo la profesora. Jin se me acercó y me dio un abrazo.



Me senté en una esquina y observé la clase, poco a poco me iba calmando. La clase por fin dio fin y Jin se me acercó.
- Me aburrí
Le dije y ella rió.
- No tengo clases hasta las dos – me informó, vi el reloj, ya eran las diez – Tenemos cuatro horas
- Vamos a otro lado
Le pedí.
- Lo que usted ordene, su alteza
Dijo ella riendo. La llevé a mi auto y partimos hacia la quinta avenida. Estuvimos viendo ropa y más ropa, el pasatiempo favorito de Jin. Le terminé comprando tres vestidos y un par de zapatos, ella sabía cómo aprovechar a su amigo el príncipe.
- ¿No quieres nada más?
Pregunté en broma y ella rió.
- No – contestó ella – ¿Y a qué debo tu linda presencia?
- Simplemente que tú me calmas los nervios
Contesté. No quería ver al resto de mis amigos, pues todos hablarían de Min y de cómo debía de esperar a que la verdad saliera a la luz. Jin prefería no hablar de Min, prefería hablar de nosotros, o de ella, que era su tema favorito.
- ¿Te acuerdas cuando estabas muy enojado porque querías ir al “Everland” con los demás niños, pero tus padres no te dejaron porque tenías que ir a un evento de caridad?
Reí, sí lo recordaba.
- Lo recuerdo perfectamente – contesté – Nos encerramos en un armario con una dotación de dulces para un día
- Sí, pero de todas formas nos descubrieron y ninguno de los dos pudo ir
Completó ella, riendo.
- Si – reí – Esa fue la primera vez en mi vida que rompí algo al enojarme – Jin asintió, sonriendo - ¿Te acuerdas que fue?
- Los anteojos de la profesora Young
- ¿En serio? – pregunté riendo – Yo recuerdo que fue un jarrón
- Primero fueron los lentes y luego tomaste un jarrón y lo lanzaste – recordó Jin y yo sonreí – Que buenos tiempos
- Parece otra vida – ella me miró y asintió – Hemos crecido mucho
- Pero seguimos siendo los mismos – me dijo ella, tomando mi mano – Siempre juntos ante las adversidades
- Siempre juntos…
Dije sonriente.
- Hasta que la muerte nos separe
Declaró ella.
- ¿Te estás casando conmigo?
Pregunté divertido y ella se sonrojó.
- ¿Crees que sería buena esposa?
Me preguntó ella.
- Para cualquiera… sí, si es que tienen paciencia y una gran billetera
- ¡Ey!
Exclamó ella y yo reí.
- ¡Pero es verdad! – reí – Por eso siempre digo que yo debería casarme contigo, porque siempre hemos estado juntos
- Me estás proponiendo matrimonio
Reí, sonaba a eso.
- Si no me hubiera enamorado de Min Jee, en algún momento te hubiera pedido matrimonio a ti
Contesté con honestidad, pues varias veces se me pasó eso por la mente.
- ¿En serio?
Preguntó ella, mirándome con sorpresa.
- Sí – contesté – Tú sabes que nunca tuve una novia, que nunca me gustó nadie más allá del físico – ella asintió – Papá ya estaba muy grave y mi familia hablaba de bodas y casarme con alguna noble
- ¿Pero tú querías casarte conmigo?
- Sí – contesté – Mejor casarme con mi mejor amiga de toda la vida a que con una desconocida
- Oh…
Dijo ella, mirando sus bolsas de compra. Llevé a Jin devuelta a su universidad y yo regresé a la mía. Todos me miraron cuando entré, pero ya nadie murmuraba, ya nadie hacía ningún gesto. Caminé hacia la habitación de Hyuk, mandándole un mensaje a Kyu para que nos viéramos.

Estamos en la casa de Sun Hee, si quieres, ven.


Maldije. No me apetecía ir al nido de amor de mis amigos. Caminé sin rumbo, pensando en ir a la biblioteca para ponerme al día con los deberes, o ir a taekwondo, ninguno me resultaba tentador. Solo había una cosa que yo realmente quería hacer, y eso era verla. Aunque sea de lejos, escondido en un rincón alejado, quería verla.
Caminé hacia el complejo deportivo, hace mucho que no entraba. Mis compañeros de taekwondo me saludaron y yo hice lo mismo. Me topé con el equipo de lucha, ellos estaban más grandes que el año pasado, pero de igual forma huyeron al verme. Reí por lo bajo. Miré las escaleras y el letrero que decía “Camino hacia el hielo” sobre ellas. No sabía si avanzar o no, miré mi reloj, ella debía de seguir ahí. Me recosté contra una columna y miré hacia la entrada, ahí estaba entrando aquel chico.
Traía recipientes de comida y bebidas, todo para dos. Me escondí detrás de la columna y lo vi subir por las escaleras. Un escalofrío me recorrió la espalda ¿Qué estaba haciendo él yendo al hielo? No había equipo, solo Min, la entrenadora solo trabajaba con Min.
Subí las escaleras y corrí hacia el hielo. Me detuve en la puerta ¿Qué haría? ¿Y si los veía juntos? ¿Y si ese chico de rostro amable que me había saludado en la mañana era la razón por la cual Min ya no me amaba?
Me armé de valor y entré, no había nadie. Miré a todos lados ¿Qué acaso era mago? No había rastro del chico ni de Min. Consulté mi reloj nuevamente, ella debía de estar practicando, pero no estaba. Empecé a caminar hasta llegar a los vestidores, se oían risas, cada vez más fuertes conforme me acercaba. Doblé una esquina y la vi, con sus ropas de deporte ceñida al cuerpo, dándole de comer al chico en la boca.



Sentí que el mundo se me iba abajo. Ella sonreía, le sonreía a otra persona, a otro hombre, y le daba de comer. Mis ojos se empezaron a humedecer, cerré los puños para no derramar ni una sola lágrima, entonces todo lo empezó a ver rojo. Mi puño impactó uno de los casilleros y la pareja se sobresaltó.
- Hae…
Dijo ella.
- Ya veo… - le dije, apretando los puños – Por esto era
- Hae…
Volvió a decir ella, mirando del chico a mí y viceversa.
- ¡Mi nombre es Donghae!
Grité, golpeando de nuevo el casillero.
- ¡Ey, cálmate!
Me pidió el chico, levantándose y poniéndose enfrente de mí.
- ¡Con que por esto terminaste conmigo! – grité y Min me miró con miedo - ¡¿Cómo pudiste hacer esto?!
- ¡Cálmate!
Me pidió él con más energía, yo le di un puñetazo en la cara y él cayó al suelo.
- ¡Hae!
Gritó Min, llevándose las manos a la boca y mirándolo.
- ¡¿Cómo pudiste!? – grité - ¡Min Jee, yo te amaba!
- No es lo que tú crees…
Sus ojos se llenaron de lágrimas.
- ¡¿Entonces qué?! – pregunté, golpeando otro casillero - ¡¿Estuviste engañándome con él?!
- ¡No!
- ¡Eres una… una…perra! – grité sin poder contenerme - ¡Eres una maldita perra!
- ¡¿Qué te pasa?! – el chico me empujó – ¡A una dama no se le habla así! – me volvió a empujar – ¡A una dama no se le debe de maldecir!
Mi puño volvió a impactar en su cara y él retrocedió unos pasos. Intenté darle otro golpe pero él lo esquivó, otro golpe más y él de nuevo lo esquivaba. Intentaba llegar a su rostro y él seguía esquivándome. Quería golpearlo, quería matarlo, quería hacerlo añicos por haberse metido entre Min y yo. Mi mano volvió a impactar en su rostro y el volvió a caer. Me abalancé sobre él y comencé a golpearlo con todas mis fuerzas, lo quería muerto.
- ¡Detente! – gritó Min – Por favor…
Miré a Min y luego al chico. Me quité de encima y ella corrió a ayudarlo. No lo podía creer, pero mis ojos lo estaban viendo. Min, mi Min, con otro chico.
- Espero que seas feliz…
Dije y ella me miró.
- Donghae…
- Porque yo… - respiré hondo – Yo no volveré a serlo





Capitulo 40





Me fui, dejando a Min con ese chico, salí corriendo del complejo universitario y corrí a mi auto. Conduje hasta la primera tienda que encontré y compré toda la cerveza que alcanzó con el efectivo que traía en el bolsillo, que era mucho. Volví al auto y conduje hasta la playa. Me senté en la capota de mi auto, y vi el cielo oscuro, tomando cerveza.
Me acabé mi primer six-pack, llorando, maldiciendo ¿Por qué había sucedido esto? ¿Qué tenía él que yo no? No lo entendía. Ambos teníamos el mismo color de ojos, el mismo color de cabello. Él era más alto que yo ¿Y qué? ¡Yo soy el príncipe! Pero al parecer ser el príncipe no era suficiente, o necesario, para tener el corazón de Min. Las lágrimas volvieron a caer por mis mejillas.
 Entré en mi auto. Estaba tan mareado que no debía de conducir, pero quedarme en la playa no era una opción. Puse en marcha el motor y partí. Donde mirara, veía el rostro de Min horrorizado al verme golpear a ese chico ¿Por qué me había dejado? ¿Por qué me había cambiado? Yo la amaba demasiado, no podía dejar de amarla. Golpeé el timón con furia y el auto se me desvió un poco, no quería un tabloide, había estado sin tabloides por mucho tiempo.
Llegué a mi habitación, me recosté en mi cama y volví a llorar. No podía creerlo, no podía ser posible, pero tenía que aceptarlo. Min me había dejado de amar por culpa de Choi Siwon.
- Donghae, abre la puerta
Pidió Hyuk, golpeando la puerta. Me levanté de la cama y abrí la puerta. Eunhyuk y Kyuhyun estaban ahí, con mi cena. Dejé pasar a mis amigos y ellos se sentaron en mi sillón.
- ¿Qué pasó? – preguntó Kyu – No volviste nunca – me dijo – Min sí volvió
- Me tenía que ir, no podía soportar verla ahí, y saber que me dejó por ese imbécil
- Espera… - Hyuk me vio - ¡¿Qué dijiste?!
- Hoy los vi, a Min Jee y a ese chico, Choi Siwon
- Eso es imposible – dijo Kyuhyun, mirándome con los ojos bien abiertos - ¿Estás seguro?
- Sí
- ¿Qué estaban haciendo?
Preguntó Hyuk, mirándome de igual forma.
- Ella le estaba dando de comer
Contesté.
- ¿No lo habrás malinterpretado?
Preguntó Kyu, alzando una ceja.
- ¡No! – grité - ¡Ellos reían, y ella… ella le daba de comer! ¡En la boca!
De solo recordarlo la sangre me volvía a hervir ¡¿Cómo pudo ella hacerme esto?! ¡A mí! ¡Íbamos a casarnos! Pero al parecer mi amor por ella fue más grande que el que ella me tenía a mí.
- No creo que Min Jee sea de esas
Dijo Hyuk y Kyu asintió.
- Debe de haber una explicación
Intervino Kyu.
- ¡¿Cuál?! – pregunté con enojo – ¿Que él es su nuevo amigo, que la escuchó cuando nadie más podía escucharla y sabe la verdadera razón por la cual me dejo, pero prometió no decir nada y la alienta a que me diga algún día la verdad?
- Puede ser…
Contestó.
- Vete al infierno Kyuhyun
- ¡Ey! – Hyuk me miró - ¡No lo trates así, él no te ha hecho nada!
- Lo siento
Me disculpé, mirando el suelo y volviendo a ver a mis amigos, Hyuk solo asintió.
- Descuida
Dijo.
- Pero sigo diciendo que ella no es de esas
Volvió a decir Hyuk y yo asentí. Era verdad; Min era una chica decente, estudiosa y responsable. No la creía capaz de hacer algo así.
- Lo único que quiero es matar a ese tipo
Golpeé la pared.
- Deberías comer e intentar calmarte
Me pidió Kyu y yo obedecí. Mis amigos me acompañaron mientras cenaba, vimos “Saw VI” me daba muchos ejemplos de cómo matar a Siwon. Uno de mis guardias se llevó mi bandeja y mis amigos y yo nos quedamos viendo otra película, agradecía que intentaran tranquilizarme.
Ellos se fueron y yo me quedé solo. Las imágenes de Min y Siwon volvieron a mi mente. Ella le sonreía, le sonreí y daba de comer ¡¿Por qué lo hizo?! Golpeé mi almohada e intenté dormir, intenté pensar en lo que mis amigos habían dicho, que ellos de seguro no eran nada, pero era muy difícil pensar eso.



La mañana siguiente llegó y de nuevo no fui a clases, iba a reprobar el semestre si seguía así. No quería ir porque sabía que ella estaría ahí, ni un ataque zombi haría que Min Jee dejara de ir a clases. Me di una ducha y volví a mi habitación, mi desayuno lo acompañé con más películas de “Saw” no me deprimía ver matanza.
Era patético. Yo, el príncipe heredero, el chico más codiciado de Corea, estaba encerrado en su habitación, lamentándose porque una chica le había roto el corazón. Las cosas no debían de ser así. Si Min me había dejado de amar por ese imbécil de Siwon, entonces yo haría lo mismo, intentaría recobrar mi vida, donde nadie más que yo importaba.
Apagué la televisión, busqué en mi armario algo decente, y salí de mi habitación. Era un día soleado, podía ir a donde yo quisiera y lucir mis nuevos lentes de sol. Caminé por el campus, con las manos en los bolsillos y la cabeza inclinada un poco hacia arriba.
Notaba que todas las chicas me miraban, me alegraba eso. Las saludaba a todas, y todas soltaban risitas tontas. Era bueno saber que no había perdido mi toque a pesar de que había tenido novia y todo el mundo sabía que me iba a casar con ella.
- Su alteza – me llamó una chica y yo me le acerqué sonriente, la chica me sonrió de forma nerviosa y se empezó a retorcer el cabello – Estamos haciendo una colecta a beneficio de los desamparados – me explicó - ¿Desea donar algo?
- Claro
Acepté y ella me entregó una tablilla con los nombres de todos los donantes. Comencé a leer los nombres, los teléfonos y las donaciones, algunos eran tan tacaños que donaban cosas insignificantes ¡Es una universidad de ricos, les sobra de todo, a mí me sobra de todo! Llegué al primer nombre.

Kim Min Jee: 991630290 – Latas de comida y ropa

Miré a la chica y le entregué la tablilla, ella me miró confundida. Sabía que Min era caritativa, ella tenía un enorme corazón, sonreí al recordar esa parte de ella, teniendo poco y dando mucho. Volví a tomar la tablilla y anoté mi nombre y donación:

Lee Donghae: 998350445 – Dinero, ropa, camas y más


- Muchas gracias
La chica se fue sonriente y yo seguí con mi camino. Fui al complejo deportivo, las chicas del equipo de natación estaban en la piscina, todas soltaron un gritito al verme. Quería gritar: “¡Estoy soltero, vengan por mí!” pero algo me detenía, el deseo de no estar soltero.
Me paseé por los de mi pabellón, quería verla, quería demostrarle que no estaba vencido, que no estaba derrumbado, tal como dijo Jin. Caminé a mi salón de clases, ya estaba a punto de acabar la clase y yo me paré fuera. Todos salieron y yo me recosté en la pared, saludando a todos lo que me miraban. Sun salió y se me quedó viendo, yo solté una risita.
- ¿Qué? – pregunté, acercándomele - ¿Te sorprende verme?
- Sí
Contestó ella.
- Mala, no me esperaste
Bromeó Kyu y luego me quedó viendo.
- ¿Sorprendido?
Pregunté.
- Mucho
Contestó él. Los tres empezamos a reír, y entonces la vi. Lucía un vestido azul con blanco, el azul el quedaba muy bien, hacia resaltar sus ojos y su cabello. Ella me quedó mirando y luego siguió su camino. Fue una fracción de segundo, pero creí haber visto algo de tristeza en sus ojos. La seguí con la mirada, ahí estaba Siwon, quien la miró y luego miró en mi dirección. Quería matarlo, en verdad quería matarlo. Sentí la mano de Kyu en mí y volteé a verlo, él negó con la cabeza. No debía de hacer ningún espectáculo, lo sabía, pero era difícil cuando veías al amor de tu vida con un idiota.
- ¿Entrarás a la siguiente clase?
Preguntó Sun y yo negué con la cabeza.
- Vas a reprobar si no entras a clases
Me dijo Kyu, soltando mi brazo.
- Me importa un carajo
Dije.
- ¡Mi amor! - gritó Yang, abrazando a Kyuhyun - ¿Donghae?
Preguntó ella al verme.
- ¡¿Por qué a todo el mundo le sorprende verme?!
Pregunté riéndome.
- Porque has estado jugando al ermitaño desde que comenzaron las clases
Contestó Hyuk, dándole un beso a Sun Hee.
- Mucha miel delante de mí – me quejé divertido – Sobre todo de ellos
Señalé a Yang y Kyuhyun, quienes estaban en uno de sus habituales abrazos que duraban horas, con Yang poniendo caras tiernas.
- Chicos…
Sun miró a nuestros amigos y estos se separaron.
- ¿Quieres ir a almorzar con nosotros?
Me preguntó Hyuk y yo negué.
- Iré a buscar a Jin
- ¡¿Por qué estás saliendo tan seguido con esa loca?! - gritó Sun y Yang la miró al instante ¿Qué se traían entre manos esas dos? Sun me miró y me fulminó con la mirada - Ya te he dicho que ella no es buena amiga para ti
- Es la única amiga que tengo
Contesté y Yang frunció el ceño.
- Además de ti
- Ok
Ella rió.
- De todas formas, es una arpía
Dijo Sun y yo reí.
- Ella nunca te agradará, ni muerta te agradará
- Cuando se muera, lo consideraré
Sentenció y yo volví a reír. Mis amigos me dejaron y yo maqué el número de Jin Kyong. Ella estaba en clase de ballet, así que conduje allí. Realmente no quería salir con Jin, quería quedarme en mi habitación, con las cortinas cerradas, pero realmente necesitaba un momento lejos de todos.
- ¿Y a qué debo tu linda presencia?
Me preguntó, entrando a mi auto.



- Nada, solo quería verte, pequeña
Dije y ella sonrió.
- Me gusta estar contigo – me dijo, yo puse el auto en marcha – Me recuerda los viejos tiempos
- ¿Cuándo podíamos hacer esto todos los días?
- Sí
Contestó sonriente.
- Bueno… supongo que ahora tendrás más amigos
Le dije, pues yo había logrado hacer más amigos, cosa que creí imposible en el pasado.
- No – contestó Min, mirando sus manos – Mi mamá dice que ninguno es lo suficiente para mí
- ¿La vieja bruja sigue con eso? – pregunté y ella asintió – Lo lamento, debe de ser muy feo vivir con ella
- Lo es…
Ella miró al suelo y yo le pasé un brazo por los hombros, ella se recostó en mí. Conduje hacia su heladería preferida y entramos, pedimos lo habitual. Sí que debía de ser un martirio vivir con Kim Mi Hi, esa mujer me daba miedo; Jin tenía que soportar día y noche el maltrato psicológico, y ahora el maltrato físico a su prima.
- Jin… - ella me miró - ¿Alguna vez te he dicho cuánto te quiero?
Ella sonrió.
- No, pero me gustaría volver a oírlo
- Eres una de las personas más importantes para mí – abrí el collar que me regaló y ella sonrió – No me gusta verte llorar
- Te dije que me veía fea en esta foto, cámbiala
Me pidió, haciendo un puchero, yo solo reí. Salimos de la heladería y fuimos sorprendidos por muchos paparazis. No nos dejaban salir y mis guardias intentaban abrirnos el paso. Escuché un grito de Jin, un paparazi accidentalmente la había hecho tropezar. Tomé su mano y la arrastré lejos de ahí. Cuando entramos al auto la abracé con todas mis fuerzas, no era bonito pasar por estas cosas. A mi mente volvió una escena similar, aquella vez era Min la que estaba entre mis brazos y no Jin.
Dejé a Jin Kyong en su universidad y yo emprendí mi camino hacia la mía. No podía dejar de pensar en Min, de nuevo; la había visto en la mañana, pero de nuevo con ese tipo. Sentí los ojos escocer y las manos me temblaron. Intentaba ser fuerte, pero no podía, me dolía mucho que ella no me amara, me dolía mucho que las cosas no fueran como antes. La odiaba, y la odiaba por amarla tanto, porque aún la amaba, y porque moría por dentro.



Llegué a la universidad y caminé con lentitud hacia mi habitación. Ya no tenía las manos  en los bolsillos ni la cabeza ligeramente alzada, ya no saludé a las personas que se me cruzaban, no quería hacer nada, solo ir a mi habitación. No me molesté en tocar la puerta de Hyuk, él debía de estar estudiando, o probablemente ni siquiera estaba. Entré en mi habitación y tomé otro paquete de cerveza, recordando cada momento que pasé con mi Ratona.
Mis ojos se llenaron de lágrimas. Bebía mi cuarta lata de cerveza, pensando en cómo todo en mi vida era un caos. Primero mataron a mi madre, una chiflada celosa la mató; luego mi padre, producto d la muerte de mi madre, se enferma, y ahora yo me quería morir. Sonaba exagerado querer morirse solo porque mi novia me dejó, pero así me sentía.

La mañana siguiente no fui a clases, en toda la semana no había ido. Me quedé acostado en mi cama, apenas y había salió para poder darme una ducha; estaba viendo caricaturas, comiendo el desayuno que Kyu me había traído, me sentía miserable. Estaba viendo “Hora de Aventura” y alguien tocó mi puerta. Me levanté y la abrí, pensé que eran Hyuk o Kyu, pero me equivoqué, era ese chico.



- ¿Qué haces aquí?
Le pregunté.
- Quiero hablar – me contestó – En paz…
- ¡¿Cómo se te ocurre decirme eso?!
Le grité ¿Paz? ¿Venía a buscar paz cuando me robó a la mujer que amaba?
- Por favor… - me pidió – No grites y hablemos con tranquilidad
- ¡Vete a la mierda! – grité, intentando cerrar la puerta; él, sin embargo, puso resistencia - ¡Quita tu maldita mano antes de que te la rompa!
- Por favor… - volvió a pedir – No maldigas
- ¡Maldeciré todo lo que quiera! – grité - ¡Soy el príncipe, hago lo que quiera!
- ¡Basta! – gritó él – Vengo a hablar contigo, por favor
- Me quitaste a Min – dije, mirándolo fijamente, no me importaba que fuera más alto que yo, Kyu era más alto que yo y de igual forma le ganaba en pelea – No tenemos nada de que hablar
- Escúchame por favor…
- ¡Guardias! – grité – Sáquenlo de aquí
- ¡Espera! – pidió el chico, siendo levantado por mis guardias - ¡Estás cometiendo un error! – gritó mientras se lo llevaban - ¡Es un malentendido!
Cerré mi puerta y me volví a recostar en mi cama. Rompí otra lámpara y rajé la pantalla de mi celular ¿Cómo se le ocurría venir a querer hablar? ¡¿Quién mierda se creía?! ¡¿Acaso se quería burlar de mí?! Ya me había quitado lo que más quería en este mundo ¡¿Qué más quería?!
Lance más cosas al suelo y rompí un espejo. Me sentía furioso. Salí de mi habitación y caminé hacia la biblioteca. Mi mesa, donde solía dormir, se veía extraña sin Min ahí. La primera vez que ella me dijo “Lo siento” haciéndome sentir calmado conmigo mismo, fue en esta mesa. Nuestros momentos a solas, cuando nadie podía saber lo nuestro, habían sido en esta mesa escondida entre estantes. No habíamos terminado hace mucho, ni siquiera había pasado una semana, pero parecía que hubiera sido meses atrás.
  - Siwon… por favor – me quedé de piedra, era ella – No le hables a Donghae, por favor – sentí como si un misil hubiera impactado contra mí – No quiero que te pase nada malo – a ella le preocupaba él – Owww… te quiero





domingo, 9 de noviembre de 2014

WTF! Soy una princesa! (Super Junior) - 38

NOTA: LO PROMETIDO ES DEUDA. HOY ES DOMINGO, ES DECIR, DÍA DE ACTUALIZACIÓN. QUERÍA SUBIR DOS CAPÍTULOS, PERO NO VOY A PODER PORQUE TENGO QUE IR A UNA FIESTA EN LA ESCUELA DE LA SOCIEDAD CHINA DE PERÚ ^^ ¡LO LAMENTO! PUES NO LO JUSTIFICA, PERO ME AGARRÓ DE IMPROVISO :/ ASÍ QUE AQUÍ LES DEJO EL CAPÍTULO 38, ESPERO QUE LO DISFRUTEN, NO SE ENOJEN CONMIGO, Y NOS VEMOS O MÁS TARDE O EL PRÓXIMO DOMINGO.
SALUDOS!
WU XIN QIAN
PD: INTENTARÉ POSTEAR EN LA NOCHE OTRO CAPÍTULO, SI ES QUE ME ALCANZA EL TIEMPO
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Capítulo 38








La mañana era soleada, pero a mí me parecía gris. Hyuk tocó mi puerta, pero le dije que no iba a salir de mi habitación ¿Para que ir a clases? Ella iba a estar ahí y no quería verla ¿Cómo era posible que yo, el príncipe heredero de la corona de una potencia mundial, llore por una chica? Pero es que esta era especial, o por lo menos eso creí yo.
Encendí la televisión, estaba dando “Titanic”, una de mis películas favoritas. Llegó la parte en la que ella decide volver al barco que se está hundiendo y le dice a Jack “Si tú saltas yo salto ¿Recuerdas?” Lloré al oír eso. Todas las veces que Min Jee y yo veíamos esta película, nos susurrábamos esa frase al oído ¿Por qué había acabado así?
Me volví a recostar en mi cama y miré el final; al igual que nosotros, ellos terminaban separados, solo que él moría, ella en mi caso me había dejado de amar. Las lágrimas volvieron a caer. Jamás me había enamorado, jamás había estado con una chica, Min Jee era la única a la que quería, no quería a nadie más.
Las horas siguieron pasando, Hyuk vino a tocarme varias veces la puerta, pero no le abrí ¿Por qué? Porque me hablaría de Min, y era lo que menos quería. Las horas pasaban y mi estómago rugía, no quería dejar mi habitación por miedo a encontrármela. Si la veía, no iba a poder evitar tirarme a sus pies y rogarle ¿Patético? Pues sí, pero lo iba a hacer, la quería recuperar, no podía vivir sin ella.
- Abre la puerta – dijo la voz de Hyuk – Te traje el almuerzo
Me levanté de mi cama y caminé hacia la puerta. Hyuk sostenía una bandeja con mi comida, le di espacio y él entró. Dejó la comida en mi mesa y se sentó en mi cama, yo solo lo miré.
- Luces horrible amigo, si quiera abre las cortinas
Bromeó él, dejando entrar la luz del día.
- ¿La has visto?
Pregunté y él me miró.
- Sí
Contestó.
- ¿Cómo… cómo está?
Pregunté, sintiendo una presión en el pecho.
- Oh, ya sabes – dijo él – Usa lentes, tiene cabello castaño y largo, camina bajando la mirada – sonreí – Se ve… rara
- ¿Rara?
Él asintió.
- No sé cómo explicarlo, se veía nerviosa
- ¿Cómo si ocultara algo?
Pregunté.
- Sí
Contestó él y yo miré a otro lado.
- ¿Qué crees que sea?
- Yo ya no sé – contestó – Con ella no sé nada – agregó – Sun Hee piensa que su tía le debe de haber hecho algo que la condujo a tomar esa decisión
- ¿Pero?
Hyuk me miró.
- Pero también está lo que te dije – bajé la mirada y asentí, era duro pero posible – Tal vez… sí diga la verdad, eso puede pasar ¿Entiendes eso?
- Sí – miré mi colchón – Pero desearía que fuera lo otro, pues no sé que no hice como para que me deje de querer
- Calma – me pidió él, tomando un bocado de mi comida - ¿Por qué solo Sun y tú pueden comer así de delicioso? – preguntó y yo sonreí – Tarde o temprano se va a saber todo, se paciente
- La sigo amando
- Eso es obvio, apenas ayer han terminado – Hyuk me palmeó la espalda - ¿Irás a taekwondo?
- No – contesté – Ella estará en las pistas de hielo, no quiero verla
- Tarde o temprano tendrás que salir de tu habitación
- Pues pediré permiso para tomar las clases en mi cama
Hyuk rió.
- Se hombre, amigo – dijo – Las chicas van y vienen
- ¿Le dirías eso a Sun Hee?
Pregunté sonriendo.
- Sun es… diferente – contestó sonriendo – Hace que me sienta feliz – sonreí al oír eso – Es exagerada, gritona, la reina del drama – reímos, él la había descrito muy bien – Pero la amo, ella es especial
- Lo mismo pienso de Min Jee – miré al techo – Ella es especial
- Eso pasa cuando encontramos a la persona indicada – Hyuk volvió a tomar un bocado de mi comida – Para mí, Sun es la indicada, y me importa una mierda si es princesa
- ¿Si sabes que hay una posibilidad de que te conviertas en duque? – pregunté – Cuando llegue la muerte de mi padre y no pueda ascender al trono, Sun pasará a ser la heredera, y tú pasarás a ser duque
- ¡Pues lo seré! – dijo él, sosteniendo mi tenedor como si fuera una espada – Amo a Sun, y esas vainas reales no me importan
Reí al ver a mi amigo, él era muy dulce y buen amigo, me alegraba que mi prima hubiera encontrado a alguien como él.
- Realmente estás enamorado de la insoportable de Sun – reí – Pobre de ti, ella da miedo
- Sí, me contó varias anécdotas de cuando eran niños



Al instante me sonrojé ¿Cuáles le habría contado? Solo esperaba que no hubiera sido esa que implicaba agua tibia y una cámara filmándolo todo.
- Sun es… Sun
Terminé diciendo, riendo.
- Ves… ya te ves mejor – dijo Hyuk sonriente y yo asentí. Aún me sentía miserable, pero ayudaba mucho tener un amigo que te apoya mucho – Bueno, me voy, tengo que buscar a Yang para buscar a los demás, luego venimos
- No estoy muriendo, solo… - miré a Hyuk, este alzó una ceja – Sí vengan, me estoy muriendo
Él rió.
- Nos vemos luego
Dijo, levantándose de mi cama y yendo hacia la puerta. De nuevo me quedé solo, sumido en mis pensamientos. En verdad deseaba ver a Min Jee, pero al mismo tiempo tenía miedo de verla. Si la veía, y de esto estaba seguro, me arrodillaría ante ella y le rogaría para que me acepte de nuevo, tal como hice cuando quería que me aceptara la primera vez. No me importaba hacer el ridículo, o lo patético que se vería, yo quería estar de nuevo con ella, no podía creer que fuese verdad que ella me había dejado de amar.
En el viaje a América todo era maravilloso, estaba con la chica que amaba, y cuando aceptó ser mi esposa… fue la sensación más increíble que se pueda sentir. Cuando volvimos a Corea, las cosas seguían perfectas entre nosotros dos, hacía de todo con tal de verla feliz, y realmente se veía feliz, ella aún seguía diciendo que me amaba ¿Cuándo cambiaron las cosas? La respuesta vino a mi mente: Las cosas cambiaron cuando ella se fue del Gyeongbokgung y yo me fui a Aspen ¿Qué le pudo haber pasado? La idea que su tía le había hecho algo volvió a mí, pero entonces las palabras de Hyuk también, había una posibilidad de que Min realmente ya no me amase.
Me levanté de la cama, pateando la mesa de noche; respiré hondo, necesitaba calmarme, no podía ir golpeando y destruyendo todo lo que se me pusiera enfrente. Miré por la ventana, era un día cálido y las personas caminaban animadamente por el inmenso campus de la universidad. Todos se veían felices, todo parecían divertirse ¿Cómo podían hacer eso cuando su príncipe estaba sufriendo por una rata de laboratorio? Entonces la vi, su cabello largo y castaño lo llevaba en una coleta, miraba con nerviosismo a todos lados ¿Por qué siempre hace eso? Alzó la mirada y creí por un segundo que me podría ver, pero eso era imposible, yo estaba demasiado arriba. Ella volvió a mirar a los lados y se fue ¿A dónde se iba? ¿Por qué no entraba? ¿Ella quería verme tanto como yo a ella? ¿O tal vez venía a ver a Hyuk? No, eso era imposible ¿Entonces qué? Salí corriendo de mi habitación, bajé a la carrera las escaleras y salí a la plazuela, ella ya no estaba ahí y todos me miraban ¿Dónde podría estar?
Volví a mi habitación. Tomé mi teléfono y busqué el número de Min Jee. Mi dedo estaba suspendido, dudoso de presionar el botón de llamar. Dejé el teléfono a un lado y miré la pared vacía; en mi escritorio aún estaba la caja con la tiara especial de Min, y su anillo, los tomé. El anillo me recordaba el cielo azul de Orlando, los momentos vividos ahí fueron maravillosos, como de otra era. Los ojos se me llenaron de lágrimas. La extrañaba, extrañaba su personalidad, sus virtudes, sus defectos y su belleza, la tenía que recuperar, pero primero tenía que averiguar qué había pasado. Tomé de nuevo mi teléfono y marqué un número.
- Hola
Saludó Jin Kyong.
- ¿Quieres salir a dar una vuelta?
Le pregunté. Ella también la debía de estar pasando mal con las actitudes de su madre, de seguro lo que ella le hacía a Min también se lo hacía a Jin. Escuché voces del otro lado de la línea y ella contestó:
- Estoy en clases ahora, ven a buscarme, termino en una hora
- De acuerdo, voy para allá
Fui a las duchas y me di una ducha rápida, me cambié con lo primero que encontré y salí en mi Porsche. Jin me esperaba afuera, muchas personas nos observaban, era un poco incómodo ¿A caso nunca vieron a un amigo recoger a su mejor amiga?
- Hola
Me saludó ella, entrando en el auto y dándome un beso en la mejilla.



- ¿Dónde quieres ir, pequeña?
Pregunté y ella sonrió.
- A donde tú quieras, pero la verdad es que se me antoja un helado
Yo solté una risita.
  - Por helado será
Puse el auto en marcha y salimos del campus de Julliard. Llegamos a la heladería favorita de Jin, ella se veía feliz. Siempre me gustó verla feliz, después de saber cómo era su madre, prometí que la haría tan feliz como ella me hacía a mí, y pienso que hasta ahora hago un buen trabajo.
Nos sentamos y ella empezó a ver el menú, sabía lo que se pediría antes de que lo mencionara. Ella siempre pedía helado de chispas de chocolate y yo siempre pedía helado de café, luego los combinábamos y esperábamos a que se derritiera.
- ¿Cómo has estado?
Me preguntó y yo solté un suspiro.
- No muy bien
Contesté.
- Ya te dije, no debes de sufrir por ella
- No es tan sencillo
Dije, lanzando a un lado el menú.
- Ella no te merece – miré a Jin – Dejarte así no más… ¿Qué le sucede?
- ¿No sabes qué pudo pasarle?
Pregunté y ella negó.
- En todo el verano solo la vi un día – contestó ella – El día antes de que las clases comenzaran
- ¿La vieja bruja no te dijo si ella iba a veces a tu casa?
Pregunté y ella negó.
- Mamá y yo no sabíamos que ella estaba fuera del Gyeongbokgung hasta el día antes de que comenzaran las clases
- Ya veo…
Miré a otro lado. Me sentía triste, me sentía decepcionado. Si lo que Jin decía era verdad, y dado que ella es mi mejor amiga y no me mentiría en algo así, entonces no era posible que su tía le hubiera hecho algo ¿Entonces qué pasó? ¿De verdad… de verdad me había dejado de amar?
- Por cierto… gracias por no llevarme a Disneylandia – dijo ella riendo – A Min la conoces hace poco y a mí de toda la vida ¿Qué ya no me quieres?
- Sabes que te amo Jin – contesté y ella sonrió – Pero Min es… era mi novia, y a ella la a…
- ¡No digas eso! – gritó ella y todos voltearon a vernos, Jin se veía enfadada – Me harás llorar y sentir peor
- ¿Por qué?
Pregunté.
- Porque ella es mi prima y te está haciendo infeliz
- ¡Oh, Jin! – exclamé, apretándole la mejilla – Lo que pase con Min, no hará que lo nuestro cambie, siempre serás mi pequeña
- Tú también eres mío
Ella volvió a sonreír. Jin siempre fue una de las personas más importantes de mi vida, ella siempre estaba ahí para sacarme una sonrisa, tranquilizarme y llorar conmigo, nunca me falló, la quería demasiado. Jamás iba a querer perder su amistad, pues ella fue la primera mano que me ayudó a levantarme, y siempre fue la primera persona que estaba ahí para mí.
Pedimos los helaos y continuamos hablando. La habían seleccionado para interpretar al “Hada Confite” en el “Cascanueces” La felicité, pues sus sueños se estaban cumpliendo.
- ¿Y qué dice la vieja bruja?
Pregunté.
- Ella está empezando a aceptarlo
Dijo ella y yo sonreí, me alegraba oír eso. Como siempre, terminamos tomando café con vainilla en vez de comer helado, ambos riendo como cuando éramos niños. Salimos del restaurante y dejé a Jin de nuevo en su casa, yo volví a la universidad.
Mientras me acercaba a la universidad, sentía los ojos escocer ¿Entonces era verdad? Me negaba a creer que fuera verdad, no quería que fuera verdad. Respiré hondo y caminé hacia mi habitación, una vez dentro, me derrumbé ¿Era posible que una persona te deje de amar de un día para el otro? Tomé el anillo de Min y volví a llorar.
- Te amo… no me dejes



No podía soportarlo, dolía mucho ¿Por qué dolía tanto? ¿Por qué tenía que pasarme esto? Es decir, ya perdí a mi madre, iba a perder a mi padre ¿Por qué tenía que perder a la mujer que amaba? Empecé a gritar, todo era tan injusto, no podía merecer tanta mierda en esta vida. Golpeé las paredes, pateé mi velador, lancé mis libros, rompí el espejo, nada me importaba, nada importaba, todo estaba perdido para mí, me sentía a la deriva.
- ¡Donghae, ábreme!
Gritó Eunhyuk, golpeando la puerta.
- ¡Lárgate!
Grité, no quería ver a nadie.
- ¡Abre la puerta!
- ¡Que te largues!
Grité, lanzando mi laptop, la cual se hizo añicos.
- ¡Abre la puta puerta!
Hyuk comenzó a golpear la puerta con más fuerza.
-  ¡Lárgate! – grité tan alto como pude - ¡Largo!
Me arrodillé en el suelo y tomé mi cabeza, tapándome los oídos. Grité hasta que la garganta me ardía, y volvía a gritar. Hyuk seguía golpeando la puerta, pero hablaba con alguien, debía de ser Sun al teléfono. Estaba deshecho, ella me había roto, ella lo había sido todo para mí y ahora ya no tenía nada.
- Donghae… - ese era Kyuhyun – Déjanos entrar amigo
- Por favor Donghae, no debes de estar solo
Me levanté del suelo, restregué mis lágrimas y abrí la puerta. Había un centenar de personas paradas fuera de mi habitación, todas contenidas por mis guardias. Kyu y Hyuk entraron, ambos tenían paquetes de cervezas en cada mano, era mucha cerveza. Se sentaron en mi cama y me miraron, Hyuk me abrió una lata y me la entregó.
- Es medicina para la depresión
Dijo Kyuhyun y yo asentí.
- Hablé con Sun – dijo Hyuk – Ella me contó algo que sucedió en América, sobre un mensaje de muerte a Min
- ¿Qué?
Pregunté, mirando a mis amigos ¿Había alguien amenazándola con matarla? ¿Esa había su razón para alejarse de mí? ¿A caso tenía miedo?
- ¿Y qué averiguaron?
Preguntó Kyu.
- ¿Fue su tía?
Pregunté con esperanza.
- Sun dijo que el mensaje provino del celular de una niña de ocho años – Kyu y yo nos miramos confundidos – Y que es hija de una sirvienta
- ¿Fue una broma?
Preguntó Kyuhyun.
- No lo sé… - Hyuk nos miró – Tanto Sun como yo pensamos que es solo una treta para encubrir a una mente siniestra – miré a Hyuk, no entendía – Sabían que rastrearíamos el teléfono, por eso lo hicieron de una forma muy solapada
- ¿No hay ninguna conexión entre esa sirvienta y la tía de Min?
Pregunté y Hyuk negó.
- Ni siquiera con la patrona
- ¿Y sí fue solo una broma? – preguntó Kyu, viendo algo en su tablet – Donghae es un ídolo adolescente por ser el príncipe heredero, y además es guapo – miré a mi amigo sin entender – Es normal que algunas chicas le tengan envidia a Min Jee
- ¿Tu punto es…?
Preguntó Hyuk.
- Min tiene desde su dirección en Mokpo a su número de celular en facebook – Kyuhyun nos mostró la tablet – Y su perfil no es privado
- ¿Entonces crees que esta niña es solo una clase de “Anti-fan”?
- Es más fácil que una conspiración en contra de Min o un intento de asesinato por parte de su tía
- Pero su tía la golpea
Le recordé.
- Algunos de los casos donde los padres golpean a sus hijos, son los mismos padres los que asesinan sin intención, no mandan a matarlos
Dijo Hyuk y yo asentí, eso solo me desilusionaba más, pues entonces se afianzaba la teoría de que ella me había dejado de amar.
- Y lo hacen porque no pueden controlar su ira, no porque quieran matarlos
Agregó Kyu.
- Entonces ya está – lancé la lata de cerveza al suelo y su contenido se derramó – Ella de verdad me dejó de amar
- Eso no lo sabemos a ciencia cierta – dijo Hyuk, recogiendo la lata – También puede ser verdad lo de la conspiración
- Ten fe amigo – me pidió Kyu y yo solté un bufido – La verdad se sabrá tarde o temprano
- ¿Cuándo? – pregunté - ¿Cuándo mi padre ya haya muerto y tenga que ceder mi derecho a mi tía Jae Hwa? ¿Cuándo ya estemos viejos y todos sean exitosos? ¿Cuándo ella salga en la tele contando su vida? ¿Cuándo ya la maten? – mis amigos se miraron - ¡¿Cuándo?!
- No lo sé – contestó Kyuhyun – Solo intento hacerte sentir mejor
- Pues no necesito esta mierda – abrí otra lata de cerveza y comencé a beber - ¡Quiero respuestas! – grité, bebiendo otro sorbo más - ¡Quiero saber porque mi novia que decía amarme al día siguiente me dejó!
- ¡Cálmate!
Me ordenó Hyuk con voz firme.
- ¡No me pidas que me calme! – grité - ¡Sus novias no los dejaron a meses de su boda, y sin darles una explicación!
- Lo sabemos… intentamos entenderte – Kyu me miró y yo respiré hondo, debía de calmarme – Pero no puedes estar enojado con medio mundo, no con nosotros por lo menos
- Lo lamento
Dije, pues él tenía razón, no debía de desquitarme con los demás, ellos no tenían la culpa.
- Regresa a clases mañana – me pidió Hyuk – Si la ves, sopórtalo, porque no vas a poder evitarla toda la vida
- De acuerdo
Asentí y mis amigos sonrieron. Mis amigos me dijeron que necesitaba esperar, que pronto se sabría la verdad, pero no había un cuándo. Intentaría hablar con ella, que me diga la verdad, y si al final era verdad que ya no me amaba, la dejaría en paz.
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ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO, Y SI NO.... PUES IGUAL COMENTEN :P LOS QUIERO!!!! NOS VEMOS!!! Y DISCULPEN DE NUEVO LAS MOLESTIAS.
HASTA EL PROXIMO DOMINGO!!!!

domingo, 2 de noviembre de 2014

WTF! Soy una princesa! (Súper Junior) - 37

Capítulo 37





En todo el día no vi a Donghae, no entró en ninguna de las clases. En el almuerzo también me senté sola sintiendo las miradas de mis amigos sobre mí. Hyuk lucía como Sun, enfadado conmigo; Yang era la única que me veía diferente, con compasión, tal vez ella se imaginaba lo que me pasaba.
Cuando la última clase acabó, salí disparada del aula en busca de Sun. Todos estaban ahí, excepto Donghae. Sun me miró y luego se dio media vuelta, la tomé del brazo para que no se fuera, todos me miraron de nuevo. Ella quitó mi mano con brusquedad y me dijo:
- ¿Qué quieres?
El desprecio en su voz me dolió demasiado, no podía creer que mi amistad con Sun se hubiera acabado.
- ¿Me odian?
Pregunté. Ella me miró, era clara cuál iba a ser su respuesta. Hyuk le puso una mano en el hombro, de seguro para contenerla, eso quería decir que estaba realmente molesta conmigo.
- ¿No es obvio?
Contestó lentamente. Sentí que el aire se me escapaba de los pulmones, como cuando te dan un puñetazo en el abdomen. Sun me miró con odio y volvió a darse la media vuelta.
- ¿Solo porque terminé con Donghae?
Pregunté sin poder contenerme. Sun volteó y me miró con más enojo, si es que eso era posible. Avanzó hasta mí y todos la rodearon, era obvio que no querían hacer espectáculos.
- No – contestó ella – No te odio “Solo por terminar con mi primo” – me miró fijamente – Estoy enojada porque lo terminaste sin motivo alguno, porque eres una cobarde que no se atreve a decirnos cuál es su problema – sus palabras se sentían como cuchillos en mi espalda, dolían porque era la verdad – Estamos enojados… - me dolió aún más, todos estaban enojados conmigo, aunque eso ya lo había notado – Porque rompiste el corazón de una persona que te amaba enserio. Y no le diste una razón, que es lo peor
- Sí le di una
- Yo no me la creo – ella me miró fijamente – No me creo que lo hayas dejado amar. Eres una cobarde, puedes decirnos qué sucede y acabar con este drama – miré al suelo - ¿No lo harás? – la miré, ella tenía una ceja alzada – Es por eso que digo que eres una cobarde
- Ya Sun…
Le pidió Yang.
- ¡¿Sabes qué es lo peor?!
Gritó ella.
- Sun…
Hyuk la volvió a tomar del hombro.
- ¡No! – gritó ella - ¡Que lo sepa! – me miró de nuevo, había fuego en sus ojos, sentí miedo – El no querrá otra novia, y ya no creo que haya tiempo a que consiga una – miré a Sun, pues eso significaba… - Perderá la corona, y es tu culpa
Ella no dijo nada más, se dio media vuelta y se fue. Hyuk me miró, me dedicó una mirada de desaprobación y luego se fue, lo mismo hizo Kyuhyun. Yang me miró, había disculpas en su mirada, luego también se fue.
Caminé lejos del pabellón, no quería hablar con nadie, no quería ver a nadie, y sin embargo, quería verlo una vez más. Caminé a la biblioteca, tal vez él estaba ahí, durmiendo como antes solía hacer. No estaba, me sentí decepcionada. Sin darme cuenta me vi caminando a la residencial estudiantil, pero entonces me detuve y volví sobre mis pasos. No podía hacer esto, si lo veía terminaría diciéndole cuanto lo amaba y rogándole para que me perdone, que nada había sido verdad; de nuevo apareció la imagen de mi tía, con los ojos desorbitados y el cuchillo, entonces caminé a la pista de hielo.
Me cambié la ropa y calcé los patines, necesitaba distraerme un poco. La práctica aún no daba comienzo, pero de todas formas quería patinar, era lo único que me tranquilizaba. De nuevo me coloqué los audífonos y comencé a patinar. Me gustaba mi nueva rutina, era una historia de amor que terminaba en muerte, tal vez por eso me gustaba mucho.
Daba vueltas, saltos, o simplemente me deslizaba por el hielo, todo eso me calmaba los nervios. Me sentía atrapada, me estaba ahogando en un poso lleno de pirañas. Mi tía no le bastaba arruinarme la vida y mantenerme prisionera, quería verme sufrir bajo su techo, ella era mi yugo. Me detuve y respiré hondo, si seguía así iba a vomitar mi almuerzo y no iba a logar rendir en la práctica.
- ¡Aquí la futura ganadora de los “Juegos Olímpicos de invierno”! – dijo una voz, era Siwon – Supuse que tendrías hambre, te traje ramen



- Me encanta el ramen
Desde que salía con Hae, el ramen y el Kimchi se volvieron parte de mi dieta diaria.
- Genial – Siwon sonrió – Ven…
- ¿Cómo estás?
Le pregunté, llegando a su lado y sentándome en las gradas.
  - Bien – contestó él, sonriendo ampliamente – Hablé con mi papá, dijo que el próximo semestre podré tomar cursos de ingeniería musical
- ¡¿Qué?!
Pregunté con alegría
- Lo conversamos, seguí tu consejo y hablé con él – lo miré sorprendida; no le había dado ningún consejo, pero me alegraba que lo haya hecho – Le dije que era un poco hipócrita de su parte ser dueño de la SM Entreteiment y no dejarme estudiar algo relacionado con la música
- ¿Y qué dijo?
Pregunté.
- Primero me dio un golpe – Siwon soltó una risa – Luego me dijo que debía de seguir mi camino, así como él hizo el suyo
- Me alegro tanto
Le dije y él sonrió.
-Me siento muy feliz
- Me alegro  – le dije – Eres muy valiente como para hacer eso
- Deberías seguir mi ejemplo
Bromeó él, abriendo los embases con ramen.
- ¿Tú lo hiciste?
Le pregunté, mirando la comida.
- Claro – contestó él con otra sonrisa más – Es casero
- Delicioso… - me llevé un poco a la boca – Mi almuerzo fue una manzana
- Debes de comer bien o estarás débil para patinar
Me dijo, llevándose un poco de ramen a la boca.
- Supongo… - comí un poco más, estaba delicioso – No, en serio, no lo has cocinado
- De acuerdo, me descubriste – Siwon soltó una risita – Es ramen instantáneo
- ¡Lo sabía!
Reí.
- ¿Qué me delató?
Preguntó.
- Ya he tomado mucho ramen instantáneo
Contesté y ambos reímos. Me alegraba poder pasar un momento común con alguien, con un amigo. Dentro de la tormenta que estaba pasando, Siwon era mi salvavidas, me alegraba haberlo conocido. La soledad nunca me gustó, y ahora me sentía muy sola, pero Siwon hacía que todo fuera más llevadero.
La entrenadora Kim llegó, primero me había dicho que iba a organizar pruebas para el nuevo equipo de patinaje, y que me utilizaría como publicidad. Empezó la práctica, tres horas intensas de estar practicando saltos y giros, luego una hora para practicar mi rutina hasta que cubriera los estándares de “Perfecto”
- Muy bien Kim – me dijo, anotando algunas cosas en su libreta – Mañana te quiero aquí a la misma hora, descansa y come sano
Me ordenó y yo asentí. Desde las gradas Siwon me alzaba los pulgares, yo solo sonreí. Me volví a cambiar y me despedí de Siwon; él asintió, sabía que no podían vernos juntos, pero de nuevo dijo “Es el precio de ser tu amigo”
Regresé a casa y mi tía me quitó el teléfono, luego me encerró en mi habitación. Me senté en mi cama y lancé al suelo mi mochila. Tomé la almohada y la empecé a golpear contra el colchón, ahora entendía por qué Donghae siempre golpeaba cosas cuando se enojaba. Después de llorar por unos diez minutos, comencé a repasar las lecciones del día, luego me dormí


***
Me quedé viendo a Min salir del auto. Se había ido, no volvería, ya no me amaba ¿Era posible? ¿Era verdad? No podía serlo, ella no podía dejar de amarme, no era posible. Sentí ira por dentro y mi puño impacto con el parabrisas de mi auto nuevo ¡No podía ser verdad!
- No puede ser verdad
Lloré, abrazando el anillo contra mi pecho.




Seguí golpeando mi auto, rompí el parabrisas, rompí las luces y los espejos. Grité, no era posible que esto hubiera pasado, no era posible que ella me hubiera dejado de amar. Algo debía de haberle pasado para que tomara esa decisión, porque me negaba a creer que era verdad. Volví a gritar y pateé la puerta de mi auto nuevo.
- ¡Donghae! – me giré, era Eunhyuk - ¿Qué pasó?
- Ella… - Hyuk avanzó hacia mí y me abrazó, yo lloré con la cabeza en su hombro – Ella…
- ¿Dónde está Min Jee?
Preguntó.
- Se fue – lloré aún más – Me dejó
Hyuk me miró fijamente. Yo seguí llorando, gritando y golpeando mi auto. Ella se había ido, me había dejado. Hyuk intentaba apartarme de mi auto, pero yo seguía golpeándolo, prefería golpear mi auto nuevo a golpearlo a él.
- Cálmate…
Me pidió, tomando mi brazo.
- ¡No me pidas que me calme! – grité, golpeando la capota del auto - ¡Que alguien me diga qué mierda acaba de pasar!
- Ella habrá tenido sus motivos
Me dijo y yo volví a golpear el auto.
- ¡Ella no me pudo haber dejado de amar! – me tomé la cabeza con ambas manos y caí de rodillas al suelo – Yo la amo más que a nada en este mundo – lloré - ¿Por qué me dejó?
- Donghae, volvamos…
- No quiero – le dije - ¡Quiero a Hae de vuelta! – grité - ¡¿Por qué?!
- Hae… volamos, tal vez las chicas sepan algo
Cierto, sus amigas, tenía que hablar con Sun. Corrí hacia el ascensor, con Hyuk tras de mí. Corrí a la puerta y la golpeé con fuerza, Sun gritó desde adentro y abrió. Me quedó viendo y luego miró a Hyuk.
- ¿Qué pasó?
Preguntó.
- ¿Tú lo sabías?
Le pregunté.
- ¿Qué cosa?
- ¡¿Lo sabías?! – le grité y ella retrocedió – ¡¿Sabías que ella me había dejado de amar?!
- Espera… - ella me miró con confusión - ¡¿Qué?!
- Min Jee acaba de terminar con él
- ¡¿Qué?!
Preguntó Yang.
- Donghae… nosotras no sabíamos nada
Me contestó mi prima y yo golpeé la pared.
- ¡Ustedes vivieron con ella por un mes! – grité - ¡¿Por qué coño no saben nada?!
- Amigo, tranquilízate
Me pidió Kyuhyun.
- ¡No me quiero calmar! – grité, haciéndole un hoyo a la pared - ¡¿Por qué pasó esto?!
De nuevo me largué a llorar. Era patético, no debía de llorar, pero me dolía demasiado. Sun me miró y se tapó la boca para callar sus sollozos.
- En verdad no sabíamos nada
Volvió a decir ella y yo solté un grito. La amaba, amaba demasiado a Min Jee, siempre intentaba demostrárselo. Ella siempre decía amarme, ella siempre decía lo feliz que era conmigo, siempre intentaba hacerla sonreír, le entregué todo a ella ¿Por qué me dejó entonces?
Mi prima me sirvió una taza de té, apenas lo toqué. No quería nada, no podía pensar en nada que no fuera Min Jee. Tomé el anillo y lo guardé en mi bolsillo ¿Por qué había pasado esto? ¿Quién podía darme las respuestas que buscaba?
- Jin…
Murmuré, sacando mi teléfono.
- ¿Qué?
Preguntó Yang, mirando a Sun.
- Tengo que hablar con Jin Kyong – dije, marcando su número – Hola… - saludé - ¿Estás ocupada?
- No – contestó ella - ¿Sucede algo?
- ¿Puedes ir al restaurante que siempre te llevo?
Le pregunté.
- Sí, por supuesto, salgo para allá
Colgó.
- ¿Por qué saldrás con ella?
Me preguntó mi prima.
- Es su prima – contesté, corriendo al baño – Si ustedes no saben nada – me lavé el rostro – Ella debe de saber algo
Mis amigos me miraron y volví a salir del departamento. Subí a mi auto, miré el parabrisas y salí de él. Llamé a Leeteuk, le pedí que arreglara mi auto. Tomé un taxi y en un santiamén llegué al restaurante. Ella estaba ahí, luciendo uno de sus habituales vestidos floreados, esos lucían mejor en Min.
- Hola – me saludó - ¿Te pasó algo? – me preguntó, viéndome fijamente – Te ves…
- Entremos
Le pedí. El recepcionista nos dio una mesa muy apartada y nos entregó los menús. Jin empezó a mirar el menú, sonreía, yo solo la miraba. Ella notó mi mirada y miró a otro lado, aún sonriente. Dejó el menú a un lado y me miró fijamente, sin borrar su sonrisa.
- ¿Qué sucede Donghae?
Me preguntó. Sonreí de costado, ella realmente me conocía. Suspiré y miré la mesa, era algo tan difícil de recordar, acababa de pasar y dolía mucho. Ella tomó mis manos y me miró con preocupación; yo le palmeé con suavidad la mano, no quería preocuparla.
- ¿Sabes… sabes por qué… por qué Min terminó conmigo?
Jin me miró con sorpresa y yo cerré los ojos, ella tampoco sabía nada ¿Entonces era verdad, Min Jee simplemente me había dejado de amar? Me llevé una mano al rostro y respiré hondo, no quería llorar, no quería que Jin me viera llorar.
- ¿Cómo pasó?
Me preguntó.
- Ella… - la miré, tenía mucho parecido con Min, o era que el dolor no me dejaba ver bien – Ella dijo que ya no me amaba
- ¿En serio? – Jin puso una nueva cara de sorpresa - ¿Te dijo por qué?
- No… - contesté, volviendo a taparme los ojos con una mano – Solo dijo que sucedieron cosas que le hicieron darse cuenta de que no podía seguir conmigo
- ¿Solo eso?
Preguntó Jin y yo asentí.
- No sé qué sucedió – respiré hondo – Todo estaba bien, hablábamos todo los días, me decía que me amaba y…
Volví a respirar, no quería seguir hablando de ella, dolía mucho.



- Desconozco a mi prima – dijo ella, tomando mi mano – Romperte el corazón así
- No sé qué le habrá pasado
Miré la mesa.
- Tal vez sea verdad, tal vez ya no te ama – me dijo ella y yo aparté las manos, mirándola con enojo – Es joven, somos jóvenes, los sentimientos cambian
- Pero ella era todo para mí
Sentí que de nuevo iba a llorar. No podía ser verdad, no quería escuchar eso. Respiré hondo, tenía que calmarme o terminaría rompiendo algo.
- ¿Ya saben qué van a ordenar?
Preguntó el mesero con amabilidad.
- Un vaso con agua y ravioles – pidió Jin – Amo la pasta
- Min también ama la pasta
Jin frunció el ceño.
- Ella es mi prima, pero lo que hizo estuvo mal – dijo ella, mirándome seriamente – En lugar de sufrir por ella, debes de mostrarle que no te ha dañado
- ¿Cómo? – pregunté – Siento que he muerto, quisiera estarlo
- No digas eso Donghae – me pidió ella – Tienes que ser fuerte. No dejes que ella te derrumbe, recuerda quién eres, ella no merece tus lágrimas – asentí, me sentía como una chica – Debería odiarla en lugar de sentirte triste
- En estos momentos la estoy odiando


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